En su album debutante “Hybris” (1992), la banda sueca de rock progresivo “Anglagard” demostro ser bastante habil al apropiarse sin mayores tropiezos de los atributos estilisticos mas caracteristicos del primer Genesis, Yes, y del King Crimson de la era de Red (los movimientos inusualmente irregulares), movimientos pastorales, asi como el sonido sinfonicos de las bandas italianas como Banco y Museo Rosenbach (eg. el contrapunto de tres o cuatro partes tocadas al unisono).
Durante la primera presentacion de Anglagard en el festival de Progfest 93’ de Los Angeles (en UCLA), el publico pudo apreciar la brillante interpretacion que hizo el maestro Thomas Johnson del Mellotron y el Hammond, y otros instrumentos tradicionales del rock sinfonico, como piano, guitarra acustica y la flauta pastoral de Anna Holmgren (incluso la fabulosa rola “Jordrok” tiene todo esto e incluso algo del primer Genesis). Sin menospreciar de ninguna manera a "Hybris", su segundo album, “Epilog” (1994), es de alguna manera una progresion aun mas impresionante. A pesar de ser un album netamente instrumental, la banda logra mezclar texturas de alta densidad, transiciones metricas de tres bandas, y alternativamente impulsos angular y liricamente melodicos en un sonido que es muy individualista a pesar de su tradicionalismo.
Mas que ninguna otra banda de la etapa neo-progresiva, el trabajo de Anglagard puede compararse con ventaja contra otras bandas neo y post-progresivas (solo hay que escuchar “Ifran Klarhet till Klarhet”, cuarta rola del concierto recopilado en "Buried Alive" del 2003, y que aparecio primero en “Hybris”, para entender hasta donde pueden llegar), a pesar que le reprochemos la falta de ruptura de formas. Mas aun, Anglagard retiene y combina magistralmente las metricas, texturas y sofisticacion estructural de lo mejor que se dio en el rock progresivo sinfonico en el periodo 1970-1976, incluso pareciera que hicieron un “time warp” de regreso a 1973.
Cuando uno oye la musica de las mejores bandas neo-progresivas de los 80s y 90s como Anglagard, (e incluso otros ejemplos mundiales como la italiana Il Balleto di Bronzo, el grupo mexicano Iconoclasta, y la japonesa Kenso), uno se sorprende de la inmensa asimilacion que hicieron estas bandas de lo que ahora considerariamos un estilo esencialmente conservador.
Sin embargo, las posibilidades que tiene la continua reinterpretacion neo-progresiva del estilo “clasico” de los 70s no son infinitas, y parece claro que el movimiento neo-progresivo llego a su cenit con el fin del siglo pasado, o en todo caso esta ya pleno estancamiento.
A largo plazo, el curso mas prometedor para el rock progresivo es la direccion post-progresiva de hiperfusion (e.g. con musica etnica) inaugurada por King Crimson con su LP “Discipline” en 1981, aunque este camino, que en un inicio siguieron bandas como Djam Karet (con el minimalismo) y que ahora repiten en un salto cuantico The Mars Volta, nos llevara a una radical transmutacion del estilo que seguimos llamando “rock progresivo”.
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