Wednesday, May 25, 2022

El castillo progresivo del cuarteto noruego TENDERTON

 


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión se da el turno para el nuevo disco del ensamble progresivo noruego TENDERTON, el cual se titula “The Chateau y fue publicado el pasado 29 de abril de forma independiente. La alineación de TENDERTON conformada por Arild Hammerø [guitarras eléctrica y acústica], Marius Simonsen [batería, campanas tubulares, marimba, vibráfono y otras percusiones], Haakon-Marius Pettersen [órgano, clavinet, piano eléctrico Fender Rhodes y mellotrón] y Morten Kvam [bajo] se ha lucido a lo grande con este disco que sucede por seis años a su homónimo disco de debut, el cual había causado cierto furor en las redes progresivas. En los dos primeros temas de este álbum entra en acción el guitarrista Ronni Le Tekrø como invitado especial. El material contenido en “The Chateau” fue casi totalmente grabado en el Studio Nyhagen, ubicado en la localidad de Boverbru, en octubre de 2020, añadiéndose más sesiones en los Brageveien Studios de Oslo poco tiempo después. Los ingenieros de sonido que apoyaron este proceso son Kjartan Hesthagen y Øyvind Røsrud Gundersen, siendo este último también el encargado de la mezcla, así como de compartir el rol de productor junto a los cuatro integrantes de la banda. La masterización posterior a la mezcla fue realizada por Christian Obermeyer en el Strype Audio. Bueno, pasemos ahora a los detalles estrictamente musicales del disco que estamos reseñando ahora.

Las cosas se ponen en marcha con ‘Cat’, un tema de poco más de 7 minutos de duración que comienza estableciendo simultáneamente una serie de atmósferas bucólicas y un despliegue muscular de psicodelia progresiva cuya pesadez se hace sentir genuinamente. Ciertamente, la presencia de este segundo factor se va acentuando mientras avanza el desarrollo temático hasta llegar al punto de llenar todos los espacios con meticulosa exuberancia, eso sí, sin desatarse. Encontramos aquí una hibridación entre ANEKDOTEN, TAAL y MOTORPSYCHO, con algunos matices añadidos del legado de aquellos inolvidables primeros años de NEKTAR. Durando casi un minuto más que el tema inaugural, ‘A Night At The Chateau’ emerge con la misión de jugar con atmósferas más reposadas para arroparlas bajo un manto de crepuscular misterio, siendo así que éste se intensifica notablemente al apoyarse en el evidente talante contemplativo que inunda al esquema melódico y al groove. Que quede claro que no hay atisbo o marca alguna de languidez en este tema, pero sí se advierte que la nocturnidad explícita del entramado sonoro articula y moldea una espiritualidad inquieta. Ya cerca del final, el groove de la batería y los fraseos de la guitarra aumentan sus respectivas dosis de intensidad, con lo cual, la persistente nocturnidad asume algunos matices aguerridos, incluso amenazantes. Siguen adelante los guiños al paradigma de los MOTORPSYCHO, pero en este explosivo clímax concluyente, el grupo va por la senda del heavy prog. El tercer tema del álbum es la miniatura ‘Garden Miracle’, una pieza alegre que ostenta grácilmente su aureola retro-progresiva, brindando un recurso de luminosidad a través de su sencillo esbozo melódico. Lo que percibimos aquí es como si se tratase de una idea perdida de BEGGAR’S OPERA que fue remodelada por los NEKTAR del año 1973 bajo la guía de los TRETTIOÅRIGA KRIGET de los dos primeros álbumes. ‘The Sun’ elabora un cálido y grácil ejercicio de space-rock con fuertes trazos melódicos y un estilizado manejo de las florituras del bajo; nos toma por sorpresa el swing machacón empleado por la batería en las primeras instancias. Los ornamentos y capas de los teclados ayudan a sustentar la fastuosidad de la instrumentación global, haciéndose ello particularmente evidente en los últimos momentos de la primera sección, así como en el carácter urgente y exultante de la sección epilogar.

El final del repertorio viene de la mano del tema más largo contenido en el mismo: ‘Mirror’ dura alrededor de 12 minutos y tres cuartos, siendo ostensiblemente diseñado para finiquitar el álbum con vibraciones épicas. Su cuerpo central sigue por un camino de continuas intersecciones entre el señorío evocador de la pieza inaugural y el vigor eclécticamente estilizado de ‘The Sun’. Hay unos ribetes añadidos de carácter jazz-progresivo que se acercan un poco al paradigma de SARCOPHAGUS NOW y, tal vez también, al de AGUSA. El swing sabe asumir cierta aureola sofisticada a través de su perfilada ingeniería rítmica. En la mayor parte del tiempo, son la guitarra y el bajo quienes aportan los ornamentos más efectivos y reveladores de la estructura compositiva que se va reforzando mientras el jam avanza. Poco antes de llegar a la frontera del séptimo minuto, el espíritu de la instrumentación y el esquema rítmico se asocian en un viraje hacia un ejercicio de heavy prog con tintes space-rockeros. Aprovechando la situación, la guitarra ocupa el centro protagónico y nos obsequia su mejor solo en todo el álbum. Lo que suena aquí es ya como una cruza de AGITATION FREE y RED KITE en clave más melódica, lo cual finalmente aterriza en un terreno sereno e introspectivo que algo tiene de Floydiano (del año 71) sin dejar de lado la influencia de AGITATION FREE: es en este momento que las últimas manifestaciones de luz se proyectan sobre el sonido grupal, el cual se deja llevar de la mano por las primeras brumas de la noche. Es particularmente notable el solo de piano eléctrico que se va luciendo mientras progresa el fade-out... Y nos hace desear que éste no se haya armado más tarde. En menos de 40 minutos, la gente de TENDERTON nos ha brindado un gran ejemplo de la vivacidad perpetua que existe en el escenario progresivo escandinavo de nuestros tiempos. “The Chateau” es un disco que vale la pena conocer y adquirir para disfrutar de lo que tiene que dar esta generación del rock progresivo escandinavo y también mundial.


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