Thursday, July 16, 2020

RAHMANN: el encuentro del avant-prog y el jazz-fusión a fines de los 70s


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se nos ocurrió hacer una retrospectiva sobre el grupo franco-argelino RAHMANN y su único disco homónimo, publicado en el año 1979, y que es recordado por los más ávidos coleccionistas de rock y jazz experimental como un ejemplo perfecto del tipo de color musical que se puede crear cuando se hace el cruce de prog vanguardista y jazz-fusión con energía, talento y convencido espíritu aventurero. RAHMANN es uno de los más impresionantes tesoros escondidos de la vanguardia francesa de los 70s, y en su propuesta musical, el aspecto argelino funda el concepto y lleva la voz cantante. No es de extrañar, pues, que su esquema estético se oriente entusiastamente por la vertiente fusionesca de la experimentación jazz-rockera, pues ésa es la ocasión idónea para trasladar las herencias musicales nor-africana y musulmana al lenguaje ecléctico de tendencia europea. Mahamad Hadi y Amar Mecharaf, colegas en esto de la creación musical desde sus tiempos de tierna juventud, formaron parte de diversas bandas y proyectos a lo largo de los primeros 70s mientras iban aprendiendo y asumiendo influencias de HENDRIX, SANTANA, JOHN COLTRANE, KING CRIMSON, ZAPPA, MAGMA, el prog de línea Canterbury, etc.. Finalmente, en setiembre de 1975, RAHMANN se formó como una entidad musical concretada con todo este bagaje de años de aprendizaje, aunque el grupo tuvo que esperar hasta 1979 para ver concretado un proceso de grabación, y a partir de allí, tener publicado su disco homónimo, su único aporte al mercado fonográfico. Prévost, integrante de ZAO, llegó a ser miembro permanente del grupo durante sus últimos años de existencia, y además, con la participación invitada del violinista Didier Lockwood (MAGMA, CLEARLIGHT, GONG, y también ZAO) y el enfoque cuasi-Zeuhliano del teclista Michel Rutigliano, se garantiza la fuerte presencia de la dimensión vanguardista en el foco fusionesco predominante en el enfoque sonoro de la banda. Yendo a lo estrictamente formal, la alineación de RAHMANN en la elaboración de este disco estuvo conformada por Mahamad Hadi [guitarra eléctrica, guitarra-sintetizador, guitarra acústica sin trastes, oud, bouzouki y snitra], los antes mencionados Prévost [bajo eléctrico sin trastes y contrabajo] y Rutigliano [pianos de cola acústico y eléctrico, y sintetizador ARP Odyssey], Louis César Ewandé [percusión] y Amar Mecharaf [batería y percusión]. La lista de invitados ocasionales del grupo incluye a las vocalistas Lisa Bois (bajo su apodo de entonces Lisa Deluxe) y Nadia Yamina Hadi; el mencionado violinista Lockwood; Joël Loviconi, al piano eléctrico; Marc Sylvain, al bajo sin trastes; Richard, al ney; Gérard Kurdjian, a las tablas, y; Abdelmadjid Guemguem, a la darbuka. Los seis temas que forman parte de “Rahmann” fueron grabados en diversas sesiones entre febrero de 1977 y mayo del año siguiente, en el Ramses Studio de París. Un proceso lento de posproducción, inconstantemente seguido por la sucursal francesa de Polydor en asociación con el pequeño sello francés Ramses, al fin y al cabo, rindió frutos en el año 1979, pero también fue algo que agotó a la banda, hasta el punto que la misma se disolvió poco después de ver cumplido su sueño de tener un ítem oficialmente publicado en el mercado. 


Veamos ahora los detalles específicos del repertorio de “Rahmann”. ‘Atlanta’ da inicio al disco a punta de swing dinámico y colores patentemente exóticos pintados con fina sobriedad. Si obviáramos la ausencia de percusiones tonales y de grandes florituras de guitarra eléctrica, bien podría haberse tratado de un tema de GONG de la etapa dirigida por el maestro Pierre Moerlen (especialmente, el “Gazeuse!”). Basta con la recurrente línea básica a dúo entre el sintetizador y la voz femenina y los gráciles ornamentos del ney para enriquecer amablemente la sencilla pero seductora arquitectura rítmica que tiene lugar; tenemos aquí la demostración de cómo un mantra relativamente sencillo puede crear un aire de esplendorosa magnificencia cuando cuenta con los ornamentos adecuados. Las cosas se intensifican más notablemente con la pieza siguiente, titulada ‘Nadiamina’, la cual nos muestra a una guitarra eléctrica se luce por primera vez: la armazón fusionesca de la pieza tiene un aura tremendamente celebratoria, sonando prácticamente como un combinado de músicos del WEATHER REPORT pre-Pastorius y los ZAO post-1974. El muy llamativo groove encapsula ágilmente la esencia de radiante energía que signa a la pieza. Impulsándose a partir de este ambiente se instala la ingeniería de ‘Ab’, la tercera pieza del álbum. El cuerpo central de éste articula tres jams sucesivos (uno visceral en 17/8, otro más contenido en base a un esquema rítmico cadencioso, un tercero más suelto y de tendencias oscuras). La expresividad del ensamble se mueve con soltura a través de su versatilidad colectiva y su refinamiento técnico, llegando hasta el punto de exhibir una fuerza robusta, incluso desafiante, en los dos primeros jams, aunque sin llega a ser incendiaria. Esto último se preserva para la tercera sección, la misma que se beneficia de las excursiones psicodélicas insertas en ella insertas. Con el breve reprise del primer motivo y una coda marcada por arpegios de piano y un solo de bajo, se completa este momento cumbre del disco. 

Otro cénit del álbum es ‘Danse Sacrée’, tema que abre el lado B del disco y que se impone como otro ejemplo de la magia y la fastuosidad propias de los mejores momentos de RAHMANN: hay una innegable aureola a lo MAHAVISHNU ORCHESTRA (etapa del “Between Nothingness And Eternity”) en el jam central de la pieza, y curiosamente, también un aire cercano al Latin-fusion a través del filtro de unos RETURN TO FOREVER. Sus 6 ½ minutos de duración pasan volando. El esplendor musical desplegado en el disco parece no terminar nunca, tal como lo demuestran las alucinantes florituras de guitarra acústica y piano que sirven de breve prólogo en ‘Leïla’. El cuerpo central nos traslada a un terreno muy diferente, un terreno de misterios grisáceos y brumas inquietantes que, de alguna manera, se conjugan a la perfección con las exploraciones jazzeras de unos WEATHER REPORT o cualquier cosa que podamos imaginar como fusión contemporánea. Por supuesto que hay una importante presencia de coloridos exóticos en el esquema rítmico, algunas intervenciones del piano y las líneas principales de la guitarra, pero el ambiente general porta esa abstracta atmósfera que fácilmente encontramos en los primeros discos de ZAO o en DÜN, mientras que la guitarra de Hadi explora puntos de encuentro entre Mclaughlin y el Fripp de las estupendas improvisaciones Crimsonianas de la etapa 32-74. El repertorio oficial del álbum concluye con ‘Marche Funèbre (Dedicated To The Prophet)’, un viaje musical literalmente fúnebre que guarda cercanos parentescos con UNIVERS ZERO, especialmente en el modo en que el emparejamiento del bajo y el piano dirige este viaje hacia las catacumbas de la mente. Algunos fraseos de guitarra y un interludio armónico de piano nos remiten un poco al ideario de SOFT MACHINE, pero, en general, tenemos aquí un ejercicio de esbozos nocturnos misteriosamente sobrios, afines a ciertos ambientes propios de la música extremo-oriental. Nos parece genial cómo el imponente destello de ‘Ab’ y ‘Danse Sacrée’ es sucedido por el intenso atardecer sónico de ‘Leïla’, para que, finalmente, esta marcha fúnebre nos guíe a través de las dimensiones nocturnas del cosmos.



La edición en CD de “Rahmann” que el sello francés Musea Records realizó en 1998 (replicada por el sello japonés Belle Antique 14 años después) contiene bonus tracks que son maquetas de cuatro de los seis temas ya aparecidos en el repertorio oficial: ‘Danse Sacrée’, ‘Marche Funèbre’, ‘Nadiamina’ y ‘Atlanta’. En el primero, Prevost toca el cello, mientras que en el último toca el violín Shaigan. Cabe destacar que dentro de estas maquetas, ‘Danse Sacrée’ dura casi 4 minutos más, lo cual hace que su atmósfera tenga algo más de densidad que en su versión definitiva, mientras que ‘Marche Funébre’ suena menos siniestro, incluso con un tinte cósmico que lo hace un poco más etéreo a través de su esencial oscuridad. Estos ítems fueron grabados el un estudio móvil ubicado en la localidad de Ivry el 18 de mayo de 1977, para ser mezclados en el Sextant Studio de París una semana después. En fin, “Rahmann” se nos revela como un referente imperdible para los coleccionistas de música experimental de tenor progresivo y jazzero que desearían que hubiesen existido más discos de DZYAN, ZAO y POTEMKINE. Lo que nos legó el colectivo de RAHMANN con este único disco es una pieza de colección fundamental para apreciar y entender los diversos senderos por los que transitaba la vanguardia rockera francesa de los 70s.


Muestras de “Rahmann”.-


[Esta retrospectiva está basada en una reseña originalmente publicada en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/rahmann_rahmann.html]

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