HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy presentamos el
más reciente lanzamiento fonográfico del excelso y enérgico ensamble
jazz-progresivo MARBIN, el cual se titula “Strong Thing” y fue publicado en el
primer día del último mes del recién fenecido año 2019. Este cuarteto
coliderado por el guitarrista Dani Rabin y el saxofonista Danny Markovitch, y completado por el
bajista Jon Nadel y el baterista Everette Benton, Jr. nos muestra una nueva
exhibición de su bien madurada combinación de nervio, groove y sensibilidad
melódica, todo ello dentro de un compacto empaque híbrido de jazz-prog, rock pesado clásico y fusión contemporánea. Benton reemplaza a Blake Jiracek respecto a la alineación que realizó el disco de estudio anterior “Israeli Jazz”, que data de marzo del año 2018. “Strong Thing” es el séptimo trabajo de estudio de MARBIN, y en muchas maneras se puede decir que recibe los ecos de vigor y contundencia expresiva que signaron a los dos discos precedentes “Goat Man &
The House Of The Dead” e “Israeli Jazz” (de los años 2016 y 1028,
respectivamente); en especial, el primero de ellos. Por otra parte, es digno de destacar el modo en que el grupo le da un nuevo giro de sofisticación a las
esquematizaciones y arreglos de las nuevas composiciones que integran este
disco. Bueno, vamos ahora a los detalles de las mismas, ¿vale?
Ya en los primeros 17 ½ minutos del álbum, que están ocupados por la
dupla de ‘Messy Mark’ y ‘Spank Tank’, la gente de MARBIN está dispuesta a hacer
una fuerte declaración de principios sobre la inquebrantable persistencia de su
fortaleza expresiva. En efecto, ‘Messy Mark’ elabora un ejercicio de jazz-rock
sobre una base aguerrida de blues que nos remite tanto al ZAPPA de los primeros
años 70s como al dinamismo robusto de un RORY GALLAGHER en su faceta más
aguerrida. El enclave melódico es formalmente sencillo, por lo que hay
espacios amplios para los respectivos protagonismos de la guitarra y el saxo,
aprovechados al máximo en sólidas mezclas de candor y virtuosismo. Por su
parte, ‘Spank Tank’ se asienta sobre un swing funky-rock que permite a la banda
elaborar una estupenda cruza entre LED ZEPPELIN y el JEFF BECK GROUP, tendiendo
puentes con sus coetáneos de THE ARISTOCRATS. Dado que la vitalidad de esta
pieza tiene una soltura más grácil, los solos tienen más empeño lírico que los
exhibidos en la pieza de apertura. En ambos temas, el rol que cumple la dupla
rítmica a la hora de establecer y mantener el swing básico es llevado a cabo
con notoria musculatura; en particular, hay varios redobles y demás recursos de
la batería que se sienten directamente relevantes para los encuadres temáticos
en curso. Iniciar el disco de esta manera es como que un día comience a pocos segundos del mediodía: puro esplendor. El concepto bipartito de ‘Just a Little Bit’ sigue a continuación,
ocupando un espacio de casi 11 minutos. ‘Just a Little Bit (Part 1)’ es una
pieza delicada, inundada por un aura de melancolía crepuscular, siendo así que
su visceral fuerza de carácter se sostiene sobre la muy rica paleta sonora del
saxo. ‘Just A Little Bit (Part 2)’, por su parte, da más protagonismo a la
guitarra mientras remodela a la aún reinante aura melancólica con algunos
matices fusionescos. Eso sirve para que la batería sofistique su groove básico
durante la primera mitad de esta pieza, aunque luego vira hacia un swing más convencional.
Tal vez tenemos aquí el más intenso e impactante solo de guitarra de todo el disco, dicho sea de paso.
Situado en el ecuador del repertorio, ‘Alabama Sock Party’ tiene la misión de instaurar una jovialidad frontal y alucinante, y lo hace en base a un ejercicio de country-rock alimentado por un vigor incandescente, trepidante y volcánico. Es como si una pieza inédita de los DIXIE DREGS hubiese sido rescatada y remodelada por un combo de LED ZEPPELIN y MAHAVISHNU ORCHESTRA. ‘Itchybun’ (el tercer tema más largo del disco con sus 7 ¼ minutos de duración) le da un viraje más matizado al despliegue de fuego rockero que ya disfrutamos en la pieza precedente para ajustarlo al swing jazz-progresivo y al inspirado encuadre melódico que se han creado para la ocasión. En el modo tan pulcramente fluido en que la alternancia entre pasajes aguerridos y otros ligeros se nota que la amalgama de las ideas provistas por los cuatro músicos es refindamente meticulosa, y aún así, todo se siente sumamente fresco. Hay mucho parentesco con el segundo tema del repertorio en cuanto a su espiritualidad tan refinada y tan potente, a la vez. Tenemos aquí un cénit definitivo del álbum. La serie de las cuatro últimas piezas del disco se reparte en sendos temas bipartitos: el primero es el que justamente da título al álbum y el segundo se llama ‘Fisticuffs’. ‘Strong Thing (Part 1)’ se ubica sobre un medio tiempo que permite al grupo desarrollar el bloque temático diseñado para la ocasión con una fastuosidad rotunda, al modo de un híbrido entre el PAT METHENY GROUP y MORAINE. Mientras tanto, ‘Strong Thing (Part 2)’ emerge para establecer una dinámica jazz-progresiva un poco más intensa, permitiendo al saxo asumir el rol protagónico que había correspondido a la guitarra en la primera parte. Poco más de 10 minutos de otro momento climático del disco. Las dos partes de ‘Fisticuffs’ ocupan conjuntamente un espacio un poco mayor de 7 ½ minutos. Para la ocasión, el personal de MARBIN decide volcarse a algo más lírico y con un swing un poco más reposado, el cual sigue un compás de 6/8; con todo, es justo decir que se mantiene buena parte de la musculatura reinante en la ilación de las dos piezas homónimas. La segunda parte ahonda en lo lírico, llevando el swing a un coqueteo más cercano con el estándar del blues-rock. Dicho sea de paso, tenemos aquí otro soberbio solo de saxofón en un momento en que el esquema sonoro se vuelve más sutil, inundado por excelsos trucos jazzeros en el esquema rítmico. Esta última dupla gesta un hermoso final para un disco poderoso.
Situado en el ecuador del repertorio, ‘Alabama Sock Party’ tiene la misión de instaurar una jovialidad frontal y alucinante, y lo hace en base a un ejercicio de country-rock alimentado por un vigor incandescente, trepidante y volcánico. Es como si una pieza inédita de los DIXIE DREGS hubiese sido rescatada y remodelada por un combo de LED ZEPPELIN y MAHAVISHNU ORCHESTRA. ‘Itchybun’ (el tercer tema más largo del disco con sus 7 ¼ minutos de duración) le da un viraje más matizado al despliegue de fuego rockero que ya disfrutamos en la pieza precedente para ajustarlo al swing jazz-progresivo y al inspirado encuadre melódico que se han creado para la ocasión. En el modo tan pulcramente fluido en que la alternancia entre pasajes aguerridos y otros ligeros se nota que la amalgama de las ideas provistas por los cuatro músicos es refindamente meticulosa, y aún así, todo se siente sumamente fresco. Hay mucho parentesco con el segundo tema del repertorio en cuanto a su espiritualidad tan refinada y tan potente, a la vez. Tenemos aquí un cénit definitivo del álbum. La serie de las cuatro últimas piezas del disco se reparte en sendos temas bipartitos: el primero es el que justamente da título al álbum y el segundo se llama ‘Fisticuffs’. ‘Strong Thing (Part 1)’ se ubica sobre un medio tiempo que permite al grupo desarrollar el bloque temático diseñado para la ocasión con una fastuosidad rotunda, al modo de un híbrido entre el PAT METHENY GROUP y MORAINE. Mientras tanto, ‘Strong Thing (Part 2)’ emerge para establecer una dinámica jazz-progresiva un poco más intensa, permitiendo al saxo asumir el rol protagónico que había correspondido a la guitarra en la primera parte. Poco más de 10 minutos de otro momento climático del disco. Las dos partes de ‘Fisticuffs’ ocupan conjuntamente un espacio un poco mayor de 7 ½ minutos. Para la ocasión, el personal de MARBIN decide volcarse a algo más lírico y con un swing un poco más reposado, el cual sigue un compás de 6/8; con todo, es justo decir que se mantiene buena parte de la musculatura reinante en la ilación de las dos piezas homónimas. La segunda parte ahonda en lo lírico, llevando el swing a un coqueteo más cercano con el estándar del blues-rock. Dicho sea de paso, tenemos aquí otro soberbio solo de saxofón en un momento en que el esquema sonoro se vuelve más sutil, inundado por excelsos trucos jazzeros en el esquema rítmico. Esta última dupla gesta un hermoso final para un disco poderoso.
“Strong Thing” es, efectivamente, algo fuerte, un embate muy fuerte dentro del bien definido ideario estético de MARBIN. Este grupo sigue sacando discos excelentes donde se combinan energía y fineza, algo que justifica con creces el estupendamente buen renombre que tiene dentro de la avanzada jazz-rockera estadounidense del presente milenio. Aunque llega relativamente tarde esta reseña, señalamos al disco que acabamos de reseñar como un ítem totalmente recomendable dentro de cualquier decente colección fonográfica.
Muestras de “Strong Thing”.-
Strong Thing (Part 1): https://marbinmusic.bandcamp.com/track/strong-thing-part-1
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