Wednesday, December 22, 2021

CANVAS SOLARIS: himnos a la capa solar desde la palestra del prog-metal



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El mundo del prog-metal experimental recibe actualmente un empuje muy especial con la resurrección de la banda estadounidense CANVAS SOLARIS, la cual está actualmente conformada por Nathan Sapp [guitarras y sintetizadores], Chris Rushing [guitarras], Gael Pirlot [bajo] y Hunter Ginn [batería]. Dichas resurrección llega con algo muy concreto, un nuevo álbum titulado “Chromosphere” que fue publicado por el sello Divebomb Records el 14 de mayo pasado. El proceso de creación, gestación, producción y publicación del presente disco ha sido, de hecho, bastante largo. Todo comenzó con el reagrupamiento de CANVAS SOLARIS como el actual cuarteto en el año 2014, a 4 años de su separación, la cual no se sabía si iba a ser momentánea o definitiva. Hasta ese fatal año 2010 y desde el año 1999, cuando se formó en la localidad de Statesboro, Georgia, el grupo opero mayormente como el trío de Sapp, Ginn y Ben Simpkins, desarrollando una admirable discografía de prog-metal experimental que incluía a discos tan poderosos como “Penumbra Diffuse” y “Cortical Tectonics”. En el último periodo de esa primera etapa, el grupo se había incrementado como quinteto y coqueteaba con el space-rock. Con el nuevo cuarteto aquí presente, el grupo estuvo en actividad inconstante entre 2014 y 2016, y solo a partir de 2016 pudieron los Sres. Sapp, Ginn, Rushing y Pirlot establecer una agenda de trabajo realmente coordinada, la cual consistía en una secuencia de procesos separados de grabación para los diversos instrumentos presente entre los años 2017 y 2019. En el verano de 2019 comenzaron los lentos y pacientes procesos de mezcla y masterización en el Jamie King Studio. Tras pensar por un tiempo en publicar “Chromosphere” de forma independiente, al final los CANVAS SOLARIS decidieron firmar con el antes mencionado sello Divebomb Records, lo cual tiene un significado histórico para la banda dado que el sello matriz de Divebomb es Tribunal Records, el mismo que publicó los dos primeros trabajos del grupo. Sapp y Ginn, como era de esperarse, fueron los principales impulsores de esta resurrección de CANVAS SOLARIS, y focalizaron el trabajo creativo de este nuevo álbum volviendo a sus viejas inspiraciones de los 80s e inicios de los 90s (WATCHTOWER, TOXIK, BELIEVER, ANACRUSIS, etc.), metal progresivo y thrash con fuerte apego melódico. Claro está, este resucitado CANVAS SOLARIS tiene una personalidad propia forjada a puro fuego a lo largo de sus momentos más notables y explosivos de su primera etapa. Bueno, veamos ahora los detalles de este repertorio. 


Los dos temas más extensos del álbum son el primero y el tercero: aquél se titula ‘Extrasolar Biosignature’ y dura casi 11 minutos, éste se titula ‘Zero Point Field’ y dura poco menos de 13 ½ minutos. El primero de estos temas mencionados comienza con un prólogo de tenor cósmico donde las irrupciones de golpes ocasionales de la batería anuncia el esplendor aguerrido y voraz con el que se explayarán los magníficos recovecos del cuerpo central. A través de un vitalismo sistemático sustentado cabalmente por mil y un recursos técnicos tanto en la rotativa ingeniería rítmica y los absorbentes despliegues metálicos, el colectivo logra armar un puzle prog-metalero convincente cuyo fulgor esencial se revela orgulloso de su batalladora sofisticación. La claridad melódica que se exhibe en algunos pasajes aporta algo de calidez al asunto, siendo así que lo más cálido emerge en el epílogo, cuando el cuarteto se enfoca en un breve ejercicio de rock-fusion antes de armar una coda ceremoniosa redondeada por una traviesa clausura de talante thrash-metal. En cuanto a ‘Zero Point Field’, alterna pasajes musculares con otros más reflexivos por vía de un pulso preciso empapado por un señorío progresivamente exquisito. En comparación con la pieza de entrada, el esplendor melódico se siente más meticuloso a través de las innumerables variantes temáticas que tienen lugar; hay una opulencia que se amolda equitativamente a todos los diversos niveles de suntuosidad rockera que se van hilando a través de una impoluta fluidez. Son dos cúlmenes de expresión creativa dentro del disco. En medio de ambos temas se sitúa ‘Hidden Sector’, tema que exhibe una agilidad asertivamente agresiva mientras se adentra en una compleja ingeniería metalera que abre algún que otro espacio para facilitar la irrupción de algún interludio acústico, así como el armado de algunos pasajes líricos que ostentan un carácter envolvente. Definitivamente, esta pieza asume una sensación mayor de urgencia que las dos primeras que hemos descrito en vista a que debe articular su propia diversidad de recursos expresivos dentro de un espacio más compacto. ‘Black Drop Effect’ (el tema más breve del álbum con sus poco menos de 4 minutos y medio de duración) cumple con la función de organizar una fiesta metalera con imponente empuje y grácil sofisticación. 
 
Nos acercamos al final del álbum cuando llega el turno de ‘Renormalization’, pieza cuya sección inicial va a contrapelo del espíritu incendiario de la pieza precedente. A poco de pasada la frontera del medio minuto, se despliega un complicado y serpentino cuerpo central donde se refleja todo lo contrario: una demostración de diversos recursos de fiereza y vivacidad, los cuales se conectan dentro de un todo signado por una marca de fuego metalero de dimensiones estratosféricas. Algunos quiebres rítmicos y contrastes que surgen en algunos pasajes estratégicos ostentan incluso una cercanía a estándares math-rockeros. ‘False Vacuum’ ocupa los últimos 8 ¼ minutos del álbum, siendo su principal función la de moldear y establecer una significativa síntesis de los enfoques melódicos y estrategias musculares de los tres primeros temas del álbum. De hecho, nos parece que la tesitura melódica plasmada en la mayor parte de sus secciones lo emparenta con 
‘Zero Point Field’ de manera muy cercana. A mitad de camino emerge un flotante interludio cósmico de tenor cuasi-krautrockero, algo que nos toma por sorpresa y que es bien recibido. En conclusión, tenemos en “Chromosphere” el testimonio decisivo e inapelable de que CANVAS SOLARIS volvió al ruedo a lo grande con una espiritualidad renovadamente asertiva, remodelando su propia fastuosidad históricamente esencial con un nuevo encuadre para su virtuosa estética dentro del discurso prog-metalero. Este disco, de hecho, representa un cénit total para esta vertiente progresiva en este año 2021 que ya se nos está yendo.

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