HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
En esta ocasión les quiero llamar la atención sobre un disco que más que un disco en sí es una experiencia tanática que transporta al oyente a los campos de la genialidad absurda y a las cavernas de la más infame oscuridad al unísono. Me refiero al nuevo disco del ensamble noruego SHINING titulado “Blackjazz”. “Jazz negro” es el equivalente español de este título, pero en realidad cabría describir la propuesta musical de SHINING como una (des)equilibrada amalgama de prog metal, death metal, crimsonismo, avant-jazz, RIO y electrónica; o también se puede describir como un híper-fantomismo ultra-crimsonizado empapado de mega-nineinchnailismo y sobre-toolización a la n potencia universzeriano-zappiana. Estos intentos ostentosamente fallidos de mi parte por describir al lector el tipo de oferta progresiva que establece SHINING deberá proporcionar (eso espero al menos) algún atisbo mental en torno al vendaval sonoro que nos espera a abordar la escucha de “Blackjazz”. Y eso que el grupo comenzó a inicios del milenio con una propuesta de jazz experimental con amplios espacios para lo acústico (el primer disco, “Where The Ragged People Go”, data de 2001), pero ahora SHINING reina en la escena metalera experimental escandinava a punta de hermanar titánicamente el acero demencial y la electrónica tormentosa. La formación que grabó este disco consiste en: Jørgen Munkeby (voz, guitarras, saxo, Akai EWI, programaciones), Torstein Lofthus (batería – también miembro de ELEPHANT 9), Tor Egil Kreken (bajo), Bert Moen (teclados, sintetizadores, programaciones) y Even Helte Merhansen (guitarras).
La música de SHINING es abrumadoramente cruda en su crueldad pero también destaca por su musicalidad, no tan difícil de notar una vez que vemos y oímos más allá de su patente vendaval de torrentes metálicos. La primera entrega de ‘The Madness And The Damage Done’ refleja un diestro juego de cadencias que abre espacios de tensión más que oportunos para generar una desafiante sofisticación a través de la salvaje agresividad rockera en curso, logrando así concebir una propuesta híper-RIO que pondrá a prueba la tolerancia aventurera del oyente. Por su parte, ‘Fisheye’ baja un poco los decibeles de metralla y ritmo para focalizarse más en lo industrial, logrando así combinar ingeniosamente las influencias masivas de NINE INCH NAILS y TOOL. Tormentas inteligentes y torturas eruditas, todo eso y nada más que eso es lo que no irá brindando SHINING con cada nuevo tema que vayamos encontrando en el disco. ‘Exit Sun Pt. 1’ tiene también aires toolianos, aunque el esquema de trabajo tiene más en común con las propuestas metaleras experimentales de nombres tales como BEHOLD THE ARCTOPUS y BETWEEN THE BURIED AND ME. La breve parte 2 de ‘Exit Sun’ completa la idea con un momento de pura expansión industrial, y con ello, nos preparamos para la frenética odisea jazz-metalera de ‘HEALTER SKELTER’: este curioso homenaje al lado más heavy de THE BEATLES (‘Helter Skelter’, del “Álbum Blanco”) supone una de las manifestaciones más pulcras del salvaje virtuosismo y la combativa crueldad musical en curso. Por su manera tan robusta de diseñar disonancias descoyuntadas, tal vez sea ésta la pieza que más justifica el título del álbum. La segunda entrega de ‘The Madness And The Damage Done’ comienza con un expectantemente otoñal despliegue de psicodelia crimsoniana (el hito de la era Wetton no falla en momentos como éste) a través de un filtro “anekdótico”, para al final desembocar en el masivo motivo central de la primera entrega.
‘Blackjazz Deathtrance’ ocupa un espacio de casi 11 minutos, el más extenso del álbum, y bien puede servir como el manifiesto idóneo sobre la esencia actual y actualizada de SHINING: un vendaval sonoro edificado en base a neuróticos despliegues complejos reelaborados a través de vórtices progresivos vanguardistas, jazzeros e industriales, con muchos recursos dadaístas y drásticos cambios de ambiente cómodamente delineados en medio de las hipérboles death y black metaleras que se van sucediendo. Parece mentira cuán humanamente imposibles parecen varias de las figuras musicales establecidas por los incansables guitarreos y pasajes de sintetizador, así como los desarrollos rítmicos a cargo de Lofthus. ‘Omen’ cierra el repertorio de autoría propia con un ejercicio tétrico y surrealista de RIO fluidamente engarzado dentro del esquema de trabajo recurrente de la banda, en verdad muy a lo “Heresie” (UNIVERS ZERO). La sensación que se produce continuamente a través de los 8 ¾ de duración de esta pieza es la de una agresión en permanente amenaza íntimamente cercana pero que no se concretiza, y aún así, el temor no se agota sino que se sostiene firme como una nube gris en un invierno interminable. El repertorio termina realmente con un cover del incombustible clásico crimsoniano ‘21st Century Schizoid Man’, un tema que se presta muy fácilmente a ser versionado por cualquier ensamble metalero experimental: colabora en voz adicional Grutle Kjellson, del grupo ENSLAVED. Shining tiene todo prácticamente servido desde el año 1969 para redefinir el esquema compositivo original con su metal híper-industrial, ultra-RIO y súper-dadaísta. Este ejercicio de delirium tremens musical culmina la osada y tanática experiencia estética que supone escuchar a “Blackjazz”.
Lo que SHINING nos da con este disco es brutal y motivador a la vez, el rock hecho aquelarre, un diamante oscuro y maldito que nos puede ayudar a exorcizar los fantasmas más oscuros de nuestra psique. Pero cuidado… ¡que nos puede dar miedo descubrir lo que veamos en nosotros mismos! Por lo pronto, aquí [http://www.youtube.com/watch?v=PQ_qD5LFFGI] va un vídeo de la banda tocando el tema ‘Fisheye’ unos meses antes de la salida de este disco, y aquí [http://www.youtube.com/watch?v=Qslyq8CcXu0] está el clip oficial del tema ‘The Madness And The Damage Done’.
En esta ocasión les quiero llamar la atención sobre un disco que más que un disco en sí es una experiencia tanática que transporta al oyente a los campos de la genialidad absurda y a las cavernas de la más infame oscuridad al unísono. Me refiero al nuevo disco del ensamble noruego SHINING titulado “Blackjazz”. “Jazz negro” es el equivalente español de este título, pero en realidad cabría describir la propuesta musical de SHINING como una (des)equilibrada amalgama de prog metal, death metal, crimsonismo, avant-jazz, RIO y electrónica; o también se puede describir como un híper-fantomismo ultra-crimsonizado empapado de mega-nineinchnailismo y sobre-toolización a la n potencia universzeriano-zappiana. Estos intentos ostentosamente fallidos de mi parte por describir al lector el tipo de oferta progresiva que establece SHINING deberá proporcionar (eso espero al menos) algún atisbo mental en torno al vendaval sonoro que nos espera a abordar la escucha de “Blackjazz”. Y eso que el grupo comenzó a inicios del milenio con una propuesta de jazz experimental con amplios espacios para lo acústico (el primer disco, “Where The Ragged People Go”, data de 2001), pero ahora SHINING reina en la escena metalera experimental escandinava a punta de hermanar titánicamente el acero demencial y la electrónica tormentosa. La formación que grabó este disco consiste en: Jørgen Munkeby (voz, guitarras, saxo, Akai EWI, programaciones), Torstein Lofthus (batería – también miembro de ELEPHANT 9), Tor Egil Kreken (bajo), Bert Moen (teclados, sintetizadores, programaciones) y Even Helte Merhansen (guitarras).
La música de SHINING es abrumadoramente cruda en su crueldad pero también destaca por su musicalidad, no tan difícil de notar una vez que vemos y oímos más allá de su patente vendaval de torrentes metálicos. La primera entrega de ‘The Madness And The Damage Done’ refleja un diestro juego de cadencias que abre espacios de tensión más que oportunos para generar una desafiante sofisticación a través de la salvaje agresividad rockera en curso, logrando así concebir una propuesta híper-RIO que pondrá a prueba la tolerancia aventurera del oyente. Por su parte, ‘Fisheye’ baja un poco los decibeles de metralla y ritmo para focalizarse más en lo industrial, logrando así combinar ingeniosamente las influencias masivas de NINE INCH NAILS y TOOL. Tormentas inteligentes y torturas eruditas, todo eso y nada más que eso es lo que no irá brindando SHINING con cada nuevo tema que vayamos encontrando en el disco. ‘Exit Sun Pt. 1’ tiene también aires toolianos, aunque el esquema de trabajo tiene más en común con las propuestas metaleras experimentales de nombres tales como BEHOLD THE ARCTOPUS y BETWEEN THE BURIED AND ME. La breve parte 2 de ‘Exit Sun’ completa la idea con un momento de pura expansión industrial, y con ello, nos preparamos para la frenética odisea jazz-metalera de ‘HEALTER SKELTER’: este curioso homenaje al lado más heavy de THE BEATLES (‘Helter Skelter’, del “Álbum Blanco”) supone una de las manifestaciones más pulcras del salvaje virtuosismo y la combativa crueldad musical en curso. Por su manera tan robusta de diseñar disonancias descoyuntadas, tal vez sea ésta la pieza que más justifica el título del álbum. La segunda entrega de ‘The Madness And The Damage Done’ comienza con un expectantemente otoñal despliegue de psicodelia crimsoniana (el hito de la era Wetton no falla en momentos como éste) a través de un filtro “anekdótico”, para al final desembocar en el masivo motivo central de la primera entrega.
‘Blackjazz Deathtrance’ ocupa un espacio de casi 11 minutos, el más extenso del álbum, y bien puede servir como el manifiesto idóneo sobre la esencia actual y actualizada de SHINING: un vendaval sonoro edificado en base a neuróticos despliegues complejos reelaborados a través de vórtices progresivos vanguardistas, jazzeros e industriales, con muchos recursos dadaístas y drásticos cambios de ambiente cómodamente delineados en medio de las hipérboles death y black metaleras que se van sucediendo. Parece mentira cuán humanamente imposibles parecen varias de las figuras musicales establecidas por los incansables guitarreos y pasajes de sintetizador, así como los desarrollos rítmicos a cargo de Lofthus. ‘Omen’ cierra el repertorio de autoría propia con un ejercicio tétrico y surrealista de RIO fluidamente engarzado dentro del esquema de trabajo recurrente de la banda, en verdad muy a lo “Heresie” (UNIVERS ZERO). La sensación que se produce continuamente a través de los 8 ¾ de duración de esta pieza es la de una agresión en permanente amenaza íntimamente cercana pero que no se concretiza, y aún así, el temor no se agota sino que se sostiene firme como una nube gris en un invierno interminable. El repertorio termina realmente con un cover del incombustible clásico crimsoniano ‘21st Century Schizoid Man’, un tema que se presta muy fácilmente a ser versionado por cualquier ensamble metalero experimental: colabora en voz adicional Grutle Kjellson, del grupo ENSLAVED. Shining tiene todo prácticamente servido desde el año 1969 para redefinir el esquema compositivo original con su metal híper-industrial, ultra-RIO y súper-dadaísta. Este ejercicio de delirium tremens musical culmina la osada y tanática experiencia estética que supone escuchar a “Blackjazz”.
Lo que SHINING nos da con este disco es brutal y motivador a la vez, el rock hecho aquelarre, un diamante oscuro y maldito que nos puede ayudar a exorcizar los fantasmas más oscuros de nuestra psique. Pero cuidado… ¡que nos puede dar miedo descubrir lo que veamos en nosotros mismos! Por lo pronto, aquí [http://www.youtube.com/watch?v=PQ_qD5LFFGI] va un vídeo de la banda tocando el tema ‘Fisheye’ unos meses antes de la salida de este disco, y aquí [http://www.youtube.com/watch?v=Qslyq8CcXu0] está el clip oficial del tema ‘The Madness And The Damage Done’.
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