HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
En esta ocasión echamos un vistazo a la lejana década de los 70 para revisar los tres primeros discos de RAGNARÖK, uno de los grupos más versátiles y creativos dentro de la primera generación progresiva de Suecia, una banda que fue tan inestable en sus alineaciones como ingeniosa a la hora de reinventar sus pautas estilísticas con cada nuevo disco. Los orígenes de RAGNARÖK se remontan al año 1972 cuando el guitarrista Peter Bryngelsson, el bajista Staffan Strindberg y el guitarrista-flautista-saxofonista Henrik Strindberg decidieron fundar este colectivo en la localidad de Kalmar. La propuesta musical de RAGNARÖK siempre ha dado prevalencia a lo evocativo dentro de un discurso musical que se inició como una convivencia lírica y contemplativa entre los encauzamientos folclórico y jazz-rockero del estándar progresivo, siendo así que a partir del tiempo de su tercer disco, el aspecto de músculo rockero fue ganando presencia. Comenzamos con nuestra revisión del álbum homónimo de debut “Ragnarök”, que fue publicado en febrero de 1976 por el sello Silence Records (el mismo para todos los discos que hizo el grupo en su primera fase). La alineación responsable de la gestación
de este álbum constó de Peter Bryngelsson [guitarras acústica y eléctrica],
Henrik Strindberg [guitarra eléctrica, flauta, flauta dulce y saxofón soprano],
Peder Nabo [flauta, pianos acústico y eléctrico, y guitarra acústica], Staffan
Strindberg [bajo], Lars Peter Sörensson [batería] y Stefan Ohlsson [batería y
guitarra acústica]. El hecho de que RAGNARÖK se haya convertido en sexteto a la hora de hacer realidad su primera presencia en el menrcado fonográfico se debe a los constantes diálogos y acercamientos con otros músicos de las áreas culturales de su país. Tras pasar varios años tocando en escuelas, centros universitarios y hasta prisiones, además de formar parte de eventos teatrales infantiles y vanguardistas, la efervescencia grupal se mantenía constantemente viva. Eso sí, esta facilidad para encontrar lugares donde tocar y crear música no fue equivalente a una facilidad para encontrar un accesible contrato de grabación... pero al final se logró. El disco fue grabado en los Decibel Studios, ubicado a las afueras de Slussen, importante centro ferroviario y portuario de Estocolmo, siendo el ingeniero Anders Lind. La evocadora portada pue hecha por Annika Liepa.
El disco comienza con un candor embrujador: es prácticamente ineludible la magia bucólica que emite la pieza de apertura ‘Farvel Köpenhamn’ a través de sus pulcros arpegios de guitarras acústicas y los calculadamente tenues retazos de guitarra eléctrica que emulan un híbrido de flauta rústica y viola. Una epifanía que destila una sensación de esperanzada alegría bajo un manto de melancolía meditabunda, el sonido de la emancipación personal que echa una última mirada agradecida a los momentos más alegres del ayer. ‘Promenader’ permanece en este lindero evocativo, pero esta vez con un talante más urbano; de hecho, su esquema está más tirado hacia un jazz-prog suave, abiertamente melódico, con ciertas cadencias blueseras sostenidas por los flotantes diálogos entre las guitarras eléctricas y el piano eléctrico. El último solo de guitarra está elaborado en base a fraseos ensoñadores. Se aprovecha muy bien el espacio de más de 4 ½ minutos que se da a este tema. El factor pastoral regresa a la escena con el tema ‘Nybakat Bröd’, ejecutado a partir del delicado y envolvente entramado de guitarras acústicas y flauta. A mitad de camino surge una breve irrupción de acordes disonantes de guitarra eléctrica y susurros medio dadaístas, un truco raro pero efectivo a la hora de instalar algo de misterio en medio de la general sencillez bucólica. ‘Dagarnas Skum’ prosigue con este zigzag de lo pastoral y el jazz-prog al centrarse en una priorización de este segundo factor por vía de un enfoque ensoñador. Si el lector se imagina una cruza entre la faceta más lánguida del BO HANSSON de “Lord Of The Rings”, el aspecto intimista de los PINK FLOYD de 1970-71 y el FOCUS más romántico, podrá hacerse una idea muy aproximada de la esencia nuclear de esta pieza. Tratándose del tema más largo del disco (dura 8 minutos y pico), provee al personal de RAGNARÖK de un amplio espacio para dar rienda suelta a su habilidad para crear ambientes reflexivos y, hasta cierto punto, jugar con lo épico. Casi parece como si el grupo estuviera estableciendo algunos nexos estilísticos con sus vecinos finlandeses de FINNFOREST.
‘Polska Fran Kalmar’ es una miniatura de flauta
que opera como un preludio a ‘Fabriksfunky’, un guiño que hace el grupo a la
faceta más relajada de BRAND X y a la dimensión más estilizada de los WEATHER
REPORT de 1974, aunque adecuando este esquema de trabajo a su propia esencia ensoñadora e introspectiva. En general, si bien los temas pastorales cuentan
con expansiones adecuadas para reflejar cautivadoras ideas melódicas, la visión
musical de RAGNARÖK halla en sus momentos más jazzeros el área de expresividad
mejor cohesionada. De hecho, da la sensación de que tanto ‘Promenader’ como ‘Fabriksfunky’
daban para absorber y asimilar arreglos más expansivos para acentuar más
fehacientemente el gancho inherente a ciertos índices melódicos usados allí. En
fin, tras esta esta apreciación contrafáctica, seguimos con el disco y nos topamos
con ‘Tatanga Mani’, una pieza cuya primera mitad se centra en un hermoso pasaje de guitarra acústica donde se fusionan lo pastoral y lo impresionista, para luego virar hacia un nuevo ejercicio de
jazz-prog melancólico, esta vez con tonalidades directamente vinculadas a la faceta introvertida de FOCUS
(una vez más). ‘Fjottot’ es la pieza más frívola del disco, estando basada en
un breve juego de acordes de piano eléctrico al compás estandarizado del
Charleston. Nunca osaríamos usar esta descripción con una intención peyorativa: esta pieza es necesaria para añadir un color novedoso al paisaje general del álbum. Le sigue la solemne ‘Stiltje – Uppbrott’, la cual comienza con una
breve introducción romántica de piano y prosigue con un motivo bucólico marcado por un diálogo entre guitarra acústica y flauta. La coda nos lleva a un
inesperado pero bien inspirado motif de inspiración renacentista. ‘Vattenpussar’
ocupa los últimos 4 minutos del disco: el etéreo casamiento de guitarra y piano
eléctricos emula sonidos de gotas de agua cayendo sobre una superficie acuosa
(el título significa Piletas de agua). Una vez que el ensamble se une en
bloque, el asunto se pone en clave de jazz melódico, dando pie en cierto
momento al lucimiento del saxo soprano en un cuidadosamente controlado despliegue
de vivacidad emocional. Un hermoso final para un hermoso disco. En ediciones posteriores de CD, aparece el bonus track ‘Du Och Jag’, que es un breve y atractivo ejercicio jazz-progresivo con presencia preferencial de las guitarras eléctricas.
No fue hasta el año 1979 que se concretó el segundo disco de RAGNARÖK: “Fjärilar I Magen”. Para entonces, el grupo operaba como el quinteto de Dan Söderqvist [guitarras], Peder Nabo [flauta, pianos y percusión], Kjell Karlgren [saxofones, piano y sintetizador], Peter Bryngelsson [bajo y guitarras] y Thomas Wiegert [batería, glockenspiel y otras percusiones]: esta formación se inició en 1978 y durará hasta 1980. El material aquí contenido fue grabado también en los Decibel Studios, estando Bent Göran Staaf a cargo de la ingeniería de sonido. La muy teatral portada es de la autoría de Ann Granhammer; el propio Nabo se hizo cargo del arte gráfica. El repertorio de este segundo disco del remodelado grupo comienza con ‘Adrenalin’, una miniatura de poco más de minuto y medio consistente en un jam de rock pesado a medio tiempo con un gancho sencillo y un filo bien definido; con otro arreglo, hubiese funcionado muy bien en algún disco de BLACK SABBATH de la fase 1972-75. De esta manera, se abre camino ‘Första Ön’, una pieza totalmente distinta que comienza con un sección de piano de talante impresionista con alusiones jazzeras, siendo así que los retazos flotantes de guitarra y los sutiles redobles de batería que pronto emergen logran sembrar el terreno para la emergencia de un inspirado despliegue de fastuosidad jazz-progresiva. Una vez bien centralizada en la actividad del ensamble íntegro, el motif central se sitúa cómodamente en un punto intermedio entre el patrón de FINNFOREST y el paradigma de RETURN TO FOREVER. Cuando emergen el piano eléctrico y ciertos ornamentos percusivos, la pieza adquiere una renovada agilidad sin modificar su swing. ‘Östen Är Röd’ sigue a continuación para meterse más a fondo en la faceta introspectiva de la banda, recuperando parcialmente el talante bucólico que fue tan prevalente en el primer álbum, pero se impone una mezcla de jazz-prog y psicodelia en los arreglos con los que se organiza el gentil desarrollo melódico creado para la ocasión. El hecho de que las dos guitarras eléctricas vayan hilando los sucesivos motivos y calculen los momentos en los que guardan y manifiestan sus variables expresivas muestra claramente que estamos ante un nuevo RAGNARÖK. La sorpresa que causó la breve pieza de entrada es reemplazada por una actitud de redescubrimiento en la mente del oyente empático.
‘Var Glad Var Dag!’ aprovecha su espacio de poco más de 4 minutos para dejar una fuerte huella de colorido sonoro con sus rotundas vibraciones melódicas que se sitúan en una pulcrísima ingeniería prog-sinfónica donde el delineamiento temático se asienta rápidamente. El groove jazz-rockero de la batería y el vigor de la guitarra aseguran la concreción de los recursos de vitalidad y dinamismo que el potencial vivaz de la composición exige desde sus entrañas. La segunda mitad del álbum se inicia con su segunda pieza más larga, ‘Blåmolnfolket’, la cual dura alrededor de 8 ¼ minutos. Aquí sí se da un reencuentro directo con las exploraciones bucólicas del primer álbum, dándoles una ambición expresiva nueva que se basa en lo introspectivo. El desarrollo temático de la primera sección es calmo y se deja arropar por una atmósfera mística, siendo ésta capaz de abrir espacio a la claridad de expresión para todos los instrumentos actuantes. Se notan las confluencias con JADE WARRIOR. La segunda sección emerge a poco de pasada la frontera del quinto minuto, siendo así que el ensamble vira hacia un encuadre progresivo sobre el groove marcial de la batería. El solo de guitarra es tortuoso y misterioso, elaborando fraseos intrigantes que se sitúan en un punto intermedio entre los patrones de Hackett y Oldfield. Las cadencias exóticas que emanan de la flauta en un momento ulterior guían a la pieza hacia su desvanecimiento en el éter nocturno con un talante sereno. ‘Brushanespel’ es un breve ejercicio reconstructivo de los ambientes antes predominantes en ‘Östen Är Röd’, con la salvedad de que aquí hay un poco más de musculatura. Los últimos 9 minutos de “Fjärilar I Magen” están ocupados por ‘Vattenytor’, un tema que nos devuelve a la faceta introvertida del ideario grupal. La pieza se detiene bastante en sutiles retazos de calor hasta que la batería emite unos golpes efectistas para imponer efímeras inflexiones de urgencia a la instrumentación, como algo que se agita en momentos estratégicos para soltar un poco de fulgor que ya no quería permanecer totalmente oculto; no se cambia de dirección, pues el espíritu de la pieza permanece enraizado en lo introspectivo. El flujo de la corriente de un riachuelo nos acompaña por un largo rato para el epílogo.
“Fata Morgana” es el tercer ítem que repasamos en esta retrospectiva. Publicado en febrero de 1981 por el sello Silence Records (como siempre), fue grabado y mezclado en el Silence Studio entre noviembre de 1980 y enero de 1981, estando Anders Lind a cargo de los aspectos técnicos de estos procesos. El personal de RAGNARÖK consta ahora de Peter Bryngelsson [guitarras, teclados, xilofón, buzuki, glockenspiel y tambor africano], Magnus Jarlbo [trompeta, fliscorno y teclados], Kjell Karlgren [saxofones, flauta, teclados y pandereta], Per F. Andersson [bajo, xilofón, glockenspiel y kalimba] y Thomas Wiegert [batería, xilofón y cabasa]. Adicionalmente, participa a veces el invitado Peder Nabo a las percusiones y la flauta dulce. Con sólo leer los ítems de esta nuevamente renovada logística instrumental del grupo se puede adivinar que se está gestando una senda importante de evolución estilística. Karlgren es el autor de la foto de la portada donde aparece un mimo aristocrático. La dupla de ‘Midvinterblot I’ y la pieza titular pone rumbo a las cosas. El primero de estos temas mencionados muestra una exuberante arquitectura donde la amalgama de instrumentos actuantes encuentra una base en las vibraciones de las percusiones tonales mientras la guitarra, los vientos y el sintetizador van elaborando intrigantes ornamentos que nos remiten, en cierta medida, a los SAMLA MAMMAS MANNA de fines de los 70 (rebautizados como ZAMLA MAMMAZ MANNA). De este modo, ‘Fata Morgana’ se instala cómodamente sobre los cimientos musicales que le permiten expresar un nuevo tipo de energía desde el que se renueva notoriamente el paradigma de la banda. El jam inicial en clave de blues es manejado con un aura sofisticada que se deja empapar por matices progresivos de talante Crimsoniano, mientras que el motif intermedio se enfila por un esquema jazz-fusionesco al modo de lo que venían haciendo los GONG dirigidos por el maestro Pierre Moerlen. El vigor del saxofón a través de su largo espacio de lucimiento le permite hablar de tú a tú con la guitarra que se había situado en el centro protagónico en la primera instancia y que también habrá de marcar el camino hacia el epílogo. Realmente la gente de RAGNARÖK se sentía cómoda en esta nueva instalación situada a años luz de su álbum de debut. ‘Jatora Em Bak’ sigue a continuación para seguir ahondando en ese factor fusionesco con una musculatura muy llamativa, haciendo que el estándar del jazz-rock asuma un ropaje convincentemente aguerrido. Los arreglos de metales conforman el pilar de prestancia para el realce del gancho ínsito en la pieza.
‘Jatora Em Bak’ sigue a continuación para seguir ahondando en ese factor fusionesco con una musculatura muy llamativa, haciendo que el estándar del jazz-rock asuma un ropaje convincentemente aguerrido. Los arreglos de metales conforman el pilar de prestancia para el realce del gancho ínsito en la pieza. ‘Vild Av Friden’ vira hacia una espiritualidad serena y contemplativa mientras mantiene el vigor jazz-progresivo heredado de la pieza precedente; también se nota una sutil adición de texturas pastorales en el hermanamiento de las escalas de las guitarras eléctrica y acústica. Mientras tanto, el saxo se sitúa al frente del entramado musical con una muy señorial expresividad. ‘Leningrad I
& II’ dura alrededor de 9 ¼ minutos y es el tema más extenso del disco. En efecto, tal como lo indica su título, se trata de un viaje musical de dos paradas. La primera está ambientada en una amable atmósfera bucólica que nos remite a ese factor evocador del primer álbum, aunque con una suntuosidad más barroca en el arreglo global. La segunda cambia notoriamente de registro para gestar un híbrido de sinfonismo y space-rock cuya estructura se basa en un crescendo donde el sustento rítmico se hace cada vez más robusto. El inicial gobierno de la percusión tonal en el armado del groove cede pronto el mando a una enérgica batería que sabe que tiene que mantener a un enclave sonoro portador de una majestuosa y vehemente vitalidad. Imaginemos una cruza entre los YES de 1974 y el STEVE HILLAGE de 1976 y nos podremos hacer una idea de lo que sucede aquí. Es todo un clímax del álbum y tras él llega el turno de ‘Midvinterblot
II’, tema que transita por una senda afín a la de PASSPORT: jazz-fusion barnizado con un gentil preciosismo melódico. Una brisa primaveral tras la nevada aguerrida de la segunda sección de la pieza anterior. ‘Elefanten På Tåget’ tiene un prólogo sigiloso que muy pronto abre campo a otra exhibición de vivaz dinamismo donde lo sinfónico y lo jazz-rockero se congregan bajo una ingeniería sonora potente y lozana.
El final del repertorio llega de la mano de ‘Eskapage’, un tema marcado por una espiritualidad contemplativa donde las líneas de la trompeta y el enclave percusivo fungen como las columnas del bloque sonoro. Las elegantes florituras del bajo aportan un interesante contrapeso al hidalgo fulgor de la trompeta, siendo así que la ulterior irrupción de la guitarra insufla una peculiar tensión al asunto. Es como si una composición perdida de los JADE WARRIOR de la fase 1971-72 hubiese llegado a las manos de este ensamble y la hubiesen remodelado con su nueva reciedumbre sónica, a la cual le añadieron un cierto matiz Crimsoniano. Qué nos queda sino admitir, en esta sección de la presente retrospectiva, que éste es nuestro disco preferido de RAGNARÖK. Aquí concluye nuestro repaso de los años iniciales de la trayectoria fonográfica de este legendario ensamble sueco que, a pesar de la inestabilidad de sus fuerzas constitutivas, se erigió como una voz muy particular con una muy propia visión ecléctica dentro de la tradición del rock progresivo de su país. El grupo siguió adelante en los 80 con el disco de 1983 “3 Signs”, y ya más adelante, volvió a los estudios en dos ocasiones a través de las dos décadas siguientes: “Well” (1991) y “Path” (2008). En el primero de estos últimos discos no contaba el grupo con ninguno de sus integrantes originarios, pero hay algunos de los que entraron al grupo desde los tiempos de “Fjärilar I Magen”, así que las (siempre volátiles) cuestiones de la legitimidad moral cuentan con la debida aprobación. Sea lo que sea que eso signifique. Volviendo nuestra atención al foco de la presente retrospectiva, “Ragnarök”, Fjärilar I Magen” y “Fata Morgana” son exquisitas obras musicales que sitúan a RAGNARÖK en el panteón de las bandas emergidas en los 70 que merecen una memoria perpetua junto a un lugar en cualquier fonoteca progresiva que se precie de ser buena.
Muestras de
RAGNARÖK (1976-81).-
Nybakat Bröd: https://www.youtube.com/watch?v=7xS1diE4BpU
Dagarnas Skum: https://www.youtube.com/watch?v=ckmM0mKfPfU
Fabriksfunky: https://www.youtube.com/watch?v=bJET1a2gmB0
Stiltje Uppbrott: https://www.youtube.com/watch?v=JvvCkSKo7x4
Första Ön: https://www.youtube.com/watch?v=HQstaSUqwbc
Var Glad Var Dag!: https://www.youtube.com/watch?v=iiRBexswND8
Blåmolnsfolket: https://www.youtube.com/watch?v=Q2qF2PnNWcc
Fata Morgana: https://www.youtube.com/watch?v=TuTfgDnbAzU
Midvinterblot II: https://www.youtube.com/watch?v=QTTcwPru4sI
[Parte de esta
retrospectiva está basada en la reseña originalmente publicada en La Caja De
Música, enlace: https://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/ragnarok_ragnarok.html]
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