Saturday, June 11, 2016

TUSMØRKE: la autoridad de una voz joven en la escena paleo-progresiva noruega


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

TUSMØRKE es la banda noruega que presentamos en esta ocasión so pretexto del reciente lanzamiento de su tercer trabajo fonográfico “Ført Bak Lyset”, el cual fue publicado a mediados del pasado mes de marzo por el sello. La alineación de TUSMØRKE consta de Marxo Solinas [teclados], Benediktator [bajo y voz], Krizla [flauta y canto], HlewagastiR [batería] y DreymimaðR [guitarras]. Este grupo paleo-progresivo (una mezcla de folk-prog y retro-sinfonismo con uan actitud de veneración a las culturas premodernas) debutó en el año 2012 con el álbum “Underjordisk Tusmørke”, sucedido dos años después por “Riset Bak Speilet”. Si el grupo comenzó como una entidad folk-rock con inclinaciones progresivas, el sendero recorrido entre el segundo disco y esta nueva obra “Ført Bak Lyset” ha llevado al grupo a instalarse seria y convincentemente en el estándar del rock progresivo. Podemos estar seguros de que ésta es una estupenda vía de entrada a su mundo musical para quienes aún no lo conocen, un mundo que se alimenta simultáneamente de los legados de la primera escuela sinfónica escandinava (BO HANSSON, RAGNARÖK), el acid-folk y el rabioso jolgorio propio del folk-rock progresivo (JETHRO TULL, FAIRPORT CONVENTION… incluso HOELDERLIN). Este término de lo paleo-progresivo está inspirado en la visión artística del cineasta y poeta Alejandro Jodorowsky, preocupado como estaba por explorar surrealistamente los recovecos de los mitos y leyendas antiguos. Vayamos ahora al grano, o sea, a los detalles del repertorio de “Ført Bak Lyset”.


Ocupando los primeros 5 ¾ minutos del disco, ‘Ekebergkongen’ despliega un vigor extrovertido contagioso desde el punto de partida. Incluyendo algunas citas de ‘En el salón del rey de la montaña’, una de las melodías más famosas de Edvard Grieg – orgullo patrio que le llaman –, el motivo central de la flauta instaura las bases para un clima de jolgorio pastoral. También es de notar cómo las ajetreadas líneas de bajo simultáneamente completan el swing general de la canción y complementan a los aportes del teclado y la guitarra. Una vez pasada esta danza llega la hora de ‘Et Djevelsk Mareritt’, una canción más sosegada que cumple con insuflar algunos sólidos aires sinfónicos a las cada vez más imponentes atmósferas juglarescas: estamos realmente en terreno Tulliano dentro de un ambiente grácil donde lo céltico y lo vikingo se unen en una hermandad cuya creciente luminosidad se manifiesta abiertamente en la vitalista sección intermedia. Tenemos aquí un cénit decisivo del álbum, y la pieza titulada ‘De Reiser Fra Oss’ debe cumplir con la tarea de sucederle, y para asumir dicha función con prestancia y eficiencia, se mete de lleno en una colorida mezcla de fuentes progresivas de vieja escuela: desde el BO HANSSON del “Magician’s Hat” hasta el legado de OCTOPUS (grupo que solo publicó un concept-album titulado “Thærie Wiighen”), pasando por el HOELDERLIN del “Clowns & Clouds” y el GROBSCHNITT del “Rockpommel’s Land”. El asunto es que aquí tenemos un boato fresco cuya patente polenta rockera es manejada con un vigor convincente; además, sus obvias vibraciones de tenor retro resultan entrañables, gestando una complicidad peculiar con el oyente siempre nostálgico de la primera generación del rock sinfónico europeo. Un cénit tras otro cénit. Con el arribo de la pieza que da título al disco, el grupo se dispone a seguir adelante con la exploración de sonoridades y grooves heredados de la fase germinal del sinfonismo europeo, pero esta vez con un tenor más calmado: los aires de familia con la primera época de BEGGAR’S OPERA y el paradigma de GRACIOUS! son fáciles de notar… y no puede faltar un arrebato danzarín en un pasaje crucial del intermedio, antes de que la culminación temática de la canción regrese al clima inicial.


‘Spurvehauken’ es la canción más relajante del repertorio de Ført Bak Lyset”, y de hecho, la introducción de piano nos hace anticipar una balada fastuosa a lo PROCOL HARUM (de la época 68-70), pero más bien nos topamos con una cálida exhibición de climas sosegados, al modo de un intermedio entre las últimas nieblas otoñales y los primeros fragores primaverales. Una cruza entre BO HANSSON, el JETHRO TULL del “Benefit” y el PROCOL HARUM del primer álbum puede ser una buena descripción de la onda de ‘Spurvehauken’. Ya nos vamos acercando al final del álbum cuando emerge ‘Nordmarka’, una canción que dura 7 ½ minutos con una patente luminosidad extrovertida que vierte desde el primer instante. En muchos sentidos, retoma los recursos sonoros que signaron la dinámica colorida de De Reiser Fra Oss’, pero al destacar sus pautas individuales, aquí notamos una presteza más intensa en la armazón rítmica de sus diversos motivos hilados, así como un uso más controlado de la vivacidad potencial que es tan propia del híbrido de sinfonismo y folk-rock. Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto, el bajo instaura un viraje temático que resulta crucial para el desarrollo de la sección final. ‘Vinterblot’ es la pieza más extensa del disco – dura poco más de 8 ½ minutos – y también es la que se encarga de cerrarlo. Al igual que la canción inmediatamente anterior, la canción erige una vitalista extroversión desde el mismo arranque. Esta vez contamos con un motif central cuyo esquema de trabajo consiste en un sinfonismo amable animado sobre un swing jazz-rockero, casi funk (al estilo del antes mencionado referente noruego OCTOPUS). En algún momento se abre paso a un breve interludio en clave acid-folk, pero básicamente se trata de un momentáneo reposo ante el motif inapelablemente dominante. En muchos aspectos sentimos que la penúltima pieza hubiera servido como un mejor broche para el álbum, pues su mayor garra es idónea para establecer un clímax realzado para el momento final, pero si el grupo quería concluir el repertorio con una atmósfera de ligera iluminación, pues la opción de ‘Vinterblot’ resultaba la correcta. Todo esto fue “Ført Bak Lyset”, una muy pulida joya de música retro-progresiva... perdón, paleo-progresiva que nos brinda la gente de TUSMØRKE desde la siempre inquieta escena del art-rock escandinavo. Esta banda noruega nos ha gustado mucho desde el primer disco pero es con este tercer trabajo que su currículum vitae registra un cénit especial.


Muestras de “Ført Bak Lyset”.-

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