Sunday, March 31, 2019

THE GÖDEL CODEX: madera fina del árbol de la ciencia musical ecléctica


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar a una nueva entidad musical belga denominada THE GÖDEL CODEX, la cual está conformada por Michel Delville [guitarras eléctrica, guitarra-sintetizador Roland GR09, loops, aparatos electrónicos y voz], Antoine Guenet [sintetizadores, piano acústico, aparatos electrónicos y voz] y Etienne Plumer [batería, percusión electrónica, glockenspiel, trompeta, aparatos electrónicos y sampleos]. O sea, tenemos aquí a dos tercios de nuestros ya bien conocidos THE WRONG OBJECT. Por su parte, Plumer no es ningún novato en el área de la música experimental: él es miembro de grupos tan interesante como  RÊVE D’ÉLÉPHANT ORCHESTRA y ANIMUS ANIMA. Además, él mismo se hizo cargo del arte gráfica del disco que ahora comentamos. El disco debut de THE GÖDEL CODEX se titula “Oak” y fue publicado por el sello Off Records (con apoyo extra de parte de MoonJune Records) a inicios del pasado mes de enero. En algunos pasajes del repertorio de este disco, el trío contó con las colaboraciones de Christophe Bailleau (aparatos electrónicos y sampleos) y Philippe Franck (aparatos electrónicos). Todas las piezas de “Oak” fueron grabadas en Sacha Studio con la excepción de los temas quinto y noveno, los cuales se registraron en vivo en CC Amay. Veamos ahora los detalles del repertorio, ¿vale?



La miniatura de un minuto y tres cuartos ‘Oak Ouverture’ abre el disco con un grácil ejercicio de nu-jazz electrónico donde el swing programado marca la vitalidad del bloque instrumental. Con el fragor cálido gestado por el solo de sintetizador en las instancias finales se prepara terreno para el arribo de ‘The Needle’s Eye’, una pieza bastante animada que añade algunas vibraciones otoñales al groove reinante. A cambio de eso, el ensamble se permite organizar recursos de fastuosidad mientras el mecanicismo del esquema rítmico ensalza la incrementada sofisticación en curso: algo que suena muy afín a la psicodelia de fines de los 60s con realces del avant-pop de los 80s. Es una pena que esta pieza no llegue siquiera a los tres minutos de duración porque realmente tiene bastante gancho y, además, tiene uno de los más bellos solos de sintetizador del álbum, pero es tiempo para el tercer tema del álbum, titulado ‘Granules’. A través de sus casi 7 minutos de duración, nos muestra al grupo dispuesto a cambiar de aires para instalarse en un terreno más misterioso y razonablemente equipado con encuadres sonoros abstractos de talante electrónico. De hecho, la ostensiblemente sigilosa fase prologar dura sus buenos 3 minutos – o casi – antes de que se arme el cuerpo central de la pieza: una vez concretada esta situación, la ambientación establece una ingeniosa cruza de agilidad y densidad desde la cual se forja un manto que arropa al exquisito desarrollo temático. Con la persistencia de un tempo consistentemente adulterado y la adición de un filudamente Frippiano solo de guitarra, el bloque instrumental garantiza que el factor de densidad adquiera un matiz de centelleante tensión al más puro estilo progresivo. El grupo vuelve a cambiar de registro para ‘One Last Sound’, esta vez sumergiéndose en aguas de languidez emocional mientras adopta una actitud contemplativa: al modo de un híbrido entre TORTOISE, TALK TALK (los dos últimos discos) y RADIOHEAD (etapa 2000-2007), el núcleo temático instaura una convincente atmósfera otoñal, la misma que en algún momento se enriquece momentáneamente con la irrupción de ramalazos de tirantez angustiada. Con todo, también se hacen notar matices juguetones (un poco al modo Canterbury de unos NATIONAL HEALTH) en medio de la predominante tirantez. Así las cosas, el grupo está preparado para capitalizar esta aureola y llevarla hacia una dimensión más surrealista en la elaboración del siguiente tema del álbum, titulado ‘Matisse’. Aquí, el ensamble organiza un paisaje sonoro que comienza en clave árida y luego se torna inmensamente etéreo. A través de los diversos ornamentos engañosamente aleatorios que emergen durante esta segunda sección, se nos revela como una pieza bastante expresiva a despecho de lo ostentsiblemente minimalista que es su núcleo compositivo.

‘Stand Or Fall’ perpetra la gloriosa osadía de combinar electrónica con free-jazz bajo una estilizada ingeniería progresiva, siendo así que el piano se erige en el personaje principal del esquema instrumental usado para la ocasión. La ambientación general de la pieza nos remite a una encrucijada entre el viejo paradigma del be-bop, el modelo de ROBERT WYATT y el free-jazz. ‘Bells’, por su parte, se enfoca en un crepuscular reciclaje de los elementos de languidez que habían sido vitales y embrujadores en los esquemas sonoros de los temas #4 y #5. Las vibraciones campaneantes que emanan de las teclas dan la apariencia de un círculo sonoro que se va redondeando con señorial parsimonia. En esta ocasión, la novedad es que la densidad está un poco aminorada en beneficio del realce y del lustre de su imponente aureola meditabunda. Esta misma espiritualidad se ha de extender y amplificar en el siguiente tema del álbum, ‘Can It Be’, el mismo que destila un fulgor renovador a través de las coordenadas de melancolía y sobriedad. El piano dibuja el bello esquema melódico con impoluta elegancia mientras los recursos electrónicos en juego operan como una especie de orquestación cósmica cuya calidez nuclear es imposible de esconder. No hay aquí, propiamente dicho, una manifestación de alegría, pero sí de paz… como si eso fuese lo que se hubiera estado buscando en la canción anterior. De hecho, tiene una actitud más extrovertida. Nos resulta inevitable pensar en la secuencia de ‘Bells’ y ‘Can It Be’ como dos fases de un continuum musical bien integrado en sí mismo. Nos vamos acercando al final del álbum cuando llega el turno de ‘Oak – Live Reprise’, una pieza que vuelve de lleno al imperio de lo surrealista y lo aguerrido con esa compenetración tan robusta de psicodelia progresiva, electrónica y free-jazz que dio tan buenos resultados en varios pasajes de las canciones #3 y #4. Esta exhibición de inquietantes modernismos se engarza con la última pieza del álbum, ‘Lux 4’, la cual se encuadra dentro de un gentilmente extravagante matrimonio de TANGERINE DREAM y CLUSTER. Si ‘Oak – Live Reprise’ se asemejaba a las furiosas aguas de un río embravecido que quiere proclamar su propia fuerza esencial en los últimos pasajes de su corriente, ‘Lux 4’ es el mar donde todo desemboca y que, bajo su túnica plana, esconde una efervescencia condenada a permanecer por siempre en una latencia parsimoniosa.

Fueron casi 42 minutos de esplendorosa grandilocuencia modernista los que se han encapsulado en este estupendo disco que es “Oak”, un estupendo catálogo donde confluyen el nu-jazz, la electrónica, el pop, el krautrock de línea futurista y el prog. En base a esta amalgama tan bizarra como inaudita, el colectivo de THE GÖDEL CODEX ha gestado una de las propuestas musicales más ingeniosas y vibrantes del presente año 2019: la madera de la que están hechos el tronco y las ramas de su árbol de la ciencia musical es fina y señorial. Recomendamos este disco al 200%.

Thursday, March 28, 2019

La armadura vanguardista de TOBY DRIVER



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos toca reseñar el más reciente trabajo fonográfico solista de TOBY DRIVER (el líder permanente de KAYO DOT), el cual se titula “They Are The Shield” y ha sido publicado por el sello finlandés Blood Music durante la segunda mitad del mes de setiembre del pasado año 2018, tanto en formato de CD como de vinilo. Las sesiones de grabación de este disco tuvieron lugar en enero del 2018 en el estudio EastSide Sound de Nueva York, siendo así que el ulterior proceso de masterización tuvo lugar en los Turtle Tone Studios, también de Nueva York. DRIVER toca las guitarras y los sintetizadores, y de canta, siendo acompañado por el baterista Brian Chase, los violinistas Conrad Harris y Pauline Kim Harris, y la pianista Kelly Moran; también colabora Bridget Bellavia a la voz en el cuarto tema del disco. DRIVER fue una de las principales fuerzas creativas dentro de ese inolvidable colectivo avant-rockero que fue MAUDLIN OF THE WELL, y sobre todo, tiene bajo su mando la obra de KAYO DOT; además, es partícipe en proyectos como TARTAR LAMB, VAURA y BLOODMIST, así como colaborador de otros grupos (GREGOR SAMSA, SECRET CHIEFS 3, etc.). Este infatigable multiinstrumentista e inquieto compositor nacido en el 29 de setiembre de 1978 en Meriden (Connecticut) es un referente esencial en varias áreas de la avanzada rockera norteamericana del nuevo milenio. El disco que ahora tenemos en nuestras manos es el tercer trabajo de larga duración dentro de su trayectoria propiamente solista, la cual comenzó en el año 2005 con “In The L.. L.. Library Loft” y que tuvo un pináculo relevante en el disco anterior a éste, “Madonnawhore”, el mismo que data del año 2017. Pues bueno, en “They Are The Shield”, el genio de DRIVER se ha vuelto a superar a sí mismo al desarrollar una estrategia de ahondamiento en los aspectos más académicos de su amplia y nebulosa visión musical: la presencia del dúo de cuerdas es muy fuerte a lo largo y ancho del repertorio contenido en este disco, cuyos detalles repasaremos a continuación.


‘Anamnesis Park’, el tema que abre el álbum, dura 10 ½ minutos, y sus primeras instancias expresivas se asientan sobre una actitud minimalista que va escalando en un crescendo majestuosamente parco. A poco de superada la frontera del tercer minuto, pasan dos cosas: 1) la sección prologar alcanza un nivel de inspirado explayamiento contenido en base a las capas de guitarra y violines; 2) los aditamentos de sintetizador guían el camino hacia la instauración del cuerpo central, el cual se caracteriza por ostentar una mística densidad. Así las cosas, esta mística densidad a la cual nos estamos refiriendo pasa de su inicial languidez señorial hacia un dinamismo refinado marcado por una delicada confluencia de chamber-rock y jazz intimista. Cuando por fin entra a tallar, el canto de Driver apela a una actitud evocativa, como anunciando algo muy grave con una espiritualidad rectamente flemática. ‘Glyph’ sigue a continuación (ocupando un espacio poco menor de 8 ¾ minutos) para tomar la posta del primer tema y seguir explorando fehacientemente su semilla de climas etéreos y delicadamente densos. De hecho, se puede decir que aquí hay un énfasis más persistente en la imponente faceta grisácea que hasta ahora impone su ley sonora con mano de hierro. Se da un interesante viraje en la sección final cuando el desarrollo temático apoyado en las cuerdas apunta a una exuberancia incrementada. Lo que se ha elaborado aquí ha sido un cénit definitorio del disco. Así las cosas, el terreno está preparado para que ‘470 Nanometers’ emerja con la misión de brindar una soltura y una dinámica más extrovertidas al esquema sonoro elaborado por el ensamble en base a un grácil uso del tempo en 6/8. La firmeza irrenunciable del groove armado por la batería establece un saludable contraste frente a la delicada elocuencia de los dos violines; de esta manera, mientras la espiritualidad del canto de Driver se conecta con las sobrias capas orquestadas, su actitud se engarza muy bien con el esquema rítmico operante. Una canción muy bella y bastante sugerente en este refrescante y renovador dinamismo. A propósito, la poesía de Driver es brutal, tal como vemos en estas dos estrofas de ejemplo, una de ‘Glyph’, la otra de ‘470 Nanometers’: “Two unexploded bombs in this town. / Satellites around the bottom soaring. / I bathe in dirt, face down, / And you see a man rising.”Tapped by midnight's wand of dew, / The peering eye decumbent / Flared into an aleph hailing. / Starry sputum disassociated, / Cosmic epithelium a-trailing, / He watched a planet drifting through.”

‘Scaffold Of Digital Snow’ retoma los aires evocativos e intimistas de la segunda canción del álbum. La cautivadora suavidad de canto de Bridget Bellavia aporta mucho a la manera en que el encanto embrujador de la atmósfera calmada que llena todos los rincones y matices de esta canción se impone sin apelar a lo aguerrido ni nada que se le parezca. Simple y llanamente le basta con exponer su lirismo cristalino y dramático para adueñarse de todo el espacio que rodea al oyente empático. El ensalzamiento de lo sublime sigue en sostenido ascenso con el arribo de ‘Smoke-Scented Mycelium’, canción que captura muchas de las pautas esenciales esquematizadas y desarrolladas a lo largo de las piezas segunda y cuarta. Además, se añade al esquema sonoro general un sólido swing de raíz jazzera. Perpetuando los más espléndidos índices de magnificencia de ‘Glyph’ y apelando convincentemente a las semillas de cálido lirismo que dejó tras de sí ‘Scaffold Of Digital Snow’, Driver y sus compañeros de viaje elaboran una nueva exploración etérea con una musculatura elegante que muestra su núcleo expresionista con sosegada delicadeza. Otro cénit del álbum, de hecho, es el último punto culminante del repertorio, lo cual habrá de repercutir necesariamente en el tema que ocupa los últimos 4 minutos y pico del disco: ‘The Knot’. Este broche final cumple con la misión de reforzar la aureola contemplativa del álbum en general y completar el espíritu de angelical gravedad que ha marcado a la penúltima canción. La primera estrofa de ‘The Knot’ es demoledora en su exhibición de robusta vulnerabilidad: “Warmth in the west, self-suffocation. / My vision lies in the familiar loop. / Love is my frailty / So I dragged myself up / One time around the carousel / And I aged another decade. / But how I could have stayed / Fever in the eastern dell? / A figure called me from the fresco, / A diffuse monastic in the mirror.”

Todo esto fue lo que se nos brindó en “They Are The Shield”, una obra musical imponentemente ensoñadora e impecablemente cohesiva a través de cada poro de su meticulosa ingeniería sónica. TOBY DRIVER se ha lucido a lo grande en el proceso de creación del material contenido en este disco, el mismo que ha de quedar como una de las obras fonográficas más exquisitas y sugerentes en las que haya estado involucrado DRIVER a lo largo de su carrera. E imaginamos que tiene aún para rato... 


Muestras de “They Are The Shield”.-
Smoke-Scented Mycelium: https://blood-music.bandcamp.com/track/smoke-scented-mycelium

Monday, March 25, 2019

VOLVOX: la expansión de un creativo cosmos progresivo argentino



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy hacemos nuestra presentación (un poco demorada, es verdad) del segundo disco del grupo argentino VOLVOX, el cual se titula “Universo Expandido”. Publicado por el sello Viajero Inmóvil a inicios de setiembre del pasado año 2018, este disco fue perpetrado por la alineación de Marcelo Pijachi [teclados], Cristian Violante [guitarras], Pablo Pucheta [batería] y Alejandro Derene [bajo]. Los orígenes de VOLVOX se remontan al año 2007 cuando el teclista Marcelo PIijachi se planteó la meta de crear música instrumental donde se diera una intensa combinación de rock y jazz-fusion dentro de una ingeniería progresiva. Así, la cosa tomó cuerpo cuando se consolidó una alineación de cuarteto. Recién en el año 2014 pudo el grupo publicar su primer álbum, titulado igual, logrando llamar la atención por su garra y su sofisticado nervio: entonces era Pablo Jiménez quien se encargaba del bajo. Ahora es la misión de “Universo Expandido” implementar unos recursos de ampliación sonora que pasan por el factor de abrir más campo para elementos prog-sinfónicos dentro de la bien definida lína de trabajo de lcuarteto. El propósito es ahora darle una nueva orientación a su garra esencial y definitoria: repasemos los detalles del disco para ver cómo resultó la faena.



‘Tiempo De Cambios’ abre el disco explayándose en unas muy vitalistas musicalidades que enhebran sólidos hilos sonoros procedentes de los telares de DEEP PURPLE, EMERSON, LAKE & PALMER y LIQUID TENSION EXPERIMENT. La claridad melódica resulta fundamental a la hora de preservar el sentido de la exquisitez progresiva durante el transcurso de las diversas secciones de la pieza en cuestión. Se puede decir que el disco comienza con un cénit... así, sin más. Los siguientes 6 ¾ minutos del repertorio están acaparados por ‘Éxodo Caníbal’, una pieza diseñada desde los ecos de la soltura explosivamente expresiva del tema de inicio para reforzar las aristas prog-sinfónicas en los arreglos globales de las interacciones entre los instrumentos. esto quiere decir que la garra rockera aminora un poco el nivel de pesadez y que el señorío se exhibe más directamente a partir de los efluvios musicales en curso, Cuando llega el turno de ‘Tarantino’, el cuarteto se pone a transitar por los terrenos de JOE SATRIANI y CAB, o sea, una ágil mezcla de hard rock ampuloso y jazz-rock con refinados tintes metaleros. En el momento en que emerge un interludio calmado, el grupo explora fehacientemente su dimensión introvertida con un convincente gancho. Una mención especial va para el bello solo de sintetizador que emerge en un momento estratégico previo al antes mencionado interludio. La cuarta pieza es la más breve del repertorio con sus 2 ½ minutos de duración y se titula ‘La Conquista De Lo Incierto’: los sobrios oleajes del piano y los parcos ornamentos percusivos crean un aire de misterio impregnando con sutiles dosis de nostalgia. Los fraseos de la guitarra son mayormente contenidos, llegando a cierta ostentación mientras la pieza se acerca al final. Le sigue justamente la pieza más extensa, ‘Momentum’, la cual extiende por más de 8 ½ minutos. Su misión consiste principalmente en establecer una robusta confluencia entre los respectivos espíritus de las piezas ##1 y #3. La magnificencia que se expande y destila a través del potente ímpetu electrizante que atraviesa al armazón inicial es efectivamente incendiario. Poco antes de pasar la frontera del cuarto minuto, el grupo elabora un interludio calmado al cual le sigue una sección etérea inmersa en una ambientación otoñal. De esta sección nace un motivo de piano (un tanto Wakemaniano) al cual se une la guitarra en un hermanamiento simbiótico, algo desde lo cual se impulsa un retorno hacia el nervio inicial para un exquisito epílogo. Tenemos en este tema otro referente grandilocuente y culminante dentro del repertorio de este disco.           


Hasta aquí, todo muy bien, no hay nada con lo cual aburrirse en medio de la variedad de grooves y atmósferas con los cuales se han construido las cinco primeras piezas del álbum... ¡y todavía queda más por disfrutar! ‘Baby’s Dreams’ comienza con algo que parece un híbrido entre los paradigmas de GENESIS y de sus contemporáneos de ÜNDER LINDEN, asentándose todo sobre un compás de vals lento. En su mayor parte, se trata de una cálida balada prog-sinfónica en un tempo de 3/4 que sirve para que el piano exponga sus matices académicos y la guitarra elabore un enfoque grácil para sus fraseos y bases armónicas. Para el pasaje final, el grupo recurre a un abordaje grandilocuente con explícitos ribetes orquestales, terminando todo con una delicada coda de piano. ¿No dijimos que todavía quedaban muchas cosas por disfrutar? A cosas así nos referíamos: ‘Baby’s Dreams’ es un tema particularmente precioso. Los siguientes 11 ¾ minutos del álbum están ocupados por la dupla de ‘Degeneración En Generación – Parte II’ y ‘Otro Día En El Infierno’. El primero de estos temas mencionados persiste en el talante contemplativo y sereno de ‘Baby’s Dreams’ pero con un groove más laborioso y un campo más abierto para el potencial protagonismo de la guitarra (la cual se siente un poco Hackettiana en su primer solo, dicho sea de paso). Con todo, el piano sigue siendo el ítem rector dentro del vigente entramado instrumental. Por su parte, ‘Otro Día En El Infierno’ vuelve a recurrir al generoso despliegue de elementos jazz-rockeros dentro de su desarrollo temático así como en su swing. El compás en clave de blues-rock le da punche al asunto mientras se emplea trucos psicodélicos a lo largo de la ingeniería temática. La guitarra emite algunos fraseos extravagantes (sin perder su señorial prestancia) mientras que el piano emite abundantes dosis de irradiaciones disonantes. No es tanto infernal como inquietante la atmósfera general que envuelve al bloque temático de esta estupenda pieza. Casi durando 5 minutos, ‘Escapen’ cierra el disco con la misma sintonía con la que empezó: extroversión y jovialidad a raudales sobre un groove extrovertido que marca una pauta reconocible y que también se abre a ciertos quiebres ocasionales que emergen sobre la marcha. 



Todo esto fue “Universo Expandido”, el testimonio preciso e inconfundible de una expansión musical muy ingeniosa y creativa de parte del cosmos musical de VOLVOX. Hoy por hoy, el cuarteto cuenta con un nuevo integrante al bajo, Omar Muñoz. En lo más esencial, este grupo se hace notar por su vitalista combinación de garra rockera y profundidad melódica dentro de un entramado sonoro ambicioso que se proyecta desde los parámetros estilizados propios del género progresivo: realmente merece toda nuestra atención y también toda nuestra gratitud por la música que nos brinda.



Muestras de “Universo Expandido”.-
Degeneración En Generación – Parte II: https://viajeroinmovilrecords.bandcamp.com/track/degeneraci-n-en-generaci-n-parte-ii

Saturday, March 23, 2019

IL SENTIERO DI TAUS: un joven microcosmos progresivo para el rock italiano actual


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión (un poco tardía, es verdad) de presentar al joven cuarteto progresivo italiano IL SENTIERO DI TAUS por motivo de la publicación de su disco “Macrocosmosi”, el segundo en lo que va de su carrera musical. Este cuarteto conformado por Gennaro Lucio Zinzi [voz, guitarras, teclados, flautas dulce y traversa], Tiziano Taccini [guitarras], Jesus [bajos] y Claudio “Buddha” Buonfiglio [batería y percusiones] cultiva un rock progresivo filudo con alta sensibilidad retro, creando una interesante cruza entre el sinfonismo y el así llamado heavy prog. El disco que ahora nos ocupa fue publicado por Locanda Del Vento y es distribuido por Lizard Records, habiendo sido producido por el mismísimo Fabio Zuffanti (sí, el mismo de FINISTERRE, LA MASCHERA DI CERA, HÖSTSONATEN, LA CURVA DI LESMO, etc.). “Macrocosmosi”, que fue publicado a mediados de abril del pasado año 2018 por el sello Lizard Records, es un disco conceptual con temática mística, especialmente centrada en el esfuerzo del yo por entender a lo trascendente y, con ello, el sentido de la existencia humana. Zuffanti no solo produjo el disco sino que también se convirtió en una especie de guía musical para la banda de tal modo que dejara atrás su estilo hard rock indie de los inicios para sacar de sí sus latentes inquietudes progresivas, aunque siempre manteniéndose leal a sus raíces duras. Veamos ahora los detalles del catálogo incluido en este disco.



La dupla de ‘Overture’ y ‘Decisione’ ocupa los primeros 8 ¼ minutos del álbum. El primero de estos temas comienza con un tenor sigiloso en base a un ejercicio de psicodelia sobria antes de que irrumpa con todo el vitalista cuerpo central, el cual se apoya principalmente sobre un compás de 7/8. Los ornamentos provistos por los teclados añaden una magia maciza a los convincentes juegos armónicos establecidos por los guitarreos duales. La canción termina con una nota abierta que permite el ingreso de ‘Decisione’, una canción atractiva a medio tiempo que recoge parte del vigor gestado y desarrollado en la canción de apertura pero cuyo talante se centra inicialmente en un lirismo de moderados matices introspectivos. Eso sí, a mitad de camino, el grupo nos sorprende con un súbito viraje hacia vibraciones folk-rockeras cuyas variantes rítmicas internas se centran plenamente en lo extrovertido, concluyendo todo en un epílogo ceremonioso que preserva a su propio modo la luminosidad vibrate que irrumpió tan inesperadamente. En esta canción, parece como si el grupo hubiese enontrado el eslabón perdido entre sus legendarios compatriotas de PFM y los franceses de MONA LISA. Durando casi 6 minutos, ‘Era Moderna’ se asienta como uno de los pilares climáticos del repertorio al exhibir una de las instancias más patentes de sofisticación melódica y refinado nervio dentro del ideario estético con el que el cuarteto marca su derrotero estilístico. El eclecticismo vertido en esta composición incorpora aires hard-rockeros y otros de inspiración aflamencado-arábiga en clave de fusión mientras se refuerza la central amalgama sólida de sinfonismo aguerrido; en ciertas ocasiones estratégicas esta amalgama sonora recurre también a pequeños intermedios de tenor folk-rockero. ‘Genesi’ cumple en buena medida con la función de perpetuar los aires de travieso y osado eclecticismo de la canción precedente mientras incorpora aires circenses en su sección inicial y añade inquietantes matices psicodélicos. También es justo precisar que algunas intervenciones de la primera guitarra se orientan claramente hacia el estándar del rock clásico.


  

‘Sorridi’ es una canción no muy larga (dura poco más de tres minutos) que aplica algunos compases inusuales en sus calculados pasajes instrumentales en el prólogo y los interludios mientras deja que el vigor rockero se explaye fluidamente a través de su cuerpo central, el cual tiene un gancho directo y un punche muy fulguroso. ‘Adamo (Parte Uno)’ tiene un preludio pastoral muy breve pero con suficiente calidez como para cautivar al oyente empático con su serena belleza. Una vez puesto a desarrollarse el cuerpo central, se nos brinda un perfecto híbrido entre OSANNA y LE ORME donde se suceden una sección vigorosa y conmovedora y otra más relajada con ribetes sobriamente contemplativos. Cuando llega el turno de ‘Canis Ferox’, el ensamble se dedica a establecer una variante especialmente sofisticada para la estrategia de combinación de las cosechas de las piezas #2 y #3. El momento en el que el solo de guitarra despliega unos fraseos elegantes sobre una capa coral mellotrónica se siente sublime y mágico sobre el groove ágil armado por la dupla rítmica: es una pena que esta sección no sea un poco más extensa, pues es uno de los pasajes más llamativos de todo el disco, realizando una efectiva reiteración de las vibraciones más épicas que ya se habían hecho presentes en algunas canciones precedentes. Durando 8 minutos y segundos, ‘Al Jilwah’ está diseñada para ser la canción que lleve las inclinaciones eclécticas de la banda hacia sus dimensiones más señoriales. Su preludio ostenta un talante reflexivo e intimista, pero todo ello cambia poco antes de llegar a la frontera del minuto y medio cuando el encuadre instrumental arma algo así como la remodelación de un motivo Emersoniano con la logística de RUSH (etapa 77-80) y su toque de OSANNA. La canción se torna en una expresión esencial de musculatura rockera con un uso debido del típico refinamiento progresivo. Con el empleo de algunas partes recitadas en clave satírica y un interludio calmado bajo la guía de la flauta, el desarrollo temático coge algo de aire antes de focalizarse en una segunda mitad cuya centralización sonora se habrá de articular sólidamente sobre una ingeniería hard-progresiva meticulosa y equitativamente repartida entre lo aguerrido y lo sofisticado. ¡Qué gran canción! El disco llega a su final de la mano de ‘Adamo (Parte Due)’, canción que alterna momentos de lirismo bien afiatado con otros delineados por un vitalismo vigoroso. El epílogo renacentista con guitarra acústica y flauta dulce realza con aterciopelada fineza el aspecto lírico. 


  

En fin, todo esto fue “Macrocosmosi”, el disco que asienta un lugar importante dentro del actual escenario de la música progresiva italiana para IL SENTIERO DE TAUS. Si lo que admiramos de su propuesta musical, tal como se plasma en este disco, es el equilibrio entre el rock duro melódico y el señorío multicolor del rock sinfónico, entonces podemos decir que nos quedamos con ganas de más tras disfrutar de este disco de casi 44 minutos de duración. Ojalá no pase mucho tiempo antes de que este cuarteto nos brinde su próxima novedad: por ahora, anotemos el nombre de “Macrocosmosi” y de IÑ SENTIERO DI TAUS en nuestras agendas melómanas progresivas (... aunque sea con cierta demora).
 



Muestras de “Macrocosmosi”.-
Al Jilwah: https://ilsentieroditaus.bandcamp.com/track/al-jilwah

Wednesday, March 20, 2019

SYDERALUS y los nuevos sonidos que emergen desde el silencio interior


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy toca el turno de hablar sobre el grupo argentino SYDERALUS, el mismo que opera en la actualidad como trío conformado por Nico Auvieux [guitarras eléctricas, acústica y clásica], Augusto Gallegos [bajo] e Isaac Llovera [voz, batería, teclados, guitarra eléctrica y bajo]: el motivo es la publicación de su disco “Inner Silence” que tuvo lugar a mediados de diciembre del pasado año 2018. Banda oriunda de Tucumán, su propuesta musical se orienta hacia una muy muscular y, sobre todo, muy equilibrada confluencia de post-metal, psicodelia pesada y prog contemporáneo dentro de una amalgama metalera que hace de lo experimental su esencia enriquecedora. Ellos ya nos sorprendieron gratamente con su disco homónimo del año 2014, siendo así que entonces SYDERALUS era un cuarteto conformado por Auvieux, Gallegos, Llovera y el guitarrista-cantante Fernando Ferro. Ahora el grupo se ha reducido a una estructura tripartita pero, a contrapelo de ello, ha expandido su paleta sonora incluyendo varios pasajes calmados y sutiles dentro de su aún primordialmente aguerrido esquema sonoro. “Inner Silence” es un disco conceptual sobre el impacto que tienen las palabras sobre los demás. Tal como lo expone el mismo grupo en su blog de Bandcamp, ¿somos realmente conscientes del impacto de nuestras palabras en los demás? Con esta pregunta como premisa, el trío elaboró una narrativa en torno a un personaje ficticio que, a través de una exploración de sus memorias, evalúa varias experiencias personales y sociales que le hacen reflexionar con una seriedad nueva sobre la importancia de sus palabras. Los procesos de grabación, mezcla y masterización del material contenido en “Inner Silence” tuvieron lugar en el estudio de Isaac Llovera, procesos que ocuparon diversos tramos de del año 2017 y que se extendieron hasta junio del año siguiente. Pues bueno, ahora este disco es una realidad concreta y ahora nos disponemos a repasar sus detalles.



Abre el disco ‘Age Of Reason’, el cual muestra fehacientemente los elementos de vigor rockero y de elegancia progresiva sobre los que el grupo va a aperar a través del ingeniosamente sofisticado repertorio que ocupa el disco. Con una acentuación dramática de varios grooves complejos que entran a tallar a lo largo del camino, los cimientos sonoros son totalmente idóneos para concretar y ensalzar el potencial señorío de los riffs y solos de guitarra que se van asentando. Esto se sitúa en una encrucijada entre LEPROUS y TOOL. Haciéndose debido eco de los acentuados recursos de vigor y sofisticación de tan excelente tema de entrada mientras procura gestar una ambientación un poco más relajada, entra a tallar el segundo tema del álbum, el cual se titula ‘Think About It!’. Erigiéndose en un cénit definitivo del disco, su dramatismo llega a un nivel de mayor fruición con la presencia de matices oscuros durante su desarrollo melódico; de esta manera, el vitalismo muscular que es inherente a la visión musical del grupo sigue escalando lugares de elevación emocional y expresividad a paso firme. La letanía desarrollada en la sección final es un declaración decisiva de ello. Con la dupla de ‘Leaving The Seas Of Nowhere’ y ‘I Am The One’, el trío se dispone a enfatizar y reavivar las llamas más sofisticadas de su particular hoguera sonora progresiva. En efecto, el primero de estos temas mencionados elabora un clima sigiloso donde el aura de lo misterioso ahoga su propio fulgor al aplastarlo contra su seno: las escalas flotantes de las dos guitarras encuadran su combativa languidez bajo las pautas estandarizadas del post-rock con un talante minimalista. El aire de misterio se acentúa con la inclusión de un monólogo. Por su parte, ‘I Am The One’ se centra en la elaboración de una atmósfera robusta donde las metrallas guitarreras y las capas de sintetizador se agolpan en una siniestra armonización, todo ello mientras el esquema rítmico juega mayormente con un swing ceremonioso. Es casi como una remodelación metalera de una cruza de PORCUPINE TREE y ANATHEMA.


   

El ítem más extenso del disco dura 20 ¼ minutos y se titula ‘The Facts’, una pieza  claramente diseñada para impulsar y esquematizar las facetas más fastuosas del ideario musical del trío. Consta de cinco secciones autónomamente tituladas ‘Entrance’, ‘Conception’, ‘Lifeless’, ‘Goodwell – Comebye’ y ‘Exit’. En amplia consonancia con la espiritualidad dramática ya mostrada en las canciones #2 y #4, su grandilocuencia épica ha de remodelar la tensión emocional que ya identificamos predominante en este disco. La suite comienza con una breve sección de guitarra acústica, siendo así que pronto el grupo crea una ingeniería metalera cuya parsimoniosa pesadez se asienta medio camino entre lo desesperado y lo furioso. Una siguiente sección vuelve a contar con un prólogo de guitarra acústica para luego focalizarse en un nuevo ejercicio de sigilosas atmósferas post-rockeras. La longitud de este ejercicio se enfila hacia el centramiento introspectivo. La irrupción de un breve interludio en clave pesada sobre un groove muy lento (a eso de pasada la frontera de los 9 ¼ minutos). Una segunda sección introspectiva se mueve en el terreno de la balada de tendencia pastoral con una fuerte presencia evocadora y contemplativa: los sencillos retazos de la guitarra eléctrica y las convenientemente tenues capas de sintetizador completan solventemente el escenario melódico en curso. Para los últimos cuatro minutos y medio, el grupo vuelve a lo rockero y lo hace con una musculatura muy arquitectónica. ‘Keeper’ desarrolla un convincente ejercicio de lirismo metalero dentro de un encuadre rítmico que prioriza lo ceremonioso en su swing. Algunos ornamentos rítmicos y el empleo de compases inusuales proporcionan aires de grandilocuencia a la ambientación señorial en curso. ‘The Seed’ es ciertamente la canción más fiera del álbum – incluso se utiliza el growling en varios pasajes del canto – y, de paso, también es la que cuenta con el enfoque más aguerrido de parte de la dupla rítmica. En muchos sentidos, la vitalidad aquí plasmada opera como el contrapunto perfecto frente a las atmósferas primordiales de la suite y el lirismo sistemático de la canción inmediatamente precedente. 



Las dos últimas canciones del disco son ‘Revealed’ y ‘Entering The Seas Of Nowhere’: el primero de ellos dura casi 7 ½ minutos mientras que el segundo supera por poco la barrera de los 8 minutos. El espíritu de ‘Revealed’ se centra en una cruza entre las dos canciones precedentes, añadiéndose algunos matices de la estilización majestuosa que habían marcado a la segunda canción del disco. El ensamble está completamente enfrascado en crear un imperial señorío dentro de las complejas pautas musicales que se planteó para la ocasión. En fin, ‘Entering To The Seas Of Nowhere’ opera como una balada no muy ajena al paradigma de FATES WARNING donde el desarrollo temático está muy bien cuidado. Tal vez tenemos aquí las intervenciones vocales más logradas del álbum. El letánico epílogo instrumental se da maña para evocar un aura envolvente mientras da vueltas y más vueltas al arquitectónico juegos de riffs diseñado para la ocasión. Nos suena a un retrato de una mirada a sí mismo que no puede apartarse de su foco de atención. Con esto concluye nuestro paseo minucioso por los diversos parajes y bosques rockeros que la gente de SYDERALUS diseñó para “Inner Silence”, un disco fenomenal que se erige como un punto de referencia para las nuevas instancias de frescura que exige el ideal del metal progresivo en algunas de sus vertientes más aguerridas. Tenemos aquí uno de los discos más ingeniosos y relevantes que han salido a la luz en el pasado año 2018 en el ambiente del art-rock argentino: totalmente recomendable, no nos cabe duda al respecto. Felicitamos a la gente de SYDERALUS por una labor tan bien hecha y aguardamos más trabajos fonográficos de su parte para el futuro próximo.



Monday, March 18, 2019

Nuevos pensamientos para la vanguardia progresiva desde la óptica de DUSTMAN DILEMMA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Con demora pero, sobre todo, con mucho entusiasmo, presentamos en esta ocasión el disco “On Second Thought” del grupo avant-progresivo francés DUSTMAN DILEMMA, cultor de un refinado y convincente híbrido de rock-in-opposition, jazz-fusion, jazz-rock y psicodelia progresiva. Para este segundo disco de DUSTMAN DILEMMA, el personal consta de Samuel Frin [saxofón, coros e instrumentos adicionales], Nicolas Tritschler [batería, primera voz e instrumentos adicionales], Virgile Delesculier [bajo], Pierre Blin [teclados e instrumentos adicionales], Bruno Godard [contrafagot] y Jocelyn Debart [violín]. Blin también es integrante del grupo progresivo NOOUMENA mientras que Frin ha formado parte de discos de bandas radicalmente aventureras como RHÙN y LES YEUX DE LA TÊTE. DUSTMAN DILEMMA comenzó sus días como quinteto de guitarrista, vientista, bajista, teclista y baterista, siendo con ese formato que el grupo realizó su primer disco, “First Trip To The Roaring Plains”, el cual data del año 2012. Seis años después, “On Second Thought” nos muestra a un grupo aumentado a sexteto con la amplificación de la presencia de los vientos y la crucial adición del violín, con lo cual la guitarra pierde su lugar en este nuevo proceso creativo de una alineación que aún conserva a sus miembros originales responsables de la batería, el bajo, los teclados y el saxofón.

La pieza homónima ocupa los primeros siete minutos y pico del disco: las señas centrales de ‘On Second Thought’ son la solemnidad y la sobriedad bajo un manto de grisáceo señorío. Todo comienza con unos ornamentos minimalistas y casi susurrantes de teclado que asientan un asidero para el ceremonioso canto inicial. Una vez instalado el ensamble entero, la cosa suena a un inaudito cruce de SOFT MACHINE, ART BEARS y TORTOISE, y lo hace de una forma muy efectiva. La fuerza latente en este cuerpo central empieza a salir cabalmente a flote poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, momento en el cual algunas cadencias de inspiración Zeuhl trazadas por el piano eléctrico entran a tallar. ‘Facing The Dilemma’ sigue a continuación para establecer un deliciosos ejercicio de intensas y cáusticas sonoridades jazz-progresivas (con la inclusión de algún pasaje de tenor psicodélico en un par de lugares estratégicos) donde la energía expresiva, solo expuesta parcialmente en el primer tema del álbum, se revele ahora con una más ambiciosa magnitud. Para tal efecto, la dupla rítmica hace gala de su musculatura y su elegancia mientras se deja al saxofón guiar la mayor parte del desarrollo temático. La miniatura de un minuto y medio titulada ‘Resignation’ instala una flotante cadencia marcada por el bajo y el piano eléctrico que permite a os otros instrumentos elaborar unos retazos aparentemente ensoñadores que en realidad resultan sospechosamente inquietantes. De este modo, ‘Beyond the Veil’ emerge como un recurso de luminosidad otoñal que rescata por igual los legados del Canterbury y del Zeuhl, dándose una preponderancia del primero de estos factores. Aquí hay aires de familia con bandas como SCHERZOO, ZWOYLD y HOMUNCULUS RES. ‘Back And Glad’ vira de registro hacia una entusiasta (y a veces, un tanto surrealista) exhibición de vibraciones extrovertidas y coloridos juguetones. Ahora estamos en el terreno de la hibridización de FRANK ZAPPA, LED BIB y la faceta circense de los legendarios SAMLA MAMMAS MANNA. Una mezcla muy extraña que, de todas maneras, es muy eficiente a la hora de instaurar un cénit fundamental para el álbum. Pasan muchas cosas en esta canción que no sobrepasa los 4 ¾ minutos de duración.

‘Definitely Hammered’, otro instrumental dentro del repertorio, recibe evidentemente las herencias combinadas de las dos piezas precedentes. El hecho de que el grupo emplee una arquitectura rítmica compleja permite a la pieza presumir de su sofisticación esencial, mientras que el efecto punzante que utiliza el bajo funciona no solo como un elemento socio perfecto para la batería sino también como el núcleo de tensión sonora dentro del bloque instrumental. Los últimos 9 ¼ minutos del repertorio están ocupados por ‘Foresigh’, una pieza que comienza ostentando una jovial neurosis muy semejante a la de ‘Definitely Hammered’, pero no se queda allí: al poco rato se impone un aire de sigilo en medio de una bruma que aparenta ser tétrica. Cuando la bruma se va desvaneciendo un poco, el paisaje musical que se abre ante nuestros oídos se muestra dibujado con retazos deconstructivos bajo la responsabilidad de las maderas y el violín: de este modo, se inicia el empuje general hacia una atmósfera que, al irse asentando, oscila con excelso nervio entre lo indefinido y lo siniestro. Bueno, esto ya es territorio de ART ZOYD y SHUB-NIGGURATH y la gente de DUSTMAN DILEMMA sabe darle su toque particular. Recién en la tercera y última sección tiene lugar la sección cantada, la cual se asienta sobre un armazón de piano eléctrico y sintetizador al modo de un “Zeuhl espacial”. El epílogo retoma el tipo de minimalismo casi vacío con el que se había iniciado el primer tema del disco, lo cual redondea el concepto de manera rotunda. Todo esto es lo que se nos ha brindado a lo largo del catálogo contenido en “On Second Thought”, un muestrario sólido de la enérgica y vigorosa propuesta avant-progresiva de DUSTMAN DILEMMA, un grupo al que hay que tomar mucho en cuenta a la hora de conocer y entender lo que se hace hoy en día en el escenario progresivo francés. Es un disco altamente recomendable, no nos cabe duda alguna al respecto. 



Saturday, March 16, 2019

La cuarta estrella en el firmamento musical de GOGO PENGUIN



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En este momento se da el turno de presentar al trío británico de jazz-rock contemporáneo GOGO PENGUIN. “A Humdrum Star” es el cuarto trabajo fonográfico en su haber, siendo publicado por el sello Blue Note a inicios de febrero del pasado año 2018: el disco en cuestión ha sido el más elogiado por la prensa especializada, y eso es mucho decir para un grupo que siempre ha recibido un feedback muy bueno tanto por sus discos como por sus presentaciones en vivo. 
Este colectivo de jazz contemporáneo conformado por el pianista Chris Illingworth, el contrabajista Nick Blacka y el baterista Rob Turner comenzó sus días en la localidad de Manchester (una zona que por décadas ha sido y sigue siendo un centro de innovación creativa en las áreas del rock, el jazz y la electrónica) a inicios del año 2012. El material de “A Humdrum Star” fue grabado en los Low Four Studios de Manchester en junio del 2017, pasando luego a los sucesivos procesos de mezcla y masterización en los meses de julio y octubre del mismo año. El estilo musical de GOGO PENGUIN se ha basado consistentemente en una ágil combinación de nu-jazz, trip-hop, la tradición del jazz-fusion, trucos progresivos, recursos electrónicos y música de cámara contemporánea, siendo así que el grupo traduce toda esta amalgama en un esquema musical primordialmente orientado hacia lo evocativo y lo contemplativo. Es un grupo donde se cocina muchas energía sonora pero ésta es preferentemente expresada y moldeada con estrategias graduales: bueno, veamos cómo funciona todo esto a lo largo del repertorio contenido en “A Humdrum Star”.



‘Prayer’ da inicio al disco con una aureola mística e introspectiva que emana poderosamente del enfoque minimalista que el grupo aborda para la majestuosa sencillez atmosférica en torno al cual gira la composición. ‘Raven’ aplica un viraje sólido y convincente hacia un área más luminosa y expansiva del espectro musical donde se mueve el grupo: creando un dinamismo jazz-progresivo en base a un motif centrado principalmente en la lógica del nu-jazz, el piano y la batería hermanan sus respectivos recursos de jovial vitalidad mientras el contrabajo llena espacios dentro del extrovertido swing predominante con una precisión auténticamente arquitectónica. Durando casi 7 ¼ minutos, ‘Bardo’ hereda mucho del fulgor de la pieza precedente e instaura un clima de masiva sofisticación que nos ataca y nos complace desde diversos frentes: el groove general, la ambientación sistemática, los agradables fraseos flotantes del piano desde los que se arma el núcleo melódico, la suprema elegancia con la que la dupla rítmica elabora el swing mientras transita a través de juegos de síncopas que son más complicados que lo que parecen. Hay elementos electrónicos en juego tanto en el núcleo temático como en las variaciones que van entrando a tallar a lo largo del camino. Una combinación de sobria jovialidad y fulgor primaveral, esto es lo que nos brinda el trío con ‘Bardo’. Al inicio del último tercio del tema, todo pasa a una dimensión más constreñida para que se luzca el contrabajo en un bello y bien encuadrado solo, siendo así que la misión del mismo consiste en elaborar un crescendo que signa decisivamente a la coda de la pieza. ‘A Hundred Moons’, el cuarto tema del disco, se centra más en el factor fusionesco del discurso del jazz contemporáneo, creando así un recursos de señorial sensualidad sobre un groove muy sereno, incluso misterioso. La aureola de solemnidad que tan patentemente marca la pauta global y la atmósfera de la pieza se beneficia mucho de esa sensación de recurrencia inapelable que la dupla rítmica elabora de principio a fin.



El quinto tema del álbum se titula ‘Strid’ y es el más largo del mismo con sus poco menos de 8 ¼ minutos de duración. En muchos sentidos se trata de una pieza fraterna de ‘Bardo’ que recibe también una buena dosis del impacto fulguroso de ‘Raven’, pero esta vez la augusta magnificencia que emana de la interacción entre los tres músicos cede un mayor espacio de lucimiento especial para el contrabajo. En todo caso, los vasos comunicantes entre el piano y la batería mantienen su posicionamiento en el primer plano jugando con una combinación de garbosa soltura y campechana parquedad. Teniendo en cuenta que hay un tenor sutilmente grisáceo en el desarrollo temático creado para la ocasión, se puede decir que aquí se concreta la faceta tensa del ideario artístico de GOGO PENGUIN. ¡Qué gran tema!, ¡de lo mejor del álbum! ‘Transient  State’ dura casi 6 minutos y su misión consiste en revitalizar las aristas más extrovertidas del trío a la par que construye una arquitectura rítmica más rebosante. La dinámica es intensa aunque sin borrar los recuadros específicos donde los aportes de cada instrumento emergen para compenetrarse con los de los otros. El piano se luce especialmente en ciertos pasajes donde sus intrépidos efluvios sustentan un lirismo excelso e intenso. Un nuevo cénit del álbum. Cuando llega el turno de ‘Return To Text’, el trío se dispone a crear un espacio intermedio entre las dos piezas precedentes, apoyándose en un exquisito hermanamiento entre el garbo y la extroversión. El espacio de lucimiento particular concedido al contrabajo aplica un recurso de serenidad al esquema general de la pieza. ‘Reactor’ se explaya en una aureola de jubilosa extroversión aún más expansiva que la vertida en la pieza precedente, haciendo que el dinamismo desarrollado por el contrabajo haga lucir sus cadencias monótonas con una efectiva vivacidad: hay un momento en que el piano se aparta de sus sutiles líneas melódicas y crea una maraña conjunta con el contrabajo, lo cual ayuda a realzar el colorido fusionesco esencial para la composición. Las cosas llegan a su fin con ‘Window’, pieza que se enmarca dentro de la serena vitalidad de los temas #6 y #7, siendo así que los desarrollos temáticos del piano rezuma un espíritu de cálida nostalgia: algo así como si los ojos del sol echaran un vistazo al atardecer tras haber celebrado un día de animados resplandores antes de hundirse suavemente en el mar. 


¡Qué bello es “A Humdrum Star”! Este disco es uno de los más decididamente emblemáticos de la línea de trabajo que los GOGO PENGUIN se trazaron desde su periodo de germinación para proveer de una frescura especial a la escena del jazz contemporáneo. Moderno, elegante y ecléctico, el estilo de este trío es todo un deleite que, para decirlo de forma resumida, hace sentir su luz a través del arte del sonido. 


Muestras de “A Humdrum Star”.-

Reactor [en vivo en París, 10/12/18]: https://www.youtube.com/watch?v=cpiMFBDxrlU

Wednesday, March 13, 2019

Un nuevo crisol musical diseñado por los MOTORPSYCHO



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.



Siempre se mantiene activa Escandinavia dentro del universo progresivo con la continua oferta de propuestas y novedades musicales, y en este primer tercio del año 2019, los noruegos de MOTORPSYCHO no podían ser la excepción. En efecto, este trío campeón de la psicodelia progresiva de los últimos decenios acaba de publicar su nuevo disco “The Crucible”, más exactamente, en el pasado 15 de febrero: el sello alemán Stickman Records se encargó de la publicación de este ítem, tanto en formato de CD como de vinilo, algo que también se replicó en el propio país nativo del grupo con respecto al sello Grammofon Records. Este colectivo compuesto por Bent Sæther [bajo, pedales bajos, guitarra, mellotrón y voz], Tomas Järmyr [batería, percusión, mellotrón y voz] y Hans Magnus Ryan [guitarras, piano y voz] nos vuelve a brindar un trabajo de refinada y rotunda facture, esta vez explorando terrenos sonoros más robustos que los expuestos en sus dos últimos trabajos (también brillantes). El grupo contó con las colaboraciones especiales del vientista Lars Horntveth y de la vocalista Susanna Wallumrød en el segundo de los tres temas que conforman este disco. El repertorio de “The Crucible” pasó por una minuciosa serie de sesiones de grabación a lo largo del año 2018 en los estudios Kommun’, Monnow Valley Studios, Pooka Studio y Audio Virus Lab, pasando finalmente al periodo de mezcla en los muy solicitados estudios británicos Punkerpad UK. Veamos ahora sus detalles, ¿vale?




Durando poco menos de 8 ¾ minutos, ‘Psychotzar’, una pieza que en la mayor parte de su desarrollo temático establece una mezcla de psicodelia progresiva y stoner, todo ello a través de un enfoque temático con mucho gancho. Los principales referentes para este esquema de trabajo son los legados de BLACK SABBATH (71-74) y LED ZEPPELIN (72-74). En el último cuarto de la canción, el grupo pasa a una dinámica más grisácea y retraída, coqueteando abiertamente con los modelos de ANEKDOTEN y WHITE WILLOW (los primeros discos), combinando el nervio arquitectónico de los primeros y la magia evocadora de los segundos. Luego sigue la monumental pieza ‘Lux Aeterna’, la misma que dura casi 11 minutos. En una primera instancia, hay una exploración sesuda en las áreas de las primeras generaciones del sinfonismo británico (GENESIS) y el escandinavo (KAIPA, TRETTIOÅRIGA KRIGET) que marca de forma decisiva a la elaboración y los arreglos del etéreo motivo central. El groove alevosamente lánguido que el trío gesta para la ocasión se ornamenta solventemente con una robusta labor de la batería y un manejo envolvente de las orquestaciones y bases armónicas provistas por diversos mellotrones y vientos. Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, el grupo vira drásticamente hacia un recurso de majestuosa tensión al crear un pasaje instrumental donde se conjugan las vibraciones más neuróticas de unos VAN DER GRAAF GENERATOR y unos KING CRIMSON (época del 73-74). Estos nuevos índices melódicos invitan a dejarse arrastrar por un imparable vendaval pero el terror potencial es definitivamente reemplazado por una férrea vitalidad muscular. Una vez pasado este espectacular pasaje, el grupo pasa a una tercera sección donde predomina una aureola de regia parsimonia en una especie de hibridización entre PINK FLOYD y YES: los guitarreos empleados en esta tercera sección, de hecho, nos recuerdan tanto a Gilmour (en la época del “Meddle”) como a Howe (en la época del “Relayer”). Con el ingreso de una sección muy calmada centrada en un dulce cántico y una sobria dupla de guitarras acústicas se abre camino al señorial epílogo, el cual recibe de buen grado los ecos de la regia prestancia de la tercera sección, mientras el factor pastoral se da mañana para seguir latiendo en medio de tanto boato sonoro. ¡Qué canción tan hermosa!... y mira que aún queda algo más. 



El mamut musical absoluto del disco es la pieza homónima, la misma que ocupa un espacio de poco más de 20 ¾ minutos. La sección inicial es un pasaje instrumental muy exquisito donde se fusionan lo sinfónico, lo Crimsoniano y lo jazz-rockero, añadiéndose algunos matices psicodélicos de paso (particularmente, en lo referente al porte tan filudo que ostenta el bajo). El empleo de variantes compases inusuales para sustentar y dinamizar el desarrollo temático es simplemente impresionante. Todo transita a un momento de relativo sosiego a poco de pasada la frontera de los cuatro minutos y medio, que es cuando emerge una sección cantada de franco tenor reflexivo e introspectivo: el compás es en 6/8 con un groove lento, y poco a poco se va haciendo más macizo el armazón instrumental que rodea al canto, llegando a lo explícitamente fastuoso. El tercer momento dela suite es denso, tétrico, absorbente y electrizante,  derivando hacia un tempo de 7/8 que se engarza fluidamente con la sección precedente. Muy Crimsoniano en su ambientación y muy a lo ANEKDOTEN en su estructuración, este pasaje es el perfecto paisaje sonoro para un momento de trágica turbulencia en un fatal día de invierno. En medio de toda esta amenazante densidad opera un lirismo efectivo que sutilmente anuncia que la próxima sección bien podría cambiar de registro para exhibir un cuadro musical más autoafirmativo y fornido. Pues bueno, eso es lo que ocurre exactamente tras un breve preludio minimalista y tenue, un ejercicio instrumental de esplendorosas sonoridades heavy-progresivas en 7/8 y 6/8 que nos remite a un inusitado matrimonio entre los universos de GONG, TRETTIOÅRIGA KRIGET y KING CRIMSON. Esta sección no es muy extensa en verdad, pero goza de suficiente fuerza de carácter como para dejar una huella enérgica de su propia espiritualidad dentro del gran conjunto de la suite. La sección cantada que le sigue persiste en el aura solemne de la primera pero, como dijimos antes, recibiendo el impacto de rotunda fortaleza del pasaje instrumental que le precedió. Ya está preparado el terreno para que el gran final ocupe todas las dimensiones sonoras de los dos últimos minutos y pico de la suite. Con una clave melódica muy sencilla y una labor bastante suntuosa en los teclados, ‘The Crucible’ se despide con una actitud cálida y optimista a través de la parsimonia predominante.  

“The Crucible” nos ha sonado como un tremendo y fabuloso crisol de música progresiva que confirma por enésima vez a los MOTORPSYCHO como dueños de un posicionamiento muy alto dentro del escenario musical de nuestros días, tanto escandinavo como a nivel mundial. La banda sabe cómo moverse dentro de sus coordenadas estilísticas habituales mientras se las ingenia para mantener su propuesta y su ingenio compositivo frescos y convincentes. Recomendamos este disco al 200%, así de grandiosos son sus niveles de musicalidad e intensidad expresiva.





Muestra de “The Crucible”.-