Thursday, July 30, 2020

Paradero en el Planeta Tierra de MAGIC BUS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy nos complace presentar el nuevo trabajo fonográfico de la banda retro-progresiva MAGIC BUS, el cual se titula “The Earth Years” y ha sido publicado hace muy poco tiempo, específicamente, el pasado 19 de junio; es el cuarto álbum del grupo. El sello Back To The Garden Records se encargó de su producción en CD y en vinilo mientras que la edición virtual es suministrada por la propia banda desde su propio blog de Bandcamp. El ahora quinteto conformado por Paul Evans [voz y guitarras], Terence Waldstädt [guitarras y coros], Jay Darlington [teclados y coros], Wihll Mellorz [bajo] y Connor Spring [batería y coros] sigue en buena medida la senda de su fantástico disco anterior “Phillip The Egg” (2017), mientras se dedica a explorar parajes más sutiles dentro de su bien definido ideario musical, articulado en torno a una confluencia de Canterbury melódico, folk-rock, sinfonismo primitivo y prog psicodélico temprano. Como dijimos antes, se trata del primer trabajo del grupo como quinteto, siendo así que en los tres álbumes precedentes también había una integrante a cargo de las flautas (Viv Goodwin-Darke). El único momento en el que aparece un instrumento de viento es en la segunda canción del álbum, donde emergen algunas líneas de flauta dulce a cargo de Chris D’Adda. Este señor también fungió como ingeniero de sonido y mezclador del álbum; “The Earth Year” fue grabado en los Vale Studios, siendo poco después masterizado en los mismísimos Abbey Road Studios, nada menos. 



El repertorio de ocho piezas que compone este nuevo álbum comienza con ‘Easy Om’, canción que en su espacio poco menor de 3 minutos instala un ambiente de estilizada extroversión, impulsada por una delicada ingeniería melódica donde la diversidad de motivos y esquemas rítmicos crea una luminosidad juguetona. Muy al estilo de los dos primeros discos de CARAVAN con algunos toques de los SOFT MACHINE del primer álbum, y cómo no, también varios aires del paradigma de KEVIN AYERS. Tras este estupendo inicio llega el segundo tema, el mismo que se titula ‘Inca Trail’. Su atmósfera es más serena y su esquema sonoro incorpora elementos folk-rockeros; mientras el desarrollo temático se concentra en crear una aureola ceremoniosa, alterada efímeramente por un interludio marcado por un fulgor grácil y sobrio, el bloque instrumental deja fluir un esplandor tan plácido como majestuoso. Hay un encanto sinfónico en el modo en que los arreglos de teclado y el solo de guitarra que emerge a mitad de camino se conectan dentro del encuadre global, y lo mismo funciona cuando llega el turno del solo de sintetizador final. Un cénit del disco, sin duda, Para cuando llega el turno de ‘Setting Sun’, el grupo se adentra más aún en el camino de serena introversión que se inició en la canción precedente. Notamos aquí una combinación del espíritu Yessiano del primer álbum con la faceta bucólica de los PINK FLOYD de la fase 1970-72; eso sí, un breve pasaje disruptivo centrado en un armazón disonante de teclados nos toma de sorpresa antes de llegar a la frontera del segundo minuto, pero, en realidad, se trata de un recurso para ayudar a la canción a adquirir una pequeña dosis extra de musculatura, algo que para nada altera el carácter bien definido de su núcleo melódico. ‘The Road To La Mezquita’ ostenta una mayor dosis de agilidad, aunque ésta se reserva para los momentos más saltarines, pues se trata de una canción diseñada a través de la ilación de diversos motivos. En varios momentos, el entrelazamiento de los dos guitarras asume un aire sutilmente aflamencado, pero lo que predomina principalmente es la interacción entre las armonías de guitarra, las líneas de bajo y las bases de teclado. La sección epilogar, resuelta en un clima ceremonioso que retoma el breve motivo inicial, se asienta muy cómodamente bajo la guía de las bases de teclado, las mismas que abren campo para las sobrias florituras finales de la guitarra. 

La dupla de ‘Barleycorn’ y ‘Squirrel’ sirve para que el ensamble ajuste aún más las tuercas de su maquinaria estilística, lo cual se traduce en la edificación de los momentos más rotundamente climáticos del álbum. El primero de estos temas mencionados entra con todo en lo que a músculo rockero se refiere desde el mismo punto de arranque, instalando una ágil mezcla de ATOMIC ROOSTER y EGG para el prólogo instrumental. El canto entra a tallar durante un breve pasaje pastoril que, tal como descubriremos poco después, opera como puente hacia un cuerpo central bastante dinámico que traza un vuelo instrumental bastante grácil, bien metido en su groove jazz-progresivo con una dinámica retro bastante estilizada. Por su parte, ‘Squirrel’ (la canción más extensa del álbum con sus 7 minutos de duración) se explaya en un muy elegante dinamismo centrado en una mezcla de Canterbury (HATFIELD AND THE NORTH, CARAVAN) y sinfonismo (YES pre-72, CRESSIDA), a la vez que recoge algunos ecos de la luminosidad sistemáticamente articulada de la canción precedente. El aura vitalista que se respira mientras esta canción va llenando los espacios de su propio encuadre multitemático tiene aires de familia con lo que hacen otros grupos, como sus compatriotas de LOST CROWNS, así como los escandinavos SARCOPHAGUS NOW y NEEDLEPOINT. Estas dos canciones contienen varios de los solos de guitarra más floridos del álbum, y en su mutua ilación arman el clímax definitivo del repertorio Bajo el místico título de ‘We Are One’ surge la canción que cierra el álbum, una balada sinfónica propia de la vieja escuela de THE MOODY BLUES, con algunos toques de la faceta lírica de PINK FLOYD y de los YES pre-71; aparte del uso de algunos sobrios quiebres rítmicos que se emplea en algunos parajes estratégicos, el bosque sonoro de esta canción se centra en una introspectiva calidez, la cual es acogida mayormente por las capas de órgano sobre las que se sustentan las líneas vocales de Evans. El fantasma de KEVIN AYERS vuelve a flotar como una brisa fuerte en su canto. Todo esto fue lo que se nos brindó en el repertorio de “The Earth Years”, un disco muy bonito que sabrá mantener a los MAGIC BUS como figuras centrales dentro del retro-prog británico de nuestros días.




Tuesday, July 28, 2020

ARTAUD y el encantamiento de las flores artificiales




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Volvemos al intenso y mudable cosmos musical del ensamble de rock experimental peruano ARTAUD para presentar su más reciente trabajo fonográfico, el cual se titula “Campo De Flores Artificiales” y fue publicado a mediados del pasado mes de abril en el blog de Bandcamp de este proyecto dirigido por Erick Baltodano, en formato virtual. También aparece en el blog de Bandcamp de Discos Astromelia, siendo así que la edición física de este ítem está programada para el próximo mes de octubre. Se trata de un disco registrado durante un concierto de esquema multimedia que tuvo lugar en algún momento del pasado año 2019 en el Teatro Limbo Astral (donde antes estaba el Cine Ayacucho), el mismo que incluía, aparte de la música ejecutada por los integrantes del ensamble en ese momento, proyecciones fílmicas, recitaciones de poemas y performances de tenor teatral. Entrando en más detalles, aparte de Baltodano a la guitarra, integran el ensamble actuanteen esa ocasión Franz Raido Núñez [guitarra], Boris Baltodano [bajo]. Pedro Fukuda [batería], Silvana Tello [Theremín], Ale Borea [percusión, efectos y voz] y Sebastián Quispe [teclados]. También hay una aparición especial de Camilo Uriarte a la guitarra, mientras que Santiago Vera ofrece recitaciones de sus poemas Esos procesos demoran, Variaciones de un texto para leer, cantar, mirar y contar, Fuentes del derecho y Fuera de precio. Tras grabarse este registro, el mencionado Uriarte se hizo cargo de los procesos de mezcla y masterización mientras compartía con Erick la labor de producción. En cuanto al diseño gráfico, éste estuvo a cargo del propio Erick Baltodano.  



El repertorio de este álbum consiste en dos piezas de amplio desarrollo, uno que dura casi 29 minutos y otro que dura poco más de 28 ¼ minutos. El primero se titula ‘Sketches De Oaxaca / Noches De Xochimilco / Alice Coltrane Flota En Toluca Lake’. La primera instancia se desarrolla dentro de un enfoque avispado y ágil donde lo machacón y lo onírico se conjugan fluidamente dentro de una festiva mezcla de space-rock y krautrock a lo NEU! Poco a poco, el frenesí de la batería y los ornamentos computarizados van incrementando su intensidad en aras de que el bloque sonoro concrete una especie de exultante ascenso espiritual, hasta que llega el momento de parar un poco las cosas y llevar lo lisérgico a un paraje deconstructivo. Es en este momento que las cosas viran hacia un ambiente misterioso, casi solipsista, un momento de exploraciones aleatorias que se meten a plenitud en el flujo de la psicodelia free-form. En este momento, las parcas notas de la guitarra y la sutil gracilidad del bajo van tanteando el armazón desde el cual habrá de emerger la siguiente sección, y es aquí donde el reacomodo de la sección rítmica proporciona una estrategia inspirada en el free jazz mientras que los efectos de guitarra y de teclado asientan una ambientación de psicodelia ensoñadora. Tenemos aquí algo así como un híbrido entre la faceta introspectiva de ASH RA TEMPEL, los PINK FLOYD de la fase 68-71 y la etapa de los cinco primeros años de POPOL VUH. A pesar de que el recubrimiento del esquema sonoro en curso es patentemente sombrío en la forma, el trasfondo es más bien reflexivo, con lo cual se ahuyenta cualquier peligro de tensión oscurantista. Mientras el jam avanza, va aumentando de forma contenida el potencial vigor rockero de los instrumentos en su interacción, lo cual se traduce en la concreción de una mayor densidad mientras la atmósfera central se preserva coherentemente. El frenesí inicial ha dejado camino libre a la introspección y a las cavilaciones enigmáticas. Poco antes de llegar a la frontera del minuto 21, las cosas vuelven a intensificarse, esta vez con un despliegue de neurosis agitada y electrizante donde se recupera parte de las vibraciones extrovertidas de la primera sección, a la par que se explora recursos de creciente densidad a fin de remodelar la introspección precedente con renovadores aires de luminosidad. Una vez que asume una mayor soltura el potencial de garra rockera que está flotando en el aire, el grupo desarrolla una mezcla de músculo y donaire hasta llegar a una efectiva coda de carácter lánguido. Fenomenal, realmente fenomenal esta primera mitad del disco.    

El segundo viaje musical es ‘Popular Y Porvenir’, y es aquí donde hay algunas intervenciones vocales bajo la modalidad de recitación. A poco de instalarse un complejo groove de percusiones, guitarra, bajo y teclado, un poema nos confronta con los aspectos más indefinidos de la presencia y la movilidad de la personalidad humana. Mientras tanto, el ensamble arma una mezcla de psicodelia progresiva, acid-folk y exploraciones de formas libres, algo muy a tono con las herencias krautrockeras de AMON DÜÜL II y ASH RA TEMPEL. Una serie de cadencias reconocibles se va asentando mientras un segundo poema sobre las circunstancias del fortalecimiento de la propia identidad va enriqueciendo el sendero sonoro a través del cual van caminando y dialogando los instrumentos dentro de su bien amalgamada cohesión estructural. Un tercer poema que relata el contraste entre el acto propio de existir y la conceptualización de la existencia abre paso a una sección instrumental serena y lírica, marcada por una belleza sosegada cuyas principales fuentes melódicas son marcadas por las flemáticas y estilizadas intervenciones del sintetizador en compañía de precisos toques de guitarra y bajo. Otros recursos sónicos provistos por la guitarra, el canto y el Theremín generan retazos abstractos de mágica ensoñación, los mismos que evocan un paisaje propio de las últimas horas del atardecer. Es allí que la batería resurge para establecer un tenue swing jazzero, siguiendo la pista del piano eléctrico. Lo que suena ahora es un híbrido de TORTOISE y GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR, más algunos toques de jazz-prog. Muy a tono con la nueva atmósfera musical, la nueva recitación evoca el poder del ensimismamiento mientras el bloque instrumental se va disgregando poco a poco. La noche ha llegado y su manto negro despliega estrellas marcadas por ásperos efectos electrónicos que quiebran, en los segundos finales, el sosegado silencio que había sido paulatinamente conquistado. Si en la primera suite se dio un fastuoso despliegue de viajes instrumentales donde los recursos de la diversa paleta sonora estaban al servicio de la capitalización de las atmósferas predominantes en cada sección, la segunda sección está focalizada en la elaboración de texturas y dinamismos un poco más fluidos, teniendo en cuenta que las recitaciones mismas invitan a algo un poco más introspectivo. 

Todo esto es lo que el personal de ARTAUD gestó en ese magnífico recital que ahora queda registrado en “Campo De Flores Artificiales”: el despliegue musical aquí plasmado es un vigoroso y ecléctico ritual de encantamiento psicodélico que marca un paso importante para el continuo desarrollo de la generación actual del rock experimental peruano.


Muestra de “Campo De Flores Artificiales”.-
Sketches De Oaxaca / Noches De Xochimilco / Alice Coltrane Flota En Toluca Lake:

Monday, July 27, 2020

El catálogo de residencias terrenales de ARTAUD




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos el enorme agrado de presentar el segundo disco del ensamble de rock experimental peruano ARTAUD, y lo hacemos con cierta demora porque este álbum en cuestión data de inicios de noviembre del pasado año 2019, habiendo sido publicado por el sello nacional Astromelia Records. De por sí la edición es muy exuberante, con formato de gatefold e incluyendo tanto una serigrafía como un póster pequeño. Se titula “Residencia En La Tierra” y supone un paso adelante en cuanto al manejo más férreo y más versátil de las estructuras musicales osadas y enérgicas que el líder de este ensamble, el guitarrista Erick Baltodano, tiene proyectadas para el mismo. Se trata, en palabras del propio Baltodano, de un disco conceptual “sobre 6 experiencias humanas de hoy para conservar o eliminar en el futuro”. Para esta ocasión, el personal de ARTAUD incluyó al líder guitarrista Erick (quien toca también algunas partes ocasionales de teclado), el bajista Boris Baltodano, el guitarrista Tomás Orrego, la teclista Patricia Saucedo y el baterista-percusionista Israel Tenor. Entre los colaboradores, el más presente es Camilo Uriarte, quien se hace presente en 5 de las 6 piezas del álbum, ya sea a la guitarra, al bajo o al teclado. Otros colaboradores son Nuria Zapata (voz), José Morón (voz), Silvana Tello (Theremín), Chiara Rizo Patrón (violín) y Victoria Guerrero (voz). El repertorio contenido en “Residencia En La Tierra” fue grabado en Eco Estudio, siendo así que Erick se encargó de los procesos de mezcla y masterización. Él y Uriarte dirigieron el proceso de producción. Hay un poema del maestro chileno PABLO DE ROKHA titulado Canto del macho anciano que engalana al disco, siendo así que sus primeras líneas proclaman: “¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo? / Porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, / lo quisimos todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos, / las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego; / y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, ataúd por ataúd, / desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo abajo, / vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo / el derrumbamiento general, calculándolo, a la sordina, / y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad.” Se puede ver en estas palabras un manifiesto sobre el espíritu que atraviesa al disco que ahora reseñamos, un espíritu que va y viene de lo espectral a lo efusivo. Bueno, veamos ahora los detalles de “Residencia En La Tierra”.             



‘La Noche Boca Arriba’ da inicio al álbum con una primera instancia marcada por cortantes ornamentos sigilosos, los cuales parecen exorcizar algún tipo de oscurantismo, pero una vez instalado el cuerpo central, nos topamos con un lánguido groove psicodélico envuelto por una atmósfera donde se cruzan el krautrock guitarra-céntrico y el post-rock. Dentro del bloque sonoro general, una guitarra crea fraseos flotantes mientras la otra sustenta las bases armónicas del jam, siendo así que el bajo se pasea entre ambas con valiente autoafirmación. La pesadez reinante hace sentir su esplendor majestuoso a lo largo y ancho de su inquietante parsimonia. Sigue a continuación ‘Cruzando El Agua’, una pieza diseñada para reconstruir el  músculo surrealista del tema de inicio para llevarlo a un camino incendiario de llamas avasalladoras. Juntando los paradigmas de HAWKWIND y de CAUSA SUI sobre un swing machacón, las guitarras hilan sus propios desafíos particulares con un nervio contundentes y un dinamismo virtuoso. Durando casi 9 ½ minutos, ‘Berlín’ emerge como uno de los momentos más señorialmente climáticos del álbum. Todo comienza con una recitación femenina acompañada por fraseos sutiles de piano eléctrico, y cuando ya se arma el bloque instrumental entero, el ambiente evocador adquiere una garra renovadora mientras se explaya generosamente sobre un swing lento y cándido. Lo que suena aquí es como un híbrido de los PINK FLOYD de fines de los 60s, AGITATION FREE y los primeros discos de MOGWAI, a la par que establece vasos comunicantes con los paradigmas de RED KITE y ELECTRIC ORANGE. La aspereza combativa de la poesía de la narradora hace un efectivo contrapunto al talante contemplativo exhibido por el enfoque instrumental, aunque ésta está muy lejos de ser sereno; mientras su fuerza expresiva impulsa un crescendo de su punche, se gesta una desafiante mezcla de tensión y densidad. Ella es Victoria Guerrero y el poema, titulado igual que la pieza, es de su autoría. Cuando todo este esplendor rockero surrealista se apaga, el piano eléctrico vuelve a ser el único instrumento actuante, invitando al reposo definitivo. Todo un cénit del álbum.                               

‘Odas Elementales’ es tal vez la pieza con más gancho del álbum, contando con un swing muy grácil elaborado por la dupla rítmica mientras las guitarras arman una multitud de capas luminosas exuberantes en su penetrante y vehemente vivacidad. Las huellas de GURU GURU y THE COSMIC JOKERS se hacen sentir mientras la imponente extroversión en curso empuja a los instrumentos a llenar espacios con rabiosa agudeza. La coda minimalista de teclados establece un efectivo contraste sonoro donde se nos invita a la introversión, una calma etérea tras el fragor sonoro causado por la fusión de tierra y fuego que había marcado al cuerpo central. Otro cénit del álbum, no nos cabe duda. Cuando llega el turno de ‘Magnetizado’, el grupo regresa al entusiasmo muscular y cósmico de la segunda pieza tras un preludio volátil; ahora la táctica consiste en explotar el potencial de riqueza expresiva a partir de un motif muy sencillo a fin de que el bloque instrumental pueda asentar cómodamente su neurótico moto perpetuo. Esta nueva proyección hacia un vitalismo aplastante se explaya cómodamente en su entusiasta rotación sobre su propio eje. Durando casi 16 minutos, ‘Concierto Final’ honra su propio título cerrando el repertorio de “Residencia En La Tierra”, y lo hace a lo grande, con una hidalguía feroz y colosal. Los aires belicosos que se respiran desde la primera instancia comienzan con un tenor surrealista y onírico, pero poco antes de llegar a la frontera del cuarto minuto, la ingeniería sonora se alimenta del empuje propio que tiene el caos controlado desde el cual se dirige la amalgama de instrumentos. Todo esto suena a una cruza entre MAUDLIN OF THE WELL y THE PAX CECILIA. Los exorcismos rabiosos de Morón (autor del poema que él mismo recita) exhiben una fiereza desenfrenada mientras que las intervenciones del violín ayudan a completar el cuadro de vibrante oscurantismo con el se arma la ingeniería sonora. Dentro de estas pautas de delirio infernal, la batería se suelta para dialogar frontalmente con los guitarreos y, de paso, emplazar el terreno de angustia y tanática catarsis sobre el cual se asienta el cuerpo central de la pieza. Si todas las piezas precedentes habían contado con un enfoque reconocible en sus grooves y ambientes, esta última pieza se centra en crear una atmósfera monumentalmente amenazadora. Una interesante manera de poner punto final al álbum.   

Como dijimos en el primer párrafo, el material contenido en este álbum es un catálogo de residencias musicales donde el personal de ARTAUD y sus colaboradores ocasionales proyectan un enfoque particularmente férreo y versátil para su ideario de rock experimental ecléctico. “Residencia En La Tierra” es una obra muy relevante para entender la creativa ebullición estética que late continuamente en el underground peruano.


Muestras de “Residencia En La Tierra”.-
Odas Elementales:  https://artaud.bandcamp.com/track/odas-elementales       
         

Friday, July 24, 2020

THE BREATHING EFFECT: música para una fotosíntesis progresivamente moderna



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión tenemos el nuevo disco del grupo estadounidense THE BREATHING EFFECT, el cual se titula “Photosynthesis” y fue publicado el día 27 del pasado mes de marzo. Este proyecto está armado por un dúo de músicos afincados en Los Ángeles, California, quienes son Eli Goss [voz, sintetizadores, guitarras eléctrica y acústica, efectos, programación de ritmos] y Harry Terrell [batería, percusión, bajo, sintetizadores, guitarras eléctrica y acústica, coros]. A lo largo del repertorio de “Photosynthesis”, el dúo cuenta con las ocasionales colaboraciones de Andy McCauley (bajo), Moki Kawaguchi [teclados], Alec Santamaria (violín y viola) y Tal Katz (cello). Se trata del tercer disco de estudio de este dúo, que debutó con un EP homónimo en el año 2014, y también tiene un disco en vivo en su curriculum vitae“Live At KXLU 88.9 FM 12.7.17” (publicado en febrero de 2018). Este dúo practica un art-rock ecléctico donde lo sinfónico, lo electrónico, el jazz-rock y el aspecto intimista de la experimentación psicodélica se conjugan con impoluta fluidez; el esquema sonoro resultante de la suma y la integración de todos estos ingredientes se traduce en algo refinado e intenso a la vez. Hemos descubierto a este grupo por vía de este disco y estamos convencidos de que vale la pena explorar toda su discografía. “Photosynthesis”, aparte de estar disponible en el blog de Bandcamp del dúo, también cuenta con una edición limitada en vinilo por vía del sello Alpha Pup Records. 


La pieza homónima abre el álbum con un espacio de poco menos de 2 ½ minutos, desarrollando una especie de minueto bucólico donde la guitarra acústica asiente grácilmente el centro temático bajo el ropaje de flotantes y sutiles orquestaciones de sintetizador. La dupla de ‘Echo Mountain’ y ‘Heliotrope’ abre rumbos para expansiones musicales más ambiciosas, las mismas que el dúo resuelve con gratificantes dosis de colorido y versatilidad. En efecto, la primera de estas canciones desarrolla una estupenda mezcla de sinfonismo y jazz-prog para que el desarrollo melódico se exprese con un suave fulgor cristalino. Los efectos cósmicos de sintetizador ornamentan dicho desarrollo melódico con relativa sutileza: una eficacia relevante sin tener que recurrir a lo rimbombante. Por su parte, ‘Heliotrope’ establece una mezcla instrumental de psicodelia progresiva y nu-jazz donde es ya el teclado y no la guitarra acústica quien tiene el rol predominante en el armado del núcleo temático. Es aquí que el dúo se explaya solventemente en su faceta más contemplativa, siendo así que el esquema sonoro creado para la ocasión combina el flujo calmo de un gentil riachuelo y la vivacidad etérea de la brisa de aire primaveral. Tenemos en esta dupla un decisivo cénit múltiple del álbum. ‘Blue’ suena como una balada perdida de los PORCUPINE TREE de la fase 1996-2000 que ha sido remodelada por la banda compatriota PERIDONI bajo la dirección de RADIOHEAD: una expresión de melancolía azuzada por una fogata celestial, un canto desde dentro que asciende hacia las estrellas. La función de ‘In The Morning’ es la de ahondar en esa melancolía para exhibir un preciosista ejercicio de psicodelia electrónica sobre un groove programado de tenor jazzero. Nos parece que esta canción tiene un gancho especial que pudo ser explotado más allá del espacio de 3 ¾ minutos que le otorgó el dúo, pero es que ahora llega el turno de ‘Shapes That Change Shape’. Esta sexta pieza del álbum conforma otro momento culminante del álbum al desarrollar intensas exploraciones space-rockeras con amplio predominio de los teclados y su manera tan progresivamente funcional de hacer fluir el espíritu moderadamente sofisticado de su desarrollo temático, plenamente centrado en la creación de ambientaciones cibernéticas. 


‘Glass Dance’ cumple con la misión de retornar a la ambientación central de ‘Heliotrope’, realzando un poco más la intención de plantear un esquema musical sofisticado mientras preserva esa aureola espacial tan convincente. Acto seguido, ‘Lavender’ – pieza que dura alrededor de 3 ½ minutos, al igual que la precedente – nos muestra al dúo volviendo a su faceta bucólica. Esta balada acústica nos remite a un encuentro entre el estándar de los MARILLION del nuevo milenio GENESIS y la faceta introvertida STEVEN WILSON. El canto es lírico y frágil, lo cual ayuda bastante a realzar el talante persistentemente intimista de la canción. ‘Goodnight, I Love You’ se encarga de exhibir una nueva vuelta de tuerca a la faceta más experimental del dúo, y esta vez notamos que hay una exploración particularmente sesuda de elementos abstractos. No opera aquí un núcleo temático per se sino una atmósfera sideral que apunta hacia un híbrido entre los TANGERINE DREAM de la primera mitad de los 80s y la vertiente electrónica del jazz contemporáneo. Durando poco menos de 5 ¼ minutos, ‘Memory Sequence’ cierra el álbum explorando el territorio sónico y emocional que ya se había plasmado anteriormente en ‘In The Morning’, con la ventaja de que ahora cuenta con mayor espacio para las expansiones de su curso temático y el reforzamiento de su ingeniería nuclear, tanto en los arreglos de teclados como en su groove. Hay un dinamismo patente aquí que permite a la pieza tener un brillo particular, pero también se nota claramente que late una fuerte inquietud en el canto. Un gran cierre para un disco muy bueno que nos sorprende con su manera de plantear un modernismo refrescante para el ideal del rock artístico. Toda una labor de meticulosa de artesanía en vidrio progresivo resultó ser “Photosynthesis”, pero que conste que el grupo ha seguido produciendo nueva música a lo largo del año. En efecto, poco más de un mes después de la publicación de “Photosynthesis”, el grupo grabó un repertorio de 17 breves piezas bajo el título de “Solarpunk Playlist”, y un mes más tarde, con la inspiración de las recientes protestas raciales, hizo el EP “I’ve Never Seen The Northern Lights”. Con lo que hemos comentado sobre “Photosynthesis”, esperamos que haya quedado en claro cuál es la línea de trabajo ecléctica y modernizada que desarrolla la gente de THE BREATHING EFFECT para la escena progresiva de nuestros días. 



Muestras de “Photosynthesis”.-
In The Morning [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=yrYLPsyLMHY

Wednesday, July 22, 2020

El renovado código de activación de la propuesta musical de los alemanes ELECTRIC ORANGE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el nuevo trabajo discográfico de la banda alemana ELECTRIC ORANGE, una veterana entidad musical que se dedica a desarrollar una versión modernizada de krautrock y psicodelia desde inicios de los 90s, siendo así que su álbum de debut, titulado al igual que la banda, data del año 1993. A fines del pasado mes de junio, con la alineación cuatripartita de Dirk Bittner [guitarras eléctrica y lap steel, voz, percusión y samplers], Dirk Jan Müller [órgano Hammond, sintetizadores Mini-Moog y NYX, y vocoder], Tom Rückwald [bajo, contrabajo y guitarra Drop] y Georg Monheim [batería, percusión y grifo de agua], el grupo ha publicado “Encoded”, el ítem de estudio #16 de su currículo. Se nota con este nuevo disco que los ELECTRIC ORANGE han recabado nuevas fuerzas para seguir creando y grabando piezas enérgicas e interesantes dentro de su bien delineado esquema sonoro, el cual tiene un epicentro retor-krautrock, pero también abraza elementos de space-rock y jazz-rock con talante psicodélico. De hecho, con el transcurrir de los años, el grupo no ha sufrido estragos en el desarrollo de su expresividad, lo cual explica cuán recurrentemente bien han sido recibidos sus discos producidos a lo largo de la segunda década del milenio (“Netto”, “Volume 10”, “Misophonia”, “EOXXV”, que datan entre los años 2011 y 2017). Según nos parece, “Encoded” – disco que no llega a completar los 40 minutos de duración – merece igual consideración, y en tanto tal, promete ser un nuevo referente para la voz propia de los ELECTRIC ORANGE. Todo el material contenido aquí fue grabado en diversas sesiones realizadas en el año pasado e inicios del presente en el Studio Fleisch de Aachen, con la producción final completada en marzo y la ulterior masterización hecha por el mismísimo Eroc (el legendario baterista-percusionista de GROBSCHNITT) en su estudio The Ranch. Bueno, vayamos ahora a los detalles del repertorio de este disco. 

Con sus 8 ½ minutos de duración, ‘Partial Encode’ abre al álbum estableciendo un groove llamativo y ágil sobre el cual la instrumentación organiza un motif recurrente donde el derroche de gracilidad y la elaboración de amables climas ensoñadores dictan la pauta para el jam central. Tenemos aquí un perfecto híbrido entre el STEVE HILLAGE de la época de “Green” y la faceta más etérea de los OZRIC TENTACLES de la primera mitad de los 90s: un ejercicio de space-rock evocativo con comedidas sensibilidades jazzeras. El rol sobrio asumido por la guitarra le permite centrarse en texturas y bases armónicas mientras las capas de sintetizador, los exorcismos de vocoder y la mesurada robustez de la dupla rítmica comparten el protagonismo en esta exhibición de luminosos climas cósmicos. ‘Low’, que dura menos de 3 minutos, sigue a continuación para establecer un conciso despliegue de densas capas etéreas marcadas por una espiritualidad abstracta, un poco al modo de un híbrido entre el ASH RA electrónico y los TANGERINE DREAM de la etapa 73-74. De este modo, el terreno está preparado para la emergencia de ‘Ekoshock’, pieza que nos lleva a los terrenos de THE COSMIC JOKERS y los AMON DÜÜL II de la etapa 70-72, mientras establece ciertas afinidades estilísticas con la banda compatriota SPACE DEBRIS. El escenario celestial que nos había pintado la pieza precedente cede el paso a otro un paisaje sonoro más intenso, el cual se sustenta sobre un swing tribal y un punzante manejo de los guitarreos. Estando casi siempre al frente del bloque instrumental, el órgano se encarga de preservar el núcleo central de las vibraciones oníricas sobre las que se concentra este excelente vuelo de krautrock bañado en las corrientes fluviales del acid-folk. Todo un cénit del álbum, no nos cabe duda. ‘Ghost In A Bag’ sirve para que el ensamble saque filo a sus más puras inquietudes rockeras bajo una aureola crepuscular, enfilándose hacia un híbrido de stoner y estándares Hendrixianos dentro de un esquema musical donde se cruzan el space-rock y el paradigma Floydiano de fines de los 70s. Las intervenciones vocales se inspiran en AMON DÜÜL II. Hasta este momento, el disco se ha movido muy bien a través de su enfoque ecléctico. 

Todavía quedan alrededor de 12 ¼ minutos de buena música, y este espectro temporal se inicia con la pieza titulada ‘Prawn’, la cual cumple con la función de retomar la remodelada influencia de THE COSMIC JOKERS sobre un esquema rítmico signado por neuróticas pulsaciones al modo de CAN y un dinamismo atmosférico al estilo de GILA. Hay algo muy llamativo en esta pieza que nos hace desear que se explayara más allá de los 3 ½ minutos de espacio que el grupo le reservó, pero para portar la última antorcha de fastuosidad sónica del disco está ‘Passage’. Ésta es la pieza más larga del álbum con sus casi 8 ¾ minutos de duración, y también es la encargada de cerrarlo. Su misión central es la de sintetizar los ambientes predominantes de ‘Ghost In A Bag’ y ‘Ekoshok’, gestando y desarrollando una estupenda mezcla de robustez psicodelia y mágica soltura acid-folk sobre un trasfondo krautrockero a lo AGITATION FREE. La elegante musculatura del esquema rítmico tribal y las agitaciones de la guitarra se dejan arropar por flotantes capas de teclado; éstas alternan momentos de sutileza con otros de absorbente densidad mientras el jam va asentando su propio terreno expresionista, incorporando algunos retazos fusionescos en algunos pasajes estratégicos. A fin de cuentas, esta pieza aportó el cénit definitorio para el repertorio.... y bien, todo esto es lo que se nos ofreció en “Encoded” de parte del personal de ELECTRIC ORANGE. Hemos gozado de una exhibición de sólidas estrategias progresivas que dan vida nueva a los inmortales arquetipos del space-rock y el krautrock. Tal como señalamos en el primer párrafo de la presente reseña, este grupo demuestra que todavía es dueña legítima de su posición señera dentro de la psicodelia progresiva europea de nuestros tiempos.   



Muestras de “Encoded”.-

Monday, July 20, 2020

Híbridos y demonios bajo la óptica de COMBAT ASTRONOMY



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy tenemos en nuestras manos el nuevo ítem fonográfico del ensamble estadounidense de vanguardia radical COMBAT ASTRONOMY, el cual se titula “Ahgmat” y fue publicado a inicios de mayo último. Fundado poco antes del arribo del nuevo mileno por el multiinstrumentista británico residente en los EE.UU. James Huggett (especialista en bajo, pero también experto ejecutante del sintetizador, la guitarra, y liberal manipulador de secuenciadores y efectos electrónicos diversos), ahora COMBAT ASTRONOMY  opera como un proyecto solista más que como un ensamble propiamente dicho porque, en este nuevo disco, Huggett es el único músico. De hecho, fue así como comenzó COMBAT ASTRONOMY, pero en varios de sus discos más relevantes operó como dúo (“Kundalini Apocalypse”, 2013), trío (“Time Distort Nine”, 2014) cuarteto (“Symmetry Through Collapse”, 2017) y quinteto (“Flak Planet”, 2011). Huggett vuelve a su rol originario como creador de todos los recursos sonoros, estando acompañado solamente por la cantente Kelli Denoyer en el último tema del álbum. El resultado general de esta logística empleada para la gestación y la producción “Ahgmat” conlleva un énfasis renovador de la faceta más aguerrida y contundente de la siempre aventurera misión musical que ha venido desarrollando COMBAT ASTRONOMY desde sus inicios (en el inicio de este mismo milenio). Se trata de una de las obras más breves de este proyecto, con sus poco más de 37 minutos de duración; fue grabada, mezclada y masterizada en el Studio Zond y publicado por el sello ZOND, ambos de propiedad de James Huggett. Por ahora, este nuevo disco solo es accesible por vía de descarga digital desde el blog de Bandcamp de COMBAT ASTRONOMY: vayamos ahora a los detalles del repertorio contenido en él.


Los cuatro primeros temas del álbum rondan entre los poco más de 5 ½ minutos y 7 ¼ minutos de duración. El primero de ellos se titula precisamente ‘Ahgmat’ y su misión es la instaurar un grandilocuente ejercicio de vigor rockero desde el cual se impulsa un gancho excitante y, a la vez, sombrío. El predominio del compás de 5/4 y las emergencias de pasajes en 7/8 que se combinan con otros en un frontal 4/4 no impiden que el núcleo temático de la pieza, centrado en una mezcla de punk-jazz, pesadez Crimsoniana y RIO a lo MASSACRE, ostente una magia cautivadora. El brío aparentemente sencillo con el que el cuerpo central arma la sofisticada rotación en torno a su propio eje se alimenta eficazmente de la agilidad con la que se maneja las complejas variantes rítmicas en curso. Tras este impactante inicio de álbum sigue ‘Hybrids’, que cumple con la función de llevar el frenesí neurótico y extrovertido de la pieza homónima hacia una dimensión de culminante oscurantismo, acercando así el parentesco del bloque sonoro a la faceta más machacona del punk-jazz. También notamos algunos ligeros coqueteos con el math-rock. Si ‘Aghmat’ fue un clímax de furioso fulgor, ‘Hybrids’ se erige como un culmen de punzantes inquietudes y espeluznantes nervios. La coda cibernética le da un dramático viraje modernista al asunto. Cuando llega el turno del tercer tema del disco, el cual se titula ‘Strange Rebels’, el bloque sonoro se dedica a reformular los trazos y grooves de la pieza titular dentro de una estrategia más directa, cercana a línea de trabajo de unos SHINING mientras establece vasos comunicantes con una modalidad “pervertida” de stoner, así como con el prog muscular de unos ZEVIOUS. Definitivamente, el encuadre sonoro de COMBAT ASTRONOMY bajo estas nuevas circunstancias nos lleva a terrenos muy diferentes a los que fueron explorados y mapeados en los tres últimos discos, siendo así que esto nos remite más cercanamente a los idearios plasmados en “Dreams No Longer Hesitate” (2008) y “Earth Divided By Zero” (2010), pero con un rol mucho más matizado para la bizarra exuberancia del avant-jazz; aquí se da prioridad a la pesadez y la densidad de la garra rockera dentro de un croquis sistemáticamente vanguardista.

 
‘Curving Tapes’ se enfila hacia una acidez frontal y machacona que se emparenta con ‘Hybrids’ mientras establece más recursos de belicoso oscurantismo. Ahora tenemos una directa afirmación de lo tétrico como fuente enérgica de la hoguera en torno a la cual danza un aquelarre de brujas dispuestas a cazar víctimas para su próximo ritual de sacrificio. La táctica de furia incendiaria a la que ya nos hemos acostumbrado en lo que llevamos del álbum se torna ahora celebratoria, por no decir perturbadoramente jovial.  Los últimos 12 minutos y pico del repertorio están ocupados por ‘Everything Is A Demon’: el final llega con el tema más extenso. Tal como dijimos más arriba, interviene Kelli Denoyer en la voz, siendo así que sus soliloquios aparecen rigurosamente filtrados por efectos electrónicos. En realidad, Huggett se ha reservado para esta única ocasión el armado de conexiones estilísticas con la adustez abstracta que marcó las rotaciones sonoras de los tres discos precedentes (
“Time Distort Nine” y “Kundalini Apocalypse”, especialmente), siendo así que lo cibernético y lo mecanicista asumen el decisivo control en el diseño y el desarrollo del cuerpo central. En cierto sentido, el enfoque sonoro ahora empleado ha renunciado a la furia rockera de las piezas precedentes como núcleo estratégico para trasladarlo al rol de ornamento secundario dentro de la expresión de vitalismos solipsistas y enigmáticos que se ubica en el centro temático. Repetitivo como es, el motif central sabe mantenerse bajo un aura hermética y motivar sutiles subterfugios evocadores hasta el momento final del fade-out: la majestuosidad que casi siempre fue forjada en fuego ahora se explaya en soplos incesantes de aire que chocan continuamente con gigantes de metal. En conclusión, este catálogo de nuevos híbridos y demonios que firma COMBAT ASTRONOMY bajo el título de “Ahgmat” supone un paso nuevo e interesante para la vanguardia radical estadounidense. El maestro Huggett nos ha brindado una experiencia desafiante y elevada para la preservación del ideal de la música como arte de la exploración y la experimentación, enfocada en torno a inspiraciones basadas en la aceleración y la ansiedad propias de la vida moderna... ¡Y le damos las gracias por eso!   



Muestras de “Ahgmat”.-

Saturday, July 18, 2020

Elevada expedición de KAWABATA, PINHAS, MUJICA, PEREIRA y HIGASHI



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la ocasión de presentar un trabajo muy significativo que se gestó a partir de la asociación de maestros vanguardistas de varios países: el francés RICHARD PINHAS, los japoneses MAKOTO KAWABATA y HIROSHI HIGASHI, y los peruanos MANONGO MUJICA y JUAN LUIS PEREIRA. El disco se llama “Alturas” y fue registrado en noviembre del año 2017 en el contexto de una situación muy activa dentro del ámbito cultural limeño. Resulta que en aquel entonces, la capital peruana albergaba la séptima edición del festival de música experimental Integraciones, la cual resultaba muy especial porque en ella coincidieron el maestro PINHAS y el grupo japonés ACID MOTHERS TEMPLE. En confluencia con este festival, tuvo lugar un minifestival llamado Radiación 2 donde ambas luminarias compartían cartel con bandas nacionales. Aparte de que el mencionado grupo japonés cerraba a lo grande el evento, tuvo lugar una sensacional sesión de dos improvisaciones expansivas a cargo del trío de KAWABATA, PINHAS y MUJICA. No solo eso: PINHAS se quedó unos días más en Lima para seguir ofreciendo recitales como parte de asociaciones de improvisación. Momentos gloriosos e inolvidables que ahora tienen su correlato fonográfico concreto con la publicación de “Alturas”. La logística instrumental se distribuye aquí de la siguiente manera: KAWABATA [guitarra y efectos], PINHAS [guitarra y efectos], MUJICA [batería, semillas y percusión india], PEREIRA [pututo, moceño, toyo, violindo y charango] e HIGASHI [sintetizador]. 

La ‘Introducción’ nos ofrece un minuto y cuarto de ondulaciones y retazos guitarreros sobre un trasfondo de ornamentos percusivos cáusticos, lo cual asienta el terreno para la inmediata emergencia de ‘Campanas’. Esta pieza comienza con el asentamiento de una atmósfera minimalista de cierto tenor tenebroso, aunque lo más predominante es la nocturnidad solipsista. Poco a poco, todo se va inundando de una densa y mágica luminosidad merced a la expansión de los flotantes recursos guitarreros y los aportes abstractos de las percusiones y vientos exóticos, siendo así que las maniobras del sintetizador sostienen y aumentan dicha magia con sobria sutileza. En algún momento, las maderas andinas salen al frente gestando aleteos de esplendor grácil en medio de la densidad reinante, antes de que el epílogo nos regresa a la atmósfera inicial. El breve ‘Intermedio’ (dura menos de 2 ¼ minutos) consiste en un etéreo juego de sonoridades enmarañadas dentro de un encuadre situado entre lo angelical y lo sombrío, siendo así que la batería cumple un rol muy sigiloso que, de alguna manera, sirve como preludio para el siguiente tema. En efecto, cuando llega el turno de ‘Andina’, el ensamble elaborara una ambientación más extrovertida y recia, realzando el potencial filudo de la psicodelia en su faceta más oscura mientras la batería prepara un ritmo propio de las danzas andinas. Es todo un placer disfrutar del diálogo que se produce entre las dos guitarras mientras la batería exhibe su ejercicio más festivo de todo el disco: es en torno a esta dupla que el bloque global juega durante poco menos de 3 minutos. ¡Es una pena que esto no dure más! ‘Súper Andina’ es el vuelo musical más prolongado del disco con sus 10 ¾ minutos de duración. Explorando más a fondo los recursos etéreos y tensos de las dos piezas precedentes, el ensamble se focaliza seriamente en la edificación de un crescendo de inquietas tensiones y abstractas estrategias anárquicas donde la lógica de la deconstrucción instaura su imponente reinado. Solamente en el último tercio se arma un groove reconocible y éste es aguerridamente machacón al inicio, pasando a algo más cadencioso al final: lo que sucede a través de él es un encauzamiento del vitalismo misterioso que había signado a toda la pieza.    

La última pieza del repertorio es ‘Charango’ y ofrece, en cierta medida, una propuesta de contraste frente al ambiente predominante de la pieza anterior. Ahora opera aquí algo más relajado e introspectivo, aunque sin abandonar la densidad psicodélica; de hecho, laten muy fuerte vibraciones sonoras emparentadas con el krautrock de exploraciones lisérgicas en atmósferas de base folklórica. El groove armado por la comunión de charango y batería recupera el factor fusionesco mientras las flotantes amalgamas de las dos guitarras y el sintetizador crean un horizonte cósmico robusto. Este último instrumento, en particular, opera simultáneamente como contrapunto a y como complemento del esquema rítmico andino creado para la ocasión; a partir de ahí, los dos guitarristas dan rienda suelta a sus vuelos que se hermanan de una manera surrealista. Atención a los acentos líricos que emergen en algunas intervenciones de KAWABATA. Esto es un ejercicio lúcido y contundente de renovación de los discursos de AMON DÜÜL II y ASH RA TEMPEL (primer álbum) con un añadido toque de tenso nervio propio del space-rock. Como balance general de lo que se nos ha brindado a lo largo del repertorio de “Alturas”, podemos concluir que el colectivo de los maestros KAWABATA, PINHAS, MUJICA, PEREIRA y HIGASHI ha exhibido la lozana brillantez de la sinergia creativa que tuvo lugar en esta sesión recogida a fines del año 2017. Por lo pronto, tenemos en la red estos seis temas; recién conoceremos el resultado total de esta comunión de fuerzas sónicas cuando se publique físicamente el álbum. De hecho, el sello peruano Buh Records espera que no  pase mucho tiempo antes de que “Alturas” tenga concretada su edición en vinilo; se calcula que eso puede tener lugar a mediados de setiembre próximo, pero por ahora, desde el pasado 8 de mayo, está disponible virtualmente desde el blog de Bandcamp del susodicho sello fonográfico. Este ítem es muy recomendable para los genuinos amantes de la idea de la música progresiva como aventura radical. 


Muestras de “Alturas”.-
Charango: https://buhrecords.bandcamp.com/track/charango

Thursday, July 16, 2020

RAHMANN: el encuentro del avant-prog y el jazz-fusión a fines de los 70s


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se nos ocurrió hacer una retrospectiva sobre el grupo franco-argelino RAHMANN y su único disco homónimo, publicado en el año 1979, y que es recordado por los más ávidos coleccionistas de rock y jazz experimental como un ejemplo perfecto del tipo de color musical que se puede crear cuando se hace el cruce de prog vanguardista y jazz-fusión con energía, talento y convencido espíritu aventurero. RAHMANN es uno de los más impresionantes tesoros escondidos de la vanguardia francesa de los 70s, y en su propuesta musical, el aspecto argelino funda el concepto y lleva la voz cantante. No es de extrañar, pues, que su esquema estético se oriente entusiastamente por la vertiente fusionesca de la experimentación jazz-rockera, pues ésa es la ocasión idónea para trasladar las herencias musicales nor-africana y musulmana al lenguaje ecléctico de tendencia europea. Mahamad Hadi y Amar Mecharaf, colegas en esto de la creación musical desde sus tiempos de tierna juventud, formaron parte de diversas bandas y proyectos a lo largo de los primeros 70s mientras iban aprendiendo y asumiendo influencias de HENDRIX, SANTANA, JOHN COLTRANE, KING CRIMSON, ZAPPA, MAGMA, el prog de línea Canterbury, etc.. Finalmente, en setiembre de 1975, RAHMANN se formó como una entidad musical concretada con todo este bagaje de años de aprendizaje, aunque el grupo tuvo que esperar hasta 1979 para ver concretado un proceso de grabación, y a partir de allí, tener publicado su disco homónimo, su único aporte al mercado fonográfico. Prévost, integrante de ZAO, llegó a ser miembro permanente del grupo durante sus últimos años de existencia, y además, con la participación invitada del violinista Didier Lockwood (MAGMA, CLEARLIGHT, GONG, y también ZAO) y el enfoque cuasi-Zeuhliano del teclista Michel Rutigliano, se garantiza la fuerte presencia de la dimensión vanguardista en el foco fusionesco predominante en el enfoque sonoro de la banda. Yendo a lo estrictamente formal, la alineación de RAHMANN en la elaboración de este disco estuvo conformada por Mahamad Hadi [guitarra eléctrica, guitarra-sintetizador, guitarra acústica sin trastes, oud, bouzouki y snitra], los antes mencionados Prévost [bajo eléctrico sin trastes y contrabajo] y Rutigliano [pianos de cola acústico y eléctrico, y sintetizador ARP Odyssey], Louis César Ewandé [percusión] y Amar Mecharaf [batería y percusión]. La lista de invitados ocasionales del grupo incluye a las vocalistas Lisa Bois (bajo su apodo de entonces Lisa Deluxe) y Nadia Yamina Hadi; el mencionado violinista Lockwood; Joël Loviconi, al piano eléctrico; Marc Sylvain, al bajo sin trastes; Richard, al ney; Gérard Kurdjian, a las tablas, y; Abdelmadjid Guemguem, a la darbuka. Los seis temas que forman parte de “Rahmann” fueron grabados en diversas sesiones entre febrero de 1977 y mayo del año siguiente, en el Ramses Studio de París. Un proceso lento de posproducción, inconstantemente seguido por la sucursal francesa de Polydor en asociación con el pequeño sello francés Ramses, al fin y al cabo, rindió frutos en el año 1979, pero también fue algo que agotó a la banda, hasta el punto que la misma se disolvió poco después de ver cumplido su sueño de tener un ítem oficialmente publicado en el mercado. 


Veamos ahora los detalles específicos del repertorio de “Rahmann”. ‘Atlanta’ da inicio al disco a punta de swing dinámico y colores patentemente exóticos pintados con fina sobriedad. Si obviáramos la ausencia de percusiones tonales y de grandes florituras de guitarra eléctrica, bien podría haberse tratado de un tema de GONG de la etapa dirigida por el maestro Pierre Moerlen (especialmente, el “Gazeuse!”). Basta con la recurrente línea básica a dúo entre el sintetizador y la voz femenina y los gráciles ornamentos del ney para enriquecer amablemente la sencilla pero seductora arquitectura rítmica que tiene lugar; tenemos aquí la demostración de cómo un mantra relativamente sencillo puede crear un aire de esplendorosa magnificencia cuando cuenta con los ornamentos adecuados. Las cosas se intensifican más notablemente con la pieza siguiente, titulada ‘Nadiamina’, la cual nos muestra a una guitarra eléctrica se luce por primera vez: la armazón fusionesca de la pieza tiene un aura tremendamente celebratoria, sonando prácticamente como un combinado de músicos del WEATHER REPORT pre-Pastorius y los ZAO post-1974. El muy llamativo groove encapsula ágilmente la esencia de radiante energía que signa a la pieza. Impulsándose a partir de este ambiente se instala la ingeniería de ‘Ab’, la tercera pieza del álbum. El cuerpo central de éste articula tres jams sucesivos (uno visceral en 17/8, otro más contenido en base a un esquema rítmico cadencioso, un tercero más suelto y de tendencias oscuras). La expresividad del ensamble se mueve con soltura a través de su versatilidad colectiva y su refinamiento técnico, llegando hasta el punto de exhibir una fuerza robusta, incluso desafiante, en los dos primeros jams, aunque sin llega a ser incendiaria. Esto último se preserva para la tercera sección, la misma que se beneficia de las excursiones psicodélicas insertas en ella insertas. Con el breve reprise del primer motivo y una coda marcada por arpegios de piano y un solo de bajo, se completa este momento cumbre del disco. 

Otro cénit del álbum es ‘Danse Sacrée’, tema que abre el lado B del disco y que se impone como otro ejemplo de la magia y la fastuosidad propias de los mejores momentos de RAHMANN: hay una innegable aureola a lo MAHAVISHNU ORCHESTRA (etapa del “Between Nothingness And Eternity”) en el jam central de la pieza, y curiosamente, también un aire cercano al Latin-fusion a través del filtro de unos RETURN TO FOREVER. Sus 6 ½ minutos de duración pasan volando. El esplendor musical desplegado en el disco parece no terminar nunca, tal como lo demuestran las alucinantes florituras de guitarra acústica y piano que sirven de breve prólogo en ‘Leïla’. El cuerpo central nos traslada a un terreno muy diferente, un terreno de misterios grisáceos y brumas inquietantes que, de alguna manera, se conjugan a la perfección con las exploraciones jazzeras de unos WEATHER REPORT o cualquier cosa que podamos imaginar como fusión contemporánea. Por supuesto que hay una importante presencia de coloridos exóticos en el esquema rítmico, algunas intervenciones del piano y las líneas principales de la guitarra, pero el ambiente general porta esa abstracta atmósfera que fácilmente encontramos en los primeros discos de ZAO o en DÜN, mientras que la guitarra de Hadi explora puntos de encuentro entre Mclaughlin y el Fripp de las estupendas improvisaciones Crimsonianas de la etapa 32-74. El repertorio oficial del álbum concluye con ‘Marche Funèbre (Dedicated To The Prophet)’, un viaje musical literalmente fúnebre que guarda cercanos parentescos con UNIVERS ZERO, especialmente en el modo en que el emparejamiento del bajo y el piano dirige este viaje hacia las catacumbas de la mente. Algunos fraseos de guitarra y un interludio armónico de piano nos remiten un poco al ideario de SOFT MACHINE, pero, en general, tenemos aquí un ejercicio de esbozos nocturnos misteriosamente sobrios, afines a ciertos ambientes propios de la música extremo-oriental. Nos parece genial cómo el imponente destello de ‘Ab’ y ‘Danse Sacrée’ es sucedido por el intenso atardecer sónico de ‘Leïla’, para que, finalmente, esta marcha fúnebre nos guíe a través de las dimensiones nocturnas del cosmos.



La edición en CD de “Rahmann” que el sello francés Musea Records realizó en 1998 (replicada por el sello japonés Belle Antique 14 años después) contiene bonus tracks que son maquetas de cuatro de los seis temas ya aparecidos en el repertorio oficial: ‘Danse Sacrée’, ‘Marche Funèbre’, ‘Nadiamina’ y ‘Atlanta’. En el primero, Prevost toca el cello, mientras que en el último toca el violín Shaigan. Cabe destacar que dentro de estas maquetas, ‘Danse Sacrée’ dura casi 4 minutos más, lo cual hace que su atmósfera tenga algo más de densidad que en su versión definitiva, mientras que ‘Marche Funébre’ suena menos siniestro, incluso con un tinte cósmico que lo hace un poco más etéreo a través de su esencial oscuridad. Estos ítems fueron grabados el un estudio móvil ubicado en la localidad de Ivry el 18 de mayo de 1977, para ser mezclados en el Sextant Studio de París una semana después. En fin, “Rahmann” se nos revela como un referente imperdible para los coleccionistas de música experimental de tenor progresivo y jazzero que desearían que hubiesen existido más discos de DZYAN, ZAO y POTEMKINE. Lo que nos legó el colectivo de RAHMANN con este único disco es una pieza de colección fundamental para apreciar y entender los diversos senderos por los que transitaba la vanguardia rockera francesa de los 70s.


Muestras de “Rahmann”.-


[Esta retrospectiva está basada en una reseña originalmente publicada en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/rahmann_rahmann.html]

Monday, July 13, 2020

El segundo despertar de SHAMAN ELEPHANT



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar el nuevo trabajo fonográfico de los noruegos SHAMAN ELEPHANT, el mismo que se titula “Wide Awake But Still Asleep” y fue publicado por el sello Karisma Records en el antepenúltimo día del pasado mes de mayo. Además de la edición en CD, también vienen dos ediciones limitadas en formato de vinilo (una de ellas, de color naranja). Este colectivo conformado por Eirik Sejersted Vognstølen [guitarras y voz], Jard Hole [batería y percusión], Ole-Andreas Sæbø Jensen [bajo] y Jonas Særsten [teclados] se focaliza en una modalidad de psicodelia progresiva enraizada en la tradición del space-rock, pero abriendo espacios también al empleo de elementos de jazz-rock y de rock pesado clásico dentro de su esquema sonoro. Se trata de su segundo disco de larga duración, sucediendo por 4 años a “Crystals”, el cual, a su vez, había sido precedido por el EP “More”, que data del año 2015. Afincado en Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega, el personal de SHAMAN ELEPHANT ha perpetrado un muy refinado trabajo que reafirma a la banda en cuestión como una de las entidades más señoriales dentro de la actual escena progresiva escandinava (una escena muy nutrida, por cierto). Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio contenido en “Wide Awake But Still Asleep”, ¿vale?


La pieza titular ocupa los primeros ocho minutos y pico del álbum. Lo que caracteriza a ‘Wide Awake But Still Asleep’ como pieza de entrada es la manera tan firme en que establece con fluida gradualidad su primera sección tras esos mecánicos golpes iniciales de platillo a los que pronto de une un riff recio de guitarra; dicha primera sección asienta una sólida mezcla de sobriedad y turbación sobre un medio tiempo en el que se alternan compases de 10/8 y 4/4. Con el arribo de la segunda sección, tras un breve puente aguerrido, el grupo elabora un groove ágil cuya robustez rockera se adorna muy bien con las intervenciones del piano eléctrico y las capas de mellotrón. El swing de la batería, por su parte, se torna más sofisticado. Hemos notado aquí los aires de familia con MY SLEEPING KARMA, SEVEN IMPALE y CAUSA SUI. Luego sigue ‘H.M.S: Death, Rattle And Roll’, una pieza impresionante que se centra en una precisa y sólida combinación entre la faceta más filuda del space-rock y el dinamismo elegante tan esencial para el discurso del jazz-rock. Tras un etéreo interludio marcado por un solitario piano eléctrico, el motif inicial resurge con un punche adicional merced a la inserción de un fabuloso solo de guitarra, amén de un vitalismo acrecentado en la compleja labor del dúo rítmico. Un cénit del álbum, sin duda… Y, de hecho, tal vez es nuestra pieza favorita de todo el repertorio. Con la dupla de ‘Steely Dan’ y ‘Ease Of Mind’, el grupo exhibe una ampliación de sus recursos sonoros, siendo así que el primero de estos temas mencionados desarrolla un lirismo reconocible dentro de una dinámica progresiva que se alimenta de ciertos aires de funk-jazz en algunas instancias del esquema melódico. Tal vez ello se deba al nombre del legendario grupo STEELY DAN (solo estamos especulando). En cuanto a ‘Ease Of Mind’, éste ahonda aún más en la vía del lirismo iniciada por la canción precedente, remodelándolo bajo una atmósfera de vulnerable intimismo. En clave de semibalada sinfónica y con un protagonismo específico de la guitarra acústica dentro del bloque instrumental, esta canción elabora la cercanía más clara de los SHAMAN ELEPHANT al estándar del prog sinfónico de línea retro.  


‘Magnets’ cumple con la función de devolvernos al aura de estilizada energía rockera que antes habíamos apreciado en la homónima canción del inicio. Hay un gancho imponente en esta canción que la convierte en una pieza llamativa a despecho del swing razonablemente sofisticado que el dúo rítmico decidió diseñar para la ocasión. En lo referente a la atmósfera vibrante que reina a lo largo y ancho de esta canción, hay algunas cercanías con los PORCUPINE TREE, así como con SPACE DEBRIS y con SUPERFJORD. El penúltimo tema del disco se titula ‘Traveller’ y también es el más extenso del mismo con su duración de 11 ¼ minutos. La canción exuda un fragor psicodélico poderoso y rotundo, pletórico de genuina garra rockera que hace sentir sus pulsaciones ígneas a través de su elegante arquitectura musical. El canto se deja acompañara fluidamente por las armonías, riffs y fraseos de la guitarra, mientras la triangulación de teclado, bajo y batería instala un compacto y macizo matrimonio de nervio y distinción. A pocos instantes de pasar por la frontera del cuarto minuto, todo se detiene para que la guitarra inicie en solitario un segundo motif sobre un compás inusual; así, mientras todos los instrumentos se van sumando a la nueva situación, se arma un exquisito crescendo que suena a una especie de deconstrucción de un moto perpetuo Crimsoniano en manos de una combinación de músicos de HAWKWIND, TOWN PORTAL y FANATISM. Así las cosas, el terreno está preparado para que se instale otro jam frenético donde la intervención vocal acompañante asume un aire evocador. Con los efectos espaciales del cierre, el grupo nos anuncia que el final de la canción está cerca: el viaje ha terminado aunque el álbum todavía no. Cierra el repertorio ‘Strange Illusions’, canción que en su espacio de 5 ¼ minutos explora unas cadencias más reservadas dentro del ideario space-rockero de la banda, cadencias reservadas pero con una expresividad tan exhaustiva como la que se desarrolló en el tema precedente. El hecho es que aquí el entusiasmo expansivo de ‘Traveller’ es reemplazado por un despliegue de pasión urgente. La canción ostenta una emotividad robusta y envolvente, tanteando seriamente con el stoner a la hora de enfatizar ciertos pasajes dentro de su desarrollo temático. Un estupendo cierre para “Wide Awake But Still Asleep” tras las palancas de vibraciones extrovertidas sobre las que se elevaban las dos canciones precedentes. 


Todo esto es lo que nos brindaron los cuatro integrantes de SHAMAN ELEPHANT a lo largo del repertorio contenido en “Wide Awake But Still Asleep”, una enérgica y contundente propuesta de rock ecléctico cuya caleidoscópica musculatura la hace atractiva para cualquier buena colección de música progresiva abierta a las diversas escenas actuales. Exhibiendo poco más de 40 minutos de diversos aires sonoros, este disco que nunca cansa; de hecho, lo consideramos bastante recomendable como lo que es, una de las instancias más vibrantes dentro de la producción progresiva mundial del presente año 2020. 


Muestras de “Wide Awake But Still Asleep”.-