Thursday, September 12, 2024

El horizonte avant-progresivo del quinteto francés SPECTRUM ORCHESTRUM

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos el disco “Noziroh”, el tercero del ensamble francés SPECTRUM ORCHESTRUM, el mismo que está conformado por Adrien Protin [batería], Benjamin Leleu [piano eléctrico Fender Rhodes y órgano], Olivier Vibert [guitarra], Philippe Macaire [bajo] y William Hamlet [saxofón alto]. Surgido en la localidad de Lille en el año 2007, SPECTRUM ORCHESTRUM se dedica a cultivar un híbrido de jazz-rock, avant-prog y fusiones contemporáneas donde lo improvisado y lo compuesto conviven de una manera tan ágil como compleja. Tras publicar un par de trabajos basados en improvisaciones de largo aliento, el grupo gestó su álbum debut 
“Suburbs” en octubre del 2014, sucediéndole “Its About Time” cuatro años después. Los integrantes se ponen como creadores colectivos tanto de las partes organizadas como las improvisadas. El material contenido en “Noziroh” fue grabado en junio del 2022, siendo posteriormente mezclado y masterizado por Rom Tomcat en el SofaStudio de Fressies, con la asistencia de Philippe Cattafesta. La producción estuvo en manos de La Société du Spectral mientras que la publicación fue realizada a nivel independiente por la propia banda como por Baboon Fish Label; la primera tiene un diseño que permite al envoltorio abrirse desde el centro.
 

‘Black Math Mazhar’ abre el repertorio de “Noziroh”. Sus iniciales aires de pesada parsimonia que algo tienen de tenebroso instauran un efectivo recurso de tensión, pero no tardan mucho en abrir paso a un dinamismo saltarín con ligeros ribetes dadaístas. Es en este cuerpo central que opera una estrategia jazz-progresiva con tintes psicodélicos, siendo éstos fundamentales a la hora de explotar cabalmente el poderoso potencial de agudeza extrovertida que se impone en el motif mismo. ‘Ulysses (Sailing The Seventeen Seas)’ sigue a continuación, erigiéndose como el segundo tema más extenso del álbum con su espacio de poco más de 12 ½ minutos. El punto de partida está marcado por introspectivos fraseos de piano eléctrico, los mismos que se van conectando con algunas escalas de guitarra a fin de preparar el terreno prontamente para un entramado instrumental bastante versátil donde se alternan pasajes de jazz-rock con otros armados en base a la cruza entre elementos del Zeuhl y del paradigma Crimsoniano. Estos últimos son los que ostentan la mayor dosis de esa densidad expresiva que ha pasado a empoderarse de los espacios sónicos edificados a lo largo del camino, como es natural, pero también hay una sección misteriosamente calma donde el saxo ocupa el rol protagónico con un exquisito y elegante solo que sabe orientarse fluidamente desde la serenidad hacia la neurosis y viceversa. A continuación, llega un motif a medio tiempo donde la guitarra aprovecha su momento para lucirse en el centro performativo, gestando uno de sus solos más incendiarios del disco. La solidificación de la musculatura grupal está bien aprovechada sobre el sustento rítmico en curso, resultando muy efectivo ese cierre contundente y seco. Un cénit del álbum al cual le sigue ‘Through The Walls’, un tema totalmente diferente que se enfoca en ambientes etéreos con un claro talante crepuscular. Imaginemos una remodelación de la faceta más serena de PRESENT a través de un masivo filtro híbrido de ZAO y SHYLOCK, de algo así se trata. Cuando llega el turno de ‘CHerry Analog TexTurE’, la banda comienza con un nuevo giro de tuerca a la estrategia crepuscular de la pieza anterior para luego armar un jam sereno sobre un compás inusual. 

‘Vaginolox’ tiene una generosa duración de casi 10 ¼ minutos y su inicio se engarza con el instante final de ‘CHerry Analog TexTurE’. Sus iniciales despliegues de alegre vigor sobre un swing muy fusionesco brindan un aura cálida al entramado sonoro, pero no tardan mucho las cosas en ponerse más punzantes con la irrupción de recursos progresivos delineados por una garra estilizada. Éstos transitan de lo Crimsoniano hacia el espectro de los SOFT MACHINE de los dos primeros álbumes, y de allí a un nervio electrizante cuyo oscurantismo se acerca al stoner. Es un gran trayecto el que el grupo arma mientras anda hacia la frontera del quinto minuto y medio, que es cuando la pieza da un dramático viraje hacia la languidez... que en realidad es la entrada a una sección final signada por un sombrío clímax muy en línea con la tradición de PRESENT con añadidos signos jazz-rockeros y no muy ocultas conexiones con el avant-metal. El disco concluye con su pieza más larga, ‘Horizon À Rebours’, la misma que ocupa un espacio de 13 ¼ minutos. Tiene que suceder al impactante tema precedente y lo hace muy bien. Comienza con una aureola de expectativa que se deja arropar por el estilizado oscurantismo que ya hemos apreciado en las piezas #2 y #5, y ya es sobre la frontera del segundo minuto que las cosas empiezan a asentarse concretamente sobre un nuevo esquema de trabajo rutilante e intenso. La combinación de jazz-prog, sinfonismo y Zeuhl fusionesco que opera en los arreglos generales del desarrollo temático fluye con vivacidad y soltura; incluso los pasajes más inquietantes ostentan un señorío tal que sus aspecto exultante se hace notar más que su patencia terrorífica (por lo demás, innegable). Es como si el colectivo hubiese hallado un área intermedia entre el paradigma de RHÙN y el patrón de los ANEKDOTEN de fines de los 90 para elaborar su propia modalidad de algarabía espectral. El último tercio de la pieza se asienta sobre un swing cuasi-bluesero para que la banda elabore un crescendo fabuloso que habrá de culminar con unos potentes golpes definitivos. Sucediéndose el saxo y la guitarra en el liderazgo de la maraña grupal, la dupla rítmica apela a una exuberancia razonable para mantener las vibraciones palaciegas del momentum mientras los fraseos del piano eléctrico elaboran oportunas bases armónicas. Gran final para el tema y para el álbum.
 
 

Toda esta fue la experiencia de “Noziroh”, el disco con el que recién descubrimos a SPECTRUM ORCHESTRUM. Vale totalmente la pena investigar en la discografía de este excelente quinteto francés y recomendamos este disco como uno de los más notables acontecimientos de la música progresiva hecha en Francia a lo largo de este año 2024.

Monday, September 09, 2024

FRANÇOIS THOLLOT y su continua búsqueda de lo mejor dentro de la avanzada progresiva ecléctica

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy volvemos a tener novedades del multiinstrumentista y compositor francés FRANÇOIS THOLLOT, pues a inicios de junio pasado publicó su nuevo trabajo de estudio, el segundo en lo que va de este año 2024 que ya está en su último tercio. El disco en cuestión se llama “Best Of” y no se trata de una recopilación de sus más notables y “populares hits” de su amplia discografía, nada de eso, es un juego de palabras conectado con el título de la pieza de apertura ‘Beast Off’. Y eso de los hits es pura ironía, como debe muy bien saberlo quienes tengan familiaridad con la amplísima línea de trabajo de THOLLOT, tanto liderando SCHERZOO como haciendo discos por su cuenta, con miras a un híbrido expresionista de avant-prog, Zeuhl fusionesco, jazz-prog a lo Canterbury y sinfonismo. Como siempre, este crack compuso todo, se hizo cargo de todos los instrumentos y programaciones que exigían las piezas particulares, y finalmente, realizó las labores de mezcla y masterización del nuevo disco. Como preámbulo general, notamos que los esquemas sonoros plasmados en el repertorio de 
“Best Of” concretan una cierta continuidad con la que se muestra en “Point Of View”, el disco precedente (que data del último día de febrero de este mismo año). Pero mejor es que, a fin de cuentas, revisemos detenidamente los detalles del repertorio del nuevo disco.
 
Tal como dijimos más arriba, “Best Of” comienza con ‘Beast Off’, pieza que dura 5 minutos y pico. Su enfoque temático está claramente definido por las florituras de piano que van abriendo camino a otros ornamentos y solos de sintetizador; mientras tanto, la dupla rítmica mantiene un swing fresco cuya sofisticación estructural se perfila a través del estándar jazz-progresivo, algo que funciona muy bien como complemento de las estilizadas vicisitudes melódicas que van emergiendo a lo largo del camino. Un eficaz reciclado del paradigma de HAPPY THE MAN a través del filtro de ZAO con un cimiento contemporáneo que nos remite a los inolvidables SCHERZOO. ‘Fantasy’ sigue a continuación para explayarse en una ingeniería musical un poco más compleja y unos índices temáticos más inquietantes, los cuales coquetean un poco con lo sombrío sin llegar a hacerse realmente oscurantistas. Todavía están esos efluvios naturalmente luminosos del piano en el centro de la logística instrumental para evitar eso. Dura menos que 
‘Beast Off’, pero abre más espacios a diversos matices en el desarrollo de sus recovecos musicales. ‘Stuck Key’ se sitúa en un posicionamiento intermedio en relación con las vías espirituales de las dos piezas precedentes: tiene mucho de la exuberancia extrovertida de la primera y también algunas dosis notorias de torcimientos atonales de la segunda. Respecto a esto último, es lo que marca la transición hacia una expresividad tensa en el último tercio del tema en cuestión. ‘Not The Same’ eleva las dosis de vigor rockero notablemente y, alternando los roles de la guitarra y el piano eléctrico para el sustentamiento de la ingeniería temática gestada por el hermanamiento de los instrumentos actuantes, el grisáceo júbilo expuesto en el enclave compositivo (gestado como una cruza entre ZAPPA y POTEMKINE) ostenta un talante punzante a lo largo de todo su recorrido. Cuando llega el turno de ‘Blue Milk’, el júbilo se preserva y asume un fulgor más pronunciado, siendo así que la inocultable extroversión progresiva que tiene lugar recoge los matices más aventureros de la visión musical de THOLLOT y los convierte en un emplazamiento majestuoso.
 
Los tres últimos temas del repertorio son los más largos del mismo, siendo así que ‘Sulphat Mandarine’ es el segundo más extenso con su duración de 7 ½ minutos. Su principal misión consiste en complementar los amplios recursos de fastuosidad desplegados en los dos temas anteriores para expandirlos en una conexión elegantemente distendida con otros factores de inspiración prog-sinfónica, mientras que los pasajes más explícitamente intensos están enmarcados dentro de ese patrón de neurosis urgente propio de los discursos del jazz-prog y el Zeuhl. Es como si prácticamente se hiciera aquí una síntesis de lo más predominante en los respectivos enfoques compositivos que signaron a todos los temas precedentes. Por su parte, ‘Stressful Song’ refleja una nueva vuelta de tuerca a los mecanismos jazz-progresivos con base de piano que ya armaron los esqueletos de algunas otras piezas del álbum. Lo novedoso aquí es que se realza el potencial misterioso y evocador de los motivos sucesivos debido al amplio espacio que se ha asignado a la concreción del desarrollo temático integral. Los últimos 8 ½ minutos del disco – o casi 
– están ocupados por ‘Long Rain’, una pieza que sigue, en gran medida, las sendas de elevada ambición progresiva de ‘Sulphat Mandarine’ mientras aporta algunas ligeras variantes para los pasajes marcados por un preciosista delineamiento melódico y aquellos otros donde la tensión es la fuerza expresiva predominante: los primeros están arropados por una atmósfera delicada donde operan algunos matices etéreos, mientras que los segundos se van esparciendo en bloques orquestales delicados donde la vivacidad nunca puede tornarse chocante. La diáspora melódica es un poco más concisa y el vitalismo en curso tiene una garra más mesurada. No faltan esos efímeros pasajes aportantes de oportunos trucos disruptivos, que conste, y la mayor prueba está en el clímax abrupto de sus últimos segundos; por ello, se puede decir que el nivel de musculatura de ‘Long Rain’ es suficiente como para que se convierta en un adecuado tema de cierre para el álbum. Todo esto fue lo que se nos brindó desde el ocupado laboratorio de hacer excelente música progresiva de FRANÇOIS THOLLOT con “Best Of”: de Francia para el mundo, he aquí un nuevo paraje en el camino que realiza este maestro en búsqueda de lo mejor dentro de la avanzada progresiva ecléctica.

Saturday, September 07, 2024

YOG SOTHOTH: un breve aposento para la vanguardia jazz-progresiva francesa de inicios de los 80


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos al grupo francés de música avant-jazz-progresiva YOG SOTHOTH, el cual estaba conformado por Pascal Morrow [violín], Philippe Guillot [saxofones y flauta], Jean-Yves Joron [teclados], Pierre-Gedeon Monteil [bajo] y Olivier Lechien [batería y percusión]. Para las sesiones de grabación de “Yog Sothoth”, el quinteto contó con las cooperaciones del trombonista Mark Sims y la cantante Cathy Camilleri. Este grupo que escogió el nombre de la horrenda divinidad que trae de vuelta a los Primordiales dentro del alucinado universo literario del maestro H.P. LOVERCRAFT (en realidad se llama Yog-Sothoth) se formó a inicios de los 80 con la misión crear un híbrido de avant-jazz y chamber rock. El material contenido en 
“Yog Sothoth” fue grabado en el Studio Sofreson de París en mayo del año 1984, siendo publicado el disco unos meses más tarde por el sello independiente Cryonic Inc. (el cual duró de 1983 a 1987). Algunos ejemplares del disco contenían un pequeño folletín en un sencillo formato de Xerox donde había información sobre los integrantes de la banda y su estilo musical. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio mismo.

 
Durando poco más de 18 ¼ minutos, ‘Nekrosis’ inicia el rumbo de las cosas y lo hace con una genuina fuerza de carácter donde se combinan nebulosidad y exuberancia. El pasaje prologar, anunciado por un breve efecto sintetizado de borrasca, está signado por una ceremoniosa fanfarria de saxo y trombón, el mismo que prontamente da pie a un momento musical juguetón y entusiasta, aunque sin apartarse del todo de lo sombrío. La tríada de piano, batería y bajo aplica el juego de la fusión vanguardista de los 70 al estilo de los primeros discos de WEATHER REPORT mientras los vientos retoman el legado del hard bop al estilo de los inmortales John Coltrane y Miles Davis. A lo largo del camino, la pieza va adquiriendo tonalidades más diversas que oscilan entre lo ágil, lo misterioso y lo intenso: es impactante cómo se establece la ilación entre el pequeño solo de batería que culmina el primer enfoque temático y el renovador entramado de violín y vientos, uno muy envolvente que emana sueltamente una espiritualidad contemplativa. De esta manera, se prepara el terreno para el surgimiento de otro ejercicio de jazz vanguardista con vibraciones afines a las del free jazz, el cual no tarda en aterrizar en un expresionista solo de violín, el cual exorciza unas misteriosas agitaciones con las que se prepara el terreno para otro ejercicio de bizarro fulgor donde el saxo tenor termina ocupando el rol protagónico. El factor jazzero ha estado flexionándose a lo largo de los motivos sucesivos, dejándose envolver por una bruma señorial, pero también hay espacio para una pequeña interrupción progresiva con la emergencia del sintetizador con la misión de elaborar un pasaje de “Zeuhl cósmico”. Poco antes de llegar al minuto 14, se inicia un gradual desarrollo hacia una sección moderadamente climática donde se cruzan el Canterbury a lo NUCLEUS y el avant-prog, estando el violín a cargo de un majestuoso mando. La coda desemboca en una retoma de uno de los pasajes iniciales bajo la marca de una orquestación aristocráticamente grisácea donde impera un raro lirismo en medio de la extravagancia inherente al colectivo de YOG SOTHOTH. La primera mitad del álbum se cierra con ‘Maint Rêve Vesperal Brûlé Par Le Phenix’, una pieza improvisada cuyo enfoque aleatorio se traduce en un caos compartido donde lo dadaísta va regulando y deconstruyendo la situación sonora. El canto femenino crea una genuina ósmosis con los instrumentos partícipes. Así las cosas, la tensión esencial de la primera pieza del álbum se hace a un costado mientras la densidad asume un revestimiento de inescrutable misterio.
 
Los 22 minutos y pico que dura el lado B de este disco están ocupados por ‘Fou: L’Art Noir’. Esta monumental pieza comienza con una serie de densos oleajes de piano, la cual no tarda mucho en acoger la compañía de la batería y un bajo distorsionado, con lo que se ultima la instauración de un esquema de trabajo donde en primer lugar confluyen el chamber-rock y el avant-jazz. El inicial viaje tentativo de un único instrumento llegó a un puerto colectivo sabiamente orquestado. Las cosas terminan derivando hacia un ejercicio de frenético free jazz poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto: esta jactanciosa alagarabía se prolonga por un rato razonablemente largo. Después, pasamos a una sección muy distinta, dueña de una inquieta languidez armada según el modelo del minimalismo bajo la ley de la musique concr
ète. A segundos de llegar a la frontera del décimo minuto, las cosas se enfilan hacia el estándar Zheul con un filtro jazz-rockero que se acerca un poco al estándar de los ZAO de la fase 1975-76: el desafiantemente disonante solo de violín establece un imponente contraste frente a las cálidas líneas de bajo, las cuales también gestionan un pulso experimental mientras el teclado instaura unas bases armónicas traviesas. Y bueno, un nuevo pandemonio de caos resuelve el fin de esta sección para llegar a otra de carácter lánguido: en esta ocasión, lo cósmico intensifica su presencia, aunque ciertamente hay una sonoridad deliberadamente opaca en este ambiente, una opacidad cuyo contrapunto se ubica en las improvisaciones de la batería. Con las sucesivas apariciones de un dueto de violín y flauta y un impresionante solo vocal se prepara el camino para una rutilante ascensión de exultaciones deconstructivas. La solvencia de esta sección incluye un pasaje de conversaciones mutuamente extrapoladas; es como si el grupo quisiera hacer al mismo logos partícipe de esta mutación que, en principio, desafía sus reglas y las confronta con su propio patronato. En fin, la última sección se enfila hacia un ensoñador hermanamiento entre el violín y el saxofón que muy bien podría haber formado parte del primer álbum de UNIVERS ZERO, aunque el colorido que se exhibe aquí ostenta una aura un tanto festiva (por paradójica que suene esta expresión en el contexto de una propuesta tan desafiante como la de este ensamble).


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Yog Sothoth”, un disco que quedó como único testimonio del excelente aporte que el colectivo de YOG SOTHOTH dio a la avanzada francesa de los 80 dado que se desintegró al poco tiempo de publicarse este trabajo. Terminamos esta retrospectiva con palabras de genuino agradecimiento a toda la gente involucrada en la creación y la grabación de esta música tan intrigante como exquisita. 
 
 
Muestra de “Yog Sothoth”.-
Nekrosis: https://www.youtube.com/watch?v=jI0SjJv9fwo
 

[Dedicamos esta reseña a nuestro amigo Vyacheslav Potapov, quien nos recordó la existencia de este excelente ítem en una conversación dentro de uno de los muchos foros melómanos donde somos contertulianos.]


[La presente retrospectiva está basada en esta reseña originalmente publicada en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/yogsothoth_yogsothoth.html]

Thursday, September 05, 2024

Segundo éxtasis musical de la fraternidad de MARK COOK y STEVEN LEAK



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy volvemos a toparnos con el proyecto a dúo del estadounidense MARK COOK y el canadiense STEVEN LEAK: se trata del disco “Ekstasis”, el cual fue publicado el último 21 de agosto. COOK toca las Warr Guitars con y sin trastes, los sintetizadores, la batería y las percusiones, mientras que LEAK se hace cargo de las manipulaciones electrónicas y el diseño sonoro. En esta asociación de creación y organización ingenieril, las ideas musicales surgen para ser reinventadas a través de la logística del estudio de grabación: es el modus operandi del dúo para la concreción de su proyecto. Es la segunda vez en lo que va del año 2024 que esta fraternidad estadounidense-canadiense realiza una nueva serie de aventuras musicales encuadrada dentro del ambient con proyecciones progresivas y space-rockeras. El modus operandi fue el mismo que en “Happenstance”, publicado en en el mes de junio: COOK grabó una serie de motifs y soundscapes a los cuales LEAK, con carta blanca, procedió a procesar, unir y enriquecer con capas y demás intervenciones sintetizadas, efectivamente juntando las labores de mezcla y adiciones instrumentales en un solo acto de creación estética. Repasemos ahora los detalles de “Ekstasis”.

Durando cerca de 8 minutos, ‘The Dark, The Flowered Way’ abre el repertorio con una flotante aura cósmica, la cual se explaya a lo largo de varios recovecos ambientales que transitan de lo arcano a lo siniestro, y de aquí a una densidad inquietante que parece tener una predisposición a la inquietud grisácea. Lo siniestro regresa al frente para el último cuarto, añadiéndole una dosis extra de vitalismo. Realmente deja una fuerte huella este inicio del álbum, tan centrado en la cruza entre lo neurótico y lo espectral. La segunda pieza es ‘Fire-chased Shadows’ y su misión principal es la de dejarse envolver bajo un manto sobriamente crepuscular, el mismo que deja entrever matices intrigantemente nerviosos; así las cosas, el groove lánguido de la batería realza eficazmente ese latente desasosiego. Es como si se hubiese realizado una cruza entre los PINK FLOYD de 1971 y el estándar post-rockero bajo la batuta de los DJAM KARET de 
“Suspension & Displacement”. ‘Star Gossamer’ es la pieza más extensa del disco con su espacio de poco más de 10 ¾ minutos. Su misión consiste básicamente en impulsar las vibraciones crepusculares de la pieza precedente hacia una instancia más épica mientras reintroduce factores de la perturbadora fluidez cósmica heredados de la pieza de apertura. Un detalle particular es que aquí se ha matizado un poco los ecos siniestros heredados de ‘The Dark, The Flowered Way’ en nombre del encumbramiento de atmósferas misteriosas. Éstas tienen cierta conexión con lo que hicieron CLUSTER en su tercer álbum y los TANGERINE DREAM en su etapa 1980-82. El ingreso de la batería poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto y medio permite al enclave sonoro, como un todo, explayarse en una arquitectura evocadora: he aquí el cimiento de ese elemento épico que mencionamos más arriba. En el pasaje epilogar, una vez apartada la batería, las predominantes e imponentes vibraciones evocadoras se dejan llevar por un enclave minimalista que apela a una espiritualidad modernista: es algo muy eficaz para la conexión con las alusiones estelares del título de la pieza misma. 

‘Aether Pearls’ le da un nuevo giro al patrón de densidad etérea marcado por el primer tema del repertorio al incluir una secuencia de percusiones tonales sintetizadas sobre una envolvente serie de capas sintetizadas. La manera en que éstas marcan la pauta de las expansiones de la ingeniería sónica central es suficientemente eficaz como para hacer notar su grosor impresionista como impulso primigenio de las atmósferas que van ocupando espacios por doquier. Poco a poco, mientras se acerca a su momento final, las atmósferas ensoñadoras de la pieza se van tornando más calmadas. Los últimos 8 ½ minutos del repertorio están ocupados por ‘Blossoms Steal The Moonlight’, pieza encargada de enfatizar los recursos de ambient minimalistas que han sido tan predominantes a lo largo del disco (con las obvias referencias al krautrock electrónico de la legendaria Escuela de Berlín). En este caso, es el aura de un misterioso ensueño y no tanto el de una densidad tenebrista lo que define a la esencia expresiva de la pieza en cuestión. No es hermana de la primera pieza del álbum, sino su contraparte, y posiblemente es eso mismo lo que la convierte en el cierre perfecto para el mismo. En conclusión, todo lo que se contiene en “Ekstasis” nos causa una muy agradable impresión melómana. Esta fraternidad de MARK COOK y STEVEN LEAK, por su manera de hacer confluir prog-ambient, psicodelia y minimalismo electrónico, conforma un indicio de lo mejor que se está haciendo dentro de la vanguardia rockera de los países de América del Norte. En comparación con el disco precedente sólo por un par de meses, “Ekstasis” se explaya más en ambientaciones oscuras e inquietantes; en continuidad con aquél, nos muestra un cuadro completo de la muy interesante propuesta musical del dúo. 
 
 
Muestras de “Ekstasis”.-

The Dark, The Flowered Way: https://www.youtube.com/watch?v=uh0S_OFrpoM

Tuesday, September 03, 2024

JASON BLAKE y la etérea versatilidad de la Warr Guitar


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Volvemos a pasear por el jardín de las delicias musicales de JASON BLAKE, compositor y experto de la Warr Guitar que siempre está ocupado creando cosas. En esta ocasión nos referimos a “Ethereal Dialogue”, su más reciente obra solista, publicada el 21 de junio pasado. Un único instrumento para un único ejecutante a lo largo del disco, BLAKE sabe mantener la atención del oyente empático con su manera tan creativa de ir mostrando el desarrollo de sus composiciones con una mentalidad casi pictórica, a veces dibujando lo que late en la atmósfera exterior, otras, haciendo autorretratos de diversas colocaciones reflexivas. Lo registrado aquí fue grabado en el estudio Gravel Road Recording (Chicago, Illinois), estando Amery Schmeisser a cargo de la ingeniería de sonido y la mezcla. La ulterior labor de masterización estuvo a cargo de Dave Luxton en los Cosmic Wave Studios. Vemoas ahora los detalles de los temas contenidos en “Ethereal Dialogue”.
 
Durando cerca de 7 minutos, ‘Diminishing Time’ abre el repertorio de “Ethereal Dialogue” con una estrategia que combina la lógica del empedrado con el de la maraña. Cada nota emergida ocupa su lugar específico dentro de la senda temática mientras sus controlados ecos se enlazan con las de otras. Los últimos instantes sirven para gestar un epílogo reposado. A continuación, ‘Pluvial Thoughts’ exhibe un sereno motif donde BLAKE da rienda suelta a la faceta melancólica de su visión estética a través de un filtro impresionista. En algunos momentos estratégicos, se acentúa la gravedad de la expresividad reinante. Cuando llega el turno de ‘Contentment With Others
’, lo primero que se nos muestra es un prólogo de talante cósmico en clave minimalista, el mismo que cumple con la función de abrir la vía, de a pocos, a la emergencia de una calma fulgurosa empapada de efluvios emparentados con el estándar space-rockero. Tal vez late también cierta aura celebratoria de manera muy sutil en la recurrencia del cuerpo central. Nos parece un cénit decisivo del álbum. ‘Lambent Purity’ retorna hasta cierto punto a la estrategia creativa plasmada en la pieza que abrió el álbum, aunque su espiritualidad está más cercana a la gravedad contemplativa del segundo. Es decir, hay un enfoque arquitectónico explícito en el modo en que se organiza el relativamente sencillo desarrollo temático, pero su centro expresivo apunta hacia una interioridad que algo tiene de inquieta, una anhelo que ansía racionalizarse para no perderse en una incertidumbre irremediable. El quinto tema del repertorio se titula ‘Inconsequential And Mundane’ y su misión consiste en explorar fehacientemente esa infaltable dimensión minimalista que es tan relevante dentro del vocabulario musical de BLAKE. Señorío crepuscular y misteriosa reflexividad se combinan en las vibraciones emotivas desplegadas en las notas que trazan este paisaje particular dentro del lienzo interior. Cada nota es una pincelada firme en medio de un esquema sonoro que se expande de manera notoriamente etérea.
 
‘What Was Left Unsaid’ tiene un enfoque sonoro semejante al de la pieza precedente, pero el groove de las bases armónicas ostenta un carácter más urgente y el encuadre gestado al alimón entre las bases minimalistas y los fraseos protagónicos emana una solemnidad imponente. El último tema del disco se titula ‘With And Without Regret’ y es el más extenso del mismo con su espacio de 8 minutos y pico: también resulta muy eficaz en su operabilidad como el clímax conclusivo que este disco merece. Su estrategia sónica resulta bastante semejante a la de la pieza inaugural, pero, esta vez, se usa la Warr Guitar como guía de construcción de un panal. En vez de enfatizar la delicadeza de orfebrería que se exige en el armazón de hilos de una telaraña, lo que funciona aquí es una maciza labor de centramiento de cada celda del panal con cada nota que emerge del instrumento, mientras que sus ecos y enlaces con otras son como las instalaciones de las paredes y las bases del panal íntegro. 
‘With And Without Regret’, debido a sus fundamentos arquitectónicos, ostenta una mayor dosis de fuerza expresiva en sus entramados internos que ‘Diminishing Time’. Un cierre efectivo y trascendental para un disco repleto de belleza, vibraciones introspectivas y misterio. “Ethereal Dialogue” es, como un todo, una obra fonográfica llena de magia que es recomendable en cualquier buena colección de música de vanguardia dentro y fuera del rock y en las fronteras del rock con otra cosa. Queda claro que JASON BLAKE es un crack dentro de la avanzada del rock y el ambient dentro de los EE.UU. y a nivel mundial; el disco que acabamos de reseñar lo confirma por enésima vez.

Sunday, September 01, 2024

La bandera de LE ORME sigue ondeando en la escena progresiva italiana


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Es bueno saber que una banda tan veterana como LE ORME sigue vigente y con ganas de seguir afianzando su histórica propuesta de rock progresivo sinfónico que, desde inicios de los 70, se ha erigido como un emblema atemporal de la historia del rock artístico de su país. Con la vigente formación de Michi Dei Rossi [batería y percusión], Michele Bon [órgano Hammond C3, piano, sintetizadores y coros], Luca Sparagna [bajo, guitarra de 12 cuerdas, pedales bajos EKO y voz] y Aligi Pasqualetto [piano y sintetizadores] sigue adelante con nuevo material: “Il Leone E La Bandiera” es el título de su más reciente trabajo de estudio, el mismo que fue publicado por el sello Hi-QU Music a mediados del pasado mes de abril, tanto en CD como en vinilo. Bueno, en realidad, se trata de la reedición de parte de una obra que data de fines del pasado 2023. Expliquemos esto. Dei Rossi y Bon siguen al frente de esta aventura de resurrección que se originó a fines de los 90 cuando el histórico cantante-guitarrista-bajista Aldo Tagliapietra ideó la trilogía de 
“Il Fiume”, “Elementi” y “LInfinito” (de los años 1996, 2001 y 2004, respectivamente). Muchos dimes y diretes hubo entre el buen Aldo y los que permanecieron ondeando la bandera de LE ORME cuando aquél dejó la banda y dio por sentado que ya estaba difunta; por su parte, éstos fueron capaces de gestar con algunas modificaciones en el cuarteto un más que decente álbum conceptual como es “La Via Della Seta” (2011). También hubo alguna otra iniciativa que nos parece un poco cuestionable como la nueva grabación del clásico álbum conceptual “Felona E Sorona” so pretexto de su quincuagésimo aniversario, pero también hizo a fines del año pasado un triple CD titulado “Le Orme... And Friends” que supuso un breve reencuentro con el teclista original Tony Pagliuca. En sí mismo, “Il Leone E La Bandiera” es un álbum conceptual que gira en torno a la alegoría de la ciudad de Venecia, la patria chica de la banda, que es una ciudad que emerge del agua al modo de una antigua divinidad del estilo animista propio de las religiones politeístas. Dicho de manera más directa, es una carta de amor a Venecia. Este concepto ya apareció en el primer volumen del antes mencionado “Le Orme... And Friends” y ahora lo tenemos presentado como una obra autónoma.  
 

Vamos ahora a los detalles estrictamente musicales del disco. El instrumental de menos de 3 minutos ‘Ouverture’ da el puntapié inicial a las cosas, tal como lo indica su propio título. Se trata de un majestuoso viaje instrumental que hace gala del magnetismo de su estructura melódica, la cual va fluyendo a paso firme sobre un grácil tempo de 12/8. Acto seguido, llega el turno de ‘Acqua Di Luna’ y las cosas se focalizan convincentemente en la faceta pastoral de LE ORME. El talante eminentemente juglaresco del motif central queda bien ornamentado por las delicadas orquestaciones de los teclados. Un buen testimonio del regreso a esa etapa de 1972 a 1974. ‘Ferro E Fuoco’ da alas al cuarteto para explayarse en su faceta más aguerrida; el órgano es, de hecho, el elemento protagónico dentro de la mayor parte del armazón instrumental, el mismo que manifiesta una compacta solidez sobre los cimientos del medio tiempo. Sobre la muy precisa maquinaria de la dupla rítmica se va desarrollando un paisaje sonoro sobriamente muscular en manos de los dos teclistas, que se ponen a dialogar continuamente en lugar de desafiarse. ¿Un híbrido entre los URIAH HEEP de 1972 y los GENESIS de 1976? Posiblemente, y tal vez podemos notar algunas confluencias con sus compatriotas de METAMORFOSI en su periodo de resurrección del presente milenio. Cuando llega el turno de ‘Lucciole Di Vetro’ es una balada sinfónica con una dosis adecuadas de inquietudes reflexivas, las mismas que son bien llevadas por el canto y las orquestaciones de l8s teclados. Justo a mitad de camino, irrumpe un aristocrático solo de piano, el mismo que brinda una remodelación romántica de algunas bases armónicas usadas en el entramado grupal. Para el epílogo, el ensamble reedifica la majestuosidad de su melancolía esencial, como si ese intermedio de piano hubiera dado una energía nueva al cuarteto con miras al impacto conclusivo. ‘L’Alba Della Partenza’ comienza y termina con un suntuoso motif en 7/8, situándose dentro del paradigma Emersoniano; en el intermedio, una revelación melancólica en base al dueto de voz y piano exorciza un fulgor interno con comedida pasión. El golpe final de gong tras la última erupción grupal es muy eficaz. Dos cénit consecutivos del álbum.
       
 

‘Rosa Dei Venti’ regresa a la estructura de la balada progresiva, siendo así que combina las estilizadas vibraciones pastorales de la canción #2 y la conmovedora aura palaciega de la canción #4. De esta manera, el esquema melódico diseñado para la ocasión puede evocar una genuina emotividad vulnerable bajo un convincente ropaje etéreo. Con el arreglo coral que emerge en las instancias finales, la emotividad central de la canción asume una gracia majestuosa antes de que irrumpa el tema más extenso del repertorio, que se titula ‘Caigo’ y dura poco más de 7 ¼ minutos. El motif inicial está ágilmente estructurado en base a los cimientos conjuntos de las capas de sintetizadores y el groove cuasi-tribal de la batería. Una vez focalizado el swing nuclear de la pieza, los ornamentos de los teclados y percusiones van añadiendo matices a los traqueteos saltarines que se van expandiendo a placer. Con el ingreso del órgano, el asunto da un viraje rockero bastante llamativo, lo hace por poco rato, pero su dinamismo resulta totalmente eficiente a a la hora de cerrar el jam. Los alejados ornamentos percusivos de la coda dan la idea de que la luminosidad que acaba de emerger llegó para quedarse. Además de esta serie de siete temas de estudio, se incluye aquí un par de temas en vivo tomados de este repertorio de estudio: ‘Rosa Dei Venti’ y ‘Acqua Di Luna’. Ambas piezas son ejecutadas con precisión y una dosis extra de vigor, algo que ayuda a realzar sus respectivos esquemas melódicos mientras se preserva su delicadeza estructural. En conclusión, queda claro que la bandera de LE ORME sigue ondeando en la escena progresiva italiana dentro de la nave musical operada por los Sres. Dei Rossi, Bon, Sparagna y Pasqualetto. 
A pesar de que su duración de menos de 35 minutos puede sentirse un tanto breve, esta obra progresiva sinfónica demuestra ser de exquisito nivel... y nunca fueron los discos de LE ORME los más largos de la historia del rock progresivo de su país, calgan verdades. “Il Leone E La Bandiera” es un trabajo bastante logrado dentro del enfoque sonoro que concretamente adopta este grupo para mantener vigente su innegable leyenda. 
 

Muestras de “Il Leone E La Bandiera”.-
Acqua Di Luna: https://www.youtube.com/watch?v=TNqPUKYOzlQ
Lucciole Di Vetro: 
https://www.youtube.com/watch?v=MXVQ9rkIMyM

Friday, August 30, 2024

SOUTO y el infinito flujo de sortilegios del Chapman Stick sobre los escenarios




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy comentamos un disco muy especial que fue publicado por el sello argentino Viajero Inmóvil el último 23 de julio, exclusivamente en formato digital: se trata de “El Flujo Infinito”, una selección de breves composiciones e improvisaciones para Chapman Stick de DIEGO SOUTO, SOUTO, a secas. Lo que se recoge aquí se registró en varios lugares:  OiHoy Casa Abierta (Villa Ortúzar, CABA), Espacio Viajero Inmóvil (Quilmes, Buenos Aires), TVE Televisão Educativa (Morro Santa Tereza, Porto Alegre), Teatro Monteviejo (Abasto, CABA), Programa Mete Púa (Canal A, CABA), Oceanario Club Cultural (Villa Crespo, CABA)… ¡E incluso en la red social Facebook! Los procesos de mezcla y masterización fueron realizados por Cesar Silva en el Estudio El Hornero (Caseros, Buenos Aires), en el mes de junio de este mismo año 2024. El diseño gráfico corrió a cargo del propio SOUTO.
 
Centrándonos en el repertorio mismo de “El Flujo Infinito”, éste comienza con la tríada de ‘Seguir Viviendo Sin Tu Amor’, ‘Desde El Olvido’ y ‘Benzaitén 3’. El primero de estos temas mencionados es una versión en miniatura de una composición de Luis Alberto Spinetta que aparece en su álbum del 1991 
“Pelusón Of Milk”; su esencia lírica es respetada por SOUTO en medio de los matices propios del Stick. El segundo de ellos agiliza las cosas con el grácil manejo de un motif luminoso que se asienta fluidamente sobre un swing medianamente complejo. Todo un fulgor de mediodía. ‘Benzaitén 3’ perpetúa la gracilidad  proveyendo a la agilidad musical en curso de una cierta dosis de gravedad mientras preserva los destellos de un groove muy dinámico. De esta manera, la atmósfera resulta propicia para la siguiente tríada de ‘Ítaca 1’, ‘Carnaval Extraño’ e ‘Ítaca 2’. El primero de estos temas se centra en un refinamiento explícito de escalas sucesivas que van armando el motif. El segundo, por su parte, se centra en aromas criollos dentro de un bien definido  ejercicio  de jazz-fusion. La logística unívoca del Stick es bien aprovechada para gestar una envolvente gama de colores sónicos. La segunda ‘Ítaca’ gesta una maraña un poco más compleja que la que tuvo la primera, llegando a ahondarse en la luminosidad que marcó a los temas #2 y #3. ‘Malambo Crafty exhibe un filo tan convincente como sereno en el inspirado ejercicio fusionesco que delinea su composición. ‘Thailandino 5: El Flujo Infinito’ muestra, una vez más, un pulcro cruce entre melodía y armonía con suficientes dosis de vivacidad. ‘Chacarerian Blues’, al igual que el tema #7, saca el jugo a la proyección modernista que implica el uso del Stick a la hora de remodelar una idea de raigambre folklórica. Durando 4 minutos y pico, ‘Thailandino 4’ es la pieza más extensa del repertorio. El carácter saltarín de las notas que se van sucediendo plasma los ecos recibidos de los dos temas precedentes para llevar su elegante groove a un clímax expresivo de gran alcurnia. Tal vez tenemos aquí la cima decisiva del disco.

Cuando llega el turno de ‘Ítaca 3’, SOUTO explora fehacientemente el ambiente de algarabía que emana de los agitados centelleos del Stick. Aunque se impone una férrea arquitectura en la elaboración del cuerpo central, éste exhibe una genuina espirituaidad jovial. ‘Cidade Baixa’ gesta una aventura jazz-progresiva sobre un swing razonablemente complejo que permite al motif fusionesco de turno explayarse sólidamente en su potencial de sofisticación melódica y armónica. Otro cénit notable del repertorio... que ojalá fuese un poco más extenso. Todo termina con una versión de la composición de Robert Fripp ‘Driving Force’ (originalmente incluida en el álbum “Boogie Express - Live In Europe 1991” de ROBERT FRIPP & THE LEAGUE OF CRAFTY GUITARISTS). Los efluvios diversos que son propios de la composición original están manejados con impecable soltura, concretando algo muy llamativo para la clausura del repertorio. Siendo una obra tan hermosa y elegante como lo es, “El Flujo Infinito” resulta un disco bastante recomendable en cualquier buena fonoteca de música vanguardista. SOUTO nos da la enésima muestra de cuán talentosa es su maestría a la hora de extraer ingeniosos sortilegios, melodías y texturas del Chapman Stick. 

Wednesday, August 28, 2024

FATES WARNING y las bodas de coral de una perfecta simetría prog-metalera

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión miramos atrás al día 22 de agosto de 1989 y celebramos las bodas de coral del quinto disco de estudio de la legendaria banda estadounidense FATES WARNING, atemporal emblema del paradigma rockero del prog-metal. El disco en cuestión es “Perfect Symmetry” y fue publicado por el sello Metal Blade Records en CD, vinilo y casete, en un tiempo en que el grupo hacía debutar su alineación de Jim Matheos [guitarras], Frank Aresti [guitarras y coros], Ray Alder [voz y coros], Joe DiBiase [bajo] y Mark Zonder [batería y percusión electrónica]. Se trata de su alineación clásica, o, en todo caso, la que registró los discos más emblemáticos de su canon histórico. Éste es el segundo disco de Alder en la banda, lo cual significó un comenzar a afianzar su papel en la historia como el frontman definitivo de la banda, mientras que era el primero de Zonder como reemplazante del baterista original Steve Zimmerman, lo cual significaba que la entidad de FATES WARNING quería reedificar la arquitectura fundamentalmente progresiva del palacio de su propia aristocracia metalera con una concepción más refulgente. El grupo no terminó sus días con Zonder sentado tras el andamio de tambores y platillos (salió de la banda en algún momento del año 2005), pero su presencia de entonces marcó un antes y un después para el arquetipo del baterista de rock metalero con mentalidad de orfebre. Su talento ya había quedado bien constado en WARLORD, una banda de culto que nunca pudo despegar apropiadamente en el círculo rockero de Los Ángeles, pero ahora era integrante de una banda con mayor potencial en el mainstream y que, a la vez, mantenía una propuesta artística genuinamente ambiciosa. Volviendo al caso concreto de “Perfect Symmetry” no sólo consiguió concretar un nuevo paso de elevación estilística para FATES WARNING, sino también asentar un zócalo decisivo para el hogar del metal progresivo de ese tiempo en adelante. Una visión de futuro que no se conformaba con ser una simple testimonio de un momento definido en la historia del grupo, aunque también era eso. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en los meses de abril y mayo de 1989 en los Carriage House Studios de Stamford, Connecticut, estando Roger Probert al mando de la producción. Era la misma situación que en el disco precedente, “No Exit” (1988), el cual encarnó una capitalización crucial del esplendor conquistado en el tercer disco de la banda “Awaken The Guardian” (1986), el último con el frontman original John Arch. El hecho de que existiera una suite que ocupaba íntegramente el lado B de “No Exit” era una declaración de principios sobre la alquimia ascendentemente progresiva que corría por las venas de FW. 

 

En general, la misión del disco que hoy revisamos era la de generar nuevos aires para la garra sofisticada desarrollada en los dos discos precedentes que acabamos de mencionar, una agilidad renovadora al instinto épico que se mantiene como parte de la esencia de FW. Esa nueva frescura se manifiesta abiertamente y sin reparos desde la majestuosa pieza de apertura ‘Part Of The Machine’. A través de su espacio de alrededor de 6 ¼ minutos, esta canción exhibe una majestuosa ingeniería sónica donde el armazón de riffs y solos va fluyendo a paso firme sobre la intrincada arquitectura rítmica. La orientación masivamente expresionista de la composición se enfatiza con el rutilante canto de Alder y las estratégicamente situadas florituras del bajo. Hay que resaltar el solo de guitarra en el interludio como uno de los más genialmente tortuosos del disco. También vale la pena resaltar algunas magníficas líneas de su letra cuestionadora del conformismo cívico y la tendencia social de encasillar al individuo con la pretendida finalidad de defender un ideal común: “Weary and weakened, / Victims fall prey / To vague ideals / And passionless play. / Systematic spontaneity in synchronized society.”“A spirit of belonging / Satisfies your longing, / But the truth is never seen. / False sense of freedom grows, / But dependency shows / Your part of the machine.” La segunda canción es ‘Through Different Eyes’ fue el single y su argumento para ello se hace notar desde muy pronto por el modo en que el gancho melódico se revela a través del razonablemente complejo esquema rítmico que se despliega tras el breve y sereno preludio. El canto es muy amable y los ornamentos de la percusión electrónica se ajustan ágilmente a la garra de las bases de guitarra y los momentos más relajados, Mientras tanto, las refinadas líneas de bajo completan eficazmente el enclave colectivo. Los sucesivos solos de Aresti y Matheos en el intermedio son virtuosos y coherentemente melódicos. Cuando llega el turno de ‘Static Acts’, nos topamos con una de las mejores composiciones que ha aportado Aresti al catálogo histórico de FW. Al igual que la canción precedente, se apoya en la construcción de recursos de fiereza inteligente sobre un arduo maderamen donde también hay campo para algunos pasajes de tenor contenido. La estrofa final es contundente en su impugnación contra la apatía resultante de la confluencia entre nulo espíritu crítico e ímpetu irrefrenable de la sanción social: “Ban expressiveness. / Bold repressiveness / Dictated by minds closed tight / And walls that shut out light, / And so we have static acts.”


‘A World Apart’ dedica bastante espacio a la gestación y preservación de un aura ceremoniosa bajo el cobijo de una atmósfera donde conviven la furia contenida y la introspección parsimoniosa. El razonablemente lento compás edificado para la ocasión se beneficia de los ornamentos que Zonder pone en su groove, lo cual, a su vez, da acceso a la activación de algunos subterfugios de agilidad en el último tercio. De esta manera, el dramatismo inherente a la composición se enriquece cabalmente. La segunda mitad del disco se abre de una manera contundentemente épica: es el turno de ‘At Fates Hand’, pieza de casi 7 minutos de duración. Contando con las intervenciones de los ilustres invitados Kevin Moore (entonces, integrante de DREAM THEATER y futuro colega de Matheos en OSI) y Faith Fraeoli, respectivamente, a los teclados y al violín, el entramado sonoro conquista la magnificencia planteada para este proyecto compositivo de Matheos, Aresti y DiBiase. Un interludio donde se cruzan lo barroco y lo romántico abre camino a una sección cantada cuya solemnidad cuasi-gótica encapsula una sensación de inminente tragedia. La letra no es muy abundante, pero incluye mucha belleza poética, tal como se muestra en esta estrofa: “We are adrift without direction / In a raging storm on a calm sea, / Clinging to our expectations / To stem the tide of destiny.” La última sección despliega una opulencia instrumental tan rutilante como estremecedora: las bases armónicas y orquestaciones se conjugan ingeniosamente con los juegos de síncopas que se van sucediendo con fecunda vivacidad. Los solos de guitarra que surgen en el camino ponen su soltura al servicio de la orquestación general. Tras este despliegue de aristocrática musicalidad emerge una canción más frontal que se llama ‘The Arena’. Menos compleja que cualquiera de las canciones precedentes, aún así es capaz de impulsar la maestría de los instrumentistas mientras Alder hace su enésima demostración de gimnasia vocal. Como contraparte a la heroica musicalidad de
‘At Fates Hand’ y la erguida asertividad de ‘The Arena’, ‘Chasing Time’ se revela como una balada progresiva centrada bajo una aureola vulnerable a través de la cristalina delicadeza marcada en el núcleo temático expuesto en el canto y las bases de guitarras acústicas. Sobre un predominante tempo de 3/4, la pausada senda musical da testimonio de un reflexivo señorío cuya máxima expresión se da en el ecuador, cuando los ornamentos percusivos y de bajo, en conjunción con el solo de violín, incrementan el envolvente lirismo en curso. 

El disco se cierra con su canción más larga, ‘Nothing Left To Say’, que dura poco menos de 8 minutos. El robusto prólogo instrumental fragua una excelente combinación de lo macizo con lo fluido, oportunamente ornamentada con dos solos de guitarra que se suceden en un incendiario diálogo. El cuerpo central, incluyendo las partes cantadas, se centra en la senda que lleva desde un pasaje suntuosamente ceremonioso hacia otro más fornido donde reina un hercúleo fulgor. En ambas instancias opera una espiritualidad grave que va acorde con una letra que relata el tránsito de la ilusión inicial de los sueños de juventud hacia la pérdida de inocencia y el resultante cinismo al contemplar los esfuerzos y maquinarias requeridos para mantener vivos esos sueños una vez ida la juventud. De hecho, vale la pena nuevamente destacar algunos pasajes de la letra: nos topamos con estas lúcidas observaciones (“Desires bind the truth to secrecy, / But behind the aspirations I see / A life devoted to blind ambition / And a mortal man searching for eternity.” – “Behind the desires / And the wall that gave way / There’s a forgotten cause / Consumed by the day.”), así como con esta intrigante conclusión (“Paralyzed by inhibitions and indecisions. / What was once a release is now a prison.” ). El repertorio de “Perfect Symmetry” comenzó con una amarga reflexión sobre la prisión a la que nos somete la sociedad y ahora concluye con otra amarga reflexión sobre cómo nosotros también construimos nuestras propias prisiones individuales con el transcurrir de los años.* Este gran disco es nuestro favorito de toda la carrera de FW, ya es hora de admitirlo. En el año 2008, cerca de su vigésimo aniversario, Metal Blade produjo una reedición de doble CD + DVD donde el segundo CD incluía maquetas y el DVD contiene secciones de varios conciertos entre el 2 de noviembre de 1989 y el 26 de abril de 1990 (mayormente en los EE.UU., pero también hay temas tocados en Ámsterdam el 16 de diciembre de 1989). De las maquetas cabe destacar aquellas de ‘Part Of The Machine’ donde se depura la ingeniería de los riffs y la complejísima ingeniería rítmica, así como las tentativas versiones un poco más extensa de ‘The Arena’ y ‘Chasing Time’. En cuanto a los registros en vivo plasmados en el DVD, nos llama la atención cuán aumentada es la sensación de neurosis que asume ‘Part Of The Machine’ en el calor de un escenario. También da gusto ver cómo Alder reformula la pasión requerida para cantar viajas canciones como ‘The Apparition’ y ‘Exodus’ al adaptarlas a su propia energía y estilo. Pero, sobre todo, qué estupenda es esa secuencia del solo de batería de Zonder que lleva a ‘Nothing Left To Say’ en el concierto de New Haven, Connecticut (16 de diciembre de 1989). También es entrañable ver la solvencia con la que el grupo toca entera la suite ‘The Ivory Gates Of Dreams’.


Ya estamos en el último tramo de agosto de 2024 y con mucho gozo brindamos por los 35 años de esta potente y sublime joya rockera. ¡Miles de gracias a los Sres. Matheos, Aresti, Alder, DiBiase y Zonder por crear esta perfecta simetría prog-metalera!


Muestras de “Perfect Symmetry”.-
Through Different Eyes [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=XDf04d-vTfQ


Como curiosa anécdota, esta canción apareció en la película Pesadilla final: La muerte de Freddy, la quinta secuela de la franquicia de horror slasher Pesadilla en Elm Street. 

Sunday, August 25, 2024

Las nuevas razones jazz-progresivas de los finlandeses UTOPIANISTI

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.  

En esta ocasión presentamos una muy agradable novedad surgida en la escena jazz-progresiva finlandesa en el segundo día de este mes de agosto: se trata de “Reasons In Motion”, el más reciente disco del numeroso ensamble UTOPIANISTI, el cual fue publicado por el sello Unnecessary Leftover Music, tanto en CD como en vinilo. Trabajando bajo el liderazgo de Markus Pajakkala, quien, además de ser el principal compositor, toca los saxos tenor y barítono, la flauta, algo de sintetizador, voz y percusión, el grupo que grabó el disco que hoy reseñamos se completa con Ismaila Sané [percusión y voz], Gilbert Kuppusami [percusión y voz], Ville Hatanpää [batería], Jaakko Luoma [bajo], Matti Salo [guitarra], Anssi Solismaa [teclados y sintetizadores], Olli “Trumpenator” Helin [trompeta] e Inari Ruonamaa [saxo alto]. Aparte de todo lo que dijimos sobre Pajakkala, él también se encargó de la producción, la ingeniería de sonido, la mezcla y la masterización del material recogido en “Reason In Motion”. Markus Pajakkala es el gestor de UTOPIANISTI y nació como un proyecto de estudio en la localidad de Tampere, en el año 2010. Sólo hizo falta un año para que el ensamble publicara su disco debut homónimo. Pajakkala gusta de contar con muchos compañeros para dar grandilocuencia a muchas de sus composiciones, pero también es un compositor muy prolífico que pueda manejar solventemente los ventos, la batería, las percusiones y los teclados. De hecho, el disco anterior de UTOPIANISTI “Tango Solo”, que data del año 2021, cuenta solamente con él como instrumentista. Ahora, este nuevo disco regresa a la estructura eminentemente grupal del ensamble; las sesiones de grabación se dieron en directo en varios días de noviembre del 2022, en el estudio Pajakkalab. Dijimos más arriba que Pajakkala es el principal compositor, y es el autor exclusivo de 7 de los 10 temas de este disco, pero en los otros 3 comparte la autoría con Ismaila Sané. 

La dupla de ‘Greenwash’ y ‘All Whale Panel’ inicia el rumbo de “Reasons In Motion” con convincente dinamismo. El primero de estos temas mencionados pone toda la carne celebratoria sobre el asador fusionesco con la aplicación de unos joviales juegos de síncopas sobre los que los múltiples vientos arman el foco melódica. Todo muy matemático y muy orgánico a la vez. En cuanto a ‘All Whale Panel’, se encarga de impulsar la faceta más aguerrida del ensamble para brindar una acentuación más muscular y más tensa a la recurrente jovialidad. La miniatura ‘Yegaa Intro’ exhibe un talante misteriosamente ceremonioso con añadidos toques dadaístas de raigambre RIO; de esta manera, se abre camino ‘Yegaa Nu Betaa’, una pieza que exuda un embrujo exótico sobre un sensual medio tiempo. Estableciendo confluencias estilísticas con STABAT AKISH y JOHN GHOST, esta pieza emana un encanto ensoñador con esa sólida exuberancia que se organiza fluidamente sobre las columnas del enclave de vientos y la sección percusiva. Mientras tanto, la guitarra despliega un amplio y fenomenal solo. ‘Cleptocrats’ establece una especie de regreso al jolgorio sistemático de las dos primeras piezas mientras añade una dosis extra de neurosis al asunto. Colorido y densidad combinados en una única fuerza de alegría musical que revela nuevos recursos de fastuosidad jazz-progresiva; la prestancia saltarina de la composición es el factor fundamental de su peculiar gancho. ‘Jaa Di Burung’ vira hacia una senda expresiva un poco más serena en base a ritmos y cadencias exóticas donde confluyen aires de los Orientes Medio y Extremo. De todas maneras, a pesar de que predomina una relativamente misteriosa solemnidad, los sucesivos solos de los saxofones y la trompeta elevan el potencial de perturbador embrujo que subyace al motif central. Cuando llega el turno de ‘Hit It With The Pinky’, la banda reactiva su faceta más intensa por vía de una estrategia combinatoria de los patrones de JAGA JAZZIST y SNARKY PUPPY con algunos recursos añadidos del así llamado nu-jazz. Los alternados solos de sintetizador y guitarra garantizan que se asiente sólidamente el nervio expresionista que el ensamble íntegro decide insuflar a la composición. 

Durando casi 8 ½ minutos, ‘No Culture, No Soul’ se erige como la segunda pieza más larga del repertorio. Su clave inicial de escalas de sintetizador y guitarra anuncian que habrá un importante rol de estándares space-rockeros en el armazón sónico que, al explayarse desde su núcleo central a través del jam orgánico del ensamble, muestra un groove llamativo aunque arropado por una espiritualidad serena. Las generosas líneas de sintetizador que van flotando a lo largo de un extenso solo completan majestuosamente un paisaje bien instalado sobre una exuberante ingeniería rítmica. Lo que suena aquí se sitúa en un espacio intermedio entre los OZRIC TENTACLES de fines de los 80 y los JAGA JAZZIST de los dos últimos discos con algunas tonalidades extra de las etéreas elucubraciones del SUN RA de fines de los 70. Un viraje agradablemente sorprendente para el clima general del disco. ‘Kakistocrats’ realiza una suerte de reconstrucción de los grooves de los temas #1 y #5, siendo así que el elegante frenesí del encuadre de batería, guitarra y bajo es la perfecta antítesis de lo elaborado en la pieza precedente. El final del disco llega de la mano de ‘Le Nuit Des Morts-Vivants’, siendo también su tema más extenso con su espacio de más de 9 ¾ minutos. Su extremadamente étnico swing, que carga solventemente el impacto de las percusiones dentro del entramado global, asegura la sostenibilidad de un nervio aristocrático para el jam central, el cual bebe tanto de las exploraciones fusionescas de EMBRYO como del refinamiento consistente de SNARKY PUPPY. Hay amplio campo para que se sucedan solos de saxofón, guitarra, trompeta, congas, bajo y órgano en este excelente viaje diseñado para bajar el telón con un talante celebratorio desde el cual se saluda al atardecer que llega para cancelar al día que ya dio todo de sí. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Reasons In Motion”, una exultante maravilla fonográfica que marca un nuevo cénit para la escena jazz-progresiva escandinava del momento. Desde los cuarteles de UTOPIANISTI salió este disco totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca de música progresiva y jazzera de vanguardia.
 
 
Muestras de “Reasons In Motion”.-
Greenwash: https://utopianisti.bandcamp.com/track/greenwash
Cleptocrats: 
https://utopianisti.bandcamp.com/track/cleptocrats

Friday, August 23, 2024

JIZUE: escenarios móviles para el buen jazz-prog japonés del año 2023



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Llega un poco tarde esta reseña, pero llega. El disco que hoy nos ocupa es el último de larga duración que ha publicado hasta la fecha el grupo jazz-progresivo japonés JIZUE, el cual se titula “Biotop” y fue publicado en el último tercio del año 2023, tanto en CD (por el sello Victor) como en LP (por el sello Bud Music Ltd.). El trío nuclear de Noriyuke Inoue [guitarras], Kie Katagi [piano y sintetizador] y Go Yamada [bajo] operó con varios bateristas alternos: Daisaku Hishinuma, Tsujasa Inoue, Kumaki y Genki Hashimoto (los dos primeros también aparecen en el disco anterior Seeds, del año 2020). En el séptimo tema del disco aparece el trompetista invitado Yoshihiro Uno. El colectivov triádico firma todo el material contenido en este disco. Quien se encargó de los procesos de mezcla y masterización de “Biotop” en el Studio DeCO fue el propio guitarrista Niroyuke Inoue. También ese mismo estudio se realizaron las sesiones de grabación, siendo Inoue quien ofició como organizador e ingeniero de sonido para las mismas. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de “Biotop”.


Durando poco menos de 5 ¾ minutos, ‘A Moving Scenery’ abre el disco con solventes dosis de ingenio, creando un groove elegante con el impulso inicial de los impolutos efluvios del piano. La senda ondulante del núcleo temático emana una sobria alegría que se deja empapar por ciertos matices de dulce melancolía, pero esa misma alegría se acrecienta mientras los preciosistas fraseos de la guitarra y los ornamentos de la batería dan un nuevo empuje a la ingeniería melódica. El solo de piano que emerge en algún momento de la segunda mitad es simplemente fabuloso. Lo que suena aquí es como una remodelación del estándar de GOGO PENGUIN en manos del PAT METHENY GROUP de inicios del milenio. ‘Stain’ sigue a continuación para brindar una exquisita exhibición de elegantes vibraciones fusionescas en un lapso de 4 minutos y pico. No se trata de un tiempo corto precisamente, pero la combinación de exuberancia y extroversión que se derrocha en las increíblemente ágiles interacciones entre los instrumentistas dan la impresión de que se dice mucho en este espacio. Si alguien se preguntó alguna vez cómo sería el eslabón perdido entre los RETURN TO FOREVER del segundo álbum y los WEATHER REPORT de 1976, pues la gente de JIZUE lo descubrió (o lo creó). ‘Brink’ tiene la misión de proseguir por esta senda de fulgor celebratorio, siendo así que se añade un colorido sinfónico al asunto con la inclusión del violín: el tenor de su presencia es más afín al patrón de un Darryl Way que al de un Jean-Luc Ponty. Cuando llega el turno de ‘Here’, la gente de JIZUE se dispone a hacer una declaración sobre su faceta más aguerrida sin dejar de lado su habitual enfoque de jazz-rock melódico. El bloque sonoro, que incluye un excelente solo de batería acompañado por síncopas aportadas por los otros instrumentos, clama convincentemente su presencia en íntima cercanía con el espíritu del oyente. Tan asertivo como este tema es el que le sigue, titulado ‘Quingdao’, cuyo esquema compositivo combina pasajes marcados por complejas síncopas y otros centrados en una fastuoso dinamismo jazz-progresivo que no es ajeno al patrón del disco debut de sus compatriotas KBB o al de sus también compatriotas TEE. Cerca del final, un nuevo momento de lucimiento de la batería permite a la ingeniería grupal elaborar recursos de presiosista explosividad. Es todo un cénit del álbum, sin duda.
 
‘Efimero’ ostenta varias connotaciones con las floridas ondulaciones que marcaron el centro temático del tema de apertura, pero cabe añadir que el ensamble procura establecer un foco melódico bastante pronto. Esto obliga al armazón instrumental a enfocarse en una ambientación lírica mientras la luminosidad ínsita en el desarrollo temático se va moviendo a través de diversas modalidades de dinamismo. Es un detalle muy interesante que la coda se arme con unos melancólicos fraseos de piano cuyo cariz introvertido, a despecho de su efímera duración, se hace notar. ‘Locomotive’ es una agradable excursión por las arenas del Canterbury al estilo de NATIONAL HEALTH y GILGAMESH con algunos elementos extra de los solistas de Lyle Mays. ‘L20’ da una nueva vuelta de tuerca a la faceta más vitalista de la banda en nombre de la expresión de un espíritu celebratorio que se deja envolver por la misma luz que homenajea con sus esquemas melódicos y grooves. ‘24/7’ es el ítem más extenso del álbum con sus 6 minutos y pico de duración y su mayor virtud consiste en elaborar una lúcida ingeniería colectiva en base al predominio de una compleja arquitectura rítmica que opera en los cimientos del bloque sonoro; así funciona su cuerpo central. Junto al bajo, el piano funge, en la mayor parte del tiempo, como cómplice perfecto para los sofisticados delineamientos de la batería, aunque también se abre espacio para algún breve solo; por su parte, el guitarrista exorciza a su Jeff Beck interior, calculando cuándo debe salir al frente y cuándo realzar el groove operativo. Alrededor de la frontera del cuarto minuto, las cosas viran hacia un momento reposado signado por un amable señorío prog-sinfónico que, de una extraña manera, nos hace evocar esos viejos días de YES y GENESIS (y posiblemente, a sus compatriotas de BELLAPHON), inpulsando la gestación de un solemne epílogo. Otro cénit crucial del álbum. La miniatura ‘Koe’ pone el cierre para el álbum al modo de una introspectiva meditación crepuscular vertida por un solitario piano. La jornada se terminó al llegar la oscuridad del tiempo de reposo tras las arduas labores precedentes que se enfocaron en paisajes sónicos repletos de vivaz fulgor y el colorido que se revela bajo su prestancia. 

Así pues, como balance final, se destaca que la gente de JIZUE vuelva a lucir sus galones jazz-progresivos a punta de talento creativo, pulcritud performativa y compacto espíritu colectivo. El material contenido en “Biotop” hace de éste uno de los discos más notables del pasado año 2023, una excelsa exhibición de escenarios móviles en esta confluencia de mentes musicales. Como epílogo, anunciamos que pronto haremos una reseña de su EP del presente año 2024 “Republic”: nunca dejamos de prestar atención a lo que sucede en los cuarteles de una banda tan proactiva como JIZUE.