HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES
SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy es el turno de hablar sobre el
grupo estadounidense HERD OF INSTINCT, que acaba de publicar su segundo disco
“Conjure” para que suceda al esplendoroso disco debut homónimo de hace un par
de años. La asociación de HERD OF INSTINCT con la leyenda viviente del rock
experimental estadounidense DJAM KARET no se limita solamente al hecho de que
el sello de éstos, Firepool Records, produce y edita sus álbumes: resulta que
ahora se une como miembro permanente Gayle Ellett tocando el mellotrón, el
sintetizador Moog el piano eléctrico Fender Rhodes, el órgano Hammond y la
dilruba (un instrumento de cuerda de la India) a los originales Jason Spradlin [batería y programaciones], Mike Davison [guitarras
eléctricas, acústica de 12 cuerdas y sintetizada] y Mark Cook [guitarra Warr,
guitarra eléctrica, bajo sin trastes y programaciones].
‘Praxis’ abre el disco con un aura
mayormente relajada donde la conjunción de los esquemas estandarizados del
ambient y el jazz-rock marcan la pauta de la sonoridad general de la pieza. Los
momentos donde los niveles de energía expresiva aumentan están inteligentemente
controlados a fin de que se mantenga la coherencia temática con suma pulcritud.
Una anécdota interesante es la presencia del invitado especial al bajo sin
trastes de Colin Edwin (de PORCUPINE TREE, una presencia que será después
repetida en el undécimo tema ‘A Sense Of An Ending’). Otro detalle interesante es el solo de flauta a cargo de Bob Fisher, el cual llena de exótica magia el momento donde aparece. Acto seguido, con la dupla
de ‘Dead Leaf Echo’ y ‘Brutality Of Fact’, el grupo explora colores y texturas
más sólidamente rockeras: el primero establece un elegante viaje space-rockero
bien articulado bajo una arquitectura reconocible que a veces coquetea con el
prog-metal, mientras que el segundo se adentra convincentemente en territorios
del KING CRIMSON 90ero y GORDIAN KNOT. Durando casi 6 minutos, ‘Alice Krige Pt.
1’ se proyecta hacia una vía sonora muy diferente: calmada, ensoñadora, como
reflejando un pensamiento peregrino que no se logra focalizar del todo – más
específicamente, el grupo desarrolla un jam fusionesco donde redefine los
estándares del World Music bajo una pauta psicodélica de fuerte raigambre
ambient. La participación de varios invitados – Bob Fisher a la flauta de nuevo, Joel
Adair a la trompeta y Joe Blair a la guitarra lap steel – resulta crucial a la
hora de enriquecer la paleta sonora a la par que se mantiene el equilibrio que
la amalgama integral exige en un momento musical diseñado para la ensoñación.
‘Solitude One’ también tiene fuertes huellas de ambient y psicodelia flotante
en su desarrollo, pero en vez de limitarse a replicar el espíritu general de la
pieza precedente, lo que hace es proyectarse hacia un controlado crescendo
rockero (al estilo de UPPER EXTREMITIES-con-GORDIAN KNOT) a medida que se va
reforzando el motivo básico en su último minuto y cuarto. Los teclados
adicionales de Lisa Lazo suponen un buen recurso para llenar espacios. Por su
parte, ‘Ravenwood’ instaura una exhibición de refinamiento en su cuerpo central
y el arreglo de sus atmósferas, ofreciendo una sonoridad que bien nos puede
recordar al DJAM KARET del “Recollection Harvest”, aunque con un vigor más
atenuado de acuerdo a las exigencias líricas de la composición en curso.
‘Mother Night’ es una pieza donde el
mellotrón ocupa un lugar importante dentro de la instrumentación: denso y tal
vez también tétrico a un nivel moderado (aunque sin llegar a los niveles de
intensidad de unos MORTE MACABRE o unos ANEKDOTEN), ‘Mother Night’ hace
justicia a su título al reflejar un aura de misteriosa nocturnidad en su
desarrollo temático. Con la dupla de ‘Vargtimmen’ y ‘Malise’, HERD OF INSTINCT
vuelve a generar refrescantes luminosidades sónicas, estando ambas piezas
coincidentemente armadas en torno a vuelos psicodélicos de herencia Crimsoniana
y dinamismos jazz-rockeros en las estructuras rítmicas: en todo caso, se nota
que la primera tiene una tendencia más ceremoniosa en el armado de su cuerpo
central, mientras que la segunda ostenta un filo más agresivo. Solo queda un
cuarto de hora de disco y la magia progresiva aún tiene mucho combustible que
quemar en su camino hacia el final: ‘New Lands’ es exultante (casi llegando a
lo Yessiano en algunos pasajes) dentro de la arquitectura de su ágil vibración
rockera; ‘A Sense Of An Ending’ enarbola un aura contemplativa que hermana a
HERD OF INSTINCT con el DJAM KARET 2001-2005; finalmente, ‘The Secret Of Fire’
porta una calidez robusta en el fastuoso arreglo general del motivo central,
concretizando un radiante cierre para el disco con una elegante coda lenta.
HERD OF INSTINCT nos ha demostrado con
“Conjure” que tiene bien ganado un sitial dentro de la primera fila de la
vanguardia rockera estadounidense del último lustro. La banda se muestra capaz
de mantener una lucidez consistente en cuanto a la autocomprensión de su visión
musical, a la par que se aventura a explorar y expandir nuevas texturas
emergidas de ella, y ésa es la razón principal por la que recomendamos su
presencia en toda colección de rock que se precie de buena.
Muestra de “Conjure”.-
New Lands: http://www.youtube.com/watch?v=SWuo2sO1bTI
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