HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos la
agradable ocasión de presentar al ensamble jazz-progresivo chileno ZEPTELAR,
formado en la localidad de Valparaíso ya hace algunos años por iniciativa del
guitarrista Camilo Acevedo. La alineación se completa con Tomás Carrasco
[flauta y saxo alto], Edmundo Castro [bajo], Javier Portilla [teclados],
Valentina Mardones [voz y sintetizador] y Andrés Ibáñez [batería]. “El Color De Las Cosas” es el título de su disco
debut, publicado por primera vez en el año 2013 por vía de la iniciativa
independiente y ahora, en el 2014, el sello Mylodon Records se está encargando de su distribución a un nivel más expansivo. Bueno, más vale tarde que nunca cuando se trata de descubrir, apreciar y maravillarse ante la buena música progresiva del momento que se sigue haciendo en todas las partes del mundo.
La dupla de ‘De La
Esquina A La Plaza’ y ‘Futuros Recuerdos’ pone a funcionar la maquinaria
grupal, haciendo que ésta luzca sin tapujos de ningún tipo sus colores, grooves
y cadencias, todos ellos organizados dentro de una ingeniería tan ágil como
compleja, expandiéndose a su gusto a través de un espacio compartido de 9 ½
minutos. En ‘De La Esquina A La Plaza’ con un esplendor luminoso ágil y un tanto
travieso, mientras que en ‘Futuros Recuerdos’ el ambiente predominante es de
cálido y alegre sosiego. El canto de Mardones se ajusta milimétricamente a las
florituras del viento o el teclado cuando no gesta retazos por su cuenta con
miras a completar las comisuras y texturas latentes del motivo melódico en
curso. En general, lo que encontramos en estos dos temas de entrada es una
fluida confluencia de los estándares de PAT METHENY GROUP, HATFIELD & THE
NORTH y el FULANO de los dos primeros discos. Para cuando llega el turno de ‘5
De 3’, el esquema sonoro se vuelve un poco más oscuro, con una llamativa
acentuación de las bases del piano eléctrico que refuerza la labor rítmica de
Castro e Ibáñez, mientras las florituras de la flauta aportan elementos intensamente
celebratorios. Hay un interludio mesuradamente aguerrido que sirve para aliviar
la tensión reinante. Ciertos aires de familia con el paradigma de ESKATON y ZAO
hay, pues se trata casi de una aproximación al Zeuhl a través del camino del
jazz-rock. El cuarto tema del álbum es justamente el que le da título, y ahora
el grupo se pone a coquetear con el modelo RIO de HENRY COW (primer disco),
además de enfatizar sus cercanías con la tradición del Canterbury. Los
complejos juegos de disonancias con los que se arma el cuerpo central son
simplemente fabulosos, siendo así que el talante constreñido de la base rítmica
ayuda a mantener la densidad musical bajo un severo control en la expresividad.
Las cosas se tranquilizan un poco con el arribo de ‘Estrellazos’, tema que
sirve para explorar la faceta contemplativa del jazz-fusión, muy a tono con
WEATHER REPORT y KENSO, aunque también ostentando algunos matices
juguetonamente bizarros propios del Canterbury en su aspecto más ambicioso.
La pieza más larga del
disco es ‘Sangre’, durando 8 ¼ minutos. Su dinámica general nos recuerda mucho
a la de ‘Futuros Recuerdos’, así como a la de ‘5 De 3’, pues incorpora recursos
ocasionales de inquietante densidad a través de la expansiva calidez que es tan
abiertamente patente en el desarrollo del motif central. Dicho sea de paso,
Acevedo elabora una de sus intervenciones más impresionantes del disco cuando
hace un fantástico solo en dos claves sucesivas, una de jazz etéreo y otra al
modo del rock progresivo: un solo muy extenso que guía la estructuración de la
sección final de la pieza. ‘Piletismos’ es un preludio de tenor space-rockero
que sirve de preparación para ‘La Pileta De Pájaros Gigantes’, el tema que
sigue a continuación: éste se inserta rotundamente en las arenas del jazz-rock
de los 70s con un sutil matiz de vigor psicodélico dentro del entramado sonoro.
‘Destapes’, por su parte, regresa al terreno del Canterbury remodelado con
grooves avant-progresivos, o dicho de forma más específica, un ágil híbrido de
NATIONAL HEALTH y ESKATON. Acercándonos ya al final, ‘Persecuciones’ cierra el
repertorio oficial con una delirante manifestación de jolgorio que se hace
debido eco del tema precedente pero con ciertos resabios Zappianos. En efecto,
hay un “no sé qué” surrealista que empapa al cuerpo central mientras éste se va
reforzando.
Pero hay algo más. En
efecto, durando poco menos de 6 ½ minutos, el décimo primer tema – un bonus
track titulado ‘Espejismos’ – da el verdadero broche de oro a este bello disco;
este tema es un pretexto para que la banda, en un bloque netamente
instrumental, explore a fondo su faceta más sutil, exponiendo luminosos climas
reflexivos a través del desarrollo temático del motivo central. El swing sólido
y sofisticado de la dupla rítmica resulta crucial para que los dibujos y trazos
del teclado, la guitarra y el saxo se desarrollen e hilen con una fluidez de lo
más exquisita. Se puede notar, tal vez, similitudes con HAPPY THE MAN. Todo
esto es “El Color De Las Cosas”, la impactante carta de presentación de
ZEPTELAR, una de las más brillantes entidades que ha emergido en los últimos
años de la escena vanguardista chilena, y sin duda, una voz señorial dentro de
la música jazz-progresiva sudamericana del momento. ¡Imperdible este disco!
Muestras de “El Color
De Las Cosas”.-
El Color De Las Cosas:
https://www.youtube.com/watch?v=ZkOM4XU247c
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