Monday, February 11, 2019

PAK: la bestial energía del rock experimental estadounidense




HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.


Hoy tenemos la ocasión de prestar nuestra atención en “Bestial”, sexto trabajo de estudio del grupo avant-rockero estadounidense PAK, el cual es liderado por Ron Anderson [guitarras y voz] y cuya actual conformación de trío es completada por Steve Blanco [bajo, sintetizador y voz] y Larry Kwartowitz [batería]. Publicado virtualmente en su blog de Bandcamp a inicios de octubre del pasado año 2018 tras haber sido grabado en sesiones de los días 11 y 12 de setiembre (en el estudio Menegroth de Queens, Nueva York), “Bestial” marca un renovado derrotero de experimentación progresiva para este contingente experimental de residencia neoyorquina. La edición física, tanto en vinilo como en CD, estará a cargo del sello Nefarious Industries en los próximos meses del año 2019, así que realmente su fecha de publicación oficial corresponde a nuestro año actual. Ron Anderson, veterano músico de las vanguardias del rock y del jazz estadounidenses, está por cumplir 60 años en este 2019, pero antes de eso nos ha brindado un nuevo disco de PAK, uno de sus muchos proyectos: PAK surgió a inicios del milenio con la meta de crear una propueasta ecléctica y osada donde confluyen el RIO, el Crimsonismo, el avant-metal, el punk-jazz y la psicodelia. Aunque el instrumento primordial de Anderson es la guitarra, en algún disco de PAK él se pasó al bajo, mientras que en otros compartía el rol con otro guitarrista, y casi siempre, el ensamble variable incluía a instrumentistas de vientos. “100% Human Hair” (2003), “Motel” (2005) y “Secret Curve” (2011) son excelentes y perturbadores hitos de la avanzada estadounidense; ahora, con “Bestial”, Anderson opera con una logística más reducida aunque esto no significa para nada una pérdida de la exuberancia posmoderna que el buen Ron siempre ha tenido como norte. Más bien, ahora el trío de PAK ha desarrollado experimentos renovadores desde el centro de su propio ideario musical, estableciendo coqueteos con el post-rock y el post-metal en más de una ocasión.



Ocupando un espacio de casi 4 ¾ minutos, ‘Attrition’ abre el disco con un ejercicio de exorcismo de brumas psicodélicas sobre la base de un lánguido tempo, al modo de la remodelación de un ambiente stoner dentro de un swing post-rockero. El tempo recurrente de 10/8 sirve para garantizar una oportuna dosis de sofisticación en el parco desarrollo temático, cuyo poderío aumenta a mitad de camino cuando la batería vira hacia un compás más lento. La pesadez deja de ser solamente expresión de oscuridad para añadir densidad al asunto. Luego sigue la dupla de ‘Repent Recoil’ y ‘Prophesies Of The Sybil’, la cual sirve para que el ensamble triádico explore nuevas situaciones sonoras. ‘Repent Recoil’ se orienta por senderos de vibrante extroversión mediante el empleo de un swing bastante ágil en base a un esquema rítmico complejo. Lo que suena se sitúa muy oportunamente en una encrucijada entre el math-rock, el paradigma Crimsoniano de los dos últimos decenios y el metal experimental. La vitalidad emitida por los tres instrumentos en su señorial y bien afiatada comunión casi se puede tocar con las manos, el fuego majestuoso que brilla en esta hoguera musical caliente el ambiente que rodea al oyente. ‘Prophesies Of The Sybil’, por su parte, hila una excitante fusión de avant-metal, post-metal y punk-jazz dentro de una ruda amalgama progresiva. El esquema de trabajo siendo tan extrovertido como el que se empleó para la pieza precedente, mas ahora el espíritu y el talante se sienten ásperos y broncos. Los músicos manejan con impoluto nervio el despliegue de toda esta aguerrida expresividad dentro de un groove persistentemente exigente en lo referente a sus variaciones. Estos dos temas son puntos culminantes del repertorio de “Bestial”, y lo mismo vale decir del tema que viene a continuación, el cual se titula ‘Chiaroscuro’. Para esta pieza que dura poco menos de 6 minutos, el grupo se dispone a adentrarse ciega e incondicionalmente al estándar del post-rock para explorar sus potencialidades más oscurantistas. La composición es minimalista en su estructura pero se nota que el grupo juega con los silencios para crear un espíritu de tenebrosa expectativa: esos silencios tienen un filo muy preciso cuales dagas invisibles que cortan sin piedad a las áreas más pretendidamente certeras de la conciencia. 



‘Sub Specie Aeternitatis’ se focaliza en aires stoner para remozarlos con una punzante parsimonia desde la cual los impulsos de lo nebuloso adquieren una prestancia imponente. Los guitarreos son muy precisos en su grandilocuente aridez mientras la batería deja mostrar algo de su latente gracilidad en medio de su adusta exhibición de potencia. Durando poco más de 10 minutos, ‘Reflection Consumer’ reincide en el factor stoner que fue decididamente predominante en el tema anterior pero enriquece su sistemáticamente neurótico viaje musical con elementos de no-wave, avant-metal y psicodelia free form. El engranaje sonoro es torturado, fastuoso y vigoroso; las dosis de furia empleadas por los instrumentos son contundentes e prepotentes. Los momentos de canto airado enfatizan esa aura prepotente: ya no reina aquí la oscuridad sino un denuedo que vocifera su fuego interior para mostrarlo al Dios Sol a modo de insolente desafío frente a las fuerzas superiores. Los últimos 13 ½ minutos del disco están ocupados por el tema titulado ‘Triskaidekaphobia’, el cual principalmente se dedica a condensar los esquemas de trabajo más áridos que se han hecho presentes en el repertorio precedente dentro de una síntesis tan variada como cohesiva. (¿A propósito, el título no será un homenaje al legendario grupo belga PRESENT?*) El primer cuerpo se centra en una mezcla de pesadez psicodélica y stoner mientras que el segundo se enfila hacia un híbrido de avant-metal y punk-jazz; aquél inicia las cosas con un talante belicoso remodelado bajo una ingeniería precisa, éste se sitúa en una dialéctica de orden y caos mientras el complejo esquema rítmico se asienta con una magia oscurantista. Los ornamentos de sintetizador, cuando entran a tallar, crean un ingenioso contrapunto a las metrallas terminantes de la guitarra. Justo alrededor de la frontera del séptimo minuto y medio, Anderson nos regala el que tal vez sea el solo de guitarra más impresionante del disco. Justo cuando este solo termina, el ensamble rebobina su delirio rockero para derivar todo hacia un extremadamente denso ejercicio de noise-rock con ciertos ribetes post-metaleros. De este modo se dibuja el mapa de la última sección de esta pieza, la cual es dominada por efectos de guitarra y de sintetizador: ellos manejan un cuadro de deconstrucción y misterio mientras reflejan un aire de paulatina disolución en la nada. 



Todo esto fue lo que se nos ha brindado con “Bestial”, un catálogo de robustas excursiones musicales que ostentan vibraciones oscuras, exaltaciones sórdidas y plenitudes vitalistas, todo ello sin descanso: la gente de PAK se ha lucido a lo grande con este disco, el mismo que fue promocionado sesudamente en una gira francesa entre fines de octubre e inicios de noviembre del año pasado. En dicha gira se vendía pegatinas con la imagen del álbum mientras aún quedaba pendiente su futura edición física. En cuanto a sus próximas actividades, hay una gira a punto de iniciarse que no solo incluirá diversos escenarios de su país sino también actuaciones en México. Este nuevo disco vale la pena, claro que sí. 



Muestras de “Bestial”.-
Triskaidekaphobia: https://ronanderson.bandcamp.com/track/triskaidekaphobia


* En realidad, el título de la pieza en cuestión es un homenaje a Arnold Schönberg, tal como nos indica el propio Ron Anderson. 

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