Thursday, May 05, 2022

El gran golpe de gracia del colectivo belga YÔKAÏ

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy se da la ocasión de presentar al ensamble belga YÔKAÏ y “Coup De Grâce”, su segundo trabajo de estudio; éste fue publicado el pasado 25 de mayo tanto en CD como en vinilo (ediciones limitadas en blanco y negro). Este proyecto fue iniciado en mayo de 2011 por el músico y compositor Yannick Dupont en la ciudad de Bruselas, pero recién fue en 2019 que el grupo pudo publicar su homónimo disco de debut. La alineación que participa en este disco consiste en el antes mencionado Dupont [batería y percusión], Jordi Grognard [clarinete, clarinete bajo, saxofón tenor y flauta], Axel Gilain [bajo y sintetizador Moog], Eric Bribosia [piano eléctrico, órgano Farfisa y sintetizador Roland SH], Clément Nourry [guitarra], Fred Becker [saxofones alto, tenor y barítono, y percusión], Louis Evrard [batería y efectos electrónicos] e Ivan Tirtiaux [guitarra]. La propuesta musical de YÔKAÏ se centra en una confluencia orgánicamente ecléctica de jazz-prog, nu-jazz, psicodelia refinada y fusión contemporánea, dando prioridad a climas cinematográficos en la proyección de los arreglos instrumentales. Su primer álbum, titulado igual que el grupo, fue publicado en febrero de 2019 y recibió muy buenas reseñas en blogs dedicados al jazz y al rock de vanguardia. Ahora, con “Coup De Grâce”, este colectivo está presto a afianzar el lugar importante que pronto conquistó dentro de la avanzada de su país para beneplácito de todo el público amante de la música progresiva del nuevo milenio. 

‘Mascotte’ comienza con unas etéreas capas minimalistas cuyas vibraciones cristalinas pronto hallan su contrapunto en un swing machacón que termina introduciendo un motif marcado por una confluencia de nu-jazz, krautrock y space-rock (algo así como una cruza entre NEU!, TORTOISE y los GONG de los dos primeros álbumes). La vitalidad es amplia pero razonablemente constreñida, el fulgor es patente mas no absorbente. Un interludio cósmico entra a tallar antes de que el swing machacón y los plácidos retazos de la guitarra y el teclado vuelvan a imponer su vivaz encuadre. Tras esta estupendo inicio, el siguiente tema, titulado ‘Roubaix’, exhibe un groove moderadamente sofisticado mientras los instrumentos van armando de a pocos una envolvente maraña melódica. La punzante musicalidad del bajo y la grácil labor de la batería se unen en una labor que es, a la vez, arquitectónica y aportante esencial de la estructura temática de la pieza. Lo que suena aquí tiene afinidades con lo que hacen bandas como FONDERIA, CALOMITO y THE GÖDEL CODEX, y algo similar se puede decir del tercer tema del álbum, el cual dura poco más de 8 minutos y medio, siendo el más extenso del disco. Éste se titula ‘Het Bos’ y es un ítem particularmente sofisticado. Su espiritualidad es notablemente más solemne que la de cualquiera de las dos piezas que le precedieron, apelando a una suntuosidad comedida desde la cual se explayan las intervenciones respectivas de los teclados, la guitarra y los vientos. También notamos algún coqueteo con la nebulosidad inquietante que suele ser propia del paradigma del RIO francófono, pero este factor se centra principalmente en el tratamiento de algunos ornamentos sonoros, no en el bloque sonoro en sí mismo. Hemos disfrutado de dos cénit seguidos del álbum, sin duda. La dupla de ‘Laika’ y ‘Amazonas’, siendo dos piezas que duran menos de 3 minutos, sirve para que el grupo siga explorando esquemas sónicos dentro de su particular propuesta progresiva. La primera de ellas se centra en un ejercicio fusionesco marcado por una adustez bien calculada en lo referente a ciertos sonidos de guitarra y de sintetizador filtrados dentro de la sobria multivocidad del ensamble, La segunda, por su parte, ostenta unos matices más futuristas dentro de su explícitamente alegre swing: opera aquí una mezcla de los TANGERINE DREAM de la etapa 180-82 y la faceta más etérea de TORTOISE.

‘Ledeberg’ abre camino a la exploración grupal de tonalidades que ya están completamente reforzadas a estas alturas del partido. Una nueva vuelta de tuerca para la faceta extrovertida y ágil de la banda y una nueva ocasión para desarrollar delicados entramados melódicos arropados por una engañosa sencillez. Imaginemos a unos AKSAK MABOUL arreglando un borrador de una partitura perdida del maestro ENNIO MORRICONE mientras tratan de emular a los TALK TALK de la etapa 1986-88. Algo así de inaudito, así de versátil, así de excelso. Cuando llega el turno de Cheval De Rêve’, el ensamble expone un regreso a su faceta más solemne, aunque todavía preserva algo de luminosidad, una iluminación propia de las últimas horas del atardecer; no hay inquietud, sino melancolía en la espiritualidad manifestada a través del esquema temático en curso. ‘Sentinelle’, a contrapelo de la pieza precedente, exhibe un muy ágil ejercicio de jazz-prog ornamentado con delicadas gamas de una paleta ecléctica de space-rock y krautrock melódico (a lo HARMONIA, también un poco de los CLUSTER del cuarto álbum). El groove tiene cierta complejidad, pero ella está encubierta bajo el exterior motorik que usa la batería como estrategia rítmica. El final del repertorio llega de la mano de la pieza homónima: ‘Coup De Grâce’, en su espacio de 3 minutos y pico, muestra un circunspecto retrato de grisáceas parsimonias envueltas bajo un halo de misterio solipsista, un aire de abandono propio de un epitafio que se marca para indicar la conclusión definitiva de algo. Todo esto fue lo que la gente de YÔKAÏ nos brindó con este disco tan hermoso y elegante como es “Coup De Grâce”, un gran punto de referencia para la avanzada progresiva europea del momento. Recién los acabamos de descubrir, pero vale la pena al 100% explorar en sus dos discos valorarles como portadores de una renovadora fuente de creatividad para nuestro deleite melómano. Totalmente recomendable. 



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