Sunday, May 17, 2020

QUEL CHE DISSE IL TUONO: un nuevo juego de espejos progresivos



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos el disco debut de la banda italiana QUEL CHE DISSE IL TUONO, fundada durante los primeros meses del año 2018 por la guitarrista Francesca Zanetta tras el cisma que se produjo entre ella y el resto de la aún activa banda UNREAL CITY. Ahora, con esta nueva misión musical que Zanetta y sus nuevos compinches se han trazado dentro de la escena progresiva italiana actual, QUEL CHE DISSE IL TUONO ya tiene su disco “Il Velo Dei Riflessi” como una realidad concreta desde el pasado 20 de marzo, habiendo sido publicado por el sello AMS Records. La línea de trabajo aquí plasmada es retro-progresiva con un énfasis en la faceta más aguerrida de la tradición italiana (MUSEO ROSENBACH, ALPHATAURUS, IL BALLETTO DI BRONZO), lo cual supone, a su vez, establecer algunos aires de familia con IL BACIO DELLA MEDUSA, IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE, LE PORTE NON APERTE, UBI MAIOR, y cómo no, UNREAL CITY. Zanetta dio inicio al grupo juntándose con Roberto “Berna” Bernasconi [bajo y primera voz] y Alessio Del Ben [batería, percusión, teclados y coros]; poco después, el ensamble se completó con el ingreso de Niccolò Gallani [piano, teclados, flauta y coros], procedente de CELLAR NOISE. Dentro de la logística grupal, Zanetta también toca algo de sintetizador. Este disco que hoy comentamos es una obra conceptual sobre la esquizofrenia emocional del ser humano, la repulsión de sus propios lados oscuros y el arduo camino a la aceptación de sí mismo: por ello, las imágenes metafóricas de espejos y reflejos son recurrentes en la secuencia de las cinco piezas que completan el repertorio del álbum. El mismo título del disco juega con esta paradoja de mostrar y ocultar el propio reflejo. Cuatro de las cinco piezas contenidas en este disco oscilan generosamente entre los 9 ¼ minutos y los 13 ¾ minutos de duración: se nota que el grupo quiere jugar a lo grande con sus esquemas musicales desde el punto de partida. Repasemos ahora los detalles de “Il Velo Dei Riflessi”.


Comenzando con el ruido de un trueno distante, ‘Il Paradigma Dello Specchio (Primo Specchio)’ abre el disco comenzando con el despliegue de una aureola ceremoniosa y lánguida, para luego abrir camino a expresiones más aguerridas y robustas, todo ello mientras se preserva cuidadosamente el lirismo dramático que signa a todas las variantes melódicas y ambientaciones que se van sucediendo dentro de una diversidad bien afiatada. En su último tercio, la actitud de la canción se vuelve enfáticamente solemne, siendo así que la atmósfera se siente grisácea e inquieta: el inteligente empleo de capas y orquestaciones sobrias de los teclados junto al armado de un grácil solo de guitarra de cierto talante Floydiano, ayuda bastante a crear una sensación introspectivas en medio de la musculatura sónica. Un buen inicio de álbum, sin duda, y que ciertamente marca a la pieza siguiente, ‘Figlio Dell’Uomo (Secondo Specchio)’, pues ésta comienza con una parsimonia efectiva e intrigante. A poco de pasada la frontera del segundo minuto y medio, las cosas viran hacia un dinamismo notoriamente más luminoso, acentuado por un más que interesante diálogo entre la guitarra y el sintetizador. Mientras las dosis de extroversión expresionista van aumentando, también lo hace el músculo rockero, el cual no abandona al bloque sonoro ni siquiera cuando vuelven a encauzarse los pasajes parsimoniosos. Poco antes de llegar a la frontera del sexto minuto, emerge un interludio de tenor manierista cuyas sutil aureola sigilosa pronto abre campo a la expansión de otro más aguerrido. El epílogo redondea el núcleo temático con un pulso contundente, siendo predominante el rol de los teclados tanto en el solo central como en las bases armónicas. Un muy buen tema que conforma un clímax decisivo para el repertorio. ‘Chi Ti Cammina Accanto? (Terzo Specchio)’ es una balada sinfónica cuyos laterales aires bucólicos son acertadamente acentuados por las intervenciones de flauta en los momentos más suaves. La espiritualidad de esta canción es patentemente melancólica, mas se nota en los arreglos melódicos y armónicos que el grupo quiere hilar un ropaje grácil y suntuoso para aquella melancólica reinante, añadiéndole un cariz contemplativo. 


Los dos últimos temas del disco son los más extensos del mismo, y en buena medida, cargan sobre sus espaldas la mayor parte del dramatismo cálidamente expresivo en torno al cual gira el catálogo. ‘Il Bastone E Il Serpente (Quarto Specchio)’ comienza con un prólogo expansivo y vitalista donde se concreta un interesante contraste entre las estilizadas intervenciones del sintetizador solista y las recias intervenciones de la guitarra, todo ello sobre un regio groove armado por la tríada de órgano, batería y bajo. Para la emergencia de la primera parte cantada, todo se vuelve más lento y ceremonioso pero sin perder casi nada del vigor precedente. En un momento así, volvemos al territorio de la segunda pieza del disco, pero la suntuosa maraña de motivos instrumentales que se van hilando a través de diversas atmósferas que van de lo denso a lo ágil con perfecta fluidez, el grupo gesta un pico glorioso de ingenio progresivo dentro del álbum. Otros pasajes lentos ayudan a la pieza a realzar toda la versatilidad de su dramatismo melódico. El carácter señorial del último motivo impulsa un epílogo envolvente y apasionado desde el cual el grupo explora a placer las dimensiones más refinadas de su magnetismo lírico. Hemos disfrutado mucho de esta pieza pero todavía nos queda ‘Loro Sono Me (Catarsi’, la cual dura más y ostenta mayores dosis de complejidad musical. Los bloques temáticos se van sucediendo con exquisito frenesí y la opulencia de los compases inusuales utilizados para la mayor parte de ellos genera una sensación de neurótica inquietud, como si se quisiera escapar de alguna fuerza amenazante y misteriosa con el fin de llegar a un lugar de luz para que la susodicha amenaza desaparezca. Algunas secciones ostentan un aura gótica que nos recuerda a A PIEDI NUDI mientras que ciertos pasajes pesados nos remiten a enfoque más ácidos propio del prog pesado. Cuando emergen nuevas vibraciones para la instauración de la primera sección cantada, el cuerpo melódico expone una mezcla de cándida serenidad y arcanas vibraciones otoñales. La aureola etérea situada entre lo palaciego y lo pastoril, la misma que emana del bloque de mellotrones, sintetizador y clavicordio, ostenta una atmósfera introspectiva cuya calidez inherente es muy patente. Luego sigue un interludio de talante barroco, que es en realidad un puente hacia una sección ampulosa sobre un compás de 5/4 que respira una cierta tensión y, a la vez, se insinúa un fulgor casi celebratorio. La segunda sección cantada emerge sobre un swing tribal que anuncia el pronto arribo del majestuoso epílogo con el que habrá de terminar la canción. El último sonido es el mismo trueno distante que dio el impulso inicial a la primera canción del álbum; así pues, esta canción no solo brinda el clímax decisivo e idóneo para un disco marcado por un despliegue incombustible de grandilocuencia desde su punto de arranque, sino que también cierra su círculo temático con una adecuado efectismo.   

Todo esto fue “Il Velo Dei Riflessi”, un disco que reivindica a lo grande a la guitarrista y compositora Francesca Zanetta en esta nueva etapa de su carrera en el paisaje actual del rock progresivo italiano, y por supuesto, lo principal es que pone al colectivo de QUEL CHE DISSE IL TUONO en un sitio preferente dentro de la escena progresiva del presente año 2020. El grupo ha diseñado un exquisito juego de espejos marcado por una incansable ampulosidad caleidoscópica dentro de un discurso netamente prog-sinfónico. Este disco contiene suficientes dosis de vigor y densidad dramática como para no dejar indiferente a nadie: lo recomendamos totalmente. 


Muestras de “Il Velo Dei Riflessi”.-
Figlio Dell’Uomo (Secondo Specchio): https://www.youtube.com/watch?v=YvDGT4c2CRg

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