HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
El 3 de noviembre del año 2023 – hace un tiempo, es verdad – se publicó el que hasta ahora es el último disco del excelente ensamble avant-jazz-progresivo belga BEAT LOVE ORACLE: se titula
“Dangerous Liquids” y el sello encargado de la publicación (tanto en CD como en vinilo) es áMARXE, afincado en España. La alineación
conformada por Frank Nuyts [marimba, sintetizador y voz], Frank DeBruyne
[saxofones, sintetizador y voz], Stijn Deldaele [bajo y voz] y Ronald Dhaene
[batería y multipad] vuelve a lucir solventemente sus galones de excelencia
creativa tras haber llamado la atención del público amante de la vanguardia con “Turning The Table”, su trabajo del 2022. Para el último tema del disco que ahora nos ocupa colaboran Joshua Dellaert (bajo) y
Jeff Nuyttens (soundscapes electrónicos). Nuyts es el autor de casi todos los temas aquí contenidos, exceptuando uno de la autoría de DeBruyne y otro donde Nuyts se asoció creativamente con Nuyttens. De hecho, este último se encargó de la ingeniería de sonido en las sesiones de grabación de Dangerous Liquids, además de la producción y la masterización. Bueno, repasemos ahora los detalles de este disco.
El álbum comienza con la pieza homónima, la cual dura 6 ¾ minutos. La batería da inicio a la señorial arquitectura de ‘Dangerous Liquids’ con su bien definido swing, el cual va acrecentando fluidamente sus dosis de sofisticación y nervio mientras el resto de instrumentos va asentando su bloque interactivo. La estrecha hermandad de bajo y percusión tonal funciona muy bien a la hora de reforzar el groove en curso mientras las líneas de saxofón guían el camino para la continua vitalidad colectiva. También hay algunos ornamentos sintetizados ocasionales que aportan un muy calculado elemento dadaísta al asunto. Gran inicio del álbum, y a continuación llega el turno de ‘Shaky Balance (On A Solid Ground)’, pieza
que dura poco menos de 7 ¾ minutos y que también encarna las miras de excelencia creativa de BEAT LOVE ORACLE. Lo que tenemos aquí es un equilibrio bien definido de refinamiento melódico, atmósferas empíreas y arrebatos surrealistas que nos remiten a una majestuosa cruza entre el FRANK ZAPPA de 1972-75, LED BIB y JAGA JAZZIST. La manera en que el saxo y la percusión tonal van compartiendo espacios en el delineamiento del desarrollo temático es sobrehumanamente meticulosa, todo ello mientras la batería usa una garra comedida para asegurarse de que la ilación de motivos intrincados cuenta con los cimientos más seguros. ‘Barefoot On Thin Ice’ comienza con unas misteriosas florituras de bajo, abriendo la puerta al arribo de un cuerpo central muy parsimonioso donde lo contemplativo gobierna la expresividad con la que ha de manifestarse el centro temático. Es como si una idea perdida del maestro RYPDAL hubiese sido retomada por los WEATHER REPORT de 1973 para dotarla de una exuberancia envolvente y seductora. ‘SOSpresso’ sirve para que la banda regrese a su faceta más extrovertida, añadiendo algunos grooves que usualmente se asocian al Latin-jazz y a la faceta funky-experimental de HERBIE HANCOCK, además de algunas notas de humor por vía de unos diálogos burlones que parecen salir de la nada. ‘Sticky
Stomp (All The Crack Of Dawn)’ prosigue por esta senda de sofisticada soltura y lo hace tendiendo puentes con las espiritualidad fulgurosa que signó a la pieza homónima. La batería y el saxofón exhiben sus respectivos recursos de energía mientras el bajo crea un dinamismo cuasi-autónomo dentro del índice temático; por supuesto, también hay momentos de lucimiento para la marimba.
‘Tarmac Row’ recibe los ecos de sofisticada agilidad de las dos piezas anteriores y recurre a un regreso a los ornamentos traviesos y los meandros surrealistas para gestar una vivacidad juguetona en medio del arquitectónico jaleo. Se incluye ruidos de gritos femeninos, portazos y tal vez algún balazo. Siempre viene bien algo de humor negro para reforzar el potencial de distinguida extravagancia que subyace a ciertas áreas del discurso avant-jazzero. Cuando llega el turno de ‘Burning Off’, la banda se dispone a hacer una reconstrucción Zappiana del viejo jazz de las big bands mientras preserva los recursos humorísticos con la emisión de anuncios urgentes de parte de un alucinado maestro de ceremonias. El saxofón se empodera de su espacio en el núcleo central del esquema temático diseñado para la ocasión. El álbum
se cierra con la pieza que lleva el peculiar nombre de ‘Two Whales Crashing A Beach
Party For 2 Electric Basses’, siendo la más larga del mismo con sus 8 minutos y pico de duración. A pesar de todo, el título es bastante acertado, pues se trata de un dueto de bajos (ya dijimos más arriba que Joshua Dellaert colabora al bajo en este ensamble que ya cuenta con un bajista) que se deja arropar por tenues efectos cósmicos de sintetizador en ciertos pasajes estratégicos. La serie de ejercicios armónicos que se van hilando opera con una tersura inmaculada mientras crea escenarios crepusculares donde lo reposado y lo crepuscular se dan la mano. Sólo en una ocasión cercana al quinto minuto y medio es que las cosas se tornan un poco más tensas, pero no se trata de algo tenebroso, sino más bien exultante, unos pasajes efímeros de esplendor en medio de la predominante reflexividad. Aunque llega un poco tarde esta reseña, que conste que somos totalmente sinceros al recomendar a “Dangerous Liquids” como un ítem infaltable en cualquier buena fonoteca de jazz y rock vanguardistas. Este disco de BEAT LOVE ORACLE es una joya destacada dentro de la producción musical europea del año 2023... Y posiblemente, la obra cumbre del grupo hasta la fecha.
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