Sunday, February 23, 2020

Un presente y porvenir brillantes para el prog español con los FRUTERÍA TOÑI


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy gozamos del enorme placer de presentar la nueva obra fonográfica de los geniales andaluces FRUTERÍA TOÑI, excelsos y amenos cultores de un jazz-prog ecléctico y aventurero que los hace portadores de la antorcha del brillante presente y no menos brillante porvenir de la escena rockera experimental española. Mencionar aquí al porvenir viene a cuento porque el título de esta nueva obra es justamente “El Porvenir Está En Las Huevas”. Así, con sarcasmo y todo… pero no vale sarcasmo alguno cuando se trata de describir y destacar el derroche de ingenio artístico que la gente de FRUTERÍA TOÑI plasma en cada disco que compone y graba. En este caso, su tercera placa de estudio conforma una de las novedades más exultantes y exquisitas de música progresiva dentro de España y del mundo entero. La verdad que este grupo malagueño ha realizado una labor sumamente bordada. Con el continuo diálogo entre las mentes maestras de Salva Marina [piano, teclados y voz], Jesús Sánchez [saxos y clarinete], Curro García [bajo y coros], Adrián Jiménez [batería] y Víctor Rodríguez [violín], la maquinaria de FRUTERÍA TOÑI está dispuesta a regalarnos otra joya musical para total deleite nuestro, algo que como siempre ha venido haciendo desde los tiempos de su primer disco “Mellotrón En Almíbar”, del año 2014. El repertorio contenido en “El Porvenir Está En Las Huevas” ha sido compuesto, arreglado y entrenado desde el año 2018, y tras una campaña de crowdfunding que tuvo lugar en cierta temporada dentro de la segunda mitad del pasado año 2019, ya pudo hacerse realidad como un ítem físico a inicios de este mismo mes de febrero: teniendo el formato de digipack, el arte gráfica del mismo estuvo a cargo de Luis Périz. El grupo contó con un puñado de colaboraciones ocasionales: aportes vocales de Eva Montiel para la penúltima pieza, Camilo Motta añadiendo el clarinete bajo a las orquestaciones de la última, y la flautista Lorena Alcaraz haciendo lo propio para las de la segunda. Bueno, veamos ahora los detalles específicos del disco, ¿vale?


El disco comienza a lo grande (bueno, se seguirá desarrollando a lo grande) con la pieza de 10 ½ minutos de duración ‘Agonía En Koyukuk’. El nombre de la localidad pertenece a una ciudad del Estado de Alaska, miren ustedes por dónde... También cabe constar que esta pieza contiene tres secciones con títulos autónomos, siendo solamente la primera de ellas la que contiene letra: sus títulos respectivos son ‘Las Andanzas Y Peripecias De Un Salmón Coho’, ‘La Freza Y La Muerte’ y ‘Alevines Por Doquier’. Bueno, yendo a lo estrictamente musical, la pieza tiene una hermosa fanfarria a lo PREMIATA FORNERIA MARCONI, la misma que abre campo a un breve segundo preludio en clave de blues progresivo, pero ya las cosas se agilizan cuando el centro temático exhibe un cuerpo sonoro ágil y grácilmente vibrante, el cual nos remite a un esquema de trabajo jazz-progresivo bastante sólido. Al modo de una cruza entre ON THE RAW, ACCORDO DEI CONTRARI y el Canterbury al estilo de NATIONAL HEALTH, el ensamble se despacha bien en un muy solvente ejercicio de dinamismo señorial y gancho melódico. Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, el grupo se adentra en una efímera aureola de grisácea expectativa para coger fuerzas con miras hacia un nuevo ejercicio de dinamismos polícromos. Esto no dura mucho, pues poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, el grupo vira hacia un swing lento y ceremonioso, momento oportuno para un impactante solo de clarinete. Tras este pasaje, el grupo retoma parte del dinamismo precedente para permitir al piano eléctrico delinear un virtuoso solo a lo Zawinul. Mucho, pues poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto y medio, el grupo vira hacia un swing lento y ceremonioso, momento oportuno para un impactante solo de clarinete. Tras este pasaje, el grupo retoma parte del dinamismo precedente para permitir al piano eléctrico delinear un virtuoso solo a lo Zawinul. De esta manera, el grupo le da un final exquisito a tan poderoso tema de entrada. ‘Cipango Petite Suite’ sigue a continuación para ahondar en los matices jazz-progresivos antes presentes y alimentarlos con elementos prog-sinfónicos meticulosamente dibujados. El paisaje sonoro está espectacuarmente adornado sin hacerse nunca pesado o abundante: los diálogos entre el violín y los vientos son envolventes a la par que proveen de oportuna energía a la elaboración del desarrollo temático, y además de eso, llena espacios aludidos por el teclado. 

El ítem homónimo es en realidad una miniatura de ¾ de minuto; en efecto, ‘El Porvenir Está En Las Huevas’ es una pieza de piano con talante impresionista y algún tufo romántico: una belleza que nos cautiva precisamente por lo poco que dura. Funciona como un epílogo sereno y meditabundo de la segunda canción. Así las cosas, llega el turno de ‘El Monte De Las Tres Letras’, una canción penetrada por un aire reflexivo a través de las transiciones entre una sobria serenidad y una moderada extroversión que se emplean para organizar la ingeniería melódica básica. La canción fluye con naturalidad a través del cauce de su delicadamente organizado esquema melódico. La dupla de ‘El Traspiés’ y ‘Los Álamos Verdes’ ocupa los últimos 14 minutos del disco. ‘El Traspiés’ es el segundo tema más extenso del disco con sus 8 ½ minutos de duración, y su primera parte tiene la misión de exhibir una nueva muestra de la faceta más reflexiva de la banda. Hay algo que está situado entre lo parco y lo melancólico en el canto de Marina, así como en algunos arreglos de violín. Es como si tuviésemos una balada de CAMEL drásticamente remodelada por una asociación de músicos de ARTI + MESTIERI y HAPPY THE MAN. Con la irrupción de una segunda mitad jovial, no exenta de elementos humorísticos que nos pueden hacer evocar a un “ZAPPA tímido”, la banda le da un viraje sorpresivo bastante agradable al esquema melódico. En cuanto a ‘Los Álamos Verdes’, ésta está construida como una balada jazz-progresiva que se sitúa a medio camino entre el ROBERT WYATT de la etapa 74-75 y el HERBIE HANCOCK de inicios de los 70s. Hay un aire retro en las inspiraciones compositivas, pero el dinamismo mesurado que el grupo crea en torno a ellas se siente muy fresco, muy propio. Una pieza convincentemente evocativa que realza los aspectos más puramente reflexivos del repertorio íntegro de la banda; muy oportuno es este cierre crepuscular para tan hermoso disco. 


Todo esto es lo que nos ha brindado en “El Porvenir Está En Las Huevas”, un disco que no llega a ocupar un total de 40 minutos de duración, pero que ni falta que le hace para instaurar un nuevo momento grande para la carrera musical de los FRUTERÍA TOÑI. El pasado viernes 21 de febrero tuvo lugar el concierto de presentación de este nuevo disco en el local malagueño La Trinchera. La verdad que esta banda está bien situada dentro del presente y el porvenir de la élite progresiva española, y este nuevo disco refuerza su posicionamiento con poder titánico. Así es su poder de convencimiento estético, pues su propuesta musical más bien exuda una magia cristalina más propia de las cálidas mareas dirigidas por Poseidón que de las incandescentes llamas de las mil antorchas de Hefesto. Alegorías mitológicas aparte, “El Porvenir Está En Las Huevas” es un disco bellísimo que ya se asegura un lugar privilegiado en los futuros balances de lo mejor que se hizo en el presente año 2020 tanto en España como a escala internacional.  


Muestras de “El Porvenir Está En Las Huevas”.-
Agonía En Koyukuk: https://www.youtube.com/watch?v=v-RPaSP0jMI
El Traspiés: https://www.youtube.com/watch?v=Q1URByLy7MA
Los Álamos Verdes: https://www.youtube.com/watch?v=VYZFXSjZAjE


[Muchas gracias a nuestro prog-amigo Ignacio Garcés por permitirnos usar una de sus fotos en esta reseña, la misma que dedicamos a él.]

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