HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy prestamos atención a “The High
Places”, el largamente esperado segundo disco de OBLIVION SUN, el vehículo
musical co-dirigido por Stanley Whitaker y Frank Wyatt para mantener la llama
del fabuloso legado progresivo de HAPPY THE MAN. Parece que fue ayer que el
mencionado grupo se reformó con 3/5 de su formación clásica con el disco “The
Muse Awakens”, cuya larga gestación pudo finalmente concretizarse en un
fabuloso parto musical allá por 2004. Fue una pena que la reactivación de HAPPY
THE MAN no prosperara en algo más consistentemente activo, pero la dupla de
Whitaker y Wyatt siguió adelante, primero con un disco a dúo titulado “Pedal
Giant Animals” y luego con la formación de este nuevo grupo OBLIVION SUN, el
cual repetía exactamente el formato estructural de HAPPY THE MAN. Su disco
homónimo de 2007 fue recibido por los seguidores eternos de HAPPY THE MAN como
otra manifestación de gloria progresiva, y esos mismos elogios deberán
reiterarse para “The High Places”. OBLIVION SUN está conformado ahora como
cuarteto, con Whitaker usando su rol de guitarrista-vocalista y Wyatt
desdoblándose a los vientos y todos los teclados, mientras que David Hughes se
hace cargo del bajo y Bill B. Brasso hace lo propio con la batería y las
percusiones. El inolvidable héroe colega de Wyatt y Whitaker, el virtuoso
teclista Kit Watkins, no es de la partida como músico, pero sí se hace cargo de
la producción de sonido. Publicado por el sello Prophase Music a fines de enero
pasado, “The High Places” incluye cuatro temas que oscilan entre los casi 3
minutos y 6 minutos y pico de duración, más la ambiciosa suite homónima. Dicha
suite es en realidad una expansión fastuosa de la pieza ‘Merlin Of The High
Places’, la cual existía desde antes de la publicación del primer LP de HAPPY
THE MAN (en el lejano 1977) y que los seguidores de la banda ya conocíamos por
la selección de bootlegs titulada “Death’s Crown”. Tenemos, pues, en este
disco, una combinación de nuevos retratos y viejos tapices traducidos al
ambicioso lenguaje musical del rock progresivo.
‘Deckard’ ocupa los primeros 6 ½
minutos del disco exhibiendo una elegante arquitectura sónica que es
prácticamente marca de la casa: ambientes bien cuidados dentro de una ilación
meticulosamente definida, motivos desarrollados con estilizado vigor, arreglos
rítmicos complejos asentados con ágil soltura, perfecto equilibrio entre el
swing del jazz y la sofisticación arquitectónica de la música de cámara en una
remodelación genuinamente progresiva. Luego sigue ‘March Of The Mushroom Men’,
pieza que compuso Stanley Whitaker inspirado por la estricta dieta que tuvo que
seguir como parte de su tratamiento contra el cáncer unos años atrás; esta
pieza exhibe un lirismo relativamente más sosegado que el de la pieza
precedente, pero cabe resaltar principalmente que las dosis de elegancia y
fastuosidad tanto en lo compositivo como en lo performativo siguen siendo las
mismas. Rescatada de los tiempos del proyecto PEDAL GIANT ANIMALS (en el que
Whitaker y Wyatt volcaron composiciones que no lograron formar parte del disco
de retorno de HAPPY THE MAN “The Muse Awakens”), la dulce balada ‘Everything’
supone el primer momento vocal del álbum, y sobre todo, un pretexto para que el
oyente se refugie en la rústica choza de la introspección reflexiva tras las
sendas exhibiciones de envolvente colorido musical que se dieron en ‘Deckard’ y
‘March Of The Mushroom Men’. El rol dominante de la guitarra acústica y el
canto de Whitaker en el desarrollo melódico (inteligentemente ornamentado por
sutiles escalas de piano y suaves orquestaciones de teclado a cargo de Wyatt)
resulta perfecto a la hora de transmitir un aura de intimidad del alma que se
contempla a sí misma observando parte del orden cósmico, todo ello en un
espacio de poco menos de 3 minutos. Por su parte, ‘Dead Sea Squirrels’ se mete
en terrenos más filudos dentro del paradigma de exquisitez que siempre han
ostentado HAPPY THE MAN y OBLIVION SUN: alternando esquemas rítmicos de 7/8 y
4/4, el cuarteto elabora un motivo signado por un auténtico gancho rockero que nos
remite fácilmente a un punto intermedio entre el STEVE HACKETT 79-80 y las
aventuras jazz-rockeras de JEFF BECK, coincidiendo con el estándar de otra
banda estadounidense veterana del prog – HOLDING PATTERN.
Los últimos 22 minutos y pico del disco están ocupados por la mencionada suite ‘The High Places’, la cual se ha reconstruido y ampliado de tal manera que cuenta con seis secciones sucesivas con títulos autónomos: ‘My Eyes’, ‘Awakening’, ‘Flowers’, ‘The Rules’, ‘The Cage’ y ‘Our Eyes’. La primera sección, que dura poco más de 6 minutos, está a doble cargo de asentar el ambiente general e instalar los motivos principales, lo cual da vuelo para que la segunda sección instale, en su corto espectro de dos minutos, unos pasajes enérgicos cargados de auténtica espiritualidad épica, seguidamente, la tercera sección se basa en un lirismo ágil (al modo de un CAMEL-con-YES). Vale resaltar que esta sección incluye un precioso solo de sintetizador en el que Wyatt logra emular solventemente la creatividad del inolvidable maestro Watkins. La cuarta sección es la segunda más larga de la suite, durando casi 5 ¾ minutos: sus cadencias predominantes son de tenor intimista y romántico, mientras que un breve interludio transita hacia lo juguetón con una cohesión perfectamente pulcra en el desarrollo temático. La coda de piano de esta cuarta sección crea el nexo con la siguiente, siendo así que ésta se encarga de perpetuar el mismo espíritu de solemnidad intimista, pero trasladándola hacia una sonoridad un poco más fastuosa. Otra coda de piano nos lleva a la sexta y última sección, la cual se encarga de retomar y remodelar los aspectos más pomposos de la primera sección, lo cual permite a la guitarra gozar de un apropiado espacio para lucir un grandioso solo antes del último canto de Whitaker. ¡Un gran final para un excelente disco!
“The High Places” es un disco que no
decepciona, se puede sentir un poco corto para los oídos acostumbrados a
repertorios de 55-75 minutos de duración, pero con los poco más de 40 minutos
que dura este disco, podemos decir que OBLIVION SUN se ha lucido como ha
querido… y más. Estos veteranos todavía tienen la garra y la vitalidad de unos
críos, y eso es motivo de celebración infinita en el actual escenario del rock
progresivo: HAPPY THE MAN no está muerto, sino de parranda en las más elevadas
esferas del mundo progresivo actual. ¡¡Recomendado al 150%!!
March Of The Mushroom Men: http://www.youtube.com/watch?v=VZuLy76eA6E
Everything: http://www.youtube.com/watch?v=aO2anfZK2t8
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