Friday, February 08, 2019

DEWA BUDJANA: glorioso viaje musical #11

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Poco antes de que el mes de diciembre del pasado año 2018 llegara a su ecuador, ya era una realidad fonográfica el nuevo disco de DEWA BUDJANA “Mahandini”, una realidad posible gracias al sello MoonJune Records. Este virtuoso y preclaro creador musical indonesio se hizo cargo de las guitarras y los soundscapes contando con el siguiente ensamble de absoluto lujo como apoyo: Jordan Rudess a los teclados, Marco Minnemann a la batería, y Mohini Dey al bajo y el konnakol (un instrumento de percusión étnica del país de BUDJANA). Por supuesto, ya sabemos cuánta química hay entre los enérgicos genios de Rudess y Minnemann por lo apreciado en los discos del trío LEVIN MINNEMANN RUDESS, pero ahora, siendo colaboradores de un artesano excelso de los discursos del jazz-prog y la fusión jazzera con raíces, sus aportaciones gestan matices nuevos dentro de la línea de trabajo de BUDJANA. Otras apariciones importantes en este álbum que tenemos en nuestras manos son las de John Frusciante (cantando en dos piezas y añadiendo guitarreos a una de ellas), Mike Stern (haciendo un solo de guitarra en un tema) y Soimah Pancawati (cantando en un tema). Los siete ítems de este disco fueron grabados en el Steakhouse Studio de Los Ángeles, California, en un solo día: el 24 de enero del 2018. Las labores de sobremezcla y posproducción tuvieron lugar de forma veloz en el estudio doméstico de BUDJANA, el Temple Island Studio, en la capital indonesia de Yakarta. La intervención vocal de Soimah Pancawati fue registrado en otro estudio de Yakarta, y todos los aportes sonoros pasaron finalmente a los procesos de mezcla y masterización en el estudio Dogmatic Sound de Burbank, California, en el subsiguiente mes de marzo. También hay una edición limitada de 300 discos de vinilo, publicada por el sello Shack Media en cooperación con F22 Freiland: se trata de una producción alemana que añade dos bonus tracks, entre ellos, una versión acústica de la pieza homónima. El material fue grabado en el Steakhouse Studio de Los Ángeles en un solo día, el 24 de enero del 2018, con los subsiguientes overdubs y labores de posproducción y masterización en otros estudios, durante el mes de marzo. Bueno, veamos ahora cómo resultó todo.




Veamos ahora los detalles del repertorio de “Mahandini”. Durando poco menos de 6 minutos, ‘Crowded’ da inicio a las cosas con una aureola de imponente elegancia, siendo así que un motif de piano en 15/8 asienta la adecuada ambientación reflexiva para el bloque instrumental. El canto de Frusciante se hace debido eco de esta espiritualidad reflexiva mientras el desarrollo temático adquiere recursos de musculatura mientras va reforzando su posicionamiento. El talante de esta canción se centra en una ceremoniosidad prog-sinfónica. ‘Queen Kanya’ sigue a continuación para recibir los ecos de estilizada ceremoniosidad de la pieza de apertura para capitalizarlos en un esquema musical un poco más sofisticado, tendiendo puentes entre lo progresivo y lo jazz-rockero. Aquí hallamos uno de los solos más fabulosos de Rudess así como un desarrollo de punche en el swing de la dupla rítmica; también hallamos un impresionante ejercicio de cántico rítmico sobre un tempo particularmente complejo. Todo suena como un matrimonio entre los paradigmas del PAT METHENY GROUP y LIQUID TENSION EXPERIMENT: se trata de un cénit del álbum, no nos cabe duda alguna al respecto. La dupla de ‘Hyang Giri’ y ‘Jung Oman’ ocupa un total de 14 ¾ minutos. ‘Hyang Giri’ tiene un enfoque compositivo enraizado en la fusión de base asiática, siendo así que el garbo exuberante de la pieza adquiere una robustez extra gracias al nervio que imprimen los compañeros de BUDJANA. Dicho sea de paso, aquí hallamos uno de sus solos más impresionantes. El canto femenino realza la magia telúrica inherente a este tema. ‘Jung Oman’ se caracteriza por exponer una disposición introspectiva sobre un tempo bastante lento. La guitarra acústica sabe conquistar convincentemente su espacios de lucimiento en medio de otros donde se luce (con refinada autoconstricción) su hermana eléctrica. Las bases de piano realzan eficazmente el carácter evocativo de tan bella composición.



Cuando llega el turno de ‘ILW’ se produce un creativo diálogo entre BUDJANA y Mike Stern, siendo así que a este invitado especial se le reservó el espacio para el primer solo de guitarra. El dinamismo y el vigor que se imponen desde los primeros instantes en base a un swing llamativo y voraz se benefician, a lo largo del desarrollo temático, de los aportes de virtuosismo y refinamiento que los músicos invierten en su perpetua interconexión. Los solos de las guitarras y del sintetizador enriquecen el fuego constante con el que el tema afianza continuamente su garra esencial; la batería de Minnemann sostiene un maderamen fulguroso cuya precisión acentúa el fuego en ciertos momentos. Estamos aquí en un terreno híbrido del legendario JEFF BECK GROUP y LIQUID TENSION EXPERIMENT: BUDJANA se muestra más que dispuesto a explorar terrenos ya recorridos por sus compañeros de viaje. Un pedazo de tema, ¡sí señor! La penúltima pieza del álbum es la que justamente le da título y se caracteriza por encuadrarse dentro de un pleno retorno al área del jazz-fusion con un punche extra lo suficientemente dosificado como para que el desarrollo temático en curso pueda preservar intacta su esencia evocadora. Recuperándose los aspectos más sobrios de los históricos legados de MAHAVISHNU ORCHESTRA y RETURN TO FOREVER, los músicos interactúan con un norte bien definido para el armazón melódico el delineamiento de la atmósfera general. Una mención muy especial debe ir para el fabuloso solo de bajo que nos regala Dey a mitad de camino; también hay un excelente solo de piano eléctrico a continuación, así como un electrizante solo de batería cuya finalidad es la de aportar una cálida rimbombancia a los pasajes finales. ‘Zone’ cierra el repertorio con una inspección más meticulosa en la faceta contemplativa del ideario musical de BUDJANA. Frusciante vuelve a su ronco y grácil canto: eso y el cariz reflexivo del desarrollo temático nos hacen recordar un poco a la primera canción del álbum, pero ahora estamos ante un ejercicio de jazz-rock melódico con algunos tintes progresivos coloreados a mitad del camimo. El excelso solo de guitarra que crea BUDJANA en el intermedio exorciza al fantasma del maestro ALLAN HOLSDSWORTH: la vitalidad inherente a este pasaje encuentra un efectivo apoyo en los ornamentos del teclado, situados éstos entre lo orquestal y lo cósmico. 


Todo esto fue lo que se nos brindó en “Mahandini”, el glorioso viaje musical que DEWA BUDJANA y sus compañeros de trayecto registraron para nuestro total deleite en las instancias finales del año 2018. Este maestro sigue siendo una figura señera dentro del escenario jazz-progresivo mundial: lo más notable (que no lo único valioso) de este disco específico es que ha permitido al foco estético de BUDJANA adquirir un nuevo vigor, y eso es algo muy bueno. 



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