Monday, November 30, 2009

THE TANGENT y sus nuevos relatos progresivos - elogio de "Down And Out In London And Paris"



HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Tal parece que Andy Tillison no se conforma con ser un cercano amigo de Roine Stolt, sino que también se propone compartir con él el cetro del “mayor trabajólico del progresivo actual”: así parece demostrarlo con su manera tan consistente e imparable de dirigir la trayectoria fonográfica de THE TANGENT, siendo así que el nuevo disco “Down And Out In Paris And London” acaba de salir al mercado casi al unísono de “Jitters”, disco de retorno de PARALLEL OR 90 DEGREES que ya fue reseñado por quien escribe en un momento anterior. A diferencia de este último THE TANGENT es un ensamble que se siente cómodo transitando por las composiciones de largo aliento dentro de un esquema progresivo retro. Ostentando influencias de YES, ELP y el VAN DER GRAAF GENERATOR 75-76 que se filtran a través de esquemas sonoros afines a los de THE FLOWER KINGS (etapa hasta “Flower Power”) y el SPOCK’S BEARD con Neal Morse, THE TANGENT vuelve a regalarnos una obra musical efectiva y atractiva. De este modo, se recupera la grandeza de “A Place In The Queue” después de los peligros de saturación con loso que había coqueteado el doble CD “Not As Good As The Book” – tras un puñado de primeras escuchas de “Down And Out In Paris And London”, siento que recupero mi motivación original por THE TANGENT. Con una formación renovada y totalmente británica, uno de los nuevos integrantes es el veterano baterista Paul Burgess (quien ha pasado por las filas de Camel, Jethro Tull, 10cc, entre otros).


‘Where Are They Now?’ ocupa los primeros casi 20 minutos del disco, y claro está, se trata de una suite progresiva épica a la vieja usanza, con pretensiones artísticas inocultadas que se muestran a lo largo de su secuencia de motivos varios y utilización de compases poco habituales. Tras un inicio calmo marcado por punteos adustos a lo Gilmour, la pieza no tarda en desarrollar una fastuosidad donde confluyen las herencias del YES de “Relayer” y el ELP estándar. La primera sección cantada tiene un predominio del compás 5/4, mientras que el entusiasta jam que comienza a partir del séptimo minuto incorpora algunas cadencias de tipo Canterbury (especialmente en ese vibrato que se pone a algunos sonidos de órgano) aunque sin perder el núcleo sinfónico, e incluso utilizando unos frenéticos trucos space-rock sobre el camino. Pasada la barrera de los 10’30”, nos topamos con una sección lenta dirigida por el canto y el piano, desde la cual se reelabora el motivo inicial y se transporta hacia nuevos caminos de desarrollo melódico trazados con fluidez y soltura. La parte final, ceremoniosa y potente, incluye un excelente solo de saxo a cargo del siempre infalible y refinado Theo Travis: no me hubiese importado que se recortara un poco el solo de guitarra con tal de dar unos segundos más a dicho solo, pero por lo demás, no tengo nada que objetar a este final tan poderoso. ‘Paroxetine 20 mg’ elaborar una confluencia entre contundentes sonoridades rockeras y cadencias rítmicas de corte R’n’B. A pesar del uso recurrente de su compás en 4/4, hay suficientes variantes de melodía, ambientación y atmósfera como para mantener el interés a un nivel tremendamente interesante. ‘Perdu Dans Paris’ es otro tema extenso, esta vez durando 11 ¾ minutos. A pesar de que el canto (habitual) de Tillison tiene un aura un tanto distante, influido por el estilo de Hammill en su obra solista, la canción porta una melancolía descorazonada, incluso en aquellos pasajes del interludio en los que la pieza adquiere un incremento en su compás. El refinado estilo de Jakko M. Jakszyk genera texturas cautivantes a través de los solos de guitarra. Se trata, a fin de cuentas, de un tema muy bello, emotivo a la vez que bien articulado. ‘The Company Car’ tiene un comienzo un poco engañoso con su esquema de balada sami-acústica, pero a medida que se van introduciendo las psicodélicas líneas de sintetizador y el canto se hace gradualmente más rasposo, se cimienta la vía para un nuevo despliegue sofisticado de claro talante progresivo. Yo percibo que el fade-out pudo llegar un poco más tarde, como para dar más espacio a los últimos solos de sinte y de saxo.


El setlist que contiene 6 temas corresponde a la edición especial del disco, pues su repertorio “oficial” solo debe constar de 5 temas. El bonus track no aparece al final sino en penúltimo lugar – me refiero a ‘Everyman’s Forgotten Monday’, una power-ballad progresiva de claros tintes floydianos, mezclando ambientaciones del “Wish You Were Here” y del “A Momentary Lapse Of Reason”. El disco culmina con ‘The Canterbury Sequence Volume 2: Ethanol Hat Nail’, un tema conceptualmente ligado a otro que formaba parte del ya lejano disco debut “The Music That Died Alone”. Bueno, y como indica el título, esta pieza es un tributo a esa vertiente tan especial de la añeja tradición progresiva: los ágiles sabores jazzeros abundan, así como los adornos juguetones y los sonidos “anticuados” de órgano y piano eléctrico, creando así un homenaje múltiple a HAFIELD & THE NORTH, CARAVAN, MATCHING MOLE y NATIONAL HEALTH, además de ocasionales efectos cósmicos de sintetizador que nos remiten a GONG. Atención a la secuencia densa y pesada que comienza a eso del minuto 8, ¡¡formidable!! Este tema está muy bien armado, no pierde el foco a través de su diversidad interna, y supone un redondeo bien definido de la ideología ecléctica que preconiza THE TANGENT. Como balance general, “Down And Out In Paris And London” resulta a mis oídos un disco recomendable para los obsesivos melómanos progresivos de siempre.


Muestra de “Down And Out In Paris And London”.- 
Paraxotine: http://www.youtube.com/watch?v=voJQh4vmXXY

Friday, November 27, 2009

El retorno de PO90 con "Jitters" - rock progresivo a puro músculo


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Con la presente tengo el enorme agrado de presentar mis apreciaciones sobre el disco de retorno de PARALLEL OR 90 DEGREES, titulado “Jitters”. PO90 (como le llaman los amigos) era una de las bandas británicas que yo más apreciaba del revival progresivo noventero, y ciertamente se hizo extrañar por muchos mientras estaba relegado a un periodo de hibernación durante el desarrollo de THE TANGENT. El dinámico Andy Tillison, compositor, letrista, cantante, tecladista y guitarrista de PO90 se sentía cómodo y ocupado en su inicial asociación con Roine Stolt durante los primeros años de THE TANGENT. Quedando como única fuerza creativa al frente de esta banda, e incluso con un nuevo lanzamiento al mercado este año, Tillison pudo por fin darse abasto para retomar el proyecto de PO90. Por lo escuchado en “Jitters”, puedo aseverar fehacientemente que se ha tratado de una excelente ocurrencia, pues lo que se encuentra aquí es un disco muscular, repleto de sonoridades robustas y cimentado sobre un tratamiento moderno de las más típicas ambiciones progresivas. En buena medida, este disco preserva y enfatiza el tipo de garra sofisticada que se plasmó en el hasta ahora último disco de la banda “More Exotic Ways To Die” (del año 2002). Usualmente un quinteto durante sus primeros 7 años de existencia, en esta segunda fase de su carrera PO90 es un cuarteto de Andy Tillison (voz, teclados y guitarra), Dan Watts (guitarras y artilugios electrónicos), Matt Clark (bajo) y Alex King (batería y artilugios electrónicos).

Desde la vía de entrada plasmada en el tema irónicamente titulado ‘Interlude’ se siente un punche fenomenal, portando un filo inapelable que se desarrolla consistentemente a través de un motivo sólido: su estructura es un anticipo de riffs y motivos que aparecerán más desarrollados en varios temas que siguen a continuación. Como al fin y al cabo, se trata de un preludio, el primer ejercicio notable de desarrollo musical se da en ‘Standalone’. Durando casi 6 minutos, el tema se inicia con una evocativa introducción de piano que nos pone en ambiente con la emotividad arrolladora que se va instalando desde que los guitarreos entran en acción. ‘Threesome’ tiene una naturaleza más electrizante merced a la rabiosa confluencia entre los guitarreos y el sintetizador que se explaya sobre una arquitectura rítmica tremendamente sólida. Las alusiones a esquemas sonoros de PORCUPINE TREE, O.S.I. y MUSE son claras de percibir. ‘Entry Level’ tiene un swing un tanto tirado al soul de base funky, lo cual hace que se genere un oasis de contención en medio de los aguerridos ejercicios rockeros que han tenido lugar hasta ahora. ‘Backup’ parece portar descaradamente la influencia del PT de los últimos 10 años, estableciendo atmósferas llamativas en clave de rock potente que se explaya mayormente en un medio tiempo. En su interludio, el esquema rítmico se intensifica hasta el punto de crear un impacto psicodélico bárbaro desde una patente vecindad con el prog-metal, lo cual sirve para que el clima sonoro de la pieza implosione convincentemente tras regresar al compás inicial. El tema homónimo prosigue ciertamente por esta herencia PT, siendo así que también se pueden notar ciertas afinidades con MUSE y la faceta aguerrida de RADIOHEAD. Más adelante, las cosas se ponen un poco más eclécticas con la expansión de ciertas cadencias jazz-rockeras en el esquema rítmico y el uso relativamente destacado de teclados cósmicos, todo ello apuntando a asentar una especie de contraste con los pasajes más duros. ‘The Dock Of The Abyss’ combina en buena parte de su estructura interna la agilidad del post-punk con la pegada del rock alternativo melódico, pero lejos está PO90 de querer hacer una canción convencional sin más: los adornos de teclado son efectivamente bizarros, así como también lo es el intermedio metalero desde el cual se crea un clímax bastante ágil. Los últimos siete minutos del disco están ocupados por ‘On The Death Of Jade’: portando una base sonora patentemente digitalizada, la pieza recrea una ingeniosa confluencia de space-rock, Indie y krautrock, instalada sbre un compás semi-lento que evoca cadencias nostálgicas. Ya en discos antiguos de PO90 hallamos composiciones en esta línea, así que podemos decir que esta canción refleja la esencia más añeja de esta banda felizmente resucitada.

Éste es un disco que rebosa energía rockera en un sentido decididamente frontal, aunque no se enmarca en el mainstream, sino que cuenta con sólidos recursos de sofisticación artística como para ameritar credenciales progresivas. No cabe duda que Andy Tillison sabe sentirse seguro dentro de un terreno musical que es tan ajeno a la fastuosidad retro de THE TANGENT, y si “Jitters” fue diseñado para demostrar que PO90 es una fuente de polenta rockera que no se ha enmohecido durante su periodo de hibernación, entonces a mí me consta que la demostración ha sido irrefutable.

Sunday, November 22, 2009

THE MUFFINS - Repasando dos discos de este excelente ensamble progresivo estadounidense

HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión quisiera sacar a colación a una banda estadounidense llamada THE MUFFINS, banda que he descubierto hace poco. Dada su veteranía y lo especialmente relevante que ha sido y sigue siendo su marginal aporte al enriquecimiento de la vanguardia rockera de su país, debo decir que el nombre de dicho grupo debe quedar registrado con suma urgencia en las agendas de los melómanos progresivos que aún no tienen nada de ellos en sus respectivas colecciones. Hasta ahora, lo que tengo de ellos se reduce a su disco debut de 1978 “Manna / Mirage” y el disco del año 2004 “Double Negative” (el segundo tras su reunión a fines de los 90s), dos trabajos fonográficos lo suficientemente distanciados entre sí como para poder apreciar sus orígenes tanto como su posición actual.

“Manna / Mirage” es un disco un tanto artesanal que, a pesar de no contar con un trabajo óptimo de producción sonora, refleja un genuino interés por realzar el potencial de la vanguardia progresiva desde el Canterbury, el rock in opposition y el estándar del jazz-rock fusión planteado por nombres como WEATHER REPORT y RETURN TO FOREVER. El grupo ya había estado por un par de años en salas de ensayo y estudios de grabación, registrando temas mientras aún andaban en busca de un contrato discográfico permanente. Cuando esto finalmente sucedió, el baterista del grupo era otro que el original y ya no había guitarrista en su alineación: es por ello que los teclados y los vientos ocupan un lugar tan patentemente crucial dentro del sonido global de grupo, y de hecho, esta circunstancia se constituirá en un eje esencial en torno al cual se irá desarrollando la obra de THE MUFFINS a través de su intermitente trayectoria.

‘Monkey With The Golden Eyes’ ocupa los primeros cuatro minutos del disco, creando texturas otoñales de directa orientación minimalista: con las cadencias de piano eléctrico y los medidos retazos de la flauta y otros vientos, se arma una base fértil para un ingenioso juego de texturas delicadas, líricas, ensoñadoras, que poco a poco elaboran un clímax otoñal bastante aventurero. Cabe decir que, a pesar del carácter esencialmente contemplativo de esta pieza, nos logra introducir inconfundiblemente en la exquisita mezcla de energía y estilización de la cual el grupo va a hacer gala de aquí en adelante. Una vez concluido el clímax del primer tema, emergen las deconstrucciones frontalmente free-form que dan inicio a ‘Hobart Got Burned’.

Esta introducción es todo un manifiesto contra nuestras ideas habituales de estructura a favor de la idea de caos coyuntural. Para decirlo de una forma más clara, se trata de un tema desestructurado que debe mucho al HENRY COW 73-74, y de manera indirecta, a las líneas de trabajo más bizarras del free jazz. Una vez que se asienta un esquema rítmico más cohesivo, las cosas se ponen bastante vibrantes, revelando influencias del SOFT MACHINE post-Wyatt sin hacerlas hiperbólicas. ‘Amelia Earhart’ comienza con una breve introducción de percusiones tonales y concretas, la cual precede a un entusiasta cuerpo central que conjuga una cálida confluencia entre GILGAMESH y WEATHER REPORT. El bajista encuentra dos o tres espacios para lucirse en medio de la amalgama sonora global, y realmente se muestra dispuesto a ostentar las influencias recibidas del maestro Hugh Hopper. En general, se nota que el grupo ha sacado buen provecho del espacio que se ha otorgado a sí mismo para explorar su faceta más extrovertida y reciclarla con la debida sofisticación inherente a toda intencionalidad progresiva genuinamente ambiciosa – en este caso, hay una sección lánguida que emite una sensación de misterioso peligro, la misma que el oyente puede especular que refleja la soledad de quien realiza un vuelo sobre el océano, o tal vez sea más bien una elegía en homenaje a la aviadora que terminó estrellándose sobre aguas misteriosas.

La total segunda mitad del disco está ocupada por una épica composición de más de 22 minutos titulada ‘The Adventures Of Captain Boomerang (For Mike Forrester)’. En muchos aspectos, hallamos aquí ambientes y arreglos instrumentales similares a los que ya habían marcado el desarrollo del tema anterior, aunque cabe señalar también que hay adornos tipo ZAPPA que permiten a esta pieza aumentar el sentido de aventura. Hay cambios de motivos y ambientes durante el largo desarrollo de la pieza, pero el grupo se resiste a jugar con contrastes: los giros y sorpresas se insertan convincentemente en una travesura fluida y grácil. Los últimos pasajes son juguetones con un cierto elemento de tensión incorporado, el cual motiva un efectista final abrupto.

Cuando después paso a “Double Negative”, se me revela un grupo que tiene ya total control sobre las técnicas para transmitir con total fluidez su oficio e ingenio creativo, contando además con medios más adecuados de producción.

‘The Highlands’ comienza con envolventes ambientes cósmicos signados por una combinación de capas de sintetizador y líneas de saxos, para que luego el cuerpo central reelabore estas atmósferas con un fulgor más extrovertido, casi como una cruza entre HAPPY THE MAN y SHADOWFAX. ‘Writing Blind’ exhibe una sonoridad más muscular, con un destaque de las secciones donde se da el notable realce de la dupla rítmica y los alucinados solos de saxo. La alternancia con interludios un poco más suavizados completan un cuadro de refinada sofisticación. ‘Choombachang’ tiene un título graciosamente zappiano, y fíjense por dónde, se puede describir como un eficaz ejercicio de reciclamiento del FRANK ZAPPA de big band. ‘The Ugly Buttling’ guarda una actitud más evocativa a través de su convincente armazón disonante tan propio del RIO. La secuencia de ‘The Man In The Skin Painted Suit’ y ‘Childhood's End’ muestra un talante especialmente calmado dentro del bloque general del álbum, mientras que ‘Exquisite Corpse’ – a contrapelo de su título idílicamente necrofílico – resulta una pieza bastante alegre y marchosa: el uso de climas fingidamente tétricos en sus arreglos de metales (a ratos afines al prototipo de ‘Peter Gunn’), guitarra eléctrica y percusión está diseñado para ensalzar lo humorístico, sin por ello perder un ápice de estilización. ‘They Come On Unknown Nights’ sí está lleno de sordidez, aunque no es chocante ni impenetrable, sino que es un exquisito ejercicio de chamber-rock; su conciso epílogo se engarza con el siguiente tema, ‘Cat’s Game’, el cual recoge un dinamismo híbrido entre ZAPPA y THINKING PLAGUE.

A partir de este punto, el disco pasa a focalizarse prioritariamente en esquemas sonoros más recurrentemente relajados - ‘Stethorus Punctum’ explora suaves esquemas disonantes con aires tipo Canterbury, mientras que ‘Dawning Star’ se apunta hacia un sendero más cándido de corte World Music, aunque no exento de efectivas dosis de densidad, y ‘5:00 Shadow’ tiene un groove simultáneamente sensual y relajante sobre el que superponen climas sonoros propios de la banda sonora de un film noir con moderados matices R.I.O. A pesar de que este tema daba en sí mismo como para un desarrollo más largo, el controlado deconstructivismo que prosigue con el siguiente tema, ‘Metropolis’, redondea los climas claroscuros con un uso inteligente de la raíz originaria del free jazz cálidamente instalada en un esquema rítmico sobrio y pulcro. ‘Angel From Lebanon’ combina secciones evocativas con otras un poco más áridas, para finalmente desembocar en un ágil jam honestamente inspirado en el estándar de HATFIELD & THE NORTH y el SOFT MACHINE post-Wyatt. La dupla de ‘Frozen Charlotte’ y ‘Maya’ porta un lirismo cautivante e irresistible, llenando un espacio de calma envolvente en medio del inteligente despliegue de eclecticismo del álbum, siendo así que el terreno está preparado para que ‘The Two Georges’ cierre el álbum con un nuevo ejercicio de progresivo jazzeado a lo Canterbury con ciertos ornamentos R.I.O. – mención especial para su bizarra introducción de órgano gótico.

En fin, ¿qué más puedo decir en este momento sobre THE MUFFINS? Pues que recomiendo fuertemente que los melómanos progresivos que aún no tienen nada de ellos en sus respectivas colecciones privadas que anoten su nombre en una agenda de próximas compras prioritarias. ¡¡No se habrán de arrepentir!!

Friday, November 06, 2009

La eternidad progresiva según SYZYGY

En esta ocasión traigo a colación a SYZYGY, banda estadounidense formada por veteranos amantes y cultores del progresivo sinfónico pero que recién en los últimos años ha podido gestar una carrera discográfica. Durante la primera mitad de los 90s, bajo el nombre original de WITSEND, el grupo liderado por el guitarrista Carl Baldassarre y el teclista Sam Giunta hizo su debut fonográfico con “Cosmos and Chaos”. Hizo falta que pasara una década completa y un nuevo bautizo (para llamarse SYZYGY) antes de que el grupo completara su segundo trabajo, “The Allegory Of Light”, un disco bastante sólido, definidamente enmarcado bajo el esquema retro sinfónico. Las influencias de YES, ELP, KANSAS y el PINK FLOYD 73-75 se reciclaban a través de filtros afines a los utilizados por TRANSATLIANTIC, el SPOCK’S BEARD pre-“Snow”, SALEM HILL, un poco de KAIPA y otro poco de HOLDING PATTERN también. Ahora, en 2009, “Realms of Eternity” confirma que SYZYGY sigue crucialmente interesado en explorar esta estrategia progresiva particular – en todo caso, este nuevo disco exhibe un ímpetu un poco más medido en comparación.

La secuencia de los tres primeros temas, ‘Darkfield’, ‘Vanitas’ y ‘Dreams’, instaura el modus operandi de la banda sin mayores tapujos. Entre los dos temas cantados (el primero y el tercero), prefiero el último dado que logra perfilar un esquema melódico más contundente, por vía de una serie especialmente ingeniosa de arreglos fastuosos, adecuados para la ocasión. Pero es en el instrumental ‘Vanitas’ donde hallamos las más poderosas dosis de polenta e ingenio melódico para la primera media hora del disco – me atrevería a asegurar que se trata de la mejor pieza de SYZYGY hasta la fecha. ‘Echoes Remain’, el cuarto tema, vira hacia un recurso muy diferente: se trata de una balada acústica desarrollada a través de una ambientación bucólica serena, plasmada en la elegantemente sobria comunión entre las guitarras acústicas y las delicadas capas de teclado (especialmente el sintetizador que emula al mellotron de flautas).

HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.
‘Dialectic’ (que dura 16 ½ minutos) y ‘The Sea’ (opus que ocupa los últimos 28 minutos del álbum) están a cargo de retomar la prestancia fastuosa propia del retro-prog en torno a la que SYZYGY articula su esencia artística, exhibiendo las influencias y afinidades que mencioné más arriba. En ‘The Sea’ tenemos piezas que tienen títulos autónomos: aparte de la delicada estilización otoñal de ‘Arranmore Isle’ y ‘Reflections’, y la suave agilidad pastoral de ‘The Morning Song’, todas las demás secciones de este opus reflejan dinámicos desarrollos melódicos y enérgicas arquitecturas sonoras robustamente ambientadas en un esquema sinfónico alimentado con ciertos elementos AOR. El solemne clímax con que se cierra la última sección ‘Finale’ establece un clima de majestuosidad bastante coherente con la base general del disco. El entusiasmo e ingenio de SYZYGY están más allá de cualquier duda, y aquí está “Realms Of Eternity” como prueba contundente de ello.

Monday, November 02, 2009

INDUKTI y su segunda arremetida progresiva con "Idmen"

HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

En esta ocasión quiero sacar a colación el nuevo disco de INDUKTI llamado “Idmen” – se trata de la segunda obra de este ensamble polaco de metal progresivo, y vaya si no ha logrado capitalizar y acrecentar las dosis de energía y creatividad que años atrás habían sido vertidas en “S.U.S.A.R.”, el disco debut que fue tan bien recibido en su momento. Pues bien, INDUKTI ahora ha conquistado una especial culminación de intensidad musical, la cual atraviesa de manera integral y consistente el repertorio de “Idmen”. Esta oferta de INDUKTI se focaliza en un progresivo metálico empapado de math-rock, metal experimental a lo TOOL, fusión psicodélica a lo GORDIAN KNOT y ciertos recursos industriales. Hay una lista de invitados especiales que se turnan en las contadas piezas cantadas, destacando Nils Frykdahl de SLEEPYTIME GORILLA MUSEUM (en 'Tusan Homichi Tuvota'); también hay invitados en instrumentos tales como la trompeta y el cimbalom, ítems que son bien aprovechados en varios de los arreglos que salen a colación a lo largo del disco.

‘Sansara’ abre el disco con una polenta poderosa y mágica, con unas guitarras duales que manejan muy bien sus impecables complementaciones mutuas en los riffs, mientras que la batería se desenvuelve ágilmente a través de complejos desarrollos rítmicos. Poco antes de llegar al minuto 5, el tema vira hacia lo reflexivo, con un medido protagonismo de lo acústico. ‘Tusan Homichi Tuvota’ abre con guitarras acústicas y cimbalom, mostrando una calma engañosa que pronto abre sus horizontes hacia sonoridades neuróticas en medio de aguerridas pulsaciones que poco a poco van instalando las bases para una creciente oscuridad emocional. De por sí, esta pieza se destaca principalmente por sus aires exóticos, los cuales volverán a aparecer en varios otros momentos del disco. Tal vez se trate de mi tema favorito de “Idmen”. ‘Sunken Bell’ es un retazo de percusiones exóticas y capas cósmicas, como si se tratara de una hipotética banda sonora para una película de David Lynch producida y compuesta por una banda étnica en los Real World Studios. ‘And Who's the God Now?!...’ comienza con una dinámica tribal para grisáceos sortilegios, para que luego el cuerpo central siga los aportes de OPETH y el PORCUPINE TREE actual, aunque cabe señalar que lo exótico sigue siendo un elemento crucial. Los delirios ritualísticos del final conjuran una mezcla de magia y locura tan inquietante como atractiva.

Nada puede sorprendernos al llegar al ecuador del disco, pero seguimos escuchando para complacernos con ‘Indukted’, tema arrollador e intimidante donde las ráfagas rockeramente pesadas se transportan ágilmente sobre ingeniosos juegos de síncopas, muy a lo math-rock (un poco refiriendo al DON CABALLERO de los primeros cuatro discos). Tras una coda de cimbalom, ‘Aemaet’ comienza perpetuando el clima de neurosis impenetrable de la pieza anterior. Poco antes de llegar a la frontera de los 3 ½ minutos, la pieza vira hacia un paraje etéreo de corte space-rock, alimentado por una estilización a lo PORCUPINE TREE pre-“In Absentia”. El pasaje final retoma la contundencia inicial a la par que conserva la vibración cósmica recién instalada. ‘Nemesis Voices’ es básicamente un nuevo ejercicio de prog-metal con acentos math-rock, precediendo a ‘Ninth Wave’, el mismo que ocupa los últimos 11 ½ minutos del disco. El tema abre con atmósferas contemplativas en las que la trompeta invitada ocupa un lugar destacado. Más adelante tenemos un delicioso dueto de guitarras acústicas cuya sencillez estructural sirve para estimular el armado de una ambientación cálida empapada de misterio. Al llegar al tercer minuto, el esquema rítmico y el trío de guitarras y violín crean un crescendo en aras de armar un nuevo despliegue de potencia inteligente. Con el posterior uso de fraseos místicos de violín y una breve sección de rock-fusión, la pieza recrea un aventurero eclecticismo antes de pasar a la fastuosa coda metálica. Los sonidos de olas y gaviotas en la costa marcan el epílogo de esta pieza y de este excelente álbum. INDUKTI ha logrado engalanar el ámbito progresivo para este año 2009.