Friday, June 18, 2010

"In Case Of Loss...": el rédito progresivo de AREKNAMÉS para 2010







HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Nos llegan más buenas nuevas para la escena progresiva italiana: AREKNAMÉS está de vuelta cuatro años después de su épico segundo disco de estudio “Love Hate Round Trip” y nos trae esta nueva joya retro-progresiva titulada “In Case Of Loss…”. El cuarteto dirigido por el teclista-cantante Michele Epifani mantiene una esencia estilística consistente en lógica conexión con la propuesta que la banda ha venido cultivando desde su álbum debut pero es claro advertir que en comparación con la densidad sombría y épica del “Love Hate Round Trip”, los matices preferentemente reasaltados en “In Case Of Loss..” resultan más luminosos en las de por sí emocionalmente oscuras composiciones. VDGG y PETER HAMMILL siguen siendo los principales referentes de influencia dentro del esquema compositivo que Epifani plantea en la dirección musical de la banda. Para este nuevo material, los guitarreos reducen su nivel de intensidad en la mayor parte del tiempo, y más bien se permiten dar más espacio a la elaboración de texturas: menos IOMMI y más HACKETT, por así decirlo. Y bueno, ya que estamos notando estos detalles, también se advierte que los teclados y el canto de Epifani agilizan sus aportes dentro del entramado sonoro.

‘Beached’ abre los primeros casi 7 minutos del disco con un muestrario de ágil space-rock portador de un swing llamativo, tal vez incorporando elementos del PORCUPINE TREE pre-“In Absentia” (y algo del RADIOHEAD maduro de nuestros días). El ambiente general de la pieza es agradable y contagioso, con una luminosidad que va a contrapelo de la abrumadora desesperación nihilista que había inundado el repertorio del “Love Hate Round Trip”. ‘Alone’ y ‘Dateless Diary’ sí guardan una relación más directa con el espíritu explosivamente sombrío del mencionado segundo disco. El primero, tras comenzar con lo que parece uan secuencia de cajita musical, establece un dinamismo muy nítidamente vandergraffiano con un inteligente manejo de razonablemente complejas secuencias rítmicas matizadas con cadencias jazz-rock (al estilo de “Godbulff”), mientras que los arreglos de saxos añaden una prestancia colorida al asunto. Por su parte, ‘Dateless Diary’ genera un despliegue de matices progresivos más envolventes, logrando así balancear las vibraciones cáusticas inherentes a la pieza anterior con estas dos canciones que acabo de mencionar siento que el fade-out llega demasiado pronto. ‘Don’t Move’ encarna el que se puede calificar como el momento más cálido del disco: se trata de una balada progresiva que tiene más que ver con la explícita faceta romántica de HAMMILL que con las semblanzas atormentadas que el estándar VAN DER GRAAF suele mostrar en bloque. A pesar de la existencia de ciertos pasajes intensos a lo largo de su tema central, prevalece una aureola etérea a lo largo de la pieza que resulta cautivadora (atención a esos cristalinos fraseos emitidos por el piano eléctrico), además de una expresión distinta del aspecto introspectivo que también sale a relucir del ideario musical de Epifani. ‘A New Song’ parece recibir una herencia directa de la aureola contemplativa de ‘Don’t Move’ en lo referente a su lenta sección inicial, pero cuando llegamos a la segunda sección, la furia emerge sin empachos ni complejos, muy a lo retro (imaginemos un híbrido de VDGG y GNIDROLOG contaminado de aires a lo DEEP PURPLE y ornamentos a lo GREENSLADE). El clímax resultante es contundente, inapelable, electrizante. ‘Where’ baja un poco (solo un poco) los decibeles a fin de instalar un punto medio entre los temas 1 y 3. La suite ‘The Last Number’, que cierra el disco, es una composición que se somete a los estándares de ambición musical y actitud dramáticamente épica que uno siempre espera de este tipo de expresiones progresivas. El tenor general de esta composición es introspectivo y melancólico, lo cual se nota ya desde los primeros instantes, plasmados en sonoridades sobrias y expectantes: la ambición musical y el dramatismo están allí, pero aquella está marcada por una sobriedad cuidada y ésta se expresa bajo un ropaje de tranquilidad emocional. La presencia de un solo de saxo a la hora de aumentar cuidadosamente la vibración ambiental ayuda a incrementar la aureola de melancolía en varios momentos. Aquí encontramos una bien hilada alternancia de motivos jazzeros y psicodélicos, moderadamente pesados y líricamente sinfónicos. Respecto a lo último, cabe destacar algunos arreglos de violoncello que entran a tallar para crear una ambientación cálida y poética. El clímax conclusivo está muy bien armado, bien a tono con el legado del VDGG 70-71. La coda que cierra la pieza definitivamente tras unos segundos de silencio está ejecutada al clavicordio con una mezcla de barroco y vanguardismo disonante: reconocemos este recurso a lo BALLETTO DI BRONZO, ¿no?

Balance final – tenemos aquí una obra importante para el legado progresivo que se está generando en lo que va de 2010. AREKNAMÉS tiene parte de la responsabilidad de esta buena onda que siento respecto a los lanzamientos progresivos italianos que más han llamado mi atención en esta primera mitad de año.

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