Friday, August 30, 2024

SOUTO y el infinito flujo de sortilegios del Chapman Stick sobre los escenarios




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy comentamos un disco muy especial que fue publicado por el sello argentino Viajero Inmóvil el último 23 de julio, exclusivamente en formato digital: se trata de “El Flujo Infinito”, una selección de breves composiciones e improvisaciones para Chapman Stick de DIEGO SOUTO, SOUTO, a secas. Lo que se recoge aquí se registró en varios lugares:  OiHoy Casa Abierta (Villa Ortúzar, CABA), Espacio Viajero Inmóvil (Quilmes, Buenos Aires), TVE Televisão Educativa (Morro Santa Tereza, Porto Alegre), Teatro Monteviejo (Abasto, CABA), Programa Mete Púa (Canal A, CABA), Oceanario Club Cultural (Villa Crespo, CABA)… ¡E incluso en la red social Facebook! Los procesos de mezcla y masterización fueron realizados por Cesar Silva en el Estudio El Hornero (Caseros, Buenos Aires), en el mes de junio de este mismo año 2024. El diseño gráfico corrió a cargo del propio SOUTO.
 
Centrándonos en el repertorio mismo de “El Flujo Infinito”, éste comienza con la tríada de ‘Seguir Viviendo Sin Tu Amor’, ‘Desde El Olvido’ y ‘Benzaitén 3’. El primero de estos temas mencionados es una versión en miniatura de una composición de Luis Alberto Spinetta que aparece en su álbum del 1991 
“Pelusón Of Milk”; su esencia lírica es respetada por SOUTO en medio de los matices propios del Stick. El segundo de ellos agiliza las cosas con el grácil manejo de un motif luminoso que se asienta fluidamente sobre un swing medianamente complejo. Todo un fulgor de mediodía. ‘Benzaitén 3’ perpetúa la gracilidad  proveyendo a la agilidad musical en curso de una cierta dosis de gravedad mientras preserva los destellos de un groove muy dinámico. De esta manera, la atmósfera resulta propicia para la siguiente tríada de ‘Ítaca 1’, ‘Carnaval Extraño’ e ‘Ítaca 2’. El primero de estos temas se centra en un refinamiento explícito de escalas sucesivas que van armando el motif. El segundo, por su parte, se centra en aromas criollos dentro de un bien definido  ejercicio  de jazz-fusion. La logística unívoca del Stick es bien aprovechada para gestar una envolvente gama de colores sónicos. La segunda ‘Ítaca’ gesta una maraña un poco más compleja que la que tuvo la primera, llegando a ahondarse en la luminosidad que marcó a los temas #2 y #3. ‘Malambo Crafty exhibe un filo tan convincente como sereno en el inspirado ejercicio fusionesco que delinea su composición. ‘Thailandino 5: El Flujo Infinito’ muestra, una vez más, un pulcro cruce entre melodía y armonía con suficientes dosis de vivacidad. ‘Chacarerian Blues’, al igual que el tema #7, saca el jugo a la proyección modernista que implica el uso del Stick a la hora de remodelar una idea de raigambre folklórica. Durando 4 minutos y pico, ‘Thailandino 4’ es la pieza más extensa del repertorio. El carácter saltarín de las notas que se van sucediendo plasma los ecos recibidos de los dos temas precedentes para llevar su elegante groove a un clímax expresivo de gran alcurnia. Tal vez tenemos aquí la cima decisiva del disco.

Cuando llega el turno de ‘Ítaca 3’, SOUTO explora fehacientemente el ambiente de algarabía que emana de los agitados centelleos del Stick. Aunque se impone una férrea arquitectura en la elaboración del cuerpo central, éste exhibe una genuina espirituaidad jovial. ‘Cidade Baixa’ gesta una aventura jazz-progresiva sobre un swing razonablemente complejo que permite al motif fusionesco de turno explayarse sólidamente en su potencial de sofisticación melódica y armónica. Otro cénit notable del repertorio... que ojalá fuese un poco más extenso. Todo termina con una versión de la composición de Robert Fripp ‘Driving Force’ (originalmente incluida en el álbum “Boogie Express - Live In Europe 1991” de ROBERT FRIPP & THE LEAGUE OF CRAFTY GUITARISTS). Los efluvios diversos que son propios de la composición original están manejados con impecable soltura, concretando algo muy llamativo para la clausura del repertorio. Siendo una obra tan hermosa y elegante como lo es, “El Flujo Infinito” resulta un disco bastante recomendable en cualquier buena fonoteca de música vanguardista. SOUTO nos da la enésima muestra de cuán talentosa es su maestría a la hora de extraer ingeniosos sortilegios, melodías y texturas del Chapman Stick. 

Wednesday, August 28, 2024

FATES WARNING y las bodas de coral de una perfecta simetría prog-metalera

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión miramos atrás al día 22 de agosto de 1989 y celebramos las bodas de coral del quinto disco de estudio de la legendaria banda estadounidense FATES WARNING, atemporal emblema del paradigma rockero del prog-metal. El disco en cuestión es “Perfect Symmetry” y fue publicado por el sello Metal Blade Records en CD, vinilo y casete, en un tiempo en que el grupo hacía debutar su alineación de Jim Matheos [guitarras], Frank Aresti [guitarras y coros], Ray Alder [voz y coros], Joe DiBiase [bajo] y Mark Zonder [batería y percusión electrónica]. Se trata de su alineación clásica, o, en todo caso, la que registró los discos más emblemáticos de su canon histórico. Éste es el segundo disco de Alder en la banda, lo cual significó un comenzar a afianzar su papel en la historia como el frontman definitivo de la banda, mientras que era el primero de Zonder como reemplazante del baterista original Steve Zimmerman, lo cual significaba que la entidad de FATES WARNING quería reedificar la arquitectura fundamentalmente progresiva del palacio de su propia aristocracia metalera con una concepción más refulgente. El grupo no terminó sus días con Zonder sentado tras el andamio de tambores y platillos (salió de la banda en algún momento del año 2005), pero su presencia de entonces marcó un antes y un después para el arquetipo del baterista de rock metalero con mentalidad de orfebre. Su talento ya había quedado bien constado en WARLORD, una banda de culto que nunca pudo despegar apropiadamente en el círculo rockero de Los Ángeles, pero ahora era integrante de una banda con mayor potencial en el mainstream y que, a la vez, mantenía una propuesta artística genuinamente ambiciosa. Volviendo al caso concreto de “Perfect Symmetry” no sólo consiguió concretar un nuevo paso de elevación estilística para FATES WARNING, sino también asentar un zócalo decisivo para el hogar del metal progresivo de ese tiempo en adelante. Una visión de futuro que no se conformaba con ser una simple testimonio de un momento definido en la historia del grupo, aunque también era eso. Las sesiones de grabación tuvieron lugar en los meses de abril y mayo de 1989 en los Carriage House Studios de Stamford, Connecticut, estando Roger Probert al mando de la producción. Era la misma situación que en el disco precedente, “No Exit” (1988), el cual encarnó una capitalización crucial del esplendor conquistado en el tercer disco de la banda “Awaken The Guardian” (1986), el último con el frontman original John Arch. El hecho de que existiera una suite que ocupaba íntegramente el lado B de “No Exit” era una declaración de principios sobre la alquimia ascendentemente progresiva que corría por las venas de FW. 

 

En general, la misión del disco que hoy revisamos era la de generar nuevos aires para la garra sofisticada desarrollada en los dos discos precedentes que acabamos de mencionar, una agilidad renovadora al instinto épico que se mantiene como parte de la esencia de FW. Esa nueva frescura se manifiesta abiertamente y sin reparos desde la majestuosa pieza de apertura ‘Part Of The Machine’. A través de su espacio de alrededor de 6 ¼ minutos, esta canción exhibe una majestuosa ingeniería sónica donde el armazón de riffs y solos va fluyendo a paso firme sobre la intrincada arquitectura rítmica. La orientación masivamente expresionista de la composición se enfatiza con el rutilante canto de Alder y las estratégicamente situadas florituras del bajo. Hay que resaltar el solo de guitarra en el interludio como uno de los más genialmente tortuosos del disco. También vale la pena resaltar algunas magníficas líneas de su letra cuestionadora del conformismo cívico y la tendencia social de encasillar al individuo con la pretendida finalidad de defender un ideal común: “Weary and weakened, / Victims fall prey / To vague ideals / And passionless play. / Systematic spontaneity in synchronized society.”“A spirit of belonging / Satisfies your longing, / But the truth is never seen. / False sense of freedom grows, / But dependency shows / Your part of the machine.” La segunda canción es ‘Through Different Eyes’ fue el single y su argumento para ello se hace notar desde muy pronto por el modo en que el gancho melódico se revela a través del razonablemente complejo esquema rítmico que se despliega tras el breve y sereno preludio. El canto es muy amable y los ornamentos de la percusión electrónica se ajustan ágilmente a la garra de las bases de guitarra y los momentos más relajados, Mientras tanto, las refinadas líneas de bajo completan eficazmente el enclave colectivo. Los sucesivos solos de Aresti y Matheos en el intermedio son virtuosos y coherentemente melódicos. Cuando llega el turno de ‘Static Acts’, nos topamos con una de las mejores composiciones que ha aportado Aresti al catálogo histórico de FW. Al igual que la canción precedente, se apoya en la construcción de recursos de fiereza inteligente sobre un arduo maderamen donde también hay campo para algunos pasajes de tenor contenido. La estrofa final es contundente en su impugnación contra la apatía resultante de la confluencia entre nulo espíritu crítico e ímpetu irrefrenable de la sanción social: “Ban expressiveness. / Bold repressiveness / Dictated by minds closed tight / And walls that shut out light, / And so we have static acts.”


‘A World Apart’ dedica bastante espacio a la gestación y preservación de un aura ceremoniosa bajo el cobijo de una atmósfera donde conviven la furia contenida y la introspección parsimoniosa. El razonablemente lento compás edificado para la ocasión se beneficia de los ornamentos que Zonder pone en su groove, lo cual, a su vez, da acceso a la activación de algunos subterfugios de agilidad en el último tercio. De esta manera, el dramatismo inherente a la composición se enriquece cabalmente. La segunda mitad del disco se abre de una manera contundentemente épica: es el turno de ‘At Fates Hand’, pieza de casi 7 minutos de duración. Contando con las intervenciones de los ilustres invitados Kevin Moore (entonces, integrante de DREAM THEATER y futuro colega de Matheos en OSI) y Faith Fraeoli, respectivamente, a los teclados y al violín, el entramado sonoro conquista la magnificencia planteada para este proyecto compositivo de Matheos, Aresti y DiBiase. Un interludio donde se cruzan lo barroco y lo romántico abre camino a una sección cantada cuya solemnidad cuasi-gótica encapsula una sensación de inminente tragedia. La letra no es muy abundante, pero incluye mucha belleza poética, tal como se muestra en esta estrofa: “We are adrift without direction / In a raging storm on a calm sea, / Clinging to our expectations / To stem the tide of destiny.” La última sección despliega una opulencia instrumental tan rutilante como estremecedora: las bases armónicas y orquestaciones se conjugan ingeniosamente con los juegos de síncopas que se van sucediendo con fecunda vivacidad. Los solos de guitarra que surgen en el camino ponen su soltura al servicio de la orquestación general. Tras este despliegue de aristocrática musicalidad emerge una canción más frontal que se llama ‘The Arena’. Menos compleja que cualquiera de las canciones precedentes, aún así es capaz de impulsar la maestría de los instrumentistas mientras Alder hace su enésima demostración de gimnasia vocal. Como contraparte a la heroica musicalidad de
‘At Fates Hand’ y la erguida asertividad de ‘The Arena’, ‘Chasing Time’ se revela como una balada progresiva centrada bajo una aureola vulnerable a través de la cristalina delicadeza marcada en el núcleo temático expuesto en el canto y las bases de guitarras acústicas. Sobre un predominante tempo de 3/4, la pausada senda musical da testimonio de un reflexivo señorío cuya máxima expresión se da en el ecuador, cuando los ornamentos percusivos y de bajo, en conjunción con el solo de violín, incrementan el envolvente lirismo en curso. 

El disco se cierra con su canción más larga, ‘Nothing Left To Say’, que dura poco menos de 8 minutos. El robusto prólogo instrumental fragua una excelente combinación de lo macizo con lo fluido, oportunamente ornamentada con dos solos de guitarra que se suceden en un incendiario diálogo. El cuerpo central, incluyendo las partes cantadas, se centra en la senda que lleva desde un pasaje suntuosamente ceremonioso hacia otro más fornido donde reina un hercúleo fulgor. En ambas instancias opera una espiritualidad grave que va acorde con una letra que relata el tránsito de la ilusión inicial de los sueños de juventud hacia la pérdida de inocencia y el resultante cinismo al contemplar los esfuerzos y maquinarias requeridos para mantener vivos esos sueños una vez ida la juventud. De hecho, vale la pena nuevamente destacar algunos pasajes de la letra: nos topamos con estas lúcidas observaciones (“Desires bind the truth to secrecy, / But behind the aspirations I see / A life devoted to blind ambition / And a mortal man searching for eternity.” – “Behind the desires / And the wall that gave way / There’s a forgotten cause / Consumed by the day.”), así como con esta intrigante conclusión (“Paralyzed by inhibitions and indecisions. / What was once a release is now a prison.” ). El repertorio de “Perfect Symmetry” comenzó con una amarga reflexión sobre la prisión a la que nos somete la sociedad y ahora concluye con otra amarga reflexión sobre cómo nosotros también construimos nuestras propias prisiones individuales con el transcurrir de los años.* Este gran disco es nuestro favorito de toda la carrera de FW, ya es hora de admitirlo. En el año 2008, cerca de su vigésimo aniversario, Metal Blade produjo una reedición de doble CD + DVD donde el segundo CD incluía maquetas y el DVD contiene secciones de varios conciertos entre el 2 de noviembre de 1989 y el 26 de abril de 1990 (mayormente en los EE.UU., pero también hay temas tocados en Ámsterdam el 16 de diciembre de 1989). De las maquetas cabe destacar aquellas de ‘Part Of The Machine’ donde se depura la ingeniería de los riffs y la complejísima ingeniería rítmica, así como las tentativas versiones un poco más extensa de ‘The Arena’ y ‘Chasing Time’. En cuanto a los registros en vivo plasmados en el DVD, nos llama la atención cuán aumentada es la sensación de neurosis que asume ‘Part Of The Machine’ en el calor de un escenario. También da gusto ver cómo Alder reformula la pasión requerida para cantar viajas canciones como ‘The Apparition’ y ‘Exodus’ al adaptarlas a su propia energía y estilo. Pero, sobre todo, qué estupenda es esa secuencia del solo de batería de Zonder que lleva a ‘Nothing Left To Say’ en el concierto de New Haven, Connecticut (16 de diciembre de 1989). También es entrañable ver la solvencia con la que el grupo toca entera la suite ‘The Ivory Gates Of Dreams’.


Ya estamos en el último tramo de agosto de 2024 y con mucho gozo brindamos por los 35 años de esta potente y sublime joya rockera. ¡Miles de gracias a los Sres. Matheos, Aresti, Alder, DiBiase y Zonder por crear esta perfecta simetría prog-metalera!


Muestras de “Perfect Symmetry”.-
Through Different Eyes [vídeo-clip]: https://www.youtube.com/watch?v=XDf04d-vTfQ


Como curiosa anécdota, esta canción apareció en la película Pesadilla final: La muerte de Freddy, la quinta secuela de la franquicia de horror slasher Pesadilla en Elm Street. 

Sunday, August 25, 2024

Las nuevas razones jazz-progresivas de los finlandeses UTOPIANISTI

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.  

En esta ocasión presentamos una muy agradable novedad surgida en la escena jazz-progresiva finlandesa en el segundo día de este mes de agosto: se trata de “Reasons In Motion”, el más reciente disco del numeroso ensamble UTOPIANISTI, el cual fue publicado por el sello Unnecessary Leftover Music, tanto en CD como en vinilo. Trabajando bajo el liderazgo de Markus Pajakkala, quien, además de ser el principal compositor, toca los saxos tenor y barítono, la flauta, algo de sintetizador, voz y percusión, el grupo que grabó el disco que hoy reseñamos se completa con Ismaila Sané [percusión y voz], Gilbert Kuppusami [percusión y voz], Ville Hatanpää [batería], Jaakko Luoma [bajo], Matti Salo [guitarra], Anssi Solismaa [teclados y sintetizadores], Olli “Trumpenator” Helin [trompeta] e Inari Ruonamaa [saxo alto]. Aparte de todo lo que dijimos sobre Pajakkala, él también se encargó de la producción, la ingeniería de sonido, la mezcla y la masterización del material recogido en “Reason In Motion”. Markus Pajakkala es el gestor de UTOPIANISTI y nació como un proyecto de estudio en la localidad de Tampere, en el año 2010. Sólo hizo falta un año para que el ensamble publicara su disco debut homónimo. Pajakkala gusta de contar con muchos compañeros para dar grandilocuencia a muchas de sus composiciones, pero también es un compositor muy prolífico que pueda manejar solventemente los ventos, la batería, las percusiones y los teclados. De hecho, el disco anterior de UTOPIANISTI “Tango Solo”, que data del año 2021, cuenta solamente con él como instrumentista. Ahora, este nuevo disco regresa a la estructura eminentemente grupal del ensamble; las sesiones de grabación se dieron en directo en varios días de noviembre del 2022, en el estudio Pajakkalab. Dijimos más arriba que Pajakkala es el principal compositor, y es el autor exclusivo de 7 de los 10 temas de este disco, pero en los otros 3 comparte la autoría con Ismaila Sané. 

La dupla de ‘Greenwash’ y ‘All Whale Panel’ inicia el rumbo de “Reasons In Motion” con convincente dinamismo. El primero de estos temas mencionados pone toda la carne celebratoria sobre el asador fusionesco con la aplicación de unos joviales juegos de síncopas sobre los que los múltiples vientos arman el foco melódica. Todo muy matemático y muy orgánico a la vez. En cuanto a ‘All Whale Panel’, se encarga de impulsar la faceta más aguerrida del ensamble para brindar una acentuación más muscular y más tensa a la recurrente jovialidad. La miniatura ‘Yegaa Intro’ exhibe un talante misteriosamente ceremonioso con añadidos toques dadaístas de raigambre RIO; de esta manera, se abre camino ‘Yegaa Nu Betaa’, una pieza que exuda un embrujo exótico sobre un sensual medio tiempo. Estableciendo confluencias estilísticas con STABAT AKISH y JOHN GHOST, esta pieza emana un encanto ensoñador con esa sólida exuberancia que se organiza fluidamente sobre las columnas del enclave de vientos y la sección percusiva. Mientras tanto, la guitarra despliega un amplio y fenomenal solo. ‘Cleptocrats’ establece una especie de regreso al jolgorio sistemático de las dos primeras piezas mientras añade una dosis extra de neurosis al asunto. Colorido y densidad combinados en una única fuerza de alegría musical que revela nuevos recursos de fastuosidad jazz-progresiva; la prestancia saltarina de la composición es el factor fundamental de su peculiar gancho. ‘Jaa Di Burung’ vira hacia una senda expresiva un poco más serena en base a ritmos y cadencias exóticas donde confluyen aires de los Orientes Medio y Extremo. De todas maneras, a pesar de que predomina una relativamente misteriosa solemnidad, los sucesivos solos de los saxofones y la trompeta elevan el potencial de perturbador embrujo que subyace al motif central. Cuando llega el turno de ‘Hit It With The Pinky’, la banda reactiva su faceta más intensa por vía de una estrategia combinatoria de los patrones de JAGA JAZZIST y SNARKY PUPPY con algunos recursos añadidos del así llamado nu-jazz. Los alternados solos de sintetizador y guitarra garantizan que se asiente sólidamente el nervio expresionista que el ensamble íntegro decide insuflar a la composición. 

Durando casi 8 ½ minutos, ‘No Culture, No Soul’ se erige como la segunda pieza más larga del repertorio. Su clave inicial de escalas de sintetizador y guitarra anuncian que habrá un importante rol de estándares space-rockeros en el armazón sónico que, al explayarse desde su núcleo central a través del jam orgánico del ensamble, muestra un groove llamativo aunque arropado por una espiritualidad serena. Las generosas líneas de sintetizador que van flotando a lo largo de un extenso solo completan majestuosamente un paisaje bien instalado sobre una exuberante ingeniería rítmica. Lo que suena aquí se sitúa en un espacio intermedio entre los OZRIC TENTACLES de fines de los 80 y los JAGA JAZZIST de los dos últimos discos con algunas tonalidades extra de las etéreas elucubraciones del SUN RA de fines de los 70. Un viraje agradablemente sorprendente para el clima general del disco. ‘Kakistocrats’ realiza una suerte de reconstrucción de los grooves de los temas #1 y #5, siendo así que el elegante frenesí del encuadre de batería, guitarra y bajo es la perfecta antítesis de lo elaborado en la pieza precedente. El final del disco llega de la mano de ‘Le Nuit Des Morts-Vivants’, siendo también su tema más extenso con su espacio de más de 9 ¾ minutos. Su extremadamente étnico swing, que carga solventemente el impacto de las percusiones dentro del entramado global, asegura la sostenibilidad de un nervio aristocrático para el jam central, el cual bebe tanto de las exploraciones fusionescas de EMBRYO como del refinamiento consistente de SNARKY PUPPY. Hay amplio campo para que se sucedan solos de saxofón, guitarra, trompeta, congas, bajo y órgano en este excelente viaje diseñado para bajar el telón con un talante celebratorio desde el cual se saluda al atardecer que llega para cancelar al día que ya dio todo de sí. Todo esto fue lo que se nos brindó en “Reasons In Motion”, una exultante maravilla fonográfica que marca un nuevo cénit para la escena jazz-progresiva escandinava del momento. Desde los cuarteles de UTOPIANISTI salió este disco totalmente recomendable en cualquier buena fonoteca de música progresiva y jazzera de vanguardia.
 
 
Muestras de “Reasons In Motion”.-
Greenwash: https://utopianisti.bandcamp.com/track/greenwash
Cleptocrats: 
https://utopianisti.bandcamp.com/track/cleptocrats

Friday, August 23, 2024

JIZUE: escenarios móviles para el buen jazz-prog japonés del año 2023



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Llega un poco tarde esta reseña, pero llega. El disco que hoy nos ocupa es el último de larga duración que ha publicado hasta la fecha el grupo jazz-progresivo japonés JIZUE, el cual se titula “Biotop” y fue publicado en el último tercio del año 2023, tanto en CD (por el sello Victor) como en LP (por el sello Bud Music Ltd.). El trío nuclear de Noriyuke Inoue [guitarras], Kie Katagi [piano y sintetizador] y Go Yamada [bajo] operó con varios bateristas alternos: Daisaku Hishinuma, Tsujasa Inoue, Kumaki y Genki Hashimoto (los dos primeros también aparecen en el disco anterior Seeds, del año 2020). En el séptimo tema del disco aparece el trompetista invitado Yoshihiro Uno. El colectivov triádico firma todo el material contenido en este disco. Quien se encargó de los procesos de mezcla y masterización de “Biotop” en el Studio DeCO fue el propio guitarrista Niroyuke Inoue. También ese mismo estudio se realizaron las sesiones de grabación, siendo Inoue quien ofició como organizador e ingeniero de sonido para las mismas. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales de “Biotop”.


Durando poco menos de 5 ¾ minutos, ‘A Moving Scenery’ abre el disco con solventes dosis de ingenio, creando un groove elegante con el impulso inicial de los impolutos efluvios del piano. La senda ondulante del núcleo temático emana una sobria alegría que se deja empapar por ciertos matices de dulce melancolía, pero esa misma alegría se acrecienta mientras los preciosistas fraseos de la guitarra y los ornamentos de la batería dan un nuevo empuje a la ingeniería melódica. El solo de piano que emerge en algún momento de la segunda mitad es simplemente fabuloso. Lo que suena aquí es como una remodelación del estándar de GOGO PENGUIN en manos del PAT METHENY GROUP de inicios del milenio. ‘Stain’ sigue a continuación para brindar una exquisita exhibición de elegantes vibraciones fusionescas en un lapso de 4 minutos y pico. No se trata de un tiempo corto precisamente, pero la combinación de exuberancia y extroversión que se derrocha en las increíblemente ágiles interacciones entre los instrumentistas dan la impresión de que se dice mucho en este espacio. Si alguien se preguntó alguna vez cómo sería el eslabón perdido entre los RETURN TO FOREVER del segundo álbum y los WEATHER REPORT de 1976, pues la gente de JIZUE lo descubrió (o lo creó). ‘Brink’ tiene la misión de proseguir por esta senda de fulgor celebratorio, siendo así que se añade un colorido sinfónico al asunto con la inclusión del violín: el tenor de su presencia es más afín al patrón de un Darryl Way que al de un Jean-Luc Ponty. Cuando llega el turno de ‘Here’, la gente de JIZUE se dispone a hacer una declaración sobre su faceta más aguerrida sin dejar de lado su habitual enfoque de jazz-rock melódico. El bloque sonoro, que incluye un excelente solo de batería acompañado por síncopas aportadas por los otros instrumentos, clama convincentemente su presencia en íntima cercanía con el espíritu del oyente. Tan asertivo como este tema es el que le sigue, titulado ‘Quingdao’, cuyo esquema compositivo combina pasajes marcados por complejas síncopas y otros centrados en una fastuoso dinamismo jazz-progresivo que no es ajeno al patrón del disco debut de sus compatriotas KBB o al de sus también compatriotas TEE. Cerca del final, un nuevo momento de lucimiento de la batería permite a la ingeniería grupal elaborar recursos de presiosista explosividad. Es todo un cénit del álbum, sin duda.
 
‘Efimero’ ostenta varias connotaciones con las floridas ondulaciones que marcaron el centro temático del tema de apertura, pero cabe añadir que el ensamble procura establecer un foco melódico bastante pronto. Esto obliga al armazón instrumental a enfocarse en una ambientación lírica mientras la luminosidad ínsita en el desarrollo temático se va moviendo a través de diversas modalidades de dinamismo. Es un detalle muy interesante que la coda se arme con unos melancólicos fraseos de piano cuyo cariz introvertido, a despecho de su efímera duración, se hace notar. ‘Locomotive’ es una agradable excursión por las arenas del Canterbury al estilo de NATIONAL HEALTH y GILGAMESH con algunos elementos extra de los solistas de Lyle Mays. ‘L20’ da una nueva vuelta de tuerca a la faceta más vitalista de la banda en nombre de la expresión de un espíritu celebratorio que se deja envolver por la misma luz que homenajea con sus esquemas melódicos y grooves. ‘24/7’ es el ítem más extenso del álbum con sus 6 minutos y pico de duración y su mayor virtud consiste en elaborar una lúcida ingeniería colectiva en base al predominio de una compleja arquitectura rítmica que opera en los cimientos del bloque sonoro; así funciona su cuerpo central. Junto al bajo, el piano funge, en la mayor parte del tiempo, como cómplice perfecto para los sofisticados delineamientos de la batería, aunque también se abre espacio para algún breve solo; por su parte, el guitarrista exorciza a su Jeff Beck interior, calculando cuándo debe salir al frente y cuándo realzar el groove operativo. Alrededor de la frontera del cuarto minuto, las cosas viran hacia un momento reposado signado por un amable señorío prog-sinfónico que, de una extraña manera, nos hace evocar esos viejos días de YES y GENESIS (y posiblemente, a sus compatriotas de BELLAPHON), inpulsando la gestación de un solemne epílogo. Otro cénit crucial del álbum. La miniatura ‘Koe’ pone el cierre para el álbum al modo de una introspectiva meditación crepuscular vertida por un solitario piano. La jornada se terminó al llegar la oscuridad del tiempo de reposo tras las arduas labores precedentes que se enfocaron en paisajes sónicos repletos de vivaz fulgor y el colorido que se revela bajo su prestancia. 

Así pues, como balance final, se destaca que la gente de JIZUE vuelva a lucir sus galones jazz-progresivos a punta de talento creativo, pulcritud performativa y compacto espíritu colectivo. El material contenido en “Biotop” hace de éste uno de los discos más notables del pasado año 2023, una excelsa exhibición de escenarios móviles en esta confluencia de mentes musicales. Como epílogo, anunciamos que pronto haremos una reseña de su EP del presente año 2024 “Republic”: nunca dejamos de prestar atención a lo que sucede en los cuarteles de una banda tan proactiva como JIZUE.
 

Wednesday, August 21, 2024

Las nuevas exploraciones atómicamente musicales de CLOUD OVER JUPITER

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
Hoy prestamos atención a la escena psicodélico-progresiva estadounidense y nos topamos con el nuevo disco de CLOUD OVER JUPITER, proyecto del músico y compositor Jerry King y su esposa Michele, disco que se titula “Atomic Jupiter” y que deberá ser publicado por el sello Melodic Revolution Records a inicios del próximo mes de setiembre. A lo largo del disco, el susodicho Jerry King (a quien conocemos por MOON X, REFESTRAMUS y otras asociaciones) se hace cargo de las guitarras, el bajo, el trombón y alguna intervención ocasional al sintetizador, mientras que Michele King aparece en casi todos los temas ya sea al canto, a los teclados o al clarinete. Por supuesto que hay una nutrida pléyade de colaboradores a lo largo del repertorio; Dave Newhouse (saxofones, flauta y teclados), Paul Sears (batería y percusión), Pete Brown (guitarras), Kevin Stellman (guitarras), Ric Parnell (batería), Ian Beabout (flauta), Pete Zolli (batería), Gary Maiullo (canto), Richie Castellano (guitarra), Bill Jungwirth (batería), Travis Plantico (batería), Dereck Higgins (bajo, sintetizador y pads), Casey Clark (guitarras), Jamie Bruhn (bajo y canto), Mark Larson (sintetizador), Chad Wardwell (batería y sintetizador), Ron Anderson (guitarras solista y steel), Nick Didkovsky (guitarra), Steve Kuehn (guitarra), Derek Pavlic (guitarra), Amanda Chaudhary (sintetizador), Fred Hodshon (bajo y sintetizador) y George Newhouse (batería). El disco está dedicado a la memoria de Nic Parnell, uno de los bateristas invitados, quien falleció en mayo del 2022. El maestro Jerry King ha sido bastante meticuloso en la ardua labor de integrar los aportes de todas las personas acompañantes en esta nueva travesía de CLOUD OVER JUPITER, logrando que todo suene bastante orgánico. A fin de cuentas, la excelente labor de Ian Beabout en la mezcla y la masterización en el estudio Rec. Room concreta la naturalidad en la expansión del repertorio del disco. La labor gráfica de Dan Sauer Design es también digna de destacarse. Veamos los detalles de 
“Atomic Jupiter” ahora mismo.

 
Los siete primeros minutos del disco están ocupados por ‘Leaf In The Wind’, canción arropada por una atmósfera luminosa mientras deja que su desarrollo temático se enfile ágilmente sobre un swing sofisticado mantenido por la dupla rítmica con impecable pulso. Hay aires de familia con los ensambles compatriotas RESISTOR y ECHOLYN, pero con un vitalismo especial en los armazones de las guitarras. El giro ceremonioso del final añade un matiz etéreo al asunto. ‘Love Under The Blue Oyster Cloud’ sigue a continuación para proyectar una reotunda aureola heavy-progresiva sobre un esquema rítmico oportunamente constreñido. Los vuelos dibujados por los solos de guitarra dan una electrizante fuerza de cáracter al esquema sonoro grupal, el cual resuena como una remodelación Crimsoniana del estándar Zeppeliniano. ‘Levitation To Eden’ se proyecta hacia una remodelación del estándar del maestro HILLAGE con una frescura nueva, logrando generar una misteriosa musculatura para las vibraciones flotantes inherentes a la composición; los ornamentos de la batería ayudan bastante a la persistencia del colorido rockero de este hermoso viaje instrumental. Indudablemente, un cénit del álbum. ‘Lazarus’ vira hacia un sistema de agitaciones juguetonas con cierto tenor surrealista dentro de un encuadre rockero que se sitúa a medio camino entre lo Crimsoniano (73-74) y lo Zappiano (73-75), añadiéndose recursos cósmicos en un nebuloso interludio que algo tiene de inquietante. Las sofisticadas variantes de swing que van emergiendo a lo largo del camino ayudan al realce de la señorial extravagancia que signa a la esencia de esta composición. En un espacio menor de 3 minutos, ‘Last Ship To Avalon’ explora parajes introvertidos de un paisaje crepuscular donde lo sombrío se reviste de tenues ropajes apacibles. La guía de las parcas notas de piano sostiene los ornamentos aportados por los demás instrumentos en este trayecto minimalista. ‘Lord Of The Flies’ establece una síntesis entre la agilidad de la primera canción y la majestuosidad aguerrida de la segunda, estando bien enraizada en el paradigma del rock clásico con ribetes psicodélicos. Vuelve lo extrovertido al frente y lo hace con una magia contundente. 
 

‘Leviathan Leviathan’ se explaya por un espacio de alrededor de 8 ¼ minutos y aprovecha su generoso espacio para explayarse en un electrizante viaje rockero con varias dosis de fulgor psicodélico y agitaciones de tenor stoner. Aunque parece que el diseño de esta pieza se orienta hacia un ejercicio de visceralidad al estilo del HAWKIND clásico con añadidos elementos de los paradigmas de KING CRIMSON y JEFF BECK, también hay algunas variantes de groove que aportan una sofisticación típicamente progresiva al asunto. El filudo final añade un aura surrealista al reinante factor space-rockero. Cuando llega el turno de ‘Lark’, el impacto electrizante de la pieza precedente se perpetúa dentro de una ingeniería más estricta, haciendo que el jam en curso fluya con convincente vitalidad. Los solos de guitarra ornamentan ingeniosamente el entramado sonoro. ‘Last Cloud’ asienta un clima pastoral en base a un delicado enmarañamiento de escalas de guitarras acústicas y piano; la ulterior irrupción de la flauta añade una cualidad envolvente al tamiz de lirismo bucólico. ‘Love Craft’ es la pieza que cierra el repertorio y también es la más extensa del mismo con sus más de 8 ¾ minutos de duración. Un prólogo expectante que goza de cierta luminosidad pronto abre camino a un jam vivaz que se explaya sobre un esquema rítmico jovialmente arquitectónico sobre el cual florece una cruza entre el dinamismo flotante del space-rock y el nervio afilado del prog psicodélico. Más adelante, el tempo adquiere una añadida sofisticación que permite la inserción de algunos elementos jazz-rockeros en la trama sonora. Tras un falso final, el jam central regresa con una reactivación del consistente vigor que ha estado operando, arropándolo con acentos cósmicos mientras un sobrio canto femenino se impone con un talante ceremonioso. Todo esto es lo que se ha gestado en “Atomic Jupiter” desde el taller musical de CLOUD OVER JUPITER, una serie de exploraciones atómicamente musicales que deja muy en alto el nombre de la avazada rockera estadounidense de nuestros tiempos. La ecléctica visión musical de Jerry King es un gran tesoro para el ideal del rock artístico, tal como se plasma en esta cuarta obra fonográfica de CLOUD OVER JUPITER para el presente año 2024.


Muestra de “Atomic Jupiter”.-

Sunday, August 18, 2024

Nuevos pasos hacia adelante del supergrupo PAKT

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN. LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy tenemos el enorme placer de presentar el más reciente trabajo fonográfico del ensamble estadounidense-británico PAKT: o sea, el supergrupo conformado por Perry Jones [bajo sin trastes], Alex Skolnik [guitarras], Kenny Grohowsi [batería] y Tim Motzer [guitarras y recursos electrónicos]. El disco en cuestión se titula “No Steps Left To Trace” y fue publicado oficialmente por el sello MoonJune Records en formato de CD en junio de este año 2024, estando reservado el mes de agosto para la edición en doble vinilo. La edición de doble CD contiene un primer volumen de estudio con seis temas registrados en el NRS Studio de Catskill, Nueva York, el 17 de diciembre de 2021, siendo Scott Petito el ingeniero de sonido. Los procesos de mezcla y masterización estuvieron a cargo de Brian Boland en el estudio Intracoastal, mientras que Motzer hizo la edición de audio en el estudio 1K. Motzer también es el autor de la imagen de la portada y de la dirección artística. El segundo volumen recoge varias piezas tocadas en vivo en el Traif Music de Búfalo (15/12/2021), Nublu de Nueva York (18/02/2023) y Solar Myth de Filadelfia (19/02/2023). Básicamente, es una selección de piezas aparecidas en varios registros en vivo que el sello MoonJune Records fue publicando en formato estrictamente digital en su blog de Bandcamp entre los años 2021 y 2023. El primero de los temas recogidos en este segundo volumen fue mezclado y masterizado por Markus Reuter, los temas grabados en Nueva York fueron mezclados y masterizados por Boland, mientras que el último fue mezclado por Beau Gordon con la ulterior masterización a cargo de Boland. Algo tienen en común los temas de estudio del primer volumen y los registrados en vivo en el segundo: fueron creados impromptu por los cuatro protagonistas. Bueno... ya es hora de revisar el disco mismo. 


Con la suite homónima, cuyas dos partes duran 21 minutos y pico y poco más de 15 ½ minutos, respectivamente, el cuarteto asienta las bases para el esquema de trabajo que habrá de ser predominante a lo largo del volumen de estudio. ‘No Steps Left To Trace, Part 1’ comienza con un aura de profundo sigilo donde las etéreas intervenciones iniciales de las guitarras hallan su adecuado contrapeso en las exquisitas florituras del bajo. Una vez asentado el groove central, el ensamble canaliza una aureola contemplativa, siendo así que la batería elabora una serena ingeniería rítmica para que los instrumentos de cuerda vayan desarrollando un paisaje amablemente crepuscular. Ya desde antes de llegar a la frontera del octavo minuto, el swing se torna más sofisticado, lo cual es aprovechado gradualmente por las guitarras para ir soltándose más. La serenidad persiste, pero ahora opera un fulgor renovador en los traqueteos que van surgiendo sobre su base estructural. He aquí el eslabón perdido entre la faceta más relajada de unos STICK MEN y la dimensión experimental de los SOFT MACHINE del nuevo milenio. Cuando la batería se detiene, surge un aire de misterio con trazas de nocturnidad que, de a pocos, abre paso a un delicado juego de tanteos impresionistas que van en busca de nuevos colores. ‘No Steps Left To Trace, Part 2’ comienza con un nervio un poco más explícito: mientras la estrategia grupal mantiene las cosas con un talante exploratorio, hay una sofisticación más épica operando aquí, lo cual impulsa el manejo de texturas prog-psicodélicas; éstas se dejan llevar por su propio crescendo mientras la batería asume cierto protagonismo dentro del bloque sonoro y las guitarras hallan raudamente sus espacios de diálogo. En algún momento, el groove se calma un poco a fin de armar algunas sutilezas antes de que llegue la hora de remodelar la exuberancia inicial, y ello habrá de suceder poco antes de llegar a la frontera del octavo minuto y medio. Es en este momento que el cuarteto gesta un vericueto de envergadura incendiaria: musculatura y algarabía combinadas en un organismo sónico perfectamente compacto. Los retazos cósmicos con los que se arma el pasaje epilogar nos remite parcialmente a la faceta misteriosa de la Parte 1, antes de que unos parlamentos emitidos en medio de los ornamentos de la batería proyecten un breve efecto cinematográfico a las instancias finales. La Parte 2 resultó tiránicamente climática.

 
  


Tras esta estupenda maratón dual, llega el turno de ‘On The Other Side, Part 1’, que también cuenta con una generosa duración de poco menos de 11 ¼ minutos. El carácter asertivo del groove que se pretender crear en esta ocasión tarda un poco en aclarar sus cauces y veredas, pero es un hecho que la sinergia patente entre las dos guitarras no tardarán mucho en crear una nueva maraña de celebraciones jazz-progresivas, El entramado sonoro gana en fluidez y densidad por partes iguales merced a las calculadas virguerías del bajo y el pulso señorial con el que la batería va activando los cimientos del jam en curso. Si alguna vez alguien se preguntó qué hubiera resultado de un encuentro entre los maestros Coryell y Rypdal en un juego de cómo imitar el esquema de trabajo de los WEATHER REPORT de 1971-72, pues la respuesta está en el cuerpo central de esta tercera pieza del disco. La miniatura ‘Wormhole’ instaura un enclave futurista de formas libres, una manera muy intrigante de abrir paso a ‘On The Other Side, Part 2’, cuyas expansiones dadaístas iniciales hacen sentir sus agitaciones misteriosas antes de que se arme una conexión reconocible. Una vez afirmada ésta, el grupo se dispone a recrear el legado del jazz-fusion de los 70 con una oportuna dosis de esbozos vanguardistas en lo referente a algunos efectos de guitarra. La batería hace gala de una intensidad sistemática muy afín a la de la Parte 1, algo que estimula la emergencia de virtuosos solos de guitarra y de bajo a lo largo del camino. ‘Spontaneous Combustion’ cierra el volumen 1 con un despliegue de luminosidad jazz-rockera introducido por un extraño preludio de tenor maquinista. El cuerpo central impone muy pronto su señorial frenesí con una dupla rítmica edificando la algarabía en clave neurótica y unas guitarras alimentando a la misma con sus aventureros fraseos y solos. En los últimos pasajes, se abre un espectro de sutilezas en base a la interconexión de los instrumentos actuantes, creándose así un recoveco hacia la próxima irrupción de nuevos aires para el persistente frenesí; su clímax conclusivo del último minuto es puro fuego. ¡La mejor manera de cerrar la serie de estas seis piezas de estudio!

El volumen 2 empieza con ‘The Ghost Mills’, un jam de raigambre claramente psicodélica donde los acentos jazz-rockeros operan como ropajes de extravagante luminosidad. El vitalismo moderadamente tenso que interviene aquí sirve para que la capitalización de las fuerzas expresivas convergentes, tal como las concretizan los músicos, vayan ganando en grosor y, de paso, se aventuren por algunas cadencias fusionescas mientras avanzan los minutos. La sección epilogar revela una majestuosidad contundente. Después sigue la trilogía de ‘NYC III’, ‘NYC IV’ y ‘NYC V’. El primero de estos ítems es el más extenso de los tres con su espacio de 18 minutos y pico. El bajo inicia las cosas con unas florituras sugerentes que no tardan en motivar a la batería a armar un swing llamativo, y ya cuando está el cuarteto entero al pie del cañón, se arma un excelso ejercicio híbrido de agitaciones de jazz-rock contemporáneo y encantamientos prog-psicodélicos, algo que no es muy ajeno al patrón de los STICK MEN (ni al del proyecto triádico de REUTER / MOTZER / GROHOWSKI). A mitad de camino, se da un momento de receso onírico donde lo crepuscular impone su indefinida neblina, un pasaje preliminar a un nuevo jam donde el cuarteto se fortifica con un swing más vivaz que el primero, y así las agitaciones extrovertidas van llenando espacios por doquier. El segundo de estos ítems vira radicalmente hacia otra área expresiva, una de introspección donde las suaves agitaciones solipsistas del alma se enredan parsimoniosamente en continuas excursiones dentro de sus cavernas más solitarias. Claro está, en manos de estos cuatro cracks, esa parsimonia se traduce en evocaciones impresionistas que incluyen estratégicos momentos efímeros de pasión. ‘NYC V’ regresa al dinamismo jovial tras un breve prólogo futurista, otro ejemplo de excelsa luminosidad jazz-progresiva. Todo concluye con ‘Solar Myth’, otra maratón de 22 ½ minutos. Los caminos de búsqueda y atajos de replanteamiento que estos monstruos van hilando a través de sus exhaustivos diálogos en clave posmoderna exhiben una solidez consistente; en algunas piezas anteriores, podrían haber dado la sensación de no saber qué rumbo están tomando a ratos, pero en este jam no hay siquiera un misérrimo electrón de incertidumbre comunal. Incluso en los momentos de reposo amorfo opera la lógica creativa de este mamut sónico. La cuestión era concluir el repertorio de este álbum con una magnificencia poco convencional: la misión se cumplió a cabalidad. 

 
Toda esta fue la nueva obra ambiciosa del genial ensamble PAKT: 
“No Steps Left To Trace” sirve como una poderosa constelación de creación e iluminación de aventuras musicales igualmente legítimas para el jazz y el rock de vanguardia del presente milenio. He aquí una magna evidencia de inteligencia musical para el año 2024. Cuatro veteranos de diversas generaciones y pedigrís concretan una visión estética excitante donde la estructura unitaria del ensamble deja suficiente espacio para las enunciaciones individuales respectivas de los Sres. Jones, Skolnik, Grohowski y Motzer. Aunque digerir esta obra tan intrigante y profusa pueda resultar una labor ardua, a fin de cuentas... ¡¡vale la pena!! Totalmente recomendable.
 
 
Muestras de “No Steps Left To Trace”.-
No Steps Left To Trace, Part 2: 
https://pakt-moonjune.bandcamp.com/track/no-steps-left-to-trace-part-2  

Thursday, August 15, 2024

El retorno de ATILA, una gloria de resurrección



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
 
A inicios de este mes agosto se concretó un hermoso milagro dentro del contexto de la música progresiva de la Península Ibérica: el sello 5 Lunas Producciones publicó el disco de reencarnación de la legendaria banda catalana ATILA, titulada “Encarnació”. Con la conformación actual del sempiterno Joan Punyet [a la batería, como siempre, y además, tocando el bajo, la guitarra, algunos teclados y algo de sintetizador], Víctor Matías
 [teclados, piano y sintetizadores] y Tony Castarnelas [guitarra], ATILA puso sobre el tapete una selección de asuntos que quedaron pendientes desde su separación a inicios de los 80, además de algunas nuevas composiciones tras un largo proceso de grabación, mezcla y masterización. El trío vigente recibió el apoyo de varios ilustres invitados a la hora de registrar el repertorio de “Encarnació”: Mike Starry (guitarra y bajo), Andrés Olaegui (guitarra), Juanma Rodríguez (teclados), José Ramón Torres (bajo), Benet Nogue (piano), mientras que al canto se alternaban César Ortiz y Txell Rebel. Vemos aquí nombres asociados a GUADALQUIVIR, OMNI, SHERISH, STORM, además del mismísimo Benet, héroe de los teclados en esos paradigmáticos discos de ATILA que fueron “Intención” (1976) y “Reviure” (1978). Por su parte, el bajista Miguel A. Blasco también se hace presente como coautor de los dos temas viejos que tienen aquí sus versiones definitivas. Pensando en ellos como los referentes inevitables para el rock progresivo español de los 70 que son, es bueno recordar que son muestras claras de cómo hacer música sofisticada y enérgica dentro de los habituales patrones de estilización melódica y expresión libre dentro del rock artístico, algo que el entonces cuarteto conformado convirtió en su voz propia. Pero bueno, al fin y al cabo, hoy es día de hablar de “Encarnació” y ahora pasamos a revisar el repertorio en él contenido.

 
Este camino de retorno y reencarnación comienza con las dos partes del concepto musical ‘Encarnació’, que ocupan conjuntamente un espacio de 18 minutos y pico. Ésta fue una composición creada en los últimos tiempos de ATILA a inicios de los 80. Un prólogo de talante expectante combina lo ensoñador y lo cósmico sobre la base de unas escalas de guitarra y unas capas flotantes de teclado, siendo así que el llanto primigenio de un bebé abre la puerta a un elegante redoble de batería para que entre en acción el ensamble entero. La intensidad grupal hace gala de una solemnidad contundente mientras los riffs y las bases armónicas van reforzando su robusto embrujo. Una vez que emerge el primer solo de guitarra, ya se nota que cada elemento de la ingeniería sónica está en su lugar dentro de un esquema temático muy bien perfilado y compactamente instalado sobre los sólidos cimientos de la base rítmica. El regreso a las ambientaciones cósmicas es el puente por donde termina la caminata de la Parte A para anunciar el pronto arribo de la Parte B. Ésta empieza con un jolgorio de niños jugando y corriendo mientras el ensamble elabora un motif evocador sobre un ágilmente versátil groove de manera tal que nos hace recordar a una cruza entre los paradigmas de CAMEL y de YES a través del filtro de los propios de ATILA de 1978, más algunas casuales confluencias con TRICANTROPUS. Las intervenciones vocales duales apuntalan eficazmente al lirismo sistemático del bloque instrumental, el mismo que abre espacios a los teclados para la gestación de electrizantes duelos y hermanamientos con la guitarra. Tras este extenso trayecto de reinicio llega el turno de ‘Dansa Del Dàtil Daurat’, una pieza bastante vivaz que centra su motif principal en aires exóticos (cruzando lo mediterráneo con lo arábigo) mientras el entramado de los instrumentos actuantes se agita ordenadamente en torno al núcleo de su propia algarabía. Los excelentes solos y orquestaciones elaborados por los teclados engalanan adecuadamente una senda melódica que, de por sí, es bastante exuberante.
 
‘Retorn’ exhibe recursos de sofisticación prog-sinfónica desde el primer instante, insertando también grooves y síncopas propias de la tradición del jazz-fusion en su señorial arquitectura rítmica. La refinada contundencia de los instrumentos individuales emerge de la suprema inteligencia con la que se asocian para dar vida a la composición de turno; mientras tanto, la batería cumple virtuosamente con tender una base impecablemente compacta para que la serie de inusuales tempos vaya fluyendo con impoluta soltura. Por el modo en que esta pieza saca el jugo a los ecos del ímpetu expresionista que signaron a la precedente, parece ser el cénit decisivo del disco. Cuando llega el turno de ‘Estranya Màgia’, el grupo explora su faceta más meditabunda dentro de un esquema de trabajo bastante cálido de tenor prog-sinfónico. Los serenos arpegios de las guitarras concretan un índice melódico que se completa con elegantes virguerías de sintetizador y de guitarra, las mismas que se lucen adecuadamente como recursos de contrapunto para las partes cantadas. Cabe señalar que éstas expresan un nervio muy notorio en medio de la aureola de vulnerabilidad que destila el enclave melódico, sencillo y sugerente a la vez. Cabe también señalar que tenemos aquí una nueva y más amplia versión de esta canción, pues originalmente apareció en el lado B de un sencillo del año 1981 cuyo lado A estaba ocupado por la canción 
‘Loca Fantasía’. Los últimos 4 ½ minutos del repertorio están ocupados por ‘Volada’, una hermosa sonata de piano cuyo bello embrujo está enraizado en el romanticismo. Un poco más adelante, sus radiantes fraseos se irán dejando arropar por unas diversas orquestaciones de teclados que combinan lo clasicista con lo cósmico. La concisa majestuosidad de la última nota marca el final perfecto para el álbum. Como balance final, “Encarnació” es la obra ideal para que una leyenda como ATILA tenga su gloria de resurrección en esta nueva encarnación de su trayectoria musical. Se trata de un disco realmente hermoso que es totalmente recomendable en cualquier fonoteca progresiva que presuma de ser buena. 

Monday, August 12, 2024

La perpetua euforia de GAVIN HARRISON y ANTOINE FAFARD



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy es el turno de presentar la nueva obra del dúo de GAVIN HARRISON y ANTOINE FAFARD, la cual se titula “Perpetual Mutations” y fue publicada el pasado 26 de julio por el sello Harmonic Heresy, hace muy poco, en verdad. El canadiense-británico FAFARD toca el bajo eléctrico y la guitarra clásica, mientras que el británico HARRISON toca la batería, la marimba y la percusión electrónica en este disco que sucede por al muy celebrado“Chemical Reactions” por cuatro años. Como veremos poco después, hay razones para vertir mil y un elogios respecto a “Perpetual Mutations”, pero primero, indiquemso que estos dos cracks contaron con las colaboraciones de varios músicos que estuvieron muy a la altura: Jean-Pierre Zanella (saxofón soprano), Dale Devoe (trombones y trompetas), Joasia Cieslak (cello), Isadora Filipovic (cello), Ally Storch (violín), Reinaldo Ocando (marimba y vibráfono), Pier Luigi Salami (pianos acústico y eléctricoc Fender Rhodes), Roderigo Escalona (oboe) y Tadeusz Palosz (handpan y tambor de troncos). Todo el material aquí contenido fue compuesto por FAFARD, quien también se hizo cargo de ldiseño gráfico a partir del arte creado por Galina Timofeeva. Las grabaciones tuvieron lugar en el estudio Migrason de Montreal, Canadá, mientras que los ulteriores procesos de mezcla y masterización fueron llevadas a cabo por Davide Sgualdini en el Studio LaMorte de Cagliari, Italia; la particular mezcla de las partes de batería fue realizada por el propio HARRISON, Bueno, veamos ahora los detalles de “Perpetual Mutations”.


La dupla inicial de Dark Wind y Deadpan Euphoria marca los confines propicios para el esquema de trabajo del dúo. El primer tema se inserta ágilmente en un groove sofisticado que permite al desarrollo temático lucir sus colores esenciales a través de las exigentes variantes rítmicas. El saxo y la batería se erigen como las dos columnas sobre las que se sostiene el ensamble íntegro. El señorío progresivo encarnado por Dark Wind’ es simplemente imparable y desde ya se destaca como un cénit del repertorio. En cuanto a ‘Deadpan Euphoria, se trata de un refinado ejercicio de jazz-fusion donde el despliegue de vibraciones melancólicas se deja llevar plácidamente por el meditabundo enfoque melódico. Las alternancias entre el violín,  el cello y la guitarra clásica en el posicionamiento en el centro vital de la instrumentación aseguran la fluidez del lirismo reinante. ‘Viral Information’ es un tema bastante fulguroso que se enfila sesudamente en la luminosidad jovial del discurso jazz-progresivo. También hay espacio para ciertos pasajes más sutiles, los cuales articulan oportunos recursos de diversidad para la atmósfera general. ‘Objective Reality’ lleva el impacto del fulgor del tema precedente a un terreno más cadencioso, permitiendo al saxofón llevar la voz cantante en el desarrollo temático mientras la batería va gestando mil y un ornamentos. ‘Quiescent II’ regresa directamente al área del jazz-fusion que ya se exploró en el tema #2 y lo hace con un dinamismo reactivado y renovador. La batería vuela y se deshace en una furiosa sofisticación que rehace continuamente el señorío estructural sobre el que el núcleo temático va dando rienda suelta a su cándida gracilidad.* ‘Spontaneous Plan’, por su parte, restaura de manera sistemática de los grooves y atmósferas que signaron al tema de apertura, añadiendo un toque extra de garra que viene bien a la manera un poco más concisa en que se realiza la configuración melódica junto a los arreglos instrumentales. Resulta ser otro momento climático del disco.


Cuando llega el turno de ‘Pentalogic Structure’, la pieza cumple fielmente con la premisa de su título al jugar con cadencias centradas en el tempo de 5/4. Con el lirismo arquitectónico del violín y las excelsas florituras del bajo, la pieza asume una efectiva aureola aristocrática; más aún, ésta se incrementa con el arribo de un exuberante solo de guitarra clásica cuya exótica belleza añade una buena dosis de embrujo a la pieza como un todo. ‘Solus Souls II’ desciende de los cielos de la exuberancia patente para asentarse en un terreno de delicada introversión donde impera el paradigma del jazz-fusion al estilo de Corea y de Hancock. Hay un fabuloso solo de bajo que aviva un poco las cosas, pero no para romper con el aura contemplativa de la composición, sino para ornamentar astutamente los espacios vacíos que momentáneamente abre el piano, instrumento mayormente protagónico en la hoja de ruta del desarrollo temático. ‘Safety Meeting’ trae consigo el final del repertorio y comienza con un exaltado prólogo cuyas vibraciones suntuosas acercan colateralmente al jazz vanguardista, pero el cuerpo central, una vez instalado, está marcado por un lirismo bien perfilado que, en parte, se asemejan a la espiritualidad contemplativa de la pieza precedente. Eso sí, su colorido es más opulento, siendo así que el ensamble de las intervenciones de los metales operan como fuentes de ornamento y de diálogo en simultáneo. Esto facilita la gestación de un magnífico epilogo para el tema y para el disco. Como balance final, es una obra muy bien lograda, el dúo GAVIN HARRISON & ANTOINE FAFARD ha firmado una excelente exhibición de música progresiva para este año 2024: se trata de toda una eufórica celebración de la perpetuidad del rock artístico.** Recomendable al 200% (un 100% por cada crack firmante).


Muestras de “Perpetual Mutations”.-


* Hay una pieza titulada ‘Quiescent’ que es un bonus track del cuarto álbum solista de FAFARD “Sphère” (201). Más adelante, nos toparemos con ‘Solus Souls II’: también existe el antecedente de un tema titulado ‘Solus Souls’ en la obra solista de FAFARD, esta vez, como parte de su álbum debut “Solus Operandi” (2011).
 
** He aquí un vídeo sobre la realización de “Perpetual Mutations”: https://www.youtube.com/watch?v=HmgrJdb_T54&t=1s

Friday, August 09, 2024

THE TANGENT: una oda solitaria a la Estrella del Norte



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el nuevo disco de THE TANGENT, un disco muy particular dentro de su ya amplio catálogo, pues no se limita ahora Andy Tillison a ser el líder y el principal compositor de este habitual colectivo británico-sueco, sino que ahora de pone a tocar todos los instrumentos. El disco en cuestión se titula “To Follow Polaris” y fue publicado por el sello IndiseOut Music el pasado 10 de mayo, tanto en CD como en doble vinilo. Literalmente firmado por THE TANGENT (FOR ONE), eso se debe al hecho de que Tillison no se limita a componer todo, sino que también lo toca todo, incluyendo su habitual arsenal de teclados y algo más que algunas partes de guitarras acústicva y electríca... todas las partes. También hace su debut al bajo y otro debut al instrumento de viento electrónico EWU, además de tocar la batería electrónica y programar algunas secuencias rítmicas. Hay que tener en cuenta que las circunstancias se dieron para que el disco se gestara y se grabara bajo estas peculiares circunstancias: los integrantes estaban ocupados haciendo giras en SOFT MACHINE, en la bandas de STEVE HACKETT y DAVID CROSS, IT BITES, etc., por lo que lo único que quedaba como actividad concreta de THE TANGENT fue un concierto en abril de 2023. Grupalmente, se acordó en que Tillison, el líder y principal compositor de la banda, hiciera el álbum a solas pero teniendo en mente el canon grupal. THE TANGENT por y para uno. “To Follow Polaris” fue producido entre enero y noviembre del susodicho año 2023, un proceso lento pero a paso firme que, a fin de cuentas, ha dado buenos frutos. Se trata de un disco conceptual con un enfoque optimista en comparación con el desencanto y el cinismo que caracteriza usualmente a la visión estética y la filosofía de vida del Sr. Tillison. Lejos de apelar a ensoñaciones idealistas, Tillison insiste una y otra vez en la necesidad de preservar la esperanza y mantener una constante alerta social en nombre de la solidaridad y contra las ideologías de la post-verdad y la deflagración del medio ambiente por culpa de la imparable mega-industrialización. Polaris, la Estrella del Norte, es la metáfora de esa esperanza como misión moral hacia el cual deberíamos proyectar nuestras vidas. Bueno, veamos ahora los detalles estrictamente musicales del repertorio. 
 

Abre el disco ‘The North Sky’, tema que dura poco más de 11 minutos y cuyo esquema general de trabajo se sitúa cómodamente bajo coordenadas prog-sinfónicas enfiladas hacia afinidades con PÄR LINDH PROJECT y KARMACANIC. Desde el breve pasaje prologar armado con capas de sintetizador y una secuencia  rítmica  vivaz hasta la instalación del cuerpo central, se nota que aquí va a reinar el esplendor extrovertido desde el mismo instante en que el cuerpo central indica sus primeras configuraciones. La ágil vitalidad del armazón instrumental crea el entorno idóneo para las emergencias de floridos solos y esquemas armónicos de los teclados, y, además, permite al canto de Tillison explayarse en su ya conocida peculiar expresividad. ‘A Like In The Darkness’ tiene un talante más contemplativo y una línea más ecléctica dibujada sobre la encrucijada entre el neo-Canterbury y el sinfonismo, con añadidos factores de psicodelia progresiva que permiten que varios momentos estén trazados por vibraciones un tanto sombrías. En la letra se trasluce un cinismo cordial mientras relata los nuevos desafíos que asumen los músicos a la hora de difundir sus creaciones en los tiempos de plataformas digitales y piratería cibernética. El esquema musical en sí mismo tiene una mayor sofisticación en el despliegue de la ingeniería rítmica general en comparación con la canción de apertura, lo cual hace posible que las texturas y desarrollos temáticos para la ocasión se instauren con patente solvencia. Cabe destacar el rol que cumplen las mesuradas florituras del bajo a la hora de reforzar el swing predominante de la pieza. ‘The Fine Line’ ostenta un lirismo pulcro desde sus primeros instantes; de paso, también exhibe su orientación hacia un ahondamiento de la faceta melancólica de la canción precedente desde muy pronto. Con su mezcla de soft jazz y sinfonismo melódico que se deja llevar por algunos grooves propios del estándar del funk, lo que suena aquí es como una inaudita cruza entre los CARAVAN de 1975, los CAMEL de 1977 y STEELY DAN. Los espacios melódicos están pulcramente definidos a lo largo de una canción que se permite transitar por las veredas menos suntuosas de la ciudadela de THE TANGENT. Eso sí, hay un hermoso dueto de guitarra y sintetizador en algún lugar del medio que permite a la pieza elevarse a una majestuosidad típicamente progresiva.

‘The Anachronism’ es la maratón del repertorio con su amplio espacio de 21 minutos, uno de esos momentos habituales en los que THE TANGENT edifica un palacio en medio de los demás habitáculos sónicos. Las secciones de esta suite se llaman ‘Thoughts From Gen Z’, ‘Character Procrastinator’, ‘Red Or Blue, Part 1 (Thoughts From Gen X)’, ‘Manarchy (sic)’, ‘A Visit ToA Small Parochial Building’, ‘Nocracy’‘Red Or Blue, Part 2’ y ‘Turning North Again’, respectivamente. Todo comienza con un despliegue explosivo de fulgores y centellas que se basa en una volcánica mezcla del estándar de ELP de la fase 1971-73 y los UK de 1979: de hecho, es la mancuerna de órgano y batería la que se encarga de dirigir el continuum de vitalismo con el que arma el bloque sonoro integral. En abierto contraste con esto, la primera sección cantada se asienta sobre un compás sereno que se deja arropar por una instrumentación razonablemente sutil, la cual realza el carácter contemplativo del momento. También habrá otros momentos serenos más adelante, pero cabe destacar el talante magnético de un animado groove que emerge alrededor de la frontera del séptimo minuto, así como la expresión de exultantes dinamismos (ocasionalmente furiosos) que emerge poco antes de llegar a la frontera del decimocuarto minuto. Hay muy buenos solos de sintetizador en varios pasajes. De este modo, el sofisticado sendero por el que camina la mayor parte de la suite halla un firme empedrado para su trayecto. El repertorio oficial del disco concluye con ‘The Single (From A Re-Opened Time Capsule)’, que es una versión remodelada de una canción de “Time Capsule, tercer álbum de PARALLEL OR 90 DEGREES, grupo que formó Tillison a mediados de los 90 y que supuso su entrada en la escena progresiva de los últimos tiempos. Esta canción es lo más próximo se encuentra THE TANGENT a los YES de los 80, una canción con cierta orientación de rock clásico al estilo AOR que se beneficia de adecuados preciosismos de parte de los teclados y el swing mesuradamente sofisticado de la estructura rítmica... además de unos arreglos vocales signados por una evidente sensibilidad pop. 


‘Tea At Betty’s Simulation’ es un bonus track que solo se incluye en el CD y algunas ediciones de vinilo. Durando 17 ½ minutos, se trata de un instrumental centrado en el lado jazzero de Tillison, primero con un enfoque centrado en la tradición del jazz-fusion de los 70 con una actitud tranquila, virando más tarde hacia un muy extrovertido dinamismo jazz-progresivo con un punche convincente. Lo que fue inicialmente el imperio de vibraciones lumínicas de temple sereno deja después paso al gobierno de un garbo electrizante donde las normas musicales de BRAND X, LIQUID TENSION EXPERIMENT y RETURN TO FOREVER se cruzan con una refrescante autoridad. Eso sí, cabe notar que las partes de teclados son más virtuosas que las de guitarra. Todo esto fue lo que, al fin y al cabo, se nos brindó desde los cuarteles de THE TANGENT, funcionando como THE TANGENT FOR ONE: “To Follow Polaris” es un disco suntuoso, versátil y elegante, una oda solitaria a la Estrella del Norte que se luce como una importante joya progresiva en el escenario del año 2024. 


Muestras de “To Follow Polaris”.-