HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.
Tengo ahora el enorme agrado de reseñar para todos ustedes el extraordinario concierto que PETER GABRIEL ofreció, acompañado de su banda de apoyo, la noche del 20 de marzo en Lima, más precisamente, en la Explanada del Estadio Monumental (distrito de Ate). Este evento resultó una tremenda ocasión de música espectacular, excelentes despliegues visuales, vigor y emotividad conjugados en un ambiente de comunión entre artista y público. El aura de GABRIEL es de por sí algo innegable, y él sabe valerse de su carisma y sensibilidad tan propia para crear puentes de conexión con su público, siendo así que además su propio repertorio histórico tiene grandes niveles de eclecticismo e ingenio como para cautivar a cualquier público que tenga ante sí: esa noche del 20 de marzo el público peruano pudo constatar empíricamente que la reputación de GABRIEL como creador e intérprete estaba justificada con creces. En esto de tender puentes con el respetable también ayudó su manejo de textos en nuestro idioma para exponer los significados de varias canciones, textos que él pudo leer con aceptable soltura.
Encargado no solo de cantar su material, sino también de los teclados en varios pasajes del concierto, el héroe de la noche estuvo acompañado de un sexteto de apoyo compuesto por Tony Levin (bajo, stick, contrabajo eléctrico y coros), David Rhodes (guitarra eléctrica, efectos, percusión y coros), Richard Evans (guitarras eléctrica y acústica, mandolina, percusión y gaita eléctrica), Melanie Gabriel (coros, percusión y samplers), Angie Pollock (teclados y coros) y Ged Lynch (batería y percusión).
Rhodes y Levin son colaboradores de larga data – Levin llega tan lejos en el tiempo como el mismísimo disco debut del Maestro, y dando muestras de que es un público conocedor, el respetable limeño le proveyó de los más intensos y largos aplausos a la hora de presentar a la banda. También es verdad que GABRIEL no puede con su orgullo de padre y artista ante su hija Melanie (quien incluso se hizo cargo del canto principal en la balada acústica ‘Mother of Violence’, gema olvidada del “2”), presentándola en más de una ocasión. Pero más allá de la ágil solvencia de Levin y la fineza de Rhodes, también cabe destacar la firmeza con que Pollock cumplía con su relevante labor en las teclas y la robustez pletórica que Lynch generaba desde su asiento tras los tambores de su batería. Cada componente del ensamble instrumental estaba en su sitio adecuado, sin por ello dejar de hacerse notar a fin de que el colorido del repertorio saliera a relucir tanto en los pasajes más texturiales como en los más enérgicos.
Y bueno, el ambiente estuvo servido desde el inicio, anunciado con una pista de “Passion” (esa estupenda banda sonora que GABRIEL ideó para la película de Martin Scorsese “La Última Tentación de Cristo”), para luego engarzarse con la secuencia sintetizada de ‘Rhythm of the Heat’. Es un rescate de gran altura retomar esta pieza para iniciar un concierto, pues su pulsación neurótica y su intensidad telúrica dan la sensación de que hay algo misterioso que está dejando de ocultarse para mostrarse en toda su magia. La fuerza del clímax de esta canción fue debidamente seguida por ‘On the Air’, pura exhibición de polenta donde lo exquisito y lo potente se conjugan en una sola fuente sonora: primeros lucimientos de Levin haciendo un breve solo de bajo con un sonido distorsionado. ‘Intruder’ aumenta la sensación de inquietud y neurosis instalada por las dos primeras piezas: no es tan frenética pero sin duda es capaz de motivar auténtica excitación melómana con esos ambientes tan oscuros plasmados sobre el esquema rítmico tribal instalado por el baterista. No me esperaba que la última línea “I am intruder” fuera gritada de esa manera, pero ciertamente GABRIEL logró con ese sencillo gesto redondear la idea. La excitación sigue pero esta vez en una clave más amable y pegadiza: ‘Steam’ nos trae parte de lo mejor de GABRIEL en su faceta popera, siendo como es amante del funky y del R’n’B, y gustando como gusta de revestir a su faceta más ligera con ornamentos preciosistas. Es fácil para muchos críticos especializados describir a este tema como ‘Sledgehammer no. 2’, pero en lo personal me parece una canción mejor armada, pues la labor de las guitarras y los arreglos de metales tienen una mayor dosis de expresividad. Siguiendo con el álbum “Us”, GABRIEL ofreció a continuación una de las canciones más sentimentales del mismo – ‘Blood of Eden’, canción auténticamente arquetípica del GABRIEL intimista post-“4”, la cual fue ejecutada con nervio y buen gusto. Menciones especiales van para los llamativos despliegues visuales relativos a estas dos canciones.
El filo rockero regresa con dos canciones del “3”: ‘Games Without Frontiers’ y ‘No Self Control’, ambos beneficiándose de la sonoridad llena aportada por el ensamble instrumental. En su momento, estos temas encarnaron (junto con ‘Intruder’ y ‘Biko’) el surgimiento de la marca musical PETER GABRIEL, y ahora cuentan con armazones particularmente coloridos que les permiten envejecer bien en el nuevo milenio, 28 años después de sus primeros registros. Tal como señalé anteriormente, Melanie Gabriel asumió el rol de cantante solista para ‘Mother of Violence’, canción que supuso un momento de respiro en medio del implacable despliegue de energía que estaba teniendo lugar. Y vaya si no era necesario este momento de respiro, pues cuando el Maestro volvió al escenario, fue el turno de ‘Darkness’. Esta canción volvió a explotar las potencialidades más neuróticas del evento, y justamente su esquema, donde se contrastan abiertamente los pasajes extrovertidos e introvertidos, le permitía transmitir el desasosiego e inquietud inherentes al terror a la oscuridad. El juego de luces arreglado para esta canción estaba milimétricamente ajustado al ambiente de esta canción. ‘The Tower That Ate People’ enfatizó el nivel de energía que el evento había alcanzado en ese momento, claro que esta gema de “Ovo” tiene menos de la grisácea densidad de ‘Darkness’ y tiene raíces más fuertes en el pop-rock étnico que GABRIEL casi ha patentado desde mediados de los 80s. ‘San Jacinto’… bueno, ¡¡‘San Jacinto’ fue el cénit de la noche!! La integración tan fluida entre canción, imagen y atmósfera fue brutal, creando un ensueño viviente sobre el escenario que me hipnotizó hasta el punto de casi hacerme creer que estaba soñando lo que estaba viendo. El ensamble elaboró magistralmente el contenido crescendo que conforma el cuerpo central de la pieza, con un GABRIEL que logró una de sus mejores actuaciones de la velada. La coda redondeó la idea con una magia inapelable: el público reaccionó bien al juego de luces dirigido por el Maestro.
‘Down to Earth’ y ‘Solsbury Hill’, cada uno a su manera, trajo un poco de calidez al asunto: ‘Down to Earth’, canción muy popular por lo de la película “Wall-E”, aportó ese candor pop-fusionesco en compás de 6/4 que lo hace contagioso sin mayores aspavientos; ‘Solsbury Hill’ es ya todo un himno a la vida rural y a empezar de nuevo, una canción que nunca envejece. ‘Secret World’ y ‘Sledgehammer’ se pusieron sobre los hombros el entusiasmo que ‘Solsbury Hill’ había encendido en el público. ‘Secret World’ es una canción típica del GABRIEL que se consagró en la escena pop de la segunda mitad de los 80s y primera de los 90s: esta canción portadora de un romanticismo optimista cala hondo como manifestación especial del sonido GABRIEL. Justamente la marchosa y señera ‘Sledgehammer’ fue la pieza que inició el ascenso por la escalera de la fama, y fue recibido por el público como todo hit lo merece: el tarareo de las armonías iniciales de metales al compás de Levin y Lynch auguraba un nuevo momento de fiesta en el respetable. Pero aún quedaban más momentos de intensidad emocional en reserva: ‘Signal to Noise’ encarna un pico de conmoción espiritual dentro de “Up”, e hizo lo propio en su aparición dentro del repertorio de la noche. A través del sencillo esquema armónico que completa el esquema compositivo de ‘Signal to Noise’, el mayor punche de la pieza está en las densas atmósferas que se van desarrollando en el camino, entre celebratorias y nostálgicas. El espíritu del difunto genial cantante paquistaní Nusrat Fateh Ali Khan fue reavivado a través del recurso del sampleo, mezclado con el canto afanoso de Melanie (aunque ciertamente no fue su mejor momento en la noche, pues ella se vio fácilmente sobrepasada por el canto inmortal de Nusrat). La fuga paulatina de cada miembro del ensamble a medida que se aproximaba la conclusión del tema era un anuncio de que el fin ya se estaba sintiendo en el aire, tras 2 horas de concierto – el primer verdadero conato de despedida llega con ese hermoso himno romántico que es ‘In Your Eyes’, todo un canto de redención y rendición al amor. Esta canción tiene suficiente “personalidad propia” como para hechizar de entrada con esa cadencia rítmica tan típicamente afro-latina y esos acordes básicos de piano. El breve solo de teclado a cargo de Pollock estuvo espectacular, aportando salero a la extensión improvisada. Siguiendo con los climas cálidos de “So”, ‘Red Rain’, otro clásico infaltable de GABRIEL, siguió aportando en esta atmósfera de despedida un motivo para seguir gozando con esos ritmos contagiosos y esas texturas envolventes tan bien dadas a transmitir melancolía en un clima de buena onda. Tras la despedida de rigor (chiste incluido con el septeto haciendo la reverencia de espaldas al público), GABRIEL retornó con Levin (al contrabajo) para tocar la intimista ‘Father, Son’, posiblemente el momento más inmediatamente vulnerable de la noche. Una vez terminada esta mirada hacia el ámbito interior del amor familiar, el grupo completo regresó al escenario para que GABRIEL abordara una mirada final hacia el entorno mundial. ‘Biko’, canción emblemática del mejor rock comprometido, cerró la noche con un esplendor bien llevado: los colores de la gaita eléctrica y el esquema percusivo armaron la excelsa arquitectura global de la pieza, mientras parte del público fervientemente acompañaba al Maestro en su canto. Teniendo en cuenta que el Perú es un país particularmente sensible a la cuestión de los derechos humanos, la inestabilidad institucional, el terrorismo y el abuso de poder, ‘Biko’ es una canción que se presta mucho a ser significativa más allá de su temática específicamente sudafricana.
El repertorio del concierto fue como sigue.-
20) Biko
Bueno, como nota anecdótica, señalo la actuación del grupo telonero THE BLACK SWAN EFFECT, presentado por el mismo GABRIEL antes de su propia actuación. No era un grupo muy llamativo ni tampoco muy original, patentemente enmarcado en la onda “Indie” y sin asumir demasiados riesgos dentro de sus bien definidos parámetros,… mejor lo dejamos ahí.
Siguiendo con PETER GABRIEL, cabe señalar que él hizo algunas variantes en el repertorio durante su periplo sudamericano: por ejemplo, ‘Father, Son’ no fue ejecutado en Caracas; en Argentina, GABRIEL añadió ‘Big Time’; en Chile, GABRIEL disfrutó del apoyo musical de parte del ensamble Inti Illimani para interpretar ‘Wallflower’. Fue un gusto ver a PETER GABRIEL, uno de mis máximos héroes musicales, tan cercano a la sesentena y en tan buena forma, tanto creativa como performativamente. Este repertorio que incluye tantos temas de sus primeros cuatro álbumes (presencia decreciente para sus giras de “Us” y “Up”) tuvo algo de nostalgia, pero mucho más de revitalización. Fue uno de los mejores espectáculos musicales jamás dados en el ambiente limeño.
Me despido con los siguientes tubitos tomados de este evento que acabo de reseñar.-
Steam: http://www.youtube.com/watch?v=VoICWjhW-yA
Solsbury Hill: http://www.youtube.com/watch?v=S1cgijlf7xM
Sledgehammer: http://www.youtube.com/watch?v=bUXkIu5LLMM
In Your Eyes: http://www.youtube.com/watch?v=nTErXgE5rE4
Red Rain: http://www.youtube.com/watch?v=vIafpYi1IBM
Biko: http://www.youtube.com/watch?v=vwZ2dgeLiXY
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