Sunday, November 24, 2013

RICARDA COMETA o el art-rock como delirio lúdico


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión se da el momento de presentar al trío argentino RICARDA COMETA, conformado por los guitarristas Jorge Espinal y Luciano Vitale y la baterista Tatiana Heuman. Cabe señalar que el primero de los dos guitarristas mencionados es oriundo del Perú, pero emigró a inicios del nuevo milenio a Argentina. Extroversión neurótica, espiritualidad festiva y arquitectónica intrincada conforman el tridente básico que opera como cimiento de la propuesta de RICARDA COMETA; para decirlo de una forma más específica, dicha propuesta articula recursos del math-rock, el no-wave, la psicodelia obsesivamente pulsátil de herencia NEU! y el rock-in-opposition en sus dimensiones más áridas (pensamos en ART BEARS, ETRON FOU LELOUBLANC, MASSACRE). Todo esto hallamos en el disco homónimo de este trío, publicado en el pasado mes de mayo tanto en su blog de Bandcamp como en formato físico. El modus operandi de la banda se enfila totalmente hacia la creación improvisada y un continuo recurso de las guitarras preparadas (insertando chapas metálicas entre las cuerdas) en oposición a los muy acostumbrados pedales: estos indicios revelan cuán comprometido está el trío con el sentido de aventura propio del avant-garde en el arte del ruido. 


La dupla inicial de ‘Dale Matraca’ y ‘El Sin-Chapa’ pone casi todas las cartas sobre la mesa respecto a la intención de RICARDA COMETA de compartir con el oyente sonoridades y esquemas rítmicos rockeros que transmitan desfachatez dadaísta y vigor inteligentemente articulado mientras cuestionan severamente los estándares del rock en sí. Un poco menos laberíntico pero igualmente pertrechado en la lógica de lo machacón con miras a crear nuevas modalidades de incomodidad estética, ‘Mango Biche’ refleja una visceralidad inquieta y juguetona. El tema más largo del disco es ‘Más Allá Vente Más Pa Acá’, ocupando un espacio de 6 ½ minutos. Aquí el trío nos muestra un nuevo ordenamiento de su visión musical, uno más oscuro y perturbador, aunque no tanto por lo siniestro sino porque los afanes de desestructuración están siendo llevados hacia límites más amplios – así, el resultado final es osado, bien enmarcado en la densidad deconstructiva de la musique concrete, estrechamente conectado con el dinamismo postmoderno de los legendarios HENRY COW en su época de “In Praise Of Learning”. Más adelante, en ‘Tembleque’, el grupo volverá a investigar este lado oscuro de su esencia sónica, aunque con niveles de tensión más comedidos, incluso señalando cierta aureola reflexiva. En medio de estas excursiones peculiares, el trío se retrotrae hacia las pulsaciones machaconas con ‘Glaseando El Camote’ (en base a un manejo irreverente de cadencias Latin-jazzeras) y la neurosis lúdicamente dadaísta de los dos primeros temas con ‘Empina El Codo’. Finalmente, ‘Los Animales’ ocupa los 2 últimos minutos y pico del álbum con una vitalidad que bien suena a un híbrido del PRIMUS más aventurado y el estándar de MASSACRE.


Es un poco frustrante que este disco dure menos de media hora, pero dentro del contexto general de esta situación, se trata de una queja muy menor, pues la música que hace RICARDA COMETA merece una celebración por su ingenio y vigor.


Muestras de “Ricarda Cometa”.-

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