HOLA AMIGOS
DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
MAGMA es un nombre que se impone por sí solo con cada disco nuevo que saca al mercado, y este año 2012 es el momento de “Félicité Thösz”, disco que sacamos hoy a colación y que sucede a “Ëmëhntëhtt-Ré” (de 2009). Si esta penúltima obra era una especie de culminación de la leyenda kobaïana en sus aspectos más típicamente tensos y oscurantistas, el rol de “Félicité Thösz” es el de reconstruir el esquema visionario de MAGMA bajo una luz más optimista, como celebrando el nacimiento de una nueva luz. La acentuación de elementos jazzeros en la labor de la dupla rítmica y el empleo de matices “angelicales” en la mayor parte de los arreglos colares son inequívocos indicios de ello. El repertorio del álbum no es muy largo, ni siquiera llega a los 40 minutos de duración: en total, tenemos aquí la suite homónima de 28 minutos y una pieza autónoma de 4 minutos y pico. La suite ya ha sido presentada en concierto antes de la grabación del disco, como por ejemplo, en la gira que realizó MAGMA en los EE.UU. a fines de 2010. La formación que grabó la suite consiste en Christian Vander, por supuesto, a la batería, piano y sintetizador, el trío vocal de Stella Vander, Isabelle Feillevois y Hervé Aknin, Benoît Alziary al vibráfono, James MacGaw a la guitarra, Bruno Ruder al piano y sintetizador, y Philippe Bussonet al bajo.
MAGMA es un nombre que se impone por sí solo con cada disco nuevo que saca al mercado, y este año 2012 es el momento de “Félicité Thösz”, disco que sacamos hoy a colación y que sucede a “Ëmëhntëhtt-Ré” (de 2009). Si esta penúltima obra era una especie de culminación de la leyenda kobaïana en sus aspectos más típicamente tensos y oscurantistas, el rol de “Félicité Thösz” es el de reconstruir el esquema visionario de MAGMA bajo una luz más optimista, como celebrando el nacimiento de una nueva luz. La acentuación de elementos jazzeros en la labor de la dupla rítmica y el empleo de matices “angelicales” en la mayor parte de los arreglos colares son inequívocos indicios de ello. El repertorio del álbum no es muy largo, ni siquiera llega a los 40 minutos de duración: en total, tenemos aquí la suite homónima de 28 minutos y una pieza autónoma de 4 minutos y pico. La suite ya ha sido presentada en concierto antes de la grabación del disco, como por ejemplo, en la gira que realizó MAGMA en los EE.UU. a fines de 2010. La formación que grabó la suite consiste en Christian Vander, por supuesto, a la batería, piano y sintetizador, el trío vocal de Stella Vander, Isabelle Feillevois y Hervé Aknin, Benoît Alziary al vibráfono, James MacGaw a la guitarra, Bruno Ruder al piano y sintetizador, y Philippe Bussonet al bajo.
‘Ëkmah’ abre la suite homónima con una ceremoniosidad tranquila pero obviamente
imponente, mientras que ‘Ëlss’ y la dupla de ‘Dzoï’ y ‘Nüms’ se encargan de
enriquecer el swing en curso, a la par que crean espacios para el reforzamiento
de las intervenciones corales. El momento de ‘Nüms’ es cálido, incluso
entrañable, lo cual prepara el terreno para que ‘Tëha’ lleve el tenor
predominantemente evocativo de la suite hacia una instancia épica que es, a la
vez, ensoñadora y contundente: Stella Vander se luce enormemente en esta
sección, un elemento vital para la luminosidad sónica encapsulada en ella. Con
‘Waahrz’, la suite hace una parada para reformular su propia vibración
contemplativa bajo el comando de unos estilizados efluvios de piano que fluyen
en el éter con extrema pulcritud. La dupla de ‘Dühl’ y ‘Tsaï!’ vehiculiza la
recapitulación de la fuerza expresiva del ensamble, capitalizándola con un
vigor muy dinámico que se ajusta perfectamente a la musculatura y complejidad
rítmica de la instrumentación así como a la variedad de ambientes “teatrales”.
El estándar de MAGMA se muestra en su más pura esencia. Así las cosas, ‘Öhst’
se pone a cargo de elevar la temperatura sónica hasta niveles explosivamente
climáticos, no rompiendo con el aura contemplativa sino dándole una
magnificencia robustecida: Hervé se luce esplendorosamente en su momento de
protagonismo. ‘Zahrr’ es el breve epílogo que aporta un aire de oscuridad
emocional para cerrar la suite de una forma inesperada, tal vez extravagante,
pero también coherente a su manera.
El disco
concluye con ‘Les Hommes Sont Venus’, una cantata típicamente kobaïana con
tintes renacentistas: sobre una armazón de sintetizador y glockenspiel, una
nutrida coral (a Stella, Hervé e Isabelle se les unen Sandrine Destefanis, Marcus
Linon y Sylvie Fisichella) genera un colorido muy vitalista al asunto sin
hacerse flagrantemente imponente a fin de no destruir el relajado clima general
de la composición. Se trata de un hermoso broche de oro lírico para un álbum
que refleja fielmente la incombustible grandeza de la visión musical de Vander
y sus secuaces: MAGMA es capaz de seguir generando grandiosos motivos de
felicidad melómana a los conocedores y
apreciadores de la esencia originaria del género progresivo brindando una nueva luminosidad al paradigma Zeuhl. ¡Imperdible a la n-sima
potencia kobaïana!
Muestras de “Félicité
Thösz”.-
Tëha: http://www.youtube.com/watch?v=9V2d59Ov88QÖhst: http://www.youtube.com/watch?v=mlLTh8NWBIg
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