HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy es el momento de
presentar al grupo español GLAZZ por motivo de su más reciente trabajo
fonográfico “The Jamming Sessions: Take II”. GLAZZ se ha formado en el Puerto
de Santa María, dentro de la bella provincia andaluza de Cádiz, en los inicios
del nuevo milenio, con la misión de hacer música jazz-progresiva sensible a
eclecticismos con la psicodelia, el space-rock, la fusión y las vanguardias
improvisacionales; lo conforman Javi Ruibal [batería, percusiones y Kaos Pad],
José Recacha [guitarras, sitar eléctrico y teclados] y Daniel Escortell [bajos
y sintetizador Moog]. El material de “The Jamming Sessions: Take II” fue
registrado a partir de improvisaciones colectivas en un cálido día de julio del
2013 a las afueras de la ciudad de Tarifa, en plena temporada veraniega… ¡a 40ºC! también hay
algunos registros adicionales grabados en los Estudios Lo Suyo del Puerto de
Santa María. La energía incandescente del ambiente en el cual desarrollaban sus
ideas los tres músicos se ha trasladado muy bien a las sonoridades
concretizadas a través del repertorio del álbum, cuyos detalles pasamos a
repasar de inmediato.
‘Act I’ abre con el
expectante vigor de ‘Neptune’s Anger’, armado bajo las coordenadas típicas del
space-rock con algunos ribetes stoner. El jam en sí mismo no es muy largo pero
tiene una personalidad suficientemente arrolladora como para asentar
fehacientemente la atmósfera propicia para la irrupción siguiente de ‘Giant
Dune’, un monumental ejercicio de psicodelia clásica al estilo Hendrixiano
ornamentado con abundantes grooves exaltados propios del jazz-rock y el krautrock
guitarra-céntrico (ASH RA TEMPEL, GURU GURU). Si en la primera sección teníamos
una manifestación de intensa extroversión, aquí esa intensidad adquiere niveles
ígneos, logrando así gestar un cénit decisivo del repertorio íntegro. Los
integrantes del trío se manejan con inteligente sentido de la libertad mientras
van dialogando durante las variaciones de motivos y ambientes. Con la dupla de
‘Annexation’ y ‘Meet My Gods’, el trío pasa a explorar unos matices más
contenidos, generosos en vibraciones cósmicas y misteriosas, y lo hace
manejando las transiciones con buen pulso. Para este caso, el factor
jazz-rockero gana presencia y eso permite a la banda hacer gala de su visión
arquitectónica, a veces hasta sigilosa… eso hasta que los recursos de vitalidad
psicodélica vuelven a imponerse dentro del esquema grupal. Luego, ‘Baco’s
Garden’ elabora un dinamismo bien dibujado y centrado, preparando el camino
para los coqueteos funky-rock de ‘Modern Life’. La sexta y última sección de
‘Act I’ es ‘Exile’, una pieza lenta y melancólica donde notamos nexos con el
paradigma Floydiano pre-1973 y el esplendor conmovedor del estándar del rock
sinfónico en sus momentos más ceremoniosos: incluso las ocasionales capas de
teclado ayudan a reforzar estos nexos. Los ornamentos aleatorios del pasaje
final ensalzan la imagen del final definitivo de algo grandioso, marcado por el
despliegue de variopintos ímpetus que han tenido lugar durante el poco menos de
media hora que ha durado este Acto inicial.
‘Act II’ incluye una
sola sección, la misma que se titula ‘Mare Nostrum’. Dura 12 minutos y se
centra en un modus operandi donde el space-rock y el jazz vanguardista se
mezclan en atmósferas etéreas, no exentas de ciertas dosis de inquietud en
varios momentos de las expansiones temáticas; también se notan ciertos aires
arábigos en algunos pasajes dirigidos por la guitarra, y de alguna manera, también algún filo propio de la faceta más abstracta del inmortal FRANK ZAPPA. Una vez más, los músicos
hacen gala de su exultante capacidad de comunicación manejándose como tres
individualidades que se congregan mientras arman y desarman las pautas de su
permanente comunión: los GLAZZ dominan esta forma de dinámica musical con un temple bárbaro. ‘Act III’ se extiende por un espacio de 38 minutos, y
justamente su sección de apertura ‘The Legion’ dura poco más de 11 minutos, y
su estrategia consiste básicamente en retomar las atmósferas atrapantes e
intensas de ‘Giant Dune’ y ‘Annexation’ para proveerles una dosis un poco mayor
de densidad rockera. Enfilándose hacia paisajes sonoros sombríos, la segunda
sección ‘Zama’s Battle’ comienza con atmósferas de oscuridad y retraimiento
bajo la poderosa guía del bajo, tornándose luego hacia una manifestación de
exaltación cósmica de obvias familiaridades krautrockeras, pero con un ropaje
estilizado más afín al modelo de la psicodelia progresiva de nuestros tiempos.
Se trata de una pieza muy guerrera, lo cual no es anecdótico pues se inspira en
la batalla de Zama, la que dio el desenlace de la Segunda Guerra Púnica. Estas
dos primeras secciones de ‘Act III’ conforman indudables pináculos del álbum,
el cual de por sí guarda una creatividad muy homogénea en su expresividad.
La breve sección
‘Desertion’ tiene las misiones sucesivas de capitalizar por un rato más el
vigor expresivo de ‘Zama’s Battle’ y redondear la faena con un descenso gradual
hacia una languidez contemplativa. La razón de eso está en el inmediato engarce
con la penúltima sección, titulada ‘The Oracle’, la cual se regodea en capas
abstractas al modo de retazos de viajes a través del limbo. Incluso en
ocasiones como ésta, el grupo no pierde oportunidad de mostrar su fuerza
esencial, pero queda claro que no es tiempo de edificar tormentas rockeras sino
de trazar manchas que puedan expandirse o retraerse según sea lo oportuno en
cada instante preciso. A pesar de que su lugar es principalmente el de
remodelar la herencia de temas precedentes, también es justo señalar que ‘The
Oracle’ ostenta una personalidad propia. ‘Idiosyncrasy’ cierra el tercer Acto y
el álbum con un nuevo viaje hacia la dimensión jazz-rockera de la banda,
empezando con una actitud serena y sigilosa para luego enrumbarse hacia una
ambientación poderosa con elementos de blues-rock: los legados de JEFF BECK y WEATHER
REPORT asientan muy bien dentro del encuadre jazz-progresivo con el que Ruibal,
Recacha y Escortell elaboran el perfecto broche para “The Jamming Sessions:
Take II”, un disco genuinamente titánico.
Todo esto es lo que nos ha dado GLAZZ para el año 2014, tal vez el
disco más logrado de esta temporada para la vanguardia progresiva española.
Como ahora los GLAZZ están trabajando en el que será su siguiente disco y están
presumiendo de las “medallas” de su reciente periplo en escenarios japoneses,
pues solo nos queda felicitarnos de que podamos gozar de más genialidad de este
trío en el futuro cercano.
Muestras de “The Jam Sessions: Take II”.-
Exile [en vivo en las
ruinas de Baelo Claudia, Tarifa]: https://www.youtube.com/watch?v=6QYapDmRQl8
Zama’s Battle [en vivo
en las ruinas de Baelo Claudia, Tarifa]: https://www.youtube.com/watch?v=DHZszTvh1SU
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