HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Nos complacemos hoy mucho con la apreciación y la reseña sobre el disco en vivo del trío progresivo brasileño DIALETO y su disco en vivo “Live With David Cross”, el cual se registró, tal como su título directamente indica, con la participación de un invitado de lujo como es el violinista DAVID CROSS. Se trata de la quinta publicación fonográfica de este notable grupo brasileño cultor de una modalidad refinadamente enérgica de jazz-rock progresivo que se enlaza con los paradigmas psicodélico y fusionesco. Este disco en vivo recoge el segundo de dos conciertos que el trío brindó en julio del pasado año 2017, más exactamente, el 22 de julio de 2017 en el local Sesc Belenzinho de Sao Paulo, todo ello en el contexto de la gira promocional del álbum “Bartók in Rock” (originalmente publicado en mayo del pasado año 2017). La asociación de este héroe de una de las etapas más fructíferas y emblemáticas de la historia de KING CRIMSON con el colectivo triádico de Nelson Coelho [guitarra y guitarra-melotrón], Gabriel Costa [bajo y voz] y Fred Barley [batería y voz] ha dado resultados mucho más que magníficos. Publicado a inicios de junio último por el sello Chromatic Music (y con los auspicios de MoonJune Records), “Live With David Cross” contó con los servicios de Fabio Golfetti (guitarrista de VIOLETA DE OUTONO y GONG) en las labores de mezcla y masterización. De entrada afirmamos con total seguridad que se trata de uno de los discos en vivo más contundentes del año 2018, poero mejor es que repasemos los detalles de su repertorio de una buena vez.
Para los cuatro primeros temas del repertorio nos encaramos con el trío a solas, quien pone las cosas en marcha con ‘Roumanian Folk Dances 3 – Standing Still’; esta pieza desarrolla un vigor ceremonioso y moderadamente tenebroso bajo un manto psicodélico marcado por una majestuosa languidez. El contraste llega de la mano de ‘Roumanian Folk Dances 2 - Peasant Costume’ y su colorida gracilidad centrada en la faceta más inocentemente juguetona del espíritu pastoral. Regresando a lo ceremonioso pero esta vez en clave reflexiva sobre un swing blues-rockero, ‘Roumanian Folk Dances 4 – Stick Game’ permite al grupo ostentar una estrategia rectamente focalizada para la manifestación de su dimensión más aguerrida. El trío vuelve al esquema de trabajo de contrastes, ‘Mikrokosmos 149 – Six Dances In Bulgarian Rhythm’ vira hacia un dinamismo señorial y sofisticado penetrado por vibraciones extrovertidas y, en cierto modo, celebratorios. Organizándose en torno al permanente compás de 5/4, la pieza elabora un vitalista cimiento para su núcleo temático y su groove principal, concluyendo todo con epílogo solemne que se complementa exultantemente con la soltura expresionista que había sudo tremendamente predominante. Cuando llega el turno de ‘Mikrokosmos 113 – Six Dances In Bulgarian Rhythm’ ya está el maestro CROSS sobre el escenario. Esta rotunda y categórica pieza rockera es manejada por los cuatro músicos con un aura excelsa a la hora de establecer el enérgico groove y abrir campos para los ampulosos solos de guitarra y violín que emergen a lo largo del camino. Como es de suponer, es cuando ambos instrumentos se superponen que el asunto asume tintes de desafío, lo cual repercute positivamente en el moldeamiento del vigor sonoro en curso. ‘Mikrokosmos 78 – Five Tone Scale’ comienza con una sigilosa aureola grisácea en la sección prologar para luego evolucionar hacia un desarrollo musical hercúleo donde se cruzan fluidamente los senderos del jazz-rock y del rock pesado clásico. Eso sí, el momento en el que se suelta la guitarra para sus solos, el asunto suena a un híbrido de John McLaughlin y Robert Fripp, con lo cual se añade un importante toque de densidad al poderoso bloque sonoro.
‘An Evening In The Village – 1o Easy Piano Pieces No. 5’ da una nueva vuelta de tuerca al lenguaje del jazz-fusión bajo unos solventes atavíos prog-psicodélicos, comenzando y concluyendo con sendos climas crepusculares mientras el pasaje central exhibe recursos de exquisita jovialidad. Por su parte, ‘The Young Bride – For Children Vol.1 No. 17’ se enfila hacia lo ceremonioso con un discreto aire sombrío. Los momentos en los que las proyecciones sonoras se tornan más intensas abren vías hacia una luminosidad que tiene algo de inquietante. Con esto concluye la serie de repasos de la obra de BÉLA BARTÓK, lo cual significa que ha de comenzar otra serie de proyecciones, esta vez centrada en el universo Crimsoniano, y qué mejor idea para darle inicio que utilizar que se define mayormente por uno de los primeros aportes compositivos que el ilustre invitado británico aportó a la paradigmática banda carmesí durante su breve pero muy relevante estadía. Nos estamos refiriendo a ‘Exiles’, hermoso himno a la autodeterminación en medio de las incertidumbres de la vida: no es la versión originalmente conocida del clásico álbum de KING CRIMSON “Larks’ Tongues In Aspic” la que se exhibe aquí sino el arreglo más espartano que CROSS perpetró para su cuarto disco solista, el mismo que data del año 1997 y también se titula “Exiles”, mire usted por dónde. Acto seguido, llega el turno de ‘Tonk’, pieza que forma parte de ese mismo disco solista de CROSS (y con el canto original de Peter Hammill). La rigurosa mezcla de furia y sofisticación que rige a su motif central y a la estructura nuclear de su compleja ingeniería rítmica se manejan con extrema pulcritud a través de sus autoritarios riffs y sus despóticamente neuróticas vibraciones melódicas. La infaltable dupla de ‘The Talking Drum’ y ‘Larks’ Tongues In Aspic, Part Two’ se hace presente con todo su fulgor incandescente y tormentoso: ‘The Talking Drum’ nos sacude con su implacablemente contundente mantra de vehementes festividades exóticas plagadas de sus buenas dosis de neurótico expresionismo, mientras que ‘Larks’ Tongues In Aspic, Part Two’ hace lucir su furiosa arquitectura rockera donde el músculo y el nervio mueven unas fibras muy únicas dentro de un canon indeleble del rock progresivo.
Si ‘Exiles’ fue una de los primeros gestos de bendición de CROSS a su bienvenida al mundo KING CRIMSON, en el caso de ‘Starless’ tuvo él su testamento (suya es la aportación del motif inicial que completa el enfoque de la sección cantada). Justamente es ‘Starless’ la pieza encargada de cerrar el repertorio de este fabuloso disco en vivo: el cuarteto sigue fielmente el esquema de trabajo plasmado originalmente en el fabuloso álbum “Red”, siendo así que las circunstancias del momento permiten al violín de CROSS asumir un rol más protagónico que en las versiones en vivo que se fueron desarrollando antes de la grabación del mencionado séptimo disco de estudio de KING CRIMSON (ya sin nuestro héroe en las filas de la armada carmesí). Usando algunos efectos especiales, Coelho remodela las partes originales de melotrón con su guitarra mientras el baterista Barley se hace cargo de las partes cantadas (como también hizo en ‘Tonk’) Fueron casi 78 minutos de aguerridas y viriles aventuras progresivas los que se nos brindaron a lo largo y ancho del magnífico repertorio contenido en “Live With David Cross”; recomendamos a lo grande este disco. ¡Mil gracias a los Sres. Coelho, Costa, Barley y Cross por todo este vivaz deleite!
Muestras de “Live With David Cross”.-
[Fotos: cortesías de Bolívia y Cátia Rock.]
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