Monday, September 30, 2024

El nautismo space-rockero de los belgas QUANTUM FANTAY



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el nuevo disco del grupo belga QUANTUM FANTAY, el cual fue publicado el pasado 14 de junio con el título “Oneironauts”; el sello alemán Progressive Promotion Records estuvo a cargo de eso. Para este disco, la alineación de QUANTUM FANTAY está conformada por Pete Mush [sintetizadores, bajo, flautas y percusión], Tom Tee [guitarras], Jaro [bajo] y Jazzper Coulier [batería]. Adicionalmente, hay intervenciones de algunos invitados, como el mismísimo Ed Wynne de los OZRIC TENTACLES, quien toca la guitarra en un tema. Otros son el flautista Charles Sla, el baterista Louis Van Der Linden (en tres temas) y otro baterista Gino Bartolini (en un tema). O sea, todavía estaba presente el baterista que tocó en el álbum anterior “Yemaya Orisha”, que data de 5 años atrás, mientras se estaba gestando este nuevo disco. Pete Mush se hizo cargo de organizar las sesiones de grabación de todo el material contenido en “Oneironauts” desde su propio estudio Pete’s Mushroomland, ubicado en la localidad de Loreken. Allí también realizó las labores de mezcla, estando las de masterización en manos de Frank Van Bogaert (él mismo, dueño de una carrera en la electrónica y el ambient, además de ser ingeniero de sonido). Este disco en cuestión es un álbum conceptual sobre dos amantes que logran crear un espacio de sueños lúcidos donde puedan vivir su pasión compartida de una manera mágica más allá de las experiencias sensoriales cotidianas. Liya Levet es la autora de los cuadros usados para la portada y la contraportada del álbum, siendo dichos cuadros transfigurados digitalmente por Pieter Pan en el proceso del diseño gráfico. 


El repertorio de 63 minutos y pico que se explaya en “Oneironauts” comienza con ‘Flight Into Hive Mind’, que es justamente su tema más extenso con sus poco más de 10 ¼ minutos de duración. Una secuencia sintetizada bastante vivaz, acompañada de florituras cósmicas y sutiles capas de teclado, da inicio al que será un groove predominantemente extrovertido. Sobre el mando ejercido por la doble columna de la batería y el bajo, la omnipresente vivacidad se torna majestuosamente aguerrida merced a la estilizada musculatura de la guitarra. En algunas ocasiones, un teclado o una flauta emerge como sustento melódico, pero la guitarra es la principal guía del desarrollo temático que está muy en línea con lo que llevan haciendo los OZRIC TENTACLES desde inicios del nuevo milenio. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, se entromete un swing reggae que sirve para abrir algunos espacios etéreos dentro del dinamismo nuclear del jam. Su cénit final comienza a armarse alrededor de la frontera del octavo minuto, dándose una prestancia enérgica realmente inapelable. ‘Wakening’ es el segundo tema y su misión consiste en trasladar el colorido hacia un ensanchamiento más sobrio, explorando un medio tiempo que añada algunas vibraciones ceremoniosas al persistente ambiente de jovialidad. Hay un solo de guitarra que se impone a mitad de camino como uno de los más notables de todos el disco; en cierto modo, se encarga de impulsar el tenor exultante de la sección epilogar. La dupla de las piezas ‘Mnomic Induction Of Lucid Dream’ y ‘Upwards And Onwards’ sirve para que el ensamble siga explorando sus bien definidos esquemas musicales. El primero de estos temas mencionados es el segundo más extenso del disco con su espacio de 9 minutos y pico. Su función es la de penetrar más a fondo en el potencial fusionesco de la línea de trabajo de la banda, por lo que trabaj con una extroversión comedida mientras la ingeniería rítmica se arma con la idea-guía de hacer lo más sofisticado posible el groove sobre el que se apoya el relativamente sencillo compás. El dinamismo caleidoscópico de la pieza se va haciendo más explícito mientras avanzan los minutos. Un momento culminante dentro del repertorio. En cuanto a ‘Upwards And Onwards’, se trata de un tema que retoma parcialmente el swing central de ‘Wakening’ mientras le brinda un renovador y ecléctico nervio que se basa en la pieza de apertura. Eso incluye la inserción de un pasaje reggae. 
 
El quinto tema del disco se titula ‘Oneironautics’ y nos llama la atención que, desde el punto de partida, el grupo se asiente firmemente sobre un compás inusual mientras da un nuevo giro de tuerca a la estrategia de cruzar la futurista exuberancia sonora del space-rock con el dinamismo señorial del discurso jazz-progresivo. Así las cosas, las secuencias sintetizadas que marcan la pauta de la instrumentación global deben tener la suficiente maleabilidad como para que la ilación de los variados índices temáticos que se van sucediendo fluya con impoluta naturalidad. Hasta que nos acercamos a la frontera del cuarto minuto y medio, que es cuando el ensamble decide virar hacia un jam intrépido y pesado que nos remite, simultáneamente, a los OZRIC TENTACLES de fines de los 80 y los VESPERO de la etapa 2010-13. En este nuevo contexto, la guitarra y el sintetizador se alternan en los lucimientos de solos. Más adelante, las cosas se tornan un poco más serenas para que el epílogo traiga consigo un cierto talante contemplativo. Haciendo destacar sus ornamentos progresivos desde el mismo inicio, ‘Scurdy Flurdy’ reitera el preciosismo estructural de la pieza precedente mientras concreta un refrescante lirismo para organizar los esquemas melódicos que se van apoyando sobre el versátil entramado rítmico. Los iniciales diálogos entre sintetizador y flauta son realmente encantadores. En una instancia ulterior, la banda retoma su dinamismo rockero estilizado que ya trazó la senda de varias piezas precedentes. Cuando llega el turno de ‘Solora’, la línea de trabajo ya nos resulta tremendamente familiar, estando el grupo centrado en crear nuevas expresiones luminosas mientras inserta ocasionales pasajes un poco más comedidos, en este caso, para el pasaje epilogar. ‘Orchid Borealis’, que dura cerca de 8 ¾ minutos, trae consigo el cierre del repertorio. Comienza con los climas más etéreos que hallamos en todo el disco, siendo así que éstos se preocupan por llenar espacios con calculada delicadeza antes de que la batería entre a tallar para marcar una pauta definida para el resto de la instrumentación. Dicha pauta se inicia con un enclave relativamente sereno, el cual será predominante. Predominante, que no invasivo, pues en un par de secciones, la banda asume una vivacidad notoria donde la guitarra y el sintetizador hallan espacios para sus respectivas solturas particulares dentro del armazón colectivo. Esta pieza tiene un lirismo semejante al que nos impresionó tan positivamente en ‘Oneironautics’, tema que consideramos como el culmen decisivo del disco como un todo en tanto que marca de forma pertinente a lo que seguirá después mientras hace gala de su propia gama sónica.

Todo esto fue lo que se nos brindó en “Oneironauts” desde el cuartel musical de los belgas QUANTUM FANTAY para el presente año 2024. Suntuosidad y expresionismo constante en este viaje náutico. En líneas generales, nos parece uno de los trabajos más notables dentro de su larga trayectoria musical y su obra fonográfica iniciada en el primer decenio del nuevo milenio. Hoy por hoy, la entidad QUANTUM FANTAY goza de una veteranía bien definida que merece todo el reconocimiento. Muy recomendable este disco. 

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