Monday, October 06, 2014

EL CEREBRO DE GREGORIO SAMSA: nuevas percepciones de la psicodelia progresiva peruana


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de EL CEREBRO DE GREGORIO SAMSA, un grupo peruano surgido en la hermosa ciudad de Huancayo y que se dedica a cultivar una música psicodélica aventurera, una propuesta ecléctica en el sentido más genuinamente progresivo del término, aunque el resultado dista mucho de los caminos “habitualmente ortodoxos” del pasado y el presente del género. El grupo en cuestión es un dúo instrumental consistente de Jhordan Miguel Jurado Aponte [guitarra, bajo y efectos] y Joel Riofano Clemente [batería y percusión]. Con algunos años de actividad musical a sus espaldas y varios trabajos de corta y larga duración publicados en su web de Bandcamp, ahora aparece publicado en edición física su registro más reciente, “¿Me Percibes, Animal?” [http://elcerebrodegregoriosamsa.bandcamp.com/], bajo la iniciativa conjunta de los sellos limeños Necio Records y Cuaderno Roto. Incluso uno de los impulsores del primero de estos sellos mencionados, Arturo Quispe – también integrante de CHOLO VISCERAL, SPATIAL MOODS y RAPA NUI –, se hizo cargo de la bella imagen de la portada, logrando así mostrar su talento creativo en el área de las artes plásticas. El material de “¿Me Percibes, Animal?” fue grabado entre los meses de setiembre y diciembre del año pasado, y fue publicado en Bandcamp a inicios del 2014 antes de que se concretara la edición física a la cual nos referimos. Vamos ahora al repertorio del disco, ¿vale?

  

‘Ya Va A Venir El Día, Ponte El Alma’ ocupa los primeros 13 minutos y pico del álbum. Comenzando con una atmósfera de expectante caos bajo la aleatoria guía de los impetuosos redobles de batería, el grupo no tarda en instalar los cimientos de un viaje ceremonioso en el que se aúnan la dimensionalidad aguerrida del stoner, la sofisticada rudeza del primer GURU GURU y la languidez densa del PINK FLOYD 69-71. Dentro de la armazón creada por el dúo, es la batería la que dirige su frenética ingeniería en base a las rotundas vibraciones de su labor rítmica. Cuando los diversos efluvios rockeros en curso se detienen momentáneamente, se abre camino un interludio cósmico cuya aureola de inquietud nos remite a ese tipo de minimalismo siniestro que era tan común en varios estándares del kraut sintetizado, creando así un espejismo de extraña relajación, y de hecho, es una referencia para que más adelante resurja con una actitud más torturada. Antes de eso, el encuadre rockero reaparece con la misión de retomar y redondear los recursos de impredecible vitalismo que se habían instaurado anteriormente. El último motivo sigue un estereotipo psicodélico con una actitud relativamente relajada, siendo así que las capas cósmicas de fondo se notan ahora calmadas en lugar de tensas. Tras este impactante comienzo, el álbum continúa con ‘Transido’, una pieza más abiertamente extrovertida donde la huella del paradigma Crimsoniano (de la época 73-74) sirve como inspiración principal, añadiéndose algunos recursos math-rockeros en el camino desde donde el asunto se nutre de una agilidad simultáneamente cálida y neurótica. Si ‘Ya Va A Venir El Día, Ponte El Alma’ era una muestra del tipo de estrategia que utiliza el ensamble para contar historias a través de sus abstracciones sónicas, perturbadoras y etéreas a la vez, ‘Transido’ nos revela su manera de manejar situaciones centradas en un encuadre musical más focalizado y con una expresividad más furiosa. 


La segunda mitad del álbum empieza con ‘La Muerte Ha Estado Alegre Y Ha Cantado En Su Hueso’: portando una fuerza expresiva claramente inspirada en HAWKWIND y ASH RA TEMPEL, se trata de una pieza signada por una rudeza rimbombante en cuanto a su arquitectura temática, la cual hila dos motivos patentemente diferenciados entre sí, uno misterioso sobre un medio tiempo en compás de blues-rock, el otro extrovertido y portador de un aura aguerrida bajo la cual el grupo exorciza sus inquietudes space-rockeras con generoso nervio. Un breve epílogo sereno concluye la pieza para dejarnos con los 9 minutos restantes del disco, los cuales están ocupados por ‘Extinción O El Canto Cordial De Las Distancias’. Esta pieza se articula bajo las pautas del post-rock de forma directa, generando sutiles recursos de sofisticación en el desarrollo temático a fin de plasmar atmósferas grisáceas atravesadas por una intensa melancolía otoñal. El groove cuasi-jazzero de la batería ayuda aporta un dinamismo especial para el cuerpo central. Ya en el pasaje final nos enfrentamos a una capa minimalista que parece cubrir algo que “late desde el más allá” para respetar su vibración trasmundana. Ésta es la forma en que se culmina nuestro trayecto melómano por los motivos, atmósferas y ritmos de “¿Me Percibes, Animal?”, un testimonio concreto e inequívoco del grado de alucinante vitalidad del que goza el rock del underground peruano. EL CEREBRO DE GREGORIO SAMSA no es solo una banda, también es una congregación de exorcistas de osadas percepciones musicales.

Muestras de “¿Me Percibes, Animal?”.-



[Con especial cariño dedico esta reseña a la prog-girl venezolana Jackie Suárez.]

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