HOLA, AMIGOS DE
AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos la
muy especial ocasión de presentar el nuevo disco del maestro guitarrista de
origen británico MARK WINGFIELD. El disco en cuestión se titula “The Gathering”
y fue publicado por el sello MoonJune Records el pasado 22 de marzo (hace muy
poco). WINGFIELD aparece acompañado por una ilustre congregación de maestros: Gary
Husband (sintetizador, piano y batería), Asaf Sirkis (batería), Tony Levin (contrabajo
eléctrico) y Percy Jones (bajo sin trastes). O sea, un parnaso de personas con amplias y gloriosas trayectorias en las vanguardias del jazz y el rock de diferentes décadas y con diversos grados de veteranía. Todo el material de “The
Gathering” fue grabado en La Casa Murada de España en el año 2021 con el
formato del trío de WINGFIELD, Husband y Sirkis, siendo así que las partes de
Levin y Jones, fueron registradas en los respectivos estudios domésticos de
ambos músicos durante el año 2023. A propósito, qué hermosa portada tiene este disco. WINGFIELD se hizo cargo de las labores de
producción, mezcla y remasterización en el Heron island Studio del Reino Unido. Muy peculiar es el hecho de que hay tres temas donde Sirkis y Husband hacen un dueto de baterías para combinar labores de sostén rítmico y ornamentos percusivos para añadir matices especiales al desarrollo temático del momento. Teniendo una carrera solista y en proyectos colaborativos impecable, podemos decir que WINGFIELD ha conquistado otra cima de creatividad avant-jazz-progresiva con este nuevo disco; veamos ahora los detalles del repertorio contenido en él.
Los primeros 5
minutos y pico del álbum están ocupados por ‘The Corkscrew Tower’, una hermosa pieza donde el sencillo centro temático se explaya sustancialmente a través de una mágica atmósfera evocadora, la cual recibe en la labor de las baterías duales sus principales recursos de exaltación. Solamente en las instancias finales se da en los guitarreos algunos traqueteos razonablemente inquietos ‘Stormlight’
sigue a continuación para explayarse en un lirismo bien definido cuyas vibraciones sugerentes se completan adecuadamente merced a las florituras del bajo (que también tendrá su momento de lucimiento individual). La guitarra sale al frente imponiendo un señorío mesurado con una exhibición de cristalinos cromatismos musicales, dejando que las cosas se agilicen un poco a lo largo del camino; WINGFIELD se siente cómodo exorcizando en simultáneo los paradigmas de Holdsworth y Scofield con sus virtuosos fraseos mientras preserva la integridad del bloque sonoro general. ‘Apparition In The Vaults’ da un giro a las cosas con su expresionismo patente, lo cual permite al ensamble elevar el vuelo de intensidad sónica frente a los antecedentes trazados por las dos primeras piezas. En este sentido, resulta bastante conveniente que el esquema rítmico exhiba una musculatura renovada mientras la guitarra, sin perder un ápice de su elegancia esencial, se alce con una espiritualidad particularmente aguerrida. El título de esta pieza puede tener connotaciones espectrales, pero nos parece que el lema de la pieza es el de perpetua intensidad sobre un groove sofisticadamente vivaz. ‘A
Fleeting Glance’ contiene, en su estructura externa, una intensidad semejante a la de la pieza precedente, pero su espiritualidad está más cercana a las agitaciones reflexivas y ensoñadoras del tema #2, siendo así que las labores del bajo y la batería resultan especialmente puntillosas a la hora de brindar densidad al esquema de trabajo colectivo. He aquí un cénit del álbum. ‘Pursued In The Snow’ es el segundo tema
más largo del repertorio con sus poco menos de 9 minutos de duración. Su majestuosidad marcada por un anhelo arcano y revelada a través de una serenidad arropada por destellos crepusculares tiene algo del legado Crimsoniano, siempre dentro de un discurso jazz-progresivo que el maestro WINGFIELD ya se apropió desde hace mucho tiempo. Hay algunos pasajes tensos que ilustran eficazmente el ánimo general de la pieza mientras la inteligente ingeniería rítmica sustenta al ensamble con impoluta solvencia.
También tiene
una generosa extensión la sexta pieza del álbum: ésta se titula ‘The Lost
Room’ y ocupa un espacio de 8 ½ minutos. Su esquema de trabajo consiste en focalizarse en la faceta evocadora de la visión musical de WINGFIELD para darle una dimensión asertivamente fastuosa. Todo comienza con un tenor mayormente sereno, pero, casi sin darnos cuenta, el ensamble elabora un muy meticuloso crescendo y ya para el último tercio de la pieza, la interacción de los instrumentos gesta un fulgor envolvente y contundente. En medio de todo esto, el lirismo reinante gana en vigor sin perder su coherencia formal. Ahora que lo pensamos bien, la secuencia de estos tres últimos temas nos recuerda a atmósferas y grooves ya trabajados en discos como “Proof Of Light” y “Tales From The Dreaming City”. ‘The Listening Trees’ se mete de lleno en el enfoque fusionesco, generando vibraciones muy alegres que son oportunamente adecuados por un juguetón esquema rítmico que, en varios sentidos, nos remite a los primeros tiempos de RETURN TO FOREVER, añadiéndose algo de la luminosidad otoñal de los WEATHER REPORT de 1973. ‘Journey Home’ es el tema más extenso del disco
con su espacio casi 9 ¾ minutos, siendo así que su espíritu expresivo se orienta claramente hacia lo ceremonioso. Con el explayamiento de la claridad en los delineamientos melódicos y los sofisticados juegos de cadencias plasmadas por la batería, el potencial talante ensoñador del bloque instrumental se deja revestir naturalmente por una luminosidad aristocrática. A veces, el asunto suena como un solo de batería acompañado por guitarra, teclados y guitarra, pues dicho instrumento se dispone a acompañar a la guitarra en la guía general en varias ocasiones. Un cierto matiz onírico se impone en la sección final. ‘Together We Rise’ es, en lo básico, una nueva exploración en el territorio expresivo concretado en el tema de entrada en combinación con elementos que también fueron manejados en los temas #4 y #6. la guitarra de WINGFIELD puede apoyarse en ciertos estratégicos ornamentos de bajo para completar las ideas que tiene en mente durante el desarrollo temático (que algo de Metheny tiene). Con el arribo de ‘Cinnamon
Bird’ concluye el repertorio, y su función consiste mayormente en continuar por la senda de ‘Together We Rise’ con una dosis un poco mayor de gracilidad y, de algún modo, un aura extrovertida de esperanza.
Ante todo, “The Gathering” es una gran obra jazz-progresiva que reafirma por enésima vez el lugar tan decisivo que MARK WINGFIELD ocupa dentro de esta área creativa en el nuevo milenio. Totalmente recomendable para cualquier buena fonoteca que reserve espacios para la inspirada vanguardia en el rock y el jazz de nuestros tiempos.
No comments:
Post a Comment