Sunday, November 29, 2015

El tiempo preciso para un nuevo ciclo de PULSÓNICA


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

La gente de PULSÓNICA sigue aportando cosas interesantes y esenciales para la vigencia de la movida progresiva argentina, y esta vez lo hace brindando un nuevo ítem en su catálogo fonográfico: “Fuera De Tiempo”. Desde su provincia musical donde se gesta una sabia y enérgica mezcla de jazz-rock y fusión contemporánea con preeminencia de recursos percusivos, el ahora cuarteto conformado por Jorge González [batería, timbales, xilófono y glockenspiel], Carolina Cohen [congas y otros accesorios], Marcelo Tubio [guitarras eléctricas y acústicas, programaciones] y Julián Cusmano [bajo] desarrolla un campo de acción más amplio que el ya mostrado en sus dos magníficos discos precedentes – “Movimiento Perpetuo” y “Tribaloide” –, lo cual es un claro indicio de que los PULSÓNICA cuentan con el ingenio y la creatividad suficientes como para seguir creciendo dentro de sus propias pautas estéticas. Para el caso del tema ‘Después De La Lluvia’, el cuarteto se beneficia de la intervención del invitado especial Pablo Iglesias, quien toca vientos andinos.


Abre el repertorio ‘Inestable’, título improbable para iniciar un catálogo tan robusto y tan coherente, pero bueno, tal es el título de esta pieza que explora alternancias de desafiantes grooves y parajes marcados por un lirismo sobrio. Tras un breve prólogo cósmico minimalista, se desarrolla una confluencia de psicodelia progresiva y Latin-jazz está hecha con meticulosidad de orfebre, una meticulosidad que resulta esencial al mismo modus operandi del grupo. Una mención especial debe ir para los solos de Cohen, los cuales reflejan a la perfección el aura de refinada agresividad que exhibe el grupo en bloque. ‘Carrera De Insectos’ sigue a continuación, portando un aura semejante a la de ‘Inestable’, pero esta vez lo lírico es explotado con mayor insistencia y los momentos más filudos portan una dosis más controlada de fuego rockero. Tenemos en estas dos piezas sendos picos del repertorio de “Fuera De Tiempo”... ¡y recién acaba de empezar el disco! La tercera pieza es una peculiar travesura progresiva: una versión de ‘Dueño De Un Corazón Solitario’, o sea, de la canción más emblemática de esa etapa de auto-enajenación de YES bajo el gobierno de Trevor Rabin; bueno, en manos de PULSÓNICA se convierte en un ejercicio de abierto coqueteo con el paradigma de SANTANA mientras algunos guitarreos insertan algunos matices Crimsonianos para capitalizar la vitalidad rockera en curso. La canción original – coescrita por el mencionado Rabin, Chris Squire, Jon Anderson y Trevor Horn – hacía ciertos aspavientos latinos en su groove básico, y ahora tenemos al factor latino saliendo al frente con grácil desparpajo. Cuando llega el turno de ‘Cíclico’, la atmósfera sonora vira hacia un aura de relajada placidez, inclinándose un poco al modelo de PAT METHENY mientras preserva incólume el sentido de sofisticación progresiva. Un pasaje intermedio con osados juegos de síncopas inserta un inesperado recurso de tensión que resulta idóneo para abrir campo a un fabuloso solo de guitarra eléctrica a lo ALLAN HOLDSWORTH, un arrebato de luminosa inquietud que pronto se interrumpe para devolvernos al aura inicial.


La breve pieza ‘Babel’ es un ritual percusivo armado por González y Cohen para cimentar el suelo sobre el cual ‘Jaguar’ ha de celebrar su frenesí de plenitud a través de un groove llamativo. Realmente se siente muy fresco el nervio que el grupo derrocha a la hora de resolver la mezcla de rock duro, fusión y jazz-rock en torno a la cual se desarrolla el cuerpo central de ‘Jaguar’: de hecho, el uso del ritmo de festejo, original del folklore afro-peruano, focaliza en varios parajes esta intensidad tan peculiar. Cerca del final, la fiesta de ‘Babel’ regresa en un breve reprise. ‘Circus’ nos lleva a atmósferas y vigores semejantes a los que ya gozamos en ‘Inestable’ y ‘Carrera De Insectos’, pero con el aliciente de que el elemento jazzero está más reforzado en el armado ecléctico del motif central. El matrimonio del bajo y la percusión tonal resulta vital para buena parte del desarrollo temático, el cual se interrumpe en algún momento cuando irrumpe un efectivo intermedio de inspiración psicodélica. Bajo el simpático título de ‘Qué Tara!’, la octava pieza del disco cumple con la misión de regalarnos un momento de jovialidad rock-fusionesca con mucha polenta: es difícil no notar aires de familia con los paradigmas de JEFF BECK y RUSH en algunos riffs y bases armónicas de la guitarra. ‘Después De La Lluvia’ está a cargo de ampliar el registro expresivo de la banda por vía del empleo de aires andinos en el andamiaje sonoro: tal como mencionamos en el primer párrafo de la presente reseña, Pablo Iglesias se hace cargo de los aerófonos. Enfilándose por los parajes más serenos del lenguaje fusionesco, este tema establece una hermosa confluencia de lo tropical y lo andino a través de una grácil espiritualidad que se siente repleta de momentos envolventes: incluso cuando entra a tallar un solo de guitarra eléctrica, la cohesión interna del reinante clima de serenidad se mantiene consistentemente. Los últimos 7 ¾ minutos del álbum están ocupados por ‘El Pasajero’, pieza que en cierta medida recoge el eco de lo envolvente recibido de ‘Después De La Lluvia’, aunque también se restablece la fulgurosa fastuosidad de ‘Carrera De Insectos’, eso sí, con una musculatura más pronunciada en varios pasajes estratégicos. Es, sin duda, la pieza adecuada para darle un cierre climático al álbum.    

 

“Fuera De Tiempo” es mucho más que un disco bonito o agradable, es una exhibición de fabulosas sonoridades, exultantes ritmos y bien centrados desarrollos temáticos que ostenta una grandeza estética muy pareja de principio a fin. Definitivamente, PULSÓNICA logra confirmar su lugar señero dentro de la vanguardia argentina del momento, y en especial, una posición líder dentro de la movida progresiva del nuevo milenio. ¡Disco recomendado al 100%!


Muestras de “Fuera De Tiempo”.-


Thursday, November 26, 2015

PASAJERO LUMINOSO: encantamientos nuevos y elementos renovados



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Los geniales músicos de PASAJERO LUMINOSO vuelven al ruedo fonográfico un año después de sorprendernos muy gratamente con su disco homónimo de debut y nos vuelven a brindar una gema jazz-progresiva de muchos quilates: “Afuerino”. Con un proceso de grabación que comenzó en noviembre del año pasado y terminó en abril, del presente, “Afuerino” empezó a ser una realidad virtual en el blog de Bandcamp del grupo [http://pasajeroluminoso.bandcamp.com/] a mediados de año y su edición física hubo de seguir poco después. Lo que nos traen el guitarrista Juan Carlos Moyano, el teclista Leopoldo “Pepo” Limeres, el bajista Pablo Valotta y el baterista-percusionista Fabián Miodownik es un catálogo diseñado para que exploren con mayor meticulosidad el ya de por sí esencial componente jazzero de su propuesta musical, pero sin perder realmente el enfoque progresivo desde el cual se encuadra y focaliza el enjambre de eclécticas ideas musicales, las mismas que se ponen sobre el tapete para las bases melódicas y arreglos globales de las piezas: son 9 en total.


Durando poco más de 5 ½ minutos, ‘Eolionimio’ da el punto de arranque al repertorio con un exquisito ejercicio de musicalidades y vibraciones fusionescas, alternando sobrios pasajes de talante reflexivo con otros un poco más extrovertidos, a veces dando prioridad a los aires del folklore porteño y otras enfilándose por el legado del WEATHER REPORT clásico. Siendo el piano el instrumento protagónico, sus oscilaciones espirituales marcan la pauta global de la instrumentación. Luego sigue la pieza homónima, la misma que dura 6 ½ minutos. Su misión consiste básicamente en perpetuar en arrancar desde el ambiente instaurado por la pieza de inicio para impulsarse hacia un aumento del punche, además de elaborar un mayor equilibrio sónico entre los instrumentos. Cabe destacar especialmente un pasaje interesante donde el grupo explora matices psicodélicos con el propósito de poner énfasis en el factor rockero. Ya tenemos aquí un cénit innegable del álbum. Con la dupla de ‘Doble Sombra’ y ‘Los Elementos’, la gente de PASAJERO LUMINOSO sigue explorando varios recursos sonoros de exquisita factura. ‘Doble Sombra’ tiene un aire más a lo GILGAMESH (un poco Canterbury en verdad) en su primera sección, para luego pasar a una sección más frenética donde se imponen los aires a lo RETURN TO FOREVER (época del “Hymn Of The Seventh Galaxy”). El primer motif regresa para la coda, redondeando bien la faena, aunque nos hubiera gustado más que la sección intermedia durara un poco más. Una mención especial va para la labor del baterista, que se siente especialmente vigorosa a lo largo de las variantes de ambiente. Por su parte, ‘Los Elementos’ establece un ágil diálogo entre los discursos del jazz-rock y la música progresiva, notándose en su desarrollo temático – en base a un predominante compás de 6/8 – una confluencia de PAT METHENY GROUP, HAPPY THE MAN y CAMEL (época del “Rain Dances”).  

     

La segunda mitad del repertorio comienza con ‘Encantamiento’, tema en el que el cuarteto explora grooves de inspiración Latin-jazz, un poco en cercanía con el paradigma de METHENY pero también estableciendo nexos con la tradición del jazz-rock sudamericano, una tradición de larga data. Como si una atmósfera de sobria sensualidad se encapsulara bajo un boato palaciego, se siente aquí una vitalidad razonablemente serena. Por su parte, ‘Los Vivos’, tras la explícita luminosidad planteada por el tema precedente, adopta un aura crepuscular aunque para nada lánguida o gris; por el contrario, el colorido exhibido por la guitarra a lo largo de sus fraseos, situados muy al frente, garantiza que el posicionamiento extrovertido se mantenga intacto. Retornan los aires a lo GILGAMESH e ISOTOPE, dos de las figuras más serenas del amplio espectro del Canterbury. Además de la guitarra, cabe notar el tremendamente ensoñador solo de sintetizador que dirige el desarrollo de la sección intermedia. Como no hay crepúsculo ni noche que duren para siempre, ‘Hijo De Druida’ se hace cargo de traernos la luz del nuevo día con una placidez envolvente y atractiva: los efluvios del piano portan un gancho efectivo. Haciendo una suerte de híbrido entre Latin-jazz y bossa nova, ‘Las Viuditas’ rearma la sensualidad lírica que antes habíamos apreciado en ‘Encantamiento’ y le añade un aire señorial al asunto. Cerrando el disco, ‘Los Muertos’ exhibe una gracilidad conmovedora –a despecho de las alusiones tanáticas de su título – que parece beber de las tradiciones de HAPPY THE MAN y CAMEL, así como de los solistas de HERBIE HANCOCK con predominio de piano.


Los PASAJERO LUMINOSO vuelven a obsequiar una gema musical a nuestros siempre hambrientos oídos, lo repetimos… y es que solo podemos concluir la presente reseña reiterando el elogio general con el que la abrimos. “Afuerino” es un ítem fabuloso que engalana cualquier colección de música progresiva y jazzera de cualquier persona que presuma de mantenerse alerta antes las novedades provenientes de todas las partes del mundo. ¡Qué grossa es esta banda bonaerense!


Muestras de “Afuerino”.-

Monday, November 23, 2015

El irresistible encanto de la poderosa propuesta jazz-progresiva de MARBIN


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Buenas noticias para el mundo jazz-progresivo actual: MARBIN vuelve a la carga y lo hacen a lo grande, con un nuevo despliegue de vitalidad y energía que es donde se encapsula la ingeniería de todas las ideas musicales que salen de las mentes del guitarrista Dani Rabin y el saxofonista Danny Markovitch. El cuarteto completado por el baterista Greg Essig y el bajista John W. Lauter ha completado un álbum magnífico con “Aggressive Hippies”. Grabado en unas cuantas sesiones del pasado mes de abril y publicado por MoonJune Records a inicios de octubre, “Aggressive Hippies” nos muestra a unos MARBIN que exploran convincente y abrumadoramente varios aspectos de su faceta más agresiva, una faceta que es en realidad una de las que más suelen salir a relucir a partir de su enfoque progresivamente ecléctico de los discursos del rock y el jazz. Si nos preguntamos cuál es la motivación para ponerle un título tan peculiar al álbum, pues Rabin nos cuenta que se inspira en una anécdota muy curiosa que le pasó al grupo en Knoxville, Tennesse: resulta que unos hippies les vieron tocar en la calle de dicha ciudad y les invitaron a tocar en su granja, donde algunos de ellos ostentaban pistolas y modales recios… pero nada malo les pasó, todos fueron muy solícitos con los cuatro genios musicales que hoy nos convocan. Veamos los detalles del mismo para seguir ahondando en esta apreciación inicial.


Durando poco menos de 7 minutos, ‘Just Music’ pone toda la carne en el asador desde la primera instancia, lo cual se traduce en el desarrollo de unas sonoridades bárbaramente filudas. El título de la pieza es muy conciso, demasiado tal vez, pues lo que hay en ella es una manifestación única de vigor y grooves magníficos. El primer golpe de tambor da inicio a una marcha equilibrada desde donde los duetos, interacciones y desafíos mutuos de guitarra y saxo abren espacios para los atractivos desarrollos temáticos de la ocasión. Aires de familia con sus coetáneos de MORAINE y con el legado de la primera etapa MAHAVISHNU ORCHESTRA, además de la robustez legendaria del mejor JEFF BECK GROUP de los 70’s, se conjugan aquí en un dinamismo que se siente, a la vez, familiar y renovado. Una vez que termina ‘Just Music’ con un motif sereno guiado por el saxo, irrumpe ‘Y’All Are Good’ para meter dentelladas y arrebatos de fulgurante musicalidad en la conciencia del oyente empático a lo largo de un espacio de casi 6 ½ minutos. Siendo los compases predominantes el 5/4 y el 6/8 sucesivamente, la banda le saca buen provecho al potencial de esquematismo osado usando los recursos más filudos de sus interacciones performativas. ‘Intro’ es un juego de improvisaciones que nos prepara el terreno para el siguiente tema, titulado ‘African Shabtay’. De hecho, ‘Intro’ porta un talante etéreo donde la guitarra elabora un crescendo que tiene algo de abstracto, aunque sus pulsiones terrenales también se sienten genuinas; eso sí, dichas pulsiones logran crear mecanismos de expresión más incendiarios en ‘African Shabtay’, pieza demoledora que nos remite en buena parte a las líneas de trabajo de GUTBUCKET y LED BIB. Tenemos aquí un cénit decisivo del álbum en el que los cuatro músicos descubren todos los ases bajo sus mangas para crear una ingeniería jazz-progresiva inapelablemente vitalista. En los pasajes más auto-constreñidos, los cuales sirven para aportar variedad al asunto, el cuarteto nos devuelve a ese viejo paradigma del jazz-fusion de los 70’s.


En comparación con los aluviones punzantes – en mayor o menor medida – que han antecedido en el repertorio, ‘Juke Joint’ establece un aura un poco más serena; eso sí, al disponer de una estructura muy ligada a la línea funky del paradigma recurrente del jazz-rock moderno, el lirismo inherente a su motif central todavía manifiesta esa intensa alegría de vivir que hemos estado observando en cada una de las piezas precedentes. Una mención especial debe ir para el solo de guitarra, tal vez el mejor de todo el álbum: de hecho, aporta una tensión constructiva a la pieza de una manera fundamental. ‘O’l Neckin’’ sigue por la senda de las tradiciones de JEFF BECK y GARY MOORE, dando una nueva vuelta de tuerca a la luminosidad aguerrida que el grupo convierte en leitmotiv y traduce en concreta realidad artística. Hay un toque un poco a lo LED ZEPPELIN tanto en algunos fraseos de la guitarra como en algunos trucos percusivos de la batería, pero ciertamente se nota que Billy Cobham (el arquitecto rítmico de RETURN TO FOREVER) es la referencia inspirativa principal. Con ‘Morning Star’, el grupo decide centrarse en las áreas de la serenidad, y de hecho, lo hace con un plan de trabajo patentemente concienzudo que permite abrir espacios ocasionales para que el bajo pase a un plano protagónico. El groove es atractivo, incluso sexy, y eso sirve para que la guitarra, en el momento de su solo, diseñe y proyecte unos tipos de texturas muy especiales, distintos a los que no se habían hecho presentes en el repertorio precedente. La pieza homónima solamente dura poco más de 2 ½ minutos y ése es todo el espectro temporal que necesita para dejar una agradable huella en la mente del oyente con su flagrante agilidad construida en clave Southern rock: el saxo elabora florituras ágiles muy a tono con la festividad reinante mientras la triangulación de guitarra-bajo-batería sustenta el groove general con explosivo punche. Durando poco menos de 8 minutos, ‘Jambo’ cierra el álbum haciéndose eco de las vibraciones explosivas que marcaron la pieza precedente, llevándolas hacia una dinámica blues-rockera desde la que el ensamble coquetea abiertamente con el hard rock clásico, y en cierta medida, también los paradigmas de STEVE VAI y JOE SATRIANI. La verdad que la guitarra opera heroicamente mientras se explaya generosamente en sus espacios solistas, y otra gran verdad es que la batería hace gala de un nervio sistemático propio de una brigada militar en el momento más feroz de un contraataque destinado a la victoria.   


“Aggressive Hippies” es todo esto, nada menos: un catálogo de piezas radiantes en su expresividad musical, dueñas de un encanto irresistible, capaces de motivar mil y una imágenes en las mentes de cualesquiera oyentes empáticos. Definitivamente, MARBIN es un gran nombre en la avanzada jazz-progresiva estadounidense de la actualidad. ¡Disco altamente recomendado!


Muestras de “Aggressive Hippies”.-


Friday, November 20, 2015

Un festín para devorar todo: SLIVOVITZ se lucen a lo grande en el año 2015


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Es momento de hacer una celebración melómana pues los SLIVOVITZ vuelven a la carga y lo hacen con una magnificencia brutal y contundente: el testimonio de ello es su nuevo álbum “All You Can Eat”, publicado por el sello MoonJune Records en el pasado mes de agosto. El septeto napolitano se mantiene saludable y creativo con su conformación de Derek Di Perri [armónica], Marcello Giannini [guitarras eléctricas y acústicas], Vincenzo Lamagna [bajo], Salvatore Rainone [batería], Ciro Riccardi [trompeta], Pietro Santangelo [saxos alto y tenor] y Riccardo Villari [violines acústico y eléctrico]. “All You Can Eat” muestra a estos tremendos músicos disfrutando de su asociación, dispuestos a comerse el mundo con su propuesta tan enérgica como bien articulada: siendo ya su tercer ítem en el mercado, constatamos que hasta ahora no ha habido un punto flojo en cómo se va desarrollando su discografía hasta el momento: pasemos ahora a los detalles de este disco en cuestión, ¿vale? 


Pone las cosas en marcha ‘Persian Night’, fascinante tema que nos regala casi 7 ½ minutos de gloria musical empaquetados en un envoltorio solemne donde los aires exóticos y la robusta parsimonia de una escena de película del viejo Western se conjugan bajo una aureola de sobria robustez. Este fantástico comienzo de álbum merece un sucesor de gran valía estética, y ese rol lo ocupa muy bien ‘Mani In Faccia’, pieza que se focaliza en el infaltable aspecto extrovertido de la banda: de hecho, el colorido musical que despliega esta pieza en particular nos remite a una grácil combinación de estándares de ARTI E MESTIERI, el WEATHER REPORT de la era Pastorius y FRANK ZAPPA. El solo de violín resulta especialmente expresivo en medio de la hermosa amalgama global articulada por el ensamble. ‘Yahtezee’, el tercer tema, transmite una densidad expresiva semejante hasta cierto punto con la de la primera pieza, pero esta vez con una espiritualidad un poco más intensa, como si en medio de la meticulosa ingeniería melódica elaborada para la ocasión existieran rezagos de algún tipo de ira contenida. El hecho de que la arquitectura rítmica no disponga de esquemas frenéticos ayuda a reforzar dicha sensación. ‘Passannante’ nos devuelve al SLIVOVITZ más extrovertido mientras recoge algo de la densidad emocional exhibida en la pieza precedente: siendo menos extensa que cualquiera de las tres piezas precedentes, la vitalista versatilidad de su desarrollo temático la convierte en una de las piezas innegablemente climáticas del álbum. Durando poco más de 5 ½ minutos, ‘Barotrauma (La Zappa Sui Piedi))’ nos muestra un despliegue de intensidad sobria a través de las interacciones entre los instrumentistas. El desarrollo del cuerpo central exhiba una musicalidad espléndidamente focalizada en una cruza entre ciertos paradigmas del jazz-fusión y el modelo de FRANK ZAPPA (etapa 69-72). Bueno... algo debe haber de ello, habida cuenta de que el apellido de este genio está mencionado en el subtítulo de la pieza en cuestión. 

Los últimos 18 minutos del disco están ocupados por la tríada de ‘Hangover’, ‘Currywuster’ y ‘Oblio’. El rol básico de ‘Hangover’ consiste en dejarnos cautivados con una deliciosa borrachera reflexiva bajo el estímulo de los dibujos y tamizados por el matrimonio de vientos y violín durante la mayor parte del desarrollo del cuerpo central. Por su parte, ‘Currywuster’ comienza centrándose en un groove funky para explorar una dinámica efectiva y atractiva dentro del discurso del jazz-rock: el solo de armónica que se impone en un momento determinado es simplemente explosivo. Alrededor de la frontera del tercer minuto y cuarto, la pieza da un giro hacia una dimensión psicodélica sin perder la lucidez melódica: es entonces que las bases armónicas de la guitarra adquieren una mayor presencia, creando así un robusto colchón para un bello solo de violín. Es una pena que esta sección no dure un poco más - tal vez con un solo adicional proporcionado por otro instrumento - pero es que el motivo inicial está impaciente por regresar para la breve y entusiasta coda. Finalmente, ‘Oblio’ nos revela 7 minutos de ricas sonoridades en un momentum de sensaciones un poco más relajadas… o al menos, así comienza. Alternando compases de 5/4 y 6/8, el ensamble da rienda suelta a su creatividad lírica, aún cuando la guitarra asume un posicionamiento más macizo dentro del bloque instrumental global. De hecho, cuando la guitarra crea sonoridades más urgentes, los vientos y el violín se ven obligados a capitalizar su expresividad conjunta. La sección final de esta pieza goza de una agilidad renovada, a la par que retiene la calidez de los primeros minutos. 


Todo esto fue “All You Can Eat”, un disco soberbio que mantiene a SLIVOVITZ en un lugar de honor dentro de la vanguardia jazz-progresiva italiana contemporánea y que aporta un nuevo ítem altamente recomendado en cualquier buena colección progresiva. Esta gente de SLIVOVITZ se dio un gran festín gestando y grabando este disco, y ahora el festín es para los/as oyentes de todo el mundo. Como dijimos… ¡es un disco altamente recomendado!


Muestras de “All You Can Eat”.-

Tuesday, November 17, 2015

LA FABBRICA DELL’ASSOLUTO: la última generación de la movida retro-progresiva italiana


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy llegó la hora de presentar al quinteto italiano LA FABBRICA DELL’ASSOLUTO. El grupo en cuestión, formado en Roma en el año 2013, está conformado por el teclista Daniele Fuligni, el guitarrista Daniele Sopranzi, el vocalista Claudio Cassio, el bajista-contrabajista Marco Piloni y el baterista-percusionista Michele Ricciardi. Cuando el grupo dio sus primeros pasos, comenzó como cuarteto instrumental, pero con el ingreso del vocalista Cassio se generó el aporte coral y poético que la banda necesitaba para concretar su visión retro-progresiva inspirada en los paradigmas de primera escuela de MUSEO ROSENBACH. METAMORFOSI, BIGLIETTO PER L’INFERNO y, hasta cierto punto, NEW TROLLS. Tras grabar un EP en el 2014 con edición autoproducida y limitada, LA FABBRICA DELL’ASSOLUTO logró concretar su primer disco bajo el protectorado de Black Widow Records, un álbum conceptual titulado “1984 – Il Ultimo Uomo D’Europa” se basa en la paradigmática novela distópica de GEORGE ORWELL “1984” (que en sus borradores tenía el provisional título de “The Last Man In Europe”). Dadas las pautas descriptivas expuestas más arriba, es fácil advertir que el estilo de esta banda establece aires de familia con las propuestas de LE PORTE NON APERTE, IL BACIO DELLA MEDUSA y UNREAL CITY.


‘I Due Minuti Dell’Odio’ inicia el drama narrativo con una teatral recitación y un electrizante preludio instrumental en el que la guitarra, el órgano y el sintetizador marcan la frenética fibra sonora del ensamble. ‘4 Aprile 1984’ elabora un breve momento de ceremoniosas vibraciones para engarzarse con ‘Chi Controlla Il Passato Controlla Il Presente. Chi Controlla Il Presente Controlla Il Passato’, pieza que nos devuelve parcialmente a la intensidad colorida del primer tema, aunque claramente porta mayores dosis de sofisticación en su desarrollo temático; acto seguido, ‘O’Brien’ se explaya en esta magnificencia para reflejar el boato de las fuerzas de poder dentro de un esquema lírico conmovedor, un detalle que resulta convenientemente resaltado por los roles del sintetizador y el mellotrón. ‘Bispensiero’, por otra parte, se centra en exploraciones psicodélicas que oscilan entre lo cósmico y lo aguerrido con una convicción exultante, logrando así mostrar de forma directa el factor eminentemente tétrico del despotismo y la perpetua paranoia doliente de los súbditos. Colorido y densidad hermanados en una sola fuente sónica para relatar la perpetua ansiedad y la furia contenida del protagonista. ‘La Ballata Dei Prolet’ es una balada sinfónica con matices góticos, muy a lo METAMORFOSI, mientras que ‘L’Occhio Del Teleschermo’ porta un talante férreamente extrovertido, cercano a los legados de BIGLIETTO PER L’INFERNO y MUSEO ROSENBACH, con ciertos guiños a la primera etapa de EMERSON, LAKE & PALMER y al modelo de PÄR LINDH. Nos parece una pena que la coda instrumental de ‘L’Occhio Del Teleschermo’ no haya gozado de un desarrollo un poco más extenso, pero bueno, así son las cosas y llega el turno de otra balada. Esta vez se trata de ‘Giulia’: etérea en su aura romántica, esta canción brinda un momento de cálida introspección, destacándose en ella los aires a lo HÄNDEL que desarrollo el órgano al instaurar el motif. Para la coda, el grupo intensifica un poco el ambiente al modo de BEETHOVEN, lo cual supone una apertura a la electrizante luminosidad de ‘Lo Sguardo Nel Quadro’, canción que, a pesar de durar tan solo 2 ¼ minutos, logra instaurar un clímax poderoso dentro del repertorio del álbum.


Eso sí, dicho clímax de ‘Lo Sguardo Nel Quadro’ no solo es valioso por sí mismo sino también porque antecede a la composición más extensa del disco: ‘Processo Dei Omologazione’, magnífico opus que dura 12 ½ minutos. El comienzo es pesado sobre un complejo groove en 5/4 que da pie al despliegue de neuróticas exaltaciones y paranoicos frenesís tanto en las variadas armazones instrumentales como en el canto de Cassio. Un segundo cuerpo se centra en sombrías atmósferas góticas que nos remiten en algo al modelo de GOBLIN, aunque también tiene algo de esa Crimsonismo escandinavo que resultó crucial para el revival progresivo de los 90’s. Más adelante, los vericuetos del quinteto los lleva desde la fastuosidad de lo Emersionano hasta la cálida serenidad de un suave groove jazz-progresivos que parece un híbrido de YES temprano y TRAFFIC. Luego sigue la última sección, una fiesta heavy-progresiva donde el grupo pone todo su vigor sobre el tapete a fin de mostrar el arrollador poder de la enajenación en manos de una autoridad déspota y omnisciente. Segundo y decisivo clímax del álbum. Una vez terminado este opus, el terreno está asentado para que ‘La Stanza 101’ se centre en una solemnidad medianamente sombría, idónea para arropar la sensación de amenaza bajo una aureola palaciega. Alrededor de la frontera del cuarto minuto y medio, el desarrollo temático vira hacia ese tipo de exaltación densa y colorida que ya hemos apreciado en varias canciones precedentes. La dupla de ‘La Canzone Del Castagno’ es una balada sinfónica al estilo de METAMORFOSI y NEW TROLLS que se encarga de objetivar la tristeza y la nostalgia que embargan al hombre oprimido. Ocupando los últimos 6 ½ minutos del disco, ‘Amava Il Grande Fratello’ es el epílogo que designa la culminación de la fatalidad del oprimido. En él se suceden el anuncio oficial de cambio de enemigos para el régimen del Gran Hermano en el televisor de un bar, un pasaje orquestal marcial, un minuto y medio de silencio y una grisácea sonata de piano marcada por una languidez crepuscular… languidez que anticipa la pronta muerte del protagonista a manos del servicio de espionaje estatal.  

 

Todo esto fue “1984 – Il Ultimo Uomo D’Europa”, un disco excitante de escuchar y que nos brinda otro buen ejemplo de ingenio musical gestado bajo las coordenadas del retro-sinfonismo pesado que tan hondo cala en una buena parte de las nuevas generaciones del rock progresivo italiano desde la época del revival de los 90s’. Realmente vale la pena prestar atención a LA FABBRICA DELL’ASSOLUTO.


Muestras de “1984 – Il Ultimo Uomo D’Europa”.-

I Due Minuti Dell’Odio + 4 Aprile 1984 + Bispensiero: https://www.youtube.com/watch?v=MMhExk33WsQ

Saturday, November 14, 2015

GILGAMESH: figura heroica de la tradición Canterbury


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos remontamos a una inmensa gloria de la tradición jazz-progresiva Canterbury: nos referimos a GILGAMESH, un nombre grande dentro de esta vertiente que se desarrolló globalmente en la avanzada rockera británica de los 70’s. Aunque su figura no es tan celebrada como las de SOFT MACHINE, CARAVAN o HATFIELD & THE NORTH en los círculos internautas de amantes del rock progresivo, la verdad que este el nombre de este ensamble, además del nombre particular de su teclista y co-fundador Alan Gowen (19 de agosto de 1947 – de mayo de 1981) merecen mayores niveles de gloria apreciativa y remembranza que las que usualmente se les otorga. Este año 2015 se cumple el 40mo aniversario de la publicación de su homónimo disco de debut, siendo así que tres años después tuvo lugar la publicación de su segundo y último álbum “Another Fine Tune You’ve Got Me Into”. Con estos 40 años de “Gilgamesh” y 34 años de la desaparición del maestro Gowen – víctima de la leucemia en el 17 de mayo de 1981 – disponemos del pretexto ideal para hacer una retrospectiva de la discografía de este grupo. El nombre de la banda está tomado del protagonista de una leyenda sumeria que es objeto temático de la epopeya más antigua que se conoce en la historia de la humanidad.


GILGAMESH casi siempre funcionó como cuarteto de guitarrista, teclista, bajista y baterista, originándose en el último tercio del año 1972 por iniciativa de Gowen y del baterista-percusionista Mike Travis. El buen Alan Gowen tenía experiencia en la escena Canterbury al formar parte de los grupos ASSAGAI y SUNSHIP (siendo socio de Jamie Muir, pronto a ser integrante de KING CRIMSON): aunque ninguno de ellos llegó a registrar ningún disco, su actividad le granjeó a Gowen un renombre entre sus colegas, además de una tenacidad renovada a la hora de co-fundar GILGAMESH. Antes de que el cuarteto gozara de la ocasión de grabar el disco de debut a través del pequeño sello Caroline (sucursal de Virgin Records), una cantidad de músicos fue entrando y saliendo por la puerta de GILGAMESH: Richard Sinclair, Mott Campbell, Alan Wakeman, Rick Morcombe, Neil Murray… o sea, gente de las canteras de HATFIELD & THE NORTH, EGG y NUCLEUS, así como futuros colegas en los albores de lo que después sería NATIONAL HEALTH. El grupo se mantuvo activo en ensayos mientras creaba composiciones en medio de vendavales mentales muy fructíferos, no solo de parte de Gowen sino de todos sus compañeros de turno. La pena es que las actuaciones en vivo no eran tan numerosas como las que deseaba tener el grupo, y de hecho, el cuarteto original – Gowen, Travis, Morcombe, Sinclair y Wakeman – solo actuó una vez, a fines de enero de 1973 en el British Student Council de Londres. Recién cuando entraron el guitarrista Phil Lee y el bajista Neil Murray a GILGAMESH, éste contó con un esquema de trabajo más estable, aunque siempre con más ensayos y grabaciones de maquetas que conciertos. La partida de Murray llevó a una serie de reemplazantes desde Steve Cook hasta Mont Campbell, pasando por un breve ínterin de regreso de Murray hasta, finalmente, asentarse con Jeff Clyne… quien ya conocía a la banda por haber estado en un par de ensayos al inicio del proyecto, pero ahora tenía la experiencia de haber formado parte de la gran banda ISOTOPE. Hay registros de maquetas de las composiciones que se iban armando y concretando durante esta etapa inicial de la banda, repleta de formaciones tentativas y efímeras: de hecho, estas maquetas se agruparon en “Arriving Twice”, publicación de Cuneiform Records del año 2000. A pesar de su carácter estrictamente primigenio en la cronología de la banda, dejaremos este ítem para la parte final de la retrospectiva que aquí presentamos. Este recuento de la carrera de GILGAMESH en los años previos a la grabación de su primer álbum parece un informe de entradas y salidas en la oficina central de un banco, pero bueno… pasemos ahora a ver su su discografía concreta.


Grabado por la alineación de Gowen (pianos acústico y eléctrico, sintetizador, clavinet y mellotrón), Lee (guitarras eléctrica, acústica de 12 cuerdas y clásica), Clyne (bajo y contrabajo) y Travis (batería y percusión), “Gilgamesh” ostenta en su portada una graciosa versión del juego de serpientes y escaleras con alusiones a las durezas de la vida del músico. En cuanto a lo estrictamente musical, el disco muestra abiertamente aires de familia con ISOTOPE y HATFIELD & THE NORTH, además de algunos aires no tan cercanos con el tipo de lirismo que por entonces Karl Jenkins estaba insuflando en aquel entonces al sonido evolucionado de SOFT MACHINE. Claro está, el ensamble de GILGAMESH sabe crear algo especial, en muchos sentidos inescrutable, pero patentemente centrado en un manejo exquisito de las pautas estandarizadas del Canterbury. Gowen añade ocasionalmente el mellotrón a sus preferidos ítems que son los pianos acústico y eléctrico, y los sintetizadores Moog. La gente de GILGAMESH tuvo mucha suerte cuando firmó su contrato de grabación con el sello Caroline, pues justo al día siguiente pudieron disponer de las facilidades del Manor Studio, que entonces contaba con bastante tiempo libre en su cronograma de actividades, y eso posibilitó que el presupuesto a gastar para grabar y producir el álbum fuese muy pequeño – algo milagroso para una banda tan poco solvente financieramente. El primer tema de “Gilgamesh” comienza muy juguetón, muy a tono con los títulos de su secuencia tripartita: ‘One End More / Phil’s Little Dance – For Phil Miller’s Trousers / Worlds Of Zin’. Incluso señala el camino hacia un crecientemente extrovertido sentido del humor durante sus primeros 4 minutos; ya en los últimos 6, el compás pasa a una cadencia más lánguida y crepuscular, con la guitarra de Lee acompañada en sus evocativas líneas por Amanda Parsons, una de las más recurrentes musas de la movida Canterbury. ‘Lady And Friend’ es como un nocturno, abiertamente nostálgico, pero a la vez mostrando una cierta adustez en su majestuosa aura que le permite focalizar su elegancia intrínseca en una espiritualidad etérea. ‘Notwithstanding’ es una de las piezas más directamente vivaces del disco: en sus 4 ¾ minutos de duración hallamos una de las muestras más patentes del nivel infinito de elegancia de cada músico, así como de su total compenetración en tanto ensamble, lo cual resulta definitorio en la bizarra sección conclusiva del tema. 


Abriendo el lado B del disco, ‘Arriving Twice’ vuelve a mostrar a la banda en una actitud plenamente introspectiva, incluso con más ahínco que en ‘Lady And Friend’: a pesar de sus breves 95 segundos de duración, ‘Arriving Twice’ es una pieza que deja una fuerte huella de evocación emocional en la mente del oyente, con esa manera tan delicada en la cual la guitarra acústica y el piano eléctrico se dejan caer cuales gotas de rocío. Los temas quinto (‘Island of Rhodes / Paper Boat – For Doris / As If Your Eyes Were Open’) y séptimo (‘We Are All / Someone Else’s Food / Jamo And Other Boating Disasters – From The Holiday Of The Same Name’) son, en nuestra humilde opinión, los que mejor ejemplarizan la idiosincrasia colectiva de GILGAMESH: es como si el grupo hubiera optado por dar rienda suelta a su adrenalina sin mayores atenuantes en la primera mitad del disco, y decidido mostrarla de manera más sutil y dosificada para la segunda. Efectivamente, a pesar de la suavidad patente del sonido global, notamos una cadencia intensa muy genuina en los fraseos sólidamente amalgamados de Lee y Gowen en sus respectivos instrumentos. El lucimiento de la sección rítmica, por su parte, se apoya en su capacidad de manejar su rol de ancla para las secciones más calmadas y las más eufóricas con fluidez y consistencia. Al igual que ‘Notwithstanding’, ‘We Are All…’ introduce algunos elementos funky que realzan de forma eficaz la polenta general de la pieza. Las piezas intermedias son sendos diamantes pulidos a punta de refinadas labores de artesanía: ‘For Absent Friends’ es un bello solo de guitarra clásica en el que Lee deja que los silencios entre los acordes resulten tan relevantes como los acordes mismos; por su parte, ‘Just C’ es un envolvente nocturno de piano, que en menos de un minuto cierra el disco con un sabor a nostalgia. Sí, en verdad esta segunda mitad del disco es nuestra parte favorita del mismo. Siendo “Gilgamesh” una joya musical que derrocha belleza y clase a raudales, resulta una circunstancia particularmente dramática el que casi se convirtiera en el único testimonio grabado de la banda; de hecho, a fines de 1975, los GILGAMESH decidieron disolver su asociación musical, un mes después de la publicación del tan ansiado disco. El último concierto de la banda tuvo lugar el 17 de setiembre en el Phoenix Club de Londres, contando con el amigo Dave Stewart como segundo teclista a cargo del órgano eléctrico.

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De todas maneras, las Parcas del Rock Progresivo Canterbury tenían diseñado un renacer del grupo en el futuro cercano. El asunto es que durante la última gira de GILGAMESH, Gowen y su colega teclista Dave Stewart concibieron la idea de una gran orquesta jazz-progresiva que involucrara a dos guitarristas, dos teclistas y uno u dos vientistas, además de un par de féminas cantantes. La base de tan graciosa ambición estaría en la unión de las resucitadas alineaciones de GILGAMESH y HATFIELD & THE NORTH (esta última había dejado de existir a mediados del mismo año 1975)… y pasó a llamarse NATIONAL HEALTH. Este grupo que estaba llamado a erigirse en una de las últimas expresiones de culminante creatividad dentro del escenario Cantebury tardó lo suyo en concretar su propio contrato de grabación para su primer álbum, y aunque eso no impidió que Gowen colaborara intensivamente en la logística performativa del repertorio de ese primer álbum – titulado como la banda – ya no era integrante oficial del mismo. La cosa es que Gowen, a despecho de la química tanto a nivel personal como musical que tenía con Stewart, se sintió movido a abandonar las filas de NATIONAL HEALTH para gozar de más campo de expansión para el desarrollo de sus más intensas e inmediatas inquietudes estéticas, por lo que el paso lógico era dedicarse a reconstituir GILGAMESH. Para esta ocasión se volvió a juntar con el guitarrista Phil Lee, pero esta vez la dupla rítmica estaba constituida por dos nuevas caras: el veterano baterista Trevor Tomkins y el icónico bajista Hugh Hopper, quien parece especialista en ingresar a grupos para sus respectivos discos segundos [primero SOFT MACHINE, luego ISOTOPE, y ahora GILGAMESH]. Con esta alineación, el grupo creó una nueva rutina de composiciones y ensayos, grabando su nuevo repertorio en el año 1978 para que recién en febrero de 1979 pudiera ver la luz a través del sello Charly Records en el álbum “Another Fine Tune You’ve Got Me Into”. Se trató, a fin de cuentas, de un resurgimiento sólido de ese culmen de fineza y cálido magnetismo que el cuarteto había instaurado como su propio paradigma dentro de la escena Canterbury. En general, se nota que este disco constituye en varios aspectos una continuidad coherente con “Gilgamesh” (1975), pero también se nota más claramente que esta renovada formación se preocupa por reforzar la homogeneidad interna de su esquema sonora mientras trabaja en atenuaciones de la polenta: las atmósferas relajadas con aura evocativa son las absolutas protagonistas del repertorio.
  

‘Darker Brighter’ abre el disco con un ágil y cálido aire de distinción, marcado principalmente por los acordes de piano eléctrico y líneas de sintetizador, así como los exquisitos fraseos de Lee a la guitarra. El carácter compactamente persistente de la atmósfera básica y la muy controlada sonoridad establecida por el ensamble hacen destacar la delicadeza intrínseca de la pieza. Las cosas no varían mucho con el extenso ‘Bobberty – Theme From Something Else' en cuanto a sonoridad se refiere, pero sí se nota un acento un poco más pronunciado en lo etéreo: de este modo, la cualidad melódica y los ambientes evocativos logran explotar la candidez general en el estilo grupal. A partir del sexto minuto, el tema vira hacia un nuevo motivo más ágil aunque igualmente etéreo en su bien armado esquema sonoro: el solo de Moog simple y llanamente parece extraído del mundo de los ángeles, así de sobreterrenal es su vibración global. A través de los poco menos de 10 ¾ minutos que dura la pieza, cada segundo está bien aprovechado en nombre de la musicalidad en la más exquisita expresión. ‘Waiting’ es una superlativamente bella sonata de guitarra clásica en la que Lee vehiculiza una conmovedora amalgama de sólido academicismo y sutiles aires de Latin-jazz. Es una excelente manera de cerrar la primera mitad de este disco, no cabe duda. ‘Play Time’ tiene una prestancia bien definida, articulada con una moderada vivacidad: solamente cuando se abre campo para un par de excitantes solos de Moog es que las cosas ascienden a un nivel mayor de intensidad, pero en realidad se trata de una variante y no tanto de un contraste. Una gran pieza, sin duda, tal vez la más redonda del disco, pronta a ser retomada y reactivada por NATIONAL HEALTH en esa breve etapa cuando Gowen volvió para reemplazar a Dave Stewart (¡la vida es una noria!) y dar algunos conciertos.  


‘Underwater Song’ comienza con un solo de batería muy en la onda de NUCLEUS, pero no se viene una celebración incandescente de vibraciones absorbentes a lo SOFT MACHINE o NUCLEUS, sino más bien un nuevo desarrollo de climas controlados y atmósferas evocativas, con no poca relevancia del mellotrón. Hay un mayor acercamiento a estructuras libres en el solo de Lee, lo cual supone un balance adecuado frente a la muy sostenida dupla rítmica: una vez terminado el solo, la pieza se va desvaneciendo poco a poco en los recurrentes climas flotantes sobre los que se instalaba el motif central. ‘Foel’d Again’ abre espacios de lucimiento para el piano eléctrico y el bajo, instaurando una cierta aureola de misterio, aunque conservando fielmente el ambiente general del disco (esto es, no haciéndose nada sórdido ni bizarro). Ocupando un espacio de casi 3 minutos para el cierre del disco, ‘T.N.T.F.X.’ es un tema que retoma los aspectos más vigorosos del repertorio precedentes, incidiendo un poco en los coqueteos con el free-jazz: una vez más tenemos aquí un tema con un futuro particular, pues fue retomado por el NATIONAL HEALTH que se reformó para homenajear a un Gowen muerto de leucemia (dicho sea de paso, estando Stewart nuevamente a cargo de los teclados y la dirección musical del grupo... ¡que la vida es una noria, caramba!) para el álbum “D.S. Al Coda”. En ‘T.N.T.F.X.’ se lucen particularmente el motivo principal de la guitarra y las sobriamente complejas bases de batería. Aunque dura menos de 3 minutos, el motif aprovecha muy bien su espacio para crear el impacto propio de un broche de oro. Bueno, en líneas generales, aunque personalmente preferimos el primer disco homónimo, “Another Fine Tune You’ve Got Me Into” no nos parece ni mucho menos un disco segundón, sino una pieza de colección que dignificaría cualquier colección de jazz-rock y de rock progresivo. La nueva y definitiva desintegración de GILGAMESH, que tuvo lugar al día siguiente de la última sesión de grabación para “Another Fine Tune You’ve Got Me Into”, se debió básicamente a que Gowen aceptó la oferta de reemplazar a su colega Dave Stewart en NATIONAL HEALTH (tal como señalamos en el párrafo anterior), aunque su asociación con Hopper se prolongó hasta formar un nuevo cuarteto llamado SOFT HEAP, así como hacer un disco a dúo titulado “Two Rainbows Daily”.


El último capítulo de esta retrospectiva de GILGAMESH está centrado en “Arriving Twice”, que es, tal como dijimos en el segundo párrafo del presente texto, la publicación que hizo el sello Cuneiform Records en el año 2000 de dos maquetas del grupo que datan del año 1973, mientras iba tanteando el camino hacia su primera alineación firme, más dos temas grabados para una sesión radial en otoño de 1974 y cuatro para otra sesión radial del año siguiente, justo un mes después del lanzamiento de su primer disco y en vísperas de la disolución del grupo. ¡Y ya estaba empezando a llamar la atención en el circuito comercial! (… por decirlo de algún modo). Bueno, el hecho es que en “Arriving Twice” encontramos versiones de ‘Notwithstanding’, ‘Island Of Rhodes’, ‘Arriving Twice’ y dos versiones de ‘Lady And Friend’, aunque una de ellas amplía ligeramente su título a ‘With Lady And Friend’. Justamente ‘With Lady And Friend’ abre esta recopilación con una aureola expresiva imponente, merced a la vitalidad que Phil Lee genera con sus estupendos fraseos solistas a poco de arrancar el tema. ‘Lady And Friend’ cierra la recopilación con una actitud más constreñida, además de un breve preludio marcado por el piano eléctrico, instrumento que de por sí asume una posición más asertiva en el trasfondo de las lucidas intervenciones de Lee; además, los ornamentos de sintetizador añaden una sobria majestuosidad al asunto. Éste es el arreglo definitivo que quedó como referencia para la versión del primer álbum. Las novedades de este genial rescate arqueológico están en las piezas más largas: la suite de casi 18 minutos de duración ‘You’re Disguised / Orange Diamond / Northern Gardens / Phil’s Little Dance / Northern Gardens’, y ‘Extract’, que dura poco menos de 9 ½ minutos. ‘You’re Disguised’ es un ejemplo de cuán clara tenía ya Gowen su visión musical para el grupo: su serie de amplias improvisaciones en torno a motivos bien definidos dentro de un marco de ágil sencillez se traduce en un viaje sonoro extenso e intenso, al menos intenso bajo el perfil de elegante sobriedad que es marca de la casa. Una de las secciones de ‘Island Of Rhodes’ ya hace acto de presencia en este entramado. Por su parte, ‘Extract’ empieza con una breve sonata de piano de cola y luego abre campo para la instauración del extenso cuerpo central, sustentado sobre un 6/8. Al igual que en ‘Island Of Rhodes’, GILGAMESH opera como quinteto con la inclusión de un segundo teclista llamado Peter Lemer, quien hace solos de piano eléctrico y sintetizador en pasajes cruciales donde el desarrollo temático exige cierta prestancia jubilosa. La edición de Cuneiform Records incluye recuerdos y observaciones hechas por la multitud de protagonistas que formó parte de la primera etapa de GILGAMESH, además de la época previa a la gestación del grupo en sí.  

  

GILGAMESH tuvo una existencia inestable, intermitente y demasiado breve, pero sin duda, lo que hizo supuso un cénit formidable y especial dentro de la escena Canterbury en particular, y la primera generación de avanzada progresiva británica en general. Alan Gowen, Phil Lee y sus compañeros de turno nos han legado una música que no merece ser olvidada… y desde este blog motivamos en algo un reconocimiento para con ellos.


Muestras de GILGAMESH.-
One End More / Phil’s Little Dance – For Phil Miller’s Trousers / Worlds of Zin: https://www.youtube.com/watch?v=o9Fj4Klz6bM
We Are All /Someone Else’s Food / Jamo And Other Boating Disasters (From The Holiday Of The Same Name): https://www.youtube.com/watch?v=sMyyTcXyc8k
Bobberty – Theme From Something Else: https://www.youtube.com/watch?v=jRxmSDc_xDg
With Lady And Friend + Lady And Friend [versiones del “Arriving Twice”] + Lady And Friend [del “Gilgamesh”]: https://www.youtube.com/watch?v=_OpG_bBQF_U



[Esta retrospectiva incluye información originalmente publicada en los enlaces de La Caja de Música http://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/gilgamesh_gilgamesh.html y http://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/gilgamesh_anotherfinetune.html]

Wednesday, November 11, 2015

RÊVE GÉNÉRAL o el nuevo aullido del rock-in-opposition del siglo XXI


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy se da la ocasión de presentar al ensamble de rock-in-opposition RÊVE GÉNÉRAL por motivo de su álbum de debut “Howl”. Esta agrupación está afincada en Francia pero tiene una alineación multinacional que hermana las banderas de Francia, Japón, Turquía, Austria y la República Checa. Compuesta por los violinistas Takumi Fukushima y Christoph Pajer, los guitarristas Richard Deutsch y Martin Alacam, los cellistas Guillaume Saurel y Jan Kavan  y el baterista-percusionista Guigou Cheneviere, esta alineación contiene a integrante de los grupos VOLAPÜK y METAMORPHOSIS, los cuales cuentan con importantes trayectorias dentro de la vanguardia europea actual; no solo eso, Chenevier fue en los 70’s y 80’s integrante de la legendaria banda ETRON FOU LELOUBLAN, nada más ni nada menos. El ensamble surgió en la localidad de Lieja en agosto de 2014, y desde entonces ha venido trabajando de forma consistente para dejar una huella en las nuevas generaciones del rock-in-opposition de la Europa continental, y madurar dicha huella para convertirla en lo que es hoy por hoy: un síntoma de irrefrenable vitalidad para la vanguardia progresiva del momento. Vamos ahora a los detalles del repertorio de “Howl”.


Durando casi 4 ½ minutos, ‘Nĕjak’ pone marcha a las cosas con una atmósfera donde se mezclan sutil densidad y tenso oscurantismo, especialmente en aquello pasajes en los que emergen inquietantes cánticos como salidos de un ritual de desesperación en el limbo. Los espectros del primer ART ZOYD parecen reemerger con una musculatura de ultratumba. ‘War’ sigue a continuación para proponer una ingeniería renovada para las mismas vibraciones oscurantistas, siendo así que la batería ocupa ahora un rol destacado dentro de la instrumentación global pues su groove determina casi exclusivamente el tipo de vitalidad sónica a ser focalizado y desarrollado. El resultado se traduce en una prestancia pulsátil que reorganiza el factor atmosférico de la banda. Con la dupla de ‘Si Tu Veux’ y ‘5/4’, el ensamble sigue explorando las potencialidades de su filuda y versátil propuesta musical: así, el primero de estos temas se centra en una especie de remodelación de la chanson a través de un filtro stravinskiano mientras que el segundo articula una serie de modismos de inspiración Crimsoniana sobre el compás del título, dentro de una especie de hibridación de ARANIS y ALAMAAILMAN VASARAT. Si la primera de estas piezas ofrecía una variante de romántico y nostálgico lirismo, el segundo recapitula la nebulosa inquietud que formó parte de las espiritualidades consanguíneas de los dos primeros temas del disco; tomándose un tiempo de 6 ½ minutos para instaurar su posicionamiento, ‘5/4’ logra crear una vitalidad épica efectiva. ‘Une Brève Historie Du Temps’ se hace cargo de mantener la atmósfera sonora general dentro de la persistente dominación de la tensa densidad, pero aportando un colorido nuevo, lo cual les acerca más a ARANIS que al primer ART ZOYD o a PRESENT. Volviendo al lirismo y tendiendo puentes con ciertos paradigmas del post-rock, ‘Winesoup Cowboys’ tiene un cuerpo central que se explaya en una ambientación etérea que, sin renunciar de todo al factor oscurantista, resulta mayormente cálido y evocativo. El rol primordial de los guitarreos ayuda a centralizar el motif central dentro de esas coordenadas expresivas… y eso se refuerza para la coda, que es cuando el ensamble perpetra una aguerrida demostración de furiosas arquitecturas sónicas.


‘Dunaj’ saca buen provecho de su turno para tomar esta posta de furia de la coda de ‘Winesoup Cowboys’ y convertirla en una magnífica cohabitación de delirios tribales y texturas siniestras, logrando crear algo tan vitalista como infernal. La plasmación perfecta de cruzar el UNIVERS ZERO de los tres primeros álbumes y el KING CRIMSON de la etapa 73-74. ¿De qué manera fue posible crear algo tan fabulosamente dinámica que se enraíza en una tensión tan tanática? No sabemos explicar cómo es eso posible, pero el hecho es que el personal de RÊVE GÉNÉRAL lo convirtió en una instancia real para esta séptima pieza del álbum. ‘Hashiru Rêve (Rêve Qui Court)’, por su parte, ofrece una versión deconstructiva de ambientes del Extremo Oriente al modo de una invitación a disfrutar de un extraño relax emocional. La parte final – con el canto a cargo de Takumi – sirve para que la sensación de relax se profundice antes de que surja ‘Paralyse’ para reinstaurar y capitalizar los recursos de tensión aguerrida hasta niveles genuinamente agresivos, aunque sin perder un ápice del sentido de la textura. Sin duda, esta pieza es prima hermana de ‘Nĕjak’ a la par que hereda recursos tenebristas de ‘5/4’ y ‘Dunaj’. La décima pieza del álbum se titula curiosamente ‘11’, y su misión consiste en gestar una atmósfera majestuosa de inspiración minimalista (a lo PHILIP GLASS) mientras que la undécima, ‘Vodka Express’, nos remite a una fusión de STRAVINSKY y BARTÓK para una exhibición de chamber-rock con raigambres folklóricas. Una pieza como ésta es totalmente válida para encarnar la máxima instancia del sentido de la textura de este septeto, y esta misma aseveración se aplica para el caso del último tema del álbum, ‘Death Of Illusions’, la cual se centra en una dinámica introvertida y misteriosa, portando una lánguida calidez mientras prepara el terreno para el surgimiento estratégico de un clímax controladamente explosivo. Esta mezcla fluida de chamber-rock y post-rock funciona muy bien a la hora de invocar a la dulce tristeza de la despedida: la muerte de la ilusión de que siga la música, la mágica añoranza del placer melómano obtenido.


Podemos decir, por el gusto de enfatizar los detalles, que los dos primeros temas del álbum, además de ‘5/4’, ‘Dunaj’ y los dos últimos, conforman picos musicales estratégicos de “Howl”, pero apreciándolo en bloque, este disco encapsula una grandeza integral en base a la inteligente permanencia de una ideología estética refinada y poderosa. Los RÊVE GÉNÉRAL nos han obsequiado un regalo musical avant-progresivo de gran nivel y solo nos queda agradecerles enormemente por ello… Bueno, eso y recomendar este disco con los ojos y oídos cerrados a todo investigador del rock-in-opposition de ayer y de hoy, de aquí y de allí. ¡Pero qué disco tan bueno, por Dios!


Muestras de “Howl”.-

Sunday, November 08, 2015

FILULAS JUZ: alturas astrales de la avanzada jazz-progresiva mexicana


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme placer de centrar nuestros oídos y cerebros en el conjunto jazz-progresivo mexicano FILULAS JUZ, una gran novedad. Siendo un quinteto conformado por el baterista Adriano Morales, el guitarrista Armando Cuevas, el flautista-teclista José Javier Rodríguez y el bajista Luigino Marín, radicado en la localidad de Querétaro, su repertorio ha sido publicado en el hermoso disco “Astralopithecus” en una producción compartida por Azafrán Media, La Encrucijada Records y Musea Records. El grupo ha contado con colaboraciones adicionales del trompetista Alejandro Sierra, el teclista Pablo Olaya y el percusionista Francisco Jiménez. Con edades que oscilan entre los 24 y 27 años, este joven ensamble jazz-progresivo de reciente formación escogió su nombre a partir del famoso capítulo 68 del “Rayuela” de JULIO CORTÁZAR, donde se despliega el discurso literario en lenguaje glígico: ya desde esta acción nominativa se nota que el grupo tiene como misión propia aportar un impulso renovador a las fuerzas creativas de la vanguardia musical de su país. A pesar de su relativamente corta existencia, los FILULAS JUZ han pasado por algunos cambios de formación, pero más allá de eso, ya se instalan como una importante fuerza musical en la vanguardia mexicana. Bueno, veamos cómo se tradujo su impulso creativo en el repertorio de “Astralopithecus”.


Durando solamente 2 minutos, la alegre primera pieza, titulada ‘Mariner (Skit)’ pone sobre el tapete buena parte de los tipos de groove y colorido que cabe esperar de la banda, y de hecho, ‘Belle Folie’ empieza a confirmar esto de forma instantánea. La agilidad del groove básico y la sabia ingeniería con que arman los esquemas melódicos y los sucesivos solos de flauta, guitarra y piano eléctrico impulsan una calidez musical única. La dupla de ‘Introc’ y ‘Troc’ sigue a continuación, pasando de un inicio sigiloso y aleatorio a un despliegue de juguetona vitalidad, bien movida por vibraciones de inspiración Latin-jazz mientras edifica una ambientación jazz-rockera enérgica y tremendamente atractiva. Dueño de una arquitectura temática bien definida, ‘Green Dolphin Skit’ porta un aura grisácea que invita a una actitud contemplativa: las narraciones a cargo del invitado José Manuel Hernández Hernández que expresan el desencanto ante la desnaturalización del arte en la sociedad contemporánea y la necesidad de que éste se renueve en una oposición a los esquemas imperantes actuales recalcan este factor contemplativo. El sexto tema del disco es justamente el que le da título, y en cierto modo absorbe los ecos del tema precedente, pero es patente que se beneficia de un dinamismo más intenso que se explaya a través de su talante sereno. El compás predominante es el 7/8, lo cual empuja al grupo a asentar una estrategia sofisticada para el jam en curso; hallamos aquí uno de los mejores solos de guitarra de todo el disco, además de varias incursiones de la trompeta. Alrededor de la frontera del tercer minuto y medio se da un quiebre desde el cual se abre campo para un nuevo jam, esta vez con una aureola más metida en el lenguaje del nu-jazz. Se trata de una suerte de epílogo que lamentamos, en lo personal, que no sea más extenso pues tiene un gancho muy eficaz. Pero bueno, ya es hora de que emerja ‘Rebambaramba’ para devolvernos algo de la alegría sistemática que habíamos disfrutado en la secuencia de los tres primeros temas del álbum, aunque el desarrollo de los coloridos y atmósferas centrales de la pieza son manejados con una bien calculada auto-constricción. Los aires funky de la armazón rítmica y los arquitectónicos duetos de flauta y guitarra marcan los principales rasgos del esquema temático de esta pieza. La sección final vira hacia un frenesí en clave de free-fusion que ostenta un atractivo sólido y atrapante, pero es una pena para nosotros que no se prolongue más de lo que se le da en este registro.


Más allá de estas “frustraciones” puntuales con respecto a las duracines de algunas piezas específicas, queda claro que el repertorio de “Astralopithecus” es un festín musical de gran calidad, y esta sensación se sigue conformando mientras nos vamos acercando al final del disco. En efecto, cuando surge ‘Voyager’, la banda se encarga de desplegar fehacientemente todo la vitalidad añorada que disfrutamos en los primeros temas del álbum. Sustentado mayormente sobre un compás de 11/8, la banda saca buen provecho del potencial de extravagante dinamismo que tan complejo esquema rítmico exige; de hecho, hay varios momentos de lucimiento del baterista con ingeniosos ornamentos que usa mientras se desarrolla el solo de guitarra. Cerca del final se crea un groove más directo en clave jazz-funky, un poco al estilo del WEATHER REPORT de la época con JACO PASTORIUS, cosa que aprovecha la flauta para crear bellas florituras con un infinitamente talante ágil. El disco concluye con su ítem más extenso, ‘Xena’, el mismo que dura 8 ¾ minutos, y de hecho, se trata de la pieza en la que el grupo y sus colaboradores de turno procuran trabajar las dimensiones más fastuosas de su visión musical, incluso plasmando armazones experimentales en el desarrollo multi-temático con un vigor majestuosamente exultante. El primer periplo es en clave fusionesca que ya percibimos como típica de la banda, pero con un punche rockero un poco más pulido, no por el empleo de riffs aguerrido sino por el incremento de luminosidad en el groove general y la fuerte presencia de efectos de eco en las bases de guitarra mientras la flauta desarrolla uno de sus mejores solos del disco. Luego sigue un solo de bajo que sirve para ahondar en las alusiones psicodélicas del primer pasaje, incluso llevándolas a ciertos matices oscurantistas. El ensamble regresa en pleno haciendo un breve juego de intercalaciones temáticas que deriva en un cierre enérgico donde los fabulosos climas sintetizados y el solo de trompeta gestan un fragor cósmico sobre un compás muy marchoso: se trata realmente de un broche de oro, literalmente hablando.


¡Qué grata sorpresa llega a nosotros desde México! La gente de FILULAS JUZ nos obsequia una experiencia melómana innegablemente maravillosa desde su posición particular en el terreno de la música jazz-progresiva. Vale la pena tomarse en serio a este grupo y seguirle la huella en los próximos proyectos que le tenga deparado el destino en sus horizontes astrales próximos.


Muestra de “Astralopithecus”.-
Astralopithecus [en vivo]:  https://www.youtube.com/watch?v=_aDn0bQPqE8