HOLA, AMIGO DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy abordamos una
labor de arqueología progresiva dentro de la escena francesa para redescubrir y
celebrar los primeros tres álbumes de PULSAR, uno de los máximos exponentes del
rock progresivo de ayer y hoy en el país galo, cuya trilogía inicial de
“Pollen”, “The Strands Of The Future” y “Halloween”, publicada entre inicios
del 1975 y fines del 1977. Esta banda originaria de Lyon es hasta el día de hoy
una de las figuras más veneradas del área francesa de la historia del rock
progresivo por coleccionistas de todo el mundo y todas las edades; confesamos
que es nuestra banda francesa favorita de todos los tiempos, pero bueno, eso ya
es asunto de gustos personales. La prehistoria de PULSAR comienza en 1966
cuando el guitarrista Gilbert Gandil, el bajista Jacques Roman (también experto
en teclados y guitarra, pero por ahora, solo bajista) y el baterista Victor
Bosch se asocian para formar SOUL EXPERIENCE, haciendo versiones de R’n’B y
rock duro; para 1968, con la entrada de un bajista y el paso de Roman a los
teclados, la banda se rebautiza como FREE SOUND y empieza a hacer versiones de
rock psicodélico y progresivo, haciendo versiones de PINK FLOYD, SOFT MACHINE y
THE NICE. Ver una actuación de PINK FLOYD en Lyon en 1969 es toda una
experiencia de aprendizaje para la banda, que por entonces tiene como bajista
al hermano de Roman Philippe, el mismo que pasó un par de año en el Liceo
estudiando guitarra clásica. El primer concierto importante de FREE SOUND tuvo
lugar como telonero de FAMILY, tocando frente a 5,000 personas: el repertorio
de la banda no solo incluía versiones de grupos británicos sino ya un par de
composiciones propias. Antes de que terminara el año 1971, el grupo se
rebautizó definitivamente como PULSAR y empezó a codearse con más gente grande
la avanzada rockera nacional mientras aumentaba su repertorio propio,
focalizado en una óptica space-rockera del género progresivo con elementos
añadidos de sinfonismo. En 1974 aparece Roland Richard para aportar sus dotes a
la flauta y los sintetizadores al grupo, completando así su formato de quinteto
clásico con Gandil [guitarras eléctricas y acústicas de 6 y 12 cuerdas, canto],
Jacques Roman [órgano, piano, sintetizadores, mellotrón], su hermano Philippe
[bajo, canto] y Victor Bosh [batería, percusión].
“Pollen”, el disco debut
de PULSAR, fue el primer disco de un grupo de rock francés publicado por un
sello británico, a la sazón, Kingdom Records, sello que publicaba a CARAVAN y
KHAN: grabado en noviembre y diciembre del 1974, salió a la venta en enero del
1975 y les hizo automáticamente acreedores del apodo de “PINK FLOYD francés”,
un apodo que puede servir para indicar algunos rasgos precisos de su música
pero que no se debe tampoco tomar al pie de la letra. El estilo de PULSAR poseía
ya unos matices muy propios, enraizados evidentemente en el espíritu francés
que les hacía tener cierto parentesco estilístico con CARPE
DIEM y ATOLL. A pesar de no contar con la magistral delicadeza exhibida que
habrá de llenar de especial dinamismo a sus obras maestras próximas, el hecho
es que “Pollen” resulta un disco bastante efectivo y coherente dentro de su
propuesta: los arreglos de las composiciones no sufren el mismo desnivel de
fineza del que adolecen los discos debut de otras bandas importantes del
progresivo, pero definitivamente la ingeniería de sonido todavía se siente muy
rústica en las secciones más relajadas del disco. La pieza que da nombre a la
banda abre el disco irrumpiendo como un vuelo astral pletórico de pasión, con
una constante pulsación que queda eficazmente condensada en la sencilla armazón
temática desplegada en tres minutos clavados. Acto seguido, ‘Apaisement’ apela
a una alternativa a la expansión mental, la de la de la retrospección. En esta
pieza tan particularmente lánguida, el canto de Philippe Roman y la amalgama de
las cortinas de teclado portan la patente huella de la melancolía, una
melancolía que emana desde la dejadez que asume una especie de fatalidad
inevitable; cuando surgen los efluvios de flauta, dicha melancolía asume
matices coloridos envolventes. Luego sigue una de las piezas más complejas del
disco, ‘Puzzle / Omen’: ésta comienza con una fanfarria progresiva liderada por
la potente guitarra de Gandil, majestuosa y cósmica, seguida luego por un
motivo en 5/4 donde la cadencia jazzera entra por el lado de la sección rítmica;
los coloridos vertidos por los teclados, la guitarra y la flauta terminan
aterrizando en una sección lenta y ceremoniosa, apropiada para que la invitada
Carmel Williams enuncie la profecía del título; una vez concluida esta sección,
el tema termina con un reprise de la fanfarria inicial elaborado a plena furia.
La segunda mitad del
disco, que es donde se concentra el aura más enigmática del mismo, comienza con
‘Le Cheval de Syllogie’, una pieza marcada por una ambientación misteriosa y
sombría que explota con intensa energía la esencial tendencia cósmica del
grupo. Esta ambientación queda realzada por la distorsión de la recitación, la
cual suena como un híbrido entre un robot y un brujo alucinado. La pieza
homónima con la que termina el disco es también la más larga, con sus 13
minutos de duración. Se trata de una hermosa balada progresiva extensa, deudora
en buena parte de la ambientación nostálgica de ‘Apaisement’, provista del
mismo romanticismo austero e introspectivo. Debido a la particular extensión
del tema, el grupo se hace cargo de usar efectivos ornamentos de sintetizador,
flauta y guitarra líder de tal manera que conserven la línea de la pieza sin
hacerlo anodino y, efectivamente, la banda logra conservar la atención del
oyente de una manera sutil, y a la vez, imponente. Las labores de Roman y Richard
resultan vitales para concretizar la etérea grandiosidad de ‘Pollen’, no exenta
de cierta grandiosidad. El final de efectos sintetizados que emulan golpes de
olas sobre rocas es una oportuna extensión del carácter contemplativo de esta
canción, y definitivamente, un cierre excelente para un muy buen disco. Cabe
señalar que algunas letras del material de PULSAR estaban a cargo del académico
François Artaud, amigo de la banda, pero otras estaban a cargo de Philippe
Roman, quien lograba con esto aumentar el impacto de sus recursos de creatividad para la
visión artística del grupo.
Yendo ahora a “The Strands
Of The Future”, hay que empezar afirmando que es uno de los discos más macizos
y fascinantes que el progresivo francés haya aportado jamás para enriquecer el
género a través de su historia y su expansión mundial. La promesa brillante y
excitante que PULSAR había concretizado tan entusiastamente en su debut “Pollen”
se cumple más allá de cualquier expectativa en este grandioso álbum. Y decimos
grandioso en referencia a varias cosas: las ideas musicales, el diverso ingenio
invertido en los arreglos, el afiatamiento del ensamble instrumental, esa
robustez sonora que solo puede producir la química creada entre los músicos
como por arte de magia. El todo y cada elemento del mismo destilan
grandiosidad. El sonido de PULSAR sigue siendo el mismo, basado en una mixtura
de vibraciones espaciales contundentes y colores bucólicos, pero esta vez dicho
sonido resulta más maduro y fluido. Cabe anotar anecdóticamente que, durante la
grabación de este disco, PULSAR operaba como un cuarteto tras la partida del
bajista Philippe Roman, siendo simplemente reemplazado por su hermano Jacques
mientras conservaba su rol de teclista. En realidad, casi todo el nuevo
material fue compuesto mientras Philippe seguía en el grupo, pero éste se
sentía estresado por la vida en la carretera, harto de llevar una agenda de
tantos conciertos, ensayos y grabaciones de maquetas, y es por eso que su
involucramiento en las sesiones de arreglos musicales era decreciente. Otra
anécdota de ese periodo es que Peter Hammill, quien entonces lideraba a los
reformados VAN DER GRAAF GENERATOR, mostró interés por cantar en algunas
canciones del próximo álbum de PULSAR por lo tanto que le había gustado el
primero… pero eso terminó en nada porque el hecho de que ambos grupos
pertenecieran a sellos distintos imposibilitaba esta promisoria hermanada
musical.
La suite homónima que
abre el disco ocupaba los 22 minutos del lado A del vinilo. Se trata de la
pieza musical de PULSAR por excelencia, y no me refiero a su ambiciosa
estructura ni a su extensión, sino simplemente al hecho de que encapsula a la
perfección los ingredientes típicos del sonido nuclear del grupo en su más
pulcra expresión. Los primeros 2 ½ minutos consisten en un prefacio etéreo a lo
JEAN-MICHEL JARRE con TANGERINE DREAM de la época 75-76, dando lugar a un
interludio de space rock progresivo enérgico: los inteligentes juegos de
síncopas que se arman desde la dupla rítmica sostienen cabalmente el boato bien
alimentado de los teclados y los oscuros riffs de guitarra, elaborando un motif
sólido y llamativo que más adelante volveremos a escuchar en el tercer gran
desarrollo temático. Luego sigue una breve sección cantada basada en lo
bucólico y complementada con un motivo sinfónico muy floydiano, logrando así
asentar lo que será buena parte de la espiritualidad del disco íntegro. Ya
empezado el minuto 9, y siguiendo todo el trayecto hasta el 19, nos topamos con
una serie cohesivamente hilada de secciones musicales atractivas que alternan
la magia orquestal del sinfónico con la dimensión onírica de lo espacial: el
segundo desarrollo temático se encauza por un swing de talante jazz-rockero
sobre el cual los PULSAR exorcizan los fantasmas de PINK FLOYD y GENESIS con
una solvencia ingeniosa, traduciendo lo foráneo en una nueva forma de ser uno
mismo; por su parte, el tercer y último desarrollo temático comienza con un
reprise del primer motif rockero de la suite y deriva en otros recovecos de
tenor sinfónico donde lo ágil y lo reflexivo se fusionan cálidamente. Los
últimos 3 minutos están ocupados con una coda pastoral, en la cual los arpegios
de guitarra y las líneas de flauta borran cualquier indicio de misterio o
inquietud marcado por todo lo que vino antes: se trata de una contemplación
intelectual final, una apreciación del sentido de la vida tras el transcurso de
una intensa ilación de eventos. La única sección cantada es en francés, a
diferencia de las dos piezas cantadas de la segunda mitad del álbum, que están
en inglés.
Tras este espectacular
despliegue de ingenio progresivo, el resto del material corre el grave riesgo
de verse opacado: bueno, es verdad que ‘The Strands Of The Future’ es lo mejor
que hay en el disco al cual da título, pero las tres piezas restantes están muy
lejos de ser sombras o pretextos para completar el espacio del disco. El
instrumental ‘Flight’ es una bonita y juguetona pieza de progresivo con base
medianamente jazzeada, marcada por coloridos retazos de sintetizador y mellotrón
en el motivo principal, y con un interludio hipnótico – el solo de flauta que
emerge cerca del final merece una mención especial por lo efectivas que
resultan sus florituras a la hora de añadir cuotas extra de gracilidad. Los
músicos de PULSAR le sacan mucho el jugo a los breves 2 ½ minutos que dura el
tema. ‘Windows’, por su parte, reitera la vibración melancólica y languidez
meditabunda que ya se hizo presente en la faceta más introspectiva del disco
debut. Por último, ‘Fool’s Failure’ cierra el álbum combinando magistralmente
el aura misteriosa de la suite inicial y la languidez del tema inmediatamente
anterior. ‘Fool’s Failure’ incorpora en ciertos momentos texturas tenebrosas
que surgen casi cada vez que el sonido grupal se pone áspero y filudo; también
resulta que el canto del guitarrista Gandil se pone un poco Hammilliano a
ratos. Los momentos en que los fraseos y riffs de guitarra salen al frente, se
saca a colación una sonoridad ácida que explota inteligentemente el patrimonio
de densidad emocional que se encapsula en esta canción de principio a fin, pero
sin duda es en las armonizaciones de mellotrón y sintetizador Solina donde se
asiente la atmósfera general de la pieza, dándole una dimensionalidad cósmica a
una ansiedad melancólica que parece brotar de las más hondas cavernas de la
mente – este relato de escapismo lunático es toda una obra maestra de la vieja
escuela progresiva. Después de la conclusión de la música misma, el epílogo
parece un homenaje a la coda del ‘Welcome To The Machine’ de PINK FLOYD.
En conclusión, “The Strands
Of The Future” resulta uno de los discos más importantes y relevantes dentro
del movimiento progresivo francés, así de simple, y todavía queda otra señal de
imbatible gloria en el mundo musical de PULSAR, pues en noviembre del 1977
aguarda la emergencia de su tercera obra, el concept-album “Halloween”, otra
obra maestra. “Halloween” poco o nada tiene que envidiar a “The Strands Of The
Future” en cuanto a tener cualidades fascinantes y majestuosas: es simple y
llanamente, una obra maestra, punto. Para la gestación y grabación del material
de “Halloween”, el grupo volvía a los estudios como quinteto con la presencia
del bajista Michel Masson, quien había ingresado para la gira de promoción del
“The Strands Of The Future”. Vamos, que este disco fue todo un éxito de ventas
dentro de la escena vanguardista francesa, siendo solo superado por el disco
que sacó en ese mismo año 1976 por los ANGE (los no. 1 “obligatorios” de la
hinchada rockera gala). PULSAR veían complacidos cómo su trabajo duro y
constante ya empezaba a rendir debidos frutos en el negocio fonográfico, y
ahora los sellos nacionales que al comienzo les cerraban las puertas empezaban
a interesarse por ellos a sabiendas de que su contrato con el sello británico
Kingdom Records estaba finiquitado. Así pues, la sucursal francesa de la CBS
los acogió con miras a producir el tercer disco de la banda. Gandil, Roman,
Bosch, Richard y Masson habían crecido invididualmente en estos tres años en
direcciones disímiles, teniendo cada uno sus grupos favoritos del momento y
hablando sobre sus propios conceptos mientras aclaraban sus ideas sobre la orientación
estilística que habría de concretizarse en ese tercer LP; así, llegaron
referentes comunes en la música de GUSTAV MAHLER y el romanticismo tanático de
la genial película de LUCCHINO VISCONTI “Muerte En Venecia”.
Lo que se hizo en “Halloween” fue un álbum conceptual basado en un relato del baterista Bosch, centrado en la evocación de viejos espectros y la curiosidad casi fetichista por desentrañar los misterios que guarda objetos significativos: en este caso, un botón con el que una niña desarrolla un diálogo imaginario como si estuviese hablando con una persona. Es por ello que, a pesar del título, el concepto del disco no está en el horror sino en la perturbación que ocasiona la develación de la persistencia de ciertas huellas del pasado en el presente, especialmente huellas en objetos. “Halloween” fue grabado y mezclado en el otoño del 1977, PULSAR volvieron a utilizar los Aquarius Studios de la localidad suiza de Ginebra (donde también grabó Patrick Moraz su primer disco solista “The Story of i”), lanzado al mercado a fines del mismo año. Al igual que en el caso el disco anterior, las partes cantadas son en inglés y están a caro de Gandil.
Ahora se da un empleo
de instrumentación aumentada: Richard introduce el aporte adicional del
clarinete y el piano de cola a sus habituales roles a la flauta y el
sintetizador; los arsenales de teclados y percusiones son más abundantes; los
efectos de guitarra eléctrica son más saltantes en varios de los momentos más
emocionalmente intensos. También hay invitados en voces (la niña Sylvia Ekström
tarareando “Danny Boy” sobre una secuencia básica de acordes de piano en el
prólogo del disco, Jean-Louis Rebut emulando a un castrato sobre las capas
finales de sintetizadores), violonchelo (Jean Restori) y congas (Xavier Dubuc).
Con todo esto, la estructura programática del material puede proyectarse a
favor de un realce de lo épico dentro del estilo sinfónico-espacial del grupo. ¡Y
vaya si el grupo logra concretar su cometido con creces! Los variados pasajes
musicales se engarzan sucesivamente en fluidas transiciones que van desde la
introspección nebulosa (‘Sorrow In My Dreams’, la sección introductoria de
‘Tired Answers’) hasta la agresividad inescrutable (la densidad tribal de ‘Fear
Of Frost’, la sección rockera de ‘Tired Answers’), y de allí a la conmovedora
vulnerabilidad del alma desnuda ante sí misma (las partes cantadas de ‘Lone Fantasy’,
‘Colours Of My Childhood’) y a lo terrorífico (sutil en el prólogo de ‘Lone Fantasy’,
manifiesto en los paisajes oníricos de ‘Misty Garden Of Passion’). La capacidad
que muestra el grupo por hacer todos estos pequeños viajes con tanta soltura y
naturalidad es una muestra de cuán fuerte es su compenetración como ensamble,
así como de su capacidad para hilar diferentes ideas en una esfera sonora
compacta. Por supuesto, este espíritu global no quita que se den momentos de
impresionante lucimiento: ahí están los Frippianos delirios guitarreros de Gandil
en ‘Tired Answers’, y también las maravillas que hace Roman con su Mini-Moog que
va flotando en el aire organizando una danza de espíritus torturados a través
de la ingeniería rítmica y capas orquestadas de ‘Fear Of Frost’. Como dijimos
antes, Richard introduce el clarinete en su agenda de responsabilidades
instrumentales, y realmente sabe hacerlo lucir en la secuencia de ‘Lone
Fantasy’ y ‘Dawn Over Darkness’.
En fin, “Halloween” es una joya musical que
goza de la virtud de traducir en sonido el drama psicológico y emocional de un
viaje hacia senderos insospechados de nuestro entorno inmediato. Si en “The
Strands Of The Future” PULSAR selló su carta de madurez en su búsqueda de una
voz propia dentro de la vertiente progresiva sinfónica, con “Halloween”
marcaron un derrotero para la continua evolución de dicha voz. Es una pena que
“Halloween” no lograra igualar el éxito fonográfico que obtuvo su predecesor,
pero sin duda fue un motivo lógico y poderoso para que sus fans les siguieran
apoyando con firmeza. Habrán de pasar muchos años más para que PULSAR volviera
a sacar un disco al merado, y de hecho, ya era el año 1981, con una obra
compuesta para una pieza de teatro y danza moderna (“Bienvenue
Au Conseil D'Administration”),
pero no ahondaremos en ello, ni tampoco en su largo hiato de los 80s ni en su
retorno en el nuevo milenio. Nos quedamos con su trilogía inicial de “Pollen”,
“The Strands Of The Future” y “Halloween” para reiterar cuán brillante es el
legado de PULSAR para la forja y la instalación de la escena progresiva
francesa.
Muestras de PULSAR
1975-1977.-
Puzzle / Omen: https://www.youtube.com/watch?v=VuNH71B26ng
The Strands Of The Future [fragmento en
vivo en un programa televisivo]: https://www.youtube.com/watch?v=gi9KwDnaUJw
Fool’s Failure: https://www.youtube.com/watch?v=klbI3j7uYHQ
Halloween, Part II: https://www.youtube.com/watch?v=RRkOHkKQKtE
[Este repaso contiene
información originalmente publicada en los siguientes enlaces de La Caja De
Música y Manticornio: http://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/pulsar_pollen.html / http://www.dlsi.ua.es/~inesta/LCDM/Discos/pulsar_halloween.html / http://www.manticornio.com/rock-progresivo/P/PULSAR/strands-of-the-future.php / http://www.manticornio.com/rock-progresivo/P/PULSAR/halloween.php]
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