HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy descubrimos a KHORUS, cuarteto nacido en
Sevilla en 1974 y que logró sobrevivir unos 4 años haciendo música progresiva
mientras era ignorado por el sistema del negocio fonográfico. La
idea de KHORUS y la composición de los temas surgieron desde la iniciativa de
Fernando Carmona [guitarras eléctricas y electro-acústica] y Jesús Carmona
[piano eléctrico y sintetizadores]. Siendo el primero autodidacta y contando el
segundo con estudios de música en el Conservatorio de Sevilla, ambos compartían
una común afición entusiasta por lo que entonces era el modelo de grandiosidad
en el lenguaje del rock: el género progresivo. La línea de trabajo de KHORUS, completado por Juan Falero [bajo] y Juan Carlos
Nieto [batería], consistía en un prog sinfónico de amplias connotaciones
cósmicas y ciertos guiños al swing y las cadencias propias del jazz-rock. A pesar de haber cultivado un público de culto
en sus actividades en vivo en varios lugares de Andalucía y gozar de un amplio
respeto de parte de los organizadores de conciertos e ingenieros de sonido que
los escuchaban tocar, KHORUS no recibió el más mínimo gesto de atención de
parte de las casas discográficas a cuyas puertas llamó. En fin, el transitar de
la banda terminó en 1978 sin poder presumir de haber grabado un disco por lo
menos. El siguiente paso fue transformarse en BOLA BANDA ELECTRÓNICA, y de allí
pasara a GRUPO Q, lo cual le dio más réditos comerciales a Fernando en su
momento, pero ése es otro cantar. Concentrándonos en el caso de KHROUS, se
valida el refrán de que hay mal (como el olvido) que cien años dure, por lo que
el colectivo Arabiand logró en 2010 rescatar en el CD “Suite” el breve pero
estupendo legado que KHORUS dejó para la vanguardia andaluza de aquel momento:
“Suite” recoge una suite progresiva simplemente titulada ‘Suite’, que fue
grabada como maqueta en el exclusivo (y único) estudio sevillano de PlaySur, y
dos temas registrados en vivo en un concierto que tuvo lugar en Huelva en 1978.
La suite abarca un espacio de más de 24 ½
minutos y se focaliza en una imaginería distópica marcada por un mundo
híper-tecnologizado y un rol nulo del individuo como entidad capaz de
autodeterminación. Así las cosas, St. K., el protagonista de este relato tiene
que escapar del sistema político y esconder un valioso artefacto inventado por
él en el Bosque de Khorus. Veamos los títulos de las secciones que la
conforman: ‘Silencio Y Aparición’, ‘En La Entrada’, ‘Detectores De Controles De
Inseguridad’, ‘Espías’, ‘Esos Ecos’, ‘Esperando’, ‘Ascenso’, ‘No Te Escondas’,
‘Perseguidos’ y ‘Evasión’. Hablando desde lo estrictamente musical, ‘Suite’ se
enmarca dentro de un sinfonismo donde claramente se alternan ribetes cósmicos
(afines a los estándares de PINK FLOYD, NOVALIS, PULSAR…) con estilizaciones
melódicas bien consumadas (afines a YES y CAMEL). Tal vez se dé la sensación a
veces de que una sección es demasiado corta pues goza de un obvio gancho
melódico o invita a que el solo de guitarra en curso se imponga por un espacio
mayor del que dispone de facto, pero en líneas generales cabe calificar a esta
‘Suite’ como impresionante y gratificante. Las ilación de las tres últimas
secciones incorpora alegres grooves jazzeros a la cuestión, permitiendo así que
la ‘Suite’ se cierre con un aura extrovertida. El hecho de que esta composición
sea del año 1975 y anticipe por algunos años lo concretizado magistralmente por
bandas como CAI, IMÁN y AZAHAR añade una importante dosis de admiración por el
mérito de esta creatividad que se explaya ante nuestro oídos.
Los dos siguientes temas con los que se
completa este rescate musical proceden de un registro en vivo de calidad
mediocre en cuanto al aspecto técnico del sonido, pero de gran valor estético.
El primero, titulado ‘1072’, despliega una ágil mezcla de energía esotérica a
lo MAHAVISHNU ORCHESTRA con la ambiciosa estilización de FOCUS; cabe destacar especialmente los solos y ornamentos de guitarra
que elabora Fernando, realmente monumentales, aunque queda claro que el brillo
de la pieza se debe esencialmente al inteligente engranaje de la banda de forma
integral. El segundo tema, ‘Dagas Flameantes En Los Horizontes Vencidos De
Córdoba’, se centra en atmósferas flotantes de corte space-rock-sinfónico donde
los teclados ocupan el rol protagónico en la colocación y desarrollo de aires
arábigos. Funciona muy bien como cierre de la experiencia melómana del CD en
tanto que su aureola cósmica es eficazmente envolvente… pero quién sabe si no
hubiera funcionado mejor como parte inicial de otra suite… Pero en fin, es lo
que hay y lo que existe de KHORUS tiene suficiente gallardía y suficiente
creatividad para ser valorado como lo que es: un magnífico tesoro otrora
perdido del rock progresivo andaluz que ahora ha sido rescatado para
beneplácito de los conocedores coleccionistas de rock artístico. ¡Atención a
esto!
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