Monday, July 29, 2024

La nueva selección de horas doradas del maestro ANTHONY PHILLIPS



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Estamos de plácemes en este segundo tercio del año 2024 porque a fines de mayo pasado se publicó “Private Parts & Pieces XII: The Golden Hour”, el nuevo trabajo fonográfico del maestro ANTHONY PHILLIPS, por vía del sello Esoteric Antenna (bajo licencia de Cherry Red Records), a fines del último mes de mayo. PHILLIPS se hace cargo de la mayoría de las guitarras y los teclados, y también algo de canto, a lo largo de esta colección de composiciones que datan de diversos lugares y tiempos y que sirven a diversos propósitos. Cediendo la palabra al propio ANT, se trata de “una publicación de AP&P a la vieja y tradicional usanza, una colección de piezas de dispares orígenes que se espera que conformen una totalidad coherente.” En los últimos años se ha estado movilizando mucho el catálogo de ANTHONY PHILLIPS en el mercado fonográfico con reediciones de viejos discos (“Slow Dance”, “Gypsy Suite”) y recopilaciones de múltiples volúmenes con material extra (cajas de cuatro y tres discos de la serie “Private Parts & Pieces”, así como “Missing Links”), lo cual ha estado ralentizando un poco el desarrollo de un próximo disco centrado en el piano, pero, mientras tanto, aquí está “The Golden Hour” para revelar una nueva selección de viejas composiciones ante nuestros oídos. PHILLIPS contó con la valiosa ayuda de su amigo de años Jonathan Dunn para concretar esta nueva recopilación de piezas que, en palabras del propio PHILLIPS, habían quedado totalmente olvidadas en lso archivos de su mente. Aquí están incluidas algunas piezas grabadas junto al argentino Quique Berro García a la guitarra clásica; también aparece en un par de temas el teclista James Collins tocando sintetizadores. Allí donde ellos aparecen también fueron los coautores. Por lo demás, como dijimos más arriba, PHILLIPS tocase hace cargo de casi todas las guitarras, el piano y casi todos los sintetizadores. 


Los primeros 19 minutos y pico del álbum están ocupados por la ‘Wychmore Hill Suite’ cuyas cuatro secciones portan los títulos autónomos ‘Country Mile’, ‘Ring Of Steel’, ‘Peaceful Land’ y ‘Jack The Lad’. Curiosamente, esto ha sido algo que también ocurrió en los Volúmenes II, IV y VII de la serie “Private Parts & Pieces”, pero bueno, concentrémonos hoy en esta ‘Wychmore Hill Suite’. La primera sección se basa en ágiles cadencias pastorales dirigidas por guitarras de 12 cuerdas que portan una aureola alegre. El fulgor va creciendo de a pocos dentro de confines bien delineados. La segunda sección se enfila hacia un exotismo aflamencado donde las guitarras actuantes se amalgaman en un encuadre sofisticado, el cual se abre cómodamente a majestuosas variantes de swing. La tercera sección, que dura cerca de 6 minutos (siendo el ítem más extenso del disco), se centra en una atmósfera serena con talante reflexivo. Los aires impresionistas de la composición se dejan llevar por las vibraciones renacentistas del arreglo final. Algún breve momento de exaltación se entromete con gracia durante el último tercio. En fin, la cuarta sección retoma el fulgor de la primera mientras añade ciertos matices señoriales de la segunda. Cuando llega el turno de ‘Twilight Of A Diva’, PHILLIPS se sitúa junto al piano y elabora una melodía hermosa plagada de una serena melancolía, haciendo que una serie armónica típica del jazz clásico se reformule bajo pautas impresionistas, casi como si SATIE hiciera una modificación de un borrador de una sonata inconclusa de GERSHWIN. ‘High Flight’ despliega un ahondamiento en los ribetes impresionistas para trasladarlos a una flotante atmósfera de tipo new age en base al empleo de ensoñadoras capas de múltiples sintetizadores. Las orquestaciones minimalistas aluden a algo celestial mientras algunas lacónicas notas de cuerdas emergen esporádicamente para aportar algunos ornamentos cristalinos. ‘Sarabande Noir’ es belleza pura exorcizada por un dúo de guitarras clásicas presto a trazar el perfecto paisaje interior que late bajo la mirada melancólica a un mundo quieto.

Cuando llega el turno de ‘Kathryn Downes Trad.’, el piano vuelve a apoderarse del escenario para plasmar otro momento de amable introspección; los breves espacios vacíos entre las notas acentúan ese aire de interioridad ínsito en el solemne desarrollo temático. La pieza que sigue a continuación es la que justamente se titula ‘The Golden Hour’ y su talante es de sobria y coqueta galantería que esconde a medias una espiritualidad juguetona. En cierta medida, se conecta estilísticamente con la tercera sección de la ‘Wychmore Hill Suite’, pero con un toque añadido de gracilidad. ‘Hour Glass’ vuelve al paradigma de SATIE en una inspirada ilación de pulsaciones constreñidas del piano que se armonizan como un suave oleaje bajo el cielo de un calmo atardecer. Cuando llega el turno de la versión cantada de ‘Roads In Between’ (la versión instrumental aparece en la caja “Private Parts & Pieces IX-XI”, en el CD de extras), se nos revela una evocadora balada progresiva que ostenta bastantes remembranzas del ideario de PHILLIPS durante la etapa 1978-79 y algunas coincidencias con el paradigma Cameliano. A partir de aquí, todas las piezas tienen breves duraciones entre 43 segundos y 2 ¾ minutos, y la primera de ellas es ‘Benediction’. Esta pieza se orienta claramente hacia el barroco en base a la guitarra clásica mientras que la siguiente, titulada ‘Soliloquy For Sylvie’, se enfila hacia una atmósfera introspectiva donde la guitarra clásica crea sus cristalinas florituras sobre un trasfondo orquestal de sintetizadores. La miniatura ‘Rushlight’ desarrolla un motif de cascadas de un acorde minimalista con la guitarra acústica de 12 cuerdas; por su parte, ‘New World’ establece un ejercicio de new age sobre una base rítmica fusionesca programada, siendo así que el entramado sonoro es sumamente delicado. ‘Cirrus’ recibe los ecos de vibraciones meditabundas de la pieza precedente y ahonda en ellas mientras les da una elevación celestial con ribetes minimalistas abstractos. ‘Under The Southern Stars’ tiene un motif de piano cuyas cadencias expresivas se enraízan notoriamente en el estándar romántico, muy en la línea de LISZT, realmente. Una composición realmentye entrañable. ‘Sea Drift’ es otra miniatura que se inserta bajo una ambientación introspectiva signada por una serenidad envolvente. El minimalismo crepuscular de ‘Night Spectre’ y la cristalina calidez de ‘Mean Streets’ añaden más eclecticismo al repertorio. 

  

Los últimos 5 ¾ minutos del repertorio están ocupados por la secuencia de ‘Sky Diving’, ‘Summer’s Lease’ y ‘His Final Bow’. El primero de estos temas mencionados establece un parámetro orquestal para un motif de inspiración oriental (casualmente afín a JADE WARRIOR), mientras que el segundo se explaya de nuevo en matices impresionistas al piano. En fin, ‘His Final Bow’ retoma esa faceta de new age minimalista con mesuradas inclinaciones orquestales para rendir homenaje a Ralph Bernascone, viejo colega de PHILLIPS que recientemente se ha retirado del negocio musical. Toda esta fue la gozada de “Private Parts & Pieces XII: The Golden Hour”, una obra que dignifica grandemente el vigente legado del maestro ANTHONY PHILLIPS, quien parece estar situado siempre en una cadena de horas doradas para la música contemporánea británica.


Muestras de “Private Parts & Pieces XII: The Golden Hour”.-


[Reseña dedicada a dos grandes personas: Jorge Pérez Perri, quien nos advirtió sobre la existencia de este bello disco apenas salió al mercado, y; la dulce y hermosa Rosa Elvira Vargas, quien concretó el obsequio de cumpleaños.]

2 comments:

Mango said...

Excelente reseña me encanto el disco. tambien otro que saco recientemente "cinematrographic guitars" o algo asi

César Inca Mendoza Loyola said...

Sí, es cierto, quiero adquirir ese disco cuanto antes.
Gracias por tu interés en esta humilde reseña.

César Inca