Sunday, September 15, 2024

Los asuntos progresivos de la veterana banda FRENCH TV a fines del año 2023

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Tal como lo indica el título de la presente reseña, hoy hablaremos de un disco publicado a fines del año 2023, más exactamente, el día 17 de setiembre. “A Ghastly State Of Affairs” es el título del disco, el decimoquinto de su larga carrera cuyos orígenes se remontan a la primera mitad de los 80, siendo Cuneiform Records el sello a cargo de su publicación. Como siempre, el colectivo de FRENCH TV está liderado por Mike Sary [bajo, loops y simples], completándose con Katsumi Yoneda [guitarras], Patrick Strawser [teclados] y Fenner Castner [batería]. Adicionalmente, hay colaboraciones de parte de Kenji Imai (flauta), Warren Dale (saxos) y Ludo Fabre (violín). Todos los temas contenidos en “A Ghastly State Of Affairs” son de la coautoría de Sary, Yoneda, Strawser y Castner. Lo registrado aquí surgió de varias sesiones de grabación que tuvieron lugar en Lousiville Recording Arts entre los años 2021 y 2023, y allí mismo se hizo la labor de mezcla. Howie Gano se hizo cargo de la ulterior masterización. La línea de trabajo plasmada en “A Ghastly State Of Affairs” se focaliza muy definidamente en la que ya se ha estado realizando en sus discos precedentes de los años 2020 y 2021, “Stories Without Fingerprints” y “All Our Failures Are Behind Us”: un refuerzo de la faceta jazz-progresiva que forma parte de una amalgama estilística mayor. La gentileza predomina en medio de las ambiciones estilizadamente tortuosas que suelen acomodar y arreglar las composiciones, pero mejor es que veamos los detalles del repertorio en sí. 


Durando alrededor de 18 ½ minutos, ‘Every Morning I Wake Up And Take My Hat Off To All The Beauty In The World’ abre el álbum con un esplendor mayúsculo. Tras un misterioso prólogo signado por un minimalismo expectante, se abre, de a pocos, un camino de fulgor sónico cuya calidez se refleja cabalmente en la gentil cruza de jazz-prog y sinfonismo desde la que se van explayando los motivos sucesivos. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, las cosas se agilizan un poco para situarse muy cerca del estándar del PAT METHENY GROUP de inicios de los 80 con algunos matices añadidos desde la influencia de HAPPY THE MAN. El swing no es demasiado intrépido, pero se nota claramente que la sola majestuosidad del entramado instrumental tiene una fuerza de carácter muy peculiar. Más adelante, el aspecto jazzero se acentúa mientras las contenidas vitalidades de la flauta y el piano se asocian en un lirismo realmente cautivador, y ya en cercanía a la frontera del minuto 12, surgen recursos de preciosista suntuosidad que se enfilan hacia un clímax prog-sinfónico al modo de los YES de 1973-74. Una vez que la guitarra clásica se sitúa en un posicionamiento solitario, es el momento de otra estrategia de reconstrucciones líricas del amalgamiento de jazz-prog y sinfonismo con el que se había iniciado el tenor general de la pieza, esta vez con una dosis un poco mayor de luminosidad. ‘Baby, You Fill Me With Inertia’ es la segunda pieza del repertorio y su misión principal es la de instaurar un clima de júbilo a través de una serie de motivos diseñados en base a los paradigmas de FRANK ZAPPA, NATIONAL HEALTH y WEATHER REPORT: están esos joviales dinamismos trazados con delineamientos atonales, están esas manifestaciones de suntuosidad melódica sobre una base jazz-progresiva y están esos grooves cuyo magnetismo responde a la inteligente exploración de la faceta más saltarina de la tradición del jazz-fusion. Hay pasajes donde la soltura llega a ser exaltación gozosa, siendo ellos capaces de asociarse con el flujo multitemático mientras insertan giros inesperados al contexto orgánico del entramado instrumental. Así fueron las cosas con los dos temas más largos del disco y el asunto pinta muy bien.
 

El tercer tema del álbum se titula 
‘Drunkard’s Train To Westchester’ y su esquema de trabajo consiste básicamente en remodelar las atmósferas y el lirismo sistemático del tema de entrada para brindarles más vivacidad. Así, el ensamble concreta una pujanza y un colorido bastante convincentes dentro de un enclave grupal donde el bajo gesta algunas de sus mejores líneas de todo el álbum. Eso sí, no faltan esos parajes un poco más sutiles que instauran momentáneos recursos de diversidad al contexto total de la pieza. Realizar un epílogo flotante con cierto tenor cósmico es un buen golpe de efecto que parece retratar el final de un trayecto y la llegada de la hora de descansar tras el mismo. ‘The Mayor Of Ding Dong City’ comienza con la firme aseveración de un medio tiempo donde los riffs de guitarra y las contenidas florituras del bajo operan eficazmente bajo las ceremoniosas orquestaciones de teclado y la fortaleza explícita de la batería. De esta manera, se establece la columna vertebral de los viajes temáticos que irán emergiendo a lo largo del camino. Hay una vivacidad muy semejante a la del tema precedente, pero el hecho de que el swing sea notablemente más contenido permite a la banda explorar más a fondo las texturas potenciales de los variados focos temáticos. ‘My Boys Awake At Night ‘Cuz They Nocturnal’ trae consigo el cierre del álbum y lo hace con un ensalzamiento, al unísono, de los aspectos más gráciles del primer tema y la gracia caleidoscópica de los dos siguientes. La presencia del violín ayuda mucho al entramado global para dar solvencia expresiva lo que se va hilando sobre el terreno; de hecho, se luce en un excelente solo al estilo de la MAHAVISHNU ORCHESTRA a poco de pasado el ecuador de la pieza. Antes de eso, nos topamos con un hermoso solo al estilo de Jeff Beck, y en varias instancias, con ciertos juegos de síncopas muy propios del ideario Zappiano. Tenemos en esta pieza una genuina labor de inspirada síntesis de los eventos musicales esenciales del repertorio precedente, una muy oportuna manera de concluir “A Ghastly State Of Affairs”, un hermoso álbum que dignifica la extensa y aún vigente leyenda de FRENCH TV.

Thursday, September 12, 2024

El horizonte avant-progresivo del quinteto francés SPECTRUM ORCHESTRUM

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos el disco “Noziroh”, el tercero del ensamble francés SPECTRUM ORCHESTRUM, el mismo que está conformado por Adrien Protin [batería], Benjamin Leleu [piano eléctrico Fender Rhodes y órgano], Olivier Vibert [guitarra], Philippe Macaire [bajo] y William Hamlet [saxofón alto]. Surgido en la localidad de Lille en el año 2007, SPECTRUM ORCHESTRUM se dedica a cultivar un híbrido de jazz-rock, avant-prog y fusiones contemporáneas donde lo improvisado y lo compuesto conviven de una manera tan ágil como compleja. Tras publicar un par de trabajos basados en improvisaciones de largo aliento, el grupo gestó su álbum debut 
“Suburbs” en octubre del 2014, sucediéndole “Its About Time” cuatro años después. Los integrantes se ponen como creadores colectivos tanto de las partes organizadas como las improvisadas. El material contenido en “Noziroh” fue grabado en junio del 2022, siendo posteriormente mezclado y masterizado por Rom Tomcat en el SofaStudio de Fressies, con la asistencia de Philippe Cattafesta. La producción estuvo en manos de La Société du Spectral mientras que la publicación fue realizada a nivel independiente por la propia banda como por Baboon Fish Label; la primera tiene un diseño que permite al envoltorio abrirse desde el centro.
 

‘Black Math Mazhar’ abre el repertorio de “Noziroh”. Sus iniciales aires de pesada parsimonia que algo tienen de tenebroso instauran un efectivo recurso de tensión, pero no tardan mucho en abrir paso a un dinamismo saltarín con ligeros ribetes dadaístas. Es en este cuerpo central que opera una estrategia jazz-progresiva con tintes psicodélicos, siendo éstos fundamentales a la hora de explotar cabalmente el poderoso potencial de agudeza extrovertida que se impone en el motif mismo. ‘Ulysses (Sailing The Seventeen Seas)’ sigue a continuación, erigiéndose como el segundo tema más extenso del álbum con su espacio de poco más de 12 ½ minutos. El punto de partida está marcado por introspectivos fraseos de piano eléctrico, los mismos que se van conectando con algunas escalas de guitarra a fin de preparar el terreno prontamente para un entramado instrumental bastante versátil donde se alternan pasajes de jazz-rock con otros armados en base a la cruza entre elementos del Zeuhl y del paradigma Crimsoniano. Estos últimos son los que ostentan la mayor dosis de esa densidad expresiva que ha pasado a empoderarse de los espacios sónicos edificados a lo largo del camino, como es natural, pero también hay una sección misteriosamente calma donde el saxo ocupa el rol protagónico con un exquisito y elegante solo que sabe orientarse fluidamente desde la serenidad hacia la neurosis y viceversa. A continuación, llega un motif a medio tiempo donde la guitarra aprovecha su momento para lucirse en el centro performativo, gestando uno de sus solos más incendiarios del disco. La solidificación de la musculatura grupal está bien aprovechada sobre el sustento rítmico en curso, resultando muy efectivo ese cierre contundente y seco. Un cénit del álbum al cual le sigue ‘Through The Walls’, un tema totalmente diferente que se enfoca en ambientes etéreos con un claro talante crepuscular. Imaginemos una remodelación de la faceta más serena de PRESENT a través de un masivo filtro híbrido de ZAO y SHYLOCK, de algo así se trata. Cuando llega el turno de ‘CHerry Analog TexTurE’, la banda comienza con un nuevo giro de tuerca a la estrategia crepuscular de la pieza anterior para luego armar un jam sereno sobre un compás inusual. 

‘Vaginolox’ tiene una generosa duración de casi 10 ¼ minutos y su inicio se engarza con el instante final de ‘CHerry Analog TexTurE’. Sus iniciales despliegues de alegre vigor sobre un swing muy fusionesco brindan un aura cálida al entramado sonoro, pero no tardan mucho las cosas en ponerse más punzantes con la irrupción de recursos progresivos delineados por una garra estilizada. Éstos transitan de lo Crimsoniano hacia el espectro de los SOFT MACHINE de los dos primeros álbumes, y de allí a un nervio electrizante cuyo oscurantismo se acerca al stoner. Es un gran trayecto el que el grupo arma mientras anda hacia la frontera del quinto minuto y medio, que es cuando la pieza da un dramático viraje hacia la languidez... que en realidad es la entrada a una sección final signada por un sombrío clímax muy en línea con la tradición de PRESENT con añadidos signos jazz-rockeros y no muy ocultas conexiones con el avant-metal. El disco concluye con su pieza más larga, ‘Horizon À Rebours’, la misma que ocupa un espacio de 13 ¼ minutos. Tiene que suceder al impactante tema precedente y lo hace muy bien. Comienza con una aureola de expectativa que se deja arropar por el estilizado oscurantismo que ya hemos apreciado en las piezas #2 y #5, y ya es sobre la frontera del segundo minuto que las cosas empiezan a asentarse concretamente sobre un nuevo esquema de trabajo rutilante e intenso. La combinación de jazz-prog, sinfonismo y Zeuhl fusionesco que opera en los arreglos generales del desarrollo temático fluye con vivacidad y soltura; incluso los pasajes más inquietantes ostentan un señorío tal que sus aspecto exultante se hace notar más que su patencia terrorífica (por lo demás, innegable). Es como si el colectivo hubiese hallado un área intermedia entre el paradigma de RHÙN y el patrón de los ANEKDOTEN de fines de los 90 para elaborar su propia modalidad de algarabía espectral. El último tercio de la pieza se asienta sobre un swing cuasi-bluesero para que la banda elabore un crescendo fabuloso que habrá de culminar con unos potentes golpes definitivos. Sucediéndose el saxo y la guitarra en el liderazgo de la maraña grupal, la dupla rítmica apela a una exuberancia razonable para mantener las vibraciones palaciegas del momentum mientras los fraseos del piano eléctrico elaboran oportunas bases armónicas. Gran final para el tema y para el álbum.
 
 

Toda esta fue la experiencia de “Noziroh”, el disco con el que recién descubrimos a SPECTRUM ORCHESTRUM. Vale totalmente la pena investigar en la discografía de este excelente quinteto francés y recomendamos este disco como uno de los más notables acontecimientos de la música progresiva hecha en Francia a lo largo de este año 2024.

Monday, September 09, 2024

FRANÇOIS THOLLOT y su continua búsqueda de lo mejor dentro de la avanzada progresiva ecléctica

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy volvemos a tener novedades del multiinstrumentista y compositor francés FRANÇOIS THOLLOT, pues a inicios de junio pasado publicó su nuevo trabajo de estudio, el segundo en lo que va de este año 2024 que ya está en su último tercio. El disco en cuestión se llama “Best Of” y no se trata de una recopilación de sus más notables y “populares hits” de su amplia discografía, nada de eso, es un juego de palabras conectado con el título de la pieza de apertura ‘Beast Off’. Y eso de los hits es pura ironía, como debe muy bien saberlo quienes tengan familiaridad con la amplísima línea de trabajo de THOLLOT, tanto liderando SCHERZOO como haciendo discos por su cuenta, con miras a un híbrido expresionista de avant-prog, Zeuhl fusionesco, jazz-prog a lo Canterbury y sinfonismo. Como siempre, este crack compuso todo, se hizo cargo de todos los instrumentos y programaciones que exigían las piezas particulares, y finalmente, realizó las labores de mezcla y masterización del nuevo disco. Como preámbulo general, notamos que los esquemas sonoros plasmados en el repertorio de 
“Best Of” concretan una cierta continuidad con la que se muestra en “Point Of View”, el disco precedente (que data del último día de febrero de este mismo año). Pero mejor es que, a fin de cuentas, revisemos detenidamente los detalles del repertorio del nuevo disco.
 
Tal como dijimos más arriba, “Best Of” comienza con ‘Beast Off’, pieza que dura 5 minutos y pico. Su enfoque temático está claramente definido por las florituras de piano que van abriendo camino a otros ornamentos y solos de sintetizador; mientras tanto, la dupla rítmica mantiene un swing fresco cuya sofisticación estructural se perfila a través del estándar jazz-progresivo, algo que funciona muy bien como complemento de las estilizadas vicisitudes melódicas que van emergiendo a lo largo del camino. Un eficaz reciclado del paradigma de HAPPY THE MAN a través del filtro de ZAO con un cimiento contemporáneo que nos remite a los inolvidables SCHERZOO. ‘Fantasy’ sigue a continuación para explayarse en una ingeniería musical un poco más compleja y unos índices temáticos más inquietantes, los cuales coquetean un poco con lo sombrío sin llegar a hacerse realmente oscurantistas. Todavía están esos efluvios naturalmente luminosos del piano en el centro de la logística instrumental para evitar eso. Dura menos que 
‘Beast Off’, pero abre más espacios a diversos matices en el desarrollo de sus recovecos musicales. ‘Stuck Key’ se sitúa en un posicionamiento intermedio en relación con las vías espirituales de las dos piezas precedentes: tiene mucho de la exuberancia extrovertida de la primera y también algunas dosis notorias de torcimientos atonales de la segunda. Respecto a esto último, es lo que marca la transición hacia una expresividad tensa en el último tercio del tema en cuestión. ‘Not The Same’ eleva las dosis de vigor rockero notablemente y, alternando los roles de la guitarra y el piano eléctrico para el sustentamiento de la ingeniería temática gestada por el hermanamiento de los instrumentos actuantes, el grisáceo júbilo expuesto en el enclave compositivo (gestado como una cruza entre ZAPPA y POTEMKINE) ostenta un talante punzante a lo largo de todo su recorrido. Cuando llega el turno de ‘Blue Milk’, el júbilo se preserva y asume un fulgor más pronunciado, siendo así que la inocultable extroversión progresiva que tiene lugar recoge los matices más aventureros de la visión musical de THOLLOT y los convierte en un emplazamiento majestuoso.
 
Los tres últimos temas del repertorio son los más largos del mismo, siendo así que ‘Sulphat Mandarine’ es el segundo más extenso con su duración de 7 ½ minutos. Su principal misión consiste en complementar los amplios recursos de fastuosidad desplegados en los dos temas anteriores para expandirlos en una conexión elegantemente distendida con otros factores de inspiración prog-sinfónica, mientras que los pasajes más explícitamente intensos están enmarcados dentro de ese patrón de neurosis urgente propio de los discursos del jazz-prog y el Zeuhl. Es como si prácticamente se hiciera aquí una síntesis de lo más predominante en los respectivos enfoques compositivos que signaron a todos los temas precedentes. Por su parte, ‘Stressful Song’ refleja una nueva vuelta de tuerca a los mecanismos jazz-progresivos con base de piano que ya armaron los esqueletos de algunas otras piezas del álbum. Lo novedoso aquí es que se realza el potencial misterioso y evocador de los motivos sucesivos debido al amplio espacio que se ha asignado a la concreción del desarrollo temático integral. Los últimos 8 ½ minutos del disco – o casi 
– están ocupados por ‘Long Rain’, una pieza que sigue, en gran medida, las sendas de elevada ambición progresiva de ‘Sulphat Mandarine’ mientras aporta algunas ligeras variantes para los pasajes marcados por un preciosista delineamiento melódico y aquellos otros donde la tensión es la fuerza expresiva predominante: los primeros están arropados por una atmósfera delicada donde operan algunos matices etéreos, mientras que los segundos se van esparciendo en bloques orquestales delicados donde la vivacidad nunca puede tornarse chocante. La diáspora melódica es un poco más concisa y el vitalismo en curso tiene una garra más mesurada. No faltan esos efímeros pasajes aportantes de oportunos trucos disruptivos, que conste, y la mayor prueba está en el clímax abrupto de sus últimos segundos; por ello, se puede decir que el nivel de musculatura de ‘Long Rain’ es suficiente como para que se convierta en un adecuado tema de cierre para el álbum. Todo esto fue lo que se nos brindó desde el ocupado laboratorio de hacer excelente música progresiva de FRANÇOIS THOLLOT con “Best Of”: de Francia para el mundo, he aquí un nuevo paraje en el camino que realiza este maestro en búsqueda de lo mejor dentro de la avanzada progresiva ecléctica.

Saturday, September 07, 2024

YOG SOTHOTH: un breve aposento para la vanguardia jazz-progresiva francesa de inicios de los 80


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy presentamos al grupo francés de música avant-jazz-progresiva YOG SOTHOTH, el cual estaba conformado por Pascal Morrow [violín], Philippe Guillot [saxofones y flauta], Jean-Yves Joron [teclados], Pierre-Gedeon Monteil [bajo] y Olivier Lechien [batería y percusión]. Para las sesiones de grabación de “Yog Sothoth”, el quinteto contó con las cooperaciones del trombonista Mark Sims y la cantante Cathy Camilleri. Este grupo que escogió el nombre de la horrenda divinidad que trae de vuelta a los Primordiales dentro del alucinado universo literario del maestro H.P. LOVERCRAFT (en realidad se llama Yog-Sothoth) se formó a inicios de los 80 con la misión crear un híbrido de avant-jazz y chamber rock. El material contenido en 
“Yog Sothoth” fue grabado en el Studio Sofreson de París en mayo del año 1984, siendo publicado el disco unos meses más tarde por el sello independiente Cryonic Inc. (el cual duró de 1983 a 1987). Algunos ejemplares del disco contenían un pequeño folletín en un sencillo formato de Xerox donde había información sobre los integrantes de la banda y su estilo musical. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio mismo.

 
Durando poco más de 18 ¼ minutos, ‘Nekrosis’ inicia el rumbo de las cosas y lo hace con una genuina fuerza de carácter donde se combinan nebulosidad y exuberancia. El pasaje prologar, anunciado por un breve efecto sintetizado de borrasca, está signado por una ceremoniosa fanfarria de saxo y trombón, el mismo que prontamente da pie a un momento musical juguetón y entusiasta, aunque sin apartarse del todo de lo sombrío. La tríada de piano, batería y bajo aplica el juego de la fusión vanguardista de los 70 al estilo de los primeros discos de WEATHER REPORT mientras los vientos retoman el legado del hard bop al estilo de los inmortales John Coltrane y Miles Davis. A lo largo del camino, la pieza va adquiriendo tonalidades más diversas que oscilan entre lo ágil, lo misterioso y lo intenso: es impactante cómo se establece la ilación entre el pequeño solo de batería que culmina el primer enfoque temático y el renovador entramado de violín y vientos, uno muy envolvente que emana sueltamente una espiritualidad contemplativa. De esta manera, se prepara el terreno para el surgimiento de otro ejercicio de jazz vanguardista con vibraciones afines a las del free jazz, el cual no tarda en aterrizar en un expresionista solo de violín, el cual exorciza unas misteriosas agitaciones con las que se prepara el terreno para otro ejercicio de bizarro fulgor donde el saxo tenor termina ocupando el rol protagónico. El factor jazzero ha estado flexionándose a lo largo de los motivos sucesivos, dejándose envolver por una bruma señorial, pero también hay espacio para una pequeña interrupción progresiva con la emergencia del sintetizador con la misión de elaborar un pasaje de “Zeuhl cósmico”. Poco antes de llegar al minuto 14, se inicia un gradual desarrollo hacia una sección moderadamente climática donde se cruzan el Canterbury a lo NUCLEUS y el avant-prog, estando el violín a cargo de un majestuoso mando. La coda desemboca en una retoma de uno de los pasajes iniciales bajo la marca de una orquestación aristocráticamente grisácea donde impera un raro lirismo en medio de la extravagancia inherente al colectivo de YOG SOTHOTH. La primera mitad del álbum se cierra con ‘Maint Rêve Vesperal Brûlé Par Le Phenix’, una pieza improvisada cuyo enfoque aleatorio se traduce en un caos compartido donde lo dadaísta va regulando y deconstruyendo la situación sonora. El canto femenino crea una genuina ósmosis con los instrumentos partícipes. Así las cosas, la tensión esencial de la primera pieza del álbum se hace a un costado mientras la densidad asume un revestimiento de inescrutable misterio.
 
Los 22 minutos y pico que dura el lado B de este disco están ocupados por ‘Fou: L’Art Noir’. Esta monumental pieza comienza con una serie de densos oleajes de piano, la cual no tarda mucho en acoger la compañía de la batería y un bajo distorsionado, con lo que se ultima la instauración de un esquema de trabajo donde en primer lugar confluyen el chamber-rock y el avant-jazz. El inicial viaje tentativo de un único instrumento llegó a un puerto colectivo sabiamente orquestado. Las cosas terminan derivando hacia un ejercicio de frenético free jazz poco antes de llegar a la frontera del tercer minuto: esta jactanciosa alagarabía se prolonga por un rato razonablemente largo. Después, pasamos a una sección muy distinta, dueña de una inquieta languidez armada según el modelo del minimalismo bajo la ley de la musique concr
ète. A segundos de llegar a la frontera del décimo minuto, las cosas se enfilan hacia el estándar Zheul con un filtro jazz-rockero que se acerca un poco al estándar de los ZAO de la fase 1975-76: el desafiantemente disonante solo de violín establece un imponente contraste frente a las cálidas líneas de bajo, las cuales también gestionan un pulso experimental mientras el teclado instaura unas bases armónicas traviesas. Y bueno, un nuevo pandemonio de caos resuelve el fin de esta sección para llegar a otra de carácter lánguido: en esta ocasión, lo cósmico intensifica su presencia, aunque ciertamente hay una sonoridad deliberadamente opaca en este ambiente, una opacidad cuyo contrapunto se ubica en las improvisaciones de la batería. Con las sucesivas apariciones de un dueto de violín y flauta y un impresionante solo vocal se prepara el camino para una rutilante ascensión de exultaciones deconstructivas. La solvencia de esta sección incluye un pasaje de conversaciones mutuamente extrapoladas; es como si el grupo quisiera hacer al mismo logos partícipe de esta mutación que, en principio, desafía sus reglas y las confronta con su propio patronato. En fin, la última sección se enfila hacia un ensoñador hermanamiento entre el violín y el saxofón que muy bien podría haber formado parte del primer álbum de UNIVERS ZERO, aunque el colorido que se exhibe aquí ostenta una aura un tanto festiva (por paradójica que suene esta expresión en el contexto de una propuesta tan desafiante como la de este ensamble).


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Yog Sothoth”, un disco que quedó como único testimonio del excelente aporte que el colectivo de YOG SOTHOTH dio a la avanzada francesa de los 80 dado que se desintegró al poco tiempo de publicarse este trabajo. Terminamos esta retrospectiva con palabras de genuino agradecimiento a toda la gente involucrada en la creación y la grabación de esta música tan intrigante como exquisita. 
 
 
Muestra de “Yog Sothoth”.-
Nekrosis: https://www.youtube.com/watch?v=jI0SjJv9fwo
 

[Dedicamos esta reseña a nuestro amigo Vyacheslav Potapov, quien nos recordó la existencia de este excelente ítem en una conversación dentro de uno de los muchos foros melómanos donde somos contertulianos.]


[La presente retrospectiva está basada en esta reseña originalmente publicada en La Caja De Música: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/yogsothoth_yogsothoth.html]

Thursday, September 05, 2024

Segundo éxtasis musical de la fraternidad de MARK COOK y STEVEN LEAK



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy volvemos a toparnos con el proyecto a dúo del estadounidense MARK COOK y el canadiense STEVEN LEAK: se trata del disco “Ekstasis”, el cual fue publicado el último 21 de agosto. COOK toca las Warr Guitars con y sin trastes, los sintetizadores, la batería y las percusiones, mientras que LEAK se hace cargo de las manipulaciones electrónicas y el diseño sonoro. En esta asociación de creación y organización ingenieril, las ideas musicales surgen para ser reinventadas a través de la logística del estudio de grabación: es el modus operandi del dúo para la concreción de su proyecto. Es la segunda vez en lo que va del año 2024 que esta fraternidad estadounidense-canadiense realiza una nueva serie de aventuras musicales encuadrada dentro del ambient con proyecciones progresivas y space-rockeras. El modus operandi fue el mismo que en “Happenstance”, publicado en en el mes de junio: COOK grabó una serie de motifs y soundscapes a los cuales LEAK, con carta blanca, procedió a procesar, unir y enriquecer con capas y demás intervenciones sintetizadas, efectivamente juntando las labores de mezcla y adiciones instrumentales en un solo acto de creación estética. Repasemos ahora los detalles de “Ekstasis”.

Durando cerca de 8 minutos, ‘The Dark, The Flowered Way’ abre el repertorio con una flotante aura cósmica, la cual se explaya a lo largo de varios recovecos ambientales que transitan de lo arcano a lo siniestro, y de aquí a una densidad inquietante que parece tener una predisposición a la inquietud grisácea. Lo siniestro regresa al frente para el último cuarto, añadiéndole una dosis extra de vitalismo. Realmente deja una fuerte huella este inicio del álbum, tan centrado en la cruza entre lo neurótico y lo espectral. La segunda pieza es ‘Fire-chased Shadows’ y su misión principal es la de dejarse envolver bajo un manto sobriamente crepuscular, el mismo que deja entrever matices intrigantemente nerviosos; así las cosas, el groove lánguido de la batería realza eficazmente ese latente desasosiego. Es como si se hubiese realizado una cruza entre los PINK FLOYD de 1971 y el estándar post-rockero bajo la batuta de los DJAM KARET de 
“Suspension & Displacement”. ‘Star Gossamer’ es la pieza más extensa del disco con su espacio de poco más de 10 ¾ minutos. Su misión consiste básicamente en impulsar las vibraciones crepusculares de la pieza precedente hacia una instancia más épica mientras reintroduce factores de la perturbadora fluidez cósmica heredados de la pieza de apertura. Un detalle particular es que aquí se ha matizado un poco los ecos siniestros heredados de ‘The Dark, The Flowered Way’ en nombre del encumbramiento de atmósferas misteriosas. Éstas tienen cierta conexión con lo que hicieron CLUSTER en su tercer álbum y los TANGERINE DREAM en su etapa 1980-82. El ingreso de la batería poco antes de llegar a la frontera del segundo minuto y medio permite al enclave sonoro, como un todo, explayarse en una arquitectura evocadora: he aquí el cimiento de ese elemento épico que mencionamos más arriba. En el pasaje epilogar, una vez apartada la batería, las predominantes e imponentes vibraciones evocadoras se dejan llevar por un enclave minimalista que apela a una espiritualidad modernista: es algo muy eficaz para la conexión con las alusiones estelares del título de la pieza misma. 

‘Aether Pearls’ le da un nuevo giro al patrón de densidad etérea marcado por el primer tema del repertorio al incluir una secuencia de percusiones tonales sintetizadas sobre una envolvente serie de capas sintetizadas. La manera en que éstas marcan la pauta de las expansiones de la ingeniería sónica central es suficientemente eficaz como para hacer notar su grosor impresionista como impulso primigenio de las atmósferas que van ocupando espacios por doquier. Poco a poco, mientras se acerca a su momento final, las atmósferas ensoñadoras de la pieza se van tornando más calmadas. Los últimos 8 ½ minutos del repertorio están ocupados por ‘Blossoms Steal The Moonlight’, pieza encargada de enfatizar los recursos de ambient minimalistas que han sido tan predominantes a lo largo del disco (con las obvias referencias al krautrock electrónico de la legendaria Escuela de Berlín). En este caso, es el aura de un misterioso ensueño y no tanto el de una densidad tenebrista lo que define a la esencia expresiva de la pieza en cuestión. No es hermana de la primera pieza del álbum, sino su contraparte, y posiblemente es eso mismo lo que la convierte en el cierre perfecto para el mismo. En conclusión, todo lo que se contiene en “Ekstasis” nos causa una muy agradable impresión melómana. Esta fraternidad de MARK COOK y STEVEN LEAK, por su manera de hacer confluir prog-ambient, psicodelia y minimalismo electrónico, conforma un indicio de lo mejor que se está haciendo dentro de la vanguardia rockera de los países de América del Norte. En comparación con el disco precedente sólo por un par de meses, “Ekstasis” se explaya más en ambientaciones oscuras e inquietantes; en continuidad con aquél, nos muestra un cuadro completo de la muy interesante propuesta musical del dúo. 
 
 
Muestras de “Ekstasis”.-

The Dark, The Flowered Way: https://www.youtube.com/watch?v=uh0S_OFrpoM

Tuesday, September 03, 2024

JASON BLAKE y la etérea versatilidad de la Warr Guitar


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Volvemos a pasear por el jardín de las delicias musicales de JASON BLAKE, compositor y experto de la Warr Guitar que siempre está ocupado creando cosas. En esta ocasión nos referimos a “Ethereal Dialogue”, su más reciente obra solista, publicada el 21 de junio pasado. Un único instrumento para un único ejecutante a lo largo del disco, BLAKE sabe mantener la atención del oyente empático con su manera tan creativa de ir mostrando el desarrollo de sus composiciones con una mentalidad casi pictórica, a veces dibujando lo que late en la atmósfera exterior, otras, haciendo autorretratos de diversas colocaciones reflexivas. Lo registrado aquí fue grabado en el estudio Gravel Road Recording (Chicago, Illinois), estando Amery Schmeisser a cargo de la ingeniería de sonido y la mezcla. La ulterior labor de masterización estuvo a cargo de Dave Luxton en los Cosmic Wave Studios. Vemoas ahora los detalles de los temas contenidos en “Ethereal Dialogue”.
 
Durando cerca de 7 minutos, ‘Diminishing Time’ abre el repertorio de “Ethereal Dialogue” con una estrategia que combina la lógica del empedrado con el de la maraña. Cada nota emergida ocupa su lugar específico dentro de la senda temática mientras sus controlados ecos se enlazan con las de otras. Los últimos instantes sirven para gestar un epílogo reposado. A continuación, ‘Pluvial Thoughts’ exhibe un sereno motif donde BLAKE da rienda suelta a la faceta melancólica de su visión estética a través de un filtro impresionista. En algunos momentos estratégicos, se acentúa la gravedad de la expresividad reinante. Cuando llega el turno de ‘Contentment With Others
’, lo primero que se nos muestra es un prólogo de talante cósmico en clave minimalista, el mismo que cumple con la función de abrir la vía, de a pocos, a la emergencia de una calma fulgurosa empapada de efluvios emparentados con el estándar space-rockero. Tal vez late también cierta aura celebratoria de manera muy sutil en la recurrencia del cuerpo central. Nos parece un cénit decisivo del álbum. ‘Lambent Purity’ retorna hasta cierto punto a la estrategia creativa plasmada en la pieza que abrió el álbum, aunque su espiritualidad está más cercana a la gravedad contemplativa del segundo. Es decir, hay un enfoque arquitectónico explícito en el modo en que se organiza el relativamente sencillo desarrollo temático, pero su centro expresivo apunta hacia una interioridad que algo tiene de inquieta, una anhelo que ansía racionalizarse para no perderse en una incertidumbre irremediable. El quinto tema del repertorio se titula ‘Inconsequential And Mundane’ y su misión consiste en explorar fehacientemente esa infaltable dimensión minimalista que es tan relevante dentro del vocabulario musical de BLAKE. Señorío crepuscular y misteriosa reflexividad se combinan en las vibraciones emotivas desplegadas en las notas que trazan este paisaje particular dentro del lienzo interior. Cada nota es una pincelada firme en medio de un esquema sonoro que se expande de manera notoriamente etérea.
 
‘What Was Left Unsaid’ tiene un enfoque sonoro semejante al de la pieza precedente, pero el groove de las bases armónicas ostenta un carácter más urgente y el encuadre gestado al alimón entre las bases minimalistas y los fraseos protagónicos emana una solemnidad imponente. El último tema del disco se titula ‘With And Without Regret’ y es el más extenso del mismo con su espacio de 8 minutos y pico: también resulta muy eficaz en su operabilidad como el clímax conclusivo que este disco merece. Su estrategia sónica resulta bastante semejante a la de la pieza inaugural, pero, esta vez, se usa la Warr Guitar como guía de construcción de un panal. En vez de enfatizar la delicadeza de orfebrería que se exige en el armazón de hilos de una telaraña, lo que funciona aquí es una maciza labor de centramiento de cada celda del panal con cada nota que emerge del instrumento, mientras que sus ecos y enlaces con otras son como las instalaciones de las paredes y las bases del panal íntegro. 
‘With And Without Regret’, debido a sus fundamentos arquitectónicos, ostenta una mayor dosis de fuerza expresiva en sus entramados internos que ‘Diminishing Time’. Un cierre efectivo y trascendental para un disco repleto de belleza, vibraciones introspectivas y misterio. “Ethereal Dialogue” es, como un todo, una obra fonográfica llena de magia que es recomendable en cualquier buena colección de música de vanguardia dentro y fuera del rock y en las fronteras del rock con otra cosa. Queda claro que JASON BLAKE es un crack dentro de la avanzada del rock y el ambient dentro de los EE.UU. y a nivel mundial; el disco que acabamos de reseñar lo confirma por enésima vez.

Sunday, September 01, 2024

La bandera de LE ORME sigue ondeando en la escena progresiva italiana


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Es bueno saber que una banda tan veterana como LE ORME sigue vigente y con ganas de seguir afianzando su histórica propuesta de rock progresivo sinfónico que, desde inicios de los 70, se ha erigido como un emblema atemporal de la historia del rock artístico de su país. Con la vigente formación de Michi Dei Rossi [batería y percusión], Michele Bon [órgano Hammond C3, piano, sintetizadores y coros], Luca Sparagna [bajo, guitarra de 12 cuerdas, pedales bajos EKO y voz] y Aligi Pasqualetto [piano y sintetizadores] sigue adelante con nuevo material: “Il Leone E La Bandiera” es el título de su más reciente trabajo de estudio, el mismo que fue publicado por el sello Hi-QU Music a mediados del pasado mes de abril, tanto en CD como en vinilo. Bueno, en realidad, se trata de la reedición de parte de una obra que data de fines del pasado 2023. Expliquemos esto. Dei Rossi y Bon siguen al frente de esta aventura de resurrección que se originó a fines de los 90 cuando el histórico cantante-guitarrista-bajista Aldo Tagliapietra ideó la trilogía de 
“Il Fiume”, “Elementi” y “LInfinito” (de los años 1996, 2001 y 2004, respectivamente). Muchos dimes y diretes hubo entre el buen Aldo y los que permanecieron ondeando la bandera de LE ORME cuando aquél dejó la banda y dio por sentado que ya estaba difunta; por su parte, éstos fueron capaces de gestar con algunas modificaciones en el cuarteto un más que decente álbum conceptual como es “La Via Della Seta” (2011). También hubo alguna otra iniciativa que nos parece un poco cuestionable como la nueva grabación del clásico álbum conceptual “Felona E Sorona” so pretexto de su quincuagésimo aniversario, pero también hizo a fines del año pasado un triple CD titulado “Le Orme... And Friends” que supuso un breve reencuentro con el teclista original Tony Pagliuca. En sí mismo, “Il Leone E La Bandiera” es un álbum conceptual que gira en torno a la alegoría de la ciudad de Venecia, la patria chica de la banda, que es una ciudad que emerge del agua al modo de una antigua divinidad del estilo animista propio de las religiones politeístas. Dicho de manera más directa, es una carta de amor a Venecia. Este concepto ya apareció en el primer volumen del antes mencionado “Le Orme... And Friends” y ahora lo tenemos presentado como una obra autónoma.  
 

Vamos ahora a los detalles estrictamente musicales del disco. El instrumental de menos de 3 minutos ‘Ouverture’ da el puntapié inicial a las cosas, tal como lo indica su propio título. Se trata de un majestuoso viaje instrumental que hace gala del magnetismo de su estructura melódica, la cual va fluyendo a paso firme sobre un grácil tempo de 12/8. Acto seguido, llega el turno de ‘Acqua Di Luna’ y las cosas se focalizan convincentemente en la faceta pastoral de LE ORME. El talante eminentemente juglaresco del motif central queda bien ornamentado por las delicadas orquestaciones de los teclados. Un buen testimonio del regreso a esa etapa de 1972 a 1974. ‘Ferro E Fuoco’ da alas al cuarteto para explayarse en su faceta más aguerrida; el órgano es, de hecho, el elemento protagónico dentro de la mayor parte del armazón instrumental, el mismo que manifiesta una compacta solidez sobre los cimientos del medio tiempo. Sobre la muy precisa maquinaria de la dupla rítmica se va desarrollando un paisaje sonoro sobriamente muscular en manos de los dos teclistas, que se ponen a dialogar continuamente en lugar de desafiarse. ¿Un híbrido entre los URIAH HEEP de 1972 y los GENESIS de 1976? Posiblemente, y tal vez podemos notar algunas confluencias con sus compatriotas de METAMORFOSI en su periodo de resurrección del presente milenio. Cuando llega el turno de ‘Lucciole Di Vetro’ es una balada sinfónica con una dosis adecuadas de inquietudes reflexivas, las mismas que son bien llevadas por el canto y las orquestaciones de l8s teclados. Justo a mitad de camino, irrumpe un aristocrático solo de piano, el mismo que brinda una remodelación romántica de algunas bases armónicas usadas en el entramado grupal. Para el epílogo, el ensamble reedifica la majestuosidad de su melancolía esencial, como si ese intermedio de piano hubiera dado una energía nueva al cuarteto con miras al impacto conclusivo. ‘L’Alba Della Partenza’ comienza y termina con un suntuoso motif en 7/8, situándose dentro del paradigma Emersoniano; en el intermedio, una revelación melancólica en base al dueto de voz y piano exorciza un fulgor interno con comedida pasión. El golpe final de gong tras la última erupción grupal es muy eficaz. Dos cénit consecutivos del álbum.
       
 

‘Rosa Dei Venti’ regresa a la estructura de la balada progresiva, siendo así que combina las estilizadas vibraciones pastorales de la canción #2 y la conmovedora aura palaciega de la canción #4. De esta manera, el esquema melódico diseñado para la ocasión puede evocar una genuina emotividad vulnerable bajo un convincente ropaje etéreo. Con el arreglo coral que emerge en las instancias finales, la emotividad central de la canción asume una gracia majestuosa antes de que irrumpa el tema más extenso del repertorio, que se titula ‘Caigo’ y dura poco más de 7 ¼ minutos. El motif inicial está ágilmente estructurado en base a los cimientos conjuntos de las capas de sintetizadores y el groove cuasi-tribal de la batería. Una vez focalizado el swing nuclear de la pieza, los ornamentos de los teclados y percusiones van añadiendo matices a los traqueteos saltarines que se van expandiendo a placer. Con el ingreso del órgano, el asunto da un viraje rockero bastante llamativo, lo hace por poco rato, pero su dinamismo resulta totalmente eficiente a a la hora de cerrar el jam. Los alejados ornamentos percusivos de la coda dan la idea de que la luminosidad que acaba de emerger llegó para quedarse. Además de esta serie de siete temas de estudio, se incluye aquí un par de temas en vivo tomados de este repertorio de estudio: ‘Rosa Dei Venti’ y ‘Acqua Di Luna’. Ambas piezas son ejecutadas con precisión y una dosis extra de vigor, algo que ayuda a realzar sus respectivos esquemas melódicos mientras se preserva su delicadeza estructural. En conclusión, queda claro que la bandera de LE ORME sigue ondeando en la escena progresiva italiana dentro de la nave musical operada por los Sres. Dei Rossi, Bon, Sparagna y Pasqualetto. 
A pesar de que su duración de menos de 35 minutos puede sentirse un tanto breve, esta obra progresiva sinfónica demuestra ser de exquisito nivel... y nunca fueron los discos de LE ORME los más largos de la historia del rock progresivo de su país, calgan verdades. “Il Leone E La Bandiera” es un trabajo bastante logrado dentro del enfoque sonoro que concretamente adopta este grupo para mantener vigente su innegable leyenda. 
 

Muestras de “Il Leone E La Bandiera”.-
Acqua Di Luna: https://www.youtube.com/watch?v=TNqPUKYOzlQ
Lucciole Di Vetro: 
https://www.youtube.com/watch?v=MXVQ9rkIMyM