Monday, December 20, 2021

El testamento progresivo de LA COMPAGNIA DIGITALE

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da una ocasión especial de repasar una de las páginas perdidas del movimiento progresivo italiano desarrollado durante la década de los 70s: esa página pertenece al quinteto LA COMPAGNIA DIGITALE, efímero ensamble de San Remo que estuvo conformado por Ciro Perrino [sintetizadores Mini-Moog, ARP 2600 y Omni-2, Synthi EMS/AKS, Eminent y secuenciador ARP], Roberto “Roby” Rossi [bajo], Marco Tudini [batería], Alex Magazzino [guitarra y canto] y Lady Mantide [piano eléctrico Fender Rhodes]. Lo único que quedó registrado de esta breve aventura fue un concierto publicado bajo el simple título de “La Compagnia Digitale” en el año 1992 por el sello Mellow Records. Pues bien, este ítem ha sido reeditado en vinilo rojo mármol con tintes ámbar y con funda abierta por el ya mencionado sello Mellow Records en asociación con el maestro Perrino; también hay una edición especial de viniclo con el CD acompañante. Antes de revisar los detalles del disco en sí, hagamos algo de historia. Tras la desintegración de ST. TROPEZ, el grupo de space-rock progresivo que fundó Perrino tras la disolución del legendario ensamble CELESTE, el mencionado Ciro Perrino quería proseguir por esta línea de trabajo, por lo que Lady Mantide y Alex Magazzino siguieron estando a su lado en esta nueva aventura. De todas maneras, lo más complicado que tuvo el proyecto de ST. TROPEZ durante sus 12 meses de duración fue el asegurarse una dupla rítmica estable. En el caso de la naciente LA COMPAGNIA DIGITALE, el colectivo logró acoger una dupla rítmica estable con los ya mencionados Marco Tudini (integrante original de CELESTE que emigró a Inglaterra para estudiar diversos instrumentos como la flauta, los saxofones, el piano, la batería y la guitarra, y que ya estaba nuevamente instalado en su ciudad natal) y Roberto Rossi (músico de otra banda que Perrino conocía desde 1975). La idea inicial era la de ensayar piezas de ST. TROPEZ mientras el grupo buscaba oportunidades para tocar en vivo, pero pronto la idea cambió a la de preparar nuevas composiciones de Perrino, las cuales tendían a ser épicas y extensas. Llegó el mes de agosto de 1979 y con él la oportunidad concreta de que LA COMPAGNIA DIGITALE pudiese presentarse en público. Esa oportunidad llegó de la mano de un viejo colega de Perrino en CELESTE, Mariano Schiavolini, quien estaba organizando un festival musical. El grupo se preparó intensivamente para dicha presentación, la cual tuvo lugar en agosto de 1979 y fue registrada para la posteridad: solo estas tres piezas compuestas por Perrino, y eso que habían otras, pero éstas ya se hundieron en el mar del olvido. Esta presentación no estuvo exenta de problemas técnicos generados desde la consola de los ingenieros de sonido, por lo que el buen Ciro tuvo que crear algunos vuelos cósmicos improvisados entre las piezas para entretener al público mientras el resto de los músicos y los ingenieros se aseguraban de que todos los instrumentos estaban listos para sonar como debían. Al poco tiempo de esta presentación en vivo, LA COMPAGNIA DIGITALE se disolvió y Perrino se volcó entusiastamente a una carrera solista encaminada hacia la electrónica bajo el nombre de SOLARE.* 


Veamos ahora el repertorio de “La Compagnia Digitale”. La primera mitad del álbum está ocupada por la dupla del tema que se llama igual que la banda y el disco, y otro titulado ‘La Fonte Del Ritmo’. Todo comienza a lo grande con ‘La Compagnia Digitale’, cuando la combinación de secuencia tímbrica de sintetizador, ocasionalmente acompañada por golpes percusivos y retazos de guitarra, abre camino a un refinadamente grácil motif central que se ubica cómodamente en una encrucijada entre GONG, KLAUS SCHULZE y HARMONIA, la cual pronto se enriquecerá con matices Floydianos al estilo de ELOY en ciertos pasajes intermedios donde el asunto se torna un poco más solemne. El aura psicodélico-electrónica de los sintetizadores halla un creativo contrapeso en la agilidad jazz-rockera promovida por la triangulación de batería, bajo y piano eléctrico. La guitarra, por su parte, establece perpetuamente solos y bases bajo la obvia inspiración del maestro STEVE HILLAGE. Las parcas e imponentes orquestaciones de sintetizador que dirigen la pauta para el epílogo se apoderan de los espacios centrales del sonido grupal con el empuje recibido de parte de la dupla rítmica. Cuando llega el turno de ‘La Fonte Del Ritmo’, el ensamble explicita su faceta más juguetona, asentando inicialmente un ejercicio de vibraciones space-rockeras de talante melódico sobre un groove de tenor reggae (ocasionalmente interrumpidas por un par de efímeros interludios prog-sinfónicos). El sintetizador solista, cuyo colorido es más cercano al patrón de un VANGELIS que al de un TIM BLAKE, se encarga de darle una prestancia debida al bloque musical en curso. En una segunda instancia, la banda vira hacia un groove funky-rockero que va muy en línea con el HILLAGE de la fase 77-78; así las cosas, el espíritu travieso de la primera parte es reemplazado por otro más sensual, por así decirlo, aunque también es verdad que los ornamentos cósmicos de los sintetizadores brindan un vigor especial al bloque sonoro. Desde aquí, todo transita naturalmente hacia el enérgico golpe final. 


Durando más de 21 ½ minutos, ‘La Penetrazione Della Forza’ cierra este documento y lo hace a lo grande, explayándose a través de secciones diversas. La primera se ubica en un bien perfilado asentamiento space-rockero cuya calidez expresionista se deja ornamentar fluidamente por las vibraciones jazz-rockeras provistas por la dupla rítmica. Luego siguen dos secciones en las que predomina la polenta rockera, siendo así que los riffs, bases armónicas y solos de guitarra ejercen un rol protagónico dentro del entramado colectivo, aunque también cabe decir que el impulso de la batería facilita el dinamismo general de una manera determinante. A pocos instantes de traspasar la frontera del octavo minuto, una secuencia sintetizada a lo VANGELIS emerge con su vivacidad cósmica a fin de abrir camino a un impetuoso jam a lo HAWKWIND. La majestuosidad de LA COMPAGNIA DIGITALE está a todo dar en este momento, manejando con virtuosa soltura la combinación de acidez rockera y ambientes futuristas. Una vez concluido este jam, nos topamos con una amalgama particularmente absorbente de ornamentos cibernéticos que muy pronto se deja acompañar por efectos de guitarra: un momento de abstracción onírica penetrada por inquietantes matices, los mismos que son momentáneamente reforzados por intervenciones aleatorias de la batería. Para los últimos cuatro minutos y medio, el ensamble regresa al sendero del space-rock, siendo así que éste se deja llevar por mareas vibrantes de corte jazz-rockero con ligeras inclinaciones funky: una vez más, este brío permite a la banda preparar el terreno para un eficaz golpe final. El cénit definitivo de este testimonio musical, no nos cabe duda alguna al respecto. En fin, todo esto es el legado de LA COMPAGNIA DIGITALE, uno que merece ser revalorado dentro del gran escenario de la primera generación de música progresiva italiana como un aporte interesante al ideal del space-rock; a pesar de su efímera existencia, esta entidad musical merece un lugar dentro de cualquier fonoteca que rinde homenaje a la música progresiva de aquellos años 70s de cualquier parte del mundo.   


Muestra de “La Compagnia Digitale”.-
La Penetrazione Della Forza: https://ciroperrino.bandcamp.com/track/la-penetrazione-della-forza



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