HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
El pasado 9 de mayo alzó un nuevo vuelo el HEDVIG
MOLLESTAD TRIO, ensamble noruego de larga trayectoria dentro del ámbito avant-jazz-rockero
de Noruega. La guitarrista Hedvig Mollestad se hace acompañar por la bajista Ellen
Brekken y el baterista Ivar Loe Bjørnstad, sus eternos socios en esta entidad musical. Nos estamos refiriendo a su octavo álbum “Bees In The Bonnet”, publicado por el sello Rune Grammofon en Cd y en vinilo (negro y transparente). Nacida en febrero de 1982, Hedvig Mollestad Thomassen es una guitarrista y compositora de genuina veteranía dentro de los escenarios del jazz y el rock de vanguardia de Noruega, siendo así que buena parte de su mejor obra está en la discografía del trío del cual hoy hablamos, pero también ha tenido membrecías en EL DOOM & THE BORN ELECTRIC y en la TRONDHEIM JAZZ ORCHESTRA, discos firmados como solista, además de haber formado en tiempos más recientes otro trío llamado WEEJUNS. Este nuevo disco “Bees In The Bonnet” sucede por cuatro años a su muy elogiado “Ding Dong, You’re Dead”, una obra que cimentó la buena reputación ya concretada por discos anteriores como “All Of Them Witches” (2013) y “Smells Funny” (2018). El material contenido en el disco que hoy comentamos fue grabado y mezclado en el Amper Tone Studio, siendo después masterizado en Audio Virus Lab. El encargado de la mezcla fue Bård Ingebrigtsen, mientras que la masterización estuvo en manos de Helge Sten. Bueno, vayamos ahora a los detalles estrictamente musicales de este disco.
‘See
See Bop’ pone el rumbo inicial a las
cosas con un punche consistente y bien definido, un riff cañero y llamativo que se asienta cómodamente sobre un groove a medio tiempo: los BLACK SABBATH o los DEEP PURPLE se hubieran sentido orgullosos de haber compuesto esto. Las ligeras variaciones ulteriores en el swing y el electrizante solo que suena como una cruza entre Hendrix y McLaughlin generan suficientes recursos de sofisticación para esta pieza inicial. Luego sigue una estupenda tríada de temas que duran alrededor de 6
minutos: ‘Golden Griffin’, ‘Itta’ y ‘Bob’s Your Giddy Aunt’. El primero de
estos temas mencionados se eleva hacia una exaltación majestuosa cuya musculatura esencial está bien encuadrada dentro del enclave tipificado del jazz-prog con inclinaciones pesadas. La dupla rítmica cumple simultáneamente con las funciones de reforzar los cimientos y conectarse con las furiosas bases armónicas de la guitarra... Cuando ésta no se centra en explorar entusiastas áreas de incandescencia, las mismas que sirven para completar las agitaciones aristocráticamente estratosféricas donde el núcleo central del sonido triádico halla su potencial flameante. Todo un cénit del álbum. En lo que respecta al segundo, se trata de un trayecto sónico más orientado hacia una solemnidad ácida que coquetea con el punk-jazz: la aguerrida inteligencia de la pieza precedente se torna aquí más aguda. ‘Bob’s Your Giddy
Aunt’ empieza virando hacia lo experimental en clave misteriosa hasta que llega el momento de focalizarse en un ejercicio de brutal prog, el cual sirve para que el trío aborde los retos siempre abiertos del jazz-rock encendido por vibraciones psicodélicas de tipo stoner. ¿Una confluencia de los paradigmas de PAK y GURU GURU? Tal vez. Sea como sea, la verdad es que advertimos aquí solventes muestras de magia jazz-rockera que resultan tremendamente poderosas al valerse de su propia rudeza para estimular unos vuelos sónicos contundentes y macizos. Estos vuelos saben mantener su exquisito esplendor mientras se dejan llevar por su osada ingeniería de ígneos traqueteos.
‘Lamament’ es el momento sereno del disco, una detenida mirada introspectiva en los lugares más recónditos del alma, fuera de toda luz y, a la vez, ajenos a toda ansiedad. Los aires noctámbulos de esta sutilmente hermosa composición no apelan a algo incierto o inquietante, sino más bien a un deleite centrado en un remanso espiritual. ‘Lamament’ dura poco menos de 5 minutos y tal vez podría haber durado un poco mas, tan efectivo es el encanto de su núcleo temático. De todas maneras, llega ya el turno de ‘Apocalypse Slow’, que con su espacio de 8 ¼ minutos es la pieza más extensa del repertorio. También es la encargada de
cerrarlo... ¡Y lo hace a lo grande! Los aleteos machacantes con los que se inicia este último viaje musical arman un crescendo efectivo que suena realmente amenazante. A poco de pasada la frontera del segundo minuto y medio, el groove se enriquece con los efluvios delirantes de la guitarra, los cuales se sitúan a medio camino entre lo Crimsoniano y lo Rypdaliano con un punche extra de rock pesado. Los flameantes traqueteos cambian de swing después de traspasar la frontera del quinto minuto y medio, que es cuando la banda emplea un dinamismo propio del rock metalero clásico mientras la batería sigue sosteniendo unas férreas vibraciones jazz-rockeras. El segundo solo de guitarra es más exultante que el anterior, y aunque no es tan largo, tiene suficiente musculatura para guiar al ensamble íntegro por la senda del fuego telúrico. Así tiene que terminar todo, con un fuego de dimensiones sísmicas. Poco más de 35 minutos es todo el tiempo que ha necesitado este talentoso ensamble para hacer de “Bees In The Bonnet” un ítem totalmente idóneo para cualquier buena fonoteca actualizada en las avanzadas del jazz y del rock de nuestros días debido a su sistemática convergencia de consistencia en la fuerza expresiva y variaciones en los grooves. La verdad que se ha lucido el HEDVIG MOLLESTAD TRIO con este catálogo de nuevos trucos musicales que honra enormemente a la escena noruega de hoy en día: un álbum recomendable al 300% (un ciento por cada integrante).
Muestras de “Bees In The Bonnet”.-
Golden Griffin:
https://hedvigmollestadtrio.bandcamp.com/track/golden-griffin
Apocalypse
Slow: https://hedvigmollestadtrio.bandcamp.com/track/apocalypse-slow