HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy tenemos el honor y el agrado de presentar el nuevo disco del maestro veterano del rock progresivo británico DARRYL WAY, el cual se titula “Destinations” y fue publicado por el sello Right Honourable Records el pasado 14 de febrero (sí, en el más reciente Día de San Valentín). En este disco que desde ya nos aventuramos a calificar como uno de los más bellos y refinados de la producción progresiva hecha en estos primeros meses del año 20020, WAY toca su arsenal de violines eléctricos, teclados, guitarras y programaciones de ritmos, además de ser el autor exclusivo de los 10 temas aquí contenidos. Le acompañan el bajista Richard Mead y el baterista Pete Skinner. El disco en cuestión ya tenía terminado su proceso de postproducción a fines del año pasado, y así aparece registrado en los créditos de la contraportada, pero recién en este año salió a la venta. A estas alturas del partido, el gusto de WAY por el rock melódico y versátil bajo pautas progresivo-sinfónicas no es novedad, pero nos complace sobremanera que la diversidad sonora desplegada a lo largo de este álbum nos muestra a un músico y compositor que aún cuenta con mucha frescura creativa en su mente y su espíritu. Bueno, ya va siendo hora de que nos detengamos en los detalles de “Destinations”.
En fin, “Destinations” nos ha brindado un catálogo maravilloso y hermoso de trayectos musicales que irradian diversidad y estilización dentro de su esencia progresiva de siempre. Nos queda claro que DARRYL WAY se ha vuelto a lucir como compositor e intérprete dentro de sus propios parámetros estéticos. Sin brindar algo realmente nuevo dentro de su muy amplia trayectoria, este disco hace infinita gala de ingenio melódico y, como tal, resulta totalmente recomendable para cualquier buena colección de rock artístico (o de rock, en general).
El primer tema del disco, titulado ‘Downtown LA’, se abre
paso con un talante fulguroso que irradia vibraciones heroicas y algarabía. El vitalismo
y el gancho de esta pieza afirman desde el primer instante que se trata del
inicio perfecto para el álbum. Acto seguido llega el turno de la dupla de
‘Metropolis’ y ‘The Stars’. El primero de estos temas mencionados sigue las
huellas de la luminosidad optimista y celebratoria del tema de apertura, pero
esta vez le añade un toque extra de señorío progresivo en lo que respecta al
fluido preciosismo con el que se desarrolla el índice melódico en curso. El colorido
resultante de las combinaciones y entramados armados por las líneas de violín y
los solventes esquemas orquestales de los teclados nos transporta hacia el
primer punto culminante del álbum. En cuando a ‘The Stars’ – un tema bellísimo –,
WAY decide virar hacia una dimensión introspectiva y nostálgica, haciendo que el
siempre reinante señorío del preciosismo sinfónico se deje envolver por una
atmósfera ensoñadora. Ésta se alimenta adecuadamente de ciertos matices cósmicos aportados ocasionalmente por las capas de teclados. No es realmente tristeza lo que se destila a través del
núcleo melódico de esta pieza, sino una añoranza de algo que dejó su imborrable
huella de luz en los pensamientos inquietos agrupados en lo más recóndito del yo. Repetimos: se
trata de una pieza bellísima, tal vez la más cautivadora del álbum. El cuarto tema del repertorio se titula ‘The
Wild West’ y es el más extenso del mismo con sus 6 ¼ minutos de duración. Ya desde
el título mismo se nota que WAY quiere explorar aquí los senderos de las bandas
sonoras de las películas western, y
nuestras sospechas se confirman de inmediato cuando nos dejamos llevar por la
magia misteriosa y sobriamente densa que dirige al desarrollo melódico. Hay un
breve intermedio en el que las cosas se intensifican para armar un instante de
refrescante esplendor en medio de una pieza que se destaca por explorar
ambientes ceremoniosos. La verdad que esta secuencia de los temas segundo al
cuarto ha consistido en un clímax musical perpetuo, y las cosas seguirán
resultando magníficas cuando llegue el turno de ‘A Rainy Day In Vienna’.
En efecto, ‘A Rainy Day In Vienna’, el quinto tema
del álbum, explora el candor nostálgico heredado de ‘The Stars’ pero no con
tantas vibraciones cósmicas en el trasfondo de su desarrollo temático, sino con
un arrebato nostálgico que guía al mismo. Podemos notar algunas confluencias
Genesianas y afluencias del patrón de JEFF BECK en el modo en que el esquema
melódico se explaya en su magnificencia esencial cuando, a mitad de camino, su groove
se agiliza sobriamente. Otro momento particularmente destacable dentro de “Destinations”.
‘The Restless City’ entra a tallar para retomar los aires de trepidante centelleo
que ya vimos plasmados en la pieza de apertura, desarrollando un inspirado
enfoque sinfónico sobre un armazón rítmico que tiene mucho de country-rock. ‘Riviera
Blue’, por su parte, exhibe una aureola relajante en base a un discurso
fusionesco de inspiración mediterránea. Jazz-prog amable con efectivos solos de
guitarra y violín, más algunos coquetos ornamentos percusivos para darle una
robustez elegante al compás. Con la tríada final de ‘Antigua Bay’, ‘Freedom
Road’ y ‘Mystic Mountain’ se completa el despliegue caleidoscópico proyectado a
lo largo y ancho del álbum. ‘Antigua Bay’ ostenta una espiritualidad más
celebratoria, pero prosigue en buena medida con la estrategia de trazar la
estilización melódica propia del sinfonismo dentro de un esquema de
predominantes resabios jazz-fusionescos. A mitad de camino, el talante jubiloso
se acrecienta mientras la maraña instrumental se torna un poco más sofisticada.
‘Freedom Road’, va por otro lado; despliega un vigor rockero alimentado por una
estilización rotunda que no es para nada ajena a la faceta más extrovertida del
viejo paradigma de CURVED AIR de los primeros álbumes. Muy bien podemos
señalarlo como el tema más autoafirmativo del disco. Su gancho es patente pero,
que conste que es manejado con la debida exquisitez estética que se espera de
un veterano del rock progresivo. En fin, ‘Mystic Mountain’ pone un precioso
broche de oro al disco al recuperar la dimensión evocadora y nostálgica que
antes apreciamos en ‘A Rainy Day In Vienna’, proveyéndola de una renovada
fastuosidad. La causa principal de ello está en la emotividad penetrante que
brota del violín de WAY, quien se reservó sus solos más conmovedores para este
último tema.
En fin, “Destinations” nos ha brindado un catálogo maravilloso y hermoso de trayectos musicales que irradian diversidad y estilización dentro de su esencia progresiva de siempre. Nos queda claro que DARRYL WAY se ha vuelto a lucir como compositor e intérprete dentro de sus propios parámetros estéticos. Sin brindar algo realmente nuevo dentro de su muy amplia trayectoria, este disco hace infinita gala de ingenio melódico y, como tal, resulta totalmente recomendable para cualquier buena colección de rock artístico (o de rock, en general).
Muestras
de “Destinations”.-
Metropolis:
https://www.youtube.com/watch?v=i_kz9--6vg8
The Stars: https://www.youtube.com/watch?v=6S-pXNKUW3M
The Wild
West: https://www.youtube.com/watch?v=HDvDpr35D9Y
Freedom Road: https://www.youtube.com/watch?v=vvIDne9aeQ4
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