Thursday, February 14, 2019

MONO: para todo el mundo desde ningún lugar




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Tenemos muy buenas noticias relativas a la escena musical japonesa: se trata del nuevo disco del cuarteto MONO, el décimo disco para sus 20 años de trayectoria y el primero con el nuevo integrante, el baterista Dahm Majuri Cipolla. El disco en cuestión se titula 
“Nowhere, Now Here” y desde ya anunciamos que se trata de un muy bien logrado muestrario de perfeccionada síntesis de su obra de la época 2006-2012 con algunos atisbos fácilmente identificables de la más robusta línea de trabajo desarrollada en los discos posteriores. El resto de la banda sigue estando conformado por los dos infaltables guitarristas Takaakira “Taka” Goto y Yoda, así como la tambiémn infaltabñe bajista-teclista Tamaki: ella incluso canta en el tercer tema del álbum, lo cual constituye una peculiar novedad dentro de la larga trayectoria de esta señorial banda post-rockera. El disco en cuestión fue publicado en el pasado 25 de enero, tanto en formato de CD como de doble vinilo. El sello alemán Pelagic Records y el estadounidense Temporary Residence Ltd. se hicieron cargo de las respectivas ediciones en CD y vinilo en la repartición de los mercados. Hay ediciones especiales y limitadas de vinilo en colores púrpura traslúcido con manchas blancas, plateado, rojo transparente, blanco con manchas grises y blanco con manchas púrpuras. Esta gente de MONO sí que ha querido hacer una fiesta palaciega y lujosa por su vigésimo aniversario, vaya que sí. Bueno, veamos ahora los detalles del repertorio de este disco.



La miniatura de un minuto y tres cuartos ‘God Bless’ inicia las cosas con un porte minimalista cuya sutil densidad anuncia que tiene dentro de sí el germen de una vitalidad dispuesta a manifestarse en cualquier momento, lo cual sucede cuando se da el arribo de ‘After You Comes The Flood’, un tema monumental que impone el primer punto culminante del disco… así de temprano. Comenzando con una actitud sigilosa, la pieza no tarda mucho en mostrar su musculatura sobre un imponente tempo marcial en 12/8. El señorío de los guitarreos (que se reparten cadencias y bases melódicas) encuentra en la sólida dupla rítmica los cimientos adecuados para que se concrete la expresión fusionada de delirio y meditación. Algún breve solo de guitarra refuerza esta aureola bien definida, pero sobre todo, está allí el nervio de la batería en su permanente compenetración con el retorcidamente distorsionado bajo. ‘Breathe’ sigue a continuación para establecer un notorio contrapeso frente a la pieza precedente: ahora estamos en terreno de exploraciones góticas para un motif introspectivo y solemne. Las flotantes capas de sintetizador gestan un aura envolvente sobre el cual el canto de Tamaki expresa una parsimoniosa actitud contemplativa mientras que las dos guitarras entran más tarde para completar el dulce cuadro melódico en curso. Una vez que entra a tallar la batería en compañía de los aportes extra del ensamble de cuerdas, el cuerpo central adquiere una incrementada majestuosidad donde lo reflexivo se convierte en una dorada melancolía. Con sus poco menos de 10 ½ minutos de duración, la pieza homónima resulta ser la más extensa del álbum. ‘Nowhere, Now Here’ se adentra aún más en los insondables vericuetos de las cavernas de la introspección, esta vez bajo la guía de las dos guitarras, quienes inician y desarrollan el primer motif de la pieza. En una primera instancia, la dupla rítmica se une a las dos guitarras para ofrecer un recurso de momentánea garra, pero tras callarse por un rato, el retorno de esa dupla ya implicará la masiva expansión del motif hasta llegar a un punto álgido de místicas descargas eléctricas. Cuando emerge el segundo motif de las cenizas del primer clímax de la pieza, el grupo está preparado para elaborar y organizar uno de los pasajes más intensos del álbum. Es en este momento que el plan de trabajo vira hacia la edificación de una aureola de júbilo y luminosidad donde la acidez inherente al esquema instrumental se erige en herramienta de celebración. Un cénit decisivo del álbum... y tal vez una de las más esplendorosas composiciones de toda la carrera de MONO: nos hace evocar a un híbrido entre el espíritu general de “For Your Parents” y la faceta más vivaz de “Requiem For Hell”.

  

‘Far And Further’ focaliza su centro temático en una vuelta al espíritu flotante que ya habíamos apreciado y disfrutado en el ítem homónimo, lo cual permite al cuarteto explorar con especial ahínco su dimensión lírica. La arquitectura melódica está muy bien definida y la ingeniería rítmica emplea una cadencia sobriamente extravagante cuando llega el momento de mayor intensidad. El carácter medio mecanicista de la coda es un truco muy interesante para concluir la faena de una manera tan efectiva como atractiva. ‘Sorrow’ – otro tema de generoso desarrollo con sus 8 ½ minutos de duración – instaura una especie de capitalización de la sempiterna esencia contemplativa del ideario musical de MONO, esta vez con un tempo más reposado; de este modo, los diagramas melódicos y bosquejos armónicos creados para la ocasión crean una conjunción de las espiritualidades reinantes en las dos piezas previas. Los aditivos orquestales apuntalan la dramática elegancia y la grisácea ceremoniosidad con las que se impulsa el desarrollo temático, siendo así que en su crescendo conclusivo se acrecientan contundentemente las llamas de su hoguera. Las múltiples capas de las guitarras cumplen la doble función de ahogar parcialmente a los otros instrumentos partícipes y revitalizar el motif recurrente con una variante desafiantemente robusta. Mientras todo esto sucede, se cuela por allí un ornamento de sintetizador que añade un matiz modernista al asunto. Otro cénit del álbum, sin duda. ‘Parting’ utiliza el matrimonio de piano y ensamble de cuerdas para plasmar un retrato de nostalgia donde las cavilaciones que el espíritu hace sobre su propio lugar en el mundo se dejan arropar por las nubes y la brisa de un paisaje de ensueño. La exuberancia se impone por sí sola, es verdad, pero no viene mal que en algún breve pasaje se añadan algunos ornamentos armónicos de guitarra. ‘Meet Us Where The Night Ends’ (tema que dura poco más de 9 minutos). Todo comienza con unos efectos de consola donde se crea un loop vocal, el mismo que fundamenta un swing específico sobre el que una guitarra puede armar una escala recurrente como base (un poco al estilo del space-rock). Así se instaura el primer motif de la pieza: solo falta que otra guitarra cree parcos punteos desde el cual se pueda encauzar el esquema melódico en curso, cosa que sucede muy pronto. El grupo íntegro concluye la idea con pulso muy firme hasta que la dupla rítmica se detiene con abrupta precisión, lo cual prepara el camino para el surgimiento del segundo motif. Éste se perfila hacia senderos de fastuosa intensidad mientras se crea un interesante contraste entre el talante ensoñador de los arreglos de cuerda y la metralla hipnótica de la guitarra rítmica. Se nota en el modo en que la dupla rítmica vuelve al frente que esta pieza está dirigiéndose hacia un terreno de rudeza incendiaria, algo que se confirma fehacientemente en la aplastante furia que inspira a los dos últimos minutos del desarrollo temático. Un tema así de electrizante tiene que erigirse como el cénit definitivo del álbum... aunque todavía queda un poco más del mismo por disfrutar.



‘Funeral Song’ rinde honor a su título brindando un clima funerario en base a la solemne confluencia de capas minimalistas de guitarra y los señoriales aportes de las trompetas. El último tema del disco es ‘Vanishing, Vanishing Maybe’, siendo así que sus tristes vibraciones y su grisáceo ensimismamiento parecen exponer la extensión reflexiva del ambiente creado en la pieza inmediatamente anterior. Aunque hay un momento en el que el grupo emplea su habitual estrategia de añadir dosis de intensidad impresionista a un motif bien asentado, esta vez las cosas no llegan a los niveles de fiereza que ya habías mostrado en los temas #6 y #8. Más bien, lo que hay aquí es un explayamiento de varios matices para un paisaje sonoro minuciosamente uniforme, correctamente calibrado para que la inspiración artística que dio origen a la pieza se concrete con una majestuosidad magistral y con un manejo muy medido del esplendor rockero. Aquí concluye la experiencia de “Nowhere, Now Here”, un disco concebido en un tiempo muy preciso desde ningún lugar para mostrar (incluso clamar) al mundo el espacio de renovadas musicalidades que el grupo MONO ha podido conquistar con ,mano firme en esta nueva etapa de su carrera. Sin duda, estos cuatro capitanes del post-rock japonés están en plenas condiciones para seguir ostentando su regia corona dentro del reino de la avanzada rockera mundial. ¡Qué gran disco! 


Muestras de “Nowhere, Now Here”.-

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