Saturday, January 13, 2024

BILLIE BOTTLE’S TEMPLE OF SHIBBOLETH: símbolo de la vanguardia ecléctica británica de nuestros tiempos

 

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión presentamos al colectivo británico BILLIE BOTTLE’S TEMPLE OF SHIBBOLETH, el cual está liderado por la multiinstrumentista nominal Billie Bottle y cultiva una modalidad progresivamente ecléctica de jazz-rock experimental. Su disco homónimo data de este año 2023, más exactamente, el día 31 de marzo, tanto en CD como en doble vinilo. Además de cantar, la antes mencionada Billie Bottle se hace cargo de los pianos acústicos y eléctrico, el órgano Hammond, el bajo, los sintetizadores, el mellotrón, las programaciones, el flautín swanee y el vibraslap. El quinteto se completa con Viv Goodwin-Darke [flautas, cello, voz, plancha y crumhorn], Roz Harding [saxo alto, voz, flauta dulce, caldera y carillón], Anna Batson [fagot, voz, crumhorn y aspiradora] y Emma Holbrook [batería, platillos, pandeiro, otras percusiones y voz]. La maestra Billie Bottle es una compositora, multiinstrumentista y cantante oriunda de Darlington, Durham, que tiene una trayectoria bastante expansiva dentro de las áreas del rock y el jazz de vanguardia: ensambles como BILLY BOTTLE & THE MULTIPLE y THE GRANITE BAND forman parte de su currículum. En el caso específico de este disco de este ensamble, se trata de un repertorio que se gestó en tiempos de pandemia, cuando empezó a grabarse, proceso que recién se culminó en manos del quinteto en el año 2022 en los Momentum Studios de Plympton, Devon. A lo largo del disco, el grupo recibe la asistencia de un nutrido número de personas colaboradoras: Richard Sinclair (bajo), Martine Waltier (voz), Rowan Porteous (trompetas), Greg Hancock (voz), Hugh Nankivell (viola), Geoff Bartholomew (sintetizador virtual Lyra-8), Amy Howard (saxo soprano), Ivo Stimpson (narración), Kimwei McCarthy (flautín) y George Shilling (programación de ritmos). Hay una edición especial que incluye a “The Mending Tour”, un disco en vivo registrado durante una actuación en el Wiltshire Music Centre. Bueno, pasemos ahora a los detalles de “Billie Bottle’s Temple Of Shibboleth”.


Abre el álbum ‘In The Temple’, canción de claro tenor asertivo con una actitud solemne que, tras una hermosa introducción efímera de flauta, se emplaza en un ejercicio de refinada gracilidad dentro de una arquitectura sónica muy bien definida. ‘Cantus’ sigue a continuación para aportar un aura de estilizada serenidad en medio de una artesanía melódica más compleja que la que se creó para el tema de apertura. La orquestación grupal es más colorida y el factor jazz-rockero brinda una dosis extra de sofisticación a la logística musical. Lo que suena es como un híbrido entre BENT KNEE y la KATE BUSH de 1985. La dupla de ‘The Wash’ y ‘Ironing Days’ sirve para que el ensamble siga explayándose en su paleta sonora. El primero de estos temas mencionados opera con un encuadre de tipo nu-jazz a la hora de perfilar el encantador desarrollo melódico creado para la ocasión, el cual bien se puede describir como un ejercicio de RIO optimista. Los arreglos de vientos resultan cruciales para dar un vigor especial a la versátil gracilidad que inunda a la pieza entera. En cuanto a ‘Ironing Days’, se trata de una balada tan suntuosa como misteriosa, nada modesta a la hora de hacer gala de su esplendor esencial mientras revela una espiritualidad discreta que parece cubrir algo serio bajo su superficie. Hay un solo de sintetizador bastante evocador que emerge a mitad de camino mientras la flauta ornamenta suavemente las bases armónicas del mismo. La miniatura de medio minuto ‘The Melting’ exhibe un juego aleatorio marcado por un talante dadaísta. A partir de allí, ‘The Mending’ – el tema más largo del álbum con sus casi 9 ¾ minutos de duración – instaura un viaje ecléctico por varias áreas del jazz-fusion y el avant-prog, siendo así que lo celebratorio y lo lúdico son lo que prevalece en el armado de los sucesivos que grooves que tienen lugar. De todas maneras, no es frivolidad sino una inescrutable seriedad lo que dirige los variados centros temáticos, pues todos los recursos de algarabía y humor circense que se van sucediendo tienen latente unos traqueteos de inquietud que, sin importar cuánto tiempo esperemos a que lo hagan, nunca salen a flote. El viraje a una cristalina y serena calidez que gesta la sección epilogar supone un efectivo contraste frente a lo que sucedió anteriormente. La consistente magnificencia de las diversas dinámicas surgidas entre las instrumentistas realmente exigía que este tema fuese tan largo como es. 

El tema #6 nos parece el culmen del disco, no nos cabe duds alguna al respecto... Pero que conste que todavía quedan muy buenas cosas por disfrutar aquí: sigamos. ‘The Brewing’ es un minúsculo bosquejo abstracto que termina con un ceremonioso solo de saxofón, el mismo que abre la puerta al siguiente tema, titulado ‘The Mead’, el cual comienza asentado en lo introspectivo con especial tesón, estando los parcos acordes de piano a cargo de dirigir el armado de la atmósfera colectiva. Más adelante, el tema evoluciona hacia una suntuosidad fulgurosa donde convergen el legado del Canterbury y el del avant-jazz de fines del pasado milenio e inicios del presente: de este modo, se concreta un colorido razonablemente ágil. La coda de piano y flauta, reminiscente de la sección inicial, es bastante bella, y si se quiere, también bastante intrigante. ‘Black Swan’ es extrovertida desde el punto de partida, fluidamente organizada bajo una llamativa confluencia de jazz-pop y nu-jazz: imaginemos una cruza entre GOGO PENGUIN, GROVER WASHINGTON JR. y SHADOWFAX. La miniatura de poco más de medio minuto que se llama ‘The Harvest’ es una coral amable y evocadora. De esta manera, nos preparamos para lo que viene a través de los últimos 14 ½ minutos (o casi) del repertorio, ocupados por la dupla de ‘The Wolf’ y ‘The Rest’. En el caso de ‘The Wolf’, tenemos una exhibición de gentiles vibraciones contemplativas que hallan sus oportunos ornamentos jazz-progresivos a lo largo del camino. Dichos ornamentos se sitúan a medio camino entre las agitaciones oscurantistas propias del paradigma de UNIVERS ZÉRO y la magia caleidoscópicamente bizarra de ZAPPA, y logran concretar un boato densamente rotundo. Con la coral que anticipó a esta pieza se arma su propia coda, cerrándose así el cénit final del álbum. En cuanto a ‘The Rest’, se trata de un regreso a la dimensión más solemne de la visión musical de Bottle. Siendo una balada arropada bajo un manto etéreo y sostenida sobre un swing lánguido, tenemos la oportunidad de dejarnos envolver por la suave neblina retratada por artefactos sonoros. Todo esto fue “Billie Bottle’s Temple Of Shibboleth”, todo esto fue lo que aportó la gente de BILLIE BOTTLE’S TEMPLE OF SHIBBOLETH para la vanguardia ecléctica británica de nuestros tiempos. De lo mejor que se nos ha brindado desde el gran escenario de la avanzada progresiva para este año 2023 que se nos va. ¡¡Totalmente recomendable!!
 
 
Muestras de “Billie Bottle’s Temple Of Shibboleth”.-
Cantus: https://billiebottle.bandcamp.com/track/cantus 
Ironing Days: https://billiebottle.bandcamp.com/track/ironing-days
The Mending: https://billiebottle.bandcamp.com/track/the-mending
The Wolf: https://billiebottle.bandcamp.com/track/the-wolf

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