Sunday, March 09, 2025

RAINBOW FACE: la cruzada del rock progresivo estadounidense en medio de las ruinas


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
En esta ocasión prestamos atención a la localidad de Portland, Oregón, para toparnos con el grupo estadounidense RAINBOW FACE, cultor de una interesante modalidad de rock progresivo ecléctico y experimental, y autor del álbum “Enjoy This Ruin”, el mismo que fue publicado el 6 de diciembre del pasado año 2024. La alineación de RAINBOW FACE consiste en Jake Rose [guitarras y canto], Salvador Altamirano-Farrell [teclados y sintetizadores], Connor Reilly [batería] y Dominique Reveneau [bajo]. Los orígenes de RAINBOW FACE se remontan al año 2015 y fue recién en el año 2020 que el grupo pudo cncretar su disco de debut “Stars’ Blood”; en aquel entonces, el grupo operaba como un trío que no conseguía tener un baterista permanente. Mirando al tiempo presente, el material contenido en “Enjoy This Ruin” fue grabado en varias sesiones organizadas en el estudio Quartertone Recording, estando el bajista Reveneau y Colin Doherty a cargo de las labores de producción e ingeniería de sonido. El cuadro que ocupa el centro de la portada es de la autoría de Yui Sakamoto, mientras que el propio Altamirano-Farrell se hizo cargo del diseño gráfico. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales del disco en cuestión.
 

Las cosas se inician con ‘Left Behind’, canción que, tras un inicio un tanto denso que coquetea con lo tétrico, revela un cuerpo central razonablemente ágil que refleja un vitalismo grave donde se da una inaudita confluencia entre los paradigmas de BENT KNEE y RESISTOR; también hay algunos elementos extra del ZAPPA de inicios de los 80. A mitad de camino, la pieza da un viraje hacia una parsimonia grisácea donde parece que opera un dramatismo latente; éste va haciéndose explícito mientras avanza el crescendo bajo la doble guía de la batería y la guitarra, gestándose así un epílogo electrizante. ‘Automation’ sigue a continuación para cumplir con la misión de expandir los recursos de sofisticación musical y vivacidad expresiva de la banda, dando como resultado una especie de monstruo ágil que parece sacado de un taller clandestino de los AHLEUCHATISTAS para que sea remodelado por BLACK MIDI tras pasar varias horas escuchando discos de PAK y THE CARDIACS. En el mismo desarrollo de su cuerpo central, la canción se sitúa en un punto intermedio entre lo amenazante y lo jovial, siendo así que un breve interludio de talante sigiloso aporta un interesante recurso de variedad al entramado sónico. También hay un breve swing pseudo-circense que anticipa la extremadamente neurótica coda. El tercer tema del disco se titula ‘Virus’ y es también el más largo del mismo con su espacio de casi 8 ¼ minutos. Tras un prólogo denso y deconstructivo, el ensamble arma un motif reconocible sobre un medio tiempo que permite poner un sólido dramatismo al canto inherentemente solemne. ¿Cómo sería algunas de las composiciones más sofisticadas de los BLACK SABBATH de 1974 si se trastocara en manos de los KING CRIMSON de 1973 y, después de eso, fuese transportada hacia un área de interacción entre los estándares del stoner y del brutal prog del nuevo milenio? Como esta canción, efectivamente. Aunque su complejidad es menos ostentosa que la de la canción anterior, recibe los ecos de su señorío. Dos cénit sucesivos para el repertorio. ‘My Crusade’ es una canción más asertiva que las dos anteriores, manteniendo la garra expresiva mientras aporta un nuevo fulgor al motif central y a las bases melódicas que lo sostienen. Eso sí, el pathos ácido sigue incólume.
 

‘Borders’ parece centrarse un poco más en lo reflexivo y lo melancólico mientras los guitarreos van centrándose en las escalas y riffs y los teclados arman unas orquestaciones de cierto tenor cósmico. La ingeniería rítmica tiene una actitud evocadora que se hace sentir a través de la abundante rabia rockera que caracteriza a la esencia grupal. La dupla rítmica juega varias veces con ingeniosos esquemas sincopados, ya sea en las partes contenidas, ya sea en las más musculares. En algún momento emerge desasosegado solo de teclado que parece querer destruir cualquier trazo de añoranza que le precedió... aunque ésta regresa en los acordes finales de la guitarra. Cuando llega el turno de ‘Ransom’, el grupo ahonda un poco más en esta exploración de áreas reflexivas mientras trabaja con grooves complejos. La arquitectura planteada por la batería y las inteligentes líneas del bajo impulsan al bloque global por un meticulosamente perfilado crescendo que termina conquistando una explosiva cima jazz-progresiva con retoques Crimsonianos. También hay confluencias peculiares con SEVEN IMPALE y ELDER. Otro culmen del repertorio. Durando poco más de 8 minutos, ‘Drown’ es la segunda pieza más extensa del repertorio y también es la encargada de cerrarlo. Su característica principal es que se deja llevar por la faceta más propiamente lírica del ideario estético de la banda, la cual se instala principalmente en las escalas de piano que marcan el centro temático. No faltan los pasajes ostentosos de rigor, pero sí es evidente que el ensamble se acerca más que nunca al estándar de la tradición prog-sinfónica. Esta canción buen pudo ser una composición perdida de ECHOLYN que pasó por el filtro de una pesadez ácida propia de SUN COLORED CHAIR mientras acoge algunos traqueteos Yessianos. No teniendo una intensidad igual que la de cualquiera de las dos canciones precedentes, funciona muy bien como broche final del álbum. 
“Enjoy This Ruin” es el ítem con el que hemos conocido a RAINBOW FACE y nos ha causado tan buena impresión que recomendamos encarecidamente una investigación en todo el material que este excelente joven grupo estadounidense tiene publicado. Por lo pronto, señalamos a este disco como parte de lo mejor que se ha publicado en el área del rock progresivo a fines del año 2024 y lo recomendamos para cualquier buena fonoteca dedicada al rock artístico. 
 
 
Muestras de “Enjoy This Ruin”.-
Automation: https://rainbowface.bandcamp.com/track/automation

Thursday, March 06, 2025

CAUSA SUI: la fuente de inspiración para el álbum de estudio #13



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy tenemos la ocasión de presentar el nuevo trabajo del grupo danés CAUSA SUI, el cual está conformado por Rasmus Rasmussen [teclados], Jakob Skøtt [batería y percusión], Jonas Munk [guitarras] y Jess Kahr [bajo]. “From The Source” es el disco al que nos estamos refiriendo, siendo el decimotercer trabajo de larga duración de esta banda fundada en la localidad de Odense en el 2004. El Paraiso Records se encargó de publicar este disco tanto en vinilo (formatos negro y verde-amarillo) como en CD, el 28 de junio del pasado año 2024. El propio guitarrista Munk se encargó de la ingeniería de sonido en las sesiones de grabación, además de los ulteriores procesos de mezcla y masterización. El baterista Skøtt, por su parte, es el autor del arte gráfica. La gente de CAUSA SUI apostó por realizar una labor particularmente sofisticada para celebrar su vigésimo aniversario de existencia, en la cual no sólo salieron al mercado 13 trabajos de estudio, sino también algunos discos en vivo y un par de cajas con sesiones improvisadas; pero bueno, concentrémonos ahora en los detalles de este disco del 2024. 


‘Sorcerer’s Disciple’ inicia el rumbo de las cosas con un despliegue de llamativa vivacidad por vía de un ágil jam cuyo groove se sostiene solventemente sobre vibraciones propias del rock clásico, las mismas que cuentan con un substrato jazz-rockero. Lo que suena aquí es algo que muy bien hubiesen elaborado los DEEP PURPLE de 1974-75 si hubiesen contado con el bajista de BLACK SABBATH y con la guía espiritual de HAWKWIND. Hay pasajes estratégicos donde la musculatura grupal aumenta a fin de gestar ciertos clímax bien perfilados mientras el swing sigue cubriendo las bases de la instrumentación colectiva. Sigue a continuación una pieza más reposada titulada ‘Dusk Dwellers’, la cual se asienta sobre un swing de blues eléctrico. La situación es idónea para dejar que los fraseos de la guitarra y las ingeniosas líneas del bajo vayan llenando espacios con sobriedad a medida que el núcleo firme de la composición se vaya reforzando. Una vez más, tenemos el empleo de la estrategia de insuflar momentáneos incrementos de energía rockera que, dentro de la ingeniería temática, ensalzan el vigor grupal antes de que el epílogo aterrice sobre un terreno más introspectivo. La primera mitad del repertorio se cierra con su segundo tema más extenso, el cual se titula ‘The Spot’ y dura alrededor de 9 ½ minutos. El esquema central de esta pieza se enfoca primordialmente en la senda de sofisticación refinadamente muscular que la gente de CAUSA SUI usualmente convierte en su faceta más fastuosa. Eso sí, hay que matizar que el grupo sabe llevar este lado ostentoso con adecuadas dosis de templanza expresiva, dejando que las texturas sean tan importantes como los trazos melódicos dentro de su ingeniería sónica. La sección final ostenta un temple sereno mientras se apoya en un ingenioso juego de síncopas armado por la dupla rítmica. En general, notamos algunas conexiones estilísticas con GILA y el aspecto más relajado de AMON DÜÜL II, aunque no cabe duda que el ensamble sabe estructurar su particular vigor dentro de su armazón de herencias.

  

Toda la segunda mitad – más exactamente, 24 minutos y pico – está ocupada por ‘Visions Of A New Horizon’, ambiciosa suite que consta de siete partes. Desde sus instancias iniciales emerge un prólogo envolvente que parece hacer gala de un embrujo flotante, siendo así que el grupo sabe cómo darle un tenor expectante a su esquema sonoro. Una vez pasado el prólogo, el grupo arma un jam intrépido que nos remite por igual al paradigma de NEKTAR y al de AGITATION FREE con sus oportunas dosis de space-rock: ésta combinan la garra propia de lo lisérgico con el refinamiento esencial del discurso progresivo, estando éste, a su vez, impulsado por las vibraciones jazz-rockeras empleadas por la batería en varias instancias. Alrededor de la frontera del séptimo minuto, las cosas viran notoriamente hacia una ceremoniosidad Floydiana con ciertas afluencias kraut-guitarreras. Ahora estamos en.el terreno de la gravedad señorial pertrechada por una augusta distancia contemplativa, la misma que genera variadas dosis de suntuosidad. Más adelante, el grupo gesta un crescendo psicodélico firmemente impulsado por una batería muy vitalista. El epílogo marca una parsimonia aguerrida y señorial, aterrizando en una coda de guitarra que completa el círculo. Así es como el grupo decide concluir éste, su decimotercer trabajo de estudio. Con una intensiva trayectoria fonográfica de discos de estudio y en vivo desde el año 2005 que el colectivo de CAUSA SUI tiene tras de sí, “From The Source” es el disco del año 2024 que les permite sostenerse con firmeza dentro de la avanzada rockera de su país. Bastante recomendable, sin duda. 


Muestras de “From The Source”.-

Tuesday, March 04, 2025

Un simulacro progresivamente real de los noruegos CLOUD PEOPLE



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy viajamos al escenario rockero escandinavo y nos topamos con el grupo noruego CLOUD PEOPLE, el mismo que ha publicado su disco “Simulacra” en el primer día de marzo del recientemente fenecido año 2024... O sea, hace poco más de un año. La edición se hizo en CD y en vinilo por vía de Apollon Records. Este sexteto conformado por Andreas Sørensen Hauge [bajo y sintetizador bajo], Benjamin Mekki Widerøe [saxofón y teclados], Filip Mekki [teclados], Fredrik Mekki Widerøe [batería, guitarra y teclados] y Morten Olsen [guitarra, guitarra barítono y teclados] practica un híbrido de space-rock, electrónica y jazz-rock dentro de un encuadre progresivo donde conviven la versatilidad y el vigor expresivo. El sello Apollon Records se encargó de publicar este disco de debut de CLOUD PEOPLE en vinilo, pero también está disponible en formato digital desde el blog de Bandcamp del grupo. Cabe indicar que conocemos a algunos de estos músicos por su membrecía en SEVEN IMPALE. Para este disco, el colectivo contó con la colaboración de la cantante Amalie Holt Kleive. El rol de productor de 
“Simulacra” fue cumplido por Njål Paulsberg, mientras que DJ Teebee se hizo cargo de la masterización. Hay monólogos insertados en varios temas, a veces sonando como testimonios personales, otras veces como reportes periodísticos: es un recurso que acentúa el enfoque musical de CLOUD PEOPLE. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio aquí contenido.    

 
‘Simulation’ inicia el rumbo de las cosas con el ruido de una máquina activándose, una ceremoniosa voz femenina haciendo un anuncio, y finalmente, la instauración de un cuerpo central que se caracteriza por fusionar estándares del nu-jazz y del space-rock progresivo con fundamentos electrónicos. La reinante vivacidad es manejada con un sagaz juego de síncopas mientras la pieza despliega su colorido particular en inspiradas maniobras de soltura melódica. A partir de aquí, emerge la dupla de ‘Chemtrails’ y ‘Area 91’ con el fin de expandir los esquemas de trabajo sónicos del ensamble. El primero de estos temas mencionados sigue activando el dinamismo constante de la pieza inicial a fin de aumentar la dosis de una vivacidad que sigue reinante mientras el esquema grupal alumbra un incrementado señorío. El solo final de saxofón es particularmente hermoso. En el caso de ‘Area 91’, se trata de una sólida exploración jazz-rockera que se amolda muy bien a la estrategia space-rockera diseñada para la ocasión. Los artilugios oníricos son manejados con suma elegancia a través de la bien perfilada gracilidad en curso. Hay un aspecto cinematográficamente trágico en el uso de un monólogo cerca del final. Durando casi 7 minutos, ‘Hollow Moon’ es la segunda pieza más extensa del álbum. Su esquema expresivo se orienta hacia lo ceremonioso mientras arropa la cálida sencillez de su núcleo temático con un aura aristocrática, la cual resulta bastante idónea para persistir en la ambientación general del tema precedente. El rol del saxofón consiste principalmente en guiar la mayor parte de dicho núcleo temático mientras la batería da robustez al groove sereno. El armazón general de la instrumentación guarda un carácter mayormente orgánico en consonancia con la espiritualidad contemplativa de la composición misma. Tenemos aquí un cénit del repertorio. ‘Project Blue Beam’ vira hacia una agilidad frontalmente extrovertida que establece nexos familiares con OZRIC TENTACLES y QUANTUM FANTAY. Las agitaciones luminosas del motif central se sienten muy orgánicas a través de los múltiples usos de teclados digitales, especialmente en el sereno interludio que añade una sana variedad al asunto.
 
‘Pandora’s Hoax’ es el tema más largo del repertorio con su espacio de 8 minutos y pico. Bajo este simpático título emerge una pieza que ensalza y capitaliza el modernismo vivaz ya plasmado en la pieza precedente para elevarlo a una dimensión más fastuosa y muscular. He aquí el encuentro entre aquel mundo de los TANGERINE DREAM de la fase 1978-82 y un híbrido contemporáneo de NECROMONKEY y GHOST TOAST. Las variaciones de groove que tienen lugar ayudan a la ingeniería sónica a incrementar el opulento dinamismo de este otro cénit del álbum. Cuando llega el turno de ‘Element 115’, el grupo regresa de lleno a la lógica jazz-progresiva con fundamentos de nu-jazz, la cual había equipado a la logística sónical primer tema. Poniendo énfasis en lo extrovertido, la aureola celebratoria se mantiene de manera consistente. El cierre del disco lo trae ‘Cover Up’, tema cuya misión principal consiste en transportar la faceta space-rockera del ensamble hacia una exultante magnificencia. La solvente elasticidad de la batería permite que todos los demás instrumentos vayan saltando en perfecta consonancia sin perder el foco melódico. Todo esto fue lo que se nos brindó el año pasado desde los cuarteles de CLOUD PEOPLE; llega un poco tarde esta reseña, pero queda claro que 
“Simulacra” es un trabajo que vale la pena disfrutar en medio de la amplia gama de propuestas musicales que surgen continuamente de la escena vanguardista escandinava. He aquí un simulacro progresivamente real de parte de los noruegos CLOUD PEOPLE. Llega un poco tarde esta reseña, pero todos los elogios que hemos escrito sobre los temas contenidos en “Simulacra” son honestos; este disco es bastante recomendable en cualquier fonoteca dedicada a la vertiente progresiva y otras expresiones eclécticas dentro del inmenso valle del rock contemporáneo.
 
 
Muestras de “Simulacra”.-
Chemtrails: 
https://cloudpeople1.bandcamp.com/track/chemtrails

Saturday, March 01, 2025

La crisálida jazz-progresiva de STEAM THEORY

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy viajamos un poco atrás en el tiempo, al mes de noviembre del pasado año 2024, para toparnos con el más reciente trabajo de STEAM THEORY, el proyecto de rock progresivo y jazz-fusion de la multiinstrumentista y compositora Jessica Denkevitz. El disco en cuestión se titula “Chrysalis” y allí ella se hace cargo de las guitarras, los bajos, los teclados y las programaciones de ritmos, pero también cuenta con los apoyos ocasionales de la guitarrista April Cox y de Ori Boker a los teclados. Hay ocho composiciones nuevas en “Chrysalis” además de nuevas versiones de dos viejos temas originalmente aparecidos en “Enduring Delirium”, el disco de debut del año 2010. Conocimos a Jessica como Jason cuando descubrimos a STEAM THEORY por el disco anterior “Passages” del año 2020, pero ahora es una mujer transgénero. La propuesta musical es la misma de siempre: un esquema de trabajo versátil donde las proyecciones más refinadas del rock y el jazz-rock se expresan bajo liberales pautas progresivas tanto en las ideas compositivas como en los arreglos. Denkevitz se hizo cargo de las labores de mezcla del material contenido en este disco, mientras que el ulterior proceso de masterización estuvo en manos de Maria Triana.

La pieza homónima abre el disco con un sólido despliegue de fulgor sónico. En efecto,  ‘Chrysalis’ se centra en la maquinación de aires exóticos de tenor mesoriental tanto en el centro temático como en el esquema rítmico. Las labores de la guitarra eléctrica brindan un vigor especial a esta manifestación de masivas vibraciones fusionescas: es algo que muy bien podría haber formado parte de un álbum de STEVE HACKETT de los últimos 14 años. Sigue a continuación ‘Journeys’ a continuación y lo hace con una manifestación de estilizadas sonoridades gráciles que se apoyan cómodamente sobre la consistente fluidez del armazón rítmico. El vitalismo de esta pieza se apoya también en un exhaustivo uso de dinamismos exóticos de inspiración asiática, pero esta vez hay una gracilidad más refinada que permite el afloramiento de una mayor dosis de densidad en la exhibición de magia musical. También hay ciertos pasajes donde la garra de los guitarreos y la suntuosidad de los teclados elevan todo a una envolvente majestuosidad. Primer cénit del álbum. ‘Equinox’ se orienta por una senda expresiva más calmada mientras refuerza el factor jazz-rockero de STEAM THEORY. El enfoque sonoro de este tema se sitúa en un punto intermedio entre los DIXIE DREGS de fines de los 70 y LIQUID TENSION EXPERIMENT, siendo así que la exuberancia propia de la ingeniería rítmica ayuda mucho a resaltar el señorío inherente a la composición. Con la dupla de ‘Sol’ y ‘Cosmic’ se nos sigue ofreciendo estrategias musicales variadas. El primero de estos temas mencionados tiene un esquema melódico que gira en torno a las escalas y figuras de la guitarra acústica, estando los teclados a cargo de complementarlas mientras asegura un foco bien definido para las orquestaciones. El ambiente general es ensoñador, incorporando algunos matices de inquietud por vía de ciertos ornamentos sintetizados estratégicamente ubicados. Cuando entra a tallar la guitarra, la fastuosidad progresiva se explicita cordialmente y hace que el bloque instrumental se torne más resplandeciente. ‘Cosmic’, por su parte, exhibe un viaje prog-sinfónico donde el lirismo reinante impone delicadamente su firme gobierno a través de todos los motivos que se van sucediendo. Lo que suena es como un híbrido de YES y HAPPY THE MAN que se manifiesta a través de una traducción de los colores iluminados del mundo en el lenguaje de la música.
 
‘The Djinn’ es un ejercicio de espiritualidad ceremoniosa dentro del discurso jazz-progresivo donde se destaca unos de los más brillantes solos de guitarra de todo el disco. El esquema rítmico ostenta, a través de sus variaciones de swing, un porte radiante, logrando impulsar una creciente fastuosidad con las oportunas dosis de intensidad. ‘Impressions’ es más calmado, conectándose estilísticamente con la primera mitad de ‘Sol’. Las sobrias florituras del bajo sin trastes apuntalan eficazmente los índices temáticos que se van explayando a lo largo del camino. Cuando llega el turno de ‘Something’s In There’, Denkevitz hace una revisión enérgica con amplios matices místicos de una composición que ya había aparecido en el primer disco. La musculatura de los riffs y solos de guitarra realza las augustas vibraciones vertidas por los ornamentos y orquestaciones de los teclados. También hay algunos aires de tenor levemente space-rockero que permiten a la pieza acoger algunos retazos de afable extravagancia. ‘Coterie’ es un moderadamente alegre ejercicio de musicalidades progresivas activadas por ligeros tintes jazz-rockeros. Lo que suena aquí tiene ciertas confluencias con los últimos discos solistas de DARRYL WAY, así como también tiene estrechas conexiones con un NICOLAS MEIER en su faceta más extrovertida. El último tema del repertorio es también el encargado de cerrarlo; se titula ‘Sword Runner’ y dura poco menos de 10 ½ minutos; además, es la segunda revisión de material viejo. Lo percibido aquí es una mesuradamente exuberante exhibición de índices melódicos que son manejados dentro de una peculiar cruza entre los mundos de CAMEL, GORDIAN KNOT y el PAT METHENY GROUP de los 80. A poco de pasada la frontera del séptimo minuto, las cosas se tornan un poco más filuda,  pero las claves melódicas siguen ostentando sus cristalinas policromías. El pasaje epilogar elabora unas vibraciones épicas que, tras un fulguroso vuelo, aterrizan en una zona serena que se evapora en un fade-in. En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Chrysalis”, una obra magnífica que refuerza la posición del proyecto STEAM THEORY como un importante punto de referencia para la avanzada del rock progresivo estadounidense de nuestros tiempos.

Thursday, February 27, 2025

La segunda caminata de DELVING



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy presentamos a DELVING y su segundo trabajo fonográfico, “All Paths Diverge”, el cual fue publicado el 23 de agosto del pasado año 2024. DELVING es el proyecto del multiinstrumentista estadounidense y residente en Alemania Nick DiSalvo, a quien conocemos de ELDER, WEITE, ELDOVAR  y otras bandas. De hecho, él era la figura central de ELDER, banda que asentó un revelador referente para la psicodelia progresiva estadounidense de última generación y que luego se mudó a tierras germanas. Siendo el prolífico y obsesivo compositor que es, DiSalvo gestó este proyecto donde se hace cargo de tocar las guitarras, el bajo, los teclados y la batería, además de hacer las programaciones, en tiempos de aquella inolvidable pandemia. En julio del 2021 se concretó la publicación de “Hirschbrunnen”, el álbum debut, y tres años después llegó el turno del disco que ahora nos ocupa, “All Paths Diverge”. Aquí aparecen como invitados Fabián De Menou (pianos acústico y eléctrico Fender Rhodes), Michael Risberg (efectos) y Richard Bahrens (efectos). Es un factor muy positivo y también muy admirable que este conjunto de músicos halle diversas maneras de mantener su creatividad musical. De hecho, De Menou recientemente se hizo integrante de WEITE. “All Paths Diverge” se editó en CD y vinilo (formatos negro, naranja y blaco, azul transparente y turquesa), tanto por vía del sello alemán Psychobabble como por el sello estadounidense Blues Funeral Recordings. El antes mencionado Behrens se hizo cargo de la ingeniería de sonido y la mezcla mientras que la masterización estuvo en manos de Carl Saffs.


Ya es hora de centrarnos en el contenido de este álbum de DELVING. Durando poco más de 7 ½ minutos, ‘Sentinel’ abre el repertorio con una encantadora secuencia sintetizada que estimula el presto arribo de adiciones sobrias de guitarra y piano. Una vez que la batería introduce un groove reconocible, el armazón general se sitúa convincentemente en una cruza entre el space-rock y al jazz-prog, y así, el motif central asume una refrescante vivacidad que capitaliza muy eficazmente su inherente gancho. Sigue a continuación ‘Omnipresence’ , pieza que ostenta una luminosidad más envolvente desde la emergencia del dueto de secuencia sintetizada y órgano, siendo así que el bloque sonoro se completa con unas vibraciones razonablemente gentiles. Mientras tanto, el esquema rítmico juega ampliamente con síncopas ingeniosas, estando éstas a cargo de sustentar el señorío multívovo de la instrumentación. ‘Chain Of Mind’ prosigue por esta senda fulgurosa y lo hace con una inspirada combinación de prog y post-rock: lo primero está apoyado en el manejo estilizadamente vigoroso del motif central creado para la ocasión, lo segundo está reflejado en la vitalidad contenida con la que se maneja las proyecciones atmosféricas de los arreglos de guitarra. Posiblemente sea el primero el factor predominante, algo a lo que ayuda mucho la presencia ostensiblemente relevante de las bases armónicas y secuencias básicas de los teclados. El uso de compases complejos en el cuerpo central tiene una eficaz contraparte en el esquema rítmico más relajado que opera en la sección intermedia. ‘New Meridian’ tiene una primera sección centrada en un groove electrónico de tendencia avant-jazz, algo así como una idea perdida de los AGITATION FREE de inicios de los 70 que fue remodelada por los AGITATION FREE de ahora. Una sección siguiente introduce unas capas mágicas de guitarras junto a una muscular labor de la dupla rítmica, acogiendo un aura exultante que, una vez más, goza con ese esplendor sonoro que ya hemos sentido desarrollado en los dos temas precedentes. Una vez más aclarado el paisaje, el entramado instrumental despliega un evocador ejercicio jazz-progresivo que se conecta con lo hecho por bandas como RED KITE y SOFT FFOG. La energía de las minimalistas líneas de la guitarra se compenetran muy bien con los sutiles ornamentos del piano eléctrico mientras la batería mantiene su nervio aguerrido con su relativamente complejo compás. 

La segunda mitad del repertorio se inicia con la pieza más extensa del mismo, durando más de 13 ½ minutos y portando el título es ‘Zodiak’. Desde el mismo punto de partida, el bloque sonoro se dispone dentro de una ubicación extrovertida bajo el ropaje de una atmósfera razonablemente aguerrida y tremendamente luminosa. Estamos presenciando el resultado del triple cruce entre MOTORPSYCHO, los CAUSA SUI de los tres últimos álbumes y los DJAM KARET de los 90. Las alusiones a índices temáticos amables alternan espacios con las expansiones de fortaleza señorial, igualándose a veces en intensidad y longitud. A poco de pasada la frontera del octavo minuto, el paisaje sónico vira drásticamente con la invasión de una neblina onírica que coquetea por igual con los paradigmas de ASH RA TEMPEL (71-73) y TANGERINE DREAM (73-74). Este despliegue de impalpable densidad transita por un ruidismo minimalista y abstracto cuyo oleaje transita entre la ansiedad y la contención, lo cual genera un epílogo tan  sugerente como solipsista. Un gran cénit del álbum. Los dos últimos temas del disco cuentan también con duraciones generosas de 9 ½ minutos y más de 9 ¾ minutos, respectivamente; sus nombres sucesivos son ‘The Ascetic’ y ‘Vanish With Grace’. El primero de estos temas mencionados parece orientarse hacia una remodelación de los aspectos más explícitamente líricos de las dos piezas precedentes dentro de un encuadre space-rockero oportunamente enriquecido con matices post-rockeros. Con la irrupción de la batería, las cosas asumen una magnética agilidad sin punto de retorno; los detalles electrónicos también resultan relevantes para ello. La sección final es, en verdad, apabullantemente embrujadora. En cuanto a ‘Vanish With Grace’, se basa en una retoma sistemática de los vértices más extrovertidos de los dos primeros temas del álbum, lo cual permite a los instrumentos actuantes armar una nueva maraña de exultante dinamismo. ¿A qué sonaría un jam de CAN del año 1975 tras la labor quirúrgica de RED KITE y el proceso de rehabilitación dirigido por HERD OF INSTINCT? A esto mismo, mire usted por dónde. El delicado cierre cibernético brinda una interesante variante de climas cinematográficos tras las últimas explosiones rockeras del cuerpo central: es como si la homogénea cohabitación de estrellas en el sereno manto de la noche pudiera mostrarse una vez finiquitada la absorbente algarabía rockera. El cénit adecuado para salir por la puerta grande con gran prestancia.
 

En fin, todo esto fue lo que se nos ofreció en “All Paths Diverge” desde los cuarteles de DELVING: una muy interesante serie de eclécticas exploraciones de rock psicodélico con ambiciones artísticas y motivaciones eclécticas. La larga extensión de esta caminata musical parece haberse consumido en pocos instantes. DELVING es un estupendo refugio para la hechura de álbumes que terminan ser bastante recomendables en cualquier fonoteca dedicada al prog y otras líneas experimentales del rock de ayer y hoy. 
 
 
Muestras de “All Paths Diverge”.-
Omnipresence: https://delving-music.bandcamp.com/track/omnipresence
Zodiak: https://delving-music.bandcamp.com/track/zodiak
Vanish With Grace: https://delving-music.bandcamp.com/track/vanish-with-grace


* La reseña en este blog sobre el más reciente disco de WEITE aparece en el siguiente enlace: https://autopoietican.blogspot.com/2025/02/segundo-viaje-al-oasis-progresivamente.html


Monday, February 24, 2025

BEARDFISH: el corazón retornado del rock progresivo sueco

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy celebramos el regreso de los maestros suecos de BEARDFISH a la palestra progresiva: en efecto, en el primer día de noviembre del pasado año 2024 se concretó la publicación de “Songs For Beating Hearts”, el noveno disco que terminaba el hiato del grupo desde el año 2015, cuando se publicó “+4626 -Comfortzone”. El ensamble de Rikard Sjöblom [voz, órgano, teclados y algunas guitarras], David Zackrisson [guitarras, efectos y coros], Robert Hansen [bajo y coros] y Magnus Östgren [batería] drums vuelve a la carga con un álbum que engalana su legado progresivo iniciado en las primeras instancias del nuevo milenio. “Songs For Beating Hearts” fue publicado en CD y en vinilo transparente naranja por el sello InsideOut Music en el primer día de noviembre del recientemente fenecido año 2024. Todo un evento fue la salida al mercado de este disco desde que se anunció la reunión de este grupo cuyos orígenes se remontan al año 2001 en la localidad de Gävle. Dos años después, se lanzaba al mercado el disco debut “Från En Plats Du Ej Kan Se...”, comenzando una trayectoria que llamó la atención de varios fans del género progresivo de todo el mundo, especialmente por sus celebrados dos discos del concepto de “Sleeping In Traffic” (de los años 2007 y 2008). Para este disco de retorno, la gente de BERADFISH recibió las ayudas ocasionales de la cantante Amanda Örtenhag, la cellista Anna Dager y la violista Hanna Ekström. El guitarrista Zackrisson se hizo cargo de organizar las sesiones de grabación y la mezcla del álbum en los Sound Society Studios; las ulteriores labores de masterización estuvieron en manos de Stefan Aronsson en el estudio Stupid Dream Records. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de este álbum.
 

Los primeros 4 ½ minutos del repertorio están ocupados por ‘Ecotone’, canción que empieza con un tenor bucólico marcado por un moderado dramatismo donde la emotividad se pronuncia de forma un tanto agria. No parece sobre el papel un inicio impactante para el disco, pero en sí misma, la canción tiene la virtud de arrojar un aura sobriamente sofisticada sobre un desarrollo melódico relativamente sencillo. Es casi como una semi-balada de PORCUPINE TREE filtrada a través de la influencia de los ANEKDOTEN de los tres últimos álbumes. Luego sigue la maratón musical de ‘Out In The Open’, una suite de 20 ½ minutos cuyas secciones se titulan ‘Overture’, ‘Oblivion’, ‘Hopes And Dreams’, ‘Oblivion (Reprise)’ y ‘Around The Bend’. Como es natural, ya se sitúa el colectivo sueco en un terreno de amplios espacios para la extroversión y la versatilidad patente. Con la triangulación intensa y muscular del piano y la dupla rítmica, los añadidos matices de guitarra y sintetizador completan el paisaje inicial con solvente agilidad, captando recursos afines a los que usualmente operan en los paradigmas de THE TANGENT y SPOCKS BEARD, añadiéndose ciertas tonalidades expresionistas que usualmente asociamos a THE FLOWER KINGS. Con oscilaciones entre variadas dosis de vigor expresivo, el grupo va hilando los motivos y encadenando los diversos grooves con impoluta fluidez, y, claro está, la cantidad de esquemas rítmicos inusuales es lo suficientemente generosa como para mantener el fulgor sónico de forma consistente de acuerdo a las exigencias épicas del largo aliento de la suite. Uno de los pasajes más intensos tiene lugar entre los minutos 6 y 8, tras el cual arriba un total cambio de registro al plantearse una parsimonia ceremoniosa bajo el mando de las sobrias escalas de las guitarras acústicas sobre un trasfondo grave de sintetizador. Es el momento de una balada acústica de carácter introspectivo donde los arreglos vocales emulan el patrón de CROSBY, STILLS & NASH. Cuando las cosas se vuelven a intensificar, regresan los modismos a lo SPOCKS BEARD con algunos toques Emersonianos extra. La sección final ‘Around The Bend’ recoge una sana mezcla de nervio rockero y solemnidad para finiquitar las cosas con inconfundibles vibraciones majestuosas.

  

‘Beating Hearts’, que cuenta con un considerable espacio de 11 minutos, desarrolla otra muestra de las inquietudes más fastuosas del grupo. La sección prologar está marcada por un exquisito arreglo de cuerdas que prepara el terreno para el arribo de una electrizante parsimonia del cuarteto que suena a una pieza perdida de YES del año 1973 que ha sido remodelada por DEEP PURPLE. Una vez que las escalas bucólicas de la guitarra acústica se empalman con los redobles marciales de la batería, entra a tallar el canto para brindar una vivacidad renovada al asunto. El ejercicio de sinfonismo delicado y palaciego delinea con impecable precisión los surcos del desarrollo temático para que éste se muestre asequible a través de su inocultable sofisticación. A poco de pasada la frontera del quinto minuto, aumentan al unísono las dosis de gracilidad y garra rockera, algo que resulta bastante oportuno para el asentamiento de un canto desgarrado que clama un vitalismo situado entre lo vehemente y lo trágico. Un exultante solo de guitarra completa el fuego sónico en curso. Aquí hay mucho músculo a pesar de que no opera una ingeniería rítmica impetuosa. En los últimos minutos, la garra decrece un poco, pero se redondea el centro melódico de forma coherente. ‘In the Autumn’ es una canción más alegre, siendo así que su patente luminosidad temática está eficazmente realzada por la presencia de la voz de Amanda Örtenhag. Existen afinidades con BIG BIG TRAIN y RESISTOR a la hora de dinamizar las texturas melódicas con un nervio especial. La miniatura ‘Ecotone (Reprise)’ instaura un ejercicio de solemnes orquestaciones de teclados. A partir de allí, emerge ‘Torrential Downpour’ trayendo consigo el cierre del repertorio oficial del álbum con un despliegue de pasión rockera que recibe ecos de las canciones #3 y #4. El pasaje final exuda una espiritualidad enérgicamente optimista. Hay un bonus track que es una versión antigua de la canción de apertura, exactamente, del año 1982, incluso durando un minuto y tres cuartos más. Con su logística de tecno-pop al modo de una síntesis entre los OMD de 1981 y los JAPAN del mismo años, la composición exhibe ambiciones prog-sinfónicas e incluye un enigmático solo de guitarra de brotes psicodélicos. ¡Nos gusta más esta versión!


En fin, todo esto fue lo que se nos brindó en “Songs For Beating Hearts”, un manifiesto genuino de la fuerza creativa que hace latir al corazón retornado de BEARDFISH después de tantos años de ausencia. Si se había generado bastante entusiasmo con el anuncio del retorno a la productividad de este grupo que llegó a situarse en la línea de frente de la popularidad internacional de la escena progresiva sueca, ese entusiasmo se justificó con creces por lo mostrado en el repertorio de este disco; lo recomendamos sinceramente para cualquier buena fonoteca de rock artístico de ayer y hoy.
 
 
Muestras de “Songs For Beating Hearts”.-
Beating Hearts: https://www.youtube.com/watch?v=YF6ELoqV_Ao
Out In The Open [en vivo en Uppsala, 25/10/2024]: https://www.youtube.com/watch?v=ZMCRgo9JE-A
 

Friday, February 21, 2025

La participación de ELECTRIC ORANGE en la escena psicodélica alemana a fines del año 2024


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Justo cuando el año 2024 se estaba acercando a su necesario fin, el colectivo alemán de rock prog-psicodélico ELECTRIC ORANGE publicó su nuevo disco de estudio. Éste se titula “Ada” y la fecha exacta de su lanzamiento al mercado fue el 6 de diciembre del 2024. El veterano cuarteto actualmente conformado por Dirk Jan Müller [sintetizadores análogos y modulares, órgano Farfisa Compact, mellotrón, generador de audio y bajo], Dirk Bittner [guitarras eléctricas, acústica y de 11 cuerdas, trompeta, banjo, percusión, khim tailandés y voz], Werner Wieczorek [bajo, guitarra eléctrica y coros] y Eric Karow [batería y coros] grabó el material contenido en “Ada” en varias sesiones de los años 2023 y 2024 en el Studio Fleisch de Aachen, estando el legendario Eroc a cargo de la ulterior labor de masterización en The Ranch. Harald Königs colaboró en algunos temas tocando la flauta, la flauta bajo y el saxofón bajo. Pasemos ya a los detalles específicos de este disco.

 
Los primeros 6 ¾ minutos del repertorio están ocupados por ‘Henry’s Bead’, una pieza fulgurosa cuyo swing a medio tiempo resulta bastante llamativo a través de su razonable sofisticación. Hay una cualidad etérea en el procesamiento de la mayoría de los sonidos de los guitarreos y las intervenciones de los teclados, pero eso, en lugar de suavizar, capitaliza eficazmente una aureola de misterio cósmico para las vibraciones expresionistas que son inherentes a la pieza. Dentro de esta ingeniería grupal marcada por un space-rock empapado de matices post-rockeros, la dupla rítmica es la parte más suntuosa. La inclusión de un diálogo y extraños arreglos vocales añade un cariz cinematográfico al asunto. Llega a continuación el turno de ‘Dead Farm’, una pieza más ágil y con un punche más explícito donde la banda parece estar exorcizando los fantasmas añejos de HAWKWIND en su etapa 71-75 mientras añade vibraciones al estilo stoner al entramado sonoro. Los ornamentos percusivos y sintetizados combinan muy bien lo orgánico del pathos grupal con lo abstracto que subyace a las florituras electrónicas: con toda naturalidad conviven lo tribal y lo futurista. ‘Erebus’, a pesar de su título alusivo a asuntos infernales, es, en realidad, una excursión prog-psicodélica en terrenos fusionescos. La banda apela a una espiritualidad ceremoniosa a la hora de articular este viaje musical donde las bases de guitarra acústica marcan la pauta a seguir para los demás instrumentos que la van tapando. Los ornamentos de flauta operan como un oportuno recurso de bucólico lirismo en medio de la magia exótica que irradia la pieza. ‘Card Punch’ permite a la banda regresar de lleno a su estilizada fiereza rockera, logrando gestar un esquema sónico más denso que el que ya se percibió en el tema #2. La segunda mitad del repertorio se abre con la pieza justamente titulada ‘Ada’. Éste porta un aura un tanto similar a la que signó a la pieza de apertura, pero con una capitalización de la dimensión ácida que el grupo puede gestar desde sus interacciones. El canto aporta un talante solemne que enriquece las proyecciones cósmicas de la composición. Dicho sea de paso, se nota que hay grandes dosis de sofisticación expresiva tanto en la labor de los teclados como en la de la batería.
 

‘Lucid Frames’ opera con un ágil compas en 6/8 para reactivar la dimensión fusionesca del space-rock ecléctico propio de la banda, algo que se hace notar desde el prólogo percusivo. Los mecanismos sónicos van ampliando sus dosis de expresividad y llegan a situarse en un área de aguerrida densidad que ya conocemos de otras piezas del álbum. El carácter exótico de la composición (al estilo mesoriental) se manifiesta cómodamente dentro de un armazón que se nos antoja muy afín al paradigma de los legendarios OZRIC TENTACLES en su etapa de 1989-97 mientras se preservan algunos ecos del legado de aquellos cuatro primeros discos de EMBRYO junto a algunos matices propios del estándar del jazz-fusion de los 70. Una pieza bastante colorida. Siendo el tema más largo del disco con su duración de más de 9 ¾ minutos, ‘Tage Der Selbstmumifizierung’ es también el encargado de cerrarlo. Siendo el tema más frontalmente experimental del álbum, su empuje expresivo se centra mayormente en el explayamiento de retazos aleatorios que se arrojan al viento para planear sus estructuras mientras el colectivo ondea la bandera de la psicodelia libre. Lo que suena se afilia con el más puro estilo de AMON DÜÜL II y GURU GURU en sus facetas más bizarras. También hay elementos del avant-jazz deconstructivo que emergió a partir de los 90, una intervención sónica que añade densidad a las constantemente sugerentes expansiones sónicas. Con este bizarro viaje a través del cosmos interior se completa esta oferta que se nos hace desde los cuarteles de la banda germana ELECTRIC ORANGE. “Ada” es un disco con muchos méritos estéticos, especialmente por el ambicioso nivel de eclecticismo plasmado en esta nueva serie de aventuras prog-psicodélicas a fines del pasado año 2024. Muy recomendable para cualquier buena fonoteca actualizada con lo mejor del rock artísticos de nuestros días. 
 
 
Muestras de “Ada”.-
Henry’s Bead: https://electricorange.bandcamp.com/track/henrys-bead-2
Ada: https://electricorange.bandcamp.com/track/ada
Lucid Frames: 
https://electricorange.bandcamp.com/track/lucid-frames

Tuesday, February 18, 2025

Segundo viaje al oasis progresivamente psicodélico de WEITE

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy echamos una mirada atrás al día 22 de noviembre del pasado año 2024 y nos topamos con el segundo disco de WEITE, ensamble germano-estadounidense de música prog-psicodélica que se inició por la iniciativa de integrantes de DELVING y ELDER (banda reubicada en Berlín tras sus iniciales años en la patria estadounidense): recordemos que el bajista Ingwer Boysen convocó al baterista Nick DiSalvo y a los guitarristas Michael Risberg y Ben Lubin para hacer algo de música en el invierno del 2022, lo cual dio como fruto el álbum “Assemblage” (2023). Pues bueno, lo que empezó como una idea para un proyecto ocasional terminó siendo algo más fructífero porque los músicos terminaron concordando en la idea de convertir a WEITE en un grupo real y seguir haciendo música. Para este segundo álbum “Oase”, el grupo aumentó a quinteto con el ingreso del teclista Fabien de Menou (integrante de PERILYMPH). Justamente este nuevo integrante se encargó, junto a Richard Behrens, de la ingeniería de sonido para las sesiones de grabación del material aquí contenido. Carl Saff realizó el ulterior proceso de masterización. El sello Stickman Records se hizo cargo de la publicación de este disco en CD y en doble vinilo de color marmoleado negro y rosado. Bueno, investiguemos ahora en los detalles estrictamente musicales de “Oase”.
 

Durando poco más de 9 ½ minutos, ‘Versteinert’ abre el repertorio con una sección inicial focalizada en grooves serenos y un tanto expectantes sobre los que se explayan unos dispersos riffs de las duales guitarras mientras una capa grave de sintetizador merodea en el trasfondo. Con el arribo del cuerpo central, las cosas se animan un poco y pasan a explicitar una refinada mezcla de space-rock y post-rock con un groove más ágil y una mayor dosis de vigor expresivo en los guitarreos. Es como el tránsito de un tímido amanecer a una mañana sobriamente luminosa dentro de un contexto plácidamente otoñal, un ascenso bien impulsado por la creciente sofisticación que se concreta en el swing de la batería. La última sección es reposada como un atardecer bien avanzado, trazando así un temple introspectivo que, en sus postreras instancias, abre camino a un esplendor de estrellas. Sigue a continuación ‘Time Will Paint Another Picture’, un tema diseñado para movilizar y proyectar las aristas más melódicas del ideario musical del ensamble. Ya desde su motif inicial, se nos muestra una serie de cadencias calmadas que fluyen sobre un suave swing jazz-progresivo. Los delicados enmarañamientos entre las dos guitarras se apoyan confiadamente sobre el sutilmente sesuda armazón rítmico mientras las labores del teclado se reparten entre acompañamientos armónicos y tersas cortinas que añaden un preciosismo peculiar al asunto. Es como si la gente de PAPIR se hubiese juntado con alguien de WHITE WILLOW para pasear un rato por el jardín de RAGNARÖK. Una pieza cautivadora y envolvente. ‘(Einschlafphase)’ es un interludio cósmico que nos remite a los tiempos del tercer álbum de CLUSTER, una inspección del cosmos exterior para enriquecer la potencial luz del interior. A partir de allí, emerge ‘Roter Traum’, una pieza que ocupa un espacio de poco menos de 11 minutos. Su espiritualidad expresiva está bastante emparentada con la de ‘Versteinert’, pero con una exuberancia más rutilante, especialmente en lo referente al funcionamiento de las líneas de bajo, tanto en su compleción del swing de la batería como en su eficiente asentamiento de las diversas ambientaciones que se van hilando mientras se desarrolla el esquema multi-temático. Transitando orgánicamente de pasajes suntuosos a otros un poco más áridos, la banda combina naturalmente recursos de jazz-prog, psicodelia y sinfonismo, añadiendo ocasionalmente algunos pasajes cósmicos heredados del interludio precedente. En general, el aumentado protagonismo de los teclados ayuda al quinteto a establecer vibraciones más majestuosas que en cualquier tema anterior. Todo un cénit del álbum.
 

‘Woodbury Hollow’ es una exploración de la faceta más introvertida del esquema de trabajo grupal, un oportuno momento de remanso tras la expansiva suntuosidad del tema precedente. ‘Eigengrau’ se erige como el tema más extenso del disco con sus cerca de 12 ¾ minutos de duración. Las capas minimalistas de teclado que signan a la sección prologar establecen un abierto contraste frente a la placidez casi pastoral del intermedio precedente, algo que parece anunciar cierta amenaza, pero que, en realidad, termina abriendo la puerta a una atmósfera flotante marcada por una gentil gracilidad crepuscular. Imaginemos a los MOGWAI de 1999 haciendo guiños a ELDER y RED KITE por igual. Los primeros efluvios ostentan un fulgor ensoñador, mientras que otros que emergen después se centran en una adustez refinada. El núcleo del último tercio se sitúa dentro de una estructura bien definida donde el índice melódico creado para la ocasión se amolda al dinamismo arquitectónico que hace que la pieza dé un giro de 180°; ahora, la banda establece nexos estilísticos con HOOFFOOT, capitalizando un fulgor renovado para el aterrizaje definitivo del vuelo musical en curso. Otro cénit decisivo del álbum. ‘The Slow Wave’ trae consigo el cierre del repertorio y lo hace con un regreso predominante al llano introspectivo que forma parte del paisaje grupal íntegro. La sección epilogar vira drásticamente hacia un impetuoso y muscular jam en clave stoner donde la electricidad rockera que emana de la asociación de las dos guitarras impele a la estrategia global a gestar una hoguera sónica contundente. Todo esto fue lo que salió de esta segunda aventura fonográfica del colectivo germano-estadounidense WEITE: “Oase” es muy fiel a su propio título pues se trata de un auténtico oasis de vitalidad prog-psicodélica para nuestros tiempos. El nuevo posicionamiento de WEITE como un grupo estable y la inclusión de un quinto integrante son decisiones que han rendido estupendos frutos para el beneplácito del rock artístico de nuestros días; definitivamente, la banda ha expandido su paleta sonora con creatividad y convicción. Por lo pronto, la banda ha realizado una gira en este último mes de enero. Un trabajo totalmente recomendable para cualquier buena colección de música progresiva. 

Saturday, February 15, 2025

Quinta estancia de la ECLECTIC MAYBE BAND en el cúmulo estelar de la vanguardia progresiva


 
HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
¡Albricias!… Nos llegan buenas y ansiadas noticias desde los cuarteles del excelso músico y compositor belga Guy Segers: a fines del pasado mes de enero se publicó el nuevo trabajo fonográfico del ensamble avant-progresivo ECLECTIC MAYBE BAND, el cual se titula “Cosmic Light Clusters”. La edición de este disco corrió a cargo del sello Discus Music, aunque el propio Segers fue adelantando material del mismo en su propia página individual de Bandcamp en los últimos meses del pasado año 2024. En este quinto disco de la ECLECTIC MAYBE BAND, al igual que en todos los anteriores, nos topamos con que Segers se hizo cargo del bajo, los samples y varios instrumentos virtuales, y que también contó con una variable cantidad de colaboradores. La lista es siempre larga: Pierre Bernard (flauta), Michel Berckmans (oboe), Cécile Broch’e (violín), Jean-Pierre Soarez (trompeta), Franck Cottret (trombón), Andy Kirk (teclados), Michel Delville (guitarra), Ángel Ontalva (guitarra), Tatsuya Yoshida (batería), Catherine Smet (piano y teclados), Dirk Wachtelaer (batería), Dirk Descheemaeker (clarinetes), Fabrice Owerzarzak (batería), Joe Higham (teclados, clarinete y saxofón soprano), Eleni “Silena” Siozou (voz), Mami Foujita (voz), Cathryn Robson (voz), Rich O'Meara (marimba y vibráfono), Stephan Köhr (fagot), Sigrid Vandenbogaerden (cello), Mark Bogaerts (saxofones alto y barítono), Luc Mishalle (saxofón tenor), Emmanuel Cremer (cello), Jimmy Ågren (guitarra), Sean Rickman (batería), Paul Everaert (fagot), Luc Van Lieshout (fliscorno) y Marianne Denoïa (violín).
 

Una novedad que trae consigo “Cosmic Light Clusters” dentro del versátil y siempre aventurero canon de la ECLECTIC MAYBE BAND es una presencia importante de atmósferas contemplativas, además de un ahondamiento en los aspectos más texturales de los dos discos precedentes. Por otro lado, también se nota ocasionalmente que hay una renovación de los vértices más filudos de los dos primeros discos, pero mejor es que repasemos de una buena vez los detalles del repertorio de este disco en cuestión, el cual se abre con ‛Nébuleuse. Esta pieza se sostiene sobre unos cimientos minimalistas que abren campo al florecimiento de unos retazos impresionantes de claro talante oscurantista. La ceremoniosidad lóbrega es cautivadora e inquietante a la vez... como en la época de los cuatro primeros álbumes de UNIVERS ZERO. A continuación, llega el turno de ‛Cratère’, tema que se centra en una atmósfera abstracta cuyos ribetes flotantes son manejados con un swing oportunamente sutil en clave de avant-jazz. Los aportes de la flauta y la trompeta añaden un colorido especial a las predominantes vibraciones grisáceas, lo cual hace aumentar su misterioso potencial fulguroso. ‛Prisme Souriant’ es un majestuoso ejercicio de chamber-rock que se perfila por unos índices temáticos cargados de dramatismo. El pathos casi se puede tocar, como si adquiriese una forma sólida durante el desarrollo de su entramado instrumental. La tensión de ahora no es tenebrosa, sino deconstructiva dentro de su solipsismo líquido. Con la emergencia del cuarto tema, titulado ‘Mineral Is Growing Slowly’, el ensamble operante retoma algunos matices oscurantistas semejantes a los que signaron al tema de apertura, pero esta vez se hace con mayor suntuosidad. La atmósfera general es la de una inconmensurable nostalgia que hace gala de sus propios atavíos crepusculares mientras preserva algo de su misterio. El crescendo manifiesta un poco más de ese tormento interior, aterrizando todo en un remanso final que resuena como una amable sorpresa. ‘Calculations At The Space Center’ exhibe las primeras manifestaciones de genuina musculatura del disco, y lo hace sobre un enclave de densidad surrealista que no es muy ajena al estándar de los ART ZOYD de los 80. A través de la notable tendencia al mecanicismo estructural, los recursos de avant-jazz aportan unos traqueteos orgánicamente viscerales. Ya no es tiempo de amenazas latentes, es el momento del estallido de un grito rebelde contra las pretensiones preclaras del racionalismo. Dos cénit sucesivos del álbum.
 
‘Hypnopédie’ es una pieza muy peculiar, un ejercicio de jazz fusion experimental al modo de la faceta más moderada de los WEATHER REPORT de los primeros años que se deja remodelar por ambientaciones cósmicas. Mientras tanto, las evocaciones poéticas de una voz femenina se van apoderando del epicentro en varias instancias. Tanto el bloque instrumental como la voz van aumentando sigilosamente sus propias dosis de ceremoniosidad expresiva; el delicado manejo de la percusión virtual posibilita que unas emanaciones sonoras tan gaseosas hallen fácilmente su centro de gravedad, un centro moderadamente maleable en sí mismo. ‘Ordinary Undercover Radar’ nos muestra un viraje radical hacia un paraje extrovertido que se sitúa en un intermedio entre el jazz-prog y el dadaísmo celebratorio de semi-escondidos ribetes Zappianos. La vitalidad expuesta por el armazón rítmico permite a los teclados computarizados y las percusiones tonales elaborar sólidos recursos de soltura a lo largo y ancho de la compleja ingeniería sónica diseñada para la ocasión. Mientras tanto, con cada aparición del violín, el clima de júbilo va ampliando su propia luminosidad, una luz cuya extravagancia no estorba en la senda de la expansión celebratoria. Durando 10 minutos, ‘Elipse Sealed’ se erige como el tema más extenso del álbum. Su primera sección consiste en un retorno masivo al tenebrismo nebuloso que ya hemos apreciado en la secuencia de los dos primeros temas del disco, acercándose un poco más a la extraña exuberancia de ‛Cratère’. También hay elementos de fusión modernista en el armazón del groove general, el cual gana en colorido con las intervenciones de las cuerdas y las maderas. En una segunda instancia, las cosas se agitan con un coqueto fulgor de tendencia jazz-progresiva con claro talante avant-progresivo, siendo así que los ocasionales guitarreos ayudan a reforzar el caudal de contundente nervio que, de a pocos, se va apoderando del paisaje musical. De hecho, a poco de pasada la frontera del sexto minuto, el vitalismo creciente alcanza niveles de densa neurosis que coquetean abiertamente con el caos, pero sin llegan allí, más bien gestando una confluencia poco rígida de aportes instrumentales que han de conquistar un genuino punto de encuentro. Las agitaciones festivas de los últimos minutos suenan como un retorcimiento del patrón de SAMLA MAMMAS MANNA en manos de los UNIVERS ZERO del nuevo milenio. La coda escondida es como el eco de algo que se nos pasó de largo bajo el manto de la algarabía final. ¡Qué gran tema!... ¡Y aún hay más!

Los dos últimos temas del repertorio duran poco menos de 9 ¼ minutos y sus títulos respectivos son ‘Bottle Opener’ y ‘B2 Or Not 2B / Astrum Argentinum’. El primero de ellos sigue a paso firme por la senda trazada y desarrollada en ‘Ordinary Undercover Radar’, pero esta vez con un vitalismo más definidamente delineado y un vigor más extrovertido. La fastuosidad progresiva se revela persistente y ágilmente a través de la robusta fosforescencia inherente a los recovecos del desarrollo temático. Por aquí hay algunas confluencias con NATIONAL HEALTH, por allá hay unos aires de familia con ZAO, por otro lados se dejan notar algunas alusiones al ZAPPA de 1972-75, siempre opera una dinámica de efervescentes convulsiones agudas y festivas. Muchas veces se da el caso de que un laberinto musical sea osado, pero que además sea altaneramente gozoso, no tantas, y ‘Bottle Opener’ es una directa invitación a abrir botellas y llenar copas para el brindis melómano. En lo referente a ‘B2 Or Not 2B / Astrum Argentinum’, su misión consiste en perpetuar parcialmente esta línea de trabajo: las vibraciones celebratorias se constriñen ligeramente (muy ligeramente), y a cambio, la claridad melódica se hace más penetrante y el swing general se torna más sofisticado en clave jazz-progresiva. Este último factor hace que la transición a un groove más calmado en la segunda mitad del tema suceda con toda naturalidad. El canto femenino aprovecha su registro grave para dar una firme solemnidad al bloque epilogar. Todo esto fue lo que, a fin de cuentas, se nos brindó con “Cosmic Lights Clusters”, el nuevo viaje musical de la ECLECTIC MAYBE BAND, proyecto que ya tiene una cierta cantidad de años ocupando el trono de la élite de la avanzada musical europea (y del mundo entero, probablemente). De la mano del maestro Guy Segers, este colectivo de libres asociaciones de diversos músicos ha concretado una excelente quinta estancia en el cúmulo estelar de la vanguardia progresiva. Todavía no se completa el primer tercio del año 2025 y ya podemos presumir de haber conocido y disfrutado una obra notable muy difícil de igualar: un triunfo artístico que merece mil medallas de oro y millones de ovaciones. ¡¡Totalmente recomendable!!