HOLA,
AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos
ante nosotros dos estupendas novedades fonográficas de línea avant-progresiva
publicadas en el transcurso de esta primera mitad del año 2020: “Symbole” (11
de marzo) y “La Métamorphose” (1 de junio). Ambos pertenecen a ARS DE ER, el
proyecto unipersonal de chamber-rock del excelso compositor y músico bielorruso Arseny Ershov. Con una amplia obra cuyos orígenes se remontan hacia 10 años atrás con la publicación del disco “E.M.P.T.Y.”, Ershov es un hombre bastante metódico a lo largo del desarrollo de su obra, tomándose a veces un tiempo para hacer un disco mientras que otras veces tiene etapas muy prolíficas: por ejemplo, en el año 2017, publicó nada menos que 4 discos. Y bueno, a solo dos años de su excelente álbum “Fièvre”, ahora nos viene con dos excelsos y aparatosamente sombríos discos bajo el brazo en la primera mitad del presente año 2020.
Comenzamos
con “Symbole”, disco que contiene solo tres piezas, siendo así que dos de ellas
son de larga extensión: de hecho, todas ellas forman parte de la suite ‘Scènes
d’Un Grand Voyage De Grenouille’. La primera parte dura casi 18 minutos y se
titula ‘Grenouille Et Arbre’. Los iniciales golpes muy graves de piano,
ornamentados por distantes sonidos agudos que emulan a un lejano armonio, abren
espacio para la implacable expansión de una atmósfera tétrica donde lo lánguido
y lo nebuloso se hermanan dentro de un bloque sonoro que se siente, a la vez,
majestuoso y tanático. Las parcas orquestaciones que lentamente establecen los
cimientos para la próxima edificación de los motivos centrales nos remiten
inmediatamente a los UNIVERS ZERO de la etapa 79-83, los SHUB-NIGGURATH de los
dos primeros álbumes y los ART ZOYD de “Phase IV”, algo que efectivamente se
acentuará durante la plena maduración de la ingeniería sonora de la pieza. Recién
al pisar la línea fronteriza del cuarto minuto y medio se establece un esquema
rítmico, y es a partir de aquí que la densidad rockera añade un nuevo matiz de
inquietante oscurantismo que, al fin y al cabo, estaba reservado para este
momento de soltura desde el cual debe florecer la secuencia de envenenados
motivos. Los juegos de síncopas y los despliegues de tortuosos ambientes se
conjugan fluidamente en el centro magnético del armazón instrumental. Si bien
es el aire de amenaza lo que predomina, la última sección del cuerpo central
emana un aura triste, y le sigue un epílogo envolvente marcado por una inmensa
melancolía, una melancolía que tiene algún matiz sutil de relax emocional tras
la señorial tormenta precedente. Luego llega el turno de la parte titulada
‘Marécage’, que dura poco más de 8 ¼ minutos.
Con su inicial talante ceremonioso, parece recoger algo de la melancolía vibrante
con la que había concluido la primera parte, y, de hecho, es a partir de allí
que este nuevo ejercicio de oscurantismo sónico que el ensamblaje de los instrumentos
va a crear su núcleo central. Pero, poco a poco, lo siniestro abandona su
ensimismamiento primigenio para derivar hacia un talante más ensalzado, siendo
así que su cauce temático se encuadra firmemente en un encuadre vorazmente
denso. Para el último minuto y medio, se crea un recurso cacofónico cuyo cariz machacante emula perfectamente los aspectos más torturados de la primera parte. ¡Qué gran epílogo! Lo que suena ahora parece un híbrido de los PRESENT de los dos primeros
discos y los ART ZOYD de los álbumes tercero y cuarto.
La parte
más larga de la suite es la última con su espacio de poco más de 20 ½ minutos,
y se titula ‘Hors De l’Eeau’. Nos recibe en la puerta de entrada un arreglo
orquestal impresionista marcado por sobrios acentos sombríos mientras hace
valer sus aristocráticos estremecimientos. El tiempo que se toma para asentar y
reforzar todas las placas y tuercas del maratónico engranaje musical que nos
aguarda tiene sentido en tanto que esta última parte de la suite busca
enfatizar lo ceremonioso mientras lo reviste de robustez y distinción. Ya
cuando el bloque instrumental está a punto de traspasar la frontera del quinto
minuto, es que el ambicioso cuerpo central deja soltar su arquitectura de
angustiosas y crispadas convulsiones, las mismas que parecen exponer ante
nosotros las propias batallas internas de las almas del Limbo. Atrapadas en un
ámbito de condenados mientras observa una luminosidad que les es negada, sus
espasmos emocionales se dejan inundar por diferentes intensidades de las mareas
de aguas ominosas. Con un matrimonio de piano, armonio y bajo que arma un calmado
interludio poco antes de llegar a la frontera del noveno minuto, disponemos de
un oportuno momento de contemplación antes de que llegue el turno de la próxima
arremetida de impenetrables e invencibles golpes de oscuridad. De hecho, éstos
no tardan mucho en llegar, y cuando lo hacen, a veces se asientan sobre juegos
de síncopas muy semejantes a los que antes apreciamos en algunos pasajes
centrales de la primera parte, mientras que otras veces recurren al retorno al
señorío frontal y desatado de la segunda parte. Esta secuencia termina con un
doblegamiento que busca algo parecido a un sosiego, aunque se trata más bien de
un enfoque más etéreo de esa tensión oscurantista que nunca estará dispuesta a
dejar su trono estimulantemente despótico. De hecho, se arma una nueva sección
sobre un compás lento, lo cual opera como un baluarte para el reemplazo de la
tensión por la garra neurótica. Los juegos de disonancias compartidos por el
piano, los metales y la guitarra, y acentuados por el bajo, exhiben una pasión
dionisíaca que muestra su faz orgullosa ante la muerte, y a partir de allí, se
asienta un epílogo de claro talante funerario (con una breve interrupción
arrebatada que se inserta para retratar el último momento de furia arrogante). Todo
esto es lo que nos ha brindado “Symbole”, y a continuación pasamos a revisar el repertorio de “La Métamorphose”.
‘Quand
Elle Vient’ abre “La Métamorphose” con un temperamento ágil y fulguroso
mientras preserva una ambientación razonablemente densa. Se nota ya desde este
punto de partida que el presente álbum pretende instaurar un contrapeso de ágil
extroversión frente al oscurantismo férreamente solipsista de “Symbole”, claro
está, preservando el gusto por lo tenso y lo siniestro. Hay una vivacidad
peculiar en el modo en que se articula la amalgama de teclados, esquema rítmico
y ornamentos orquestales que nos lleva al terreno de los coloridos flexibles
del avant-prog contemporáneo (YUGEN, SCHERZOO, los PRESENT del retorno),
añadiéndose matices Crimsonianos y Magmianos al modo en el que el groove central
se va desenvolviendo. De paso, aquí tenemos un solo de guitarra realmente estupendo
que aporta un recurso de estilizada musculatura al asunto. A medio camino,
llegamos a un pasaje lento cuyos parajes contemplativos están delineados con cristalina
elegancia. Dicho pasaje opera como puente para un epílogo denso y áspero
marcado por neuróticos oleajes de piano y apoyado sobre un swing parsimonioso. Este
pasaje se conecta con la secuencia de ‘La Folie’ y ‘La
Folie (Continuation)’, la misma que está diseñada para instaurar un clímax
decisivo para el álbum. El piano y las orquestaciones que lo arropan aumentan
militantemente su intensidad para gestar una ambientación tensa que mucho tiene
de palaciego. Una vez que todo llega a un clímax punzante y casi mecanicista,
todo se calma para que el nuevo entramado sonoro edifique un pasaje lánguido y
flotante, el mismo que, a su vez, prepara el camino para otra dinámica
explosiva con la que se arma el epílogo de los últimos tres cuartos de minuto. Ahora
estamos en un terreno afín al de los UNIVERS ZERO del nuevo milenio. ‘La Folie (Continuation)’ prosigue por la senda de ‘La
Folie’ en lo referente a la alternancia entre pasajes monumentales y otros más
sutiles, siendo así que todo parece la música de fondo que ilustra imágenes de
una bestia ominosa que lleva su rutina de momentos de pletórica actividad
momentáneamente interrumpidos por otros de reposo. Lo particular de ‘La Folie (Continuation)’ es que, al venir en segundo lugar, tiene la obligación de recoger las semillas de ‘La Folie’ y sembrarlas ara que de ellas emerja un árbol musical más alto y más frondoso.
La
miniatura ‘Au Fond’ se centra en la creación de atmósferas que envuelven a golpes
distantes que tienen lugar en el fondo de una caverna del mundo, no una caverna
en el mundo; o sea, el hábitat rocoso de una existencia que se no define en
términos mundanos. Los retazos orquestales agudos responden eficazmente a esos
golpes que se hacen crecientemente sofisticados. De esta forma, se abre espacio
para que emerja la imponente suite ‘Destructio’, que se extiende por un espacio
de casi 16 ½ minutos. Comenzando con una secuencia orquestal guiada por escalas de celesta,
poco a poco es la dupla de órgano y piano quien se apodera de un núcleo temático
que poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto, abre las retorcidas puertas
del Armagedón, utilizando una mezcla de caos controlado e impresionismo tétrico
para su desarrollo temático. Cuando llega el momento para un interludio sereno y
contemplativo, ARS DE ER recurre a elementos manieristas y románticos de una forma
sorprendente, estableciendo una fastuosidad sinfónica grandilocuente. Cuando ésta
llega a un culmen de expresividad, el terreno resulta perfectamente propicio para
volver al modernismo combativo de talante siniestro, alternando pasajes
ominosos y otros caóticos a través de la agitada opulencia reinante. El epílogo
se enfila hacia lo ceremonioso, primero con una abierta fosforescencia, y luego
con un carácter tenue. Todo esto es muy afín a los paradigmas de UNIVERS ZERO y
RATIONAL DIET. El final del repertorio llega de la mano de ‘Les Yeux
Ouverts’, una pieza más metida en el modelo sinfónico, lo cual implica que se pretende concluir la serie de ciclos temáticos del álbum con una modalidad disruptiva. Comenzando con un talante nostálgico, la pieza pronto se encauza hacia un lirismo moderadamente extrovertido. El pasaje de piano que signa el epílogo es sereno, Todo esto es lo que se nos ha brindado en esta doble recarga de música para flamantes símbolos y nuevas metamorfosis en el ideario estilístico de ARS DE ER: “Symbole” y “La Métamorphose” son dos discos muy relevantes para la preservación del ideal del chamber-rock en el presente milenio, y como tales, deben ser apreciados como ítems infaltables en una buena colección de música progresiva de militante filo experimental. ¡Muchas gracias por todo esto, Sr. Ershov!
Muestras
de ARS DE ER en el año 2020.-
Scènes
d’Un Grand Voyage De Grenouille (Grenouille Et Arbre): https://ars-de-er.bandcamp.com/track/sc-nes-dun-grand-voyage-de-grenouille-grenouille-et-arbre
Scènes
d’Un Grand Voyage De Grenouille (Marécage): https://ars-de-er.bandcamp.com/track/sc-nes-dun-grand-voyage-de-grenouille-mar-cage
La
Folie (Continuation): https://ars-de-er.bandcamp.com/track/la-folie-continuation
Destructio:
https://ars-de-er.bandcamp.com/track/destructio
No comments:
Post a Comment