HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy
nos metemos en una de las muchas arcas de tesoros perdidos que existen en el
inmenso y frondoso bosque lejano del rock sinfónico británico de inicios de los
70s: al hacerlo, nos topamos con FIELDS, un trío centrado en la presencia del
teclista Graham Field (Graham Stansfield era su verdadero nombre) tras su salida del relativamente exitoso cuarteto RARE
BIRD... Cómo olvidar que son gestores del himno pacifista ‘Sympathy’. Aunque dentro de RARE BIRD había
bastante espacio para los teclados con las presencias de Field y David
Kafinetti, tras la producción del segundo álbum del cuarteto, Field decidió
formar un trío con él mismo como único teclista: sus compañeros de aventuras
fueron el baterista-percusionista Andy McCulloch (recientemente ido de KING CRIMSON
por sentirse poco interesado en la evolución estilística de la banda y su
escasa logística para tocar en vivo tras grabar “Lizard”) y el
cantante-guitarrista-bajista Alan Barry. Este último también tenía un pasado
semi-Crimsoniano en su currículum vitae por haber integrado entre 1962 y 1963
la banda DOWLANDS con los hermanos Peter y Michael Giles (¡vaya por dónde!). El
estilo propuesto por FIELDS está, en cierto sentido, cercano al paradigma
Emersoniano (tanto por lo de los últimos discos de THE NICE como por el primero
de EMERSON, LAKE & PALMER), pero también se notan los aires de familia con
la vitalidad impenitente de unos ATOMIC ROOSTER, así como con la pulcritud
melódica heredada de los dos primeros álbumes de RARE BIRD y la soltura mayestática de unos COLOSSEUM. También se anticipa la gracilidad colorida y estilizada que poco después habremos de
disfrutar en el cuarteto GREENSLADE. Es curioso que nos veamos en la situación
de mencionar a estos últimos dos grupos, pues justamente Andy McCulloch, tras
la temprana debacle de FIELDS, rehízo su carrera musical como baterista-percusionista
de aquel grupo que surgió comandado por el ex-COLOSSEUM Dave Greenslade que justamente pasó a llamarse GREENSLADE. FIELDS
grabó un disco homónimo para el sello CBS a mediados del 1971. El poco apoyo
del sello y la mínima repercusión comercial del álbum lo convirtió en el único
de la banda… o eso se creía hasta marzo pasado.
Resulta
que a fines del año 1971, el trío decidió resistir un poco más a pesar del
fracaso comercial de “Fields” y el inconveniente de la partida de un decepcionado Barry:
así, Field y McCulloch convocaron como reemplazante de Barry a Frank Farrell
(quien había formado parte de SUPERTRAMP como bajista-acordeonista para su segundo álbum “Indelibly
Stamped”, habiendo coescrito una canción con Roger Hodgson) y se pusieron todos manos a la obra para armar nuevo material con la
meta de grabar un segundo disco a ser titulado “Contrasts”. El disco fue
efectivamente grabado pero los masters fueron abandonados y despreciados por la
CBS, provocando ya el desánimo decisivo y fatal para el trío: disuelta la concepción de FIELDS como entidad musical, el maestro Field tomó un sendero solista. En fin, más de 4
décadas después, Graham Field ha rescatado los masters de aquel segundo disco y
los ha sometido a una mezcla de sonido más meticulosa que la que se podía hacer
con la tecnología disponible en aquellos tiempos de gestación del disco… y ya
es una realidad bajo el título extendido de “Contrasts – Urban Roar To Country
Peace”. El sello Esoteric Recordings se ha encargado de publicar este tesoro
perdido con una edición refinada que incluye en su librito varios dibujos y una
entrevista al buen Sr. Field. El disco nos ofrece un repertorio oficial de 8
canciones y 3 bonus tracks: con esto ya podemos decir que la comunidad
progresiva internacional tiene al alcance de la mano todo lo que FIELDS pudo
aportar al ideal del rock progresivo durante sus escasos 18 meses de
existencia. En el balance general que planteamos ahora para terminar con estos
preámbulos, valoramos principalmente la mayor fuerza expresiva del álbum debut,
mientras que “Contrasts” tiene a su favor una labor de artesanía refinada a la
hora de elaborar nuevas texturas dentro del sonido grupal, así como una
producción de sonido más solvente, lo cual claramente se debe al hecho de que
la postproducción se ha hecho en nuestros tiempos.
Volviendo a los inicios de FIELDS, surgió, como dijimos antes, tras la partida de Field de las filas de RARE BIRD, banda que sentía un colectivo ímpetu especial tras la realización de su segundo disco “As Your Mind Flies By” en 1970 por vía del sello Charisma Records, que también había publicado el álbum homónimo del año anterior. Los problemas de viabilidad económica derivados del desfavorable contrato firmado con el mencionado sello llevaron a Field y sus amigos a disolver la banda, aunque ésta se reformó poco después con algunas variantes importantes de integrantes y enfoque musical. Mientras tanto, Field se preguntaba cómo podía retomar el camino del rock progresivo y formuló esta pregunta en voz alta a Robert Fripp en una tertulia telefónica, sabiendo que él también se sentía en una situación similar respecto a KING CRIMSON a inicios del año 1971; éste le respondió que, por si acaso, conocía a un muy buen baterista llamado Ian McCulloch. La sugerencia no sólo era buena por el asunto particular de Ian, sino también porque éste trajo consigo al guitarrista-cantante Alan Barry. Cuando éste aceptó la sugerencia de Field de dar prioridad al bajo (se mandó hacer una guitarra-bajo doble), un nuevo power-trío había nacido. Le cedemos la palabra a Field: “Alan fue genial, él es un ejecutante muy
prolijo, lo cual me venía bien porque no quería que el bajo en FIELDS sonara
tan básico como en RARE BIRD. Allí, dado que la batería tenía un estilo
bastante complicado, se necesitaba un pulso más básico en las partes de bajo. Pero
en FIELDS, Andy era muy preciso en el modo de dejar algunos vacíos mientras
manejaba un toque sofisticado. Él era un gran fan de Mike Giles, el primer
baterista de KING CRIMSON, quien era muy dado a dejar vacíos de forma
maravillosa, así que Alan podía hacer todos los ornamentos que quisiera con su
bajo porque Andy era sólido como una roca.”
Bueno, vayamos ahora a los detalles de estos dos discos de FIELDS, respetando el orden
cronológico. “Fields” se inicia con una pieza ágil y vibrante que dura poco
menos de 5 ½ minutos: ‘A Friend Of
Mine’. Con los ornamentos barrocos y manieristas de los teclados (órgano y
pianet) se tiene garantizado un colorido melódico sólido, mientras que
McCulloch hace gala de su inteligente punche a través del rigurosamente exigido
dinamismo que se da de principio a fin del tema. Luego sigue la dupla de ‘While
The Sun Still Shines’ y ‘Not So Good’: el primero de estos temas juega con un
groove R’n’B no ajeno al paradigma de TRAFFIC, pero robustecido por una
vitalidad rockera propia del DEEP PURPLE pre-Gillan, mientras que el segundo
consiste en una balada sencilla con cierto aire a los PROCOL HARUM de 1969-70 y con algunos guiños inevitables a RARE BIRD. ‘Three Minstrels’
juega con atmósferas y ritmos renacentistas: la línea melódica ceremoniosa se
complementa con ciertos recursos percusivos llamativos, mientras que en algunas
secciones el trío elabora una sonoridad fastuosa. Cerrando la primera mitad del
álbum, ‘Slow Susan’ es un hermoso instrumental lento e intimista: el sencillo
desarrollo temático ostenta una aureola etérea que parece retratar un ensueño
en un atardecer otoñal. Durando casi 6 minutos, ‘Over And Over Again’ resulta
la canción más larga del disco: heredando mucho del dinamismo con que nos
golpeó ‘A Friend Of Mine’ y también algo del groove coqueto de ‘While The Sun
Still Shines’, se impone como un cénit crucial del repertorio. Las dos baladas
‘Feeling Free’ y ‘Fair-Haired Lady’ sirven para mostrarnos la faceta apacible
del trío: la primera de ellas vuelve al prototipo de PROCOL HARUM mientras que
la segunda se centra en el dueto de voz y guitarra acústica, totalmente
pastoral, con algunos añadidos arreglos de madera muy suavizados (creados por
la invitada Dafne Downes, encargándose ella misma del clarinete, así como por
el propio Barry al mellotrón). ‘A Place To Lay My Head’ se explaya en clave blues-rock
con una cierta ligazón al esquema de COLOSSEUM aunque con un espíritu menos
filudo. Con ‘The Eagle’ concluye el álbum, y lo que se nos muestra en este epílogo
es el clímax final del álbum: un instrumental donde se da luz verde a todos los
recursos de estilización propios del sinfonismo británico, con ciertos guiños
ocasionales a la vitalidad del jazz-rock, y como broche, un hermoso pasaje de doble piano de cola casi a lo CHOPIN. Su extensión es suficiente como para dejar una firme huella melódica, pero sin diluir el impacto general de lo que vino antes. Definitivamente, aquí se concretan los ecos del segundo disco de RARE BIRD, donde se explayaron las ambiciones sónicas del cuarteto originario con dos teclistas.
Ahora
nos centramos en el recuperado disco “Contrasts – Urban Roar To Country Peace”,
el cual muestra a un eficiente Frank Farrell operando más que dignamente como reemplazante de Alan Barry. Como instrumentista, él ayudó a McCulloch a reforzar el tándem rítmico idóneo para aterrizar las ambiciones compositivas de Field; como cantante, aunque su registro no era tan potente como el de su antecesor, era también bastante competente y dueño de un tono agradable. Otra anécdota importante para entender de qué va este álbum es que se trata de una obra conceptual inspirada en el hecho de que el propio Field se mudó del ámbito urbano de Battersea a la aldea de Iver, en la campiña de Buckinghamshire. Yendo ya a los contenidos específicos del disco en cuestión, éste se abre con ‘Let Her Sleep’: 5 minutos de gloria progresiva donde el
medio tiempo imperante se reparte entre estándares de inspiración barroca y
vibraciones de rock melódico refinado. El ensamble se muestra pulcramente
afiatado, satisfecho con su propia fuerza de carácter a la hora de expresar sus
inquietudes musicales. Si esta canción sonaba a una versión de THE NICE hecha
por RARE BIRD bajo la dirección artística de ATOMIC ROOSTER, la siguiente,
titulada ‘Wedding Bells’, nos remite a la línea de COLOSSEUM con algunos
ribetes propios del YES pre-Howe. Teniendo un epílogo de violín, esta canción
abre el camino de engarce para los aires de blues lento de ‘Someone To Trust’.
El violín (evidentemente tocado por un invitado) se queda allí para añadir
colores en algunos lugares estratégicos a fin de realzar la vibración
contemplativa de la canción. Por su parte, ‘Wonder Why’ sube la intensidad
rítmica con una dinámica jazz-progresiva muy ágil que se inspira en parte en el
paradigma del Motown: los coros femeninos, más que acompañar al canto de
Farrell, lo envuelven y opacan. La pieza es muy llamativa, material propio de
las listas de éxitos radiales, y es una pena que no tenga una duración más
amplia. ‘Music Was Their Game’ tiene un extraño pero atractivo aire a los CARAVAN
del “In The Land Of Gray And Pink”: líneas melódicas bien dibujadas, una
actitud picaresca y un canto sereno. Una vez más hay que decir que… ¡es una
pena que solo dure 3 minutos!
La dupla ‘The Old Canal’ y ‘Put Out To Grass’ se
encarga de redondear los recursos estilísticos del trío: la primera pieza es
una balada serena donde el violín entra a tallar para engalanar la base
armónica bien armada por el piano y el órgano; la segunda es una proyección
instrumental que se desdobla entre los paradigmas de THE NICE y COLOSSEUM,
sacando el jugo al coqueto motivo central que se desarrolla con impoluta
fluidez. El repertorio oficial de “Contrasts” se cierra con ‘Storm’, una
canción que nos devuelve a la prestancia estilizada y grácil de ‘Let Her Sleep’
mientras reitera algunos guiños al Canterbury lírico de CARAVAN. Da la
impresión de que esta canción tiene dentro de sí un potencial épico, ayudado no en poca medida por el uso del sintetizador, pero su
fade-out llega antes de que se pueda crear una especie de clímax
resonante. La música no acaba aquí, sin embargo, pues tenemos 3 bonus tracks. ‘Set
Yourself Free’ se sigue explayando en el patrón de CARAVAN con una soltura
llamativa (tal vez afín también al primer YES pero sin guitarra), mientras que
los dos instrumentales ‘The River’ y ‘Spring’ se enfilan hacia climas
relajantes, uno ostentando un cariz pastoral y el otro centrándose en una
languidez etérea en base a amables cadencias blueseras. En ellos dos hay una conexión con algunas líneas estilísticas plasmadas en el primer álbum. Algo que no podemos dejar de decir es que los 8 primeros temas de lo que hoy conocemos como “Contrasts – Urban Roar To Country Peace” conformaba solamente 2/3 de lo que la banda tenía en mente para el disco entero. Lo que sucedió es que, entre fines de 1972 e inicios de 1973, hubo un cambio integral en el personal gerente de la CBS del Reino Unido al ser reemplazados casi todos por personal proveniente de Nueva York. Con esta nueva gente vino un cambio de mentalidad que favorecía el folk-rock, el blues y el rock más comercial, no tanto el rock progresivo y el rock psicodélico. FIELDS no entraba en los planes de promoción y preservación de la nueva música que se venía haciendo en los cuarteles de CBS, así que el trío sintió que no tenía mérito concluir el disco. Palabras de Field: “Todo ese proceso me hizo sentir como si me hubiesen dado una patada en el estómago y quería entrar en el área de la música clásica. Sentía que ya había recibido demasiados sinsabores de la industria del rock. Lo único que quería hacer era crear música que realmente movilizara a la gente, pero el aspecto bursátil de la industria musical era funesto.”
En efecto, Fields dedicó el resto de su vida artística a hacer música para ballet, festivales y teatro, McCulloch fue integrante de GREENSLADE y sesionista por muchos años antes de dejar la música, y Farrell creció como compositor, logrando, entre otras cosas, coescribir varios hits con LEO SAYER. Pero, en fin, volviendo al tema de la presente retrospectiva, el legado entero de FIELDS es valioso para apreciar más a fondo la vertiente sinfónica del rock progresivo británico que ya tenía sus
estándares bien asentados en los inicios de los 70: teniendo en cuenta este entorno inmediato dentro del
que se movieron Field, McCulloch, Barry y Farrell, “Fields” y “Contrasts –
Urban Roar To Country Peace” son testimonios estupendos del tipo de creatividad
musicalidad ebullente e incesante dentro del rock artístico
británico. Sobre todo, nuestro redescubrimiento de FIELDS servirá como un motivo de agradecimiento por el encanto y la belleza del material que se gestó durante su corta vida.
Muestras de FIELDS.-
A Friend Of Mine: https://www.youtube.com/watch?v=4ozEo56LuRM
Slow Susan: https://www.youtube.com/watch?v=AwcD3G1bDwA
Over And Over Again: https://www.youtube.com/watch?v=zqkwwJKqWVY
The Eagle: https://www.youtube.com/watch?v=I3WPjEUzJhs
Let Her Sleep: https://www.youtube.com/watch?v=s26XWhulC-o
Music Was Their Game: https://www.youtube.com/watch?v=bEA6Ien0_pk
Put Out To Grass: https://www.youtube.com/watch?v=v5aPBJ2FEZw
Adenda de setiembre del 2024: El sello
Esoteric Recordings publicó en el año 2022 el doble CD “Feeling Free: The
Complete Recordings 1971 – 1973”, que es justamente lo que dice el subtítulo,
la recopilación de los dos únicos álbumes de FIELDS más algunos bonus tracks.
Los correspondientes al segundo volumen son los mismos de la edición del
segundo álbum que reseñamos aquí, pero la novedad está en el primer volumen,
pues incluye canciones grabadas para dos sesiones de la BBC Radio. Una de ellas
es ‘Wouldn’t You Agree’, una balada progresiva con tintes blueseros que incluye
un interesante solo de guitarra de Barry, tal vez el mejor que ha hecho
durantesu estadía en la banda.
Dado que Graham Field murió en abril del
2018 y Frank Farrell en julio de 1997, dedicamos esta retrospectiva a sus
respectivas memorias.
[Reseña
dedicada con camaradería y profundo agradecimiento a Ernesto Vidal, el jefe de
La Progresión, por habernos mostrado a FIELDS]
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