HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
El
genial y aguerrido grupo mexicano DELTA RED vuelve a la carga desde Querétaro con
su nueva placa fonográfica titulada “Horror Vacui”. El trío de Juan Gándara
[guitarras y electrónica], Martín Corro [batería y electrónica] y Roberto
Petriciolet [bajo] vuelve en pleno al esquema musical originario tras pasar un
tiempo al formato de cuarteto durante la época de “Luz En El Sótano”, que en
algún momento del año 2013 dejó como legado un ítem doble de CD+DVD. Lo que nos
brindan los DELTA RED es una estupenda y electrizante propuesta de música
progresiva donde el vigor y el verdor crean máscaras y arquitecturas sonoras
tan distinguidas como arrebatadoras. La psicodelia, el jazz-rock y el
space-rock se unen en esta propuesta que nunca deja de mostrarse fresca e
hidalga. El material de “Horror Vacui” fue grabado en las temporadas de otoño e
invierno del año 2015 en el estudio Casa Del Sol Naciente, siendo publicado por
Luna Negra y distribuido a dos bandas por Azafrán Media y Musea Records en el
presente año 2016. Veamos los detalles del disco en seguida.
El repertorio del disco se divide en las secciones ‘Horror Vacui 1’ y ‘Horror Vacui 2’, dando la apariencia de que el repertorio se delinea bajo una configuración musical integral. Los primeros 9 ½ minutos de ‘Horror vacui 1’ están ocupados por la dupla de ‘Repulsión’ e ‘Inclusiones Fluidas’. El primero de estos temas es un ejercicio de complejidades rockeras alimentadas por un fuego cibernético sobre una métrica inusual; es como un híbrido entre el KING CRIMSON de los 90s y DJAM KARET en su faceta ambient. Sin llegar a ser ciertamente minimalista, el grupo mantiene el sencillo motif central con una persistencia precisa. En ‘Inclusiones Fluidas’, el trío vira hacia un ágil y extrovertido despliegue de cadencias jazz-rockeras que se arropan grácilmente bajo un manto prog-psicodélico. Por ahora, nada de repulsión pues todo va fluyendo a las mil maravillas, y es por eso que en estas instancias se da el momento idóneo para el arribo de ‘Colapso’. Esta pieza que dura casi 7 ½ minutos está a cargo de concretar una suerte de síntesis de los espíritus predominantes en las dos piezas precedentes, capitalizando particularmente los recursos de sofisticada musicalidad que ya se habían desarrollado fehacientemente en el segundo tema. Tenemos aquí un cénit impetuoso y decisivo del disco, aunque cabe precisar su vigor aguerrido no es exagerado sino que se alimenta oportunamente del groove típico del jazz. Los solos de guitarra están tremendamente bien dibujados, y la coda – a medio camino entre BLACK SABBATH y KING CRIMSON – instaura un cierre sólido para la pieza. Esta sección del disco se completa con ‘Ataraxia’, pieza un poco menos extensa que ‘Colapso’ cuyo groove central comienza con un tenor lento y parsimonioso, continuando así por cinco minutos. Después, el desarrollo temático vira por tránsitos que marcan senderos sonoros desde lo pesado (al modo de LED ZEPPELIN) hasta lo jazz-rockero en un clímax convincentemente rotundo. ‘Ataraxia’ ha logrado completar solventemente el momentum originado por el tema precedente.
El sector de ‘Horror Vacui 2’ empieza con ‘Vacío’, pieza que tiene mucho del talante Crimsoniano que se instauró en la fase 80era, un factor que el grupo traduce a su propia musculatura esencial mientras incorpora también otros elementos inspirados en el tradicional discurso del stoner. Ocupando un espacio de casi 5 minutos, esta pieza tan rica en eclecticismos bien integrados concentra muchos de los aspectos más épicos de ‘Colapso’, lo cual indica inconfundiblemente que esta segunda sección del álbum está diseñada para arrancar con impetuosa magnificencia. Cuando emerge ‘La Mosca’, el trío se dispone a trabajar con una cadencia más sutil pero no a bajar las dosis de fuerza expresiva, sino para proveer a ésta de una luminosidad más ágil. El groove utilizado para el primer pasaje es jazz-rockero con sutiles matices funky, mientras que los guitarreos se mueven igualmente por los territorios de STEVE HILLAGE y de JEFF BECK. Para la parte siguiente, la extroversión rockera reinante se despliega con acrecentada soltura sobre un compás razonablemente complejo. Esto no dura mucho pues pronto emerge una tercera parte en la que el grupo crea una ambientación más sigilosa, como si se tratara de un “versión encubierta” de la segunda. El momento final vuelve a la soltura rockera mostrando una vitalidad exquisita. En estos 11 minutos ocupados por ‘Vacío’ y ‘La Mosca’ nos hemos topado con otro momentum decisivo repertorio, un deleite monumental pletórico de enriquecedoras variantes, pero todavía queda la pieza más extensa del disco, que se titula ‘Metaverso’: ocupa un espacio de 11 ¼ minutos, estando encargada de concluir esta segunda y última sección del disco. Es un hecho que nos complace mucho el que el trío sepa aprovechar el espacio ambicioso de esta pieza, insuflando una generosa cantidad de recursos progresivos a este viaje musical en curso. Las atmósferas que marcan el desarrollo del primer tercio del tema se enraízan en el space-rock al modo de GONG (en su faceta más abstracta) con matices añadidos de DJAM KARET, mientras que un segundo apartado nos lleva hacia una recia versión sofisticada del discurso de la psicodelia progresiva apoyada sobre un esquema rítmico pródigo en tortuosas síncopas. Siendo decididamente más etérea que cualquiera de las dos piezas precedentes, ‘Metaverso’ nos muestra una faceta distinta de la vehemencia inteligente que los DELTA RED convierten en su leitmotiv. La explosión final para el último minuto y ¾ es simplemente electrizante en su lúcida rudeza.
Muestras
de “Horror Vacui”.-
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