Monday, February 02, 2015

ENCHANT: más allá de todas las divisorias


HOLA, PROGRESIVOS, LES SALUDA CÉSAR INCA.

ENCHANT volvió al ruedo en el 2014 tras varios años de un período de hiato… y lo hace de la única manera que vale la pena: con un buen disco bajo el brazo, en este caso, “The Great Divide”. Con la formación de Ted Leonard [voz y guitarra], Douglas Ott [guitarras y coros], Ed Platt [bajo], Bill Jenkins [teclados] y Sean Flanegan [batería] vuelve a escena con este nuevo disco bajo el brazo después de que pasaron 11 años del disco de estudio precedente “Tug Of War” y 10 del DVD “Live At Last”. ENCHANT fue uno de los grupos más llamativos del revival progresivo estadounidense de los 90s, entablando puentes entre estándares del prog-metal, el neo-prog y el sinfonismo de vieja escuela con una frescura propia: RUSH, KANSAS, MARILLION, DREAM THEATER y GENESIS eran puntos de referencia peculiarmente amalgamados dentro de esta entidad musical formada en San Francisco a fines de los 80s de las cenizas de un grupo llamado MAE DAE. El grupo, aunque no llegó a igualar la fama de otros grupos progresivos y metal-progresivos de los 90s, contó siempre con una hinchada fiel y creciente. Eso significa que nunca fue olvidado, y ahora que Ted Leonard ha estado fungiendo como frontman de SPOCK’S BEARD en estos últimos años, la esperanza de volver a tener nueva música de ENCHANT se reavivó. Hace un par de años, el bajista Ed Platt anunció que había planes de reunión para la banda: pues bueno, “The Great Divide” es el testimonio de la realización de dichos planes en su rumbo hacia un buen puerto: InsideOut Music fue el sello responsable de poner este disco en el mercado el 30 de setiembre del año pasado. Vayamos ahora a los detalles del disco, ¿vale?


Con un punche inapelable desarrollado sobre un medio tiempo, mezclando grooves y estándares de KARMACANIC, ILUVATAR y el SPOCK’S BEARD post-Neal Morse, ‘Circles’ da inicio al disco con una musicalidad majestuosa. El teclado ocupa una posición particularmente destacado dentro del desarrollo temático, y también hay lucimiento especial para la labor de la batería dentro de la mezcla. Y sobre todo, una pregunta: ¿por qué tiene Ted Leonard que imitar a Neal Morse? Bueno, ojalá sea solamente una ocurrencia específica para esta canción, aunque más bien parece que su registro se ha “alterado” un poco. Las dos siguientes canciones, ‘Within An Inch’ y la homónima, se hacen cargo de proyectar lo que será la serie de coordenadas recurrente para el repertorio global. ‘Within An Inch’ está a cargo de preservar la garra y el punche de la pieza de entrada pero con un dinamismo un poco más contenido, lo cual permite al ensamble trabajar los ocasionales quiebres rítmicos con un mayor énfasis en los contrastes. Otra vez nos regala Jenkins un fabuloso solo de sintetizador que nos remite a los tiempos del primer DREAM THEATER así como a los primeros discos de ARENA. En cuanto a la canción homónima, pues para empezar, se trata de la más larga del disco con sus 9 minutos de duración. Pero sobre todo cabe destacarse su manera de crear y explayarse en atmósferas de relax espiritual en su desarrollo temático, con una dupla rítmica que añade ciertos resabios jazz-rockeros en su labor mientras que las complementaciones entre la guitarra y el teclado nos llevan hacia terrenos referentes a la tradición neo-progresiva británica (MARILLION, PENDRAGON, JADIS). ‘All Mixed Up’, por su parte, vuelve a la dinámica predominante de los dos primeros temas, pero tal vez con un coqueteo más abierto con el paradigma del prog-metal melódico (creando nexos con los alemanes de VANDEN PLAS).

La dupla de ‘Transparent Man’ y ‘Life In A Shadow’ encarna la instancia más popera de este repertorio: establece aires de familia con las pautas más recurrentes del tercer álbum “Break”, y también con la faceta menos sofisticada de SPOCK’S BEARD y, claro está, el aspecto más complaciente del MARILLION del nuevo milenio. Eso sí, no falta el recurso de algunas síncopas ingeniosas en el pasaje intermedio del primero de estos temas, así como sendos emotivos solos de guitarra muy a lo Steve Rothery para los dos. Justo cuando se cierne la amenaza de que el álbum caiga en una suerte de anemia musical, emerge ‘Deserve To Feel’ para gestar una ingeniosa y enérgica combinación de prog-metal y neo-prog, una visión del tipo de musicalidad y nervio al cual parecían aspirar los ARENA en sus discos más recientes pero que no lograban concretar del todo. Bueno, esto es territorio pleno de ENCHANT y ellos cumplen a cabalidad con las exigencias de esta tarea de exploración. Los últimos 15 ½ minutos del álbum están ocupados por la secuencia de ‘Here And Now’ y ‘Prognostication’. ‘Here And Now’ revela ciertos acentos épicos en su modo de ornamentar el bien delineado desarrollo melódico, definido bajo los patrones históricos de ENCHANT (su clásico primer álbum “A Blueprint Of The World”). ‘Prognostication’ – técnicamente, un bonus track – ocupa un espacio de casi 8 ½ minutos, es una arrolladora muestra instrumental de sinfonismo moderno expuesto a su potencia más vitalista, lo cual se debe a los elementos prog-metaleros que entran a tallar dentro de la amalgama sonora.


Resumiendo: lo que los ENCHANT han logrado con “The Great Divide” ha sido un retorno serio y bien constituido, mostrando el buen oficio de siempre a la hora de crear material musicalmente atractivo y plasmarlo con ejecuciones tan enérgicas como limpias. Yendo más allá de la gran divisoria que separa al presente del pasado, Los ENCHANT han vuelto con la pureza de sus ideales progresivos propios intacta.


Muestras de “The Great Divide”.-

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