Tuesday, April 29, 2025

Transición y renovación de la banda española EKZILO



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Ya está culminando el primer tercio del año 2025 y siguen llegando estupendas novedades desde varios frentes de la escena progresiva internacional; en esta ocasión, nos estamos refiriendo al cuarteto español EKZILO y “Quantum Phase Transition”, su reciente segundo álbum. La actual conformación de EKZILO consta de José Ruiz [guitarras eléctricas y flamenca], Paul Rodríguez [teclados y canto], Ángel Veas [bajo] y Abelix Tudela [batería]: este último es el nuevo integrante de la banda. Ese álbum debut homónimo del año 2020 nos dejó una muy grata impresión en su momento y ahora tenemos a “Quantum Phase Transition” como un manifiesto de confirmación de la creatividad y la agilidad que aporta este grupo a la escena progresiva española del momento. La publicación se dio el último 18 de abril por vía del sello Astronomy Recording Music. Todas las composiciones son de Ruiz mientras que los arreglos son realizados colectivamente. El proceso de mezcla del material aquí contenido fue realizado a dos bandas: por Santi García (Ultramarinos Costa Brava) y Carlos Santos (Sandman Studios). Ulteriormente, la masterización se puso en manos de Víctor García en el primero de los estudios antes mencionados. El arte y diseño gráficos son de la autoría de Iago Méndez. Bueno, repasemos ahora los detalles estrictamente musicales de “Quantum Phase Transition”.

Los primeros 9 minutos y pico del álbum están ocupados por el poderoso tema ‘Patibulum’, el cual parece asentarse en un punto de confluencia entre PENDRAGON, RIVERSIDE y OPETH: de eso se trata, una cruza entre la calidez del neo-prog más gentil y el nervio aguerrido del prog-metal, más algunas trazas de una senda intermedia. La composición misma es bastante sencillo en lo estructural, pero la interacción entre los músicos concreta una sofisticación razonable para el desarrollo temático, cuyo swing se mantiene constante a través de su recorrido integral. El grupo vira de registro con el arribo del segundo tema, el cual se titula ‘La Fábrica De Barro’. Ya desde las primeras instancias se nota que el cuarteto se enrumba por un dinamismo prog-sinfónico muy afín a los CAMEL de la segunda mitad de los 70, y de paso, establece nexos estilísticos con bandas como OMNI  y TRICANTROPUS. El vitalismo inherente a la composición es manejado con refinada exquisitez en base al sólido hermanamiento que hay entre el groove armado por la dupla rítmica y las bases armónicas de los teclados; dentro de esta matriz, los sucesivos solos de guitarra y de sintetizador van añadiendo variados recursos de fuerza de carácter. Una hermosa pieza cuya estela es, en parte, perpetuada por la siguiente, que se llama ‘Dunas’. En efecto, el armazón sonoro profundiza su caminata en el esquema de trabajo prog-sinfónico usando esta vez unas vibraciones rítmicas un poco más gráciles, las mismas que coquetean levemente con el jazz-rock. De hecho, este detalle permite al colectivo establecer su estructura comunitaria con una soltura nueva, la misma que se abre a variantes de groove en algunos pasajes estratégicos. En líneas generales, la guitarra tiene un lugar más protagónico dentro del entramado grupal. ‘Brujería’ es el cuarto tema del álbum y su función consiste en recibir los ecos de los dos temas precedentes para crear una arquitectura musical donde se combinen los discursos del prog y del jazz-fusión con raíces aflamencadas. La inclusión de un breve clímax percusivo y de un señorial solo de guitarra flamenca refuerzan solventemente esta estrategia creativa. La sección epilogar redondea la suntuosa faena musical.  

‘Evolution’ es la maratón de más de 18 ¾ minutos donde el grupo desarrolla los aspectos más masivamente ambiciosos de su ecléctico enfoque sobre el rock progresivo. Todo empieza con una sección prologar serena y relajada que invita a una espiritualidad contemplativa, siendo así que pronto emerge la faceta más propiamente extrovertida del grupo... y eso incluye algunos gruñidos propios del black metal; mientras tanto, el bloque instrumental se enfoca mayormente en una prolongación de los aires híbridos ya plasmados en los temas #3 y #4, calculando meticulosamente en qué pasajes se ha de realizar alguna que otra avalancha rockera. Hay una aristocrática apoteosis de teclados donde se hermanan el romanticismo refinado del estándar Genesiano y los vuelos cósmicos de talante Floydiano, tras el cual, una figura razonablemente sofisticada de bajo inicia el rumbo de otra sección animada de línea jazz-progresiva. Los sucesivos solos de teclado y guitarra activan eficazmente los índices temáticos con los que se arma el bloque sónico en curso. Dado que aquí se nota que hay un mayor despliegue de musculatura rockera, el terreno está sembrado para que el epílogo elabore recursos de estilizada garra expresiva: la voracidad majestuosa de dicho epílogo transporta al cuarteto a terrenos Yessianos dentro de un clímax contundente. Un viaje por varios lugares con la guía de un mapamundi de sonidos articulados. La miniatura oportunamente titulada ‘Epílogo’ se encarga de cerrar el repertorio con una guitarra solitaria que da rienda a una soltura pastoral marcada por una interesante riqueza de matices. Así fue nuestra experiencia con “Quantum Phase Transition”, el magnífico segundo álbum de EKZILO, un estupendo grupo que establece una transición hacia un área más abarcadora de sus inquietudes progresivamente eclécticas, así como una renovación dentro de sus inquietudes centradas en el refinamiento melódico. Muy recomendable. 


Muestras de “Quantum Phase Transition”.- 

Sunday, April 27, 2025

PERFECT: el baluarte de las experimentaciones rockeras progresivas en Ohio

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión viajamos a Ohio para prestar atención al grupo estadounidense PERFECT so pretexto de la publicación de su más reciente trabajo fonográfico “Monkey Jockey Man And The Safari Tick Sugar”, la cual tuvo lugar el 19 de enero del pasado año 2024. La presente reseña es un poco tardía, cierto. Este ensamble conformado por Sam Holik [guitarras y efectos de sonido], Jake Ross [batería], Sam Colgrove [bajo y teclados], Ian Palmerton [voz, guitarra y percusión] y Sean Morton [teclados] cultiva un híbrido de avant-prog, jazz-rock experimental, psicodelia y brutal prog. Los orígenes de PERFECT se remontan al año 2017 con la formación del trío PERFECT GIRL con Holk, Ross y el saxofonista-bajista Tony Batey con una propuesta de hard rock con elementos funk y punk. Con la partida de Batey y el ingreso de Colgrove, el grupo redujo su nombre a PERFECT y, de paso, tomó la decisión de reorientar su senda estética por una vía más frontalmente experimental, buscando estructuras complejas y absorbiendo influencias de las tradiciones progresiva y jazz-rockera. Al remodelado trío se unieron el vocalista-guitarrista Palmerton, el teclista Michael Weber y el saxofonista Eric Perez, completando el sexteto que gestó el álbum homónimo de debut en el 2022. Con nuevo teclista y sin saxofonista, la gente de PERFECT nos brinda un manifiesto bien definido de su meta musical dentro de la vanguardia estadounidense. El material contenido en 
“Monkey Jockey Man And The Safari Tick Sugar” fue grabado en el estudio Akron Recording Company, estando Carey Haren a cargo de las labores de mezcla y masterización.  
 
 

El repertorio de “Monkey Jockey Man And The Safari Tick Sugar” empieza con ‘Christ Excavations’, justamente su tema más extenso, el cual dura poco más de 16 ½ minutos. Las instancias iniciales son agresivamente caóticas con la presencia de un breve sismo sónico que, de pronto, abre paso a un groove variado y razonablemente complejo en clave jazz-progresiva que parece inventar un espacio intermedio entre ECHOLYN y THE MARS VOLTA. Una vez abierta esta puerta, la banda camina sucesivamente por varios senderos musicales que la llevan de un paraje sereno a otro más vivaz y, de allí, a otros que exhiben diversos niveles de tensión psicodélica. La consigna es crear un collage de prog psicodélico, jazz-rock, rock experimental Zappiano, math-rock al estilo de AHLECHAUTISTAS y rock agresivo con cierto talante deconstructivo, un collage que, de alguna manera, contenga una fluidez bien definida a la hora de armar el sinfín de ilaciones multitemáticas que se va armando a lo largo de estas valientes excavaciones musicales. Tras una sección instrumental particularmente juguetona, emerge una capa sonora abstracta que, al modo de un oleaje cibernético, concluye las sesudas labores de esta suite. Tremendo inicio del álbum y ‘Acoustic Encryption’ sigue a continuación para elaborar más detalles significativos respecto a la capacidad del ensamble de mezclar vibraciones jazz-progresivas con traqueteos math-rockeros. Algunos pasajes específicamente musculares y la mayor parte de las intervenciones del canto aseguran un brío genuino para la composición, aunque la ingeniería global es un poco más dispersa que la de la suite precedente. ‘Ugly Cane Day’ es una composición más compleja que la precedente, jugando con texturas sofisticadas mientras maneja una garra y una agudez bastante explícitas a la hora de encuadrar los motivos centrales. Cuando llega al turno de ‘Tick Sugar’, la gente de PERFECT se dispone a explorar sesudamente el área del ruidismo con un nervio deconstructivo bastante osado, jugando con lo tétrico y lo dadaísta al unísono. A través de los inquietantes y convulsos efluvios sonoros se revela un espíritu distinguido de parte de los músicos arrojados a lo más extremo e insolente de lo dionisíaco. 
 
Ocupando un espacio de 10 minutos, ‘A Wreath Of Virtuous Infinite (The)’ es la segunda pieza más larga del disco. Su enfoque temático primordialmente se basa en hacer confluir los aspectos más exquisitos y vibrantes de los temas #1 y #3 dentro de una arquitectura consistente que se da abasto para acoger y acoplar todos los índices temáticos que van emergiendo a lo largo del camino. Hay un aura de extravagante extroversión que permite al fulgor general del bloque instrumental asentarse con firmeza a través de la extensa duración de la pieza. Y cuando llegamos a la frontera del quinto minuto y medio... toda esta enrevesada danza musical se corta abruptamente para abrir paso a un inesperado intermedio minimalista, aunque éste no dura mucho. Eso sí, deja una huella en la mente del oyente empático mientras el grupo recupera los grooves primordiales con ágil prestancia y animada premura. ¿Qué significó ese intermedio? Posiblemente, una travesura de tensión, porque no se trató de un momento de relax, definitivamente. En esta segunda parte del tema se contiene uno de los más elegantes solos de guitarra de todo el disco, así como también unas metrallas brutales que definen el juego de contrastes entre lozanía ingenua y fragor bélico con el que se arma el epílogo. Todo se termina con el arribo de ‘Miserable Circuit’, una pieza de tenor atmosférico que resuena como un esbozo perdido de CLUSTER & ENO remodelado a través del paradigma ambient. Las capas de teclados arman un sencillo motif que va flotando con un aura aristocrática. Recién con este disco hemos descubierto a PERFECT y la ocasión resultó perfecta para que se nos desvelara este interesante baluarte de la avanzada rockera estadounidense de nuestros tiempos. En nuestro balance final, “Monkey Jockey Man And The Safari Tick Sugar” es un disco bastante recomendable para cualquier colección de rock artístico que se precie de ser buena o más. Vigor expresivo y sofisticación valiente al servicio de la visión progresiva del rock.
 
 
Muestras de “Monkey Jockey Man And The Safari Tick Sugar”.-
Christ Excavations: https://perfectohio.bandcamp.com/track/christ-excavations
Ugly Cane Day: https://perfectohio.bandcamp.com/track/ugly-cane-day
A Wreath Of Virtuous Infinite (The): https://perfectohio.bandcamp.com/track/a-wreath-of-virtuous-infinite-the

Thursday, April 24, 2025

ALAS: el alto vuelo de la movida progresiva argentina de los 70

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. INCA.

Hoy echamos un vistazo a un tiempo y un lugar del pasado: el lugar, Argentina, el tiempo, uno de exploraciones musicales eclécticas dentro del circuito del rock de los 70. Yendo a lo más concreto, nos centramos en los dos primeros álbumes que realizó el trío ALAS, el cual fue fundado por el teclista-vientista Gustavo Moretto en el año 1974 tras su periplo en el ensamble de jazz-fusion ALMA Y VIDA. Asociándose con él el baterista-percusionista Carlos Riganti y el bajista-guitarrista Álex Zucker, se concretó el leitmotiv de una propuesta rockera progresivamente ecléctica que beba tanto de la escena europea como de la avanzada jazz-rockera estadounidense del momento, todo ello sobre unos fuertes cimientos de las diversas tradiciones folklóricas (porteña y otras varias). Riganti provenía de MATERIA GRIS, la cual tiene el mérito de haber gestado la primera ópera-rock de Argentina (“Oh, Perra Vida De Beto”); por su parte, Zucker venía de apoyar al popular dúo de folk-rock PEDRO Y PABLO. Experiencias distintas que convergieron en un camino común de nuevas ambiciones sonoras con el impacto de las composiciones que surgían de la mente de Moretto. A poco de fichar por el sello EMI, tuvo lugar el debut fonográfico de ALAS, un single del año 1975 cuyo lado A estaba ocupado por ‘Rincón, Mi Pequeño Rincón’, una balada progresiva de tenor porteño: la suavidad evocadora del canto está oportunamente arropada por un sedoso armazón instrumental que utiliza el nivel adecuado de señorío para impulsar el ánimo nostálgio de la letra: “Dónde está mi vieja ropa, / Más pequeña, más rota. / Dónde están mis veranos. / Y mi madre nos daba aire, / Y yo el día en las piedras, / Y yo amaba la vida / Y yo amaba la tierra.” El lado B contenía el animado instrumental ‘Aire (Surgente)’. Para efectos descriptivos, diremos que  suena como una composición perdida de HATFIELD AND THE NORTH que fue reavivada por la banda de JAN HAMMER para anticiparse a los CAMEL de 1977. Un esquema ingenieril de índole jazz-progresiva que recibe una buena dosis de dinamismos fusionescos mientras refuerza continuamente sus índices melódicos con elegante vivacidad al más puro estilo progresivo. 

                       
 
Finalmente, el disco debut directamente titulado “Alas” salió al público por vía del sello EMI. Dos suites por lado, ‘Buenos Aires Sólo Es Piedra’, con las secciones ‘Tango’, ‘Sueño’, ‘Recuerdo’, ‘Trompetango’, ‘Tanguito’ y ‘Soldó’; ‘La Muerte Contó El Dinero’, con las secciones ‘Vidala’, ‘Smog’, ‘Galope’, ‘Mal-ambo’, ‘Vidala Again’, ‘Amanecer / Tormenta’ y ‘Final’. En el álbum, la logística instrumental era así: Moretto a los pianos clásico Steinway y eléctrico Fender Rhodes, los sintetizadores ARP 2600, ARP String Ensemble y Moog, el órgano Hammond, la trompeta, la flauta dulce, el violín y el canto; Zucker a los bajos Fender Jazz Bass y Rickenbacker, y las guitarras Gibson Les Paul y Fender Stratocaster, y; Riganti a la batería y las percusiones (bombo legüero, gong, maracas, castañuelas, campanas tubulares, silbatos, triángulos y pito). Como se ve, está garantizada una ingeniería sonora bastante fastuosa. La temática apocalíptica de ambas suites refleja fidedignamente la tragedia argentina en su tensión social y turbulencia política de aquel entonces.* Comenzamos con ‘Buenos Aires Sólo Es Piedra’. Las cosas comienzan con agitadas vibraciones que se mueven con una extraña y compleja sensualidad en base al entramado de piano eléctrico, bajo y batería, el cual instala uno de los motivos centrales sobre un groove razonablemente sofisticado, al cual el órgano y el sintetizador añaden una densidad extra. Imaginemos una idea suelta de WEATHER REPORT replanteada por los SOFT MACHINE de 1971-73 con un par de músicos de RETURN TO FOREVER como invitados. Los recovecos que arma la banda a lo largo de su propio laberinto palaciego aterrizan en un momento introspectivo alrededor de la frontera del tercer minuto. Hay algunos sospechosos retazos desosegados en este ensueño sónico, los mismos que se sueltan un poco más adelante en un ejercicio de abstracciones aleatorias donde soplan aires de deconstrucción surrealista; éstos llevan a un crescendo tétrico que convoca visiones fantasmagóricas. Abierta la puerta a un nuevo motivo ágil, éste se desarrolla con magnífica soltura mientras deja algún espacio para unos interludios etéreos: la alternancia perfecta entre florecimiento primaveral y niebla otoñal. Hay un solo de trompeta hermoso y evocador que emerge a poco de pasada la frontera del undécimo minuto, en uno de los pasajes calmados. Tras éste, emerge una nueva sección extrovertida, un breve momento de resplandor que motiva el retorno del motivo inicial (en clave un poco más neurótica) de esta ofrenda musical, siendo así que el último lazo lo ata un hipnótico y parco fraseo de piano eléctrico.  


La segunda suite dura cerca de 18 minutos y es nuestra favorita, aunque, para hablar con justicia, el disco es una gozada irrefutable en su forma íntegra. La primera sección de ‘La Muerte Contó El Dinero’ tiene la manifestación de un testimonio desgarrador al modo de una lánguida elegía: “Se quiebra el cielo en cortezas de cal. / Cubren las tumbas trozos de altamar. / Siembran dolores departoanimal. / Lloran los niñossu hambre invernal.” Los ornamentos de percusión y guitarra añaden un sutil colorido a este sobrio relato de fatalidad. Y luego emerge un monumental apocalipsis cuasi-Emersoniano bajo el mando principal del órgano y con una robusta columna de ágiles grooves armados por la dupla rítmica. Los añadidos percusivos aportan vibraciones criollas al susodicho groove en una doble exhibición de extroversión y neurosis. Esa misma doble exhibición aumentará su dosis de musculatura cuando, con el incremento del tempo y de la garra expresiva, se arma una agitada orgía de solos sucesivos de sintetizador y órgano tras un nuevo momento de canto (“Veo la tierra sufrir / Y sus cosechas morir / Pues muchos quieren ser dueños de Dios / Y de su estómago y su voz / Y de la carne de los pueblos.”) También hay una ocasional intervención de la guitarra que, de alguna manera, parece emular las cadencias típicas de un piano eléctrico; un detalle, pero uno muy importante dentro de la meticulosa arquitectura que se va reforzando continuamente mientras la potencia reinante va avanzando a paso firme. Tenemos aquí la perfecta encrucijada entre los ELP de 1973 y los RTF de 1973-75. Una vez que se para todo, el motivo contemplativo del prólogo regresa de forma reducida para abrir paso a una serie de improvisaciones etéreas, las cuales incluyen algunas angelicalmente traviesas líneas de flauta dulce. Tras un efecto sintetizado de trueno y mientras se van alejando unas mágicas florituras de bajo, se asienta un fabuloso solo de batería que libera la tensión precedente mientras crea una muscular inquietud propia. El eco del último golpe de batería impulsa el frenético reprise de los dos motivos iniciales de la segunda sección, siendo así que todo desemboca en un clímax apoyado sobre una consistente nota aguda hasta que todo se termina evaporando en un vacío insondable. Esa intrigante nota aguda repetida es como el registro de los últimos gritos de doloroso terror antes de ser absorbidos por el descendente serpenteo de la muerte. ¡Qué bárbara exaltación de cromatismos progresivos! Con el paso del tiempo, “Alas” llegó a ser un disco muy bien considerado por coleccionistas: ulteriores ediciones de CD incluyen el lado B del single debut. Confesamos que éste es nuestro disco argentino favorito de los 70, así de simple.


La historia de “Pinta Tu Aldea”, el segundo álbum de ALAS, se inició cuando ya Zucker había abandonado el trío para mudarse a los Estados Unidos para seguir estudios musicales y formar el grupo MELANGE. Era verano de 1977 y le reemplazó el niño prodigio Pedro Aznar. La distribución instrumental en el material grabado para “Pinta Tu Aldea” fue así: Moretto a los pianos, el órgano, los sintetizadores, la trompeta y la flauta; Aznar al bajo, la guitarra acústica, y ocasionalmente, el sintetizador y la flauta, y; Riganti a la batería y la percusión. Aznar tenía entonces 17 años y había formado parte de MADRE ATÓMICA, banda que todavía tendría que esperar algunos años para debutar fonográficamente, ya sin él. En aquel tiempo, Aznar era un declarado fan de ALAS y era un gran sueño hecho realidad formar parte del renovado trío. Su ingreso al trío dio nuevos bríos al conjunto al convertirse instantáneamente en un socio creativo ideal para Moretto. En este segundo disco aparecen algunos invitados: los maestros bandoneonistas Daniel Binelli y Néstor Marconi, y la flautista Cecilia Tanconi (a la sazón, integrante del inmenso ensamble avant-progresivo BUBU). El título del disco alude a la declaración del maestro literato ruso LEÓN TOLSTÓI “pinta tu aldea y pintarás el mundo”. Esa sola frase podría ser una reseña de este segundo disco de ALAS: una pintura donde un paisaje del contexto propio se concreta con colores que se abren cosmopolitamente a las más exquisitas ambiciones del arte del sonido. La portada es de la autoría de Rodolfo Ochambela. El repertorio del disco se inicia con la monumental composición ‘A Quiénes Sino’, la cual dura poco menos de 10 minutos. Al fin y al cabo, es un tema que funciona como una conexión entre el posicionamiento eclécticamente progresivo del primer álbum y las ambiciones de fusión contemporánea proyectadas para este nuevo álbum. Tras un prólogo cósmico donde las capas y ornamentos de múltiples sintetizadores arman un flotante trasfondo para sucesivos solos etéreos de trompeta y flauta, el trío entra en acción de manera contundente para plasmar a paso firme un perfecto híbrido de los RETURN TO FOREVER de 1976, el estándar de ELP y los YES de 1974. La dupla rítmica funciona con una musculatura que, además de ser obviamente compacta, sabe ser maleable para los sofisticados quiebres que se dan en el swing en varios pasajes estratégicos. Los lucimientos individuales del ARP, el órgano y el piano resuelven el núcleo melódico y lo ornamentan con arrebatada prestancia. Aunque “Alas” es nuestro disco favorito del trío como un todo integral, es esta composición que abre “Pinta Tu Aldea” nuestra gesta particular preferida dentro de todo el catálogo de ALAS en los 70.
 


La pieza homónima sigue a continuación para asentar firmemente la línea de fusión contemporánea con la que el trío quería operar en esta nueva etapa. En efecto, ‘Pinta Tu Aldea’ destila raudales de vibraciones tangueras con un enfoque vanguardista donde afloran coloridas aureolas de jazz contemporáneo. Ya desde los instantes iniciales se nota que el bandoneón es más que un instrumento invitado, es realmente un cómplice de los otros que aportan los músicos del grupo. Los aires porteños que son tan explícitos en los cuerpos melódicos centrales se sumergen y explayan fluidamente en el delicado y complejo entramado de torcimientos de los groove y ambientes diseñados bajo la lógica del jazz-fusión contemporáneo. Las calculadas florituras del bajo resultan esenciales para el realce de los índices temáticos centrales; además, realiza un solo alucinante cerca del final. La inserción de un evocador solo de piano eléctrico añade un cariz contemplativo a una composición cuyo tenor predominante es polícromo y expresionista. Prácticamente, la portada del disco es el reflejo visual de los sonidos aquí articulados.  ‘La Caza Del Mosquito’ se interna decididamente en áreas de la fusión brasileña mientras preserva otros del folklore argentino. Tras un inicio expectante, se arma un trípode consistente de piano, la guitarra acústica de Aznar y la flauta de la ilustre invitada Tenconi para desarrollar un viaje de señorial sensualidad sobre un swing tan decisivo como delicado. Los ocasionales ornamentos de sintetizador y percusión añaden tonalidades interesantes al asunto, y aún más los solos de bajo y piano eléctrico que entrarán a tallar más adelante. La sección epilogar retoma el centro temático del prólogo bajo un ropaje un poco más suntuoso, pero suficientemente comedido para ajustarse al espíritu general de la composición. El álbum se cierra con ‘Silencio De Aguas Profundas’, su ítem más extenso al tener una duración de 13 ½ minutos. El matrimonio del piano eléctrico de Moretto y la flauta de Aznar establece un prólogo etéreo y ensoñador que alude a cosas misteriosas y escondidas. Una segunda sección se enfila por la senda de la fusión porteña con un pronunciado talante ambiental dentro del área jazz-progresiva; las líneas del bandoneón flotan juguetonamente con variados niveles de expresividad antes de que todo se apague por un segundo para ceder el protagonismo al piano clásico, terminando por unírsele la guitarra acústica. Alrededor de la frontera del octavo minuto, las cosas se van agilizando notoriamente a despecho de la ausencia de batería, se muestra una juguetona luminosidad en medio de las aguas profundas del ingenioso desarrollo multitemático. El terreno está preparado para que se dé un momento de suntuosidad progresiva bajo el mando de los sintetizadores (¿Un encuentro de Jan Hammer y Patrick Moraz?). La sección epilogar regresa a los flotantes aires porteños que emergieron en un momento anterior. Muy interesante paraje culminante para “Pinta Tu Aldea”... aunque nos queda la pregunta de cómo hubieran funcionado algunas secciones con la inclusión de la batería. Bueno, así se registró ‘Silencio De Aguas Profundas’ para la posteridad y ya está. 

 

A pesar de ser un producto ya completo en el año 1977, “Pinta Tu Aldea” recién fue publicado en el año 1983. Podría haberse publicado, a más tardar, a inicios del años siguiente, pero Moretto decidió viajar a Boston para seguir con sus estudios musicales a inicios de 1978, lo cual dificultó la logística para la publicación oficial de dicho ítem. Una vez salido al mercado el segundo disco en cuestión, la escena musical y el público melómano de Argentina estaban centrados en otras vertientes expresivas, lo cual hizo que “Pinta Tu Aldea” pasara injustamente desapercibido. Moretto siguió adelante con su periplo académico que le llevó al New England Conservatory y al Departamento de Música de la Columbia University. Aunque se terminó oficialmente la historia de ALAS en algún momento de la segunda mitad de los 70, los imprevisibles designios del destino tenían planeados algunos episodios de resurrección. Es más, a inicios del nuevo milenio, el sello EMI publicó un doble CD con los dos primeros discos más las dos canciones del single de 1975 dentro de su colección Archivos EMI, además de un ítem (extrañamente) titulado “Grandes Éxitos” con las dos suites del primer álbum, el lado A del single inaugural y 3/4 partes del segundo álbum. En ese tiempo tuvo lugar la reunión de ALAS con la base del trío originario más el guitarrista Carlos Riganti (hijo de Gustavo) y el bandoneonista Binelli supuso una serie de actuaciones dentro y fuera de Argentina**; además, se produjo un tercer álbum de estudio “Mímame Bandoneón” en el año 2005. Una excelente novedad reciente relativa a la apreciación del legado de ALAS es que en marzo de este año 2025, el sello argentino Viajero Inmóvil publicó una reedición del segundo álbum con los temas remasterizados por Gustavo Bolasini y bajo la producción de Felipe Abel Surkan. También contiene un bonus track rescatado de la etapa con Zucker, ‘Mambrú Perdió La Guerra’, el cual se extrae de una actuación en el Auditorio Belgrano del año 1974. Aunque la calidad del audio no es particularmente buena, es un vestigio claro de los niveles de energía y espíritu aventurero que ALAS siempre supo insuflar a su excelsa propuesta musical. Se nota el despliegue de complejidad compositiva de este tesoro recobrado de ALAS: hay secciones bien diferenciadas entre sí que van formando un todo cohesionando, un vitalismo peculiar en el modo en que se va diversificando la dupla rítmica, esa alternancia de pasajes robustos con otros más envolventes que emanan de los teclados, una peculiar ceremoniosidad en los muy líricos pasajes cantados. La vivacidad del jam sobre el que se arma la sección precedente al epílogo ensoñador ostenta un fulgor bastante celebratorio, lo cual ayuda al susodicho epílogo a edificar un clímax efectivo. Las ovaciones que se escucha son totalmente merecidas. Pues bien, que sirva esta magnífica reedición de “Pinta Tu Aldea” para recuperar sólida y definitivamente la memoria del alto vuelo para la movida progresiva argentina de los 70 que supusieron los dos discos de ALAS, entidad suprema de la vanguardia musical sudamericana de ayer y hoy. Y hablando de hoy, resulta que ALAS tiene programada una participación en el magno evento Héroes del Rock Nacional este próximo 3 de mayo en el Teatro Ópera de Buenos Aires. ¡Es imperdible!


Muestras de ALAS (1975-82).-
La Muerte Contó El Dinero: https://www.youtube.com/watch?v=guScno3-rL0


[Algunas de las  ideas vertidas en la presente retrospectiva están inspiradas en estas dos reseñas originalmente publicadas en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/alas_alas.html y https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/alas_pintatualdea.html


* Hay una interesante y meticulosa entrevista al maestro Moretto en este enlace del blog Intersticio: https://iculturarock.blogspot.com/2024/02/buenos-aires-es-solo-musica-entrevista.html

** La actuación de ALAS en Río de Janeiro en noviembre de 2003 se publicó fonográficamente 20 años después bajo el título de “Rio No Solo Es Piedra”. Nuestra humilde reseña del disco en cuestión se halla en este mismo blog y está en el enlace https://autopoietican.blogspot.com/2023/03/alas-en-rio-de-janeiro-memorias-del.html

Sunday, April 20, 2025

ECHOLYN: acabando con el silencio por partida doble



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy es el turno de presentar dos discos simultáneamente publicados por la legendaria banda estadounidense ECHOLYN por vía independiente: “Time Silent Radio II” y “Time Silent Radio vii”. El 7 de marzo pasado tuvo lugar este maravilloso evento fonográfico que acaba con el silencio donde se cobijó el grupo por casi 10 años (“I Hear You Listening” data de fines de julio del 2015). No se trata, pues, de un doble álbum, sino de dos obras individuales que se fueron gestando en simultáneo bajo nomenclaturas muy semejantes. Hoy por hoy, ECHOLYN está conformado por el cuarteto de Ray Weston [voz, bajo y coros], Brett Kull [guitarras, voz, coros, diseño sonoro, teclados adicionales y percusión ocasional], Chris Buzby [teclados, coros y percusión ocasional] y Jordan Perlson [batería y percusión], y sigue afirmándose como una voz de élite dentro de la escena progresiva estadounidense desde fines de los 80 hasta nuestros días. Habiendo sido históricamente un quinteto, el grupo regresa al formato de cuarteto con Weston asumiendo el rol de bajista, algo que sólo había ocurrido antes con el álbum conceptual “Mei” del año 2002. Con los tres siguientes álbumes, una vez regresado el bajista Tom Hyatt, Weston alternaba con él las labores al bajo y a la segunda guitarra. Hyatt vuelve a irse y también está ausente el baterista histórico Paul Ramsey, pero Perlson no es un extraño: él tocó en algunas canciones de “Cowboy Poems Free”, ese magnífico disco de retorno del año 2000. Para “Time Silent Radio vii”. el grupo contó con las ocasionales colaboraciones de Katie Barbato (coros), Glenn Rosenstein (percusión) y Mike Ostrich (palmas y monólogo). Kull estuvo en la línea de frente de la banda durante los procesos de organización e ingeniería de sonido de las sesiones de grabación del material de ambos discos, además de la producción. Los estudios fueron Chateau Fornance y Catapult Sound. Las ulteriores labores de mezcla y masterización estuvieron en manos de Glenn Rosenstein en los Skylight Sound Studios de Franklin, Tennessee. En total, le tomó a la banda una larga e intermitente serie de sesiones de composición y grabación entre los años 2018 y 2024 para gestar todo este nuevo material. En lo referente al diseño gráfico, éste fue realizado por William Schwartz en base a fotografías de Weston y Kull. Bueno, ya es hora de repasar los detalles de estas dos obras fonográficas.
 
 
El repertorio de “Time Silent Radio II” contiene dos piezas de largo aliento. La primera se llama ‘Time Has No Place’ y dura poco más de 16 ½ minutos; sus secciones tienen los títulos autónomos ‘Into Blue And Green’, ‘The Air Of Ivy Hill’, ‘Emerald Garden’ y ‘Forever Evermore’. La segunda se llama ‘Water In Our Hands’ y dura cerca de 29 minutos; ninguna de sus cuatro partes tiene algún nombre distintivo, sólo comienza con Part I y termina con Part VI. Comenzamos con ‘Time Has No Place’. Tras una sección inicial llena de interferencias radiales, entra de lleno el ensamble instrumental para conectarse con una agilidad elegante donde el vigor rockero y la estilización progresiva se funden en una sola luz. La primera vez que entra en acción el canto, el esquema instrumental vira drásticamente hacia una calma pastoral, siendo en realidad un breve momento de relax antes de que la agilidad vuelva a imponerse con la autoridad correspondiente. La labor de los teclados es fundamental para asentar el señorío general de los ítems temáticos que se van sucediendo; mientras tanto, los diversos juegos de síncopas que instaura la batería permiten que el bloque sonoro global fluya con un dinamismo peculiar a lo largo y ancho de sus exhibiciones de colorido extrovertido. Las variaciones de compás se hilan con perfecta fluidez. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, la banda se inserta en un área de envolvente introspección sobre un groove bastante calmado. El abundante lirismo que signa tanto al desarrollo de los arreglos instrumentales como a los arreglos vocales asegura que esta espiritualidad contemplativa se manifieste con una delicada certeza bajo un manto otoñal. Más adelante, las cosas se agitan un poco y, además, se vuelven más solemnes mientras el esquema instrumental asume un incremento en su majestuosidad. De esta manera, el terreno se va preparando para el inminente arribo del epílogo, el cual remodela las líneas melódicas centrales y el groove de la sección prologar. Un muy buen cierre del círculo con el que se dibujó esta ambiciosa canción. Prestemos atención a algunos pasajes de su letra: “They sing under the boughs / And gaze up towards some half-hidden face, / Calling from some emerald garden / Where time has no place.” “The stillness between exploding sounds, / Light behind the peppered clouds, / Smell intoxicates and fuels the end. / Metal scars on blemished blue / Rains in bursts on what we knew. / Resignation has no place in time.”
 

‘Water In Our Hands’ es toda una maratón cuyas instancias iniciales están signadas por climas amables que se dejan encapsular por un swing ágilmente señorial y un esquema musical tremendamente refinado. Desde el punto de partida, la labor de la batería hace gala de una meticulosa sofisticación a la hora de reforzar la agilidad inicial, así como cuando llega la hora de jugar con esquemas rítmicos más mesurados poco después. Incluso en estos momentos más relajados, se impone la lógica de la sofisticación estructural; la ingeniería musical no deja de hacer gala de su ambiciosa visión estética. A eso del cuarto minuto, la banda gesta un gentil motif en 5/4 que abre una caja de Pandora de donde emerge una serie de sonoridades animadas que catapultan una serie de resoluciones fulgurosas para la logística instrumental. Lo que suena aquí es una recolección de los ecos de los dos álbumes anteriores de ECHOLYN junto a ciertos resabios de la faceta más introvertida de aquella vieja joya que es “Suffocating The Bloom”; es desde este último punto que hay que apreciar el arribo de pasajes serenos que se dejan recubrir por ornamentos diseñados con mentalidad de orfebre. Alrededor de la frontera del undécimo minuto, los recursos de vitalidad vuelven al frente para remodelar los procesos de cristalina elegancia precedentes sobre la base del nuevo groove. Poco a poco, la suntuosidad va ganando terreno dentro del esquema expresivo y gesta una suerte de clímax, siempre con un calculado enfoque para la energía rockera en curso. Cuando el medio tiempo vuelve a asentar los cimientos de la instrumentación, todo se torna más ceremonioso que antes, incluso, tal vez, con un talante cinematográfico. A su vez, cuando el dinamismo más explícito hace su propia vuelta al ruedo, la banda remodela su esplendor arquetípico, gestando un nuevo clímax sostenido (el cual incluye un reprise del motif en 5/4 que anteriormente nos causó tan buena impresión). Alrededor de la frontera de los 22 ½ minutos, el grupo realiza una nueva inspección en su faceta introvertida, esta vez de forma más masiva, siendo así que ya estamos observando el lento repliegue del epílogo de esta magnífica suite. Las suaves armonías de guitarra y teclado se unen de forma natural mientras el solemne canto da cuenta de sus reflexiones finales.  “Some would say that life’s an occupation of time / Of dreams passing in dreams passing… / What was that you said? / It doesn’t matter anyway / Because every word is swallowed by earth and sky.” Admitimos que es nuestra suite favorita de las dos contenidas en en “Time Silent Radio II”.

Yendo ahora al repertorio de “Time Silent Radio vii”, éste empieza con el tema ‘Radio Waves’. Al igual que con la épica composición que abrió 
“Time Silent Radio II”, esta canción comienza con una secuencia radial, esta vez, en busca de un índice musical apropiado, el mismo que emerge bajo la forma de un estribillo coral repetitivo. De esta manera, el esquema melódico de la canción tiene dónde asentar sus raíces para el pronto florecimiento del paisaje musical que el grupo tiene en menta en esta ocasión. Lo que suena es como una cruza entre KANSAS, THE DOOBIE BROTHERS y GENESIS con esa aura propia de los ECHOLYN que se reformaron en el preámbulo al nuevo milenio. Algo de la frescura de “Cowboy Poems Free” se siente aquí, aunque con el persistente filtro de la línea de trabajo concretada en los dos discos precedentes. ‘Silent Years’ sigue a continuación para proyectar unas iniciales atmósferas etéreas que van fluyendo en el aire cuales nubes ensoñadoras. Los aspectos densos de la instrumentación se apoyan en la intención de la banda de mantener una garra rockera en los arreglos, y es justamente por eso que la canción no tarda mucho en abocarse hacia un dinamismo contundente. ‘Cul-de-Sacs And Tunnels’ es una canción que comienza como una balada imponente y luego pasa a un convincente ejercicio de agilidades rockeras con atenuado empuje progresivo. En un principio, la canción se orienta hacia climas envolventes signados por una bruma ensoñadora, y más tarde, cambia de registro para centrarse en un dinamismo abiertamente fervoroso. Aquí hallamos uno de los mejores solos de guitarra del álbum, dicho sea de paso. El encuadre de batería, bajo y percusión se basta para asegurar la exuberancia del bloque sonoro íntegro. Cuando llega el turno de ‘Boulders On Hills’, la banda da una nueva vuelta de tuerca a su estrategia de riqueza melódica cargada de vibraciones sofisticadas y refinado lirismo. Esto último se realza eficazmente merced al grácil groove empleado para cimentar el desarrollo del cuerpo central. También hay un pasaje flotante que signa el sendero a seguir para la sección epilogar. ‘Our Brilliant Next’ es una balada de línea jazz-progresiva que perpetúa la emotividad lírica de la canción precedente con un enfoque distinto. Las florituras del piano ornamentan creativamente al cálido centro melódico en varios momentos, lo cual brinda una especial suntuosidad a la ingeniería sónica en curso.
 
  

‘On We Blur’ tiene una cautivadora magia alevosamente ingenia que le permite adentrarse en eso que usualmente denominamos pop-rock sin negar espacios al empleo de estilizaciones típicamente progresivas en la ingeniería instrumental. Hay algo bastante encantador en la combinación de liviandad y señorío que perfila el esquema melódico creado para la ocasión. Con su espacio de alrededor de 8 ½ minutos, ‘Tiny Star’ es el tema más extenso de este disco, y de paso, también es el encargado de cerrarlo. Al igual que la canción precedente, emite vibraciones optimistas y asertivas a partir de su confluencia de encanto melódico y vivacidad rítmica. Se podría decir que en estas dos últimas canciones y la tercera se resucita el espíritu general de “The End Is Beautiful”, siendo el caso particular de la última canción una instancia donde el nivel de majestuosidad rockera es mayor. Todo esto es lo que se nos ofreció desde los cuarteles de la talentosa y veterana banda estadounidense ECHOLYN: una doble explosión de creatividad musical con “Time Silent Radio II” y “Time Silent Radio vii”. Acabando con un tiempo de silencio que duró 10 años, la gente de ECHOLYN demuestra que aún cuenta con ese mágico fuego creativo que erigió a la banda como una de las más notables dentro de la escena progresiva estadounidense de los 90. Nada de eso cambió cuando volvieron al mercado fonográfico en el año 2000 ni tampoco ahora, 25 años después. ¡¡Dos discos recomendables al 400%!! (Un ciento por cada integrante.)
 
 
Muestras de ECHOLYN del año 2025.-
Water In Our Hands: https://echolyn.bandcamp.com/track/water-in-our-hands

Thursday, April 17, 2025

La infatigable asertividad musical del maestro estadounidense DAVE NEWHOUSE


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión presentamos “Soli”, el nuevo trabajo solista del maestro estadounidense DAVE NEWHOUSE, multi-instrumentista y compositor veterano que siempre aprovecha cada momento para dar cuenta de las amplias dosis de creatividad y vigor que existen en su espíritu. Todavía no se cumple el aniversario de 
“Natura Morta”, su magnífico disco anterior, y ahora llega el turno de esta nueva obra fonográfica, la cual salió al mercado el pasado 4 de abril por vía del sello independiente New House Music (se deduce por el nombre que es una iniciativa del propio DAVE). El buen Sr. NEWHOUSE siempre da todo de sí en sus discos solistas, así como en grupos y proyectos colectivos, siempre ha sido así, incluso en aquellos viejos tiempos de THE MUFFINS, el primer gran grupo dentro de su amplio currículum vitae. Y qué decir de MANNA / MIRAGE, el proyecto con el que realizó una especie de continuación del legado de THE MUFFINS. En el caso de “Soli”, tenemos un repertorio donde él es el ejecutante exclusivo de todos los instrumentos (saxofones, clarinetes, flauta, pícolo, teclados, bajo, guitarra, acordeón, batería y percusión) y de todas las programaciones. Veamos ahora el repertorio mismo del disco. 
 

Ocupando un espacio de poco más de 2 minutos, ‘Oh What A Day’ abre el álbum con luminosa sobriedad. Su swing jazzero tiene un groove lo suficientemente rico como para llamarse extrovertido, pero su vitalismo patente se reviste de una elegancia razonablemente contenida que permite al centro melódico lucirse de manera natural. Ostentando el peculiar título de ‘Jumpin’ Pissoff’, la segunda pieza del repertorio exhibe un dinamismo más acrecentado que el de la pieza de apertura, gestando un esquema sonoro que combina fulgor y densidad con exquisita distinción. Lo que suena es como un híbrido entre los SOFT MACHINE de los álbumes cuarto y quinto y el FRANK ZAPPA de 1969-72. Una especial mención merecen los efluvios de los diversos saxofones que entran a tallar, y otra va para los extravagantes saltos de las guitarras en el pasaje epilogar. Un primer cénit del álbum al cual sigue ‘Fewer Heads’, otra pieza vivaz que, en esta ocasión específica, se centra en una remodelación avant-progresiva del estándar de los ensambles de vientos propios de los orígenes del jazz en ciertas zonas de la Costa Este de los EE.UU. La meticulosidad de la orquestación global es simplemente fenomenal, la simple razón de ser de esta composición, la composición de un arreglo masivo a partir de un motif estructuralmente sencillo. ‘Two-Spirit People’ es un nuevo ejercicio de vibraciones Canterburyanas (por llamarlas de una forma comúnmente aceptada) con inspiración tomada de SOFT MACHINE, aunque también hay alguna influencia de la delicadeza sistemática de GILGAMESH. Las ocasionales capas de acordeón ayudan a reforzar la tersa base armónica. Otro momento decisivamente culminante del disco. ‘3 Easy Pieces’ es un collage que comienza con un breve preludio en clave de big band, para luego virar hacia un motivo tribal que sustenta algunas leves incidencias del paradigma de SUN RA y otras de la faceta más vivaz de ZAPPA; su espíritu festivo revela una vivacidad ágil y llamativa. El tránsito final es hacia un motivo flotante donde rige la ley de las libres formas en clave etérea: las notas predominantes del teclado aletean con una suavidad que se asume con certera seguridad. Ya que mencionamos a ZAPPA, también sacamos a colación las confluencias con esa lógica del pastiche dadaísta al que es tan adepto el legendario dúo connacional RASCAL REPORTERS. 

Cuando llega el turno de ‘Bande Noire’, se abre campo al desarrollo de climas misteriosos donde el sutil fulgor sónico en curso se deja envolver bajo un manto otoñal que algo tiene de introspectivo. Hay, en efecto, una espiritualidad un tanto lánguida que atraviesa a las múltiples capas de teclados, vientos y acordeón, una ambientación cinematográfica que se explaya en la manifestación de una inquietud tan cierta como arcana. Es una exposición pura de la interioridad atravesada por la técnica del arte del sonido articulado. ‘Precious Eye’ tiene en su título una alusión a una metáfora solar del inmortal WILLIAM SHAKESPEARE. Ese referente literario se traduce a un groove jazz-progresivo semejante al del tema #1 sobre el que se desarrolla una exhibición de claridades melódicas que nos remiten a las del tema #4. He aquí un grácil encuentro entre los legados de HATFIELD AND THE NORTH y HAPPY THE MAN a través del lente de la faceta más serena de THE MUFFINS: una forma suntuosa de animar un bloque melódico de por sí bastante hermoso. Con la secuencia de estos dos temas, hemos transitado de la última bruma de la noche a las primeras luces matutinas. ‘Dr. Hepcat’ regresa a la vertiente más vanguardista de la amplia visión musical de NEWHOUSE por vía de una agitación Zappiana de algunos estándares herederos del jazz experimental de los 60 y 70. Apoyándose en un swing de Latin jazz, ‘The Man In The Skin-Painted Suit’ da otra vuelta de tuerca a la calidez melódica que ya apreciamos en algunas piezas precedentes. ‘Not Enough Time, Billy’ es una elegía en memoria del recientemente desaparecido Billy Swann, quien fue bajista-guitarrista de THE MUFFINS, el primer gran grupo dentro del amplio currículum vitae de NEWHOUSE. Su triste fallecimiento tuvo lugar en agosto de 2024. La pieza en cuestión ostenta una atmósfera grisácea que se va explayando con un aura intrigante; unas torsiones deconstructivas se manifiestan en las líneas del saxo mientras los teclados van plasmando una bruma absorbente. Hasta aquí llega el repertorio oficial del disco, pero todavía queda una versión de ‘The Man In The Skin-Painted Suit’ donde NEWHOUSE recibe la colaboración de Michael Bass, su colega en SWELL BROTHERS. Aunque el espíritu melódico de la composición es apropiadamente respetado, es natural que el esquema sonoro se sienta más lleno, suponiendo ello un realce de las motivaciones progresivas en curso. Muy eficaz este bonus track para terminar las cosas con una aureola de color sónico. 

Toda esta fue la experiencia de “Soli”, el nuevo álbum solista del noble orfebre de múltiples instrumentos DAVE NEWHOUSE, una autoridad irrefutable de la vanguardia estadounidense de ayer y hoy. Su infatigable asertividad musical no sólo añade réditos a su inmenso currículum vitae, sino que también perpetúa la dignidad artística del ideal de la música vanguardista estadounidense de nuestros días. Como prácticamente todo lo que hace este maestro, se trata de un disco muy recomendable para cualquier buena fonoteca.
 
 
Muestras de “Soli”.-

Tuesday, April 15, 2025

STEVE HACKETT: caminatas de un ilustre veterano de la música progresiva desde el circo hasta la caverna



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos “The Circus And The Nightwhale”, el disco que nos brindó el ilustre maestro británico STEVE HACKETT en el año 2024, más exactamente, el 16 de febrero de ese año, por vía del sello InsideOut Music. “The Circus And The Nightwhale” es un disco conceptual centrado en un personaje ficticio llamado Travla cuyos avatares en el rito de paso de los sueños de adolescente a los desafíos continuos de la vida adulta reflejan, de forma simbólica, muchos aspectos biográficos del propio HACKETT. El material aquí contenido fue grabado en varias sesiones a lo largo de los años 2022 y 2023 en el Siren Studio, donde también se mezcló y masterizó. HACKETT y Roger King son los codueños de este local. Algunos aportes de los músicos invitados fueron registrados en otros estudios: Darby Production, The Hastings Hit Factory, Music Farm Studios y Gramy Recording Studio. El buen STEVE está a cargo de las guitarras eléctricas, clásica, acústicas de 6 y de 12 cuerdas, la mandolina, la armónica, el bajo, las percusiones y el canto. Él se rodeó de varios insignes colaboradores: el antes mencionado Roger King (teclados, programaciones y arreglos orquestales), Jonas Reingold (bajo), Rob Townsend (saxos), Craig Blundell (batería), Nad Sylvan (voz), Amanda Lehmann (voz), John Hackett (flauta), Nick DVirgilio (batería), Benedict Fenner (batería) y Malik Mansurov (tar). Aprovecharemos el momento para echar un vistazo también a “Live Magic At Trading Boundaries”, el disco acústico en vivo que STEVE HACKETT publicó en enero de este año, lo cual le permite mantenerse vigente dentro de la producción progresiva del 2025. También fue publicado por InsideOut Music. Pero, volviendo a “The Circus And The Nightwhale”, mencionamos que su peculiar portada es de la autoría de Denise Marsh; más allá de que nos pueda gustar la portada en sí, resulta claro que la notable extravagancia de su concepción visual encaja auténticamente con los vuelos eclécticos diseñados para la secuencia de las piezas contenidas en el álbum mismo. Revisemos sus detalles.   


‘People Of The Smoke’ inicia el rumbo de las cosas con una serie de efectos de sonido de una vieja radio, música circense, el nacimiento de un niño y el inicio de un viaje ferroviario, tras lo cual aparece una orquestación de donde emerge el suntuoso núcleo temático en torno al cual ha de florecer el magnífico ensamble instrumental. Con mucho vigor rockero y un canto grave, la pieza se deja llevar por su propia soltura dentro de un dinamismo aguerrido que mucho tiene en común con las facetas más contundentes de los discos de HACKETT del 2015 en adelante. El breve tema ‘These Passing Clouds’ es un instrumental de talante etéreo donde la guitarra flota grácilmente sobre un medio tiempo programado, gestando unos quiebres melódicos tan envolventes como apasionados. A partir de allí emerge ‘Taking You Down’, una canción cuya misión consiste en remodelar el lado pesado de HACKETT con una grisácea y un tanto misteriosa ceremoniosidad, llegando a enlazarse hasta cierto punto con los paradigmas de LED ZEPPELIN y DEEP PURPLE. El solo de saxofón que surge antes de que la canción llegue a la frontera del segundo minuto realza la tensión emocional que es tan predominante en la espiritualidad general de la canción, y cómo no, también llegará el turno de un excelsamente torturado solo de guitarra. Otro breve tema titulado ‘Found And Lost’ comienza con una actitud evocativa centrada en la guitarra clásica que se poya en un ambiente ensoñador para que luego todo vire hacia un swing de jazz lento de salón. ‘Enter The Ring’ es un hermoso ejercicio de prog sinfónico cuya primera sección, centrada en la confluencia de arreglos corales y guitarras acústicas, ostenta ciertos matices folklóricos, para que luego todo se torne más majestuoso con la sólida interacción entre la guitarra y la batería. El epílogo en clave de vals circense añade un cariz cinematográfico al rompecabezas musical. ‘Get Me Out’ es una pieza bastante llamativa en lo que concierne a su compás de blues-rock y la estilización tan meticulosa que se aplica a la tensión inherente a su foco melódico. Dicha tensión se acentpua con el solo de guitarra que emerge a mitad de camino. Prestemos atención a este pasaje bastante significativo de la letra: “Held like a butterfly glued to a pin. / Pulled up and down by invisible strings. / The curtain comes down, can’t see the view. / A dog brought to heel, unable to feel.”
 
 

‘Ghost Moon And Living Love’ es el tema más extenso del disco con sus casi 6 ¾ minutos de duración. Su sección prologar consiste en una orquestación etérea aumentada parcialmente por un canto femenino, pero pronto entra a tallar un cuerpo central ágil y gentil que se sitúa cómodamente en el área más asequible del discurso prog-sinfónico. Una dulce vulnerabilidad late claramente a lo largo del desarrollo temático, el cual incluye otros brillantes solos de guitarra; en los últimos minutos, el entramado instrumental coquetea con lo pastoral mientras el canto incrementa sus vibraciones evocadoras. 
También vale la pena rescatar parte de su letra: “Hope springs eternal within the human breast. / I stumbled and fell, life gave me no rest. / When I gave in like snowmelt descends, / Bathed in blue starlight was love without end.” Tras un preludio de estilizadas travesuras de mandolina, ‘Circo Inferno’ instaura un nuevo ejercicio de rock filudo sobre un medio tiempo y suntuosos arreglos de teclados que afirman la orientación sofisticada de los arreglos instrumentales. Un par de exhibiciones de tapping entran a tallar para reforzar el nervio global antes de que salga al frente un neurótico solo de saxofón. Hay una dupla de temas que duran entre minuto y medio y minuto y tres cuartos: ‘Breakout’ y ‘All At Sea’. El primero de ellos se orienta por una senda Zeppeliniana bajo la guía de unos guitarreos punzantes cuyas intuiciones melódicas se recubren de ácida musculatura. El segundo vira hacia una senda psicodélica de tenor espacial tras unas drásticas florituras de guitarra que se hacen eco de la garra de ‘Breakout’. ‘Into The Nightwhale’ regresa a los climas etéreos para su densa sección inicial,  la cual abre camino a un groove mecánico que se sitúa cómodamente dentro de la vertiente psicodélica del discurso progresivo. Ya en su última parte, que es cantada, el asunto vira hacia un lirismo evocador que algo tiene también de ensoñador. 


La secuencia de ‘Wherever You Are’ y ‘White Dove’ ocupa los últimos 7 ½ minutos del álbum. La primera de estas piezas mencionadas remodela los ecos de la canción precedente para impulsar un nervio renovador sobre un medio tiempo pesado. Para complementar al impacto de este enfoque global, el desarrollo  temático apela a un señorío ostentoso que se ornanenta ocasionalmente con vibraciones exóticas. ‘White Dove’, por su parte, elabora un exquisito ejercicio académico con un impoluto oleaje de escalas de guitarra clásica. Las notas del instrumento literalmente aletean. Todo esto fue lo que se nos brindó en el pasado año 2024 con “The Circus And The Nightwhale” desde los cuarteles del infatigable maestro STEVE HACKETT, toda una  leyenda viviente del rock progresivo ecléctico británico. Hace muy poco, de hecho, a mediados de enero de este año 2025, HACKETT publicó un disco en vivo de línea acústica: su título es “Live Magic At Trading Boundaries” y se trata de una selección de actuaciones acústicas que el susodicho maestro dio en varios años, ya como solista, o con formatos de dúo, trío, cuarteto o quinteto, en eventos pre-navideños que se realizaron en Trading Boundaries. Éste es un local artístico situado dentro de una caverna ubicada en el este de Sussex. Desde la primera vez que dio un concierto decembrino como solista, HACKETT lo convirtió en una rutina anual. En diferentes ocasiones, se hizo acompañar por su hermano John Hackett (flauta), Rob Townsend (saxo soprano, flauta y flautín), Roger King (teclados) y Amanda Lehmann (guitarra acústica y canto). Lo primero que hay es una improvisación de motivos “a medio cocinar” a la guitarra clásica antes de que HACKETT nos brinde un fragmento de ‘Blood On The Rooftops’. No faltan extractos de ‘Black Light’, ‘After The Ordeal’ y un pasaje pastoral de esa emblemática suite de GENESIS ‘Supper’s Ready’. El primer gran momento contenido en sí mismo es la ágil remodelación de ‘Jacuzzi’, una pieza esencialmente alegre que aquí asume un aura de plena algarabía. Por otra parte, la delicada solemnidad de ‘Gnossienne No. 1’ – composición del gran ERIK SATIE – nos revela unas vibraciones más conmovedoras en su evocadora prestancia. Otra pieza clásica es un pasaje del ‘Organ Concerto’ de FRANCIS POULENC; el maestro HACKETT sabe manejarse muy bien en esta vereda musical. Nos complace que también aparezca ‘Walking Away From Rainbows’, pues es una cautivadora exhibición de romanticismo contemplativo.


También hay dos composiciones de Lehmann: ‘Memory Lane’ y ‘Only Happy When It Rains’. La primera es una balada en clave folk y la segunda es un blues donde HACKETT aprovecha la ocasión para tocar la armónica. Este catálogo de aventuras acústicas termina con la poderosa dupla de ‘Ace Of Wands’ y ‘The Journey’, dos composiciones distintas que se hermanan en la fastuosidad mientras siguen sendas muy dispares, la primera, la de la soltura barroca, la otra, la de la ceremoniosidad introspectiva. ‘Ace Of Wands’ es un hito por ser la primera pieza del primer álbum solista de HACKETT mientras que ‘The Journey’ forma parte de su primer álbum de guitarra clásica “Bay Of Kings”. Así nos fue con nuestros paseos por “The Circus And The Nightwhale” y “Live Magic At Trading Boundaries”. Un disco eléctrico que toma varias pautas estilísticas de varios precedentes, pero con una actitud ecléctica más acentuada, y otro acústico donde STEVE HACKETT demuestra por enésima vez cuán cómodo se siente dentro de un formato que le permite explorar todos los rudimentos y recursos de la faceta más introvertida de su caleidoscopio musical. Bastante recomendables ambos discos por razones distintas.
 
 
Muestras de “The Circus And The Nightwhale”.-
Taking You Down: https://www.youtube.com/watch?v=ruWrBvbAkq8
Enter The Ring: https://www.youtube.com/watch?v=TekPv4C7hy0
Ghost Moon And Living Love: https://www.youtube.com/watch?v=bYwwEfDv4yk
White Dove: https://www.youtube.com/watch?v=8dQvpLmV-Vc

Muestras de “Live Magic At Trading Boundaries”.-