Monday, September 23, 2024

MALDITO WASABI: el rock argentino como aventura experimental en el año 2023



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy echamos la mirada atrás al año 2023 y nos topamos con MALDITO WASABI y su disco homónimo. El mencionado ensamble está conformado por el guitarrista Jorge Falcón, el bajista Fernando Bruno y el baterista Juan Manuel Montenegro, y su línea de trabajo se encuadra dentro de la experimentación ruidosa del rock con insumos extra derivados de la psicodelia free form y el avant-prog. El disco Maldito Wasabi fue publicado por el sello Viajero Inmóvil a mediados de mayo de 2023 en formato digital, a partir de una sesión improvisada que tuvo lugar en los estudios Cultura En Casa en febrero del mismo año.* El trío se originó en el año 2022 en la localidad de Dolores, Provincia de Buenos Aires, con la mente puesta en desarrollar improvisaciones dentro de un tratamiento deconstructivo del discurso del rock.

Los títulos de los tres temas contenidos en el disco que hoy reseñamos resaltan esa aura casual del enfoque estético adoptado por el trío: ‘Acto 1’, ‘Acto 2’ y ‘Acto 3’. Eso es cada tema, un acto colectivo de encuentros y desafíos mutuos dentro de la camaradería triádica que se mantiene proactiva. ‘Acto 1’ dura 15 minutos y pico, comenzando con unos rasgueos de guitarra y retazos agudos de bajo que, de a pocos, van marcando la guía para un groove que se habrá de concretar una vez que la batería se apropie de un lugar bien definido, al menos por unos segundos. En una segunda instancia, el trío vuelve a fojas cero y pasa a focalizarse en climas abstractos envueltos por una aureola expectante: aquí, lo solipsista y lo surrealista se fusionan en una sola fuerza expresiva. En algún momento, se empieza a hilar un par de jams reconocibles para que el trío edifique senderos rockeros estables con un fuerte contenido psicodélico, pero las cosas no tardan mucho en entrar en una fase de conflagración interna para arrojarse nuevamente a una atmósfera incierta, esta vez con una densidad pronunciada. Se nota la latencia de una cortante musculatura en el modo en que los instrumentos van tantrando posibles confluencias efímeras que se pulverizan en medio de una informe tensión. Finalmente, ésta aterriza en un jam muy agitado cuyo frenesí sustancial halla su contraparte en la soltura común de los tres músicos, los cuales se inhiben de apostar por lo frontalmente electrizante para cobijarse bajo el manto de lo lisérgico. Una vez puestas sobre la mesa las principales reglas del juego, emerge el segundo Acto como el más extenso, ocupando un espacio de casi 15 ¾ minutos). Su enfoque operativo inicial se centra en una acentuación de los recursos de deconstrucción dadaísta con el propósito de potenciar un vitalismo combativamente amorfo donde las asperezas y fragmentos escarpados emanados de la guitarra y el bajo van emergiendo con una garra solipsista; por su parte, los aleatorios ornamentos de la batería oscilan entre lo asertivo y lo arcano. Finalmente, se arma un par de jams space-rockeros sobre un groove avant-jazzero, algo que nos suena un poco a la faceta más cósmica de los primeros discos de los legendarios GURU GURU. De regreso a la incertidumbre, el trío inspecciona una caverna abstracta donde se incluye algunos efectos de radio antes de volver a hacer otro jam, esta vez con un talante parsimonioso que no oculta tener también algo de extraña jovialidad. Para nosotros, es el cénit del disco.

El tercer y último Acto comienza con una sombría parquedad que resulta, al fin y al cabo, engañosa, pues el trío no tarda en armar un esquema de trabajo ceremonioso reconocible desde el cual se gestiona algunas sobrias improvisaciones de parte de la guitarra, además de un breve solo de batería que habrá de emerger más adelante. La labor del bajo es particularmente exuberante, lo cual resulta idóneo para el moderadamente denso ejercicio de cruza entre la psicodelia y el jazz-rock que tiene lugar. En una segunda instancia, se arma un diálogo más animado que suena como una pieza de AHLECHAUTISTAS que fue remodelada por unos discípulos de JOHN ZORN en asociación con algunos músicos de LED BIB. Es en este punto que nos damos cuenta de que el propósito principal de ‘Acto 3’ era el de explotar más a fondo los aspectos más extrovertidos de ‘Acto 2’, aterrizando todo en una saltarina fietsa rockera para la sección prologar. En fin, los nombres de MALDITO WASABI y Maldito Wasabi” deben ser anotados en cualquier bitácora de investigaciones en la vanguardia rockera de América Latina y del mundo entero porque realmente hallamos aquí una fuente de genuina creatividad dentro de las provincias más azarosas del cosmos musical.


Muestra de Maldito Wasabi.-


* En ese mismo evento se grabó imágenes incluidas en un documental sobre la banda titulado Me suena a wasabi, de Tomás Bianchi.

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