Friday, February 28, 2020

Un nuevo ciclo neo-progresivo para NUMEN


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy tenemos en nuestras manos “Cyclothymia”, el tercer álbum de estudio del grupo neo-progresivo español NUMEN, el cual fue publicado por el sello chileno Mylodon Records en marzo del pasado año 2019. Ya hace un año, así que esta reseña es bastante tardía, pero bueno, la cosa es que cada expresión aquí vertida es genuina y honesta. Antes de ir al disco en sí, anotemos que este quinteto afincado en Alicante está actualmente conformado por César Alcaraz [voz], Manuel Mas [teclados], Marcos Beviá [guitarras], Víctor Arques [bajo] y Gaspar Martínez [batería y percusión]. Se trata del primer disco de NUMEN con la presencia de Beviá, siendo éste el sucesor de Antonio Valiente. Los orígenes de la banda se remontan al año 1992, siendo así que seis años después logar publicar su álbum de debut “Samsara”, pero dos años después, el grupo se desintegró. De todas formas, esta disolución no fue definitiva porque el grupo resurgió con todo para crear y publicar “Numenclature” en el año 2014. Con “Cyclothymia”, los NUMEN reafirmaron la vitalidad creativa de esta nueva época. Centrándonos específicamente en este ítem, el grupo exhibe una muestra exquisita y fluidamente esquematizada de sinfonismo moderno, muy obediente a las herencias recibidas de la nueva ola del prog sinfónico británico de los 80s, y, de paso, también de la segunda generación del así llamado neo-prog de los 90s en adelante (GREY LADY DOWN, COLLAGE, QUIDAM). Tampoco faltan nexos estilísticos con las facetas modernizadas de los idearios sonoros de GENESIS, CAMEL y PINK FLOYD. El material grabado para este disco fue mezclado por Rafa Camisón en Estudio 79, para luego ser masterizado por Kadifornia Mastering. Veamos ahora los detalles del repertorio de este disco, ¿vale? 



Durando 6 ¾ minutos, ‘The Man With The X-Ray Eyes’ abre el repertorio, canción que se inicia con un patentemente ceremonioso prólogo marcado por múltiples capas cósmicas de sintetizador, a las cuales se añade un soliloquio con autoridad retórica. Una vez instalado el bloque instrumental pleno, nos topamos con un motif llamativo y cristalinamente perfilado que nos remite tanto a los MARILLION de la fase 85-89 como a los PENDRAGON de inicios de los 90s. Tras explayarse generosamente sobre un swing ágil que permite al gancho del centro temático asentarse con un poder encantador, la sección final termina en clave lenta al estilo de una balada Floydiana. Sigue a continuación ‘Some Faith’, una canción diseñada para perpetuar la sensibilidad lírica y relajada con la cual había concluido la canción de apertura. Estando los teclados en el centro neurálgico del esquema melódico y la atmósfera evocadora de la canción, la idea es darle una dosis extra de dramatismo, especialmente en lo referente a las vibraciones emocionales del canto y las sólidas intervenciones de la guitara en sus riffs, fraseos y añadidos armónicos. A despecho de lo que se podría concluir a partir de su ritualístico título, ‘A Cosmic Prayer’ es un tema donde predomina lo extrovertido y lo colorido, aunque también cuenta con un interludio sereno que llama la atención dentro del esquema general debido a que contiene uno de los mejores solos de sintetizador de todo el álbum. Se trata de una de las canciones más rotundas del disco, aprovecha muy bien su espacio de 7 minutos. El cuarto tema del álbum es el que precisamente le da título y es también el más extenso con sus más de 14 ¾ minutos de duración, y cómo no, la banda explota sus aristas más fastuosas para la ocasión. mayormente, se crea y expande una serie de atmósferas envolventes para organizar los dramáticos desarrollos melódicos, los mismos que están claramente delineados como un híbrido entre los MARILLION de los 80s y los GENESIS de fines de los 70s. Alrededor de la frontera del octavo minuto, el grupo elabora un interludio instrumental vitalista sobre un groove entusiasta y moderadamente muscular. Todo termina con un retorno al dramatismo original, añadiéndose una parsimonia estilizada que nos remite, hasta cierto punto, a los PINK FLOYD de la fase 87-94. El epílogo de piano es muy elocuente en su seria parquedad, muy expresiva de que la narrativa de la canción termina con una aureola de solemne gravedad.

‘Lady Of The Winds’ comienza con efectos de ventisca y un cántico de duendes infantiles, lo cual abre la puerta a la expansión de una atmósfera grácil y poética. Los aires pastoriles de la guitara acústica y el carácter flotante de las armonías y ornamentos de los teclados llenan el ambiente amable que se apoya sólidamente sobre un swing llamativo armado por la dupla rítmica. La canción porta una belleza serena y etérea que nos remite a un híbrido de los ASGARD del primer álbum con los COLLAGE de los tres primeros; también notamos un aire retro a lo GENESIS con algunos dejos propios de la faceta folclórica de YES. Los últimos 9 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Footprints’, canción que comienza fluyendo  sobriamente bajo el modelo de balada prog-sinfónica al estilo de MARILLION y PENDRAGON. Tras pasar la frontera del tercer minuto, el inicial talante marcadamente introspectivo vira hacia un área más propiamente épica; es aquí donde las capas y orquestaciones de los teclados se tornan un poco más densas. Las cosas no tardan mucho en agilizarse hasta el punto de que la guitarra halla campos de acción para sus expansiones protagónicas en medio del canto de Alcaraz, y mientras tanto, la dupla rítmica desarrolla un swing más grácil. Así las cosas, el esquema melódico se torna fulguroso: ya lo introspectivo quedó atrás para hablar de una musicalidad extrovertida y efectivamente atractiva. El impulso real para que la canción y el repertorio concluyan con una aureola fastuosa y un gancho melódico imparable se concreta a las mila maravillas. “Cyclothymia” es, a fin de cuentas, un disco sólido en sus desarrollos musicales y muy vivaz a través de las diversas ideas melódicas que se van exhibiendo de principio a fin. La gente de NUMEN se ha lucido a todo dar en este disco. 


Muestras de “Cyclothymia”.-
The Man With The X-Ray Eyes [en vivo en San Vicente del Raspeig, Alicante, 30 de marzo de 2019]: https://www.youtube.com/watch?v=rwOtE4arxbQ


[Esta reseña va dedicada a los rock-camaradas Gabriella Mendoza y Luis Álvarez Insfran.]

Tuesday, February 25, 2020

La nueva transportación de SONAR y DAVID TORN


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El año progresivo 2019 se quiso despedir a lo grande si es que se ha estado guardando este fabuloso as bajo la manga para los últimos días de su penúltimo mes, en complicidad con la magia de las Musas y los designios de las Parcas: nos estamos refiriendo al segundo disco creado por la asociación del genial cuarteto suizo SONAR y el maestro norteamericano DAVID TORN. Este trabajo fonográfico se titula “Tranceportation (Volume 1)” y fue publicado por el sello RareNoiseRecords el pasado 29 de noviembre. La cosa es así. Tras la buena recepción que tuvo el disco “Vortex” en el año 2018 y las entusiastas emociones que grabó en los espíritus de los partícipes, la congregación del colectivo de SONAR (Stephan Thelen y Bernhard Wagner a las guitarras tritónicas; Christian Kuntner al bajo tritónico, y; Manuel Pasquinelli a la batería y percusiones) y el señor TORN (guitarra y loops) se animó a organizar sus diversas agendas para realizar nueva música en conjunto. El plan se concretó en el Mazzivesound Studio de la localidad suiza de Bellmund, a lo largo de maratónicas sesiones de composición libre e improvisaciones controladas entre el 29 de abril y el 3 de mayo de 2019. El resultado concreto se tradujo en un material de más de 80 minutos de duración, siendo así que una mitad de eso aparece recogido aquí, en “Tranceportation (Volume 1)”. La publicación del segundo volumen está tentativamente programada para el próximo mes de mayo (y contendrá solo tres temas). Mientras tanto, ya este disco nos muestra lo que hay de nuevo con este proyecto pentagónico. Queda claro que se sigue la huella de “Vortex” en cuanto a la exploración de impresiones avant-progresivas, la elaboración de climas psicodélicos Crimsonianos con robustos filtros math-rockeros y el manejo exquisito de complejos grooves inspirados en el jazz-rock contemporáneo; pero esta vez se abre más espacios a sonoridades etéreas y flotantes, lo cual hace que la garra expresiva (de una u otra forma imposible de ocultar dentro de esta asociación musical) se esquematice dentro de una paleta más diversa y contenida en buena parte del tiempo del repertorio íntegro (el cual no llega a completar los 40 minutos de duración). 



Bueno, prestando ahora nuestra atención a los detalles de “Tranceportation (Volume 1)”, nos topamos de entrada con la pieza de casi 14 ½ minutos de duración que se titula ‘Labyrinth’; de hecho, es el tema más extenso del disco en cuestión. La pieza está signada por extensas expansiones de una delicada tensión arropada por una densidad nebulosa, la misma que se hace tan patente en las marañas armónicas de las guitarras como en el vaporosamente complejo groove armado por la batería. A poco de pasada la frontera del sexto minuto, un efectista instante vacío sirve como propulsor de un dinamismo renovado para la atmósfera reinante. Ya se nota un aumento en la musculatura de la dupla rítmica, así como una dosis más desarrollada de gracilidad en los guitarreos, siendo así que se gesta una acentuación musical de tenor cósmico; de todas maneras, en lo básico, notamos que el ambiente de sincopado sigilo con el que se armó la primera mitad de la pieza sigue incólume para esta segunda instancia. En el paraje destinado para el último solo de guitarra, la incandescencia sonora resultante libera algo de la tensión fervorosamente latente en la esencia sonora de este tema de apertura. A continuación sigue ‘Partitions’, un ejercicio de math-rock hibridizado con psicodelia progresiva que le da un giro un poco más sutil a la tensa aureola que había perfilado al tema de entrada. Se trata de una pieza más calmada, aunque con ello no queremos negar que ostenta su propia modalidad de garra rockera aventurera. ‘Red Sky’ es el segundo tema más largo del disco con sus 11 ¼ minutos de duración. El asunto comienza con un bosquejo contemplativo donde el inicial bloque de percusión y capas minimalistas se explaya a través de un horizonte de atmósferas cinematográficas. Ya cuando el bajo encuentra su asiento particular dentro del bloque sonoro, poco a poco se va armando el cuerpo central. El carácter marcadamente espartano de los punteos de las guitarras permite a los espacios vacíos encapsular con convincente solidez a los armazones sónicos que entran a tallar a lo largo del camino. En cuanto al esquema general, tenemos una reiteración del sendero de delicada tensión que antes marcó a ‘Labyrith’. De hecho, tenemos en los temas #1 y #3 los momentos más climáticos del disco... pero todavía queda algo más por disfrutar.           
      

‘Tunnel Drive’ pone el broche final al disco, y lo hace dándole una intensidad señorial a la línea de trabajo que ya fue explorada en las tres piezas precedentes. El groove y el swing a cargo de la dupla rítmica se deja llevar por un dinamismo más jazzero mientras se ajusta con impoluta fluidez a los timbres y las puntuaciones de los guitarreos. Esta vez, el nervio rockero está más controlado debido al prominente espectro sonoro que asume la dupla rítmica dentro del bloque global, pero a la vez de todo eso, el quinteto de facto completa el álbum con perfecta coherencia estilística. Esta gallarda expresión de incrementada vitalidad convierte a ‘Tunnel Drive’ en el cierre perfecto para el repertorio de “Tranceportation (Volume 1)”, uno de los discos más interesantes dentro de la producción progresiva a lo largo del pasado año 2019. Esperamos con suma impaciencia lo que se no habrá de brindar en la próxima entrega de esta mágica transportación avant-progresiva creada por la asociación de SONAR y DAVID TORN.


Muestras de “Tranceportation (Volume 1)”.-
Red Sky: https://sonar-band.bandcamp.com/track/red-sky


Sunday, February 23, 2020

Un presente y porvenir brillantes para el prog español con los FRUTERÍA TOÑI


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy gozamos del enorme placer de presentar la nueva obra fonográfica de los geniales andaluces FRUTERÍA TOÑI, excelsos y amenos cultores de un jazz-prog ecléctico y aventurero que los hace portadores de la antorcha del brillante presente y no menos brillante porvenir de la escena rockera experimental española. Mencionar aquí al porvenir viene a cuento porque el título de esta nueva obra es justamente “El Porvenir Está En Las Huevas”. Así, con sarcasmo y todo… pero no vale sarcasmo alguno cuando se trata de describir y destacar el derroche de ingenio artístico que la gente de FRUTERÍA TOÑI plasma en cada disco que compone y graba. En este caso, su tercera placa de estudio conforma una de las novedades más exultantes y exquisitas de música progresiva dentro de España y del mundo entero. La verdad que este grupo malagueño ha realizado una labor sumamente bordada. Con el continuo diálogo entre las mentes maestras de Salva Marina [piano, teclados y voz], Jesús Sánchez [saxos y clarinete], Curro García [bajo y coros], Adrián Jiménez [batería] y Víctor Rodríguez [violín], la maquinaria de FRUTERÍA TOÑI está dispuesta a regalarnos otra joya musical para total deleite nuestro, algo que como siempre ha venido haciendo desde los tiempos de su primer disco “Mellotrón En Almíbar”, del año 2014. El repertorio contenido en “El Porvenir Está En Las Huevas” ha sido compuesto, arreglado y entrenado desde el año 2018, y tras una campaña de crowdfunding que tuvo lugar en cierta temporada dentro de la segunda mitad del pasado año 2019, ya pudo hacerse realidad como un ítem físico a inicios de este mismo mes de febrero: teniendo el formato de digipack, el arte gráfica del mismo estuvo a cargo de Luis Périz. El grupo contó con un puñado de colaboraciones ocasionales: aportes vocales de Eva Montiel para la penúltima pieza, Camilo Motta añadiendo el clarinete bajo a las orquestaciones de la última, y la flautista Lorena Alcaraz haciendo lo propio para las de la segunda. Bueno, veamos ahora los detalles específicos del disco, ¿vale?


El disco comienza a lo grande (bueno, se seguirá desarrollando a lo grande) con la pieza de 10 ½ minutos de duración ‘Agonía En Koyukuk’. El nombre de la localidad pertenece a una ciudad del Estado de Alaska, miren ustedes por dónde... También cabe constar que esta pieza contiene tres secciones con títulos autónomos, siendo solamente la primera de ellas la que contiene letra: sus títulos respectivos son ‘Las Andanzas Y Peripecias De Un Salmón Coho’, ‘La Freza Y La Muerte’ y ‘Alevines Por Doquier’. Bueno, yendo a lo estrictamente musical, la pieza tiene una hermosa fanfarria a lo PREMIATA FORNERIA MARCONI, la misma que abre campo a un breve segundo preludio en clave de blues progresivo, pero ya las cosas se agilizan cuando el centro temático exhibe un cuerpo sonoro ágil y grácilmente vibrante, el cual nos remite a un esquema de trabajo jazz-progresivo bastante sólido. Al modo de una cruza entre ON THE RAW, ACCORDO DEI CONTRARI y el Canterbury al estilo de NATIONAL HEALTH, el ensamble se despacha bien en un muy solvente ejercicio de dinamismo señorial y gancho melódico. Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, el grupo se adentra en una efímera aureola de grisácea expectativa para coger fuerzas con miras hacia un nuevo ejercicio de dinamismos polícromos. Esto no dura mucho, pues poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, el grupo vira hacia un swing lento y ceremonioso, momento oportuno para un impactante solo de clarinete. Tras este pasaje, el grupo retoma parte del dinamismo precedente para permitir al piano eléctrico delinear un virtuoso solo a lo Zawinul. Mucho, pues poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, el grupo vira hacia un swing lento y ceremonioso, momento oportuno para un impactante solo de clarinete. Tras este pasaje, el grupo retoma parte del dinamismo precedente para permitir al piano eléctrico delinear un virtuoso solo a lo Zawinul. De esta manera, el grupo le da un final exquisito a tan poderoso tema de entrada. ‘Cipango Petite Suite’ sigue a continuación para ahondar en los matices jazz-progresivos antes presentes y alimentarlos con elementos prog-sinfónicos meticulosamente dibujados. El paisaje sonoro está espectacuarmente adornado sin hacerse nunca pesado o abundante: los diálogos entre el violín y los vientos son envolventes a la par que proveen de oportuna energía a la elaboración del desarrollo temático, y además de eso, llena espacios aludidos por el teclado. 

El ítem homónimo es en realidad una miniatura de ¾ de minuto; en efecto, ‘El Porvenir Está En Las Huevas’ es una pieza de piano con talante impresionista y algún tufo romántico: una belleza que nos cautiva precisamente por lo poco que dura. Funciona como un epílogo sereno y meditabundo de la segunda canción. Así las cosas, llega el turno de ‘El Monte De Las Tres Letras’, una canción penetrada por un aire reflexivo a través de las transiciones entre una sobria serenidad y una moderada extroversión que se emplean para organizar la ingeniería melódica básica. La canción fluye con naturalidad a través del cauce de su delicadamente organizado esquema melódico. La dupla de ‘El Traspiés’ y ‘Los Álamos Verdes’ ocupa los últimos 14 minutos del disco. ‘El Traspiés’ es el segundo tema más extenso del disco con sus 8 ½ minutos de duración, y su primera parte tiene la misión de exhibir una nueva muestra de la faceta más reflexiva de la banda. Hay algo que está situado entre lo parco y lo melancólico en el canto de Marina, así como en algunos arreglos de violín. Es como si tuviésemos una balada de CAMEL drásticamente remodelada por una asociación de músicos de ARTI + MESTIERI y HAPPY THE MAN. Con la irrupción de una segunda mitad jovial, no exenta de elementos humorísticos que nos pueden hacer evocar a un “ZAPPA tímido”, la banda le da un viraje sorpresivo bastante agradable al esquema melódico. En cuanto a ‘Los Álamos Verdes’, ésta está construida como una balada jazz-progresiva que se sitúa a medio camino entre el ROBERT WYATT de la etapa 74-75 y el HERBIE HANCOCK de inicios de los 70s. Hay un aire retro en las inspiraciones compositivas, pero el dinamismo mesurado que el grupo crea en torno a ellas se siente muy fresco, muy propio. Una pieza convincentemente evocativa que realza los aspectos más puramente reflexivos del repertorio íntegro de la banda; muy oportuno es este cierre crepuscular para tan hermoso disco. 


Todo esto es lo que nos ha brindado en “El Porvenir Está En Las Huevas”, un disco que no llega a ocupar un total de 40 minutos de duración, pero que ni falta que le hace para instaurar un nuevo momento grande para la carrera musical de los FRUTERÍA TOÑI. El pasado viernes 21 de febrero tuvo lugar el concierto de presentación de este nuevo disco en el local malagueño La Trinchera. La verdad que esta banda está bien situada dentro del presente y el porvenir de la élite progresiva española, y este nuevo disco refuerza su posicionamiento con poder titánico. Así es su poder de convencimiento estético, pues su propuesta musical más bien exuda una magia cristalina más propia de las cálidas mareas dirigidas por Poseidón que de las incandescentes llamas de las mil antorchas de Hefesto. Alegorías mitológicas aparte, “El Porvenir Está En Las Huevas” es un disco bellísimo que ya se asegura un lugar privilegiado en los futuros balances de lo mejor que se hizo en el presente año 2020 tanto en España como a escala internacional.  


Muestras de “El Porvenir Está En Las Huevas”.-
Agonía En Koyukuk: https://www.youtube.com/watch?v=v-RPaSP0jMI
El Traspiés: https://www.youtube.com/watch?v=Q1URByLy7MA
Los Álamos Verdes: https://www.youtube.com/watch?v=VYZFXSjZAjE


[Muchas gracias a nuestro prog-amigo Ignacio Garcés por permitirnos usar una de sus fotos en esta reseña, la misma que dedicamos a él.]

Friday, February 21, 2020

Una nueva mirada al planetario prog-electrónico de CIRO PERRINO



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El maestro CIRO PERRINO, una de las figuras centrales de ese legendario grupo italiano que fue CELESTE, siempre fue un músico activo aunque no siempre se hizo notar en el escenario comercial. En todo caso, uno de los episodios más importantes de su trayectoria fue su primer disco solista, titulado “Solare” y publicado en el año 1980 por el sello Ciao Records, tras haber sido grabado el año anterior. Se trataba de un disco conceptual sobre los planetas de nuestro sistema solar, siendo así que por aquel entonces había un lugar para Plutón: centrado en el discurso del prog electrónico, PERRINO tocó los sintetizadores ARP 2600, Arp Sequencer, Arp Omni-2, Eminent, EMS AKS y Moog, el Mellotrón, el EKO Rhythmcomputer, y la batería. El esquema sonoro desarrollado a lo largo del disco se sitúa muy cómodamente en las coordenadas entrecruzadas de VANGELIS, TANGERINE DREAM (etapa 75-77), KLAUS SCHULZE (75-78), y hasta cierto punto, JEAN-MICHEL JARRE. Casi 40 años más tarde, durante el último tercio del pasado año 2019, PERRINO subió las maquetas originales del disco a su blog de Bandcamp bajo el título de “Planets”, y poco después, tras una campaña de crowdfunding, pudo gestionar la edición física del mismo a través del sello Mellow Records (más exactamente, el 6 de noviembre). El hecho de que ahora el maestro PERRINO esté rescatando una versión previa a la posproducción que en su momento llevó a “Solare” implica que se han omitido los efectos especiales de fondo que se añadieron en la susodicha edición original. No solo eso, también ha incluido la composición dedicada a Neptuno, que había sido omitida inicialmente. PERRINO se siente satisfecho con esta edición nueva y definitiva que ordena las piezas del repertorio de acuerdo a la sucesiva lejanía de cada planeta titular respecto al Sol; los títulos están ahora en inglés. Veamos los detalles de los ítems contenidos en este concepto musical planetario. 



Durando poco más de 5 minutos, ‘Mercury’ instaura un clima ágil donde las capas armónicas de base y la secuencia en loop comparten el protagonismo dentro de la ingeniería sonora global. En base a ésta, uno de los sintetizadores se encarga de establecer el motif mientras que otro emite ornamentos fulgentes que pueden evocar tanto los saltos de fuego solar que truenan tan cerca del planeta titular como las vibraciones calurosas que retumban en el terreno de éste. Con la dupla de ‘Venus’ y ‘Mars’, el esquema musical armado por PERRINO transita de lo grácil a lo solemne. En el caso de ‘Venus’, el desarrollo temático es cálido y evocador, dando una apariencia de envolvente luminosidad que siempre se cuida de volverse enceguecedor; se queda siempre en un nivel etéreo mientras deja que su destello se haga notar sobre el negro trasfondo donde se mueve. Por su parte, ‘Mars’ es una pieza muy sigilosa, haciendo alusión al carácter guerrero que signa al ideario mitológico del nombre del planeta titular. En todo caso, no hay aquí un talante bélico en el desarrollo temático sino una mezcla de misterio y señorío, algo así como el transitar escondido de un soldado que prepara una emboscada o el descanso de un guerrero cansado de tanto pugnar por la victoria ansiada. ‘Jupiter’ es el ítem más breve del disco con sus 3 minutos y pico de duración: no necesita mucho tiempo PERRINO para jugar con la idea de una divinidad soberana que observa desde su cetro cósmico las órbitas que trazan los demás vagabundos celestiales, todos ellos más pequeños que él. El lugar de Saturno tiene dos secciones: ‘Saturn (The Rings)’ y ‘Saturn (The Planet)’, ocupando el primero un espacio de casi 4 ½ minutos, y el segundo, de 6 ½ minutos. Esto obliga al músico y compositor a verter aquí las instancias más fastuosas de este trabajo conceptual. La primera sección está emparentada con el aura de señorial fulgor que antes apreciamos en ‘Venus’, mientras que la segunda se centra en una mecánica razonablemente densa donde la estructura melódica llevada por uno de los sintetizadores opera como un contrapeso cordial. La secuencia armónica tiene bastante peso dentro del armazón sonoro general, pero se advierte que los teclados utilizados para la orquestación central y el motivo melódico se manejan con una fuerza de carácter muy oportuna para la ocasión. Tal vez tenemos en esta secuencia de las piezas #5 y #6 el cénit del álbum.    

   

‘Uranus’ es el tema más extenso del disco con su duración de 7 ¾ minutos. Su esquema melódico y las orquestaciones cósmicas bajo los cuales ella se desarrolla portan una mezcla de aureola solemne y vibraciones polícromas. Podemos ver aquí la elaboración de un espacio intermedio entre el fulgor explícito de la primera pieza y la calidez envolvente de la segunda, a la par que le da un nuevo giro a la majestuosidad sostenida bajo la que se delineó el cuerpo central de ‘Saturn (The Planet)’. El armazón musical es lo suficientemente atractivo como para resistir varios repasos mientras van pasando los minutos: en lo referente a la atmósfera general, hay mucho de los TANGERINE DREAM de la etapa 75-77, así como de los dos primeros álbumes de JARRE. Otro momento climático del disco. ‘Neptune’ (como dijimos en el primer párrafo de la presente reseña, la gran novedad de este disco) se orienta hacia una atmósfera más misteriosa, hasta sombría en algunos momentos, pero aún así, brota aquí un lirismo cristalino que recoge parte del señorío distante de ‘Mars’. En fin, ‘Pluto’ pone punto final a las cosas con un talante austero donde las capas armónicas de los sintetizadores fungen como motif por sí mismos. Hay un cierto coqueteo con el minimalismo, pero más que nada, se trata aquí de exhibir el carácter extravagante e indescifrable de la órbita (o personalidad) del planeta titular. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Planets”, la renovada y definitiva versión de “Solare”, una muy inspirada colección de exploraciones progresivas electrónicas que pone sobre el tapete a la figura del maestro CIRO PERRONI como un compositor versátil. Ya va siendo hora de sacarle de la oscuridad y darle un sitial visible dentro del parnaso vigente de la vanguardia italiana de los cinco últimos decenios. 

Tuesday, February 18, 2020

El nuevo embate de fortaleza musical de MARBIN



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el más reciente lanzamiento fonográfico del excelso y enérgico ensamble jazz-progresivo MARBIN, el cual se titula “Strong Thing” y fue publicado en el primer día del último mes del recién fenecido año 2019. Este cuarteto coliderado por el guitarrista Dani Rabin y el saxofonista Danny Markovitch, y completado por el bajista Jon Nadel y el baterista Everette Benton, Jr. nos muestra una nueva exhibición de su bien madurada combinación de nervio, groove y sensibilidad melódica, todo ello dentro de un compacto empaque híbrido de jazz-prog, rock pesado clásico y fusión contemporánea. Benton reemplaza a Blake Jiracek respecto a la alineación que realizó el disco de estudio anterior “Israeli Jazz”, que data de marzo del año 2018. “Strong Thing” es el séptimo trabajo de estudio de MARBIN, y en muchas maneras se puede decir que recibe los ecos de vigor y contundencia expresiva que signaron a los dos discos precedentes “Goat Man & The House Of The Dead” e “Israeli Jazz” (de los años 2016 y 1028, respectivamente); en especial, el primero de ellos. Por otra parte, es digno de destacar el modo en que el grupo le da un nuevo giro de sofisticación a las esquematizaciones y arreglos de las nuevas composiciones que integran este disco. Bueno, vamos ahora a los detalles de las mismas, ¿vale?


Ya en los primeros 17 ½ minutos del álbum, que están ocupados por la dupla de ‘Messy Mark’ y ‘Spank Tank’, la gente de MARBIN está dispuesta a hacer una fuerte declaración de principios sobre la inquebrantable persistencia de su fortaleza expresiva. En efecto, ‘Messy Mark’ elabora un ejercicio de jazz-rock sobre una base aguerrida de blues que nos remite tanto al ZAPPA de los primeros años 70s como al dinamismo robusto de un RORY GALLAGHER en su faceta más aguerrida. El enclave melódico es formalmente sencillo, por lo que hay espacios amplios para los respectivos protagonismos de la guitarra y el saxo, aprovechados al máximo en sólidas mezclas de candor y virtuosismo. Por su parte, ‘Spank Tank’ se asienta sobre un swing funky-rock que permite a la banda elaborar una estupenda cruza entre LED ZEPPELIN y el JEFF BECK GROUP, tendiendo puentes con sus coetáneos de THE ARISTOCRATS. Dado que la vitalidad de esta pieza tiene una soltura más grácil, los solos tienen más empeño lírico que los exhibidos en la pieza de apertura. En ambos temas, el rol que cumple la dupla rítmica a la hora de establecer y mantener el swing básico es llevado a cabo con notoria musculatura; en particular, hay varios redobles y demás recursos de la batería que se sienten directamente relevantes para los encuadres temáticos en curso. Iniciar el disco de esta manera es como que un día comience a pocos segundos del mediodía: puro esplendor. El concepto bipartito de ‘Just a Little Bit’ sigue a continuación, ocupando un espacio de casi 11 minutos. ‘Just a Little Bit (Part 1)’ es una pieza delicada, inundada por un aura de melancolía crepuscular, siendo así que su visceral fuerza de carácter se sostiene sobre la muy rica paleta sonora del saxo. ‘Just A Little Bit (Part 2)’, por su parte, da más protagonismo a la guitarra mientras remodela a la aún reinante aura melancólica con algunos matices fusionescos. Eso sirve para que la batería sofistique su groove básico durante la primera mitad de esta pieza, aunque luego vira hacia un swing más convencional. Tal vez tenemos aquí el más intenso e impactante solo de guitarra de todo el disco, dicho sea de paso. 

Situado en el ecuador del repertorio, ‘Alabama Sock Party’ tiene la misión de instaurar una jovialidad frontal y alucinante, y lo hace en base a un ejercicio de country-rock alimentado por un vigor incandescente, trepidante y volcánico. Es como si una pieza inédita de los DIXIE DREGS hubiese sido rescatada y remodelada por un combo de LED ZEPPELIN y MAHAVISHNU ORCHESTRA. ‘Itchybun’ (el tercer tema más largo del disco con sus 7 ¼ minutos de duración) le da un viraje más matizado al despliegue de fuego rockero que ya disfrutamos en la pieza precedente para ajustarlo al swing jazz-progresivo y al inspirado encuadre melódico que se han creado para la ocasión. En el modo tan pulcramente fluido en que la alternancia entre pasajes aguerridos y otros ligeros se nota que la amalgama de las ideas provistas por los cuatro músicos es refindamente meticulosa, y aún así, todo se siente sumamente fresco. Hay mucho parentesco con el segundo tema del repertorio en cuanto a su espiritualidad tan refinada y tan potente, a la vez. Tenemos aquí un cénit definitivo del álbum. La serie de las cuatro últimas piezas del disco se reparte en sendos temas bipartitos: el primero es el que justamente da título al álbum y el segundo se llama ‘Fisticuffs’. ‘Strong Thing (Part 1)’ se ubica sobre un medio tiempo que permite al grupo desarrollar el bloque temático diseñado para la ocasión con una fastuosidad rotunda, al modo de un híbrido entre el PAT METHENY GROUP y MORAINE. Mientras tanto, ‘Strong Thing (Part 2)’ emerge para establecer una dinámica jazz-progresiva un poco más intensa, permitiendo al saxo asumir el rol protagónico que había correspondido a la guitarra en la primera parte. Poco más de 10 minutos de otro momento climático del disco. Las dos partes de ‘Fisticuffs’ ocupan conjuntamente un espacio un poco mayor de 7 ½ minutos. Para la ocasión, el personal de MARBIN decide volcarse a algo más lírico y con un swing un poco más reposado, el cual sigue un compás de 6/8; con todo, es justo decir que se mantiene buena parte de la musculatura reinante en la ilación de las dos piezas homónimas. La segunda parte ahonda en lo lírico, llevando el swing a un coqueteo más cercano con el estándar del blues-rock. Dicho sea de paso, tenemos aquí otro soberbio solo de saxofón en un momento en que el esquema sonoro se vuelve más sutil, inundado por excelsos trucos jazzeros en el esquema rítmico. Esta última dupla gesta un hermoso final para un disco poderoso.  


“Strong Thing” es, efectivamente, algo fuerte, un embate muy fuerte dentro del bien definido ideario estético de MARBIN. Este grupo sigue sacando discos excelentes donde se combinan energía y fineza, algo que justifica con creces el estupendamente buen renombre que tiene dentro de la avanzada jazz-rockera estadounidense del presente milenio. Aunque llega relativamente tarde esta reseña, señalamos al disco que acabamos de reseñar como un ítem totalmente recomendable dentro de cualquier decente colección fonográfica.


Muestras de “Strong Thing”.-


Saturday, February 15, 2020

Pacífica versatilidad para la fusión moderna de parte del NICOLAS MEIER WORLD GROUP


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar uno de los discos más gráciles y hermoso del pasado año 2019: nos estamos refiriendo a “Peaceful”, obra del NICOLAS MEIER WORLD GROUP, la misma que fue publicada a mediados del mes de setiembre del susodicho año. Este ensamble está conformado por el propio NICOLAS MEIER a las guitarra clásicas con y sin trastes, la guitarra de 12 cuerdas y el Glissentar, además de Richard Jones (violín), Kevin Glasgow (bajo) y Demi García (percusiones). Todo el material contenido en “Peaceful” fue grabado en los meses de setiembre y octubre del año 2018, en diversas sesiones organizadas en los Slipway Studios y los MGP, siendo posteriormente mezclado en los meses de abril y mayo del año 2019, en el estudio Precision Mastering. Todas las composiciones son de MEIER, maestro de origen suizo y residente en Gran Bretaña. Esta obra está signada por un esquema de jazz-fusión con base acústica, lo cual impacta inevitablemente en el talante sereno del repertorio aquí contenido: algo muy a tono con el título del disco. Una vez dicho eso, hay varios temas que despliegan un fulgor vibrante y son estos mismos los que suelen destacarse más dentro de “Peaceful” debido a la gracia tan particular que tiene lo extrovertido dentro del arte del sonido. Pero también están las piezas lentas que se concentran en proyectar la belleza inherente a su núcleo melódico. Ante todo, estamos hablando de un disco coherente y ecléctico, exitoso como un todo; pero bueno, ahora llega el momento de detenernos a revisar las piezas individuales. .
               


Ocupando un espacio de casi 10 ¾ minutos, la dupla inicial de ‘Besiktas Café’ y ‘Manzanita Samba’ instaura las reglas de juego para lo que será un asunto bastante recurrente a lo largo de este disco: un manejo sólido de las interacciones entre guitarra y violín mientras la dupla rítmica llena espacios con grácil sobriedad. El primero de estos temas exhibe una sensación de ágil alegría envuelta e impulsada por un dinamismo cristalino. Las florituras de la guitarra ayudan a reforzar el centro temático en esos interludios en los que se abre más espacio a la libertad expresiva. Por su parte, el segundo se centra en un groove más juguetón y sofisticado, coqueteando con la faceta más serena del paradigma del PAT METHENY GROUP. La vitalidad que se exhibe aquí, inspirada en el discurso de la fusión brasileña, es menos ostentosa que la que hacía vibrar al esquema melódico del primer tema; ahora, el cuarteto explora un centro temático menos delineado y con más espacios para la improvisación. En tercer lugar llega la pieza homónima, que es también la más larga del disco con sus más de 7 ½ minutos de duración. ‘Peaceful’ es el primer viaje introspectivo del repertorio, focalizadamente sistematizado sobre el swing sosegado y sutilmente sensual armado por la dupla rítmica. La magia envolvente del desarrollo temático se impone con inapelable sutileza. Aquí tenemos, dicho sea de paso, uno de los más hermosos solos de violín del álbum. Podemos decir que esta pieza y la precedente conforman un cénit determinante del disco. ‘Caravan Of Anatolia’ se proyecta a una agitación comedida de la espiritualidad serena reinante en la pieza anterior, pero aún se mantiene en un terreno contemplativo. Los aires mediterráneos que penetran a las interacciones entre la guitarra y el bajo, así como al groove general, ayuda a crear una agilidad comedida, acorde con la ocasión. ‘Water Lilies’ vuelve a la soltura plena y lo hace con un tenor aflamencado sobre un compás de 6/8. Los diversos matices de vitalidad que se imponen durante el desarrollo temático son manejados con impoluta fluidez. Otro ítem particular,mente notable dentro del repertorio. 


Cuando llega el turno de ‘Princes’ Islands’, el ensamble regresa en pleno a los aires mediterráneos, esta vez explorando sus áreas más misteriosas y evocadoras. En la mayor parte del tiempo, reina un espíritu otoñal que, de alguna manera, invoca a una aureola solitaria. De las pocas piezas serenas del disco, ésta es tal vez la que más nos impacta. La tríada final del repertorio de “Peaceful” está integrada por ‘City Of The 3 Rivers’, ‘The Island’ y ‘Soho Square’, piezas que oscilan entre los 6 ½ y 7 ¼ minutos de duración. ‘City Of The 3 Rivers’, que es el segundo tema más extenso del repertorio, trajina por un sendero de jovialidad contenida (a medio camino entre los grooves de los temas #2 y #4) mientras el bloque instrumental elabora un esquema melódico que mezcla la fusión latina con la flamenca. Además, tenemos aquí otro notable solo de violín. ‘The Island’ elabora un regreso a lo mediterráneo con añadidos aires arábigos, siendo así que el swing gestado por la dupla rítmica crea una ingeniosa mezcla de lo oriental y la bossanova. En fin, ‘Soho Square’ concluye las cosas con un aura melancólica trazada con una estilizada parsimonia jazzera, la misma que se alimenta de elementos de blues en su swing recurrente. Dado el título alusivo a uno de los más famosos barrios bohemios de Londres, especulamos que el espíritu de esta composición se centra en la actitud de alguien que observa la calle desde la ventana de su dormitorio cuando ya está bien avanzada la noche. El esquema musical permite a MEIER lucirse en un amplio espacio, y lo aprovecha muy bien pues nos brinda su mejor solo del disco. A propósito, algunas citas del estándar ‘Georgia On My Mind’ entran a tallar en la composición. Todo esto fue lo que se nos brindé en el repertorio de “Peaceful”, un disco hermoso y exquisito que nos muestra nuevos colores dentro de la impresionante paleta sonora que el muy talentoso NICOLAS MEIER maneja en su faceta jazz-fusionesca. Este disco del NICOLAS MEIER WORLD GROUP es totalmente recomendable. 


Muestras de “Peaceful”.-

Wednesday, February 12, 2020

La tanática magia musical de ÁNGEL ONTALVA y VESPERO



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme deleite de presentar “Sada”, el segundo trabajo fonográfico realizado por la asociación del genial guitarrista y compositor español ÁNGEL ONTALVA y los no menos geniales músicos y compositores que conforman el colectivo ruso de VESPERO: Alexander Kuzovlev [guitarra], Vitaly Borodin [violín y piano], Alexey Klabukov [teclados y sintetizadores], Arkady Fedotov [bajo, sintetizador y efectos] e Ivan Fedotov [batería]. “Sada” fue publicado en el primer día del presente mes de febrero de 2020. El disco sale por vía del sello del grupo ruso (aunque también se puede escuchar un par de temas en el blog de Bandcamp de OctoberXart Records). Como es de esperarse, Ontalva es el creador del arte gráfica de este álbum. Las sesiones de grabación fueron dirigidas por el teclista Klabukov en el VMS Studio de Astrakhan, en diversas sesiones de grabación entre julio y diciembre del año 2019. El ulterior proceso de mezcla estuvo a cargo del guitarrista Kuzovlev. Se trata de un trabajo conceptual que gira en torno a la apasionada y psicópata figura de la japonesa Sada Abe, mundialmente célebre por su relación erótico-tanática con el empresario Kichizō Ishida, su amante tras el periodo de su vida como geisha. Éste terminó muerto por asfixia erótica en su última cita, y además, Sada cortó el miembro viril de su víctima como gesto de apropiación definitiva de su amado. ¿Esto nos suena a la trama de la controvertida película de Nagisa Oshima El imperio de los sentidos? Pues eso. Dentro de la remodelación que Ontalva y sus compinches rusos le dan a esta historia cabe un matiz sobrenatural al asunto, a fin de que se justifique el predominio de elementos etéreos dentro los retratos sonoros que se proyectan a lo largo del repertorio de “Sada”. A diferencia de “Carta Marina”, el disco precedente de ONTALVA & VESPERO, este disco tiene más espacios ingrávidos y más tonalidades evanescentes con los cuales arreglar y trabajar las ideas melódicas y las atmósferas de cada pieza específica. Pero bueno, mejor vayamos de una buena vez a los detalles de las mismas, ¿vale? 


Abre el álbum ‘Uwasa No Onna’, tema que comienza con un groove delicado y flotante sobre un compás de 7/8; aunque el ropaje sonoro está obviamente diseñado bajo las pautas del space-rock, el espíritu musical está más encauzado por la senda del jazz-fusión. Todo fluye naturalmente a través de un esquema musical plácido hasta que emerge un interludio cósmico dirigido por capas evocadoras de sintetizadores. A partir de allí brota un segundo y último cuerpo más ágil, dejando que lo grácil sea reemplazado por lo muscular. Con todo, todavía predomina un lirismo cristalino en el desarrollo de este jam. Tras este excelente inicio de las cosas, ‘Theme For Sada’ sigue a continuación para darle un viraje un poco más majestuoso a la gracilidad musical que signó a buena parte de la pieza inicial. Este híbrido de prog psicodélico y jazz-rock funciona muy pero que muy bien. Esta vez, las interacciones entre las guitarras y el violín ostentan un lirismo envolvente y acogedor mientras la dupla rítmica se esmera en mantener un swing bastante sobrio. Poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto, las cosas se intensifican un poco mientras la prestancia lírica se mantiene inalterada. La tercera pieza del álbum lleva el peculiar título de ‘Her Eyes Sparkled In A Strange Way’ y, según nos parece, resulta ser una de las piezas más notoriamente hermosas de este repertorio junto a la segunda. En el caso de ‘Her Eyes Sparkled In A Strange Way’, disponemos de un cautivador ejercicio de densidad onírica y magia nebulosa dentro de una atmósfera que no deja de ser, a su modo, fulgurosa. El breve epílogo de doble guitarra – ojalá hubiese sido un poco más extenso – realza, bajo una modalidad más parca, lo que fue una predominante aureola de inquieta y grisácea ensoñación. ‘Day Of Truth’ cumple con la función de retomar el aura de la segunda pieza para darle un dramatismo más pronunciado. De paso, con el arribo de ‘Day Of Truth’ nos empezamos a dar cuenta de que había algo de sutilmente terrorífico en el desarrollo temático de ‘Her Eyes Sparkled In A Strange Way’, y ahora ese factor siniestro se recubre de una incandescencia desafiante, la cual se manifiesta cabalmente a través de las diversas variantes temáticas y de ambiente que tienen lugar. Muchas cosas pasan a lo largo de los poco menos de 6 ½ minutos que dura esta pieza.

Ocupando un espacio de casi 8 ½ minutos, ‘A Sense Of Clarity’ desarrolla un dinamismo progresivo de gran alcurnia, incluyendo algunos factores Crimsonianos dentro de ciertos arreglos de las guitarras duales, además de gestar un fragor incrementado para las diversas fuerzas organizadas dentro de la ingeniería rítmica. También hay algunos breves pasajes signados por engranajes disonantes que funcionan como efectivos contrastes a esos otros en los cuales el violín, acompañado de las guitarras, dirige líneas melódicas etéreamente envolventes. Mientras todo esto pasa, la batería se retuerce crecientemente en torno al swing armado por ella, llegando a alcanzar un clímax free-jazzero antes de que el grupo retome el relajado motif inicial para el epílogo. Esta pieza ha estado dispuesta a volar muy alto desde sus primeros instantes y cumplió perfectamente con su propósito. ‘Futari Kiri’, que dura casi 10 minutos, es la pieza encargada de cerrar el álbum además de erigirse como la más extensa del mismo. Comenzando con una atmósfera introspectiva de talante jazz-progresivo (un poco en línea con lo que hizo el propio ONTALVA en su asociación con el grupo NO GROOVES), la pieza se adentra en los climas ensoñadores y grácilmente misteriosos que antes percibimos en los temas #2 y #3. La fuerte presencia del violín dentro del desarrollo temático en curso ayuda a que el bloque vaya de a pocos ganando en garra expresiva; poco después de pasada la frontera del segundo minuto, el ensamble hace sentir su nervio esencial sin llegar a niveles de agresividad. Por el contrario, los desarrollos temáticos y las texturas sonoras se afianzan a paso firme mientras el jam central va reforzando su elegante vivacidad. Más adelante, el grupo pone un poco de calma a las cosas para darles un aire más flotante, incluso rayano con lo espectral en algunos pasajes. Es hora del regreso a los parajes de lo introspectivo y la banda lo organiza como un descenso meticulosamente paulatino hacia los rincones más oscuros y sosegados del espíritu. Los ornamentos cósmicos de los sintetizadores se hacen notar hasta que se sumergen en un sentencioso silencio, el cual propicia que una solitaria guitarra delinee el efímero pasaje final.



Como balance final, todo esto que nos ha entregado la asociación hispano-rusa de ÁNGEL ONTALVA y VESPERO con “Sada” es monumentalmente grandioso. Con una inspiración tanática, el grupo ha gestado un obra musical que destila magia y embrujo por cada una de sus partículas sonoras. Así, sin ánimos de exagerar, reiteramos que este disco que hoy reseñamos es monumental y grandioso que se anuncia como uno de los más notables dentro de la producción de rock progresivo y vanguardista del mundo en el presente año 2020... ¡Y eso que todavía no llegamos a la mitad de su segundo mes! He aquí una magnífica traducción de una vivencia de romanticismo sádico al lenguaje de la experimentación rockera con un ropaje sublime. Recomendable al 500%. 


Muestras de “Sada”.-
Uwasa No Onna: https://octoberxart.bandcamp.com/track/uwasa-no-onna
Her Eyes Sparkled In A Strange Way: https://music.vespero.ru/track/her-eyes-sparkled-in-a-strange-way

Sunday, February 09, 2020

Un nuevo sortilegio de la psicodelia progresiva sueca de parte de KHADAVRA



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos a KHADAVRA, joven grupo sueco formado y asentado en la localidad de Gotemburgo que se dedica a cultivar, desde inicios del segundo decenio del nuevo milenio,  una modalidad de rock progresivo psicodélico: poco antes de que llegara el mes de mayo del pasado año 2019 a su ecuador, este grupo publicó su segundo disco de larga duración, el mismo que se titula “Hypnagogia”, por vía independiente. Este colectivo formado en la localidad de Arvika en el año 2012 pronto se mudó (tal como mencionamos anteriormente) a Gutemburgo para asentar su carrera musical, llegando a publicar su disco debut en el año 2014 bajo el título de “A True Image Of The Infinite Mind”, el cual sirvió para asentar el sostenido crecimiento de un público de culto. Con este disco “Hypnagogia”, el grupo dio un auténtico paso de gigante en la evolución de su enfoque musical, el cual se centra en la vertiente psicodélica del rock progresivo mientras absorbe influencias del space-rock, el post-rock, el sinfonismo de primera generación y el Crimsonismo peculiar de esencia escandinava. Los integrantes de este cuarteto son Seb Eriksson [guitarra eléctrica, didgeridoo, sitar y voz], Alexander Eriksson [batería, percusión, marimba y voz], Jón Klintö [bajo y corno francés] y Nils Erichson [teclados, piano, órgano de fuelles, guitarra eléctrica y voz]. Esta humilde reseña sobre “Hypnagogia” llega un poco tardíamente a nuestro blog, pero que quede claro lo siguiente, cada palabra entusiasta sobre la belleza de su contenido es veraz desde nuestra óptica. El título del disco hace alusión a la transición de la vigilia al sueño con todas las ocurrencias mentales y perceptuales que tienen lugar mientras tanto: este disco bien puede ser apreciado como un sortilegio que acompaña a esas ocurrencias, pero bueno, centrémonos ahora en los detalles del mismo.


La miniatura de casi un minuto y cuarto ‘Horisontens Himlavalv’ distribuye efectos cósmicos de sintetizador y ornamentos percusivos muy sutiles, instaurando con ello el contexto para la inminente emergencia de ‘Down The Rabbithole’, un tema diseñado para dejar una marca clara del tipo de fastuosidad psicodélica que el grupo establece como seña propia de su presencia dentro del gran escenario del rock experimental. Esta pieza que dura 10 ¼ minutos establece una ilación de pasajes que dan prioridad a lo etéreo aunque enfatizando diferentes niveles de nervio rockero mientras la multipartita ingeniería de la pieza deja que el caleidoscopio musical se explaye de manera ordenada dentro de una sinergia pulcrísima entre lo sinfónico, lo jazz-rockero y lo space-rockero. El groove general, a través de las variantes en los motivos y atmósferas, se mantiene sólidamente sobre un ágil temó de 6/8; los solos de guitarra y de órgano entran a tallar midiendo las dosis de expresividad de sus respectivas proyecciones energéticas. Las secciones cantadas suelen ser un poco más apaciguadas en cuanto a la elaboración de su atmósfera envolvente, pero dichas partes cantadas son solo interludios muy ocasionales en medio de la preponderancia de lo luminoso. A continuación llega el turno de ‘Dissolve’, pieza que se caracteriza mayormente por establecer un esquema de trabajo ampliamente enfocado en lo Floydiano (etapa del “Meddle”), con añadidos aires de familia vinculantes con los modelos de bandas actuales como SEVEN IMPALE y SPACE DEBRIS. También hay algunos coqueteos rampantes con el estándar del post-rock. ‘Mordängel’, el cuarto tema del álbum, comienza con un ceremonioso preludio dirigido por el corno sobre un trasfondo de teclado, y es cuando entra en acción el cuerpo central que nos topamos con un ingenioso híbrido de retro-prog Crimsoniano al estilo de los primeros discos de ANEKDOTEN y el estándar del post-rock. Las alternancias entre pasajes lentos y otros más ágiles están bien manejadas, aunque nos parece en lo personal que estas últimas pudieron haber contado con un mayor campo de expansión. Como sea, esta pieza es bastante valiosa como exponente de la faceta más muscular del ideario estético del grupo. Una mención especial debe ir para el solo de guitarra que ocupa el centro de la sección final, pues es electrizante y evocadora a la vez, creando una cruza entre los paradigmas de Hillage y Gilmour, con algunos toques de Page... ¡Un gran solo, la verdad! 



‘Tryptophan’ tiene el difícil rol de anteceder al mamut que será el sexto y último tema del álbum. Sus características peculiares se centran en un lirismo sobrio y ensoñador muy bien enmarcado dentro del patrón del post-rock, arropado por meticulosamente estilizadas capas de teclados. Algo muy a lo GRAILS con ciertas aproximaciones a PELICAN y GOD IS AN ASTRONAUT. Y llegamos a ‘Kollektiv’, la pieza que cierra el álbum mientras goza de la monumental duración de poco más de 27 ½ minutos. Su primera sección está centrada en reiterar y enriquecer la atmósfera central de ‘Tryptophan’, hasta que poco después de pasada la frontera del cuarto minuto, el ensamble crea un estupendo híbrido de space-rock y jazz-rock con un agilizado enclave melódico que todavía recoge, en parte, el engranaje post-rockero que signó a la sección precedente. Ya estamos aquí en una encrucijada entre ASTRA, GRAILS y MY BROTHER IS THE WIND (la etapa de su tercer álbum). Este nuevo jam recurre mayormente al compás de 5/4 e incluye un fabuloso solo de piano en algún momento, el mismo que es sucedido por un solo de sitar y, más adelante, un virtuoso solo de bajo. Mientras la batería va complejizando su labor en el swing central, se nota que el grupo ya está ensimismado en su faceta más extrovertida, especialmente cuando llega el momento para el solo de batería. La siguiente sección se explaya ingeniosa en una remodelación post-metalera de un jam lento cuya moderada densidad nos remite a un híbrido entre los PINK FLOYD de la fase 70-73 y ANEKDOTEN, un pasaje bastante intenso cuya guinda en la tarta es un espléndido solo de guitarra. Este solo tiene suficiente duración como para poder dibujar un retrato de nebulosidades otoñales bastante filudo. Poco antes de llegar a la frontera del decimoséptimo minuto, el grupo vira drásticamente a otra sección, aún más ceremoniosa, introducida por un compás marcial y luego expandida por un sendero etéreo de extrapolaciones post-rockeras de una matriz sinfónica. Aunque la guitarra ocupa un rol importante en su conexión con la dupla rítmica dentro del bloque general, éste tiene su mayor riqueza en las delicadamente absorbentes capas mellotrónicas. Otra sección sigue para cimentar un sendero un poco más otoñal, gestando una vibraciones introspectivas que en algún momento serán sucedidas por otras más adustas: en todo este tiempo, ya la guitarra se erige en la lideresa bien definida de los cauces sonoros del ensamble. La encantadora magia melódica culmina con una arrolladora aureola cósmica de talante ceremonioso: el epílogo impactante y señorial que esta pieza totalmente merecía.  


  

Todo esto es lo que hemos disfrutado de “Hypnagogia”, uno de los discos más robustos que la variopinta escena progresiva escandinava nos ha brindado en el pasado año 2019. El colectivo de KHADAVRA nos ha brindado más de 61 minutos de ecléctica y dinámica gloria prog-psicodelia, un sortilegio musical extenso e intenso: un disco totalmente recomendable para los infatigables investigadores de la variopinta oferta progresiva de las últimas décadas.


Muestras de “Hypnagogia”.-

Down The Rabbithole: https://khadavra.bandcamp.com/track/down-the-rabbithole
Kollektiv: https://khadavra.bandcamp.com/track/kollektiv