Hoy toca el turno de presentar al grupo finlandés HADAL SHERPA, el cual cultiva un híbrido de space-rock progresivo y jazz-rock de claros tintes fusionescos. La conformación de HADAL SHERPA, residente en la localidad sur-finlandesa de Vantaa, consiste en el quinteto de Vesa Pasanen [guitarra, bouzouki, teclados y percusión], Sauli Marila [bajo y cello], Matti Elsinen [teclados], Ilja Juutilainen [batería y percusión] y Ville Kainulainen [guitarra]. Lo que se nos brinda a lo largo del repertorio de “Hadal Sherpa”, el disdo de debut publicado a mediados de junio del pasado año 2017, es un exquisito y muy bien centrado repertorio de desarrollos melódicos, esquemas rítmicos y atmósferas que se acomodan a la perfección a lo que ya indicamos a grandes rasgos en la primera frase de la presente reseña, space-rock con fuertes ribetes fusionescos: para ello, el quinteto finlandés trabaja con pulso firme un bien definido equilibrio entre las vigorosas acentuaciones y dinamismos que exige la línea de trabajo escogida y el refinamiento sesudo en las interacciones instrumentales. A veces el asunto se pone un poco más filudo de lo habitual, otras veces se torna más relajado, pero siempre se destila una impoluta fluidez en las estructuras diseñadas para cada pieza del álbum. Además, el grupo cuenta ocasionalmente con los aportes de Pi Kiviharju a la flauta, Arttu Muhonen a las percusiones y Olli Rautiainen a la trompeta, con lo cual se asegura la creación y la organización de una plenitud muy especial en las armazones sonoras donde se aventura el colectivo finlandés en el que nos estamos fijando ahora. Bueno, veamos los detalles del susodicho álbum de una buena vez.
Durando casi 11 ¼ minutos, ‘Heracleion’ se erige como el ítem más extenso del disco. Sobre un consistente compás en 7/8, el grupo desarrolla recursos de movilidad temática, a veces dirigida por el sintetizador, otras veces, por la guitarra. El gancho está bien trabajado y los más de 11 minutos que dura el tema pasan como si nada. El carácter calmo y sutil de la coda nos despierta de la danza espiritual a que nos ha llevado esta pieza. Una vez terminado este tema, estamos convencidos de que se trata de un punto culminante del repertorio de “Hadal Sherpa”. ‘Marracech’ vuelve a la calidez fusionesca revestida de vibraciones aguerridas y robustas que había hecho nuestras delicias en ‘Chafa Azeno’. Lo que tenemos ahora en el caso particular de ‘Marracech’. La penúltima pieza del repertorio se titula ‘Abyss’ y comienza con un tenor relajado y flotante, apoyado sobre un compás lento que parece meterse en una especie de cruza entre los PINK FLOYD de la fase 71-75 y el stoner. En un segundo momento, las cosas vuelven a ponerse en una modalidad frenética en cuanto al colorido musical y el swing armado por la dupla rítmica. El elemento Floydiano sigue presente pero esta vez hay un fragor que atraviesa y llena la atmósfera general de la instrumentación con una garra y una musculatura soberbias. De hecho, es como si el personal de HADAL SHERPA hubiese querido engañarnos fingiendo en un inicio que quería pasar por un momento de reposo cuando en realidad lo que estaba haciendo era activar todos los motores de su maquinaria sonora para ofrecernos la versión más incendiaria de su visión space-rockera. Otro cénit decisivo del álbum. En fin, las cosas llegan al punto final con ‘Black Elk’, tema que cumple inicialmente con la función de sintetizar el talante exótico de la fusión de inspiración mediterránea y los aspectos más musculares del esquema de trabajo grupal. Luego, para su celebratorio epílogo, el grupo trabaja con coloridos aires de danza eslava para darle una aureola más intensa a la siempre reinante alegría de la pieza. Un cierre a lo grande, en verdad.
Muestras de “Hadal Sherpa”:
Nautilus Part 1: https://hadalsherpa.bandcamp.com/track/nautilus-part-1
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